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C-24580-2014 Foja:223

NOMENCLATURA : 1. [40]Sentencia
JUZGADO : 1 º Juzgado Civil de Santiago
CAUSA ROL : C-24580-2014
CARATULADO : VARELA / CARRANZA

Santiago, veintitr és de Agosto de dos mil diecisiete

VISTOS.-

Se ha iniciado en este proceso Rol Nº 24580-2014 caratulado


“VARELA UÑA ALEJANDRO CON CARRANZA GARCÉS LUIS FELIPE” sobre indemnización de
perjuicios, por demanda en juicio ordinario de menor cuantía, interpuesta por don Alejandro Varela
Uña, empresario, domiciliado en Plazuela Las Cortezas N°10530, comuna de Peñalolén, en contra
de don Luis Felipe Carranza Garcés, publicista, domiciliado en calle Basilea N°249, comuna de Lo
Barnechea, con la cual pretende que se condene al demandado a pagar, por concepto de
indemnización de perjuicios, la suma de $5.508.411; más intereses y reajustes, con expresa
condenación en costas; o en subsidio, lo que el Tribunal estime en derecho.

Que notificada la demanda al demandado, y verificado el período de


discusión, se recibió la causa a prueba, rindiendo las partes la prueba que obra en autos.

Vencido el término probatorio y agotadas las instancias procesales


pertinentes, el tribunal citó a las partes a oír sentencia.

CONSIDERANDO:

I.- EN CUANTO A LA OBJECION DOCUMENTAL.-

1°) Que, al primer otrosí de fojas 178, la parte demandada objetó los
documentos aparejados por el actor correspondiente a comprobantes de gastos médicos y
presupuesto de reparación de motocicleta, aduciendo que dichos documentos emanan de terceros
ajenos al juicio quienes no los han reconocido en juicio.

2°) Que, las objeciones promovidas por el demandado, no


prosperarán, habida cuenta que las impugnaciones planteadas, buscan desvirtuar el contenido de
los documentos aportado al proceso, apuntando su argumento fundamentalmente al mérito
probatorio del documento, cuestión que es precisamente lo que habrá de ser decidido por esta
sentenciadora, por lo que habrá de estarse al que eventualmente puede otorgársele en definitiva.

II.- EN CUANTO AL FONDO.-

3º) Que, en lo principal de fojas 1, subsanada a fojas 33, don


Alejandro Varela Uña, interpone demanda de indemnización de perjuicios en juicio ordinario de
menor cuantía en sede extracontractual, en contra de don Luis Felipe Carranza Garcés, publicista,
domiciliado en calle Basilea N°249, comuna de Lo Barnechea, con la cual pretende que se condene
al demandado a pagar, por concepto de indemnización de perjuicios, la suma de $5.508.411; más
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intereses y reajustes, con expresa condenación en costas; o en subsidio, lo que el Tribunal estime
en derecho, por cada uno de los rubros reclamados.
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Funda su demanda en que el día 14 de junio de 2014, circulaba en


motocicleta por la primera pista de la calle Cuarto Centenario, a la altura del número 807, en la
comuna de Las Condes, en dirección sur hacia la Plaza Atenas, momento en el cual un perro suelto
cruzó la pista a toda velocidad, amenazando con ladridos a un auto que circulaba unos metros
adelante, por la segunda pista; en ese instante el can se devolvió hacia la acera y golpeó su
motocicleta haciéndolo caer al suelo provocándole diversos daños y grandes destrozos en el
vehículo.

Afirma que el dueño del animal se identificó como Luis Felipe


Carranza Garcés, facilitándole su número de teléfono y continuando rápidamente con la búsqueda
de su perro, el que seguía suelto; luego de ese encuentro, se acercó doña María Carolina
Valenzuela Soto, dueña del otro vehículo involucrado en el accidente, quien se ofrece a prestarle
asistencia y trasladarlo a la clínica más cercana.

Señala que, en la clínica Alemana, donde le hicieron diversos


exámenes, le diagnosticaron una rotura del dedo pulgar del pie izquierdo y esguince en tobillo y
rodilla izquierda, lesiones que para su completa recuperación han requerido de 20 días
aproximadamente, sin contar con los daños sufridos en su motocicleta Yamaha XJ6S diversión,
negra, con placa patente IF 471, tales como, daño en la mica de casco, cubierta de carter,
empaquetadura de la cubierta de carter, pedal de cambio, guarda barros delantero, cubierta lateral
1 y 2, depósito de combustible, extremo empuñadura, apoya pie, pasador de abrazadera, chaveta,
cubierta de apoya pie, apoya pie posterior, camisería delantera, panel 1 y 2, calcomanía, soporte,
espejo izquierdo, destellador de luz delantera y manilla de embrague.

Por lo anterior, presentó una denuncia en Carabineros de Las Condes,


con el parte Nº 2917, de fecha 15 de junio de 2014 remitiéndose los antecedentes a la Fiscalía
Local de Las Condes, con el objeto de que ésta iniciara una investigación penal por el cuasidelito
de lesiones menos graves, sin embargo, el persecutor penal, hizo uso de la facultad de no iniciar la
investigación, de conformidad a lo dispuesto en el artículo 168 del Código Procesal Penal, razón
por la cual no se pudo deducir demanda civil en dicho proceso penal.

Invoca como fundamento jurídico, lo dispuesto en el 2314 del Código


Civil, en virtud del cual, toda persona, natural o jurídica, debe indemnizar los daños, directos,
tanto previstos como los imprevistos, que se generen como consecuencias próximas o directas de
sus acciones u omisiones ilícitas e imputables; agregando que la responsabilidad por negligencia,
es precisamente la que señalan los artículos 2284 y 2314 del Código Civil, en las que la idea de
delito o cuasidelito como fundamento de la infracción, voluntaria o no, de un deber de cuidado, y
que a esa infracción haya seguido como consecuencia un daño.

Arguye que el caso de marras deriva de una culpa infraccional a


consecuencia de la infracción de las normas del tránsito y de las disposiciones municipales sobre
tenencia responsable de mascotas, lo que se encuentra regulado en los artículos 160 y 176 de la
Ley de Tránsito, Ley Nº 18.290, (en adelante Ley del Tránsito), que disponen que las vías públicas
deberán destinarse a cumplir su objetivo, prohibiendo destinar las calzadas de calles a otro uso
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que no sea el tránsito de vehículos.

Asimismo, invoca la Ordenanza Nº 3754 sobre Tenencia Responsable


y Control de Perros en las Vías y Espacios Públicos de la comuna de Las Condes la que establece en
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su artículo 7º y 8° las obligaciones y responsabilidades de los dueños de animales; por otra parte,
aduce que hay que tener presente que el Código Civil establece en su artículo 623, que el dueño de
un animal doméstico fugitivo conservará su dominio y con éste las responsabilidades que pudieran
corresponderle, aun cuando el animal se encuentre en tierras ajenas.

En cuanto al daño, sostiene que se encuentra representado por los


gastos en que debió incurrir y por todo aquello que ha dejado de percibir a consecuencia de los
hechos denunciados, los que hace consistir por concepto de daño emergente en: a) Daños del
vehículo —y el casco— evaluados en un total de $1.785.584; b) Gastos médicos en los que debió
incurrir producto de las lesiones sufridas a consecuencia del accidente y que consistieron en:
Consulta médica de emergencia por un valor de $84.005, medicamentos por un valor de $21.767,
radiografías y proyecciones por un valor de $417.055.

Por otra parte, reclama como lucro cesante, en su calidad de


trabajador independiente, y a consecuencia de la incapacidad parcial que se le produjo,
impidiéndole realizar plenamente sus labores, a raíz del reposo absoluto por 20 días que le
prescribieron, con la consiguiente disminución de ingresos, haciendo presente que como
trabajador independiente no recibe reembolso por los días no trabajados, por lo que al haberse
visto impedido de trabajar durante esos días le representó una pérdida absoluta en cuanto a sus
ingresos, por lo que demanda la suma de la suma de $2.200.000, considerando que su ingreso
promedio mensual es de $3.300.000.

Finalmente, en cuanto al daño extrapatrimonial se encuentra


representado por las molestias y sufrimientos físicos y/o psíquicos que le ha ocasionado la
conducta negligente del demandado, el dolor que ha debido soportar por las lesiones derivadas del
accidente en comento, lo que avalúa en la suma de $1.000.000.-

Reafirma que el demandado actuó contrario a derecho al cometer las


infracciones de los artículos de la Ley de Tránsito, 160 Nº 11 y 176, además de los artículos 7 y 8
de la Ordenanza Nº 3754 sobre Tenencia Responsable y Control de Perros en las Vías y Espacios
Públicos de la comuna de Las Condes.

Respecto de la culpabilidad, sostiene que resulta patente la infracción


al artículo 160 N°11 de la Ley del Tránsito al haber dejado el demandado a su mascota suelta
correr por la vía pública, obstaculizando el tránsito de vehículos; conducta que refleja
indudablemente una infracción a un deber de cuidado, lo que ve refrendado por lo establecido en
el artículo 7 de la Ordenanza Nº 3754 sobre Tenencia Responsable y Control de Perros en las Vías
y Espacios Públicos de la comuna de Las Condes; además, resulta aplicable lo dispuesto por el
artículo 176 de la Ley de Tránsito que presume la culpabilidad de quienes no den cuenta de forma
inmediata a la autoridad policial de un accidente en que se produzcan daños y abandonaren el
lugar del accidente, tal y como lo hizo el demandado en este caso.

Concluye, haciendo presente respecto de la causalidad, la cual


consiste en términos simples en que el hecho dañoso de los demandados civiles debe ser causa
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directa del daño provocado; que en el caso de autos, ella se cumple a cabalidad, toda vez que las
conductas del demandado civil son causa directa de los daños de que ha sufrido,
correspondiéndole la carga probatoria en la materia según el principio general del artículo 1698
del Código Civil.
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4°) Que a fojas 52, la parte demandada procedió a contestar la


demanda, solicitando su total rechazo, con costas, aludiendo que el día 14 de junio de 2014
concurrió junto con su mascota, a la clínica veterinaria “Cruz Azul" ubicada en Avenida Cuarto
Centenario Nº 807, comuna de Las Condes, Santiago; luego de que el veterinario la revisara y
colocara sus vacunas, se retiró de la clínica con su perra de raza boyero de home de
aproximadamente 50 kilos, amarrada con su respectivo collar y correa, y cuando la estaba
subiendo al auto rompió la argolla del collar escapando hacia la calle.

Indica haber corrido tras su mascota, cuando apareció la motocicleta


del demandante que iba a exceso de velocidad, y más importante, desatento a las condiciones del
tránsito, razón por la que no alcanzó a frenar y atropelló al animal. Ante la ocurrencia del
accidente, su mascota corrió herida y asustada a un taller mecánico ubicado en las cercanías de la
clínica veterinaria, mientras tanto se acercó al demandante y constató que se encontraba en
perfecto estado, y que su motocicleta no tenía ningún daño, salvo la rotura de una manilla.

Señala que luego de entregar sus datos al demandante fue a socorrer


a su perra, quién estaba muy herida, junto con el médico veterinario, don Andrés Joyas Pantoja,
quién apreció junto con la secretaria todos los hechos del lugar.

Cuestiona los montos reclamados por el demandante por concepto de


indemnización de perjuicios, atendido a que no consta que los desembolsos en la reparación de la
motocicleta del demandante, tengan como nexo causal los hechos alegados en el libelo pretensor;
similar situación ocurre respecto al hecho de no recibir reembolso alguno por ser un trabajador
independiente, debido a que el actor se encuentra afiliado a Vida Tres S.A.

En relación con el daño moral éste debe ser acreditado aduciendo


que, no existen daños morales evidentes; señalando que la Corte de Apelaciones de Santiago ha
sostenido que sólo cabe dar lugar al daño moral “si se acredita que aquellas personas han sufrido  

real y efectivamente un dolor profundo y verdadero".

Afirma que, de los hechos expuestos, no se dan en la especie todos


los elementos para que se configure la responsabilidad extracontractual alegada por la
demandante, aludiendo que en cuanto a la culpa en materia de responsabilidad extracontractual y
de conformidad con lo previsto en el artículo 2323 del Código Civil, se exige culpa leve; es así, que
en materia de responsabilidad por el hecho de las cosas rige el artículo 2326 del Código Civil,
pudiendo eximirse de responsabilidad acreditando que la soltura, extravío o daño no pueda
imputarse a culpa del dueño.

Arguye que, en el caso en concreto, el animal no estaba suelto,


encontrándose con collar y correa, el que al ponerse nervioso luego de estar en la clínica
veterinaria, al momento de subirse al auto, el perro se asustó y corrió hacia la calle, justificando su
primera alegación en el hecho de que su domicilio se encuentra en la comuna de Lo Barnechea.

Controvierte la culpa infraccional en esta materia derivada de la


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infracción a las normas del tránsito y a las disposiciones sobre tenencia responsable de mascotas,
debido a que las disposiciones señaladas por el actor no son aplicables a estos hechos, ya que no
estamos frente a un accidente del tránsito ocasionado entre vehículos.
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En relación con la infracción de la Ordenanza Nº 3754 de la Comuna


de Las Condes, reafirma que el animal siempre tuvo un collar y cadena, y que por la fuerza que
hizo el perro al no querer subirse al auto, se rompió, pero jamás ha estado circulando por el
espacio público sin estos elementos.

Fundamenta estar en presencia de un caso fortuito o fuerza mayor de


conformidad con lo establecido en el artículo 45 del Código Civil, pues tomó todas las medidas
para trasladar a su perro a la clínica veterinaria, éste iba con collar y correa de cadena especial para
un perro de su tamaño; sin embargo, el animal no quiso subirse al auto y tiró fuertemente
rompiéndose la cadena, transformándose en un imprevisto que no es posible de resistir, ya que no
obstante tomar todas las medidas para que este no se escapara (collar y correa de cadena) el
animal rompió la correa y corrió hacia afuera de la clínica, intentando atraparlo en todo momento.

Finalmente, alega la culpa de la víctima, ya que este iba a exceso de


velocidad, y como consecuencia de ello no pudo frenar, en efecto, cuando escapó la perra, un auto
que iba a la velocidad promedio frenó, pero luego paso la motocicleta, que como iba a exceso de
velocidad, no pudo frenar.

5°) Que, a fin de acreditar sus dichos, la parte demandante aparejó al


proceso, los siguientes documentos, inobjetados de contrario, consistentes en:

1) A fojas 14, copia simple de Bono de atención médica N°s


216879729 y 216879731 ambos emitidos por Clínica Alemana con fecha 14 de junio de 2014 a
nombre del beneficiario don Alejandro Varela Uña, por la suma de $72.039 y 368.619
respectivamente.

2) A fojas 15, boleta electrónica N°2808489, por la suma de


$454.420, emitida con fecha 14 de junio de 2014 por la Clínica Alemana a nombre del
demandante.

3) A fojas 16, copia simple de Orden de Pago N°1406009452,


emitida por la Clínica Alemana, Urgencia Traumatológica con fecha 14 de junio de 2014 por la
suma de $84.000.

4) A fojas 17, copia simple de Orden de Pago N°1406009452,


emitida por la Clínica Alemana, Urgencia Traumatológica con fecha 14 de junio de 2014 por la
suma de $21.767.

5) A fojas 18, copia simple de Orden de Pago N°1406009452,


emitida por la Clínica Alemana, Urgencia Traumatológica con fecha 14 de junio de 2014 por la
suma de $417.055.

6) A fojas 19, copia simple de boleta electrónica emitida por


Farmacias Cruz Verde S.A., con fecha 5 de agosto de 2013 por la suma de $47.484.

7) A fojas 20 copia simple, reiterado en original a fojas 142, de


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Presupuesto de reparación, indicándose como fecha el día 25 del año 2014, sin hacer alusión al
mes de dicha emisión, constando como total de reparación de la moto modelo XJ-6, patente IF-
471, la suma de $1.854.023.
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8) A fojas 143, factura N°284378 con sus respectivas copias,


emitida por Yamaimport S.A. a nombre del acota, con fecha 9 de septiembre de 2014, por la suma
pagada por concepto de repuestos, de $550.269.

9) A fojas 146, copia simpe de Orden de Trabajo/Presupuesto,


emitido por Yamaimport S.A. con fecha 23 de junio de 2014 a nombre del actor por un valor de
$550.269.

10) A fojas 147, copia simple de Certificado de Inscripción y


Anotaciones Vigente, emitido por el Servicio de Registro Civil e Identificación, consignándose al
actor como dueño de la moto marca Yamaha, modelo XJ65, placa patente IF.0471-7 del año 2013.

11) A fojas 148, copia simple de Certificado de Cotizaciones


Obligatoria emitida por AFP Cuprum, Folio N° CU9574981, de fecha 17 de marzo de 2016,
consignándose la cotización del actor durante el periodo comprendido entre enero de 2014 y
marzo de 2016.

6°) Que, a fojas 207, se llevó a efecto la audiencia de percepción


documental solicitada por la misma parte en el primer otrosí de fojas 150, la que se celebró con la
asistencia de las parte, ingresando en dicho comparendo a la página web del Servicio de Impuestos
Internos, revisando la declaración de impuestos del actor correspondiente al año 2014,
verificándose ser idéntica a aquella aparejada por dicha parte a fojas 149.

7º) Que, asimismo, la misma parte en el segundo otrosí de fojas


150, solicitó se oficie a Clínica Alemana a fin de que ésta informe los diagnósticos y gastos
médicos en que incurrió el actor; petición a la que el Tribunal accedió por resolución de fojas 175,
allegándose al proceso a fojas 208 Oficio S/N emitido por Clínica Alemana de Santiago, con fecha
20 de febrero de 2017, adjuntando dos órdenes de pago por consulta y procedimientos
efectuados al actor los que se encuentran agregados a fojas 209 y 210.

8º) Que, por último, la misma parte rindió prueba testimonial que en
acta rola a fojas 185, consistente en los dichos de doña María   Carolina   Valenzuela   Soto,
asesora financiera, quien previamente juramentada y legalmente examinada, señaló que el día de
los hechos, iba manejando saliendo de calle Hernando de Magallanes, virando hacia rotonda
Atenas a eso de las 14:00, incorporándose a la calle Centenario cuando divisó un perro muy
grande y peludo por lo que disminuyó la velocidad y continuo su marcha; al observar por el espejo
retrovisor se percató que el animal impactó una moto grande la que cayó producto del choque;
luego de lo ocurrido, se detuvo para ayudar al conductor caído el que quedó atrapado por la moto,
arrancando el perro del lugar para posteriormente apersonarse el dueño del animal.

Indica haber visto con daños la moto y al conductor luego del


accidente de marras, recordando sólo que el animal era un perro grande, afirmando que el
motociclista no iba a exceso de velocidad, debido a que circulaba detrás de su vehículo y ella iba a
baja velocidad, de lo contrario, la moto la habría rebasado, haciendo presente que de ir a mayor
velocidad el demandante al ser golpeado por el perro, habría salido eyectado de la moto, lo que
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sabe por ser su padre y hermano, motociclistas.


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9°) Que, por su parte, el demandado acompañó al proceso los


siguientes documentos inobjetados de contrario, consistentes en:

1) A fojas 51, copia simple de Certificado de Afiliación del


demandante, emitido por la Superintendencia de Pensiones con fecha 7 de septiembre de 2015,
donde se consigna que el actor se encuentra incorporado a AFP Cuprum S.A, desde el mes de
septiembre de 2004.

2) A fojas 123, copia simple de Factura N°284378 emitida por


Yamaimport a nombre de don Alejandro Varela Uña con fecha 9 de septiembre de 2014 por la
compra de distintos insumos y mano de obra, por la suma total de $550.269.

3) A fojas 153, declaración jurada suscrita por don Alejandro


Joyas Pantoja, médico veterinario, quien indica haber atendido con fecha 14 de junio de 2014 a la
mascota llamada “Jacinta” de propiedad de don Luis Felipe Carranza Garcés, haciendo presente que
el animal se encontraba con collar y correa la que se rompió al momento de subir al auto, siendo
atropellado por una moto que iba a exceso de velocidad.

Asimismo, aparejó Certificado emitido por Clínica Veterinaria Cruz


Azul con fecha 14 de junio de 2014, donde se indica haber aplicado vacunas a la mascota “Jacinta”;
certificado que se encuentra debidamente guardado en la Custodia del Tribunal bajo el número
7171-2016.

10°) Que al segundo otrosí de fojas 154, la misma parte solicitó que
se oficiara a Clínica Veterinaria Cruz Azul a fin de que informe el día 14 de junio de 2014,
concurrió el demandado a dicha clínica con su mascota; Petición a la que el Tribunal accedió por
resolución de fojas 175, allegándose al proceso el oficio S/N evacuado por Clínica Veterinaria Cruz
Azul, la que señala que el día 14 de junio de 2014, la mascota de nombre “Jacinta”, fue atendida
por el Dr. Andrés Joyas.

11°) Que a fojas 121, la misma parte rindió la testimonial consistente


en los dichos de don Ricardo Ariel Cuchacovic Eunadi, ingeniero comercial, quien afirma que el
día del accidente, fue un fin de semana del año 2014, encontrándose en el paradero de micro,
momentos en que el demandado pasó por dicho lugar en su camioneta, quien le ofreció llevarlo
hasta Estoril; al momento de subirse al vehículo, indica haber visto a la mascota del demandado
que es una perra de raza Boyero de Verna la que se encontraba sentada en el asiento trasero del
vehículo con su collar y correa, haciendo presente que no vio el accidente.

12°) Que, son hechos del proceso, no controvertidos por las partes,
los que además se encuentran acreditados por la documental y testimonial aportada en autos, los
siguientes:

a) Que, con fecha 14 de junio de 2014, el actor de autos


circulaba en su motocicleta marca Yamaha año 2013, placa patente IF.0471-7, por la primera pista
de la calle Cuarto Centenario comuna de Las Condes en dirección este hacia plaza o rotonda
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Atenas, momento en que impacta a un perro que se encontraba suelto en la vía.

b) Que, el animal en cuestión, correspondiente a un perro de raza


Boyero de Verna, de propiedad del demandado, saltó a la pista de circulación vehicular luego de
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haberse escapado de su dueño al momento de subirlo a su camioneta, quienes se encontraban en


el lugar debido a la atención veterinaria que se encontraba el animal en la Clínica especializada
Cruz Azul.

c) Que, con ocasión del accidente, el actor de autos resultó con


lesiones de diversa índole, sufriendo además, daños en su motocicleta.

13°) Que, establecidos los hechos del proceso, corresponde decidir


acerca de la controversia misma, la cual ha sido planteada en sede de responsabilidad
extracontractual, invocando el actor para ello, las normas referidas a dicho estatuto, contenidas en
el Libro IV del Título XXXV del Código Civil; aduciendo como fundamento, la responsabilidad que le
cabe al demandado en responder en su calidad de propietario, de los daños causados por su
mascota, invocando al efecto los artículos 2326 y 2327 del Código Civil; para lo cual resulta
relevante establecer los requisitos o elementos requeridos para la procedencia de la
responsabilidad civil extracontractual y que son los siguientes: 1.° Una acción u omisión del autor
del hecho ilícito; 2.° La imputabilidad del perjuicio, esto es, la culpa o dolo del deudor; 3.° Que no
concurra una causal de exención de responsabilidad del deudor; 4.° Capacidad del autor; 5.° La
existencia de perjuicio; 6º Relación de causalidad ente el incumplimiento y el perjuicio.

14°) Que, como alegaciones o defensas, el demandado ha invocado


como eximente de responsabilidad, el hecho de haberse producido la soltura del animal sin culpa
de su parte, según así lo prescribe la parte final del inciso primero del artículo 2326 del Código
Civil, por lo que cabría agregar, que nos encontramos frente a la hipótesis de caso fortuito o fuerza
mayor, lo que se vería agravado por la culpa de la víctima, quien afirma, conducía a exceso de
velocidad, habiendo efectuado todas las medidas de seguridad para el transporte de su mascota,
pero ésta, por su tamaño, rompió la argolla del collar por el cual se sujetaba, corriendo a la calle,
siendo impactado por el actor; asimismo objeta las sumas solicitadas como indemnización de
perjuicios, en primer lugar respecto de lo solicitado por reparación de la motocicleta, atendido a
que su reparación fue menor a lo señalado por el actor, misma circunstancia que aduce respecto a
los gastos médicos incurridos, debido a que el actor se encuentra afiliado a Isapre Vida Tres S.A.
que cubrió las prestaciones médicas realizadas, para luego sostener ser improcedente el lucro
cesante reclamado, debido a que los días que no puedo ejercer sus labores el actor, éstos fueron
reembolsados debidamente por su seguro de salud, para finalmente señalar que no se acredita lo
reclamado por daño moral.

15°) Que en cuanto al primer requisito o elemento de la


responsabilidad extracontractual, cual es, la existencia de un acto u omisión por parte del agente;
éste deberá tenerse por acreditada, bastando para ello, la aquiescencia del demandado al
momento de contestar la demanda, quien reconoció expresamente el hecho de haberse escapado
su mascota al momento de subirla a su camioneta y que ésta participó en el accidente de marras.

16°) Que en cuanto al segundo elemento de la responsabilidad


extracontractual, consistente en la conducta dolosa o culposa del agente, no habiendo el actor
alegado en forma clara y expresa la intención del agente y autor del hecho en la ocurrencia del
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accidente, cabe desestimar, desde ya, la existencia de dolo en la conducta que se trata, conducta
ésta que, en todo caso, se encuentra definida en nuestra legislación civil en el inciso final del
artículo, 44 del Código de Procedimiento Civil, el que previene a la letra que: “ El dolo consiste en  
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la  intención positiva de inferir injuria a la persona o propiedad de otro”; quedando, entonces, por


analizar la culpa, la cual ha sido definida habitualmente por nuestra doctrina, en materia de
responsabilidad extracontractual, como  “la  falta  de  diligencia  o  cuidado  en  la   ejecución de un  

hecho”, adquiriendo en dicho campo de responsabilidad la denominación de “culpa delictual o


aquiliana”, diferenciándose con la culpa en materia de responsabilidad contractual, en que la
primera y que corresponde a la analizada en autos, es la que da origen al vínculo, en tanto que en
materia de responsabilidad contractual, presume o hace suponer la existencia del vínculo,
admitiendo esta última una graduación de la culpa entre grave, leve y levísima, según la división
tripartita hecha en el artículo 44 ya comentado, diferenciación que no se aplica en materia de
responsabilidad extracontractual.

En este punto, se debe analizar lo alegado por el demandado respecto


a lo dispuesto en el artículo 2326 del Código Civil el que prescribe “ El dueño de un animal es  

responsable   de   los   daños   causados   por   el   mismo   animal,   aun   después   que   se   haya   soltado   o  

extraviado; salvo que la soltura, extravío o daño no pueda imputarse a culpa del dueño o  

del dependiente encargado de la guarda o servicio del animal.

Lo que se dice del dueño se aplica a toda persona que se sirva de un  

animal ajeno; salva su acción contra el dueño, si el daño ha sobrevenido por una calidad o vicio del  

animal, que el dueño con mediano cuidado o prudencia debió conocer o prever, y de que no le dio  

conocimiento”.

17°) Que, atendido a lo anterior, correspondía al demandado


acreditar la exoneración de la responsabilidad que sobre él pesa, siendo de su carga las normas
del onus probandi contenidas en el artículo 1698 del Código Civil; valiéndose para acreditar o darle
sustento a su alegación, de la declaración jurada del médico veterinario don Luis Carranza (fojas
153), quien indica que el animal se encontraba con correa y que ésta se rompió al momento de
subirlo a la camioneta siendo atropellado por una motocicleta que circulaba a exceso de velocidad,
documento al cual cabe, desde ya, restarle todo valor probatorio por ser un documento privado
emanada de un tercero que no ha sido reconocido en juicio por el autor del mismo; y del
testimonio de don Ricardo Ariel Cuchacovic Eunadi, quien asevera haberse subido a la camioneta
del demandado, quien se ofreció a llevarlo cerca de su destino, descendiendo del vehículo mucho
antes de los hechos sub-lite, por lo que no presenció la dinámica del accidente, pudiendo aseverar
que en la camioneta del demandado se transportaba a la mascota con collar y correa, testimonio
éste que solo constituye una presunción que debe ser ponderara a la luz de lo previsto en el
artículo 384 N°1 del Código de Procedimiento Civil.

18°) Que los medios de prueba aparejados, son insuficientes para


acreditar la exclusión de toda responsabilidad que sobre el demandado recae, habida cuenta que
no existe discusión en autos sobre si el animal sub-lite contaba o no con una correa y un collar de
seguridad, sino que lo que se controvierte es si esa medida era o no suficiente para evitar la
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posible huida de la mascota; en ese contexto, el demandado no aparejó al proceso medio de


prueba que permitiese ilustrar al Tribunal respecto al collar utilizado y si éste era de aquellos
recomendados para animales cuyo peso sobrepasa los 50 kilogramos, presumiéndose que si el
actor transporta habitualmente a su mascota en vehículo, debe prever medidas de seguridad por
C-24580-2014 Foja:232

sobre lo recomendado, debido al peligro a que expone a los terceros ante la escapada o huida de
un animal de esa envergadura, no habiendo acreditado, tampoco, que hubiese tomado todas las
medidas de seguridad para evitar que el animal escapara del auto, lo que conlleva a desestimar la
defensa aludida y por consiguiente rechazar lo alegado respecto del caso fortuito o fuerza mayor
contenido en el artículo 45 del Código Civil.

19°) Que respecto al tercer elemento, referente a la inexistencia de


causal de exención de responsabilidad, de acuerdo a lo reseñado en los considerandos
precedentes, no habiendo el demandado acreditado o justificado causal de exención de
responsabilidad, cabe tener por acreditado el tercer elemento de la responsabilidad aquiliana o
delictual, cual es, la inexistencia de causal de exención de responsabilidad.

20°) Que, en cuanto al cuarto elemento de la responsabilidad en


estudio, relativo a la capacidad del autor, siendo la capacidad la regla general en nuestro derecho,
según así se establece en el artículo 1.446 del Código Civil, y no habiendo los demandados
controvertido la capacidad que establece dicho artículo, sin haber alegado encontrarse en algunos
de los casos de incapacidad contemplado en el artículo 1447 del mismo estatuto jurídico, cabe
concluir la plena capacidad de dichos demandados en el hecho de autos.

21°) Que en cuanto al quinto requisito, constituido por el daño a la


víctima, cabe conceptualizar qué se entiende por tal, debiendo entenderse por daño o perjuicio:
“…   todo   detrimento   o   menoscabo   que   sufra   una   persona   en   su   patrimonio   o   en   su   persona  

física…”.

Que en cuanto al daño moral, la doctrina lo ha conceptualizado


como “un perjuicio extrapatrimonial que deviene de las afecciones a derechos personalísimos  

de la persona que lo sufre. Estas afecciones pueden consistir en dolores corporales o psíquicos,  

lesión o detrimento en sus afectos, estabilidad y unidad familiar y en general en los atributos o  

cualidades morales de la persona. Para la doctrina y la jurisprudencia estos efectos han de ser  

graves y permanentes”.

22º) Que, respecto de los daños demandados reclamados por el


demandante por concepto de daño emergente, solicita la suma de $2.308.411, los cuales los hace
consistir en la reparación del vehículo siniestrado, lo cual incluye la adquisición de partes piezas,
pintura y mano de obra más los gastos de atención médica en que tuvo que incurrir producto del
daño sufrido a consecuencia del accidente de marras; dicho daño debe ser acreditado por quien lo
alega, de acuerdo a las normas del onus probandi, siendo en consecuencia, de su carga, acreditar
la circunstancia de haber incurrido en los gastos que alega.

23º) Que, con el mérito del documento rolante a fojas 147, el cual no
fue objetado de contrario, se tendrá por acreditada la calidad de propietario del actor de la moto
placa patente IF.0471-7, marca Yamaha, modelo XJ6S.
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Que del mérito de los documentos aparejados al proceso, rolantes a


fojas 142 y siguientes consistentes en; Presupuesto de reparación “YAMAIMPORT S.A.”, factura
Nº284378 emitida por Yamaimporta S.A y Orden de Trabajo; dan cuenta de haber incurrido en
diversos gastos de reparación del vehículo, por lo que se accederá a lo solicitado por este
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concepto, sólo en cuanto a lo efectivamente pagado por dicho ítem correspondiente a la suma de
$550.269, lo que además se condice con la documental aportada por el demandado a fojas 123,
desestimando la cantidad demandada por este concepto, avaluado en $1.785.584, por cuanto, los
presupuestos de reparación acompañados por el actor no dan cuenta de un real desembolso del
demandante, sino que corresponden a la estimación de reparación del vehículo la que puede ser
definitivo o no.

24º) Que, por su parte, respecto de lo pedido por el demandante por


concepto de desembolsos de gastos médicos, es una alegación que será acogida de acuerdo a los
documentos aparejados al juicio, consistente en Bonos de Atención Médica (fojas 14), Boletas
Electrónicas (fojas 15 y siguientes) emitidas por Clínica Alemana, documentos que dan cuenta de
los desembolsos pecuniarios efectuados por el demandante los cuales se deben vincular
necesariamente con la fecha de su expedición, accediéndose en consecuencia al pago de la suma
de $538.425, a título de daño emergente, excluyéndose para su cuantificación, la suma
consignada en la Boleta Electrónica aparejada a fojas 19 debido a que la su fecha de expedición
acaece el día 5 de agosto de 2013, o sea, un año antes del accidente de marras.

25°) Que, en cuanto a lo solicitado por concepto de lucro cesante, la


doctrina lo ha definido como “en la pérdida de una ganancia legítima o de una utilidad económica  

por  parte de la  víctima  o sus familiares como  consecuencia   del daño, y que  ésta  no se  habría  

producido si el evento dañino no se hubiera verificado”; en ese contexto, el demandante sostiene


que el accidente de marras, le impidió ejercer labores remuneradas por el lapso de 20 días, lo que
se tradujo en la imposibilidad de percibir la suma de $2.200.000 lo que calcula sobre la base de
obtener mensualmente por su trabajo el total de $3.300.000.

Que, como cuestión previa se debe dejar consignado que el mismo


demandante ha declarado que “se remitieron los antecedentes  a la Fiscalía Local de Las Condes,  

con  el  objeto  de que  ésta  iniciara  una  investigación penal  por  el  cuasidelito  de  lesiones  menos  

graves en que habría incurrido el demandado (…) sin embargo hizo uso de la facultad de no iniciar  

la investigación”; declaración que es insuficiente en orden a establecer que las lesiones sufridas
por el demandante no son de la gravedad que señala en su libelo; habida cuenta que el tiempo de
incapacidad que señala, cual es, el de 20 días, el prosecutor tiene la carga de efectuar una
investigación desformalizada atendido la complejidad de la lesión que oscila entre menos graves a
graves.

Que sin perjuicio de lo anterior y respecto del fondo de lo pedido, de


los documentos aparejados por el demandante, tanto a fojas 148 como 149, se puede colegir que
el demandante durante el periodo Tributario 2014 que refleja los ingresos percibidos en el año
2013, obtuvo una renta imponible de $40.222.209 lo que se traduce en un ingreso líquido
mensual de $3.333.333, siendo ello insuficiente para sostener que el año 2014 obtuvo rentas
similares a las del año precedente o que la ocurrencia del accidente de marras afectó
significativamente su capacidad de percibir remuneraciones; por cuanto lo que se aduce es que los
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ingresos como independiente; lo que son netamente fluctuantes.

Por otro lado, cabe agregar, que el actor fundamenta su lucro cesante
en haberse visto obligado a tener reposo absoluto por 20 días afectándose su posibilidad de
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percibir algún pago, por cuanto al ser un trabajador independiente, los días no trabajados no son
reembolsados, esta declaración afirmada en la demanda, se contradice y contrapone con el
contenido de los documentos aportados, pues por una parte sostiene ser independiente y por otra
apareja un instrumento privado, consistente en el Certificado de Cotizaciones Obligatorias del
actor (fojas 148 ) que señala lo contrario, pues en él consta haber prestado sus labores de manera
remunerada dependiente, en los meses de enero, febrero, marzo, septiembre, octubre y noviembre
de 2014, por lo que, para zanjar tal disyuntiva y obtener una recabada información de cuál es el
real lucro cesante sufrido por el actor, se hace necesario que aparejase las boletas de honorarios
expedidas como trabajador independiente de 2da categoría, para con ello obtener un promedio de
sus remuneraciones que sirviesen de base para un cálculo aproximado de lo que dejó de percibir,
lo que no hizo, por lo que se hace imposible determinar el lucro cesante que reclama.

26º) Que, por último, respecto del daño moral reclamado, éste deberá
ser desestimado de plano, habida cuenta que la sola enunciación de su ocurrencia no es suficiente
para tenerlo por acreditado, sino que requiere necesariamente para su procedencia, la
incorporación de medios de prueba idóneos que permitan al Tribunal estimar que la caída de su
motocicleta provocó en el actor un perjuicio de índole psíquico, lo que no ha ocurrido, por lo que
se desestimará, sin más, del actor dicha solicitud, teniendo siempre en consideración que, de
acoger la indemnización de daño moral, obviando la obligación contenida en el artículo 1698 del
Código Civil abriría la puerta a una arbitrariedad en cuanto a su apreciación pecuniaria, lo que se
transformaría en un enriquecimiento sin causa por parte del peticionario, enriqueciéndose como
consecuencia de ello de manera ilícita, lo que pugna con nuestro ordenamiento jurídico.

27°) Que en cuanto al sexto y último elemento, cual es, la relación


de causalidad entre el hecho acaecido y el daño causado, él se encuentra claramente determinado
con los hechos ya establecidos en esta sentencia, y con el mérito de los fundamentos expresados
en la demanda y contestación.

28º) Que, en consecuencia, habiendo quedado establecido el


cumplimiento de todos y cada uno de los requisitos que establece la legislación civil para la
procedencia de la responsabilidad extracontractual; cabe acoger la demanda y condenar , al
demandado a pagar al actor, a título de indemnización de perjuicios por concepto de daño
emergente la suma de $1.088.694 por concepto de daño emergente, desestimándose lo solicitado
como lucro cesante y daño moral por no haber sido debidamente acreditado; cantidad la que
deberá ser reajustada desde la fecha de esta sentencia, y hasta la fecha de su pago total y efectivo,
conforme la variación que experimente la UF entre ambas fechas; más intereses reajustables a
contar de la fecha de notificación de esta sentencia y hasta su pago total y efectivo.

Por estas consideraciones, y visto además lo dispuesto en los


artículos 144, 160, 170, 254, y siguientes, 346, 384, del Código de Procedimiento Civil y los
artículos 1698, 2314 y siguientes del Código Civil.

SE DECLARA
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1.- Que, se rechaza las objeciones documentales impetradas.

2.- Que se acoge la demanda, en los términos consignados en el


considerando 28°.
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3.- Que, se condena en costas al demandado.

Regístrese y notifíquese.

mns

DICTADA POR DOÑA MARCELA SOLAR ECHEVERRIA, JUEZ TITULAR. AUTORIZA DOÑA LÍA
SEPÚLVEDA VÁSQUEZ, SECRETARIA SUBROGANTE. PRIMER JUZGADO CIVIL DE SANTIAGO.

Se deja constancia que se dio cumplimiento a lo dispuesto en el inciso final del art. 162
del C.P.C. en Santiago, veintitr és de Agosto de dos mil diecisiete.

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Este documento tiene firma electrónica y su original puede ser


validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la tramitación de la
causa.
A contar del 13 de agosto de 2017, la hora visualizada
MARCELA ELENA SOLAR ECHEVERRIA corresponde al horario de verano establecido en Chile
LIA ROSSANA SEPULVEDA VASQUEZ Continental. Para Chile Insular Occidental, Isla de Pascua e
Fecha: 23/08/2017 12:26:59 Fecha: 23/08/2017 12:55:11 Isla Salas y Gómez restar 2 horas. Para más información
consulte http://www.horaoficial.cl

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