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EL EMBARGO DE BIENES DE LA SOCIEDAD DE GANANCIALES POR

DEUDA DE UNO DE LOS CÓNYUGES.

Autor: ESPINAL REQUEJO, WILMAN

Trujillo – Perú
2014

0
CONTENIDO
I . EL PROBLEMA ........................................................................................................... 3
2. HIPÓTESIS ..................................................................................................................... 3
3. VARIABLES .................................................................................................................... 3
4. OBJETIVOS .................................................................................................................... 3
5. METODOLÓGIA............................................................................................................. 3
II. EL EMBARGO DE BIENES DE LA SOCIEDAD DE GANANCIALES POR
DEUDA DE UNO DE LOS CÓNYUGES ............................................................................. 4
1. Nociones preliminares ................................................................................................ 4
2 .SOCIEDAD DE GANANCIALES .................................................................................. 5
3. EL EMBARGO ............................................................................................................... 13
4. Discusión de resultados ........................................................................................ 15
5. Conclusiones............................................................................................................... 15
6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ......................................................................... 16

1
1.1. Título:
El embargo de bienes de la sociedad de gananciales por deuda
de uno de los cónyuges.
1.2. Autor: Wilman Espinal Requejo
1.3. Sumilla:
El embargo de bienes de la sociedad de gananciales por deuda de
uno de los cónyuges, y un acreedor que no pueden ver satisfecho
su legítimo derecho de crédito, al no contar sus deudores con un
patrimonio individual suficiente para poder responder con sus
obligaciones, trataremos de determinar hasta cuando se podrá
afectar los bienes de la sociedad de gananciales
1.4. Palabras Clave.
Sociedad de gananciales, embargo, cónyuge deudor.
1.5. Tipo de investigación

1.5.1. De acuerdo al fin que persigue: básica


1.5.2. De acuerdo al diseño de investigación: No
Experimental
1.6. Régimen de la Investigación: LIBRE

1.7. Institución donde se desarrolla el proyecto:


“Universidad Privada Antenor Orrego”

1.8. Unidad Académica: Escuela de Derecho y Ciencias


Políticas.

2
1. EL PROBLEMA
a. ENUNCIADO DEL PROBLEMA.

¿En qué medida resulta apropiado embargar los bienes de la sociedad


de gananciales por deuda de uno de los cónyuges?

2. HIPÓTESIS

Es apropiado embargar los bienes de la sociedad de gananciales por deuda


de uno de los cónyuges.
3. VARIABLES
a. Variable independiente: Deuda de uno de los cónyuges.

b. Variable dependiente: Embargo de los bienes de la sociedad


de gananciales.
4. OBJETIVOS

a. General:
 Determinar en qué medida se puede embargar los bienes de la
sociedad de gananciales por deuda de uno de los cónyuges.
b. Específicos
 Analizar la responsabilidad de los cónyuges que no intervienen
en el embargo de bienes de la sociedad de gananciales por
deuda de uno de los cónyuges.

5. Metodológica

En esta investigación utilicé el tipo de investigación no experimental

5.1. MÉTODO DIALÉCTICO

Es la confrontación permanente entre la norma jurídica


positiva del artículo 317 del código civil con la realidad del
embargo de bienes de la sociedad de gananciales por deuda
de uno de los cónyuges

5.2. MÉTODO DOGMATICO

Este método nos permitirá explicar y describir en qué casos


se debe responder con los bienes de sociedad de
gananciales.

3
EL EMBARGO DE BIENES DE LA SOCIEDAD DE
GANANCIALES POR DEUDA DE UNO DE LOS CÓNYUGES
1. Nociones preliminares
El alto índice de embargos hacia un bien social es cada vez mayor en el Perú,
debido a que presenta diferentes sociedades conyugales, donde muestra sus
desorganizaciones y su falta de conocimiento sobre nuestro ordenamiento jurídico.

La doctrina de la voluntad conyugal jurídica nuestro Código Civil es la asociación


del hombre y la mujer en un solo ser, por lo que cualquier decisión parcial no solo es
nula jurídicamente, sino que es nocivo y ficticio.

Como es necesario proteger a la sociedad conyugal y al patrimonio, no puede dejar


de considerar en la protección de los acreedores que no pueden ver satisfecho su
legítimo derecho de crédito, al no contar sus deudores con un patrimonio individual
suficiente para poder responder con sus obligaciones, lo cual ha traído como
consecuencia múltiples pedidos de embargos sobre derecho y acciones del cónyuge
deudor respecto a los bienes de la sociedad conyugal, los mismos que están siendo
tratados en el presente informe.

La Sociedad de Gananciales al momento de constituirse lo hace como patrimonio


autónomo por lo que no está dividido en partes alícuotas, siendo distinto del patrimonio
de Cada cónyuge que la integra, de forma tal que tanto para realizar actos de
administración Como de disposición que recaigan sobre dichos bienes sociales será
necesaria la voluntad coincidente de ambos cónyuges, puesto que la voluntad
coincidente de ambos cónyuges constituye la voluntad de la sociedad de gananciales,
ello si bien protege los bienes de la sociedad de gananciales, no lo hace con respecto
al acreedor, por cuanto éste deberá de esperar la liquidación de dicha sociedad a fin
de hacer efectivo la deuda generada por uno de los cónyuges, debiendo por el
momento satisfacer su deuda con los bienes propios con que éste cuente.

Sin embargo y respecto de la parte de los bienes sociales que le corresponderá al


deudor en caso se liquide la sociedad de gananciales, nuestro poder judicial nos da
dos posiciones contrarias, ya que en una de ellas niega toda posibilidad de embargo
sobre tales bienes; y, en la otra, la admite, sin posibilidad de ejecución hasta que se
liquide dicha sociedad de gananciales, concluyéndose que en ningún caso el acreedor
podrá hacer efectivo su deuda hasta que se produzca la liquidación de la sociedad de
gananciales.

4
2. SOCIEDAD DE GANANCIALES
a. Definición

Es el régimen económico matrimonial que rige cuando no se han otorgado


capitulaciones o cuando estas son ineficaces.- Mediante la sociedad de gananciales
se hacen comunes para el marido y la mujer las ganancias o beneficios obtenidos
indistintamente por cualquiera de ellos que le serán atribuidos por mitad al disolverse
aquella. (PUIG BRUTAO: 1990, p.88)

Según nuestro ordenamiento jurídico (Art. 299°), es el régimen patrimonial


que comprende tanto los bienes que los cónyuges tenían antes de entrar aquel en
vigor como los adquiridos por cualquier título durante su vigencia. (PUIG BRUTAO:
1990, p.88)

3. Elementos

3.1. Bienes Privativos:


Son bienes privativos de cada cónyuge los que le pertenecieran al
comenzar la sociedad, lo son incluso los bienes comprados por un cónyuge,
con precio aplazado, antes de empezar la sociedad, los que adquiera
después por título gratuito, los adquiridos por derecho de retracto
perteneciente a uno sólo de los cónyuges, los bienes y derechos
patrimoniales inherentes a la persona y los no transmisibles , la ropa y objetos
de uso personal que no sean de extraordinario valor así como los
instrumentos necesarios para el ejercicio de la profesión u oficio salvo cuando
estos sean parte integrante o pertenencias de un establecimiento o
explotación de carácter común. (PUIG BRUTAO: 1990, p.91)

3.2. Bienes Gananciales:

Son bienes gananciales de los cónyuges los obtenidos por el trabajo


o la industria de cualquiera de los cónyuges, los frutos, rentas o intereses que
produzcan tanto los bienes privativos como los gananciales, los bienes
adquiridos a título oneroso a costa del caudal común, bien se haga la
adquisición para la comunidad, bien para sólo uno de los esposos, los
adquiridos por derecho de retracto de carácter ganancial, aun cuando lo
fueran con fondos privativos, en cuyo caso la sociedad será deudora del
cónyuge por el valor satisfecho y las empresas y establecimientos fundados
durante la vigencia de la sociedad por uno cualquiera de los cónyuges a
expensas de los bienes comunes. (PUIG BRUTAO: 1990, p.91)

4. Naturaleza Jurídica del Régimen Patrimonial del Matrimonio

Dado que el régimen patrimonial del matrimonio en el Perú no lo es


en sí, sino que contiene dos regímenes patrimoniales, el de sociedad y
gananciales y el de separación de patrimonios, es menester establecer la
naturaleza jurídica de cada uno de ellos por separado.

5
Respecto de la sociedad de gananciales: A pesar de no ser una
institución nueva, a nivel de la doctrina y la jurisprudencia siempre se ha
discutido la naturaleza de la sociedad de gananciales, existiendo 5
posiciones:

1º En relación a la naturaleza jurídica del régimen de la sociedad de


gananciales, se ha sostenido que ésta es una persona jurídica como
cualquier otra, por tanto el titular de derecho posee un patrimonio propio
(distinto al de los cónyuges), y soporta obligaciones y cargas.

2º Otro Sector ve en éste instituto un condominio en el sentido de que


ambos cónyuges son dueños de los bienes pero no en el sentido del derecho
real legislado, pues, el régimen ha sido concebido para mantener y estrechar
la unión, estimulados en la cooperación y vinculados a la prosperidad común,
afirmándose en este sentido que sería una copropiedad peculiar de carácter
asociativo e indivisible, afectada primordialmente al mantenimiento del hogar,
cuya administración ha sido conferida por ley a uno u otro de los cónyuges
según origen de los bienes, sin negar que se trata de una comunidad.

3º Una tercera posición, considera que la sociedad de gananciales es


una forma particular o peculiar de sociedad, esto es, una sociedad patrimonial
legal, en la que el elemento personal (cónyuges), el patrimonial (bienes
propios y sociales) y el legal (ordenamiento jurídico que lo regula);

4º Una cuarta posición la considera como una sociedad sui géneris.

5º Una quinta teoría la alemana de que es un patrimonio en mano


común (origen del término mancomunidad), en el que no existen partes
alícuotas; cada parte participa en el todo. Recalcar que se trata de la
comunidad es bastante adecuado, pues es preciso distinguirla de la
copropiedad institución completamente diferente; de igual forma las teorías
que apuntan a considerarla una persona jurídica han sido desvirtuadas en la
actualidad.

La legislación peruana a través del artículo 75º de nuestro Código


Procesal Civil, ha introducido una nueva perspectiva en cuanto a la
naturaleza jurídica de la institución, para fines procesales es un patrimonio
autónomo, que es aquél que se presenta cuando dos o más personas tiene
un derecho o interés común respecto de un bien sin constituir una persona
jurídica según el texto legal glosado.

5. Régimen de Protección del Patrimonio de la Sociedad de Gananciales


5.1. ¿Por qué se protege la Sociedad de Gananciales?

Iniciaremos mencionando que la Constitución Política del Perú en su


artículo 4° nos habla de la protección de la familia señalando que “la
comunidad y el Estado... protegen a la familia y promueven el matrimonio.
Reconoce a estos últimos como institutos naturales y fundamentales de la
sociedad…”. Las familias bien constituidas actúan de manera cohesionada
en lo económico y en lo social.

6
Economistas y sociólogos han demostrado cómo los elementos
fundamentales de la economía (inversión, ahorro, gasto, trabajo, consumo)
se recienten y llegan a deteriorarse si no se cumplen los fines destinados a
la familia.

Entre las distintas teorías esbozadas, la sociedad de gananciales,


tiene como característica fundamental el satisfacer los intereses de los
cónyuges para la constitución de una familia. De esta manera, Placido
señala: “Se trata de una comunidad limitada a las adquisiciones realizadas
por los cónyuges durante el matrimonio y a los frutos o productos de los
bienes propios de ellos y de los cuales, conservando, en cambio, cada uno
de los cónyuges la propiedad de los bienes que tuviesen antes del matrimonio
y los adquiridos con posterioridad a título gratuito.”1

La razón de protección se da en tanto que de la unión entre dos


cónyuges nacen relaciones pecuniarias entre ellos y con los terceros. De ahí
radica la importancia de regular dichas relaciones que se pueden dar antes,
durante o después de la unión de los cónyuges.

“Siendo así, es indubitable que el matrimonio origina una serie de


modificaciones que atañen al patrimonio de los cónyuges y al acervo común.

Aunque esos cónyuges no tengan bienes y solo posean su propio


trabajo, se presenta inmediatamente la necesidad de la regulación jurídica de
los bienes, incluso el trabajo que los cónyuges aportan al matrimonio, al
tiempo de contraerse este, durante su permanencia, antes de su disolución.”
2

En el Régimen de Sociedad de Gananciales hay dos tipos de Bienes:


los propios de cada cónyuge (artículo 302° del Código Civil) y los comunes o
bienes de la sociedad, adquiridos por uno u otro durante el matrimonio. El
Código Civil enumera los bienes propios (artículo 302° del Código Civil) de la
forma más completa posible, preceptuando que todos los demás son bienes
sociales (artículo 310º del Código Civil), con lo que subsana automáticamente
cualquier omisión y, asimismo, establece la presunción iuris tantum de que
todos los bienes se reputan sociales3

El fundamento económico de la protección de la Sociedad de


Gananciales es que esta tiene como fin último la formación de un bien común
para los cónyuges y en la formación de la familia como fin supremo de la
sociedad. Estos bienes son utilizados para ese fin y para futuros acuerdos
que incrementan el capital de la sociedad conyugal y familiar.

1
Plácido Vilcachagua, Alex: “Regímenes Patrimoniales del Matrimonio”. Lima. Gaceta
Jurídica.2002. Pág. 50
2
Plácido Vilcachagua, Alex. Obra citada. Pág. 54.
3
Jiménez Vargas-Machuca, Roxana (2003). Bienes que integran la sociedad de
gananciales. En: Comentario al Código Civil, Tomo II –Derecho de Familia-. Lima,
Gaceta Jurídica. Pág. 290 – 292. 7
En opinión de Barassi, el patrimonio familiar “tiende a asegurar el
bienestar de la familia, impidiendo la enajenación de aquellos bienes
inmuebles o títulos de crédito (…) que uno o ambos cónyuges (antes o
después de celebrado el matrimonio), o un tercero constituyan en patrimonio
familiar por escritura pública, a fin de utilizar sus frutos en provecho de la
familia.”4

El fundamento social de la protección de la Sociedad de Gananciales


es que esta es protegida por la Ley y la Constitución como parte de una unión
conyugal que formará en el futuro una familia. Esta sociedad de gananciales
servirá para la disposición común de bienes entre estos y en gastos
adecuados de vivienda, educación y salud para sus futuros hijos. Por último,
los cónyuges podrán disponer de los bienes de esta sociedad cuando estén
ancianos y obtener de ellos capital para su jubilación.

Nuestro Código Civil regula el régimen económico matrimonial en el


Libro Tercero sobre el Derecho de Familia. La posibilidad de que los
contrayentes puedan optar entre el régimen de sociedad de gananciales o el
de separación de patrimonios, y que los cónyuges puedan sustituir el régimen
económico vigente, demuestra la existencia en él de la autonomía privada, si
bien con limitaciones para garantía de aquéllos y de los terceros. Estos
límites, además de los generales de la autonomía privada, proceden en
especial del aspecto institucional que el matrimonio tiene. Ellos son producto
del contenido ético de las relaciones jurídicas familiares, que imprime un
matiz particular y propio al sistema familiar y del que no es ajeno el régimen
económico del matrimonio; no se está, pues, ante relaciones jurídicas
puramente económicas. Por ello, ambos aspectos, discutidos en la doctrina,
no se excluyen, sino que se integran; y esa conjunción en nuestro sistema se
aprecia como una convención matrimonial. No se precisa en la ley qué debe
entenderse por "sostenimiento del hogar".

En general, deben considerarse los gastos más usuales y necesarios


para la vida de los cónyuges y de sus hijos. Por ello, las cargas de la familia
son propias de la potestad doméstica. Se entiende que los bienes de los
cónyuges están sujetos al levantamiento de las cargas de la familia. Siendo
así, la repercusión de la responsabilidad patrimonial frente a terceros debe
ser precisada en los regímenes típicos. Así, en la sociedad de gananciales
se establece que los bienes sociales y, subsidiariamente, los propios de cada
cónyuge, a prorrata, responden de las cargas de la familia.

Cuando uno de los cónyuges incumpliera su deber de contribuir al


levantamiento de las cargas, el juez a instancia del otro reglará el aporte de
cada uno (artículo 300º del Código Civil); pudiendo dictarse las medidas
cautelares más convenientes a fin de asegurar su cumplimiento y los
anticipos necesarios o proveer a las necesidades futuras. Al respecto,
téngase presente que el trabajo del hogar y el cuidado de los hijos son

4
Gallegos Canales, Yolanda y Jara Quispe, Rebeca. 2008 “Manual de Derecho de
Familia”. Jurista Editores. Lima. Pág. 437

8
contribuciones a las cargas de la familia y, como tales, deben ser
consideradas por el juez al momento de establecer el aporte de cada
cónyuge.

6. Deudas en la Sociedad de Gananciales


6.1. Deudas de los Cónyuges

En nuestro ordenamiento no se ha establecido la presunción iuris


tantum del carácter común de las deudas asumidas por uno de los cónyuges
atribuibles a la sociedad, por lo cual se debe asumir que las deudas son
personales salvo prueba en contrario. Sin embargo, en Jurisprudencia se
encuentran criterios divergentes al respecto:

“Considerando Quinto: que asimismo cabe hacer la acotación, que a


quien le corresponde probar que la deuda contraída por el ejecutante
señor…, no haya redundado en beneficio de la sociedad conyugal es a la
demandante, a tenor de lo dispuesto por el artículo 196º del Código

Adjetivo en tanto que si todos los bienes se presumen sociales


conforme al artículo 311º inciso 1 del Código Civil, se entiende asimismo que
para el caso de deudas es de aplicación la misma presunción.”5

Por otro lado, se señala:

“Los artículos 307º y 308º del Código Civil regula como se cubren las
obligaciones contraídas por los cónyuges antes de la vigencia de la sociedad
de gananciales. Siendo así, no corresponde discutir los bienes propios de
uno de los cónyuges o los bienes de la sociedad conyugal responderán por
las deudas contraídas por el otro cónyuge. Lo que corresponde determinar
es si la obligación se contrajo en beneficio del futuro hogar o en provecho de
la familia.

Por lo tanto, al no estar acreditado este extremo no es procedente que


los bienes propios de uno de los cónyuges o los bienes de la sociedad
respondan por las obligaciones personales del otro cónyuge.”6

También se ha establecido lo siguiente:

“Si la obligación era de provecho común y no solamente beneficiaba


a uno de los consortes, se verifica el artículo 317º del Código Civil, la cual
señala que los bienes sociales y, a falta o por insuficiencia de éstos, los
propios de ambos cónyuges, responden a prorrata de las deudas que son de
cargo de la sociedad.”7

5
CASACIÓN N° 2008-2000/CAJAMARCA
6
CASACIÓN N° 1953-97/PIURA
7
CASACIÓN N° 2773-2005/AREQUIPA

9
En principio las deudas personales (artículo 307º del Código Civil)
deben ser asumidas por los responsables de dicha conducta, sin embargo se
ha establecido dos excepciones a dicha regla. Por un lado, cuando las
deudas han sido contraídas antes de la sociedad a favor de la existencia de
la futura sociedad, en este supuesto responde de manera subsidiaria el activo
social ante la falta de activo del deudor. Por otro lado, durante la vigencia del
matrimonio cuando uno de las personas contrae deudas a consecuencia de
tratar de alcanzar un beneficio familiar, en este caso también el patrimonio
familiar responderá de manera subsidiaria.8

Mientras que el artículo 308º del Código Civil se refiere al supuesto de


una deuda personal nacida cuando el vínculo conyugal y el régimen de
sociedad de gananciales están vigentes al momento de su establecimiento.
La primera parte de este artículo presenta una exclusión a la masa
patrimonial que garantiza el cumplimiento de una obligación de una deuda
personal. La deuda personal no es garantizada por la masa patrimonial
personal del otro cónyuge. No se pronuncia este enunciado sobre la situación
del patrimonio social o común en relación a una deuda personal, pero
concordándolo con el artículo 317º se deduce que los bienes sociales
responden por las deudas de cargo de la sociedad y no por las deudas
personales del artículo 308º. Téngase presente que el artículo 308º no califica
la calidad del bien, como propio o común, que ingresa al patrimonio de la
sociedad de gananciales. Se limita a regular la responsabilidad de los bienes
(no su ingreso que incrementa el patrimonio) frente a una deuda personal.
Esto es importante considerar porque si bien en la generalidad de los casos
una deuda personal tendrá su origen en la adquisición de un bien personal
del mismo cónyuge, es también dable el supuesto del ingreso de un bien
social mediante una deuda personal. La segunda parte del artículo establece
una excepción relativa a las deudas personales contraídas “en provecho de
la familia”.

Existen así dos clases de deudas personales, al interior del régimen


ganancial: las no contraídas y las contraídas en provecho familiar. A esta
última clase de deuda personal se le asigna el efecto de vincular el patrimonio
personal del otro cónyuge, lo que adicionalmente con una argumentación a
maiore ad minus es lógico deducir que también queda vinculado el
patrimonio común9

6.2. Deudas de la Sociedad Conyugal

Con respecto a las deudas de la sociedad debemos de señalar que


se afecta de manera directa tanto a los hombres como a las mujeres, en base

8
Quispe Salsavilca, David (2003). Deudas contraídas con anterioridad al régimen. En:
Comentario al Código Civil Comentado, Tomo II- Derecho de Familia-. Lima, Gaceta
Jurídica. Pág. 291.

9
Quispe Salsavilca, David (2003). Deudas personales del otro cónyuge. En: Comentario al
Código Civil Comentado, Tomo II- Derecho de Familia-. Lima, Gaceta Jurídica. Pág. 295-
296. 10
a la igualdad que existe. En nivel de alcance se da en dos etapas, siendo que
en un primer momento responde los bienes de la sociedad conyugal y de
manera subsidiaria y limitada los bienes personales de los cónyuges.

La afectación del patrimonio por deudas de los cónyuges y por deudas


personales radica en:

a. La autonomía imperfecta del patrimonio común, pues el patrimonio


al carecer de personalidad jurídica no puede adquirir derechos ni
obligaciones, razón por la cual son los cónyuges los que deben actuar en su
favor.

b. La naturaleza del derecho de cada cónyuge sobre el patrimonio


común es indeterminado, razón por la cual no se puede afectar de manera
directa y determinada los bienes concretos de la masa común10

Placido, señala de manera acertada: “Podemos afirmar también que


las deudas contraídas por los cónyuges son todas de carácter personal, pero
la existencia de un patrimonio común afecto a determinados fines y la
incidencia que tiene el régimen en sus relaciones con terceros hacen que,
por razón de los bienes que los acreedores pueden agredir parara satisfacer
sus acreencias o por razón del activo patrimonial que debe soportar
finalmente el peso de la deuda, se establece que algunas de ellas sean o
bien de carácter común o bien de carácter privativo”11

También, es importante señalar la diferencia entre las cargas sociales


y las deudas sociales, al respecto de la primera, estas son las obligaciones
que tiene la sociedad con respecto a los fines para los cuales ha sido
constituida. Por otro lado, las deudas sociales van referidas a los supuestos
en donde los bienes de la sociedad tienen que responder por las deudas de
los cónyuges, en tanto que son deudas sociales12. Resulta claro que, en
cuanto a los efectos de la anulabilidad frente a terceros sub adquirentes, a
éstos debe afectarles salvo que hayan actuado de buena fe y a título oneroso.
Este es también el criterio que siguen las legislaciones como la española y la
jurisprudencia argentina. La Primera dispone que "cuando la ley requiera
para actos determinados que uno de los cónyuges actúe con el
consentimiento del otro, los actos realizados sin él y que no hayan sido
expresa o tácitamente confirmados, podrán ser anulados a instancia del
cónyuge cuyo consentimiento se haya omitido o de sus herederos". La
segunda establece que el acto al que le falta el concurso de la voluntad del
otro esposo, está viciado de nulidad relativa, que puede ser demandada por
ese cónyuge. No está comprometido un interés público, sino el interés
patrimonial de aquél, o el interés de los hijos, según sea el supuesto; de modo

10
Arata Solís, Moisés: “La sociedad de Gananciales”. 2011. Gaceta Jurídica. Pág. 264
11
Plácido Vilcachagua, Alex. Obra citada. Pág. 264.
12
Arias Schreiber, Max (2002). “Exegesis del Código Civil Peruano TOMO VII”. Lima,
Editorial Gaceta. Pág. 253.
11
que no hay razón para que sea declarada de oficio, como sucedería si se
tratase de un caso de nulidad absoluta.

Una deuda no debe ser entendida como de carácter común por el solo
hecho de haber sido contraída por ambos cónyuges, ni tampoco debe
entenderse por privativa a la deuda que es contraída única y exclusivamente
por uno de los cónyuges, del mismo modo que las expresiones "deudas
comunes" y "deudas privativas" no son equivalentes a las expresiones
"deudas conjuntas" y "deudas individuales". Al hablar de deudas comunes
estamos hablando de deudas respecto de las cuales la responsabilidad del
deudor o deudores puede hacerse efectiva con cargo a los activos
conyugales comunes, mientras que el hacer referencia a las deudas
privativas resulta ser una forma simplificada de decir que por tales deudas, el
deudor de las mismas responde con cargo a su patrimonio privativo De
acuerdo con lo hasta aquí señalado, la calificación común o privativa de las
deudas contraídas por los cónyuges sujetos al régimen de comunidad de
gananciales en nada incide sobre el concepto mismo de deuda, sino en la
determinación del referente objetivo de la responsabilidad a la que se
encuentran sujetos los bienes conyugales frente a talo cual supuesto de
deuda, responsabilidad que puede ser modulada, limitada, sometida a
determinadas órdenes de actuación, etc., por la ley.

El consentimiento de ambos es suficiente para justificar que los


acreedores puedan agredir los patrimonios afectos en responsabilidad, no
obstante que la deuda pueda ser calificada ulteriormente como una de
carácter común o privativo, solo será relevante para determinar, a posteriori,
los reembolsos entre los patrimonios afectados a que hubiera lugar.

Nuestro Código Civil no hace expresa referencia a este tipo de


deudas, lo que no impide llegar a las conclusiones antes expuestas en
atención al principio general de responsabilidad patrimonial universal. Sin
embargo, debemos reconocer que en los incisos 3 y 5 del artículo 317º,
referido a las deudas que son de cargo de la sociedad, se hace referencia a
específicas deudas (por donaciones dinerarias a hijos comunes y por mejoras
útiles y de recreo en bienes propios) derivadas de una necesaria actuación
conjunta de los cónyuges, casos en los cuales la responsabilidad de los
cónyuges queda sujeta a la modulación establecida por el artículo 317º.

Finalmente, la jurisprudencia ha señalado que, “Al constituir la


sociedad de gananciales un patrimonio autónomo, este solo responderá por
obligaciones asumidas por ella y no por obligaciones asumidas
personalmente por cada uno de los cónyuges, salvo que el objeto de la
obligación hubiese tenido como beneficiario a dicha sociedad.”13

"No estando probado que la deuda contraída por el marido


demandado haya redundado en provecho de la sociedad conyugal, ni que
ésta haya servido para atender las cargas del hogar, en tal virtud, por

13
CASACIÓN N° 2421-2002/ La Libertad

12
interpretación contrario sensu a lo dispuesto en el artículo 317º del Código
Civil, los bienes adquiridos dentro de la sociedad conyugal no pueden
responder por la deuda adquirida sólo por el marido"14

"Que siendo ambos cónyuges sujetos pasivos de la relación procesal,


pues aparecen como aceptantes y por ende obligados de las cambia les en
cobranza, es procedente el embargo sobre los bienes sociales, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 317º del Código Civil".15

"Los bienes sociales no pueden responder por la deuda adquirida sólo


por el marido, y la medida precautoria no puede subsistir, pues estando
vigente la sociedad de gananciales, los bienes sociales que la integran son
autónomos e indivisibles y no puede asignarse a cada cónyuge determinado
porcentaje de propiedad sobre ellos".16

"Cuando en autos se ha establecido que las utilidades y pérdidas


generadas de la explotación de una actividad comercial, corresponden a la
sociedad de gananciales, los bienes sociales responden por las deudas
producidas como consecuencia de la actividad económica de la que se
tratase".17

"Los bienes propios de uno de los cónyuges no responden de las


deudas personales del otro. Siendo así, la responsabilidad civil
extracontractual de uno de los cónyuges, como acto absolutamente personal,
no tiene por qué afectar el patrimonio del otro, ni perjudicarlo en la parte que
eventualmente le correspondería por concepto de gananciales.

Los actos propios de un cónyuge no pueden afectar los derechos y


acciones que corresponden al cónyuge en el inmueble

7. EMBARGO

7.1.1. Definición Etimológica


Etimológicamente es una voz derivada del latín vulgar “embarazar”, usado en
la Península Ibérica y en la zona de la lengua de Oc. Deriva probablemente de
“barra” o “tranca”, significa por lo tanto cerrar una puerta con trancas o barras
procedimientos originario del embargo. (www.rincondelvago.com/embargo)

7.1.2. Definición
Es la retención, decretada por un juez de ciertos bienes de un deudor como
forma de asegurar el cumplimiento de su obligación, en el caso de inmuebles, se
inscribe en los Registros Públicos que correspondan. Se tratará de embargo

14
Expediente Nº 1144-98, Resolución del 16/06/98, Segunda Sala Civil Corporativa para
Procesos Ejecutivos y Cautelares de la Corte Superior de Lima.
15
Expediente Nº 1264-97, Resolución del 16/01/98, Sala Civil Corporativa para Procesos
Ejecutivos y Cautelares de la Corte Superior de Lima.
16
Expediente Nº 48D-9D-Lima, Normas Legales Nº 211, Pág. J-3.
17
Casación Nº 4-95. El Código Civil a través de la Jurisprudencia
13 Casatoria. Pág. 153.
ejecutivo cuando se retengan los bienes hasta que se cumpla la obligación o hasta
que se liquiden para el pago de la deuda, y de embargo preventivo cuando se
retengan hasta la total resolución del procedimiento judicial. (ALBALADEJO: 1986,
p.374)

7.1.3. Su relación con las deudas y los bienes


No basta que tales deudas existan: es preciso que se haya ordenado por vía
judicial la ejecución frente al deudor por una determinada cantidad de dinero, y que
con antelación se haya requerido el pago a éste habiendo resultado infructuosa la
gestión. A partir de ese momento, se localizan y señalan los bienes concretos del
deudor, a fin de que sirvan, llegado el momento, para satisfacer las costas del
procedimiento y las responsabilidades por sus deudas impagadas. Que los bienes
sean embargados no significa que al deudor no se le reconozca sobre ellos derecho
de propiedad: éstos siguen perteneciéndole y puede incluso transmitirlos a otra
persona. Sin embargo, si ésta conoce que el bien que está adquiriendo se halla
embargado, sabe que corre el riesgo de perderlo.

No todos los bienes son embargables. Puede ocurrir que la ley declare
inembargable un bien por razones de interés público (por ejemplo, las vías férreas o
las estaciones de ferrocarril) o motivos de interés social. Así, el salario mínimo suele
ser inembargable, o también el lecho cotidiano del deudor o sus ropas de uso preciso
o los libros u otros materiales que le sean indispensables en su profesión.- Una vez
embargados los bienes, éstos quedan retenidos a disposición del juez si se trata de
bienes muebles. Si lo que se embarga son frutos (las cosechas de los dos últimos
años agrícolas) o rentas (las rentas que el inquilino debe al casero al que se
embarga), corresponderá administrarlos al juez.- Suele tener un especial tratamiento
el embargo de bienes para el cobro de las deudas tributarias.

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8. Discusión de resultados
 Las deudas que se generan entre el cónyuge contrayente y los terceros acreedores, es
decir, las relaciones que son externas a la sociedad y que determinan quién es el
responsable por el pago de las obligaciones

 Las referidas a qué masa de bienes deberían ser afectadas al pago de la deuda, a
efectos de determinar las eventuales compensaciones que pudieran corresponder.

 Solo debe responder por obligaciones contraídas para atender las necesidades propias
de la sociedad conyugal

9. Conclusiones
 Más que llegar a realizar una conclusión, es necesario ponerse a reflexionar sobre la
importancia de regular de manera más adecuada la responsabilidad de los cónyuges
que no intervienen en El embargo de bienes de la sociedad de gananciales por deuda
de uno de los cónyuges

 Los bienes sociales puedan responder por alguna deuda propia contraída con
anterioridad al régimen de gananciales. En El supuesto que motiva esta excepción es
que la deuda haya sido contraída en beneficio del futuro hogar, expresión que
entendemos ha de comprender no solo al supuesto en que la deuda es contraída con
anterioridad al matrimonio sino también la deuda del cónyuge bajo el régimen de
separación de patrimonios, en beneficio del presente hogar pero en un futuro Inmediato
regido por las reglas de la sociedad de gananciales.

 Es necesario que se establezca de manera clara en qué casos existirá separación de


responsabilidades, y en el caso de que el cónyuge no interviniente asuma
responsabilidad de manera indirecta, delimitar hasta dónde puede llegar el acreedor,
ello en la medida que se encuentra en juego cuestiones que repercuten de manera
directa en el proyecto familiar que los cónyuges comparten.

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10. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1.- ALBALADEJO TORRES, Miguel (1986), Derecho de Garantía, Grijley, Madrid,
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5.- CABANELLAS TORRES, Guillermo (2002), Diccionario Enciclopédico de Derecho


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6.- CARRERAS MALAGA, Jorge (1997), Derecho Procesal Civil, San Marcos, Lima,
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7.- DÍEZ PICASO, Miguel (1997), Métodos Interpretativos, Valenzuela, Lima, Perú,
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11.- PALACIO PIMENTEL, Gustavo (1987), Derecho de Familia y Sucesiones,


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12.- PEÑA FARFÁN, Saúl (1999), El Proceso Jurídico, Grijley, Lima, Perú, pp.570

13.- PRIETTO CASTRO, Martín (2000), Derecho Civil en el Perú, Ediciones Jurídicas,
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14.- PUIG BRUTAO, José (1990), El Régimen Legal de Gananciales, Eddil, Lima, Perú,
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15.- RUBIO CORREA, Marcial (2000), El Sistema Jurídico, Fondo Editorial Pontificia
Universidad Católica del Perú, Lima, Perú, pp.384

16.- SENTÍS MELENDO, Santiago (2004), El Juez y el Derecho, Ediciones Jurídicas


Europa-América, Buenos Aires, Argentina, pp.302.

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