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INTRODUCCIÓN.
§ i.
desde el punto de vista de la America-
T
ANTO
nística como de la Jurisprudencia etnológica
echamos de menos, hasta ahora, un tratado
sistemático y completo del Derecho de la Alta
Cultura de América. Para llenar este vacío en nuestros
conocimientos históricos presentamos en nuestro ensayo
la exposición comparada de una parte de los fenómenos
jurídicos que comprende los problemas relacionados con
el delito y su expiación, es decir, el Derecho penal "ma-
terial", excluyendo deliberadamente la organización ju-
dicial y el procedimiento criminal. E n el sentido etno-
gráfico, el estudio comprende el Imperio de los Incas del
antiguo Perú, los Estados de los Chibchas de la Meseta
de Bogotá y la Triple Unión de la Meseta de Méjico.
Para que nuestra disertación fuese completa habrían de
tenerse en cuenta también el Derecho de las tribus ma-
yas y de otras agrupaciones de cultura superior de la
América Central meridional, así como de los indígenas
del valle del Cauca de Colombia; sin embargo, tenemos
que renunciar por ahora a esta exposición global, pues-
to que no disponemos de material suficientemente pre-
parado para la parte del Derecho que nos interesa (§ 2).
324 BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE LA HISTORIA
§3-
Así como no podemos emprender una crítica
de las fuentes, tampoco podemos facilitar el conoci-
miento del orden social, indispensable para la compren-
sión. Pero por lo menos insistiremos en algunos rasgos
sociológicos característicos de los antiguos indios que
han de tenerse en cuenta en las explicaciones posterio-
res.
El fuerte impulso cultural de las antiguas civiliza-
ciones americanas tiene su origen en la órbita estatal;
32Ó BOLETÍN DE LA ACADEMIA D E LA H I S T O R I A
§4-
La totalidad de las instituciones sociales, las re-
glas de conducta y las concepciones de un pueblo no
tienen de ninguna manera naturaleza jurídica exclusi-
va o predominante. Al lado de instituciones y normas
jurídicas, la Costumbre ocupa un amplio espacio: el
uso consagrado por la tradición y educación, que en la
conciencia de los miembros de una comunidad social tiene
carácter coercitivo igual que el Derecho en sentido es-
tricto.
Porque tanto el Derecho como la Costumbre son
de índole coactiva cada uno en su género. Y cuanto
más descendamos a la humanidad primitiva, tanto más
difícil será distinguir entre ambas esferas y trazar un
límite fijo que marque la transición del extenso campo
de la Costumbre a la esfera del Derecho, más reduci-
da conceptual y psicológicamente. No es de ningún mo-
do decisivo para esta línea divisoria —ni tampoco en el
Derecho moderno— el factor de la amenaza de un daño
y ni siquiera lo es la característica de una reacción de
defensa de la sociedad, eme en el caso particular de una
no observancia de los preceptos de su Costumbre, pue-
de tener consecuencias más graves para el autor que la
violación de una norma jurídica en sentido estricto.
Considerando eme la mayor parte del Derecho de la
antigua América consistía en usos consuetudinarios y
que una separación de Costumbre y Derecho es, por
EL D E R E C H O PENAL EX LA AMERICA PRECOLOMBINA 331
II
§ i- a)
Las citadas codificaciones que colocaron un Dere-
cho estatuido común al lado del Derecho consuetudina-
rio regional o también común, constituyen, por su con-
tenido esencial, los comienzos de un Derecho penal es-
tatal verdaderamente draconiano, embebido por la idea
de la protección de los intereses públicos por medio de
la intimidación ejemplar ante la realización de una vo-
luntad contraria al Derecho.
No queremos decir que el Derecho más antiguo de
los grupos totémicos o aldeanos no haya desempeñado,
en un sentido objetivo, la misma función sociológica.
Pero el primer plano de la mentalidad jurídica lo ocupa
en estos Derechos antiguos la idea de la compensación
del daño causado. Como hemos indicado, ya coexisten
en la expiación primitiva la compensación del daño
material o ideal y el castigo merecido por intereses pú-
blicos, y hasta podemos decir que esta expiación —ora
consista en la venganza sangrienta, ora en la "compo-
sición"— incluye sólo de un modo latente la defensa
de intereses públicos y que en la conciencia de la comu-
336 BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE LA HISTORIA
b)
c)
d)
Igual que el Estado pone trabas a la venganza pri-
vada del individuo, ya que sirve a los intereses públi-
cos y no a los privados, debe ignorar también el consen-
timiento del perjudicado o lesionado en la violación del
Derecho lo mismo que su perdón posterior : a la supre-
sión de la venganza ilícita corresponde la ineficacia
jurídica del consentimiento del perjudicado. Este con-
sentimiento es sustituido en cierto modo, ya en las cul-
turas señoriales precoces, por la institución de la gra-
cia real que, sin embargo, no se regía, por lo menos
en un principio, por reglas subjetivas y privadas, sino
por puntos de vista públicos y objetivos.
El ya mencionado caso del adulterio, tan arraigado
en la personalísima esfera de la vida, queda muchas
344 BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE LA HISTORIA
§ 2 - a)-
La tendencia consciente y sistemática a la intimida-
ción ejemplar está estrechamente ligada al ya esbozado
desarrollo de la idea de la culpa. Aparece la valoración
346 BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE LA HISTORIA
b).
c).
d).
e)
Ahora bien, si demostramos que frente a la antigua
concepción "objetiva" de la violación del Derecho, pre-
dominante durante varios milenarios, se impuso la con-
sideración psicológica también en las altas culturas pre-
coces de América, no queremos dejar de insistir en que,
al final de este proceso, no nos encontramos con prin-
cipios abstractos y aplicables uniformemente a todos
los casos correspondientes, sino precisamente con las
regulaciones casuísticas que hemos caracterizado: la
diferenciación psicológica se abre paso poco a poco, a
base de casos aislados (cfr. ad c y d) mientras que otros
continúan sometidos a la influencia de las antiguas con-
vicciones jurídicas (cfr. ad b). No nos extraña, pues,
que también estos casos de una consideración más mo-
derna carezcan aún de la sutileza y perfección de los
sistemas jurídicos de las graneles civilizaciones más
356 IiOLETÍN DK LA ACADEMIA DE LA H I S T O R I A
/)•
9)
El giro del Derecho señorial hacia el aspecto psicoló-
gico no sólo creó nuevos supuestos de penalidad, sino
que también ofreció nuevos criterios para la graduación
de la pena, cuya concepción antigua sólo consideraba
como decisivo el grado del daño causado (compárese en
el sistema de las "composiciones" la graduación de la
indemnización, variable según el estado social del agra-
viado y no según la culpa del autor). E n cambio, en el
nuevo Derecho aparecen momentos subjetivos que pue-
den motivar, tanto un agravamiento como una atenua-
ción de la pena, según que la voluntad antijurídica, me-
recedora de represión ejemplar, aparezca documentada,
fuerte o débil.
Entre los criterios psicológicos que también en el
Derecho de las altas culturas americanas motivaron un
agravamiento de la pena, hemos de citar en primer lu-
gar la reincidencia : la condenación de varias infraccio-
nes idénticas en distintos procedimientos. El castigar
más gravemente la reincidencia no se puede imaginar ló-
gicamente en el Derecho anterior ; no aparece sino con el
desenvolvimiento de la culpa psicológica, aplicándose
en las altas culturas precoces, con preferencia al hurto
EL DERECHO PEXAL EX LA AMÉRICA PRECOLOMBINA 359
h).
§ 3- a).
6).
c).
§ 4-
La organización social de los sistemas feudales lleva
a una graduación de la situación jurídica del individuo,
que en las culturas feudales se reconoce de derecho,
EL DERECHO PENAL EN LA AMERICA PRECOLOMBINA 369
(Continuará.)