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La vivienda es una edificación cuya principal función es ofrecer refugio y habitación a las
personas, protegiéndolas de las inclemencias climáticas y de otras amenazas. El derecho a
la vivienda digna se considera uno de los derechos humanos fundamentales.
LA VIVIENDA EN VENEZUELA
En total, la Democracia Civil (1958-1998) construyó 1.496.306 viviendas (2,38 viv. x 1.000
hab) y se hicieron urbanizaciones como Caricuao (Caracas), La Trinidad (Maracaibo), La
Isabelica (Valencia), Bararida (Barquisimeto), Caña de Azúcar (Maracay), entre otras. Los
gobiernos de Chávez y Maduro, entre 1999 y 2016, construyeron 943.965 viviendas (1,81
viv. x 1.000 hab.). Sin duda alguna, nadie supera a la democracia venezolana en materia de
construcción de viviendas de interés social. (*) Datos actualizados al 3/2/2019
El déficit de viviendas es dramático y supera las 2 o 2,5 millones de unidades, a lo que hay
que añadir la necesidad de construir cada año un número cercano a 45 viviendas por cada
10.000 habitantes, es decir, unas 125.000 viviendas. Esta administración logra que cada
año más de 65.000 venezolanos no cuenten con un techo, lo cual sería una proeza si fuese
a propósito.
Con las alturas suficientes y dejando la mitad del suelo para calles, parques y respetando
los grados de las pendiente se puede edificar en la misma superficie más de siete
apartamentos por cada rancho previamente existente, es decir, con el suelo de unos
140.000 ranchos es posible construir más de un millón de apartamentos decentes, en un
entorno adecuado y más seguro. Las estimaciones indican que para esto se requerirían
unas 1.250 hectáreas, en las que se sustituirían mayoritariamente y de forma progresiva
los ranchos por nuevas viviendas, sin requerir de expropiación alguna.
Asumiendo que hasta los momentos, en su forma más avanzada, esta debe ser familiar
urbana para satisfacer las necesidades materiales y sociales, y generar así el hábitat; una
vivienda digna necesariamente debe contar con dos elementos:
Ubicación en una ciudad. Siendo el hábitat por excelencia del hombre, solo en las
ciudades se puede materializar lo realmente urbano a través del acceso efectivo de los
espacios de uso público en los que se desarrollan las actividades que complementan a las
de habitación y trabajo, como son todas aquellas que ofrecen bienestar social y sentido de
comunidad. Además, la industria y el comercio tienen su lugar en las ciudades, y son
precisamente la principal fuente de trabajo masivo en la sociedad actual.
Adecuada para la familia. Una vivienda digna para una familia de la clase obrera debe
adecuarse al tamaño de la familia, no la familia adecuarse al tamaño de la vivienda. El
hacinamiento ha sido una constante histórica de precariedad, presente en el Manchester
de 1850 donde en un edificio de cuatro pisos vivían cientos de familias con una sola
letrina; y presente también en cualquier barrio de Latinoamérica, donde en terrenos
ocupados por las capas más sumergidas en la miseria, habitan miles de familias en
viviendas de mampostería, amontonadas unas sobre otras, sin acceso a los mínimos
servicios de agua o electricidad, negando absolutamente el hábitat humano pero
propiciando el ideal para brotes de enfermedades mortales y epidemias.
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