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Las enfermedades cardiovasculares se deben a trastornos del corazón y los vasos sanguíneos. A
continuación, te presentamos un listado de estas afecciones, para que conozcas su descripción,
síntomas, diagnóstico, tratamiento y pronóstico. Textos con vocabulario accesible, fichas prácticas,
vídeos, audios, infografías... Para que entres al detalle y conozcas a fondo cada dolencia.
1 Infarto de miocardio
2 Cardiopatía isquémica
3 Insuficiencia cardíaca
4 Muerte súbita
5 Miocardiopatias
6 Miocardiopatia dilatada
7 Miocardiopatia hipertrófica
8 Miocardiopatia restrictiva
9 Valvulopatías
10 Valvulopatia mitral
11 Valvulopatía aórtica
12 Valvulopatía pulmonar
13 Valvulopatía tricúspide
14 Endocarditis infecciosa
15 Arritmias
16 Tipos de arritmia
17 Síndrome de Wolff-Parkinson-White
18 Arritmias en la infancia
19 Cardiopatía congénita
20 Tipos de cardiopatía congénita
21 Amiloidosis
22 Enfermedad de Kawasaki
23 Coartación de aorta
24 Foramen oval permeable
25 Síndrome de Brugada
26 Síndrome de Marfan
27 Ductus arterioso persistente
28 Transposición de los grandes vasos
Infarto de miocardio
Coloquialmente conocido como infarto, el infarto de miocardio aparece por un riego sanguíneo
insuficiente debido a la obstrucción de una arteria. Esta animación te muestra cómo se produce la
necrosis del músculo cardiaco y cuáles son sus causas, síntomas y consecuencias.
¿Qué es un infarto?
Es la necrosis -o muerte de las células- de un órgano o parte de él por falta de riego sanguíneo
debido a una obstrucción o estenosis (estrechez) de la arteria correspondiente.
Comúnmente llamamos infarto al infarto agudo de miocardio (músculo cardiaco) pero le puede
ocurrir a cualquier órgano.
Mueren las células del tejido que no reciben sangre (el tejido se necrosa)
Las arterias coronarías se pueden estrechar por distintas causas. Las más comunes son un coágulo
de sangre y la aterosclerosis (depósito e infiltración de grasas en las paredes de las arterias) que se
va produciendo progresivamente facilitado por los factores de riesgo que señalamos a
continuación.
Hipertensión
Colesterol alto
Tabaco
Obesidad
Sedentarismo
Edad avanzada
Síntomas del infarto
En la mayoría de ocasiones no se presentan todos los síntomas, sino una combinación variable de
algunos de ellos:
Habitualmente dolor tipo peso en la zona del esternón que no se modifica con los movimientos
ni con la respiración, bastante intenso y en ocasiones se irradia hacia mandíbula, cuello y espalda,
brazo izquierdo, y en algunos casos brazo derecho. Se puede asociar a sudor frío y mareo.
Otras veces se manifiesta con dolor en la parte alta del abdomen, dificultad para respirar, ganas
de vomitar y pérdida de conocimiento.
Si el infarto agudo de miocardio es muy extenso, es posible sufrir de por vida insuficiencia
cardiaca, a veces con congestión pulmonar.
Si el infarto agudo de miocardio es de pequeña extensión, se puede llevar una vida normal, eso
sí, controlando los factores de riesgo para evitar un nuevo infarto.
En algunas personas pueden aparecer arritmias ventriculares o bloqueos del corazón que por lo
general pueden ser controlados con el uso de dispositivos especiales: desfibrilador, marcapasos.
Suelen aparecer en el ingreso hospitalario y, una vez superados, el pronóstico ya no depende de
haber presentado dichas complicaciones.
En otras ocasiones, el paciente puede padecer una angina inestable que suele ser signo de muy
alto riesgo de infarto agudo de miocardio o muerte súbita. La angina inestable se desencadena
igual que el infarto, pero en este caso no existe una oclusión completa de la arteria coronaria por
el trombo y no se ha llegado a producir muerte de células cardíacas. Se manifiesta en reposo por
un dolor u opresión que empieza en el centro del pecho y puede extenderse a brazos, cuello,
mandíbula y espalda. Es decir, los síntomas son iguales a los del infarto, aunque generalmente de
menor duración e intensidad. Esta angina debe ser tratada como una emergencia, ya que hay un
elevado riesgo de producirse un infarto, una arritmia grave o muerte súbita.
Cardiopatía Isquémica
Causada por la arteriosclerosis, esta enfermedad impide que el corazón reciba la sangre necesaria.
Suele ser asintomática y puede prevenirse. Entérate cómo.
Este proceso empieza en las primeras décadas de la vida, pero no presenta síntomas hasta que la
estenosis de la arteria coronaria se hace tan grave que causa un desequilibrio entre el aporte de
oxígeno al miocardio y sus necesidades. En este caso se produce una isquemia miocárdica (angina
de pecho estable) o una oclusión súbita por trombosis de la arteria, lo que provoca una falta de
oxigenación del miocardio que da lugar al síndrome coronario agudo (angina inestable e infarto
agudo de miocardio).
Causas
Edad avanzada
Aumento de las cifras de colesterol total, sobre todo del LDL (malo)
Tabaquismo
Hipertensión arterial
Diabetes mellitus
Obesidad
Sedentarismo
El haber presentado previamente la enfermedad (los pacientes que ya han presentado angina o
infarto tienen más riesgo que los que no los han presentado)
Los pacientes con múltiples factores de riesgo presentan el máximo riesgo de padecer enfermedad
obstructiva de las arterias coronarias, y por tanto, más posibilidades de angina o infarto. Además,
en el llamado síndrome metabólico, es decir, asociación de obesidad, diabetes, aumento del
colesterol e hipertensión, los pacientes presentan más riesgo. La probabilidad de tener una
enfermedad cardiovascular (coronaria) o de morirse del corazón se puede calcular por distintas
puntuaciones (SCORE, Framingham, etc.).
Es una enfermedad grave que ocurre como consecuencia de la obstrucción de una arteria
coronaria por un trombo. La consecuencia final de la obstrucción de la arteria es la muerte
(necrosis) del territorio que irriga la arteria obstruida. Por tanto, la importancia del infarto de
miocardio dependerá de la cantidad de músculo cardiaco que se pierda. El infarto suele ser un
evento inesperado que se puede presentar en personas sanas, aunque generalmente es más
frecuente en quienes tienen factores de riesgo y en enfermos que ya han padecido otra
manifestación de cardiopatía isquémica.
La necrosis del territorio que se queda sin riego sanguíneo es progresiva. El daño se incrementa
con el tiempo y, una vez muere la porción de músculo cardiaco, es imposible recuperar su función.
Sin embargo, el daño sí se puede interrumpir si el miocardio vuelve a recibir sangre por medio de
procedimientos que desatascan la arteria bloqueada.
Por ello, es fundamental que la persona con un infarto llegue al hospital lo antes posible. Lo ideal
es que reciba atención en el transcurso de la primera hora desde el inicio de los síntomas. Si esto
no es posible, durante las horas siguientes al infarto deberán aplicarle tratamientos como
trombolisis (fármacos administrados por vía intravenosa que disuelven el trombo) o angioplastia
(recanalización mecánica con catéteres de la arteria obstruida). En ocasiones, incluso puede
precisar cirugía cardiaca urgente. Cuanto antes sea atenido el pacientes mayores posibilidades
tiene de evitar daños definitivos.
Más información en el apartado sobre infarto.
Síntomas
Diagnóstico
Pronóstico
Los pacientes con angina de pecho deben controlar estrictamente factores de riesgo
cardiovascular y seguir controles periódicos para prevenir la aparición de nuevos y, si existen, hay
que corregirlos:
Dejar el tabaco
También los pacientes son tratados con betabloqueantes como tratamiento principal y para
mejorar los síntomas se recomiendan nitratos (vía oral, sublingual o en parches transdérmicos),
antagonistas del calcio, ivabradina y ranolazina. Los pacientes con crisis frecuentes de angina se
someten a tratamiento de varios fármacos combinados.
Bypass. Para pacientes con enfermedad coronaria más difusa, cuando la angioplastia no es
posible y sobre todo si existe mala función del ventrículo izquierdo. Se realiza con apertura del
tórax y anestesia general.
Suele ser signo de muy alto riesgo de infarto agudo de miocardio o muerte súbita. La angina
inestable se desencadena igual que el infarto, pero en este caso no existe una oclusión completa
de la arteria coronaria por el trombo y no se ha llegado a producir muerte de células cardiacas. Se
manifiesta en reposo por un dolor u opresión que empieza en el centro del pecho y puede
extenderse a brazos, cuello, mandíbula y espalda. Es decir, los síntomas son iguales a los del
infarto, aunque generalmente de menor duración e intensidad. Esta angina debe ser tratada como
una emergencia, ya que hay un elevado riesgo de producirse un infarto, una arritmia grave o
muerte súbita.
Insuficiencia Cardíaca:
Sucede cuando el corazón no es capaz de bombear suficiente sangre al resto del cuerpo. Varias
enfermedades pueden causarla: valvulopatías, arritmias...
La insuficiencia cardiaca se produce cuando hay un desequilibrio entre la capacidad del corazón
para bombear sangre y las necesidades del organismo.
Cardiopatía isquémica
Aparece cuando las arterias coronarias que distribuyen la sangre al corazón sufren
estrechamientos que reducen o impiden el flujo sanguíneo, y por tanto, el aporte de oxígeno. En
algunos pacientes es un proceso lento y progresivo. En otros, consiste en un coágulo o trombo que
produce una obstrucción completa y rápida del vaso sanguíneo. Esta última situación es lo que se
conoce como infarto, y puede provocar la muerte de la parte de músculo cardiaco que deja de
recibir sangre.
Miocardiopatía hipertrófica
Miocardiopatía restrictiva
Por lo general, estas enfermedades provocan dilatación e importante pérdida de fuerza del
corazón. Algunas, como la miocardiopatía etílica o la miocarditidis, pueden ser reversibles con
tratamiento.
Valvulopatías
Arritmias
Tanto las arritmias rápidas como las arritmias lentas pueden provocar insuficiencia cardiaca.
La anemia, las infecciones generalizadas en el cuerpo, las enfermedades de tiroides, las fístulas
arteriovenosas o el aumento de la presión arterial provocan una mayor demanda de sangre
corporal que, en ocasiones, un corazón sano tampoco es capaz de atender. Por ello, el tratamiento
de estos pacientes debe centrarse en la enfermedad que está ocasionando la insuficiencia más
que en el propio corazón.
La insuficiencia cardiaca puede ser una enfermedad que no presente síntomas durante mucho
tiempo a lo largo de la vida (llamada fase asintomática). Cuando aparecen, los síntomas
predominantes son:
Cansancio anormal por esfuerzos que antes no lo causaban. La sangre no llega adecuadamente a
los músculos y se provoca una situación de fatiga muscular.
Respiración fatigosa por estancamiento de los líquidos en los alvéolos de los pulmones. Si al
estar acostado se presenta una sensación de ahogo que obliga a levantarse y dormir sentado.
A veces puede aparecer tos seca y persistente motivada por la retención de líquido en los
pulmones o por el tratamiento con inhibidores de la enzima de conversión. Es este último caso, el
especialista puede valorar un cambio de tratamiento.
La reducción del flujo sanguíneo al cerebro puede provocar sensaciones de mareo, confusión,
mente en blanco y breves pérdidas de conciencia. Si se presentan estos episodios relacionados con
cifras bajas de tensión es recomendable sentarse o tumbarse.
La insuficiencia puede provocar que el flujo de sangre a los riñones no sea suficiente, y se
produzca retención de líquidos por disminución de la orina. Esta hinchazón suele localizarse en las
piernas, los tobillos o el abdomen. Y a veces se orina más por la noche que por el día (nicturia).
Falta de aire (disnea) con el esfuerzo y mala tolerancia al ejercicio por fatiga.
Diagnóstico de la insuficiencia cardiaca
Hipertensión o diabetes
Infecciones recientes
Hinchazón
Exploración abdominal
En algunos casos serán necesarias pruebas complementarias, como los rayos X, el ecocardiograma
o la prueba de esfuerzo.
Tratar la causa que la produce (revascularización con angioplastia o bypass si es por falta de
riego, dejar de beber si es alcohólica, etc.).
Medidas higiénicas: controlar el peso, dieta baja en sal, controlar la ingesta de líquidos,
conseguir el normopeso.
Los fármacos vasodilatadores (como los nitratos o los inhibidores de la enzima convertidora de
la angiotensina y de los receptores IECA y ARA II) reducen la carga con la que debe trabajar el
corazón, aumentan su rendimiento y rebajan la tensión arterial. Estos últimos son imprescindibles
si la función del corazón está disminuida.
Los betabloqueantes disminuyen las pulsaciones y mejoran el pronóstico vital (son
imprescindibles si la función del corazón está disminuida).
En otros casos es necesario implantar dispositivos a los pacientes que a pesar de un tratamiento
correcto (pérdida de peso, dieta adecuada, etc.), continúan con síntomas, tienen unas alteraciones
en el ECG determinadas y una función del corazón disminuida (<35%). Estos dispositivos en los
pacientes con una esperanza de vida adecuada pueden mejorar los síntomas (TRC) o disminuir la
probabilidad de morirse de repente (DAI).
Si el paciente no mejora con todos los tratamientos previos, se podría plantear (según la edad y
la presencia de otras enfermedades o complicaciones) el trasplante cardiaco.
En todo caso, el enfoque inicial de cualquier tratamiento para la insuficiencia cardiaca siempre
debe controlar la hipertensión o la diabetes y recuperar el caudal de riego sanguíneo.
Muerte Súbita:
La muerte súbita es la aparición repentina e inesperada de una parada cardiaca en una persona
que aparentemente se encuentra sana y en buen estado.
Existe una definición más formal, que es la utilizada en los estudios médicos: "muerte súbita es el
fallecimiento que se produce en la primera hora desde el inicio de los síntomas o el fallecimiento
inesperado de una persona aparentemente sana que vive sola y se encontraba bien en plazo de las
24 horas previas".
Su principal causa es una arritmia cardiaca llamada fibrilación ventricular, que hace que el corazón
pierda su capacidad de contraerse de forma organizada, por lo que deja de latir. La víctima de
muerte súbita pierde en primer lugar el pulso, y en pocos segundos, pierde también el
conocimiento y la capacidad de respirar. Si no recibe atención inmediata, la consecuencia es el
fallecimiento al cabo de unos minutos.
Las medidas de reanimación cardiopulmonar pueden conseguir en muchos casos que la arritmia
desaparezca y el paciente se recupere. Si por fortuna sucede esto, estaremos ante una 'muerte
súbita reanimada'.
Causas de muerte súbita
La muerte súbita se debe habitualmente a una arritmia cardiaca maligna: la fibrilación ventricular.
Esta arritmia produce una actividad eléctrica cardiaca caótica que no es capaz de generar latido
cardiaco efectivo, por tanto el corazón deja de bombear la sangre, la presión arterial cae a cero y
se anula el riego sanguíneo del cerebro y del resto del cuerpo. Cuando se detiene la circulación, el
oxígeno y los nutrientes dejan de llegar a los órganos, que rápidamente empiezan a sufrir. Es
importante saber que el órgano más vulnerable es el cerebro. Unos pocos minutos de parada
cardiaca pueden ser la causa de lesiones cerebrales graves; de hecho, estas son las principales
secuelas en los pacientes que son reanimados.
Las víctimas de muerte súbita presentan de manera brusca una pérdida completa del
conocimiento y no responden a ningún tipo de estímulo. Pueden tener los ojos abiertos o
cerrados, y en seguida, dejan de respirar. Sin atención, el color de la piel pierde rápidamente el
tono rosado habitual y se torna azul violáceo.
Pronóstico
La inmensa mayoría de los pacientes que sufren una muerte súbita y no reciben atención médica
fallecen en pocos minutos.
Tratamiento
Existe una medida de tratamiento eficaz: la desfibrilación. Consiste en administrar al corazón una
descarga eléctrica controlada con un dispositivo que se conoce como desfibrilador. Básicamente,
lo que hace este dispositivo es descargar la actividad eléctrica de todas las células del corazón a la
vez. Lo habitual es que al reiniciar 'desde cero' la actividad del corazón, este recupere su ritmo
habitual normal.
Es muy importante saber que el pronóstico de los pacientes que sufren una muerte súbita
depende fundamentalmente del tiempo que transcurre entre que el corazón se detiene y se aplica
una desfibrilación. Se calcula que por cada minuto de demora existe un 10 por ciento menos de
posibilidades de que el paciente se recupere. Si no tenemos a mano un desfibrilador, es
importante iniciar rápidamente la reanimación cardiopulmonar, ya que así conseguiremos
prolongar el tiempo en el que una desfibrilación pueda ser eficaz.
¿Qué hacer?
Una persona que sufre una parada cardiaca se halla en una situación tan desesperada en la que
cualquier ayuda puede marcar la diferencia entre el fallecimiento y la recuperación. Ninguna de las
atenciones que se intenten puede ser perjudicial.
Lo primero que hay que hacer es solicitar atención médica, llamando al teléfono de emergencias.
A la hora de dar el aviso es muy importante explicar que la persona que tenemos delante está
sufriendo una parada cardiaca. Si se hace de forma correcta, el personal del equipo de
emergencias enviará lo más rápidamente posible un equipo médico-sanitario con el dispositivo
técnico adecuado.
Si el paciente presenta una parada cardiaca y no respira, se deben realizar técnicas de reanimación
cardiopulmonar. Aunque es una medida bastante conocida, se ha comprobado que la respiración
boca a boca resulta innecesaria e ineficaz, ya que lo realmente importante es realizar un masaje
cardiaco correcto. Se deben poner ambas manos en el centro del esternón del paciente y hacer
compresiones hacia abajo con los brazos extendidos en ángulo recto respecto cuerpo de la
víctima. Hay que comprimir el esternón hacia abajo unos 4-5 cm, con una frecuencia aproximada
de 100 veces por minuto, e intentar que las compresiones sean rítmicas y regulares, es decir, con
las mínimas interrupciones posibles. El masaje cardiaco se debe mantener hasta que la víctima
recupera el conocimiento o hasta que llegue la asistencia médica.
Si eres familiar de un paciente que ha fallecido recientemente por un episodio de muerte súbita,
queremos hacerte llegar nuestro más sentido pésame y ofrecernos para garantizarte que se realiza
un estudio adecuado del caso.
El análisis de este tipo de episodios resulta de vital importancia, tanto para el paciente como para
los familiares, ya que en muchas ocasiones existe una cardiopatía hereditaria. Establecer la causa
de la muerte súbita no siempre es fácil, y se requiere un estudio muy complejo que debe ser
realizado por personal cualificado:
Si por el contrario, la persona fue reanimada con éxito, recomendamos que nos contacten con la
mayor brevedad posible para que les indiquemos el centro hospitalario al que dirigirse para llevar
a cabo un estudio del paciente y de la familia.
En el Estudio español de muerte súbita relacionada con el deporte se incluirán todos aquellos
casos de muerte súbita (recuperada o no) que se produzcan en deportistas jóvenes (edad menor o
igual a 35 años) y que sean notificados a la Sociedad Española de Cardiología (SEC). La notificación
de casos puede ser llevada a cabo por los propios familiares o por personal sanitario relacionado
con el paciente.
Miocardiopatias:
Las miocardiopatías son enfermedades específicas del músculo cardiaco. El músculo cardiaco
puede fallar por:
Mala contracción y mala relajación a la vez, lo que no permite al corazón bombear una cantidad
adecuada de sangre.
Miocardiopatía dilatada
Miocardiopatía hipertrófica
Miocardiopatía restrictiva
Miocardiopatía dilatada:
Causas
Menos habituales son las miocardiopatías dilatadas provocadas por el consumo de alcohol (de
origen enólico), por arritmias rápidas (taquimiocardiopatía), tras el parto o después de una
miocarditis.
Diagnóstico
Ante la sospecha clínica de un paciente con síntomas de insuficiencia cardiaca se le realiza una
radiografía de tórax para comprobar si existe un aumento de la silueta del corazón. El diagnóstico
definitivo se hace tras un ecocardiograma que permita ver la dilatación de las cavidades cardiacas
y la disfunción miocárdica. A veces es preciso realizar un cateterismo para descartar la
enfermedad coronaria como causa de la disfunción del miocardio. Otras veces una resonancia
cardiaca es importante para saber la causa.
Pronóstico
Tratamiento
Miocardiopatía hipertrófica:
La miocardiopatía hipertrófica es una enfermedad del músculo del corazón que se caracteriza por
el aumento del grosor de sus paredes (hipertrofia), que no se deba a causas de fuera del músculo
(por ejemplo, hipertensión, valvulopatías, etc.).
Causas
Se estima que la miocardiopatía hipertrófica afecta a 1 de cada 500 personas. No puede atribuirse
a una causa evidente, pero es hereditaria en un alto porcentaje de casos. El patrón de herencia se
denomina autosómico dominante, lo que significa que el 50 por ciento de la descendencia
heredará esta alteración, afectando por igual a hombres y mujeres. Sin embargom, dependiendo
de qué genes estén implicados se puede desarrollar o no la enfermedad en algún momento de la
vida.
Cuando el incremento del grosor de las paredes del corazón es consecuencia de la hipertensión
arterial o de enfermedades valvulares no se considera miocardiopatía hipertrófica.
Síntomas
Muchas veces, los pacientes no tienen sintomas y se diagnostican de forma casual por un ECG, una
exploración rutinaria, etc.
Algunos pacientes de miocardiopatía hipertrófica pueden sufrir síntomas como fatiga, sensación
de palpitaciones mantenidas, dolor torácico o pérdida de conciencia.
En uno de cada cuatro pacientes que sufre miocardiopatía hipertrófica, el exceso de músculo se
interpone en la zona de expulsión de la sangre del corazón, ocasionando lo que se conoce como
forma obstructiva. Como el corazón tiene que realizar un esfuerzo extra para salvar este
obstáculo, los pacientes con este tipo de enfermedad suelen estar más limitados en su calidad de
vida y requieren tratamientos más intensos.
Diagnóstico
Pronóstico
La miocardiopatía hipertrófica es una de las causas más importantes de muerte súbita en personas
jóvenes en España. Aunque sea bastante infrecuente, la muerte puede ser incluso la primera
manifestación en enfermos de miocardiopatía hipertrófica que no han presentado síntomas
previamente. La buena noticia es que en la actualidad existen métodos para identificar a los
pacientes con riesgo de muerte súbita y someterlos a un tratamiento preventivo eficaz
(desfibrilador, etc.).
Tratamiento
En ocasiones, sobre todo en las formas obstructivas, es necesario eliminar parte del músculo
excedente por medio de cirugía o mediante la provocación de pequeños infartos localizados
(ablación alcohólica).
Miocardiopatía restrictiva:
Se conoce como miocardiopatías restrictivas al grupo de enfermedades del miocardio que generan
una alteración de su función diastólica, es decir, de la relajación del corazón (la contracción está
normal). El corazón al no relajarse bien no puede llenarse correctamente, lo que ocasiona que la
expulsión de sangre sea menor.
Causas
La función de contracción miocárdica está exenta de daño, pero falla la distensibilidad del
miocardio porque se altera su relajación en diástole. Las causas pueden ser de origen desconocido
o derivadas por enfermedades que infiltran (invaden) el miocardio (amiloidosis, hemocromatosis o
sarcoidosis).
Síntomas
Los pacientes con esta enfermedad suelen tener síntomas de insuficiencia cardiaca. También
presentan disnea y retención de líquidos en piernas y abdomen.
Diagnóstico
El pronóstico es variable aunque en general puede ser malo. Se podría contemplar el transplante
cardiaco, pero generalmente se utilizan los mismos tratamientos de la insuficiencia cardiaca.
Tratamiento
Valvulopatías:
Infecciones, traumatismos y envejecimiento. Las válvulas del corazón pueden dañarse y ocasionar
esta dolencia. Una prueba sencilla puede detectar las causas y prevenirla.
Las valvulopatías son las enfermedades propias de las válvulas del corazón. La función de las
válvulas del corazón es abrirse y cerrarse correctamente durante el ciclo cardiaco. Esto permite el
paso de la sangre de una cavidad a otra y que pueda avanzar sin retroceder.
Las válvulas pueden estropearse por infecciones, por traumatismos, por envejecimiento, etc. Hace
años la causa fundamental era la fiebre reumática, una enfermedad infrecuente ahora en los
países desarrollados.
En la actualidad, como consecuencia del aumento de la esperanza de vida, han aparecido otras
formas de valvulopatía. La más frecuente es la valvulopatía degenerativa en pacientes ancianos,
que consiste en el envejecimiento, endurecimiento y calcificación de las válvulas, lo que limita su
movilidad y afecta a su funcionamiento. Hay que tener en cuenta que las válvulas se abren y se
cierran unas 60 veces por minuto, así que una persona de 70 años habrá realizado ese
movimiento… ¡más de 2.000 millones de veces!
El diagnóstico más exacto de todas las valvulopatías se hace por ecocardiograma, una técnica de
imagen que puede valorar exactamente qué válvula está enferma, cuál es la causa y la gravedad
de la afectación.
Las cuatro válvulas del corazón que pueden tener enfermedades son:
Severa: que requerirá tratamiento quirúrgico siempre y cuando se cumplan una serie de
requisitos asociados.
Valvulopatía mitral:
Insuficiencia mitral: una cantidad de sangre vuelve desde el ventrículo izquierdo hacia la aurícula
izquierda durante la sístole ventricular debido a un fallo en el mecanismo de cierre de la válvula
mitral. La insuficiencia mitral será más o menos grave dependiendo de la cantidad de sangre que
se introduce de nuevo en la aurícula izquierda.
Estenosis mitral
Causas
La causa más frecuente es la fiebre reumática en la juventud (más habitual en mujeres), aunque
cada vez es más común la estenosis mitral por afectación degenerativa y por calcificación de la
válvula mitral, menos frecuente es que se congénita (nacer con ella por una alteraciín del
desarrollo fetal.
Síntomas
Suele ocasionar disnea (dificultad respiratoria, sensación de falta de aire) y alteraciones del ritmo
cardiaco, sobre todo la fibrilación auricular, que es un factor precipitante de embolias (por
formación de coágulos dentro de la aurícula izquierda y que se desplazan a diferentes órganos
como el cerebro, produciendo una falta de riesgo brusca).
Diagnóstico
El diagnóstico de sospecha se hace por la historia clínica del paciente y por el soplo (ruido
anormal) característico que el médico oye en la auscultación cardiaca. El diagnóstico definitivo se
hace por ecocardiograma, donde se objetiva la morfología, la severidad de la válvula mitral y si
existe afectación de otras válvulas.
Pronóstico
Hoy en día es muy bueno y los pacientes pueden sobrevivir libres de síntomas o con pocos
síntomas durante muchos años. Algunos pacientes con enfermedad muy avanzada y no tratada
podrían tener un pronóstico malo.
Tratamiento
Solo hay que intervenir si se trata de una estenosis mitral grave (área del orificio que deja pasar
sangre menor de 1 cm2) y aparecen síntomas. Esta intervención puede hacerse de dos formas:
Valvuloplastia. Si la válvula está flexible se hace un cateterismo para introducir un globo, inflarlo
e intentar abrir la válvula. En ocasiones es necesario hacerla quirúrgicamente.
Recambio valvular mitral por una prótesis. Si la válvula ya está muy calcificada y es poco flexible
(la prótesis puede ser mecánica o biológica) .
Insuficiencia mitral
Durante la sístole (contracción) del corazón, la sangre sale hacia la aorta por un orificio donde hay
una válvula (válvula aórtica). Cuando esto ocurre, la válvula mitral (que comunica el ventrículo
izquierdo con la aurícula izquierda) está cerrada no permitiendo la fuga de sangre hacia la aurícula.
Si existe insuficiencia mitral (cierre inadecuado de la válvula cuando se contrae el ventrículo) una
cantidad de sangre vuelve desde el ventrículo izquierdo hacia la aurícula izquierda durante la
sístole (contracción) ventricular. La insuficiencia mitral será más o menos grave dependiendo de la
cantidad de sangre que se introduce de nuevo en la aurícula izquierda, pudiendo dilatar dichas
cavidades.
Causas
Las causas por las que la válvula mitral cierra mal pueden ser varias:
Enfermedad reumática
Afectación degenerativa
Prolapso valvular mitral. Parte de los velos de la válvula se meten en la aurícula izquierda en
sístole
En la insuficiencia mitral es frecuente la disnea (dificultad respiratoria) y las arritmias (sobre todo
la fibrilación auricular) por crecimiento del tamaño de la aurícula izquierda.
Diagnóstico
El diagnóstico definitivo se hace por medio de ecocardiograma, aunque antes se puede sospechar
por la historia clínica y por el soplo característico que se percibe en la exploración física.
Pronóstico
Tratamiento
La cirugía de recambio valvular por una prótesis se realiza en casos de insuficiencia mitral severa
sintomática. Actualmente se están desarrollando técnicas de reparación de la válvula mediante
cateterismo cardiaco a través de la ingle.
Es una enfermedad de la válvula que conecta la aorta con el ventrículo izquierdo. Hay dos tipos
diferentes:
Insuficiencia aórtica: la válvula no cierra bien y hay un flujo anormal de sangre en diástole desde
la aorta hacia el ventrículo izquierdo por mal funcionamiento de la válvula aórtica. Según la
cantidad de sangre que vuelve hacia el ventrículo izquierdo, así será de severa la insuficiencia
aórtica.
Estenosis aórtica
Causas
Cuando la estenosis es muy severa pueden aparecer los síntomas típicos de la estenosis aórtica:
disnea, síncope (pérdida de conciencia), dolor torácico y, en alguno casos, muerte repentina (poco
frecuente).
Diagnóstico
Pronóstico
Esta enfermedad se aguanta durante muchos años sin producir síntomas. Sin embargo, cuando los
síntomas empiezan a aparecer el pronóstico a medio plazo es grave si no se realiza tratamiento
quirúrgico.
Tratamiento
El tratamiento médico en general no es eficaz, y si la estrechez es severa hay que optar siempre
por la cirugía de recambio valvular. Actualmente se están desarrollando técnicas de reparación de
la válvula mediante cateterismo cardiaco a través de la ingle, aunque esta posibilidad aún se
reserva a pacientes con un elevado riesgo quirúrgico porque sigue habiendo dudas sobre su
efectividad a largo plazo. Si la severidad de la alteración es ligera o moderada hay que hacer un
seguimiento semestral, anual o bianual o quincenal, según cada paciente.
Insuficiencia aórtica
Flujo patológico de sangre en diástole (cuando el corazón se relaja después de contraerse) desde
la aorta hacia el ventrículo izquierdo por mal funcionamiento de la válvula aórtica. Según la
cantidad de sangre que vuelve hacia el ventrículo izquierdo, así será de severa la insuficiencia
aórtica.
Causas
Afectación reumática.
Afectación degenerativa.
Endocarditis.
Traumatismos.
Síntomas
Diagnóstico
El diagnóstico se hace por la historia clínica que presenta el paciente, la auscultación típica de un
soplo diastólico y, sobre todo, con el ecocardiograma que estudia la morfología de la válvula
aórtica y la severidad de la insuficiencia aórtica.
Pronóstico
Al igual que en la estenosis aórtica, esta enfermedad se aguanta durante muchos años sin producir
síntomas. Sin embargo, cuando los síntomas empiezan a aparecer el pronóstico a medio plazo es
grave si no se realiza tratamiento quirúrgico. Suele constituir una emergencia cuando la
insuficiencia es producida por una rotura de la válvula, ya que el corazón no esta entrenado para
soportar la sobrecarga de trabajo que le ocasiona. Por el contrario, cuando el deterioro es
progresivo, se tolera mejor.
Tratamiento
Las válvulas pulmonar y tricúspide están en el lado derecho del corazón, pero generalmente van
asociadas a las valvulopatías del lado izquierdo. Ocasionan menos síntomas y no suelen requerir
cirugía. Son las siguientes:
Insuficiencia pulmonar: en esta valvulopatía existe un flujo anormal de sangre desde la arteria
pulmonar al ventrículo derecho en diástole por fallo de la válvula pulmonar.
Estenosis pulmonar
Causas
Diagnóstico
Como es raro que se presenten síntomas, el diagnóstico de sospecha se produce cuando el médico
percibe en la auscultación un soplo sistólico característico. El diagnóstico definitivo se hace por
ecocardiograma.
Pronóstico
En general el pronóstico es bueno, salvo que tenga alguna otra enfermedad asociada.
Tratamiento
Insuficiencia pulmonar
Causas
Síntomas
Diagnóstico
Pronóstico
Las válvulas pulmonar y tricúspide están en el lado derecho del corazón, pero generalmente van
asociadas a las valvulopatías del lado izquierdo. Ocasionan menos síntomas y no suelen requerir
cirugía. Son las siguientes:
Estenosis tricúspide
Causas
Puede deberse a afectación reumática o malformación congénita de la válvula. Es muy rara como
valvulopatía aislada (se suele asociar a valvulopatía mitral).
Síntomas
Generalmente no provoca síntomas. Cuando aparecen suelen producir hinchazón de las piernas
(edemas), aumento de peso y ascitis (acúmulo de líquido en el abdomen). También pueden
ocasiones astenia (sensación de cansancio).
Diagnóstico
Al igual que todas las valvulopatías la técnica idónea para el diagnóstico es la ecocardiografía.
Pronóstico
Dado que suele asociarse a enfermedad de otras válvulas el pronóstico suele depender de la
gravedad de las lesiones acompañantes.
Tratamiento
Para los casos graves, la valvuloplastia percutánea suele ser efectiva (dilatación con un catéter).
Sin embargo, se suele reparar quirúrgicamente si el paciente va a ser sometido a cirugía de otra
válvula.
Insuficiencia tricúspide
Causas
Síntomas
Suelen producir síntomas congestivos que consisten en: hinchazón de las piernas, aumento de
peso, ascitis (acúmulo de líquido en el abdomen).
Diagnóstico
Pronóstico
Dado que suele asociarse a enfermedad de otras válvulas el pronóstico suele depender de la
gravedad de las lesiones acompañantes. En las que son de origen infeccioso el pronóstico puede
depender de lo difícil de tratar y agresivo que sea el germen.
Tratamiento
Válvulas protésicas
Cardiopatías congénitas
Valvulopatías
Endocarditis previa
Causas
En adictos a drogas por vía parenteral es característica la endocarditis sobre las válvulas derechas
del corazón (trcúspide y pulmonar).
Son muchas las especies de microorganismos que pueden causar una endocarditis, pero las más
frecuentes son las bacterias, sobre todo, estreptococos y estafilococos. Según la agresividad de la
bacteria causante, la endocarditis puede ser:
Subaguda. Su curso dura semanas o meses, causada por gérmenes de escasa virulencia.
Síntomas
Varían según el microorganismo causal, las condiciones del paciente y la vávula afecta.
En la endocarditis subaguda los síntomas son fiebre, escalofríos, sudoración nocturna, malestar
general, disminución del apetito, fatiga, debilidad y molestias musculoesqueléticas. Estos síntomas
pueden durar varias semanas antes de llegar al diagnóstico.
En la endocarditis aguda los síntomas son muy parecidos a los de la subaguda, pero más graves y
concentrados en unos días. También pueden aparecer síntomas de insuficiencia cardiaca debido a
la disfunción de la válvula afectada.
Diagnóstico
La sospecha diagnóstica se establece cuando existe un proceso infeccioso con fiebre persistente
sin que exista un foco aparente de la infección, sobretodo si se asocian soplos u otros síntomas
cardiacos y en pacientes con cardiopatías que predisponen a la endocarditis.
Para realizar el diagnóstico es importante demostrar la presencia de los microorganismos en la
sangre y detectar las vegetaciones (generalmente situadas en las válvulas cardiacas).
Para detectar los microorganismos en la sangre se realizan hemocultivos, que son cultivos de
sangre de la persona enferma en condiciones especiales que favorecen el crecimiento del
micoorganismo. Además de detectar el microorganismo causal de la endocarditis, los
hemocultivos también sirven para seleccionar el tratamiento más adecuado para ese
microorganismo en concreto.
Las vegetaciones se detectan mediante las técnicas de imagen cardiaca. Generalmente se realiza
primero un ecocardiograma transtorácico (desde el exterior del tórax). Si esta técnica no muestra
las vegetaciones y existe alta sospecha, pueden realizarse otras técnicas, como un ecocardiograma
transesofágico (mediante un tubo que se introduce por la boca hasta el esófago), que es más
sensible pero también más agresivo.
Pronóstico
La endocarditis es una enfermedad grave que puede resultar mortal incluso si el tratamiento
pautado es el óptimo. El tipo de microorganismo, el tamaño de las vegetaciones, las alteraciones
sobre el funcionamiento de la válvula afectada y la existencia de embolias o insuficiencia cardiaca
van a influir en el pronóstico.
A pesar de ser una enfermedad grave, no es rara la curación sin secuelas si se trata
adecuadamente.
Tratamiento
Palpitaciones, mareo, síncope, dolor torácico, pérdida de conocimiento… son algunos de los
síntomas con que pueden presentarse las arritmias, aunque también puede pasar inadvertidas.
Pero para entender mejor qué es una arritmia, antes debemos saber cómo y por qué late el
corazón.
Los latidos del corazón ocurren como consecuencia de unos impulsos eléctricos que hacen que las
aurículas y los ventrículos se contraigan de forma adecuada, sincrónica y rítmica. La frecuencia
cardiaca normalmente oscila entre 60 y 100 latidos por minuto (lpm), y responde a la siguiente
secuencia:
El impulso eléctrico del corazón se inicia en el nodo sinusal, emplazado en la aurícula derecha.
De ahí pasa por las aurículas al nodo aurículo-ventricular, situado en la unión de las aurículas
con los ventrículos y llega a los ventrículos por el haz de His.
Finalmente, este estímulo se conduce por los ventrículos a través del sistema Purkinje.
Ahora ya estamos preparados para profundizar en más detalles acerca de las arritmias.
Causas
Por su origen
Supraventriculares: se originan antes del Haz de His, es decir, en las aurículas o en el nodo
aurículo-ventricular
Síntomas
Las arritmias pueden causar síntomas como palpitaciones, mareo, síncope, dolor torácico o
pérdida de conocimiento, pero también pueden pasar inadvertidas y detectarse casualmente
cuando se realizan pruebas diagnósticas.
Diagnóstico
Para hacer el diagnóstico es necesario demostrar que existe una alteración en la actividad eléctrica
cardiaca.
En ocasiones pueden utilizarse otras pruebas, como el Holter, que registra la actividad eléctrica
cardiaca durante un periodo de tiempo más prolongado (uno o más días), o más raramente los
Holter implantables, que se colocan debajo de la piel mediante una sencilla intervención
quirúrgica, pueden llevarse durante años y se reservan para pacientes en los cuales se sospechan
arritmias graves que no se han podido detectar mediante otros métodos.
Cuando se sospecha que existe una arritmia relacionada con el esfuerzo físico puede realizarse
una prueba de esfuerzo.
También suele ser importante averiguar si existe alguna alteración estructural del corazón
asociada a la arritmia, para lo cual puede realizarse una ecocardiografía.
Pronóstico
El pronóstico depende del tipo de arritmia y del estado basal del paciente.
En general, las bradiarritmias tienen un pronóstico bueno después de ser tratadas y entre las
taquiarritmias, las supraventriculares tienen un pronóstico más favorable que las ventriculares.
Tratamiento
Bradiarritmias. Una vez resueltas posibles causas no cardiacas, en ocasiones pueden precisar
para su tratamiento de la colocación de un marcapasos, que es un dispositivo que se implanta
debajo de la piel y que tiene unos cables que llegan hasta el corazón, de forma que registran la
actividad eléctrica del mismo y lo estimulan cuando es necesario.
Taquiarritmias. También es muy importante tratar los factores que predisponen a ellas o que las
agravan (isquemia cardiaca, inadecuada oxigenación de la sangre, insuficiencia cardiaca…). Una
vez resueltas estas situaciones, el manejo de las taquiarritmias se realiza generalmente mediante
fármacos (que pueden usarse para controlar la arritmia reduciendo la frecuencia cardiaca, para
hacerla desaparecer y para prevenir nuevos episodios). A veces puede ser necesario realizar una
cardioversión eléctrica (tras dormir al paciente, se administra un choque eléctrico mediante unas
palas que se sitúan sobre el tórax) para eliminar la arritmia. También puede realizarse un estudio
electrofisiológico, ya comentado anteriormente, que además de diagnosticar las arritmias permite
tratar alguna de ellas mediante una ablación, que consiste en aplicar corrientes eléctricas que
producen pequeñas quemaduras, anulando las zonas responsables de las arritmias.
Taquiarritmias supraventriculares
Taquiarritmias ventriculares
Bradiarritmias
Se caracterizan por una frecuencia cardiaca menor de lo habitual y se ocasionan por fallos en la
formación del impulso eléctrico o en la conducción del mismo. Pueden ser asintomáticas. Si
causan síntomas, suelen ser como mareos, pérdidas de consciencia (síncope) o fatigabilidad. Para
su tratamiento a veces es necesaria la implantación de marcapasos.
Tipos de bradiarritmias
1. Bradicardia sinusal
El impulso cardiaco se genera y conduce normalmente, pero con una frecuencia inferior a 60 lpm.
Es muy frecuente en personas sin cardiopatías, como por ejemplo deportistas que entrenan
habitualmente. En general, no precisa tratamiento. Puede producirse dentro de la enfermedad del
nodo sinusal.
Producida por problemas en la génesis del impulso eléctrico en el nodo sinusal o para su
transmisión del nodo sinusal a las aurículas. Generalmente aparecen en personas mayores. Si
ocasionan síntomas puede ser necesario tratarlas con marcapasos.
3. Bloqueos auriculoventriculares
Se producen cuando el estímulo eléctrico no se conduce adecuadamente desde las aurículas a los
ventrículos. Se clasifican en 'de primer grado' (retraso en la conducción del impulso, pero sin que
se bloquee ninguno), 'de segundo grado' (algunos impulsos se conducen y otros se bloquean) y 'de
tercer grado' (todos se bloquean). Los de tercer grado y algunos casos de segundo, generalmente,
precisan de la colocación de un marcapasos. Los de primer grado no suelen requerir tratamiento.
Taquiarritmias supraventriculares
Como su nombre indica, son aquellas taquiarritmias (frecuencia cardiaca >100 lpm) que se
producen 'por encima' de los ventrículos, es decir, en las aurículas o en el nodo
aurículoventricular, por 'encima' del Haz de His.
De origen fisiológico, es una variación del ritmo cardiaco según la respiración. Suele ser más
acusada en gente joven y no es preciso tratarla.
2. Taquicardia sinusal
Consiste en un ritmo cardiaco originado y conducido normalmente, pero con una frecuencia
cardiaca mayor de lo habitual. Es fisiológica y se produce por ansiedad, ejercicio, anemia, consumo
de alcohol, insuficiencia cardiaca o nicotina. En general no precisa tratamiento específico, pero sí
se debe actuar sobre la causa: dejar el tabaco, corregir la anemia, etc.
Se produce cuando se genera un impulso eléctrico adelantado al sinusal en otra zona de las
aurículas. Suelen presentarse en personas sanas, aunque en ocasiones se asocian a isquemia
miocárdica, insuficiencia cardiaca o la enfermedad pulmonar. Si provocan síntomas pueden
tratarse con betabloqueantes.
4. Taquicardias supraventriculares
Como su nombre indica, son arritmias con frecuencia cardiaca superior a 100 lpm que se originan
en las aurículas o en el nodo aurículoventricular. Se diferencian de las extrasístoles auriculares en
que son sostenidas en lugar de latidos aislados.
Taquicardia auricular. Generadas en una zona concreta de las aurículas. Suelen ser persistentes
(larga duración y difíciles de eliminar) y se asocian a factores como la bronquitis crónica
descompensada o el hipertiroidismo. Para su tratamiento suelen precisar de fármacos, tanto para
eliminarlas como para reducir la frecuencia cardiaca y que se toleren mejor. En ocasiones puede
ser necesario tratarlas mediante ablación por radiofrecuencia.
Fibrilación auricular. Es la arritmia sostenida más frecuente que aparece sobre todo en personas
mayores o con cardiopatía, aunque también puede darse en personas jóvenes con corazones
estructuralmente normales. Se caracteriza por un ritmo cardiaco rápido y totalmente irregular,
producido por una actividad eléctrica auricular caótica y con múltiples focos de activación. Su
presentación clínica es muy variable, pudiendo provocar síntomas (palpitaciones rápidas e
irregulares, sensación de falta de aire, mareo y dolor en el pecho) o ser asintomática. Se asocia a
un mayor riesgo tromboembólico (formación de coágulos sanguíneos en el corazón que pueden
desprenderse e ir por el torrente sanguíneo hasta que se impactan en un vaso sanguíneo,
provocando falta de riego en esa zona) y por tanto de ictus (accidente tromboembólico cerebral).
Su tratamiento debe contemplar varios aspectos: control de la frecuencia cardiaca mediante
fármacos, eliminación de la arritmia (fármacos o cardioversión eléctrica), prevención de nuevos
episodios (fármacos o ablación) y prevención de episodios embólicos (antiagregantes o
anticoagulantes). Ver más información en el apartado de fibrilación auricular.
Son las que se originan en los ventrículos. Son más frecuentes en pacientes con cardiopatías y, en
general, más peligrosas que las supraventriculares.
Fibrilación ventricular. Es una alteración del ritmo cardiaco consistente en una gran
desorganización de los impulsos ventriculares con ausencia de latido efectivo. Los síntomas son
ausencia de pulso y pérdida de conocimiento inmediata. Si no se actúa a tiempo, resulta mortal en
sólo unos minutos. El tratamiento es siempre cardioversión eléctrica inmediata y maniobras de
reanimación cardiopulmonar. Es una arritmia frecuente en el infarto agudo de miocardio, aunque
no tiene mal pronóstico a largo plazo si el paciente es reanimado a tiempo y supera la fase aguda
del infarto. Cuando se asocia a otras cardiopatías, el pronóstico a largo plazo suele ser peor por
una mayor tasa de recurrencias, precisando frecuentemente la implantación de un desfibrilador.
El síndrome de Wolff-Parkinson-White se caracteriza por la asociación de una anomalía en el
sistema de conducción cardiaco (vía accesoria) y la aparición de arritmias.
Se conoce como vía accesoria a una conexión eléctrica anómala que permite que el impulso
eléctrico pase de la aurícula al ventrículo sin seguir su camino habitual por el sistema de
conducción. Esta conexión favorece que la actividad eléctrica llegue a algunas zonas del ventrículo
antes de lo que lo hace por el sistema de conducción, con lo que se activan más precozmente. Esta
activación más precoz puede visualizarse en el electrocardiograma y se conoce como 'onda delta'.
Además, la vía accesoria favorece la aparición de arritmias, como las taquicardias paroxísticas por
reentrada y agrava la presentación clínica de otras, como la fibrilación auricular.
Cuando se cree que existe un mayor riesgo de muerte súbita o cuando se desea eliminar las
arritmias, puede realizarse el estudio electrofisiológico, que permite localizar la vía accesoria,
estudiar las características de la misma y eliminarla, aplicando corrientes de radiofrecuencia, lo
que se conoce como ablación. La probabilidad de éxito del procedimiento es de más de un 90 por
ciento; y el riesgo de complicaciones, de menos de un 2 por ciento. Excepcionalmente, entre un 2
y un 10 por ciento de los casos, tras una ablación con éxito, puede reaparecer la vía accesoria y
requerirse una nueva ablación.
En ocasiones también puede utilizarse fármacos antiarrítmicos, tanto para prevenir como para
tratar las posibles arritmias. En caso de presentarse arritmias mal toleradas o resistentes al
tratamiento farmacológico, puede ser necesario realizar una cardioversión eléctrica (choque
eléctrico a través del tórax, administrado generalmente tras sedar al paciente y mediante unas
palas; permite resincronizar la actividad eléctrica cardiaca, con lo que suele reanudarse el ritmo
cardiaco normal, desapareciendo la arritmia).
La elección del tratamiento depende de la severidad de los síntomas y las preferencias del
paciente. La ablación cura la enfermedad definitivamente y evita tomar medicación de por vida,
aunque al tratarse de un procedimiento invasivo siempre hay que contemplar una tasa de
complicaciones, por baja que esta sea. Si el paciente tiene muchos síntomas o padece arritmias de
alto riesgo, la ablación con catéter es siempre la primera opción.
Tipos de arritmias en la infancia
Las arritmias también pueden aparecer durante la vida fetal, la infancia o la adolescencia.
La frecuencia a la que late el corazón de los niños es mayor que la de los adultos:
Los trastornos arrítmicos más habituales en la infancia no suelen precisar tratamiento, ya que
permiten a los niños llevar una vida normal, sin restricción alguna en la actividad física o en la
práctica de deporte. Sin embargo, en algunos casos, también pueden presentarse algunas
arritmias graves.
2. Extrasístoles
Son latidos adelantados que se originan en un lugar diferente del habitual. Hay dos tipos:
El paciente puede notarlas, clásicamente como una pausa seguida de un latido más fuerte en el
pecho o la zona de la garganta, aunque es habitual que no provoquen síntomas y se detecten
durante la auscultación cardiaca o en un electrocardiograma rutinarios. Al diagnosticar una
extrasístole puede ser recomendable realizar una ecocardiografía para descartar alteraciones
funcionales o estructurales cardiacas asociadas, aunque lo habitual es que el corazón sea normal.
3. Taquicardia supraventricular
Ritmo cardiaco elevado en exceso. Poco habitual y de mayor importancia. Ver tipos de arritmias.
Ritmo cardiaco más bajo de lo normal. Poco habitual y de mayor importancia. Ver tipos de
arritmias.
Cardiopatías congénitas
Aparecen en 8 de cada 1.000 recién nacidos vivos, existiendo un número casi incontable de
cardiopatías congénitas diferentes, por lo que es necesario clasificarlas:
Cortocircuitos izquierda derecha. Son aquellas en las que se produce un defecto en las
estructuras cardiacas que separan la circulación sistémica de la pulmonar, produciéndose el paso
de sangre de la primera a la segunda. En este grupo encontramos la comunicación interauricular,
comunicación interventricular y el ductus arterioso persistente, entre otras.
Lesiones obstructivas. Dificultan la salida de la sangre de las cavidades cardiacas. Entre ellas
están las estenosis aórtica y pulmonar y la coartación aórtica.
Cardiopatías congénitas cianóticas. Impiden la adecuada oxigenación de la sangre que llega a los
tejidos, por lo que aparece cianosis (amoratamiento de labios o lechos ungueales). Las más
frecuentes son la transposición de grandes vasos, la tetralogía de Fallot y la anomalía de Ebstein.
Dado su gran número, la sintomatología asociada a las mismas es muy variable y va desde las que
son asintomáticas y no requieren de tratamiento específico hasta aquellas que ocasionan síntomas
severos y precisan corrección quirúrgica durante las primeras semanas de vida.
Hay que sospecharlas cuando aparecen síntomas sugestivos (insuficiencia cardiaca, cianosis…) o
cuando se detectan alteraciones características en la exploración física (soplos, arritmias…). Las
más banales pueden pasar desapercibidas hasta la edad adulta.
En relación a los soplos cardiacos, es importante saber que no todos los soplos son producidos por
una cardiopatía congénita, ya que los llamados soplos funcionales o inocentes aparecen en
corazones normales y no tienen ninguna implicación negativa.
Respecto a las pruebas diagnósticas, las cardiopatías congénitas suelen producir alteraciones en el
electrocardiograma y la radiografía de tórax, pero la prueba diagnóstica fundamental es la
ecocardiografía, que permite diagnosticar y evaluar la gravedad de la mayoría de ellas. En
ocasiones puede ser necesario realizar un cateterismo cardiaco.
El tratamiento, cuando se precisa, suele ser quirúrgico. En algunos casos, la alteración puede
corregirse con una única intervención quirúrgica, pero en las cardiopatías congénitas más
complejas puede ser necesaria la realización de más de una operación.
Los avances en su diagnóstico y tratamiento han mejorado mucho el pronóstico, de forma que
actualmente más del 80% de niños afectados sobreviven hasta la edad adulta.
Tipos de cardiopatías congénitas
Existen más de cincuenta tipos diferentes de cardiopatías congénitas. Pueden clasificarse en:
Las que producen obstrucción al flujo sanguíneo, entre las que destaca la coartación aórtica.
Las cardiopatías congénitas cianógenas, en las cuales el flujo sanguíneo anormal va desde la
circulación pulmonar a la sistémica, pasando sangre no oxigenada adecuadamente a los tejidos,
provocando lo que se conoce como cianosis (por el color amoratado de labios y lecho ungueal). En
este grupo hablaremos de las más conocidas, que son la tetralogía de Fallot y la transposición de
grandes vasos (que puede verse en otro apartado).
Los pacientes con comunicación interventricular tienen un orificio que comunica los dos
ventrículos. Es la cardiopatía congénita más frecuente al nacer.
Existen varios tipos de CIV, según su localización dentro del tabique interventricular: las CIV
membranosas o perimembranosas son las más frecuentes (situadas cerca de la válvula tricúspide);
le siguen en frecuencia las CIV musculares (localizadas en el septo muscular). Otro tipo de CIV más
raras son las CIV subpulmonares y las CIV tipo canal.
Síntomas
En general, los síntomas no van a depender de la localización del defecto sino del tamaño del
orifico de la CIV. Cuando la comunicación es pequeña, no suele producir síntomas, si es grande
puede provocar disnea (falta de aire), insuficiencia cardiaca y crecimiento inadecuado en los
primeros meses de vida.
Diagnóstico
El diagnóstico se sospecha por la clínica y la exploración física (se escucha un soplo cardiaco muy
característico). El diagnóstico se confirma con el ecocardiograma, con el que se podrá visualizar la
localización, el número y el tamaño de la CIV.
Pronóstico
La CIV se puede cerrar de forma espontánea hasta en un 40 por ciento de los casos (en su mayor
parte, en los primeros 6 meses de vida).
Tratamiento
Se trata de un orificio que comunica las dos aurículas, permitiendo el paso de sangre entre ellas.
Causas
Durante la formación del feto, hay una abertura entre las aurículas izquierda y derecha.
Generalmente, este orificio se cierra al poco tiempo del nacimiento. Si no se cierra totalmente, el
problema se denomina CIA tipo ostium secundum. La CIA tipo ostium secundum es el tipo más
común de CIA. Otros tipos son la CIA tipo ostium primum y la CIA tipo seno venoso, localizadas en
otras zonas del tabique interauricular.
Síntomas
Las CIAs grandes pueden dar la cara en la edad adulta, provocando intolerancia al ejercicio y
palpitaciones (provocadas por arritmias). En algunos casos evolucionan provocando síntomas de
insuficiencia cardiaca derecha (intolerancia al ejercicio, retención de líquidos y piernas y
abdomen….). Si existe cianosis indica que, debido a la sobrecarga derecha, se ha invertido el flujo,
pasando a ser desde la circulación pulmonar a la sistémica.
Diagnóstico
Pronóstico
Las CIAs pequeñas tienen buen pronóstico y no precisan de tratamiento. Las CIAs grandes, cuando
se realiza un diagnóstico y reparación tempranos, por lo general tienen un pronóstico excelente. Si
se diagnostican tardíamente o si no se reparan, pueden tener mal pronóstico.
Tratamiento
Cuando la CIA es grande o tiene repercusión sobre la función cardiaca es necesario cerrarla. El
cierre puede realizarse mediante cirugía o mediante dispositivos que se colocan a través de
catéteres mediante punción por la vena femoral.
Tetralogía de Fallot
Comunicación interventricular.
Acabalgamiento de aorta (la arteria aorta no sale del ventrículo izquierdo, sino que lo hace por
encima de la comunicación interventricular, es decir, entre el ventrículo derecho y el izquierdo).
Hipertrofia del ventrículo derecho (el ventrículo derecho está engrosado por aumento de la
carga de trabajo).
Causas
La mayoría de las veces, este defecto cardíaco se presenta sin causas claras. Sin embargo, se
puede asociar al consumo excesivo de alcohol durante el embarazo, la rubeola materna, nutrición
deficiente durante la gestación, y el consumo de medicamentos para controlar las convulsiones y
diabetes.
Síntomas
En los niños con esta enfermedad son muy variables. En ocasiones hay pacientes asintomáticos. La
mayoría presentan cianosis desde el nacimiento o la desarrollan antes de cumplir un año, con
disminución de la tolerancia al esfuerzo. Es frecuente encontrar acropaquias (engrosamiento de
extremo de los dedos) y que los niños adopten una postura típica en cuclillas ('squatting'), porque
es en la que ellos están más oxigenados. Además pueden presentar crisis hipoxémicas (mayor
disminución de la oxigenación de la sangre) ante determinados estímulos como el llanto o el dolor,
con aumento severo de la cianosis, agitación, pérdida de fuerza, síncope y que puede llegar a
causar la muerte.
Estos pacientes también pueden tener otras complicaciones como: anemia, endocarditis infecciosa
(infección de las válvulas del corazón), embolismos, problemas de coagulación e infartos
cerebrales.
Diagnóstico
Es muy importante tener un alto índice de sospecha clínica, al valorar a un recién nacido con un
soplo cardiaco y con disminución de oxígeno en la sangre y en ocasiones con cianosis. La
enfermedad se confirma con el ecocardiograma. El cateterismo estaría indicado en pacientes en
los que se vayan a operar (sobre todo para ver si se asocia a anomalías de las arterias coronarias o
de las arterias pulmonares periféricas).
Tratamiento
El tratamiento es, sobre todo, quirúrgico. No obstante, hasta el momento de la cirugía se debe
hacer tratamiento médico, evitando que el niño realice esfuerzos intensos y estados de agitación.
Si el niño presenta una crisis hipoxémica aguda, se le debe colocar en posición genupectoral
(acercar las rodillas al pecho) y debe ser trasladado rápidamente a un hospital para ofrecerle
tratamiento urgente a base de oxígeno y sedación con barbitúricos o morfina. El tratamiento
quirúrgico de corrección total de esta cardiopatía congénita es el que se recomienda en cuanto se
diagnostica al niño, aunque este sea un bebé, siempre y cuando sea posible (depende mucho de la
anatomía de las arterias pulmonares y del infundíbulo del ventrículo derecho), si se detecta una
estenosis muy severa de la pulmonar es una contraindicación para una corrección total precoz. En
la corrección total se cierra la comunicación interventricular con un parche y se amplía la salida del
ventrículo derecho con otro parche. En los casos en los que no sea posible una corrección total
precoz por presentar una anatomía desfavorable (generalmente por estenosis muy severa de la
pulmonar), se hace una cirugía 'paliativa' para aumentar el flujo pulmonar con una fístula arterial
sistémico- pulmonar en los recién nacidos y posteriormente una cirugía correctora total unos años
más tarde.
Pronóstico
El pronóstico es malo sin cirugía y mejora claramente a largo plazo tras la cirugía reparadora. Solo
un 6% de los pacientes no operados han llegado a cumplir 30 años, y solo un 3% han cumplido los
40 años. De los niños operados, con buen resultado, la mayoría llegan a adultos haciendo una vida
relativamente normal. Un pequeño porcentaje de pacientes pueden tener, después de muchos
años, algunas complicaciones como arritmias o insuficiencia cardiaca por disfunción del miocardio.
Amiloidosis cardiaca
Es una enfermedad causada por el depósito de proteínas anormales (amiloide) en los tejidos. El
depósito suele ser progresivo y, dependiendo del órgano afectado, su función puede verse
alterada. El corazón se ve afectado en uno de cada tres o cuatro pacientes con amiloidosis.
Descripción
Causas
Síntomas
Puede producir cuatro síndromes cardiovasculares solapados:
Hipotensión ortostática. Producida por el depósito del material amiloide en los vasos sanguíneos
y el sistema nervioso vegetativo. Puede producir mareos e incluso síncopes (pérdida de
consciencia transitoria) relacionados con el esfuerzo físico o la tensión emocional.
Trastornos del sistema de conducción. Pueden aparecer arritmias, tanto taquiarritmias (>100
latidos por minuto) como bradiarritmias (<60 latidos por minuto).
Diagnóstico
El diagnóstico de certeza se obtiene con la biopsia, es decir, tomando una muestra de tejido del
órgano afectado en la que se objetiva el depósito del material amiloide. Se puede hacer biopsia de
la grasa abdominal, del recto, de las encías, de la médula ósea, del hígado o del riñón. La biopsia
cardiaca da el diagnóstico de amiloidosis cardiaca, pero otras localizaciones también ofrecen
resultados y resultan menos agresivas.
Tratamiento
Pronóstico
La enfermedad de Kawasaki es una vasculitis, es decir, una inflamación generalizada de las arterias
del organismo. Aparece generalmente en niños menores de cinco años. Inicialmente se presenta
como un cuadro febril que no responde a antibióticos. Su complicación más temida es la aparición
de aneurismas coronarios, que se da hasta en el 20% de casos si no se administra el tratamiento
adecuado.
Descripción
Aunque es una enfermedad rara (90 de cada 100.000 niños en Japón, que es la zona del mundo
donde es más frecuente), es una de las principales causas de enfermedad cardiaca adquirida en
niños en los países desarrollados.
La mayoría de los casos ocurren en bebés y menores de cinco años de edad. Su presentación en
menores de seis meses o en edades más tardías es rara, aunque hay descritos casos.
Causas
Síntomas
La fiebre dura más de 5 días y se presenta con alguno de los siguientes síntomas: sarpullido,
nódulos linfáticos inflamados, ojos enrojecidos y/o labios, garganta y lengua inflamados. El
sarpullido suele presentarse en el torso del paciente y, a veces, se descaman las manos y los
dedos. Puede haber además irritabilidad, dolores articulares, dolor abdominal, ictericia, etc.
Diagnóstico
Exantema polimorfo.
Además, los pacientes con 5 días de fiebre y que cumplen menos de cuatro criterios pueden
diagnosticarse de enfermedad de Kawasaki si se objetiva anomalías coronarias en la
ecocardiografía.
Si los aneurismas persisten una vez resuelto el cuadro febril, puede ser necesaria la realización de
electrocardiogramas, ecocardiogramas, ergometrías e incluso cateterismos cardiacos, de forma
periódica, para evaluar la evolución de los aneurismas coronarios.
El Kawasaki incompleto es más frecuente en edades tempranas, por lo que es importante hacer un
diagnóstico e iniciar un tratamiento precoz, ya que estos niños tienen más riesgo de enfermedad
coronaria.
Tratamiento
Los pacientes que desarrollan aneurismas múltiples gigantes pueden requerir anticoagulación.
Pronóstico
Descripción
Es un estrechamiento de la arteria aorta que causa una obstrucción de su flujo. La arteria aorta es
la arteria que sale del corazón (ventrículo izquierdo) y que transporta la sangre oxigenada hacia el
resto del organismo. Se divide en aorta torácica (con las porciones ascendente, cayado y
descendente) y aorta abdominal. Normalmente la coartación se localiza en la aorta torácica
descendente, distal al origen de la arteria subclavia izquierda (que es la que lleva la sangre al brazo
izquierdo).
Síntomas
Cuando es leve no suele producir síntomas, pudiendo ser un hallazgo casual en una exploración
realizada con otro motivo, sobretodo en pacientes jóvenes con hipertensión severa y no explicada.
En estos casos es característico el hallazgo de diferencias en la presión arterial y la intensidad de
los pulsos entre la zona proximal al ductus (brazos) y la distal (piernas).
Diagnóstico
Tratamiento
En caso de presentarse como un cuadro de insuficiencia cardiaca en las primeras semanas de vida,
es importante estabilizar primero al niño con medicación para tratar la insuficiencia cardiaca y
para reabrir el ductus arterioso.
El foramen oval es una apertura natural que permite el paso, durante la vida fetal, de la sangre
oxigenada de la aurícula derecha a la izquierda, de forma que el óxigeno y los nutrientes que
llegan de la madre a través de la placenta y la vena umbilical puedan llegar al cerebro y resto de
órganos fetales. Con los cambios en la circulación que se producen en el momento del nacimiento,
el aumento de la presión en la aurícula izquierda favorece su cierre progresivo. En algunas
personas no se produce este cierre, permaneciendo abierto tras el nacimiento, lo que se conoce
como foramen oval permeable.
Síntomas
En algunos casos puede favorecer las llamadas 'embolias paradójicas', que consisten en el paso de
un coágulo sanguíneo, generalmente formado en las venas de las piernas, a través del foramen
oval, a la circulación sistémica y por ella al cerebro (produciendo un ictus o accidente
cerebrovascular) o a cualquier otro órgano del cuerpo. También se piensa que se asocia con una
mayor probabilidad de padecer migrañas.
Diagnóstico
El diagnóstico se confirma inyectando por una vena suero fisiológico con burbujas de aire en su
interior y comprobando el paso de las burbujas a través del foramen oval, generalmente con un
ecocardiograma, sobre todo el que se realiza a través del esófago (ecocardiograma
transesofágico).
Tratamiento
El tratamiento de los pacientes con foramen oval permeable debe individualizarse en función de
los síntomas que presente el paciente. Si no existen síntomas no suele ser necesario ningún
tratamiento. Si se ha producido un ictus, puede optarse por tratamiento preventivo de un nuevo
episodio mediante medicación (antiagregantes o anticoagulantes), o, en algunos casos, por el
cierre del foramen, que puede realizarse colocando un dispositivo que se introduce en el corazón a
través de las venas, generalmente la femoral (cierre percutáneo) o mediante una intervención
quirúrgica.
Síndrome de Brugada
El síndrome de Brugada es una enfermedad de origen genético. Se produce por la alteración en los
genes que dirigen la formación de las proteínas cardiacas que regulan el paso de los iones a través
de la membrana celular, conocidas como canales iónicos, es por ello que esta enfermedad se
engloba en el grupo de las conocidas como canalopatías. La alteración en el flujo de iones a través
de las membranas de las células cardiacas crea alteraciones eléctricas que favorecen la aparición
de arritmias, generalmente ventriculares, que pueden provocar síncopes o incluso muerte súbita.
Diagnóstico
Actualmente también hay disponibles test genéticos que permiten identificar la alteración
genética y confirmar la enfermedad. Una vez confirmado el diagnóstico y detectado el gen causal,
puede realizarse el test genético a los familiares para ver si son portadores de la enfermedad.
Tratamiento
El manejo se basa en identificar los pacientes con mayor riesgo de muerte súbita y que pueden
beneficiarse de un DAI (desfibrilador automático implantable) para prevenirla.
Sindrome de Marfan
Tiene un origen genético y suele provocar alteraciones en los ojos, el esqueleto, el corazón y en los
vasos sanguíneos. La esperanza de vida de los pacientes que sufren esta enfermedad ha
aumentado mucho.
Descripción
El síndrome de Marfan es una enfermedad que afecta el tejido conectivo. El tejido conectivo está
formado por las proteínas que le brindan apoyo a la piel, los huesos, los vasos sanguíneos y otros
órganos, es decir, sirve como 'pegamento' de todas las células, dando forma a los órganos,
músculos, vasos sanguíneos, etc. También tiene otras funciones importantes como el desarrollo y
crecimiento, antes y después del nacimiento, y la amortiguación de las articulaciones.
Causas
El síndrome de Marfan es una enfermedad causada por una alteración genética en el cromosoma
15. Las mutaciones que se producen en genes de este cromosoma provocan alteraciones en
proteínas que forman parte del tejido conectivo. Generalmente la enfermedad se transmite de
padres a hijos a través de los genes, pero aproximadamente el 25% de los pacientes no tienen
ningún padre afectado, por tanto, en estos casos se debe a mutación nueva. Esta enfermedad
afecta tanto a hombres como a mujeres. Y, como el defecto genético puede ser transmitido a los
hijos, las personas que lo padecen deben consultar al médico antes de que se produzca el
embarazo.
Síntomas
La expresión del gen es variable, es decir, una misma familia puede tener diferentes características
y presentar distintos grados de gravedad. Aun así, la enfermedad afecta principalmente a los ojos,
el esqueleto, el corazón y los vasos sanguíneos, aunque pueden aparecer alteraciones a otros
niveles:
El esqueleto. Son personas a menudo muy altas (en comparación con los demás miembros de la
familia) y delgadas, con extremidades largas y articulaciones con mucha movilidad. Los dedos y las
manos son largos y finos con aspecto de araña, la cara larga y estrecha, protusión o depresión del
esternón, desviaciones de la columna vertebral, etc.
El corazón y los vasos sanguíneos. Las alteraciones en estas estructuras son la principal causa de
mortalidad de estas personas. Una de las más importantes es la dilatación de la aorta por la
debilidad de su pared, pudiendo incluso llegar a desgarrarse o romperse. También pueden
aparecer problemas a nivel de las válvulas del corazón: insuficiencia aórtica o prolapso de valvular
mitral.
Los ojos. Miopía, cataratas, dislocación (luxación) del cristalino o desprendimiento de retina,
son los problemas más comunes que suelen tener las personas con el síndrome de Marfan.
Diagnóstico
Los hallazgos clínicos son dependientes de la edad, lo que condiciona dificultades en el diagnóstico
en niños y pacientes jóvenes. Muchas de las alteraciones que conforman este síndrome son de
presentación más tardía. Solo alrededor de un 40-60 por ciento de los pacientes con síndrome de
Marfan presentan síntomas. En la mayoría de los casos se llega al diagnóstico mediante la historia
y exploración física del paciente, siendo más fácilmente establecido cuando el paciente y otros
miembros de su familia presentan luxación del cristalino, dilatación de la aorta y extremidades
largas y delgadas. En todos los pacientes en los que se sospeche se deberá realizar un
ecocardiograma y una revisión ocular.
Tratamiento
No se ha encontrado una cura definitiva para el síndrome de Marfan, que implicaría reparar el gen
que lo causa. Aun así, las personas que lo padecen deben:
Hacerse revisiones médicas periódicas. Puede ser necesario realizar estudios como radiografías
de tórax y una ecocardiografía por lo menos una vez por año. Hay que vigilar estrechamente la
aparición de desprendimiento de retina.
Tener precauciones mínimas. Debe advertirse a los pacientes sobre los riesgos del estrés físico o
emocional intenso, por lo que deben evitar el ejercicio intenso y los deportes de contacto.
Además, el embarazo también supone un riesgo.
Fisioterapia. Existen casos en los que las malformaciones pueden requerir fisioterapia, férulas ,
incluso, cirugía,
Pronóstico
El ductus arterioso o conducto arterioso es un pequeño vaso que comunica la aorta con la arteria
pulmonar. Está normalmente abierto en el feto, pero se cierra justo después del nacimiento (en la
mayoría de los casos durante los primeros tres días de vida, aunque puede permanecer abierto
hasta varios meses después).
Causas
Algunos recién nacidos tienen más probabilidades de padecer un ductus arterioso persistente,
especialmente los prematuros (a menor edad gestacional más probabilidades de presentar retraso
de cierre del ductus). Problemas pulmonares, con el síndrome de distrés respiratorio (por déficit
de una sustancia que recubre el interior de los pulmones), y que el niño presente muy bajo peso al
nacer también están relacionados. El ductus arterioso permeable es un defecto cardiaco congénito
común y puede aparecer junto con otros defectos cardiacos.
Síntomas
Los niños con un ductus pequeño pueden no presentar síntomas observables. Sin embargo,
aquellos con aberturas grandes sí suelen padecerlos. Los síntomas/signos más comunes del ductus
arterioso persistente son:
Retraso en el desarrollo
Cansancio
Soplo cardiaco
Diagnóstico
El tratamiento específico del ductus arterioso será determinado por el médico basándose en la
edad del paciente, la gravedad de la enfermedad (ductus pequeño o grande) y los síntomas que
presente. En función de esto, se puede tomar la opción de observar y controlar periódicamente al
niño o bien realizar un tratamiento dirigido al cierre del ductus.
Es una alteración cardiaca congénita (desde el nacimiento). Se produce una disposición anormal
de los principales vasos sanguíneos que salen del corazón.
Normalmente, la sangre pobre en oxígeno circula desde el cuerpo hacia el corazón (ventrículo
derecho), y luego, a través de la arteria pulmonar, se dirige hacia los pulmones donde recibe
oxígeno. La sangre ya oxigenada regresa desde los pulmones hacia el corazón (ventrículo
izquierdo), y a través de la aorta, se dirige hacia todo el cuerpo.
En la transposición de grandes vasos, la arteria pulmonar sale del ventrículo izquierdo y la aorta
del derecho, alterándose por tanto la circulación normal de la sangre de forma muy importante:
La sangre pobre en oxígeno que llega al ventrículo derecho circula por todo el cuerpo.
La sangre recién oxigenada en los pulmones que llega al ventrículo izquierdo vuelve de nuevo a
los pulmones, formándose dos circuitos separados.
Con frecuencia aparecen otros defectos cardiacos asociados (ductus arterioso persistente,
comunicaciones o aberturas en el tabique que hay entre las aurículas o el que existe entre los
ventrículos) que son, paradójicamente, los que permiten que sobreviva un niño con transposición
de los grandes vasos. Estos defectos cardiacos hacen que la sangre de un circuito se mezcle con el
otro, permitiendo así que logre oxigenarse.
Causas
La transposición de los grandes vasos es el segundo defecto cardiaco congénito más frecuente que
ocasiona problemas en la infancia temprana. Entre el 5 y 7 por ciento de todos los defectos
cardiacos congénitos son por esta causa, y afecta principalmente a varones. Su origen es
desconocido, al igual que la mayoría de defectos cardiacos congénitos, aunque hay algunos
factores relativos a la madre que se asocian a una mayor frecuencia de aparición de estas
alteraciones:
Rubéola durante el embarazo
Mala nutrición
Alcoholismo
Edad avanzada
Diabetes
Síntomas
Los síntomas aparecen en el momento de nacer o muy poco después, y la gravedad depende de
los defectos cardiacos asociados (que son los que permiten la oxigenación de la sangre del recién
nacido). Los niveles bajos de oxígeno hacen que el bebé se vuelva cianótico (azul) y que aparezca
dificultad respiratoria.
Diagnóstico
El diagnóstico es posible realizarlo antes de nacer mediante las ecografías rutinarias que se hacen
a todas las embarazadas. En el momento del nacimiento se detectará mediante la auscultación de
un soplo y la presencia de un color azulado en piel y mucosas del recién nacido. El diagnóstico de
confirmación lo da la ecografía cardiaca.
Tratamiento
Dentro de las dos primeras semanas de edad, la transposición de los grandes vasos se reparará
quirúrgicamente a través de un procedimiento llamado intercambio o switch arterial. La aorta es
desplazada desde el ventrículo derecho hacia su lugar normal en el ventrículo izquierdo; por su
parte, la arteria pulmonar se intercambia y se coloca en el ventrículo derecho. Las arterias
coronarias también se intercambian en este procedimiento.
Pronóstico