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Marisa Ramos
La justicia es un área pública polimórfica que afecta a órdenes muy diversos de la vida
social, política y económica de un país. Este hecho está en la base de la heterogeneidad
de los acercamientos a los sistemas de justicia: un fenómeno complejo no puede ser
tratado de forma unidimensional, requiriendo aproximaciones apoyadas en diferentes
perspectivas y disciplinas. El primer elemento de complejidad estriba en la propia
consideración de lo que constituye un sistema de justicia. Esta tarea no resulta fácil
puesto que engloba tanto al denominado poder judicial como a todas las instituciones
colaterales que constituyen lo que se conoce como administración de justicia, incluido
el sistema legal. Un segundo elemento de complejidad se manifiesta al aproximarse al
sistema de justicia como un poder que contribuye a configurar el sistema político de un
país, aproximación en la que adquiere centralidad las relaciones del poder judicial con
los otros poderes del Estado. Finalmente, una visión comprehensiva de los sistemas de
justicia requiere que sean contemplados desde la perspectiva de su relación con los
ciudadanos, en términos de derecho ciudadano y de servicio público.
1
respeto a los derechos humanos y la eficiencia, en general, de todo el sistema de justicia.
En buena medida, esta ampliación de la óptica para el estudio del poder judicial vino
promovida por la corriente de análisis que se iniciara en Europa hace unas décadas bajo
el nombre de “Judicial politics”. Frente a la exclusión previa del poder judicial de los
análisis politológicos, autores como Volcasenk (1986), Stone (1992) y Alter y
Meunnier-Aitsahalia (1994) reivindican la necesidad de un estudio comprehensivo de
los sistemas políticos que no margine la cuestión judicial. Desde esta perspectiva, el
poder judicial está moldeado por el entorno político, pero también moldea a este último.
La idea no es retomar análisis formales de tipo constitucional, sino adoptar un punto de
vista dinámico que permita apreciar la interacción entre tribunales de justicia, gobiernos
y legislativos, como proceso que estructura opciones y resultados políticos.
Desde esta óptica ampliada, el centro de atención de los análisis no son únicamente las
estructuras formales relacionadas con la justicia, sino que además se atiende al efectivo
funcionamiento de las mismas. Ello amplía el número de disciplinas -la Ciencia
Política, la Economía y la Sociología entre otras- que, además del Derecho, consideran
relevante el estudio del sistema de justicia 1 . Desde esta opción multidisciplinar, la
evaluación de un sistema de justicia no se limita únicamente al tradicional "poder
judicial", sino que se ocupa de la administración de justicia, de los órganos auxiliares de
la justicia (ministerio público, defensoría pública), del sistema penitenciario, de los
consejos judiciales, de las profesiones legales (abogados), de los usuarios no expertos
(partes del juicio), así como del público en general. Dicho de otro modo, se ha ampliado
el análisis del poder judicial al del sistema de justicia en su conjunto. Así concebido, el
ejercicio de la justicia encaja con una visión multidimensional del Estado como un
conjunto o sistema de instituciones.
Con este giro, la justicia ya no es abordada únicamente como un poder que, en el marco
de la relación con otros poderes (Legislativo y Ejecutivo), deba preocuparse de
delimitar y mantener sus propios límites, en cuyo caso, la independencia del mismo
adquiere un interés central en los análisis 2 .Tampoco es ya sólo un tema exclusivo de
inquietud teórica y práctica por parte de aquellos que son profesionales de la misma. En
la medida en que los afectados por la impartición de justicia han aumentado de forma
significativa, el sistema de justicia pasa a ser estudiado en su perspectiva de función del
Estado, susceptible de ser analizada en los mismos términos y por los mismos
profesionales que estudian y analizan las diferentes instituciones estatales y los derechos
ciudadanos que posibilitan. En otras palabras la cuestión de la justicia como un servicio
público pasa a ocupar un lugar destacable, en el que el centro de atención deja de ser el
profesional de la justicia, básicamente el juez, frente al ciudadano-usuario que adquiere
un gran protagonismo.
1
Entre otros, los trabajos de Hammergren (2002), Cameron (2002) y Jacob, Blankkenburg y otros (1996)
inciden en esta cuestión.
2
Toharia (2002) reflexiona acerca de la espiral independentista, según la cual la independencia de
ejercicio (el hecho de que un juez resuelva un conflicto libre de injerencias impropias) se convierte en
independencia estructural (el conjunto de garantías formales y condiciones estructurales que protegen al
juez y al Poder Judicial de cualquier tipo de intervención o control). Llevada a sus extremos, la pretensión
de “blindar” con garantías estructurales la independencia de ejercicio podría situar al Poder Judicial en
una suerte de flotación institucional, ajeno a todo control, por lo que acabaría siendo más que
independiente, irresponsable. Una concepción tan distorsionada de la independencia llevaría a una
situación en la que, sin la obligación de rendir cuentas, sólo la justicia podría reclutar a la justicia,
organizarla, gobernarla, evaluarla o la sancionarla.
2
Con esta consideración del sistema de justicia como un servicio público adquieren
sentido las perspectivas que tienen como objeto de interés las evaluaciones sobre su
funcionamiento, así como los estudios acerca de cómo mejorarlo y qué medidas tomar
para ello. Para adoptar alguna medida es necesario inicialmente diagnosticar los
problemas, en este caso, evaluar cómo funciona el sistema de justicia; fases propias de
todo diseño de una política pública. El enfoque de políticas públicas resulta
especialmente útil para el análisis de la justicia desde esta mirada, así como los estudios
acerca de las posibilidades de mejora y reforma de las instituciones judiciales (Pastor,
1993). Así se explica que para determinados países se haya desarrollado una
bibliografía muy extensa acerca de los alcances y posibilidades de las reformas
judiciales 3 .
3
Este es el caso de los análisis sobre reformas judiciales en América Latina, que han sido objeto de
muchos análisis en las dos últimas décadas. Por citar sólo algunos, ver Buscaglia y Dakolias (1996),
Carothers (2001), Correa Sutil (1999), Dakolias (1996), Domingo (1995), Fruhling (1998), Hammergren
(1998) y Ungar (2002).
3
la pobreza y la desigualdad social restringen severamente el ejercicio de los derechos
políticos.
Desde otras aproximaciones se ha puesto en evidencia que los requisitos mínimos que
definen una democracia política o “poliarquía” son necesarios para distinguir entre
regímenes democráticos y no democráticos, pero no para distinguir variaciones “entre
democracias políticas” (Altman y Pérez Liñán, 2001). Basta con observar las realidades
de muchos países subdesarrollados y compararlas con la situación en la que viven las
democracias occidentales más avanzadas. En base a estas constataciones, algunos
académicos han propuesto incorporar las dimensiones que definen un Estado de
Derecho al concepto de democracia (O´Donnell, 1999). Junto con los procesos
electorales (con todas sus características: elecciones competitivas, inclusivas,
igualitarias, transparentes, libres e institucionalizadas) y el reconocimiento de los
denominados derechos políticos (libertad de asociación, libertad de expresión, libertad
de creencias, derecho a acceder a fuentes alternativas de información), habría que
contemplar otros atributos, como la independencia judicial, la efectividad de
mecanismos horizontales de rendición de cuentas, el acceso a la justicia, y la eficacia
del sistema de justicia. Cabe destacar, sin embargo, que la bibliografía aún no ha
llegado a un consenso teórico sobre los componentes propios de un Estado de Derecho
que deben ser medidos. Este desacuerdo se refleja en muchos de los análisis empíricos
recientes, donde las comparaciones entre sistemas son difíciles cuando las conclusiones
contemplan diferentes dimensiones en unos casos y en otros.
Parece evidenciarse por lo tanto que todas estas aproximaciones de la teoría democrática
sugieren medir aspectos no incluidos dentro del concepto clásico de poliarquía, sea
mediante el “estiramiento conceptual” del mismo (es decir, mediante la incorporación
de atributos nuevos), o mediante la medición de otros conceptos diferentes. En esa línea
cobran relevancia, entonces, algunas dimensiones propias de un sistema de justicia.
4
También en el ámbito político, los recientes estudios sobre accountability horizontal o
rendición de cuentas que desarrolla, entre otros 4 , O´Donnell (1999 a y 1999b) es la
clave para generar una visión de la realidad judicial con impacto en los diferentes
niveles de calidad de las democracias. La existencia de canales que articulen el ejercicio
de control entre los poderes que conforman el sistema político es uno de los elementos
clave del buen funcionamiento y calidad de la democracia. Ahora bien, la atención en
materia de “accountability horizontal” se ha centrado en la relación entre poder
ejecutivo y poder legislativo, dejando a un lado el poder judicial. Sin embargo, la
rendición de cuentas debe ser percibida como un ejercicio a tres bandas y con carácter
bidireccional entre los tres poderes. En este sentido rendición de cuentas comprende
capacidad/habilidad y deber de información, justificación y castigo. A es responsable
ante B cuando A está obligado a informar a B sobre sus acciones y decisiones (pasadas o
futuras), justificarlas y sufrir castigo en caso de comportamiento erróneo (Schedler,
1999: 17). Esta concepción de “accountability horizontal” no asume que las instancias
que la ejercen tengan iguales cotas de poder sino que son independientes.
En la esfera económica, también se han aportado explicaciones para este interés por la
justicia. Desde el trabajo seminal de North (1990), el estudio del sistema de justicia ha
cobrado una importancia fundamental para la comprensión y evaluación comparativa de
la economía de los Estados. Según este enfoque, el factor institucional es clave para
entender los costos de transacción entre los agentes económicos: instituciones
ineficientes generan costes de transacción elevados que retraen el comercio y la
especialización de la economía; instituciones eficientes, en cambio, reducen los costes
de transacción, incrementando los intercambios y la especialización. En este sentido, el
4
Ver también Peruzzotti y Smulovitz (2000), Mendez (2000), Schmitter (1999) o Hammergren (2001b).
5
papel que cumple el poder judicial es crucial: es el órgano encargado de ejercer una
función neutral e imparcial en la solución de los conflictos de intereses, garantizando
que los contratos y acuerdos privados se cumplan eficazmente y que, en caso contrario,
se sancione al infractor.
De acuerdo con este enfoque, existiría una relación entre sistemas de justicia ineficaces
y corruptos y subdesarrollo y estancamiento económico. Más específicamente, un grado
alto de independencia y transparencia del poder judicial, estable a través del tiempo,
estaría vinculado con una economía sana y moderna, altamente especializada. Por el
contrario, altos grados de corrupción y gasto público gestionado de forma ineficiente
estarían vinculados con economías estancadas y de baja especialización. Si bien cabe
destacar que el contraste empírico de la teoría de North aún no ha sido llevada a cabo
satisfactoriamente (Messick, 1999), la solidez teórica y argumental de la misma sigue
justificando los desvelos de la reciente Ciencia Política, aportando objetivos de análisis
empíricos que recaen sobre el poder judicial y las instituciones de justicia en general 5 .
Y sobre estas mismas bases, los análisis que intentan aportar instrumentos teóricos y
metodológicos que hagan posible diagnosticar el rendimiento de las instituciones
5
Véase en ese sentido, Castelar Pinhero, 2001.
6
El movimiento para la promoción del Estado de Derecho se refiere a la oleada de promoción
internacional del Estado de Derecho que comienza a mediados de los 80 en América Latina y que en la
actualidad se ha extendido a Europa del Este, la antigua Unión Soviética, Asia y el África Sub-Sahariana
(Carothers, 2003).
6
judiciales han adquirido centralidad en la Ciencia Política actual. La construcción de
indicadores precisos, posibles y con suficiente capacidad de ofrecer un mapa de
situación en materia de justicia se ha convertido en un reto, así como la utilización de
fuentes de datos fiables y viables 7 .
3. Referencias clásicas
BECKER, T. L. Comparative Judicial Politics: the Functioning of Courts. Chicago:
Rand McNally, 1970.
CAPPELLETTI, M. The Judicial Process in comparative perspective, Oxford:
Clarendon Press, 1989.
DAHL, Robert A. "Decision-Making in a Democracy; The Supreme Court as a
National Policy Maker," Journal of Public Law 6, pp 279-295, 1957.
EPSTEIN, L. y KNIGHT, J. 1 The Choices Justices Make. Washington, D.C.: CQ
Press, 1998.
EPSTEIN, L. y KNIGHT, J. "Toward a Strategic Revolution in Judicial Politics: A
Look Back, A Look Ahead." Political Research Quarterly 53: 625-661 (on
reserve), 2000.
GARAPON, A. Le gardien des promesses: justice et democratie, Paris. Odile Jacob,
1996.
MARAVALL, J. M y PRZEWORSKI, A. Democracy and the rule of law. Cambridge :
Cambridge University Press, 2003.
SHAPIRO, M. Courts: A comparative Political Analysis, Chicago: Chicago University
Press, 1981.
STONE, A. The Birth of Judicial Politics in France. The Constitutional Council in
Comparative Perspective, Oxford University Press, Oxford, 1992.
TATE, C. N. y VALLINDER, TORBJÖRN (eds) (1995): The Global Expansion of
Judicial Power, New York, London: New York University Press, 1995.
VILE, M. J. C., Constitucionalism and the separation of powers. Clarendon Press, Oxford 1967.
4. Fuentes en Internet
7
Ver para este asunto Balir y Hansen (1994), Hammergren (2001), Hemlke (1998) o Ramos, Linares y
Ruiz (2003)
7
· Latinobarómetro. Disponible en http://www.latinobarometro.org
· Banco Mundial World Business Environment Survey – The Voice of the Firms.
WBES 2000. Disponible en http://info.worldbank.org/governance/wbes
· Índice Ley y Orden, Internacional Country Risk Guide (ICRG), The PRS
Group. http://icrgonline.com
5. Ejercicios prácticos
Ejercicio 1. Con el fin de ilustrar la polisemia del concepto de justicia y las instituciones
políticas relacionadas con la misma, se trata de que cada miembro del grupo defina qué
entiende por justicia, por poder judicial y por sistema de justicia con el fin de plasmar
las posibles diferencias entre estos conceptos.
Ejercicio 2. Escribe los atributos o características ideales que crees que debe tener un
sistema de justicia para que funcione adecuadamente ¿En que tendrías que fijarte para
comprobar el grado de consecución de los mismos? En otros términos, ¿qué indicadores
te servirían para diagnosticar un sistema de justicia?
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Ejercicio 3. Haciendo el seguimiento de la prensa durante un mes, identifica noticias
que te sirvan para contrastar la hipótesis de la judicialización de la política en España.
Ejercicio 5. Explica cómo pueden incidir los problemas de desarrollo y la debilidad del
Estado de Derecho en el acceso a la justicia por parte de los ciudadanos.
9- En las distintas líneas de análisis sobre el Poder Judicial y la Justicia, señala cuál de
los siguientes autores NO está correctamente catalogado:
9
10- Señala cuál de los siguientes aspectos NO es una dimensión de accountability
horizontal.
a) Rendición de cuentas entre poderes.
b) Eficacia en el rendimiento del servicio público al que tienen derecho los
ciudadanos: por ejemplo el derecho de acceso a la justicia.
c) Fiscalización del Legislativo por parte del Poder Judicial.
d) Fiscalización del Ejecutivo por parte del Poder Judicial.
e) Rendición periódica de cuentas ante las urnas por parte de los representantes
políticos.
6. Bibliografía
10
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O´DONNELL, G. "Democracy, Law, and Comparative Politics" en Studies in
Comparative International Development, Spring, Vol. 36, No. 1, pp. 7–36, 2001.
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2006.
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SCHEDLER, A. “Judging the Judge. The Logics of Judicial Accountability”. Paper
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SCHMITTER, P.“The limits of horizontal accountability”, en en A. SCHEDLER, L.
DIAMOND y M F. PLATTNER (eds.), The self-restraining state, Boulder,
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TEDESCO, L. “La ñata contra el vidrio: urban violence and democratic governability in
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VOLCANSEK, M. Judicial Politics and Policy-Making in Western Europe. London:
Frank Cass Publishers, 1992.
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