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El capítulo empieza con la llegada de Ernesto y su padre Gabriel a la ciudad antigua del
Cusco. En la ciudad del Cusco visitan a un pariente que el padre de Ernesto odiaba ya que
había trabajado de escribiente en sus haciendas, al que conocen como “El Viejo”, y le
solicitan alojamiento y trabajo, pero “El Viejo” resulta ser un tipo avaro, hosco, creída,
millonario, gruñón y explotador infundía respeto por todas las personas del Cusco, era
saludado seriamente, tenía una casa enorme y cuatro haciendas, este tipo era tan avaro
que ansiaba poseer muchas riquezas por el solo placer sin compartirlas con nadie ,
almacenaba las frutas de las huertas y las dejaba pudrir porque creía que valían muy poco
para llevarlas a vender a la ciudad del Cusco o llevarlas a Abancay y que cuestan
demasiado para dejárselas a los indios o pongos y demás trabajadores que estaban a
servicio de “El Viejo” , desde las cumbres gritaba con voz de condenado, advirtiendo a sus
indios que él está en todas partes y que trabajen bien, en esos tiempos antiguos y en la
actualidad la avaricia está presente ya que tipos como “El Viejo” suelen hacer este tipo de
cosas y no dejan trabajar en paz a sus trabajadores es más los tratan como unos esclavos,
en la obra podemos rescatar un problema social que es la explotación, como sabemos en
ese tiempo los dueños de haciendas eran máxima autoridad en sus terrenos por eso se
aprovechaban y explotaban a sus empleados, trabajadores en este caso a los indios ( los
pongos),sin ningún tipo de compensación,
Vemos el sentimiento de identidad y apreciación a nuestra cultura inca cuando Ernesto
describe con palabras del corazón nuestros muros incas y nuestra catedral
En este capítulo no me gusto como los indígenas se dejaban maltratar por los hacendados,
ya que los hacendados se creían la máxima autoridad, uno de ellos era el VIEJO,
personajes como el, en la realidad sigue habiendo personas así avaras y maliciosas que les
gusta el dinero.
CONCLUSIÓN:
El rechazo mutuo, difícil y de larga duración entre Ernesto y el Padre Director y también
entre Ernesto y Antero representa un rechazo de la parte europeizada y poderosa de la
sociedad peruana por Ernesto y su búsqueda de una sociedad que incluye a los indígenas
oprimidos de una manera más igualitaria que la que vive en Abancay. la novela termina con
el viaje de Ernesto que aún no se ubica claramente en la sociedad peruana pero, a través de
su concientización política, entiende mejor la sociedad sin poder integrarse en ella. Se
interese en juntarse con los colonos de la hacienda de su tío continuando su identificación a
través de su política con el colectivo de oprimidos y viaja en busca de un cambio social.
También podemos considerar un valor social, porque muestra la heterogeneidad de razas
existentes en la educación de la escuela religiosa, refiriéndose tanto de estudiantes
provenientes de su casa como de los que permanecían en el internado.