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Eidelsztein, Alfredo
La topología en la clínica psicoanalítica. Palabras Preliminares
- 1" ed. -Buenos Aires - Letra Viva, 2006.
280 pp. ; 23 x 16 cm.

ISBN 950-649-126-7
9789506491260

1. Psicoanálisis. l. Título
CDD 150.195
"Estoy pensando en la palabra 'immixing'.
Pienso que la primera vez que introduje esta palabra fue pre-
FOTOGRAFÍAS DE TAPA Y CONTRATAPA; cisamente para la relación de los sujetos. Los sujetos (... ) no
Muestra Apunte en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires durante mayo de 2005. son tan aislados como pensamos. Pero, por otro lado, no son
Instalación y fotografias de Augusto Zanela. colectivos. Tienen una cierta forma estructural, precisamen-
te 'immixing' que es, hablando con propiedad,
aquéllo sobre lo cual una discusión como la de hoy puede
introducirnos, y creo que únicamente en la medida en que
no estamos tan seguros que quien inventa es exactamente
el designado por un cierto nombre propio. " 1

"La topología en la clínica psicoanalítica" es, para nosotros, una cues-


tión ética.
El "nosotros" indica la presencia de uno que escribe sobre aquéllo di-
cho por otro. Estimado lector, no se apresure usted a llamar "sujeto" a este
"uno"-que en realidad es un huésped, o tal vez un parásito-. 2
Está usted ante una obra concebida mediante un dispositivo poco usual
en la historia de los textos del psicoanálisis. Un psicoanalista lacaniano dic-
© 2006, LETRA VIVA, LIBRERÍA y EDITORIAL ta un curso en forma oral, éste es transcripto y por lo tanto transformado
Av. Coronel Díaz 1837, (1425) Buenos Aires, Argentina
(aunque sólo para uso interno de quienes, habiendo estado presentes, tal
letraviva@elsigma.com
vez podrían reponer en esas páginas algo de la enunciación perdida en el
Primera edición: Marzo de 2006 pasaje de la voz al "negro sobre blanco"). Otro psicoanalista "lee" la ver-
sión y, como nadie podría desconocer a esta altura de la historia de la cul-
Impreso en Argentina - Printed in Argentina tura, vuelve a escribirlo. Entonces, el primero vuelve a leerlo ...
Queda hecho el depósito que marca la Ley 11.723
Lacan, Jacques. "lnteroención de Jacques Lacan sobre la exposición de C. Morazé: "In-
vención Literaria"· (18 de octubre de 1966). Publicado originalmente en "The languag-
Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra bajo cualquier método, es ofCriticism and the Sciences ofMan: The structuralist Controversy". Dirigido por R.
induid01; la reprografía, la fotocopia y el tratamiento digital, sin la previa y expresa Macksey y E. Donato, Baltimore y Londres, The John Hopkins Press, 1970, p. p. 41-44.
tntl.nrización por escrito de los titulares del copyright. [Versión española de Paola Gutkowski y Pablo Peusner, disponible en www.apertura-psi.
org/textos1.
v. Derrida, Jacques. "Por amor a Lacan" (1992) en "Lacan con los filósofos", AA.VV, Bi-
blioteca del Colegio Internacional de Filosofía, Siglo Veintiuno Editores, México, 1997, pp.
366-367. También incluido en Derrida, Jacques. "Resistencias del Psicoanálisis", Editorial
E ata obra ae terminó de imprimir durante marzo de 2006 en loa Tallerea
Paidós, Buenos Aire11, 1997, pp. 68-69.
Griflcoa "Planeta Offlet", Saavedra 585, Ciudad de Bueno• Alr11, Argentina.

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Hube mos que "un texto es una máquina concebida para provocar inter- nes de posibilidad para la realización de la articulación topológica. Pen-
pt·etaciones"3 y la isotopía de la interpretación aplicada por nuestro segun- samos que cierto modo de comprender los conceptos fundamentales del
do personaje satisface con creces al primero. El texto ya no es el mismo, in- psicoanálisis -modo que podríamos calificar sin temor a equivocarnos de
duso resulta dificultoso en ciertos párrafos descubrir "un" autor. Pero ... ¿no "intuitivo"- hace imposible (en el fuerte sentido matemático del térmi-
He trata acaso de uno de los principios éticos fundamentales de la escritu- no) la articulación con el órganon topológico. Los psicoanalistas quepo-
1'11 contemporánea, enunciado desde Beckett hasta Foucault bajo la máxi- sicionados de tal manera aún lo intentan, transforman ese imposible en
nul del "qué importa quién habla" 4? Nuestros personajes pactan. La obra una impotencia personal: se quejan de lo dificultoso de la tarea y se ex-
Hl' publicará para ponerla al alcance de un público más amplio. El primero cusan por su adhesión al campo de las mal llamadas "ciencias humanas"
aeepta la immixtion, el segundo se somete a ella. Luego, doblan la apues- -la que no resulta ser más que una elección a partir de su estilo cogniti-
tu: el lector que ha escrito la nueva versión incluirá un "aparato crítico" al vo, el que (según su decir) los inhibe para acceder a cuestiones tan abs-
tPxto -que, como tal, se localizará a pie de página- y contará con la posibi- tractas ... Ahora bien, la ignorancia por cierta parte de los psicoanalis-
lidad de incluir en ellas lo que considere pertinente -independientemente tas contemporáneos de los aportes topológicos introducidos por Lacan a
<ll' lu tiranía del "canon". Así, nuevamente, los participantes serán dos y, lo largo de su enseñanza, así como las frecuentes quejas acerca de la di-
l'lltonces, el texto y las notas dialogarán. Allí se incluirán las reflexiones y ficultad que su uso plantea ¿no serán consecuencia de la falta de traba-
pr1~cisiones del nuevo personaje: el "editor crítico". jo crítico sobre los conceptos fundamentales a ser articulados con las no-
I<~sta breve historia se inició en noviembre de 2001 y está concluyen- ciones de la topología? 7
do en abril de 2004. Y, tal como se había enunciado al inicio de estas paia- He aquí, entonces, la otra cara de este libro: puesto que si nuestra hipó-
hras, se trata de una cuestión ética. Lejos estamos de creer que los desa- tesis fuera cierta sería necesaria una revisión de los conceptos psicoanalíti-
rrollos que Jacques Lacan dedicara a la topología a lo largo de su extensa cos como condición de posibilidad para establecer su articulación eficiente
••1H1eñanza contribuyan a situarlo como un "impostor intelectual". 5 Cree- con los elementos básicos de la topología, se han dedicado a esta tarea ex-
moH, más bien, que las articulaciones topológicas que desarrollara ilumi- tensos párrafos y precisas argumentaciones. El trabajo realizaQ.o sobre los
111111 lu cuestión ética de manera notoria -aunque, por su presentación tan conceptos de "sujeto", "inconsciente" y "realidad", muestran con claridad
••Npociul, sin duda requieren de un trabajo de estudio sistemático y rigu- la dirección de la obra: un intento por eliminar la mayor cantidad de resi-
t'oHo, 11 IH vez que equilibrado (algunos intentos previos han naufragado duos intuitivos y componentes ideológicos, en favor de establecer con rigu-
por rm•r demasiado en aspectos técnicos de dificultoso alcance para quie- rosidad los conceptos. De esta manera, la articulación topológica se vuelve
111'" Nt• hun formado en "ciencias conjeturales" o por, directamente, eva- posible, coherente y accesible aun para aquéllos que, como nosotros, no ha-
dir· lu urticulación). yan sido formados en el marco de las matemáticas, ni tengan especial pre-
l•:n c•l recorrido de este libro se intentará producir un trabajo sobre dilección por tales temas; a la vez que contribuye a establecer un criterio
lu• c'ollt'optos fundamentales del psicoanálisis. Estos últimos, por ser el orientador de la clínica psicoanalítica lacaniana.
Alllhilo donde "ocurren todas las decisiones, pero donde también toda
lluhwil4ión t.oma prestado su escondite" 6 esquivan su interpretación in- El curso que dio origen a este libro fue dictado por Alfredo Eidelsztein
lultlvn 11 partir de la novedosa lectura que los postulados topológicos les durante el año lectivo 2000 en el marco del posgrado de la Facultad de Psi-
ttpot'lrlll. Herá en este sentido que todo el libro realizará una crítica (en cología de la Universidad de Buenos Aires, bajo el título "Análisis de las
Nt•ulido kuntiano) de los conceptos en cuestión, exponiendo las condicio- relaciones entre la topología y el psicoanálisis". Se ha modificado el títu-
lo porque, inevitablemente, la edición ha favorecido ciertos contenidos que
así lo exigen. Debemos la desgrabación original del material a la Lic. Nan-
l•:c•o, 1Jmherto. "Entre el autor y el texto", en "Interpretación y sobreinterpretación", ver-
"1(111 ~·Mpuñola de la Cambridge University Press, 1995, pág. 91. cy Fontana, a quien estamos profundamente agradecidos por haberlo pues-
v. ~·oucuult, Michel. "iQué es un autor?" (1969) en "Obras Esenciales. Volumen 1: Entre to a nuestra disposición.
flloMofln y literatura", Ed. Paidós, Buenos Aires, 1999, pág. 332. En lo referente a los criterios de edición a cargo de Pablo Peusner, se ha
(:r. Hokul, Atan & Bricmont, Jean. "Imposturas intelectuales"( 1998), Ed. Paidós, Barcelona, favorecido en el texto el estilo oral en un intento por transmitir al lector el
199H. ~;Mpocialmente capítulo l. [oddly overestimated].
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llaidolij(tlr, Martin. "Conceptos fundamentales. Curso de semestre de verano, Friburgo,
Pregunta que retomo en una nota al capítulo lV, titulado "Critica de la noción de incons-
1941 ", l'id. Altaya, Barcelona, 1994, pág. 27.
ciente". v. supra.

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dima de trabajo que reinó en aquel curso; curso que muchas veces nos en- que originalmente formaban parte del cuerpo central del texto; éstas aten-
eontró recortando tiras de papel y jugando con cinta adhesiva ante la mi- taban contra la fluida lectura del mismo, aunque eran demasiado valiosas
como para perderlas. Todas las notas de este estilo terminan con sus ini-
rada atónita de quienes se asomaban a través del vidrio de la puerta mien-
tras estábamos trabajando -ya decía Lacan que el verdadero psicoanálisis ciales situadas entre llaves. El otro grupo de notas, que también figuran a
1'8 el psicoanálisis amusante-. 8 Los títulos de los capítulos están formula-
pie de página, constituyen el "aparato crítico" y pertenecen a Pablo Peus-
dos a partir de la versión escrita final y no coinciden necesariamente con ner. Ellas son la marca del editor y han intentado cumplir múltiples fun-
los de las clases originales. Puesto que el programa del curso no incluyó de- ciones -indicaciones bibliográficas puntuales, referencias, comentarios, re-
sarrollos sobre la botella de Klein, el editor ha incluido bajo el formato de flexiones, citas y todo aquéllo que pudiera "acompañar" al lector en la ta-
"complemento" una versión (muy modificada, por cierto) de la clase del30 rea de completar la lectura.
de junio de 2001 que Alfredo Eidelsztein dictara en el marco de su curso de Con el afán de no atiborrar las páginas de notas, la bibliografía citada
poHgrado (también de la Facultad de Psicología de la Universidad de Bue- en cada capítulo ha sido colocada al final de los mismos.
nnH Aires) titulado "¿Qué es el psicoanálisis?". Este "complemento" per-
mitió completar la intención original: que el libro presentara -al menos- Finalmente, queremos agradecer a todas aquellas personas que de un
un enfoque posible para cada una de las articulaciones que Jacques Lacan modo u otro han compartido y alentado este largo proceso. Especialmente
r·oul izó entre la clínica psicoanalítica y las cuatro superficies topológicas in- al Lic. Luciano Echagüe quien ha revisado el estilo de la versión original
lt·ínHecas elementales. 9 mejorándola en gran medida.
Con respecto a las fuentes para las citas de la obra de Jacques Lacan, se En lo personal dedicamos este libro a nuestras familias: fuente inagota-
ha recurrido a las versiones traducidas de "El Seminario" y de los "Escri- ble de energía y motivación para nuestras odiseas.
tos" -si bien en todos los casos, se las ha cotejado con las versiones france~
HUH disponibles (oficiales o no)-. Fueron utilizados también textos apareci-
do"' durante el proceso de edición del libro, como fueron los "Autres écrits" Alfredo Eidelsztein
.v In vursión española del seminario sobre "La transferencia". Para el caso Pablo Peusner
pun tu ni del Seminario IX sobre "La identificación" (el más comentado a lo
lt~rKo d(ll curso), se ha utilizado la excelente versión crítica francesa publi-
l'lldu por Michel Roussan en 1994 -la que Pablo Peusner ha traducido in-
lt•nt.undo no perder los efectos de sentido que tanto gustaba Lacan de pro-
chadr· ul momento de hacer uso de la palabra. De todas maneras traduttore,
lrwlilon•. Otros textos de Lacan fueron cotejados con las versiones dispo-
nihlc•H nn la página web de la École Lacanienne de Psychanalyse en su "pas
Io/I/ l.amn" -valga esta mención como un agradecimiento por tan noble,
pnttroHu y faraónica empresa-. Finalmente, el editor ha intentado cruzar
ltt mnyor cantidad de referencias posibles y establecer las correspondencias
c¡aw c·onHideró más importantes, entre ciertas menciones realizadas en el
c•utwpo del texto y la obra de Lacan.
J•:lloctor hallará a pie de página dos tipos de notas: las que Alfredo Ei-
clt•IHzt.uin insertara durante la revisión del texto fueron directamente es-
c•rihtl'l por él -aunque también otras notas que le ha atribuido el editor y .,
.
-

v. Lm~nn, Jacques. "El seminario, Libro 1: Los escritos técnicos de Freud" (1953- 1954). ~
¡~
~:(1. Paido11, Buenos Aires, 1981, pág. 125 y ss. [pág. 91 de la edición francesa por la Ed.
du Hc•uil, Pnrf11, 19751 .
• v. VMppGreau, Jean-Michel. "l'~stofa. Las superficies topológicas intrínsecas" (}988),
ll:dlciunu" Kllnc\, RuenoK Aires, 1997 ·pág. 26. ·
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¿poR QUÉ TOPOLOGÍA?

Buenas tardes a todos. Es un gusto para mí estar hoy aquí con ustedes.
Dictar un curso para analizar la relación entre la topología y la clínica
psicoanalítica se me presenta, respecto de lo que hice hasta el momento,
como una apuesta de máxima dificultad. Es posible que alguno de ustedes
se haya encontrado con un matemático, o un topólogo, dando una clase
sobre el cross-cap o la banda de Moebius. Pero tengo la impresión de que
no es frecuente ponernos a trabajar, entre nosotros, psicoanalistas, reali-
zando un extenso recorrido sobre topología.
Para aquellos que se encuentran conmigo por primera vez, y, con el es-
píritu de evitar los malentendidos, aclaro que no soy topólogo, ni mate-
mático. Últimamente, estuve trabajando mucho con un matemático que
se hizo psicoanalista: Jean-Michel Vappereau. Él solía decirme que verifi-
caba la existencia de personas con una especial afinidad para con las ma-
temáticas. No es, por cierto, mi caso ... Sin embargo, desde que comencé
a estudiar psicoanálisis, fui fo:rjando una postura fuertemente racional y,
por eso, cuando no encuentro buenas respuestas como fundamento de lo
que se dice, no quedo satisfecho. El marco, el espíritu de este curso, es el
siguiente: verificar si mediante el análisis de la relación entre el psicoa-
nálisis y la topología logramos obtener respuestas satisfactorias a la exi-
gencia racional, para los problemas que se nos plantean en la práctica del
psicoanálisis. ·
Hace diez años escribí un libro sobre psicoanálisis y topología1• Consi-
dero interesante este hecho en mi propia perspectiva: ya era hora de re-
tomar y ordenar aquellas ideas. Producir escansiones es una función pro-
pia del escrito, siendo este el que permite que, con el transcurso del tiem-
po, se lo pueda retomar.
Por otra parte, quisiera contarles que intento llevar adelante una clínica
fuertemente terapéutica. Digo <<terapéutica» en el peor sentido lacaniano del
término, esto es: como curativa. 1 Puesto que practico un psicoanálisis así, la
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'Z Alfredo Eidelsztein ha propuesto una definición de «psicoanálisis» que acentúa este ma-
·l tiz, articulándolo con otros términos propiamente teóricos. Lo cito a continuación: El
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experiencia de estudiar topología sólo se justifica desde la perspectiva clíni- curso los encolumnaría dentro de lo más moderno de la matemática, debo
ca y terapéutica. El desafio es ver si la topología contribuye, no a una teoría entonces anunciarles desde ahora que vamos a trabajar con conceptos pro-
más sofisticada y mejor presentable en los círculos intelectuales del psicoa- ducidos a fines del siglo pasado ... Lo notarán en las fechas de los textos que
nálisis, sino en lo terapéutico y en lo clínico; o sea, si a partir de la inclusión vamos a abordar. Venimos con un poco de atraso, pero no hay problema por-
de la topología en nuestras conceptualizaciones, las curas son más exitosas que nuestro sentido común es medieval.3 Por lo tanto, todo lo que aprenda-
y producen efectos más radicales. mos -y que lo modifique- nos permitirá recuperar el atraso de cuatrocien-
Lacan realizó un cambio fundamental en la concepción de lo que en el tos o quinientos años que nuestras subjetividades poseen.
psicoanálisis había sido entendido como resistencia por parte de los pa- Voy a recomendarles ahora cierta bibliografia, algo extensa, ordenada
cientes, porque pasó a trabajar -al menos teóricamente- con la noción de alfabéticamente. Es importante que les anticipe qué uso voy a hacer de
<<resistencia del analista». En su más básica versión, esta noción sostie- ella en el transcurso de las clases, así como la utilidad que me reportaron
ne que la detención del análisis es producida por una incorrecta posición estos textos a mí, y cuáles alentaría en su lectura para lograr el mejor ni-
del analista. vel de diálogo con ustedes. Ahora bien, con la bibliografia nos hallaremos
Para Lacan, hay otra noción de resistencia del analista: la <<resistencia ante el problema de no encontrar en ningún libro de topología el soporte
teórica». Esta indicación aparece sólo una vez en su obra, pero está2 • Pro- de todo lo que dijo Lacan. Él extrajo los conceptos de diversos libros de to-
pone que los analistas tenemos una resistencia específica respecto de la teo- pología y, como casi siempre, no citó casi ninguno. Así justifico la extensión
ría psicoanalítica, que consiste en resistir a lo más sorprendente e increí- de la bibliografia del curso. ¿Por qué hay que leer muchos libros de topolo-
ble que la teoría nos aporta. En realidad, quienes hoy hacen buena episte- gía? Porque uno va encontrando las explicaciones y los argumentos para
mología saben que esta actitud es la que caracteriza a la posición científi- distintos temas propuestos por Lacan en distintos libros. N o existe uno
ca, a diferencia del ideal cientificista, que considera que el científico quiere que lo abarque todo, no hay ningún libro de matemática que diga todo so-
saber. En la enseñanza de Lacan, alguien que quiere saber es un analista, bre la matemática. Ustedes tal vez se quejen de que no exista ese libro de
no un científico. Semejante idea se verifica en la Ciencia porque los cien- psicoanálisis que lo tenga todo, pero tampoco la matemática es un saber
tíficos no tienen deseo de saber; lo que hacen todo el tiempo es ubicar los completo. Hay autores que presentan los argumentos de tal manera que
datos que obtienen de lo real en los modelos que ya poseen. nos facilita seguirlos e iluminar un problema al que Lacan se refería. Por
Por lo tanto, me parece que, mediante la noción de «resistencia del eso voy a recomendarles muchos libros de topología que a mí me sirvieron,
analista», Lacan propone una particular forma de resistencia que se veri- porque en cada uno de ellos fui encontrando algún párrafo que justificaba
fica para todos los que nos abocamos a los problemas vinculados al saber: las afirmaciones de Lacan, tal vez ausentes en otro autor.
una tendencia a dejar de lado aquello que "no encaja" en nuestro esque- Lo primero que les recomiendo son tres excelentes volúmenes sobre ma-
ma referencial. En este curso, me comprometo a presentar los temas indi- temáticas, de autores rusos: Aleksandrov, Kolmogorov y otros colaborado-
cando aquello que "no encajaba" en el sistema que prescindía de la topo- res. Son muchos porque cada uno escribió un capítulo. Aleksandrov era un
logía, pero que sí encaja a partir de la inclusión de los conceptos topológi- topólogo impresionante, poeta, epistemólogo, conocedor profundo de la len-
cos en la teoría psicoanalítica -aunque sin ignorar lo que quede por fue- gua. Ustedes saben que los rusos venían muy atrasados en la investigación
ra del nuevo sistema-. científica -al menos cuando se necesitaba dinero para ello, porque cuando
Si el acercamiento de ustedes se motivó acaso en la suposición de que este la cosa no requería de plata... (Si había que poner cinco rusos a trabajar con
lápiz y papel, sin duda ganaban los rusos. Si había que poner un laborato-
psicoanálisis es concebido como una práctica terapéutica, que opera como respuesta ra- rio de doscientos millones de dólares, ganaban los estadounidenses. Pero
cional y, por lo tanto, comunicable, al malestar en la cultura específica del sujeto de la los rusos iban delante en toda investigación que no exigiese material). Es-
ciencia, que se manifiesta como un exceso de malestar. Tal malestar o sufrimiento es con-
tos tres tomos, para matemáticas en general, son espectaculares puesto que
siderado en forma particular en cada caso, mediante el rescate de las funciones del de-
seo y de la verdad en el campo del saber. [en Las estructuras clínicas a partir de Lacan- abordan todos los grandes temas que Lacan trabaja de matemáticas en psi-
Vol. 1, 2001, p. 11, Buenos Aires, Ed. Letra Viva].
Se hace aquí referencia a la "Presentación de la traducción francesa de las Memorias del 3
Presidente Schreber" ( 1966), donde Lacan señala: "Ello puede dar una idea de la resis- ;~ Cf. A. Koyré, «Galileo y la revolución científica del siglo XVII» ( 1955), en Estudios de his-
toria del pensamiento científico, 1977, México, Siglo Veintiuno Editores. La frase textual
tencia que oponen los psicoanalistas a la teor(a de la que depende su propia formación" )_,
. ~· aparece en la p. 184 y, en su forma completa, reza: "El sentido común es -y lo ha sido siem-
[en lntervencimleii.Y te:x/(}11 2, 1988, pp. 31 y 32, Buenos Aires, Ed. Manantial].
pre- medieval y aristotélico".

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coanálisis: el número de oro, lo inconmensurable, la raíz cuadrada de me- sobre las inversiones especulares (por ejemplo: lpor qué los espejos invier-
nos uno, la Topología, la Geometría proyectiva, etc. Les recomiendo, al me- ten?, etc.). Es excelente y está presentado con dibujitos muy divertidos.
nos del volumen uno, el capítulo sobre geometría proyectiva, que es de los El que sigue hay que tenerlo en la biblioteca, si uno quiere estudiar La-
mejores. Es muy dificil conseguir textos sobre este tema; es más fácil con- can. Es de la década del 50, pero para lo que nosotros necesitamos es ul-
seguir sobre topología, que sobre geometría proyectiva. Pero a nosotros nos tramoderno y excelente. Sus autores son Kasner y Newman, y el título es
va a hacer falta estudiar la geometría proyectiva para trabajar el plano pro- Matemáticas e Imaginación 1x. Salió publicado en la <<Biblioteca de Jorge
yectivo, y, con él, toda la lógica de la oposición neurosis-psicosis a partir de Luis Borges••, y si leen la presentación de Borges en la primera página,
la metáfora paterna. Y del volumen tres, los capítulos decimosexto y deci- van a quedar muy satisfechos. Muchos de sus cuentos están armados so-
moséptimo sobre geometrías no euclidianas y topología. El libro se llama La bre capítulos de Kasner y Newman.
matemática: su contenido, métodos y significado n. De Lacan, el escrito donde está bien desplegada la articulación topológica
Otro recomendado es Arte y percepción visual: psicología del ojo crea- es «El Atolondradicho». Pero, imala noticia!, no se entiende casi nada... Está
dorlll el autor es Rudolf Arnheim, y es muy importante que lean el capí- publicado en castellano en una revista que se llama Escansión 1, de Edito-
tulo cinco, «El espacio», para que tengan una buena teoría sobre el espa- rial Paidós. Yo cotejé durante dos semanas este trabajo, palabra por palabra,
cio desde la perspectiva visual, es decir, cómo se compone visualmente el con la versión original en francés, y le encontré doscientos cincuenta erro-
espacio. res graves, garrafales; la traducción es pésima4 • Incluso faltan paréntesis,
También Experiencias en topología 1v, cuyo autor es Stephen Barr. Está corchetes, itálicas, cortes, cosas de descuido de edición5 • Lamentablemente,
en inglés y en francés, pero no en castellano. Su contenido completo es so- es el escrito de Lacan más pertinente sobre topología.
bre topología, y tiene la virtud de incluir, para todo lo que desarrolla, pe- Respecto de los Seminarios, los indicados serían el Seminario ])(X y el
queños ejercicios o experiencias de manipulación de cintas, tijeras y cola. Seminario XIIJXl. Les señalo las clases más pertinentes a nuestros temas:
Después hay tres libritos de Dienes y Golding. Dienes es el creador de del Seminario IX, desde la clase 12 hasta el final, que es la 26 (si alguno de
«los cubos de Dienes•• con los que los chicos juegan en el «rincón de cu- ustedes lo considerara excesivo, tal vez podrían hacer hincapié en el con-
bos•• en el jardín de infantes. Esos cubos son para hacer ejercicios de es- junto de clases que van desde 20 a la 26); y, del Seminario XIII, les indi-
pacio y geometría. Las maestras jardineras no conocen las doctrinas que co las clases 3, 6, 12, 13, 16, 17 y 20. Todas estas clases son sobre las su-
los sustentan, pero los libros de las doctrinas están publicados; son tres perficies topológicas, y se presentan como muy dificiles de leer porque, en
pequeños volúmenes que se llaman: La geometría a través de las trans- nuestras versiones mecanográficas, todos los esquemas y gráficos que La-
formaciones de editorial Teide. El volumen uno es Topología: Geometría can dibujaba en el pizarrón están mal: o no están, o bien están en blanco
proyectiva y afín v. y negro -y Lacan los dibujó en colores-. Así es que se hace muy difícil po-
De Euclides, Elementos, publicado por Gredosv1• El volumen uno, que der seguir el desarrollo.
incluye los libros 1 a IV. Allí rastrearemos el problema del «quinto postu- Los escritos que utilizaremos serán «De una cuestión preliminar. .. ",
ladO>>, con el que vamos a trabajar muchísimo. Hay toda una historia de ,,Observación sobre el Informe de Daniel Lagache... "• «Subversión del Su-
las matemáticas referida al problema del «quinto postulado••, pero hay que jeto ... " y <<Del trieb de Freud y del deseo del Psicoanalista, XII.
leer la argumentación de Euclides para comprender desde dónde se ini- El siguiente es Poincaré, un autor realmente muy import~te. Tiene un
cia el problema. libro que se llama Últimos PensamientosXI 11 • Mi edición es del27 de mayo de
El texto siguiente es Introducción a la Topología combinatoriavn de Fré-
chet y Ky Fan. Se trata de un manual de EUDEBA, y sería absolutamente 4
La versión francesa del escrito lleva por título "L 'Étourdit", y fue publicada originalmen-
fundamental que lo lean. Yo considero que este texto fue completamente te en la revista Scilicet, n. 2 4 (Ed. du Seuil, París, 1972). Ha sido nuevamente publicada
utilizado por Lacan; tiene casi todo lo que hace falta saber. El problema es en la edición francesa de los Autres Écrits, de Jacques Lacan, 2001, París, Ed. du Seuil.
5
que está todo expresado muy específicamente -si leemos muchas otras co- Ustedes saben que en castellano no tenemos una tradición de ser muy cuidadosos con
sas y volvemos a este texto, finalmente diremos "iAh, ahí estaba!". nuestras ediciones. Por ejemplo: López Ballesteros no respetó ningún doble espacio en-
tre los párrafos de Freud. Hay párrafos que Freud puso seguidos, y hay párrafos que
El siguiente es de Martín Gardner, quien ha escrito varios libros de di- Freud separó dejando doble espacio -es un corte-. López Ballesteros no respetó ningu-
vulgación sobre matemática. Del libro que se llama Ajá, Paradojas vm, les no, jamás. ¿Habrá pensado que era un capricho de Freud? Vaya uno a saber... Freud era
sugiero el capítulo tres, «Geometría» que contiene lo mejor que he leído un gran escritor. Si el psicoanálisis existe, no es porque tuviera tanta razón, sino por-
que escribía como escribía. {A. E. }.

14 15
1946 -es antigucr-. Pero hay un capítulo entero titulado ,,¿por qué el espa- Para situar en nuestro horizonte la articulación entre psicoanálisis y
cio tiene tres dimensiones?» que es espectacular (por ejemplo: que la estruc- topología, nuestros ejes serán la estructura del sujeto y la realidad huma-
tura del espacio advenga a partir de un corte, está dicho allí. Lacan lo tomó na, pero sin olvidar que todos estamos aquí convocados por la pregunta de
de allí; nunca lo dijo, pero es indudable porque Poincaré fue el pensador que ,,¿por qué topología?». Estimo que un obstáculo es que no advertimos la
propuso que las dimensiones del espacio se establecen por medio de un cor- connaturalidad entre psicoanálisis y topología. Se pueden tomar articula-
te. Así, para saber cuántas dimensiones tiene algo, hay que observar cuán- ciones muy claramente desarrolladas en otras disciplinas y usarlas en psi-
tos cortes se deben producir para aislar la superficie). coanálisis. El mejor ejemplo tal vez sea la apropiación de la lingüística por
Incluiremos también un libro muy lindo de matemáticas de Ian Stewart, el psicoanálisis. Sin embargo, Lacan, a determinada altura de su enseñan-
otro de los grandes matemáticos que publican libros de divulgación de pri- za, se dedicó casi exclusivamente a la topología, sosteniendo que la estruc-
merísima línea, llamado Conceptos de matemática modernaxrv. Les señalo tura es topológica y que la topología indica lo real. Nosotros seguimos te-
el capítulo 10, <<Topología»; el12, «Invariantes topológicos»; y el13, «To- niendo la sensación de que no puede ser así porque sentimos que no tienen
pología algebraica». Los tres capítulos son muy buenos. nada que ver. Este problema está en la base de nuestra preocupación.
Trabajaremos también con Topología Elemental>N, de Mario Tomei. Fue Entonces, lpor qué topología?
escrito a pedido de un grupo de psicoanalistas lacanianos. Es excelente, Quisiera desarrollar brevemente para Ustedes una respuesta median-
francamente excelente, lo vamos a utilizar mucho. te el abordaje de tres cuestiones, inevitablemente ligadas a tres autores y
Además, contamos con los libros de Jean-Michel Vappereau, que es uno tres textos.
de los topólogos que trabajó con Lacan. Vappereau es hoy en día el psicoa- Les recomiendo este libro -es una verdadera joya- Polémica Lévi-Strau.~.'l
nalista que más topología sabe; es matemático y se abocó los últimos vein- & V Proppxx. De lo que yo leí de Lévi-Strauss, es lo mejor sobre <<estructu-
te años a hacer investigación topológica. Me he encontrado varias veces a ra••. Y puesto que Lacan dice que toma la noción de «estructura•• de Lévi-
charlar con él sobre topología, y debo confesar que le entiendo poco ... Él Strauss, me parece que está justificada la indicación. En la página 50 dtl
siempre me dice que me entiende. Discute tesis topológicas desde la topo- mi edición, dice Lévi-Strauss:
logía. Hoy en día, es el número uno en la articulación psicoanálisis y topo-
logía. Tiene publicados: Clínica de los procesos del nudo, Estofa>N1 (Étoffe "[. .. ] si un poco de estructuralismo aleja de lo concreto, mucho recondu-
es la palabra francesa que se traduce al castellano con dos palabras: "esto- ce a ello".
pa" y "estofa") y también Noeud>N 11 , "nudo", que no está traducido al cas-
tellano (son trescientas páginas en francés, y es lo más desarrollado que Vamos a cambiar "estructuralismo" por "estructura", y "concreto" por
hay sobre la teoría de los nudos para los psicoanalistas, estemos o no de "real". ¿Lo aceptan? Solamente entre nosotros. Entonces, nos quedaría así:
acuerdo con sus desarrollos). "si un poco de estructura aleja de lo real, mucho reconduce a él".
También les recomiendo Saber ver la arquitectura>Nm, de Bruno Zevi; Partimos de la sensación de estar, en nuestra clínica, muy alejados de
especialmente los capítulos dos y tres. Es un arquitecto italiano que vino lo real. Voy a intentar mostrarles que lo real se retoma profundizando, le-
a dar conferencias a la Universidad de Tucumán, antes del golpe militar. yendo mucho y dedicando a estos problemas bastantes horas. Un poco de
Este es el autor que define el quehacer de la arquitectura como "tomar un estructura no sirve para nada, y hasta habría que recom,endar que nadie
J,f
vacío y ponerle una cubierta" -Lacan retomó esta idea-. En estos capítu- practique con un poco de estructura. Un poco de estructura se pone de ma-
los, está bien explicado por qué la subjetividad humana es tan convoca- nifiesto en el decir de los jóvenes psicoanalistas lacanianos, con frases del
da a alojarse en lugares, para luego recubrirlos (se trata de una tendencia tipo: "Como el objeto 'a' es el corte, entonces, bueno, dejamos acá".
muy fuerte en toda cultura). Referido a los psicoanalistas lacanianos simpatizantes del estilo sesio-
En francés, publicado gracias a las gestiones de Vappereau, tenemos \[
nes-de-dos-minutos, siempre cuento este chiste: se encuentran dos ami-
una Introduction ala topologieXIX, de Johann Listing. Este autor fue quien \ gos, y uno le dice al otro: "Me separé". El segundo le responde: "HiciHte
inventó la palabra <<topología•• -antes se decía analysis situs-. En el libro, bien, era una mala mujer: te 'metía los cuernos' con todo el mundo". Pero
está la historia del uso del término. el primero corrige: "iNo! 1Me separé de mi socio!" ...
Les he reseñado lo más importante de la bibliografía. Sin embargo, hay Así funciona el corte de sesión a los dos minutos:
bastante más para leer. -Me separé.

16
17
-Dejamos aquí. formados precisamente ti•• 111'/ll'l'do
con la misma ley. 1Para lot! que t!Opun
Pero, lse separó de qué? Justamente, por la teoría del significante, si algo de lo que aquf RO trulu, eHtu deHcripción coincide con los agujeros ne-
no se escucha un rato, es muy difícil practicar. Mi impresión es que La- gros, que son una deformación del espacio. Poincaré acertó con la idea de
can tenía una gran impaciencia. En su biografía, Elisabeth RoudinescoXXI que podría haber deformación del espacio]
Esta deformación podría ser cualquiera; sin embargo, debería ser continua,
cuenta que andaba por París corriendo como loco con el coche y que, si
esto es, de aquéllas que transforman una figura en otra equivalente desde
por ejemplo se le antojaba comprar un tapado de visón, a la hora que fue-
el punto de vista del análisis situs" XXIV
ra de la madrugada golpeaba la puerta al peletero para que le diera un ta-
pado de visón. Su necesidad de ver, de conocer, estaba connotada por una En el último párrafo, afirma que una propiedad del espacio es que po-
gran impaciencia. dría ser deformado, siempre y cuando dicha deformación fuera continua -
Hace falta mucha estructura para hacer advenir la relación de la estruc- es decir, toda vez que respetara la estructura del espacio, que también es
tura con lo real de nuestra clínica. continua-. E introduce que ese tipo de deformaciones del espacio son aque-
La segunda de las tres cuestiones la abordaremos con Poincaré. Esta- llas que estudia la topología. Entonces, la transformación topológica no es
mos intentando pensar por qué topología. Por ser un autor sumamente una rama extraña de las matemáticas, sino que estudia la estructura fun-
claro, elegí un párrafo largo, del capítulo que recomendé, llamado «¿Por damental del espacio; del espacio en el que estamos, aunque no lo advirta-
qué el espacio tiene tres dimensiones?». mos. Si alguien deseara conocer la estructura del espacio en el que viven
los seres humanos hablantes, debería estudiar topología. Nuestra sorpre-
"La proposición fundamental del análisis si tus [todavía utilizaba la desig-
sa ante la topología y la sensación de ajenidad que nos produce están moti·
nación antigua; este artículo es de comienzo de siglo -hoy diríamos <<topo-
logía>>-] establece que el espacio es un continuo de tres dimensiones. ¿cuál vadas por la incapacidad de nuestra intuición espacial para captar las pro-
es el origen de esta proposición? Eso es lo que he examinado en otra parte, piedades del espacio, que Poincaré describirá a continuación.
pero muy sucintamente, y no me parece inútil volver sobre ese tema con al-
gún detalle, para aclarar ciertos puntos. "El espacio, considerado independientemente de nuestros iñstrumentos de
medida, no tiene, pues, ni propiedades métricas ni propiedades proyecti-
El espacio es relativo; con eso no solamente quiero decir que podríamos vas; sólo tiene propiedades topológicas, es decir, aquéllas que estudia el
ser transportados a otra región del espacio sin advertirlo (y eso es efectiva- análisis si tus" xxv
mente lo que ocurre, puesto que no nos damos cuenta de la traslación de
la Tierra), ... " XXII La estructura del espacio es topológica. Si Ustedes quieren estudiar
el espacio, tienen que estudiar topología, porque es la geometría que res-
¿ven el primer problema? Desconfíen de la intuición porque nosotros ponde a la estructura del espacio; distinta de la geometría euclidiana que
nos creemos situados en el mismo punto del espacio a condición de perma- nosotros conocemos y que responde a la estructura de las superficies o fi-
necer quietos, y, en realidad, el espacio es relativo6 • guras geométricas, pero no a la estructura del espacio. Poincaré sostiene
que la estructura real del espacio no coincide con la intuición. En el ren-
"... y que todas las dimensiones de los objetos podrían ser aumentadas en la glón que sigue afirma:
misma proporción, sin que pudiéramos saberlo, siempre que nuestros ins-
trumentos de medida participen de este agrandamiento; ... " XXXIII "Es 'amorfo', vale decir que no difiere del que se deduciría por una defor-
mación continua cualquiera" XXVI
Si acaso todo aumentara su tamaño en un quince por ciento, no nos da-
ríamos cuenta de ello, siempre y cuando no olvidáramos que todo debería Por lo tanto, la estructura real del espacio no es como nosotros creemos
incluir a los instrumentos de medida y las partes de nuestro cuerpo. Es que es. Dicha estructura es, justamente, la que estudia la topología.
decir, deben aumentar en la misma proporción las dimensiones de los ob- Nuestra pregunta, «¿por qué topología?», a partir de aquí queda pues
jetos y las de los instrumentos para medirlos. desplazada hacia esta otra: ¿cómo es que perdimos tanto tiempo en iniciar-
nos en el estudio de la estructura del espacio en que nos desenvolvemos?
"... sino, además, que el espacio podría ser deformado según una ley arbi- En tercer lugar, traigo a Erwin Panofsky, uno de los más importantes
traria, siempre que nuestros instrumentos de medida también fueran de-

18 19
profesores de historia del arte. El texto que les recomiendo se titula La
perspectiva como forma simbólicaxxvu, que utilizaré para que ustedes se en- en cuenta la enorme diferencia que existe entre la 'imagen visual' psicoló-
cuentren.con un problema que quizás no conocen. ¿Notaron el título? En gicamente condicionada, a través de la cual aparece ante nuestra concien-
La perspectiva como forma simbólica, lde qué perspectiva se trata? De la cia el mundo visible, y la 'imagen retínica' que se dibuja mecánicamente
moderna: la de Leonardo, la de Durero, la de Alberti, la del Renacimien- en nuestro ojo físico (porque nuestra conciencia, debido a una peculiar 'ten-
dencia a la constancia' producida por la actividad conjunta de la vista y
to, etc. Es esa perspectiva, a saber, la que consiste en proyectar un espa-
el tacto, atribuye a las cosas vistas una dimensión y una forma que provie-
cio tridimensional sobre una superficie bidimensional. Panofsky afirma nen de ellas como tales y se niega a reconocer, o al menos a hacerlo en toda
que la perspectiva es una «forma simbólica>>. ¿contra qué está discutien- su extensión, las aparentes modificaciones que la dimensión y forma de las
do? Contra el modo en que entendemos nosotros la perspectiva. La pers- cosas sufren en la imagen retínica)... " xxx
pectiva de Leonardo, Durero, Alberti y Miguel Ángel, fue llamada realis,
es decir, perspectiva real. ¿No se trata, acaso, de una contradicción en los Aquí, la idea central reside en que no vemos las cosas como son.
términos? No podría considerarse real la perspectiva que se tiene de algo.
La idea de «punto de vista>> es un producto de dicha perspectiva; y es ra- " ... y, en fin, pasa por alto un hecho importantísimo: [sobre este hecho que-
rísimo porque nosotros tenemos dos ojos, no uno; y, teniendo dos ojos, ya ría hacer hincapié) el que en esta imagen retfnica -prescindiendo totalmen-
no es posible un punto de vista. Por lo tanto, se trata de una producción te de su 'interpretación' psicológica y del hecho de la movilidad de la vis-
simbólica, de una ficción. ta- estas formas son proyectadas, no sobre una superficie plana, sino sobre
Pero hay otro problema que abordaremos con dos pequeñas citas del una superficie cóncava, [la caverna de Platón y el espejo esférico de Lacan
texto. La primera: nos van a servir para pensarlo. Panofsky afirma que el fondo sobre el que
se proyecta lo que nosotros vemos, es una superficie cóncava; o sea, una
"La construcción perspectiva exacta abstrae de la construcción psicofisió- sección de una esfera vista del lado de adentroj con lo cual, ya a un nivel
logica del espacio, fundamentalmente: el que no sólo es su resultado sino de grado inferior y aún prepsicológico, se produce una discrepancia funda-
verdaderamente su finalidad, realizar en su misma representación aque- mental entre la "realidad" y la construcción." XXXI
lla homogeneidad e infinitud que la vivencia inmediata del espacio desco-
noce... " xxvm Indudablemente, esto quiere decir que nosotros, en nuestra retina, cuan-
do vemos un edificio, no lo vemos así [figura 1], sino que lo vemos aproxi-
Panofsky afirma que el espacio es homogéneo e infinito, y que la viven- madamente así [figura 2].
cia inmediata lo desconoce. Para nosotros, el espacio no es ni homogéneo,

rl:--~qr·~::¡]:¡, \·' ¡
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ni infinito. Hay una estructura real del espacio que a los seres hablantes
nos es inaccesible.
1 l\ ¡ \, L 1¡; ,, ' r.· ~
"... transformando el espacio psicofisiológico en espacio matemático. [Enton-
ces, la perspectiva es una maniobra que sobre el espacio real y el espacio psi-
cofisiológico produce un espacio matemático]. Esta estructura niega, por lo
\\UrrllU\'rJ~I \'¡ ;i lt,n j¡.
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tanto, la diferencia entre delante y detrás, derecha e izquierda, cuerpos y el
medio interpuesto ("espacio libre"), para resolver todas las partes del espa- Figura 1 Figura 2
cio y todos sus contenidos en un único «Quantum continuum, ... "XXIX
Ustedes me objetarán que no es este [figura 2], en absoluto, el modo en
La perspectiva opera no respetando los lugares reales y las cosas rea- que ven los edificios, arguyendo que en cambio los ven rectamente. Lo que
les, sino que en ella el espacio pasa a ser un quantum continuum que no sucede es que, como somos producto de la cultura en que imperó la pers-
respeta cortes.
pectiva realis, sustituimos lo que vemos por lo que sabemos que es: se tra-
ta de la perspectiva como forma simbólica.
"... prescinde de que vemos con dos ojos en constante movimiento y no con
uno fijo, lo cual confiere al "campo visual" una forma esferoide; no tiene
"Y si, de entre nuestros contemporáneos sólo una minor[a ha reconocido
esta curvatura lsomo11 notmtroK los "contemporáneos" de este autor; lo dice
:.!0
~1
delicadamente -no es como Lacan-. Nos dice: "Si ninguno de ustedes se
dos es real, debido a que retorna siempre al mismo lugar, pero como pro-
dio cuenta .. ". ] es seguro, o por lo menos parcialmente seguro, que esta opi-
nión(. .. 1 se fundamenta en la construcción perspectiva plana, la cual, a su ducto de lo simbólico.
vez, sólo se hace comprensible, en verdad, desde una concepción {... ] del es- Definir a lo «real» como lo que retorna siempre al mismo lugar, permi-
pacio o, si se prefiere, del mundo." XXXJI te desplegar dicha fórmula para afirmar que, si retorna siempre al mis-
mo lugar, es imposible que retorne a otro. Tenemos, así, la otra cara de la
Nosotros somos miembros de una cultura que tiene una concepción del misma definición. Con lo real como imposible trabaja la Ciencia -no es lo
mundo, y esa concepción nos hace ver el mundo de determinada manera. <<real» del psicoanálisis-. Cada vez que la Ciencia encuentra algo que es
Adviertan el abismo en el que nos vamos a introducir, porque ni siquiera imposible, adviene un campo de saber nuevo; y tanto es así que siempre
es cierto que nosotros veamos ciertas líneas rectas como rectas: las vemos se produce una revolución en el saber científico. Pero se trata de lo impo-
como curvas. Esta es una concepción moderna, no está puesta en tela de sible, matemáticamente hablando -i. e. , destacando la diferencia entre
juicio, no es Lacan quien lo dice, ni Freud, a quienes en estas cosas uno po- un imposible matemático y algo dificilísimo o "prácticamente imposible".
dría descalificar porque, "al fin y al cabo, son psicoanalistas". Contar los granos de arena de la playa de Mar del Plata no es imposible,
Otra vez, ¿por qué topología? no son infinitos; sería ciertamente una operación muy dificultosa, pero no
Porque es imprescindible. Porque es la única vía de la que disponemos matemáticamente imposible. El ejemplo de <<imposible» que dan los mate-
para acceder a la estructura real del espacio. La intuición no nos sirve por máticos es un bípedo de tres patas. Pero, en este ejemplo, lo imposible se-
muchísimos motivos. Entre ellos, nuestros prejuicios culturales. Nuestro ría producto de lo simbólico. xxxm
sentido común es medieval ... ipero nuestros prejuicios sí que son moder- A partir de la era moderna, la Ciencia se vincula a lo real desprendién-
nos! dose de lo intuitivo. Pero no hay motivo alguno para pensar que lo intuiti-
El progreso de la ciencia está orientado hacia una operatoria simbóli- vo haya progresado parejamente con la Ciencia. Esas son las coordenadas
ca desprendida de la intuición. Dicho progreso fue capaz de recoger y re- para situar la subjetividad con la que nosotros, analistas, trabajamos.
solver problemas que se le habían presentando a la cultura occidental en Habría que aclarar que esto no es todo, porque otra de las coordena-
contra de la intuición. das que atraviesa la subjetividad con la que opera el psicoanálisis se ins-
Tomemos como ejemplo el problema de la diagonal del cuadrado 7• Us- cribe mediante la pregunta por la racionalidad: ¿por qué? La clínica psi-
tedes saben que en el pensamiento griego clásico no había forma de expre- coanalítica se aplica, en sentido estricto, a sujetos producidos por la Cien-
sar matemáticamente la relación, la proporción, entre la diagonal del cua- cia. N o se puede aplicar el psicoanálisis en culturas no atravesadas por la
drado y uno de sus lados. A la falta de relación de la diagonal del cuadra- Ciencia moderna; ni tampoco sobre aquellas personas que, aun estando
do con sus lados se la consideró como algo que había quebrado la estructu- atravesadas por el sujeto cartesiano, no sean permeables a la pregunta del
ra del mundo inteligible. Este problema real estaba planteado. Cuando yo porqué. Esta idea supone la condición particular. Si Ustedes están frente
digo problema real, ¿les genera alguna dificultad si aclaro que este "real" a una persona que no se pregunta por qué, no pueden aplicarle las nocio-
es un producto de lo simbólico? nes del psicoanálisis. Y, en efecto, estamos rodeados de vecinos, conocidos
Utilizaremos varias acepciones de lo real. Vamos a establecerlas de al- -en ocasiones, aun nosotros mismos-, que explican las cosas que les suce-
guna manera. Les propongo que «real>> es lo que retorna al mismo lugar. den con total ausencia de un porqué racional.
Por ejemplo, las condiciones de experimentación de la Ciencia: si el ter- Yo todavía recuerdo la muerte de una vecinita del barrio, no muy ami-
mómetro funciona bien, cien científicos deben verificar que al mismo ni- guita mía. Cuando estuvo enferma, la ocultaron -yo ni siquiera sabía que
vel del mar, el agua pura, hierve a cien grados centígrados. Eso es un real. estaba enferma- y, un día, estando con mi mamá en la cola de la panadería,
Pero cabe aclarar que es producto de lo simbólico porque también tendría- escuché que su mamá decía: "Sí, Dios quiso tenerla consigo, al lado Suyo".
mos un real que es la piedra en Marte. ¿Vieron esos robots con rueditas Yo estaba ahí, chiquito, al lado de mi mamá. ¿cómo que "Dios la quiso te-
que mandamos a Marte? Supongan que uno de ellos se desplaza sobre la ner consigo al lado Suyo"? Un santito, un angelito de Dios, porque cuando
superficie del planeta y, de repente, se detiene. Un científico podría decir: los niños mueren, como lo hacen fuera de pecado, son como angelitos de
"Chocó contra algo real, contra una piedra". Y bien, esa piedra sería real, Dios, ¿no? Entonces, ¿cómo es posible que muera un niño sin pecado? Para
y, en ese caso, un real desprovisto de toda vinculación con el orden simbó- el cristianismo es un problema. El Dios de los judíos es caprichoso. Por eso
lico. Que la diagonal del cuadrado sea inconmensurable con uno de sus la- a los judíos no les quebró tanto la cabeza el genocidio nazi. Los religioso•

:l:l
:.18
decían que Dios había dado vuelta Su Rostro. El Dios de los cristianos es
talmente, es incorrecta. Estoy atacando la idea kantiana del espacio como
un Dios racional. Pero, lcómo se explica, entonces, que un angelito muera?
un a priori.
Hay que poner a trabajar una idea sacada de la manga: que Dios lo quiso
lN ataron que a los chicos les gustan más nuestros horribles dibujos que
tener al lado Suyo, que no se pudo privar de semejante alma, y que de tan
los de ellos? Vieron que los dibujos de los chicos son más simpáticos, más
impaciente se la llevó antes; no le dejó el tiempo para que haga una vida.
Sobre esas coordenadas no es aplicable el psicoanálisis. coloridos que los nuestros, y, sin embargo, a los chicos les gustan más los
nuestros. Ahí comienzan a considerarlos reales porque respetamos mejor
Otra cosa es «¿Padre no ves que ardo?,XXXN. Eso es otro mundo, aunque
la perspectiva. Pero esa perspectiva no es la de la estructura real del espa-
allí también se murió un niño. El pobre hombre, su padre, se durmió un rato
cio, sino una muestra de que manejamos mejor la forma simbólica. lUste-
-aunque cometió el error de dejar los velones al cuidado de un anciano-. El
des saben dibujar en perspectiva? Es difícil. Yo estudié bastante perspecti-
anciano se quedó dormido, se cayeron los velones y se incendió el ataúd. iEs
va para abordar este problema -soy de los que practican-. Yo practiqué di-
el horror del horror! El padre se despertó, pero igualmente quiso soñaran-
bujar en perspectiva, y verifiqué que es dificilísimo. También es difícil ver
tes: ise puso a soñar que el chico le hablaba para no despertarse e ir a apa-
un cuadro y decir dónde está el punto, o los puntos, de fuga.
gar el incendio! Sea como fuere, en el relato está la pregunta de por qué ha-
Si no aceptamos la intuición trascendental del espacio, tal como la plan-
bía soñado eso. Sobre esa subjetividad, el psicoanálisis sí es aplicable. Para
tea Kant, tenemos que preguntarnos cuál es entonces el acceso a la estruc-
que el psicoanálisis advenga en esas coordenadas, el sujeto de la experien-
tura real del espacio. lCuál es? El de la topología. De todas maneras, noso-
cia tiene que estar atravesado por la pregunta del porqué. Allí radica nues-
tra potencia explicativa que consiste en poner a trabl:\iar dicha pregunta y tros no vamos a trabajar sobre la estructura real del espacio: nuestro ob-
jetivo es la clínica psicoanalítica y la eficacia de nuestras intervenciones.
obtener una explicación. Son espurias todas las explicaciones psicoanalíti-
cas que no se hagan sobre la base del porqué del propio sujeto. Yo voy a intentar, en la medida de lo posible, aplicar esto a la clínica. Pero
quizá tengamos que dedicar varias horas a los grandes fundamentos con-
No estoy diciendo que no tengamos que recibir pacientes psicóticos, ni
que dejemos vacíos los consultorios que tenemos en las cárceles o en los ceptuales de la topología, para romper con los prejuicios que tenemos inl4-
institutos de menores; pero al menos tenemos que saber que no podemos talados y, así, poder repensarlos.
aplicar el psicoanálisis hasta que haya advenido la pregunta del porqué. ¿cuánto tiempo más nos vamos a demorar los psicoanalistas en saber
A esa pregunta corresponde una explicación racional. Si a la pregunta de topología? Entre los psicoanalistas lacanianos, prácticamente nadie se dedi-
"¿Por qué murió la nena?" respondemos en términos de "Porque Dios la ca a la topología. Algo similar ocurrió con Freud: casi ninguno de los post-
quiso tener Consigo", entonces no estamos en presencia de una respuesta freudianos utilizó el concepto de <<pulsión de muerte>•. Creyeron que Freud
racional-antes bien, se trata de una respuesta de fe, de creencia, o de pura estaba loco -salvo Melanie Klein, que tomó el concepto pero convirtiéndo-
intuición-. Sería lo mismo que responder a nuestra pregunta de por qué lo en «instinto••-. Con Lacan y los lacanianos pasó lo mismo: cierta parte
utilizar topología, con un argumento del estilo de "Porque Lacan la utili- de su enseñanza, repleta de topología, la sentimos anómala. Pero, en rea-
zó". Cuando las respuestas tienen estructura de fe, de creencia o de pura lidad, sucede que es menos permeable a la intuición prejuiciosa.
intuición, no responden a la exigencia de racionalidad. Tampoco lo hace
una apelación a la experiencia, como es el caso frecuente de los superviso- A partir de la próxima, vamos a trabajar dos grandes temas: el sujeto y
res de hospital, que dicen: "Para mí, por mi experiencia, este caso es una la realidad. Psicoanálisis y topología es una forma de decirlo. Otra forma
psicosis". Una respuesta de esta clase es un mamarracho. Las respuestas de decirlo, más compleja, sería anunciar nuestros ejes como «la estructu-
que buscamos no se apoyan en la experiencia de nadie. ra del sujeto con la que opera el psicoanálisis•• y <<la estructura de la reali-
Quisiera que estemos alertados del problemá para que, al menos, cada dad con la que opera el psicoanálisis>>. El primer paso consistirá en poner
vez que demos una respuesta, una pseudorespuesta o una respuesta pro- profundamente en tela de juicio el concepto de <<realidad psíquica••.
visoria a algo, observemos si es racional. Yo intenté proponerles argumen- Vamos a tratar de atacar esa idea de «realidad psíquica••. Vamos a pro-
tos racionales para poner en tela de juicio la idea de que sabemos qué es poner que la única realidad es psíquica, que tiene una estructura y que
el espacio. No digo todo lo que pienso, pero lo que estoy haciendo hoy es no responde a las diferencias particulares de la evaluación de las cosas (i.
criticar fuertemente las hipótesis de Kant, al sostener que es falsa la no- e., "Para ti es así, para mí es de este otro modo"). Estudiaremos el mode-
ción de «intuición espacial>>. Se trata de una forma simbólica y, fundamen- lo óptico y trataremos de comprender el funcionamiento de las imágenes
reales, para dar cuenta de la estructura de la realidad humana. Es nece-

11!4
2ft
sario examinar el funcionamiento del espejo esférico, articulándolo con la Bibliografía
alegoría de la caverna de Platón, con el objeto de poner en tela de juicio el
vínculo del sujeto a la realidad (habitualmente entendido como la estupi-
dez de que la realidad se define por el modo en que cada uno de nosotros Eidelsztein, Alfredo, 1992, Modelos, esquemas y grafos en la enseñanza de Lacan, Bue-
nos Aires, Ed. Manantial.
ve las cosas. Así fue como se vino utilizando, en las últimas décadas, el con- 11
Aleksandrov, A. D. ; Kolgomorov A. N. ; Laurentiev, A. N, 1999, La matemática: su con-
cepto de «realidad psíquica>>).
tenido, métodos y significado, Madrid, Ed. Alianza Universidad, AU 68.
lfl Arnheim, Rudolf, 1999, Arte y percepción visual, Madrid, Eudeba. Los datos remiten a
la versión de 1999 (hay ediciones posteriores, de 2001 y 2002), la anterior llevaba por
subtítulo Psicología de la visión creadora. {P. P. }
IV Barr, Stephen, 1987, Expériences de topologie, París, Editions de la Lysimaque Diffusion
Be!in.
V
Dienes, Z. P. , 1978, La geometría a través de las transformaciones 1, Topología: Geome-
tría proyectiva y afín, 42 ed. Barcelona, Ed. Teide. Ed. Teide, Barcelona.
VI Euclides, 1999, Elementos, Madrid, Ed. Gredos.

VII Fréchet, M; H. y Fan, K., 1974, Introducción a la topología combinatoria, 42 ed. BuenoH
Aires, Eudeba, Cuadernos 7.
VIII Gardner, M. , 2002, 1\já, paradojas, Barcelona, Ed. Labor.

IX Kasner, E. y Newman, J., 1985, Matemáticas e imaginación, Madrid, Hyspaméricu ~:di·


ciones, -Biblioteca personal Jorge L. Borges, n. 2 18. Existe también una edición de 1fl711,
México: CECSA y otra, en dos tomos, de 1999, Barcelona, Salvat.
X
Lacan, J., Inédito, El Seminario, libro IX, (sin datos).
XI Lacan, J. , Inédito, El Seminario, libro XIII, (sin datos).

XII Lacan, J. (1985). Escritos 2. Bs.As.: Siglo Veintiuno Editores.

XIII Poincaré, Henri, 1946, Últimos pensamientos, Bs.As. , Editora Espasa-Calpe -Colección
Austral (579).
XIV Stewart, lan, 1984, Conceptos de matemática moderna, 2ª ed. , Madrid, Alianza
Universidad (87).
xv Tomei, Mario C. , 1993, Topología elemental, Bs. As. , Graficas y Servicios.
XVI Ambos en Ed. Kliné <Buenos Aires, 1998 y 1997 respectivamente).

XVII Vappereau, Jean-Michel, 1997, Noeud -La théorie du noeud esquisée par J Lacan, Puri11,
Topologie en extension.
xvm Zevi, Bruno, 1991, Saber ver la arquitectura, 5ª ed. , Barcelona, Editorial Poseidon.
XIX Listing, Johann, 1989, Introducción a la topologie, París, Éditeur -La découvorl.t•
freudienne. ··
xx Lévi-Strauss y Propp V. (2003), Pólemica Levi-Strauss & V Propp (2ª ed. ), Madrid,
Editorial Fundamentos.
XXI Roudinesco, Elizabeth. (1994), Lacan. Esbozo de una vida, historia de un sistema dt•
pensamiento (2ª ed. ), Bs. As. : Fondo de Cultura Económica.
XXII Poincaré, H op. cit. , p. 53.

XXIII Poincaré, H, op. cit.


XXIV Jbíd.

XXV Ibíd.

XXVI Ibfd.

XXVII Panofsky, Jo~rwin ( 1973), La perspectiva como forma simbólica, Barcelona: Tu•quotll
Editor.

26
~7
xxvrn lbld. p. 11.
XXIX Jbfd.
xxxlbíd. II
XXXI Jbíd. pp. 11-12.
XXXII Jb(d. p. 14. CRÍTICA DE LA ESTRUCTURA ESPACIAL Y VI-
xxxrn Planteo abordado por Kasner y Newman en op. cit. , ce. 1 y 3.
XXXIV Freud, Sigmund ( 1979), Obras Completas. Tomo V La interpretación de los sueños.
SUAL DE LA REALIDAD
(p. 504 y ss. ). Bs As.

Hemos visto que la topología es aquella geometría que parte de la con-


cepción del espacio como espacio amorfo. Hay otras formas de acceder al
espacio; por ejemplo, la geometría euclidiana, que considera al espacio tan
sólo en las formas que este adquiere en las figuras geométricas. La topolo-
gía es la única que estudia al espacio en superficies que carecen de forma y
figura. Con lo cual, accede a la estructura real del espacio.
Al final de nuestro recorrido, arribaremos a un punto desde el cual
podremos sostener que la estructura espacial que le corresponde al su-
jeto del inconsciente es bidimensional. Si aceptan esta idea -por ahora
tendrán que confiar en mí, porque será nuestro punto de arribo-, se les
hará evidente que no podría existir objeto (en el sentido coloquial y ha-
bitual de «objeto>>, es decir, como res extensa, cualquier cosa que sumer-
gida en el agua desplace volumen) que fuera bidimensional. Por lo tan-
to, no habría ningún objeto tridimensional que correspondiese al suje-
to bidimensional. Pero aun siendo obvio, habría que sacar las conclusio-
nes de tal idea.
Para sostener el argumento del sujeto del inconsciente como bidimen-
sional, vamos a utilizar la estructura en red de la palabra, como metáfora
y metonimia -que es bidimensional-. El soporte espacial mediante el cual
vamos a concebirlo será la topología, porque la topología opera con super-
ficies bidimensionales, deformándolas y cortándolas. Ustedes podrían ob-
jetarme que la banda de Moebius no es bidimensional, ni que tampoco el
toro lo es. Desde ya, hay que aclarar que la estructura real topológica de la
superficie de la banda de Moebius y del toro es bidimensional, con la parti-
cular propiedad -que estas superficies presentan- de permitir ser sumer-
gidas en el espacio tridimensional. Así es que estas superficies adquieren
una manifestación tridimensional.
Puedo aun presentarles la idea al revés. La apu~sta es que nos rompa-
~8
29
mos los cuernos con la teoría, para que, de este modo, la intuición se ablan- diaciones con perfume de churrasco, el perro ni dudaría en echársele en-
de y comience a ser intuitivo lo que antes no lo era. La sombra que proyec- cima. Es muy importante considerar que compartimos esta primera di-
ta cualquier objeto es el resultado de convertir algo tridimensional -el ob- mensión del engaño con animales de cierta escala biológica. Por lo tanto,
jeto-, en bidimensional -la sombra, a nivel del plano-. Lo que ocurre con circunscribiéndonos a una primera dimensión del engaño, podemos per-
la sumersión en el espacio tridimensional de la banda de Moebius y el toro fectamente hablar de narcisismo animal. Estoy diciendo que los resplan-
sería la operación inversa, a saber: darles volumen. Por su parte, el cross- dores y fosforescencias que en su danza logra el pez, en función de los án-
cap y la botella de Klein también son superficies bidimensionales, pero una gulos en que se dispone con respecto a los rayos del sol a través del agua,
propiedad que las caracteriza es la imposibilidad de ser sumergidas en el hace ovular o eyacular -según las especies- a su partenaire. Esa imagen
espacio tridimensional. se comporta, pues, como un objeto (tan objetivamente como la carne que
Estoy, pues, dándoles el marco del problema psicoanalítico: tanto el su- hace salivar a un perro).
jeto del inconsciente como el objeto a son bidimensionales -no hay tridi- Conviene volver a destacar que Lacan, en los Seminarios 1 y 2, habla de
mensionalidad posible para el objeto a-. Se lo digo para intentar lograr · ••dos narcisismos>> 1 • La ventaja de estas elaboraciones de Lacan es que nos
que algunos de ustedes conserven el interés por la topología durante al- van a ofrecer, simultáneamente, la concepción del ••sujeto•• y la concepción
gún tiempo más ... de la ••realidad•• en el Modelo óptico.
Vamos a encarar, ahora, el problema de la estructura subjetiva del espa- Veamos, ahora, un video que realizamos junto a dos colegas (Gerardo
cio. Pero no lo haremos por la vía de lo que uno proyecta como su fantasía, Herreros y Julio Guillén), en el marco de Apertura, Sociedad Psicoanalíti-
sino que nos referiremos a la estructura normal del espacio, la humana (el ca de La Plata, acerca del modelo óptico, tal como es presentado por Jac-
adjetivo "subjetivo" nos conduce a un error, puesto que nos hace pensar en ques Lacan en su seminario.
la posición de alguien).
La Ciencia nos presenta el siguiente problema: mediante un artificio,
se puede demostrar que el ojo humano normal observa imágenes, pero [Proyección del video]
que se engaña al tomarlas como objetos. Es decir, existen imágenes que
se comportan como objetos, aunque sean imágenes. Si una imagen es
considerada como un objeto, se trata de un engaño. Es, precisamente, la Revisaremos ahora las leyes y elaboraciones propias de la óptica, que es-
solución lacaniana para dos teorías divergentes sobre el Yo. Para Freud, tán en juego en el modelo óptico de Lacan, con el objetivo de darle más pre-
el Yo es un objeto libidinal. Para Lacan, en cambio, el Yo es una imagen cisión a nuestra comprensión del mismo.
constituida por identificación a la imagen del semejante. Pero, enton- Todo aquello que vemos se debe a la recepción en nue~;~tra retina de la
ces, lse trata de una imagen o de un objeto? Observen que, así plantea- luz que proviene de los objetos que nos rodean, ya sea por reflexión o emi-
das, se echa de ver que son teorías por completo diferentes, que no di- sión. La luz, en su camino, podrá atravesar distintos medios antes de llegar
cen en absoluto lo mismo. Sin embargo, efectivamente existen imágenes a nuestros ojos, en un proceso que se denomina refracción. La formación
que se comportan como objetos: se las denomina imágenes reales u ob- de imágenes, a partir de la óptica geométrica, se realiza considerando que
jetos virtuales. esa luz se propaga en línea recta a modo de rayos, y que, en cuanto a la re-
Ya planteada la dimensión del engaño que promueve este tipo de imáge- flexión y refracción, cumple determinadas leyes: las leyes de Snell. Vamos a
nes, quisiera proponerles una lectura de la posición de Freud con respecto a concentrarnos en las leyes de la reflexión, que son las relevantes para nues-
este fenómeno: Freud no consideró el engaño. El engaño es una noción in- tra experiencia.
teresantísima; varios autores -Platón, entre ellos-la abordaron. Y, en sus La ley que está en la base de la construcción de las imágenes por reflexión
modelos, Lacan propuso un sistema de doble engaño. afirma que un rayo incidente sobre un punto de una superficie reflectora se
La función del engaño de las imágenes reales es normal y completa, o refleja de tal modo que el rayo reflejado forma el mismo ángulo que el inci-
sea que nuestra subjetividad queda totalmente capturada. Y, para que este dente, respecto a la "normal" a dicha superficie en el punto.
fenómeno se produzca, no es necesario hacer uso alguno del orden sim-
bólico. De manera que el fenómeno es extensivo a los animales. Si uste- Tal es el título que lleva la clase lO del Seminario 1, en la versión establecida porJacquea·
des produjeran la imagen real de un churrasco, y vaporizaran sus inme- Alain Miller [Lacan, J. ( 198:\l. l/1;/ Seminario, Libro 1], Los Escritos Técnicos de Freud.
Bs.As. :Editorial Paldóal.

:JO 31
Tomemos, en primer lugar, un espejo plano. En este caso, si tomamos
un rayo perpendicular (A, en la fig. 1) a la superficie del espejo, este incide
formando un ángulo cero con la normal, y se reflejará formando también
un ángulo cero; es decir, retornará sobre sí mismo (lo llamamos A'). El otro
rayo (B, en nuestra figura) incide formando un cierto ángulo, y se refleja- Vértice 6------<------ Eje
rá formando un ángulo igual (B').

B'
' '
' FIGURA2
4 Normal
B
•'
Jf ',
~

,
,¡\, '
'' En este caso, la aplicación de la ley de Snelllleva a:
-F-+--1~... --.-- . .a
A' a + 1) Los rayos incidentes paralelos al eje se reflejan pasando por el foco.
2) Los rayos incidentes que pasan por el foco se reflejan paralelos al eje.
Ohjeto E:>Jn')<f l.mngen
3) Los rayos incidentes que pasan por el centro se reflejan sobre sí mis-
vidmd mos.

FIGURA 1

Ahora bien, vemos que los dos rayos reflejados divergen, y, por lo tan-
to, no se cortarán en ningún punto del camino hacia el observador. El ojo,
sin embargo, formará la imagen en el punto desde donde pareciera prove-
nir (en la figura 1, este punto está definido por la intersección de las rec-
tas a y~). A esta imagen ae la denomina imagen virtual, debido a que no
es desde allí desde donde provienen realmente los rayos. Como vemos, esta
imagen se formará del otro lado del espejo del que está el observador, será
del mismo tamaño que el objeto, y en su mismo sentido; y además estará
a la misma distancia del espejo que el objeto. Estas son las imágenes que
vemos en nuestra experiencia cotidiana con los espejos. FIGURAS
Pasemos a considerar ahora las imágenes que se forman en un espejo
esférico (que podemos imaginar como la superficie interior de una esfera Consideremos, ahora, el caso en que el objeto real se encuentra más allá
hueca plateada). En este caso, como siempre, la ley de Snell es la que rige
del centro del espejo (fig. 3).
su formación; aunque debe hacerse la restricción de que los objetos sean de Llamaremos A a los rayos incidentes paralelos al eje del espejo, y A' a
un tamaño pequeño, de modo que los rayos se mantengan suficientemen- su reflejo que pasa por el foco.
te cerca del eje, para así evitar distorsiones. Llamaremos B a los rayos incidentes que pasan por el foco, y B' a su re-
Los puntos particulares importantes en este esquema son: el eje del espe-
flejo paralelo al eje.
jo, el centro del espejo (que coincidiría con el centro de la esfera), el foco del Finalmente, llamaremos C a los rayos que inciden pasando por el cen-
espejo (situado en el centro del radio de la esfera), y el vértice del espejo. tro del espejo, considerando que su reflejo se produce sobre sí mismos (C',
en la figura).

:J3
:J:l
En este caso, los rayos reflejados efectivamente se cruzan en un punto:
ahí donde se produce la imagen -a diferencia del caso anterior, del espe-
jo plano-. Decimos, entonces, que la imagen es una imagen real, ya que la
misma se forma en el punto en el cual realmente convergen los rayos. Por
otro lado, vemos que se forma del mismo lado del espejo, del observador; es
menor, invertida y está más cerca del espejo que el objeto.

.... ..-·
..,-~ .... ·

Objeto .
<:::;,!:~;;. ~

',

Imagen

FIGURA 53

Pasemos, ahora, a los modelos de Lacan.


El primero de ellos, llamado del <<ramillete invertido», es una experien-
cia que Lacan toma de la Optique et photométrie di tes géométriques, de
4
FIGURA4 Bouasse, de 194 7, citado de la cuarta edición Delagrave, en la página 87 •
Se trata de un ramillete invertido, escondido en una caja, y colocado ante
Como dijimos antes, la imagen resultante depende del punto en que se un espejo esférico. Sobre la caja, un florero real 5 • Cuando el sujeto se ubi-
encuentra el objeto. Cuando el objeto está justo sobre el centro (como en ca adecuadamente, lo que verá es el conjunto de las flores abrazadas por
nuestra figura 4), la imagen resultante será real, invertida, del mismo ta- el florero sobre la caja, y lo percibirá como un conjunto de objetos reales.
maño que el objeto, y a igual distancia del espejo. Este es el caso que toma No obstante, si el sujeto se desplazara hacia los costados del eje, en uno u
Lacan en la experiencia del ramillete invertido2 • otro sentido, la ilusión se rompería y el ramillete, que es en realidad una
Finalmente, agreguemos que en los espejos esféricos también se for- imagen real, desaparecería dejando sólo el florero. Nuevamente ubicado
man imágenes virtuales cuando el objeto está entre el foco y el vértice (v. en el lugar adecuado, la ilusión volverá a aparecer completa. Sin embar-
figura 5). go, aun en este caso podemos darnos cuenta de su inconsistencia. Por otro

3 Para facilitar la lectura del gráfico, he señalado cada rayo incidente con un trazo diferente.
El rayo que incide desde el extremo de la flecha-objeto paralelo al eje del mismo, se refleja (de
forma real y también de forma virtual) pasando por el foco (línea gris). El rayo incidente des-
2 de el extremo de la flecha-objeto que pasa por el foco, si bien prosigue su recorrido virtual-
Efectivamente, se trata del caso sobre el que construye Lacan su modelo. Quisiera des- mente detrás del espejo, se refleja (real y virtualmente) paralelo al eje (línea quebrada). Fi-
tacar aquí que, precisamente por encontrarse el ramillete sobre el punto considerado el
nalmente, el rayo que incide desde el extremo de la flecha como pasando por el centro, se re-
centro del espejo, la imagen resultante coincidirá exactamente con el ramillete, y, por lo
fleja (real y virtualmente) sobre sí mismo (corresponde a la línea discontinua). Finalmente,
tanto, no aparecerá duplicada. Frecuentemente, cuando se ignora esta característica de
como los rayos divergen respecto de la posición del observador, la imagen se formará detráll
las leyes de Snell, tiende uno a preguntarse por qué no aparece esta imagen real. En con-
del espejo, será virtual, mayor que el objeto y estará situada en el mismo sentido que aquél.
clusión, la imagen real del florero producida por su reflexión en el espejo esférico, coinci-
de plenamente con el objeto en cuestión, y tal superposición es la que, finalmente, y una Tal es la fuente que cita Lacan en, [Escritos 2], Observación sobre el informe de Daniel
vez sumada a la imagen real del florero oculto, se reflejará en el espejo plano para produ- Lagache, op. cit., (p. 652).
cir su imagen virtual. Aquí, tal como lo de1t.qu6 &•n n. 2, debe tenerse en cuenta la posición del florero aobre el
punto considerado "utntru" detl1111pl'jo eRférico.

34 36
lado, la imagen desaparecería si el objeto que produce la ilusión de la ima- ¿Dónde está el sueño? Ahí, la fórmula es perfecta, no hace falta corregir-
gen real no fuera iluminado adecuadamente (tengan en cuenta que, en los la; nosotros la olvidamos, pero es la otra escena. Y no se olviden de acentuar
esquemas de Lacan, falta siempre la fuente lumínica) 6 • "la otra". N os hace falta la otra escena porque, si hubiera una sola, no sería
Más adelante, Lacan introducirá, en el seminario, un segundo espejo7; el sueño como formación del inconsciente -podría tratarse de alucinaciones
en este caso, plano, para completar la experiencia. Aquí, el observador es- habidas durante el dormir-.
tará ubicado del lado del espejo esférico, es decir, en la posición opuesta a La escena del sueño es otra escena, y por eso tiene que haber siempre
la anterior. Entonces, se verá el conjunto de flores y florero, ambos como dos escenas. Los seres hablantes jugamos siempre con la posibilidad de pro-
imágenes virtuales, detrás del espejo plano. Cuando la inclinación del espe- ducir dos escenas. No olviden que la escena que nos interesa no es necesa-
jo plano sea modificada, se perderá la imagen del conjunto, que sólo se re- riamente la del sueño -no crean en eso del sueño como vía regia-. Lacan
cuperará si el observador se mueve a su vez para reencontrarla. hacía un chiste sobre esta cuestión diciendo: "Es verdad, pero la vía regia
8
Comencemos con Freud, en la página 529 del tomo quinto de la edición al inconsciente es La interpretación de los sueños, el libro, no los sueños" •
de Amorrortu. Aquí hay un problema. Yo quisiera que ustedes lo detecten ¿Por qué? Porque, efectivamente, la otra escena puede ser la que adviene
en Freud, para pensarlo juntos. En la lectura de estos párrafos, habitual- en el despertar, y por eso trabajamos tanto con las asociaciones posteriores.
mente se pierde la diferencia entre dos cosas que voy a señalar. Estamos ¿Quién dice que lo fundamental es el sueño en sí mismo? Y, ¿si fuera la otra
en la página anterior al primer esquema «del peine••. El texto se corres- escena que nos evoca, en vigilia, eso que soñamos? Siempre tienen que bus-
ponde con la figura l. Dice Freud: car la estructura de las dos escenas. Esta idea debe destacarse.
El problema está en la espacialidad que le corresponde al aparato psí-
"Entre todas las observaciones sobre la teoría del soñar que pueden hallarse en quico, porque el aparato psíquico no está en otra escena Fue Freud quien
la bibliografía, quiero destacar una que merece ser retornada. El gran G. T. Fe- lo dijo, pero como propone las dos cosas casi en contigüidad, es importan-
chner expresa en su "Psychophysik ", a propósito de algunas elucidaciones que te, para seguir mi argumentación, que adviertan la diferencia situada en
ahí consagra al sueño, la conjetura de que el "escenario de los sueños es otro que
el texto.
el de la vida de representaciones de la vigilia. [Acá tenemos el eine anderer
Schauplatz, el otro escenario. Pero, icuidado!, aquí Freud está hablando
del escenario del sueño porque continúa diciendo] Ningúnotrosupuestoper- El texto continúa:
mitiría conceptualizar las peculiaridades de la vida oníriro.
"Nos mantenemos en el terreno psicológico y sólo proponemos seguir esta
La idea que así se pone a nw!stra disposición es la de una 'localidad psíquica'.
Queremos dejar por completo de lado que el aparato anímico de que aquí se trata sugerencia: ... •m.
nos es conocido también como preparado anatómico, [o sea, nos es conocido tam-
bién, hacemos caso omiso de eso pero también lo es] y pondremos el mayor cui- A continuación, Freud propone la concepción espacial del aparato psí-
dado en no caer en la tentación de determinar esa localidad psíquica como si fue- quico.
ra anatómica "1.
"... imaginarnos el instrumento de que se valen las operaciones del alma
Con este breve texto se nos plantean dos preguntas: la primera, ¿qué como si fuera un microscopio compuesto, un aparato fotográfico; i:> algo se-
espacio le corresponde al sueño? La segunda, ¿qué espacio le corresponde mejante. [Yo les voy a proponer que analicemos un microscopio compues-
al aparato psíquico? Es necesario destacar que no se trata del mismo espa- to 1 La localidad psíquica corresponde entonces a un lugar en el interior
de un aparato, en el que se produce uno de los estadios previos de la ima-
cio para ambos conceptos.
gen. En el microscopio y el telescopio, como es sabido, estas son en parte
unas localizaciones ideales, unas zonas en las que no se sitúa ningún com-
6
La experiencia fue presentada en la clase 7 del Seminario 1, titulada como «La tópica de ponente aprehensible del aparato" m.
lo Imaginario» (J. Lacan, op. cit. , pp. 124 y ss. ). Ya en esé contexto anticipó que las con-
diciones de la experiencia podrían invertirse, colocando el florero debajo de la caja, y el
bouquet encima. .. Así es como en "La interpretación de los sueños" no se trata en todas las páginas sino
de lo que llamamos la letra del discurso, en su textura, en sus empleos, en su inmanen-
En el mismo seminario, en la clase 10, «Los dos Narcisismos .. , apartado 2 (lbíd. p. 190).
da a la materia en cuestión. Pues ese trabajo abre con la obra su camino real hacia el in-
Conviene aqul aclarar que el esquema correspondiente fue erróneamente colocado en la
consr.iunte .. ¡,J. Lacan, [,u in11tancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud,
pá¡ina 212. Llamo la atención del lector a una breve línea de la página 190, en la que La-
on Escritos 1 (Siglo Vuinthnm J<:ditcwes, Buenos Aires, 1985, ?· 489) 1.
can declara haber invertido las condiciones de la experiencia por "comodidad".

38 37
Voy a proponerles que trabajemos el alcance que esta idea tiene. N o ¿cómo se lo representa? ¿cuál es la estructura de este aparato que está
olviden que las metáforas que utilizamos para expresarnos, la elección dentro del cerebro, pero que no coincide con parte alguna de él? Freud
que de ellas realizamos, es un mensaje y una posición que se asume. Si postula que funciona allí la estructura del arco reflejo, en el que existe
uno da un ejemplo, connota lo que quiere decir con él. Y no pierdan de un polo perceptivo y un polo motor.
vista que Freud está concibiendo al aparato psíquico como un micros-
copio o un telescopio.

b ···- . ···-;.!. Mtcroscop"io


Compuesto 11 11111 ¡""'
/Í ________....
Y así ubica los elementos: esta es la figura 1 de la página 531. En la mis-
ma, no está el aparato psíquico, no está el inconsciente, el preconciente ni
la conciencia. Se trata, solamente, del modelo del arco reflejo.
a· En la "figura 2" Freud nombra los elementos dentro del arco: memo-
ria, huellas de memoria, elementos alterados permanentemente... El polo
perceptivo tiene que ser como la entrada de una botella, siempre abierta
y luego vienen los registros de las inscripciones de las huellas. El sistema
de asociación de huellas funciona por azar, por simultaneidad. Que se aso-
cien por azar quiere decir, por ejemplo, que si el sujeto estaba tomando el
pecho, feliz de la vida y vio algo azul, el azul quedará connotado como pla-
Freud dice que las cosas funcionan así: este es un microscopio; uno tie- centero, ésta es la idea.
ne algo acá (a), pone el ojo acá (b), y ve algo, esto (a) aumentado por equis
veces -puede ser un bichito-. Ahora bien, el ojo, ¿dónde ve este bichito? P Mn ~ M
Adentro del microscopio, o sea, en un espacio comprendido entre aquí (a)
y acá (b). ¿En qué lugar preciso del microscopio? Si se tratara de un mi-
croscopio compuesto, en ninguno, porque son todos los cristales articula-
dos los que forman la imagen. Pero no es en ningún cristal, es en el conjun-
to de las articulaciones. Entonces, ¿de qué se trata? El microscopio, ¿qué
/1111
~
1""
es? El cerebro.
Y, dentro del cerebro, ¿dónde está el inconsciente? En un lugar virtual. Que quede claro que esta figura tampoco es el aparato psíquico, porque
No se puede decir que está en el hipotálamo, en el lóbulo parietal u occipi- habitualmente se presenta este como el esquema del aparato psíquico. N o,
tal. Es en el cerebro, no es en la otra escena -la otra escena es la localiza- este es el arco reflejo, salvo que Freud, en el medio, incluye los recuerdos.
ción en que se desarrolla el sueño-. El inconsciente se encuentra ahí aden- En la figura 3, Freud escribe «inconsciente» y «preconciente••; y, por su
tro, pero carece de una localización anatómica precisa: no hay correspon- parte, «M•• cambia de lugar.

/í ¡· ¡· ...... n"""'
dencia alguna entre una sección del cerebro y el inconsciente.
Tal vez, lo más importante sea que en las metáforas del microscopio
compuesto, o del telescopio -en ese sentido, da igual-, todo lo que sale de
allí como imagen, es producto de articulaciones. No hay nada que sea, en
sí, asequible directa o puramente como inconsciente, preconciente o con-
ciente: se trata siempre del conjunto de las articulaciones. ~M

:t8 39
Tenemos, entonces, el polo perceptivo, las huellas mnémicas, las hue- Esta estructura, la de la figura 2, no se diferencia en nada de la estruc-
llas mnémicas inconscientes, y, entre las huellas mnémicas inconscientes y tura de la figura 3. Lo que hay que respetar son los puntos de entrecruza-
el polo motor, Freud va a colocar el preconciente. miento. La estructura topológica de estas dos figuras es igual, porque las
Esto está presentado en un capítulo llamado «La regresión». Y ya des- transformaciones topológicas deben conservar continuidad y vecindad.
de el título mismo se plantea el obstáculo, porque, ¿cómo se puede expre- Las dos deben ser bicontinuas y biunívocas. En este caso, son bicontinuas.
sar el sueño, si la energía va siempre de izquierda a derecha? ¿cómo se ac- Esto quiere decir lo siguiente: inconsciente, preconciente y conciencia en
cede a las huellas? A las huellas se debería acceder de derecha a izquierda. tanto que puntos de las figuras, conservan invariante su posición en el or-
Con lo cual, siendo este capítulo el primero en presentar el esquema, de- den (i. e. , el preconciente está en el medio de los otros dos, y los otros dos
muestra su contradicción puesto que el arco debería funcionar al revés. No no se tocan en ninguno de los dos esquemas).
hay nada más ridículo que un arco reflejo funcionando al revés. Es el pro- También deben ser continuas; o sea que, si no hay discontinuidades,
blema teórico del sueño. si no hay uniones y si no hay cambio de orden, son pues topológicamente
Veamos cómo explica Freud la estructura del aparato, en la página 534: equivalentes9 •
Si lo cerramos -demás está decir que sería una paradoja hacerlo-, nos que-
"Al último de los sistemas situados en el extremo motor lo llamamos 'pre- darían el polo motor y el polo perceptivo como un solo punto en el esquema,
conciente' para indicar que los procesos de excitación habidos en él pue- de manera tal que ya no habría polos. Wómo circularía una electricidad sin
den alcanzar sin más demora la conciencia, [¿En dónde queda la concien- la polarización? Cerrando el esquema, se pierde la función de los polos.
cia? Aquí, en M; él no lo pone, pero se localiza ahíl siempre que se satis- Quisiera justificar mi posición. Lo que yo hago es leer a Freud, remar-
fagan ciertas condiciones; por ejemplo, que se alcance cierta intensidad, cando lo que no va y lo que se presenta como absolutamente contradic-
cierta distribución de aquella función que recibe el nombre de «atención», torio, porque no se puede respetar que sea unidireccional. En ese mismo
etc. Es al mismo tiempo el sistema que posee las llaves de la motilidad vo- sentido, podríamos también criticar a Saussure cuando afirma que la ca-
luntaria. Al sistema que está detrás lo llamamos 'inconsciente', porque no
dena significante es unidimensional y unidireccional. iEs increíble que los
tiene acceso alguno a la conciencia 'si no es por v{a del preconciente', al
dos hayan tenido la misma forma de concebir el problema! Con los esque-
pasar por el cual su proceso de excitación tiene que sufrir modificaciones.
Ahora bien, ¿en cuál de estos sistemas situamos el envión para la forma- mas de Freud, no podemos escribir la regresión -un concepto que el mis-
ción del sueño? Para simplificar, lo hacemos en el sistema 'Ice'. Claro que mo Freud propuso desarrollar- y, para colmo, nos quedan «percepción» y
en ulteriores elucidaciones llegaremos a saber que esto no es del todo co- «Conciencia» en polos opuestos ...
rrecto y que la formación del sueño se ve precisada a anudarse con pensa- Pero, además, hay otro problema: que el aparato psíquico, al quedar ins-
mientos oníricos que pertenecen al sistema del preconciente. Pero en otro cripto como localizado en el cerebro -aunque no coincidan las partes-, deja
lugar, cuando tratemos del deseo onírico, nos enteraremos de que la fuerza a la realidad como externa al sujeto. Voy a tratar de demostrar que esta
impulsora del sueño es aportada por el 'Ice'; y a causa de este último fac- concepción genera problemas importantes.
tor adoptamos ahora el supuesto de que el sistema inconsciente es el punto Puesto que el aparato en Freud es, sin lugar a dudas, un aparato visi-
de partida para la formación del sueño. Como todas las otras formaciones vo, un aparato para mirar, todas las cosas son, primero, percibidas; y, re-
de pensamiento, esta excitación onírica exteriorizará el afán de proseguir- cién en un segundo tiempo, viene la acción correspondiente a lo percibido.
se dentro del 'Prcc' y alcanzar desde ahí el acceso a la conciencia" I~
¿y qué se observa? La realidad. Pero agrego aquí que no hay que perder
de vista el problema que se produce cuando Freud establece que el apara-
¿Advierten que tenemos un primer problema gravísimo? Nos quedó to tiene que mirar también hacia dentro.
«percepción» en un polo, y «conciencia» en el otro; cuando en el segundo
esquema de Freud, teníamos el polo <<percepción-conciencia». Es increíble
Es esta la primera presentación de las nociones de bicontinuidad y biunivocidad realizada
tener la percepción de un lado, y la conciencia en el otro. La paradoja, en a lo largo del curso. Si bien en el capítulo V se las estudiará con mayor detalle, conviene
la estructura de este esquema, motivó que Freud no escribiera "concien- aquí señalar que ambas propiedades son las requeridas para que una transformación sea
cia". Me da la impresión de que no pudo incluir "conciencia" porque es considerada topológica. Se dice que dos superficies son homeomorfas cuando han conser-
contradictorio separar tales polos. vado estas propiedades a través de las transformaciones; es decir, cuando entre dos super-
ficies se establece una correspondencia tal que a todo punto de una de ellas le correspon-
Una posibilidad sería hacer coincidir los polos del esquema, y, entonces, da un punto y sólo uno de la otra (propiedad de biunivocidad); y, cuando a dos puntos ve-
se formaría un círculo. cinos de una, corroepondan doH puntos vecinos de la otra (propiedad de bicontinuidad).

40 41
Pasemos a los problemas de la segunda tópica. re decir adentro, porque adentro nuestro debería estar lo propio, y no lo
Voy a localizarlos en sólo dos páginas de El Yo y el ello (en este caso, otro. Si adentro nuestro está lo otro, entonces el adentro ya no es mío. Se-
me procuré la versión alemana, y, con alguna ayuda, verifiqué la traduc- ría como el agujero del toro: ¿es, o no, del toro? 10 ] puede devenir concien-
ción). Son dos páginas que es imperioso que lean. Son las páginas 24 y 25 te en su sitio y lugar, o tiene que ser conducido hacia adelante, hasta el sis-
del tomo XIX de las Obras Completas, editadas por Amorrortu (páginas tema P?" vi.
cuarta y quinta del capítulo Il, que se llama «El Yo y el ello>>).
Ustedes conocen la impresionante paradoja que implica este texto. Por- Freud realizó una corrección. Ahora, el sistema P nos quedó adelante.
que es el texto dedicado a presentar el concepto de Superyó, que no apa-
rece en el título. Primero, aclaremos el problema clínico. Freud desarrolló "La experiencia clínica zanja la cuestión en favor de lo segundo. Muestra
las nociones de Superyó, sentimiento inconsciente de culpa y reacción te- que eso otro se comporta como una moción reprimida" vu.
rapéutica negativa, para los tratamientos psicoanalíticos conducidos con
histéricos y obsesivos, esto es, la clínica pura del psicoanálisis con las neu- Tengamos en cuenta que eso "otro" no es una moción reprimida, sino
rosis de transferencia. lQué problema encontró? Que la cura estaba obs- que se comporta como si lo fuera (quiere decir que las mociones reprimi-
taculizada. Y, para darle una explicación, concibió y puso a trabajar el con- das se comportan como lo "otro", como otredad y no como mismidad).
cepto de <<SuperyÓ••.
"Puede desplegar fuerzas pulsionantes sin que el yo note la compulsión.
En estas páginas que les recomiendo leer, aparece seis veces la palabra
Sólo una resistencia a la compulsión, un retardo de la reacción de descar-
"otro" ("anderer", en alemán). Voy a citarlo intentando hacer notar esto ga, hace consciente enseguida a eso otro. Así conw las tensiones provoca-
otro: das por la urgencia de la necesidad, también puede permanecer incons-
ciente el dolor, esa cosa intermedia entre una percepción externa y una in-
"Las sensaciones de carácter placentero no tienen en sí nada esforzante, a dife- terna, que se comporta como una percepción interior aun cuando proven-
rencia de las sensaciones de displacer, que son esforzantes en alto grado: [uno ga del mundo exterior" vm.
no saca la pierna si a uno le gusta esto, si te pincha la sacás. Seguimos con
el mismo modelo, no lo hemos cambiado] esfuerzan a la alteración, a la des- Freud trabaja con las nociones de mundo interior y mundo exterior.
carga, y por eso referinws el displacer a una elevación, y el placer a una dismi-
nución, de la investidura energética" n:
Mundo interior y mundo exterior podrían relevar los valores filosóficos
del Umwelt e Innenwelt (mundo circundante y mundo interior, respectiva-
Falso. Porque cuando nos excitamos sexualmente, nos encanta, y, en ge- mente). Lacan se preguntaba, en chiste: "lQué hace el mundo adentro?"'x.
neral, no nos salimos de la escena. Hay una paradoja con la excitación sexual, lPor qué a eso se lo llama "mundo"? Podríamos decir "el mundo externo"
porque es placentera. N o es cierto que lo displacentero sea excitatorio: lo pla- y "lo interno". Pero, lcómo sería posible poner lo mismo que está afuera,
centero deja la excitación al mismo nivel, o aun la disminuye. Hay una pa- adentro? Hay un mundo afuera y un mundo adentro. Evidentemente, la
radoja que es el placer de las prácticas preliminares al coito, que son prác- concepción espacial que se presenta para el aparato psíquico es muy poco
ticas en las que, evidentemente, aumenta la excitación. Este modelo carnal consistente.
es falso. Ni siquiera estimo que sea verdadero para los perros y gatos.
"El papel de las representaciones-palabra se vuelve ahora enteramente cla-
Freud no puede sustituir el modelo porque no tiene otro mejor. ro. Por su mediación, los procesos internos de pensamiento son converti-
dos en percepciones"x.
Continuamos:
lCómo es que se percibe lo inconsciente? Porque se lo asocia a represen-
"Si a lo que deviene consciente como placer y displacer lo llamamos un
taciones-palabra, pasando así a ser perceptible. Por lo tanto, el ojo que fun-
otro cuantitativo-cualitativo en el decurso anímico, nos surge esta pregun-
ta: [anderer, el otro, ¿entienden de dónde viene lo otro? Lo placentero o
ciona en este esquema es un ojo bidireccional: tanto mira para afuera como
lo, displacen tero que siento en el cuerpo es lo otro] ¿Un otro de esta índo-
10
le ¡¿más adelante, Ello va a ser el nombre de lo otro? Hay un otro adentro El abordaje de esta pregunta y los desarrollos que se pueden deducir a partir de ella es·
nuestro; pero si hay un otro adentro nuestro, ya no se sabe bien qué quie- tarán muy presentes on ciertos párrafos del capítulo IX de este libro, en general; y, más
específicamente, en la n. 13 dol citado capítulo.

4:,j 43
para adentro, y sólo se percibe el inconsciente cuando se asocia a represen- Algo similar ocurre con el jarrón (aunque lo discutiremos con mayor pre-
taciones-palabra. No pierdan de vista que Freud habla de "percepción ex- cisión más adelante). Tengan en cuenta que, topológicamente hablando, un
terna" y "percepción interna". Lo que viene de adentro viene como otro. jarrón no es distinto de un disco (incluso las canastitas de masa en las que
Nosotros vamos a poner en tela de juicio que venga de adentro. se pone comida se hacen con un disco). No pierdan de vista que un jarrón
no puede tener interior o exterior. Un jarrón es equivalente a una pelota
"Es como si hubiera quedado evidenciada la proposición: "Todo saber pro- agujereada. Y, a su vez, una pelota agujereada es el equivalente topológico
viene de la percepción externa». A raíz de una sobreinvestidura del pen- de un disco de material elástico. Nosotros tendemos a pensar que esto otro,
sar, los pensamientos devienen percibidos real y efectivamente {wirklich} de que nos habla Freud, viene de adentro. Pero, entonces, si viene de aden-
-como de afuera-, y por eso se los tiene por verdaderos" XI.
tro, ¿por qué implica otredad?
Si esto proviniera realmente de adentro, esta idea entraría en contra-
No pierdan de vista que, para Freud, todo saber proviene de la percep-
dicción con la frase que antes ubicamos como <<todo saber proviene de la
ción externa. Pero debemos hacer una salvedad -todo el mundo se equivo-
percepción externa». Dada la insuficiencia argumentativa de Freud, este
ca con esto-. Freud nunca dijo que el saber que proviene de la percepción
adentro encarna en el cuerpo mismo y, por lo tanto, el cuerpo deviene en
externa sea eminente o exclusivamente visual. La palabra que se escucha
el manantial de los contenidos y la energía pulsional.
también es percepción externa, y dicha percepción, en el mundo humano,
Para mí, esto es falso. Alguien podría decirnos: "Estoy deprimido, no
es fundamentalmente experiencia de audición. El problema, claro está,
tengo ganas de hacer nada". Supongan que hace cinco años que atienden a
son sus representaciones-de-cosa.
esa persona, pero que sigue igual. ¿Qué hipótesis pondrían a trabajar uste-
Entonces, ¿cómo es que hay cosas dentro de nosotros? Solamente hay co-
des, o el supervisor del hospital o del servicio? "Hay ahí, evidentemente, un
sas adentro porque las hemos incorporado por la vía de la percepción. Quie-
'goce' que el sujeto no resigna" ... Muy bien, perfecto. Pero, ¿de dónde pro-
re decir que todo lo que está adentro proviene de afuera, y, por eso, para La-
viene este 'goce' que se ha demostrado tan poco maleable a la palabra? Sal-
can, la proyección es imaginaria (consiste en proyectar, sobre la imagen del
vo que pongamos a trabajar la resistencia del lado del analista, la hipótesis
semejante, las propiedades yoicas de uno), y la introyección es simbólica.
más económica consiste en situar la respuesta del lado del paciente, en tér-
Se nos aparece un problema enorme al preguntarnos por la consistencia
minos de "hay un goce ... ". ¿Qué queremos decir con eso? Que hay algo mis-
de esto otro. Esto otro, ¿viene de afuera, o viene de adentro? El Ello, ¿vie-
terioso que proviene del cuerpo, que hace que esta persona persista en su
ne de afuera, o de adentro?
posición. ¿De dónde deducimos que la pulsión viene del cuerpo? Realmen-
Tal vez deberíamos detenernos un instante a reflexionar sobre la con-
te, ¿hay algo de lo que ustedes tengan ganas, que puedan ubicar como vi-
cepción del cuerpo como un continente con un "adentro".
niendo del cuerpo? ¿Por qué suponemos que el tener hambre proviene del
Yo no sé por qué habría que considerar al cuerpo como lo representa La-
cuerpo? ¿Por qué suponer que las ganas de tener relaciones sexuales pro-
can en el modelo óptico (como un florero que tiene cosas adentro). Esa no
vienen del cuerpo? Porque hoy día, en Occidente, creemos que todo provie-
es la estructura del cuerpo humano. Topológicamente, el cuerpo humano
ne de la célula y de los tejidos ...
es un cilindro (en el Seminario IX, ustedes van a encontrarlo desarrolla-
Voy a tratar de demostrarles que es falso: ni la energía, ni los pensa-
doXI1). Lacan lo define como aquello por donde Eso (Qa) entra, y por donde
mientos, ni las ideas, ni siquiera las sensaciones provienen del cuerpo; al
Eso sale. Psicoanalíticamente hablando, no se trata de cuestiones meno-
menos aquellas de las que tenemos que ocuparnos en un análisis.
res. Estoy hablando de lo oral y de lo anal. Si el cuerpo humano es un ci-
Primero, revisemos la relación que tenemos con el cuerpo. Decimos
lindro, el agujero "interior" del cilindro, ¿es interno o externo? Pongan un
"tengo un cuerpo", por lo que es difícil que pensemos "soy un cuerpo".
cilindro sobre la mesa, y pinten de celeste el aire que hay en la habitación.
Nos puede gustar el cuerpo que tenemos, nos puede gustar más una par-
Este "interior" del cilindro se coloreará también de celeste. Quiere decir
te que otra. El vínculo con el cuerpo es muy peculiar, es como con una car-
que el interior del cilindro es aire circundante. Sólo imaginariamente pue-
tera o un par de zapatos ... Es una posesión que uno habita, y este uno es
de parecer como "interior". Muy distinto es el caso del aire que infla una
pelota de fútbol. Si ustedes colorean el aire circundante de celeste, verán la subjetividad.
Segunda cuestión: el psicoanálisis lacaniano propone que la relación
que el aire que está dentro de la pelota de fútbol seguirá siendo incoloro.
al cuerpo orgánico natural está perdida, o sea que ya no podemos saber
El cuerpo cilíndrico es una superficie abierta; y las superficies abiertas se
si tenemos hambre o no. Tampoco tenemos determinada la periodicidad
caracterizan por no tener interior separado del exterior.

44 415
sexual, aquello que en los animales llamamos el "celo". Disponemos de
sustitutos para cumplir dicha función. Por lo tanto, la pérdida de la con-
dición natural debe estar articulada a algún recupero, porque si no la
especie humana hubiera desaparecido. Seguimos comiendo y seguimos
manteniendo relaciones sexuales, y tal vez sea eso lo que nos confunde
tanto como para hacernos decir que lo hacemos "como animales"; por-
que no hemos dejado de comer, pero atravesados por la diferencia entre
lo crudo y lo cocido, en tanto gran diferencia. Nosotros no podemos co-
mer por fuera del "acto de comer" -acto totalmente atravesado por co-
ordenadas culturales-.
Tercero: nada nos garantiza poder decir que los animales posean un
cuerpo, en el sentido de una unidad conformada por partes organizadas.
Mientras expone la constitución del Yo, Freud afirma que se trata de una «La República» es un diálogo entre Sócrates y Glaucón, en el que se pre-
instancia unificada que no puede estar desde el comienzox"'. Podemos inter- senta la alegoría de la caverna. ¿De qué se trata? Exige que imaginemos
pretar en estos párrafos la imposibilidad, por parte de la especie, de trans- gente que, desde el nacimiento, está en una posición fija12 -no dice "senta-
mitir el Yo, considerando que la especie puede transmitir las cosas com- da"-, mirando necesariamente hacia el fondo de la caverna.
partidas, pero no aquéllas que son particulares. El Yo se construye cuan- Detrás de esa gente, son varios, un biombo de titiritero deja ver sobre sí,
do adviene el Uno. Y ese Uno del cuerpo es producto del orden simbóli- títeres. Supongamos, por ejemplo, que sobre el biombo se presente el títere
co (esto es, no lo provee el cuerpo en sí). Tanto es así que, en determina- de una persona, y que, por la posición de un caldero con fuego que oficia de
das culturas, el cuerpo no hace uno, lo cual demuestra que el uno no pro- fuente de luz artificial -en esta metáfora, la luz natural es luz verdadera-,
viene del cuerpo11 • se refleje la sombra del títere sobre el fondo cóncavo de la caverna.
Es una idea que tiene correlato clínico, puesto que hay una patolo- Esta es la estructura del dispositivo pensado por Platón, al que agre-
gía en la que el cuerpo no hace Uno: la esquizofrenia. La esquizofrenia gan solamente las voces de los titiriteros que, debido a la estructura de la
es el nombre de esa falla, y sucede cuando la psicosis se manifiesta a tra- caverna, se escuchan como un eco que proviene desde el fondo de la mis-
vés de la ausencia del Uno en el cuerpo (habrán visto que, en los esqui- ma. El engaño está montado sobre sombras de los objetos y ecos de las vo-
zofrénicos, siempre hay una parte del cuerpo perdida o que se les sepa- ces de los titiriteros.
ra de las otras). Es lo que Freud designó como <<lenguaje de órgano>>. De Estas personas que pasan la vida sin poder ver otra cosa que las sombras,
modo que el Uno se pierde porque se adquiere, justamente, desde el or- y sin poder escuchar más que ecos, consideran tales percepciones como la
den simbólico. realidad. Y, como habíamos situado en nuestro ejemplo, si fueran personas
Vamos a adentrarnos lentamente, ahora, en el tema de la caverna de las proyectadas como imágenes, al ser vistas por los habitantes de la caver-
Platón. na, serían elevadas, junto con el eco, a la categoría de personas reales.
Se trata de una caverna que, considerando la elevación y la bajada Sócrates propone que uno de los encadenados podría liberarse. Y a este
que el texto plantea que deben recorrerse, debería tener una inclina- respecto interroga a su interlocutor, Glaucón:
ción respecto del Sol -fuente de toda la luz-, que podría grafi.carse con
este trayecto. "¿Qué crees que respondería si se le dijese que lo que ha visto hasta enton-
ces eran tonterías y, que, en cambio, ahora está más próximo a la verdad
y vuelto hacia cosas más puras y mira correctamente? Y si se le mostrara
que cada uno [de los hombres] que pasaban [del otro lado del tabique] y se
11
Para proponer, a modo de ejemplo, una referencia lacaniana, v. Leenhardt, Maurice. lo obligara a contestar a preguntas sobre lo que son, ¿no crees que se sen-
(1997), Do hamo. La persona y el mito en el mundo melanesio [1947], Bs.As.: Editorial
Paidós. Lacan hace una referencia a este libro en su Discours de Rome de 1953, inédito
en espafiol y publicado recientemente en los Autres écrits (op. cit. , p. 152). Sin duda, el 12 En el texto original de la alegoría se afirma que las personas allí ubicadas están encade-
capitulo 11 del libro de Leenhardt, titulado «Estructura de la persona en el mundo me- nadas y con impoaibilidad de girar la cabeza hacia sus compañeros situados exactamen-
laneaio .. , 1111 un claro ejemplo del problema que es desarrollado en este párrafo. te aliado. ICf. p4rr. IH4hl.

46 47
tirá en dificultades y que considerará las cosas que antes veía como más Supongamos, entonces, que vuelve. Cuando entra, lleva el testimonio de
verdaderas que las que se le muestran ahora? "13• haber accedido a la verdad. Los que permanecieron en la caverna se ríen
del que vuelve. El que vuelve está obnubilado, deslumbrado por la luz del
Sócrates supone que los habitantes de la caverna, luego de atravesar el sol, por el pasaje de la plena luz del sol a la semipenumbra de la caverna.
camino ascendente -no sin cierto rechazo, puesto que es una vía dolorosa-, En ese estado, el que acaba de regresar no va a reconocer las sombras. Y
estarían felices de acceder al objeto verdadero. quienes permanecieron en la caverna se van a reír de él porque ellos sí las
Los diferentes momentos de acceso a dichos objetos verdaderos tam- ven. Sócrates agrega que incluso son capaces de elucubrar un saber sobre
bién están incluidos en este diálogo platónico, curiosamente, bajo la forma lo que ven 16 : "Hay hombres así, hay mujeres asá, hay hombres más gran-
de otra alegoría famosa llamada la <<línea dividida••, que está al final del Li- des". Los habitantes de la caverna ven y acumulan un saber que es un fal-
bro Vl 14 • En este camino tenemos, pues, primero, las imágenes, y luego los so saber, pero este falso saber, para el que baja, tiene preponderancia: es el
objetos. Las imágenes serán las sombras y los reflejos producidos por los poder de la idiotez del sentido común. El hecho de poder ver las sombras
espejos, también los modelos. Los objetos serán animales, personas y co- nos obtura la posibilidad de acceder a la verdad de la cosa, o sea, somos en-
sas. Estos dos niveles participan del mundo sensible al que se accede por gañados porque vemos 17 •
la doxa u opinión. Es importante aclarar que cada uno de estos niveles su- En Platón, está ausente la función de engaño de lo simbólico. Para Pla-
pone una mayor cercanía a la verdad: es más verdadero un objeto que su tón, lo simbólico es necesariamente verdadero, por lo que en la alegoría de
imagen, aunque ya hemos hecho la salvedad de la existencia de imágenes la caverna solamente tenemos la crítica del engaño de lo imaginario. Dicha
que se comportan como objetos. posición supone una idealización máxima de la función simbólica.
Sigue el nivel de lo inteligible, dividido en dos partes. La primera parte del ni- Cuando Lacan desarrolló su primer seminario, su apoyatura es cien
vel inteligible, nos ubica en el terreno de las "hipótesis" típicas de la geometría. Este por cien platónica. No dio un paso más, ni uno siquiera. Me resulta increí-
tipo de hipótesis no son el fin último de lo inteligible, puesto que para su verificación ble que no lo haya citado (no creo que se hubiera animado a plagiar a Pla-
vuelven a la experiencia. Mientras que, para Platón, las hipótesis van hacia el Bien tón ... ). O se trató de un lapsus, de una trampa, o quizá de una indicación
último, la dialéctica pura, no vuelven sobre ningún objeto, y, por lo tanto, implican para que alguien continuara el trabajo.
el máximo valor de verdad 15 • Hasta aquí llegaría el filósofo, por encima del matemá- Para Lacan, en el contexto del Seminario 1, el análisis se resuelve en el
tico. A nosotros hoy no nos queda tan claro que así sea, porque, ¿quién llega al pun- pasaje al espacio simbólico situado detrás del espejo plano. De suerte que
to más alto de abstracción? «La República» fundamenta la concepción platónica del es el ideal simbólico aquello que rescata de la rivalidad imaginaria y nos
gobierno por los filósofos, en el hecho de ser estos los que acceden al máximo nivel pacifica. N o por nada Platón planteaba que los gobernantes tenían que ser
respecto de la verdad. filósofos: porque son pacificantes. En psicoanálisis, debemos desarrollar el
Para Platón, el final del recorrido no se produce solamente con el acceso engaño que esto implica.
a la verdad: quien se quede en ese nivel, será sólo un filósofo contemplativo.
El verdadero filósofo debe volver, debe realizar un retorno a la caverna.

13
Platón, La República (VII-515d). De las innumerables traducciones disponibles en len-
gua española, he optado por la de Conrado Eggers Lan, en su texto El sol, la linea y la
caverna 2000, Buenos Aires, Ed. Colihue, reedición de un sólido trabajo de 1974. La tra-
ducción difiere levemente de la realizada por el mismo traductor para la editorial Gre-
16 En el texto, Jos encadenados no sólo pueden elucubrar un saber sobre lo que ven, sino que
das, del cuarto volumen de los diálogos platónicos; diferencia que aporta claridad al tex-
hasta pueden hacer predicciones con cierta efectividad acerca del modo en que las som-
to original. Que esta elección sirva como homenaje a uno de mis maestros.
14 bras y ecos se presentarán. (Cf. párr. 516d).
Op. cit., Vl-509d. Entre Jos comentadores, fue materia de discusión la proporción en que
17 Freud nunca puso a trabajar la idea del engaño como necesario a consecuencia de que
dicha línea debía dividirse. Platón sólo aclaró que debería hacerse en "partes desiguales",
vemos. Fue Jacques Lacan quien la introdujo en el psicoanálisis, a partir de su «estadio
y que la proporción inicial era la que debía mantenerse en las subdivisiones posteriores.
del espejo»: somos engañados porque vemos. En Lacan, la metáfora es biológica: el desa-
15
Conrado Eggers Lan propone como criterio de diferencia entre ambas subsecciones de rrollo temprano del par craneal visual produce preponderancia visual sobre la motora, lo
la lfnea, si bien en ambas se parte de supuestos, que en una de ellas se va hacia la con- que determina el armodo de una imagen previa al dominio de "la cosa"; luego, esa ima-
clusión u11ando imágenes sensibles y en la otra se asciende hacia el principio sin usarlas. gen identificatorill dmninu "la coso", puesto que quedamos fijados a ella. {A. E. }.
(Op. cit. p. 29, n. 47l.

49
48
-- ... ------- ........
.... .... ..,x '
Bibliografía
Freud, Sigmund (1979), [Obras Completas Vol. V], La interpretación de los sueños (p.
529), Bs.As.: Amorrortu editores .
"" ...
"" "" ... ... JI [bid.
"" ' lll lbfd. pp. 529-530.

~
,.""
... ...
""~ ' \
\
IV
v
lbfd. pp. 534-535.
Freud, Sigmund (1979), [Obras Completas Vol. XIX], El yo y el ello (p. 24), Bs.As.: Amo-
... ...... ~
\
\
rrortu editores.
VI ]bid. [Las bastardillas gruesas son nuestras].
espacio vn. Jbfd.
cóncavo 1
1
vm. !bid.
IX Lacan, Jacques (inédito), [Seminario, Libro IX], La identificación. (s. e. , clase del 7 de
1
marzo de 1962) .
...... Z' 1 ,' x Freud, Sigmund, [Obras Completas Vol. VI (p. 25).
'' ... ... ... ~
~ XI. Jbid.
xu Lacan, Jacques [Seminario, Libro JXJ (clase del 16 de mayo de 1962).
' ... ... ... "" ,
xm. Freud, Sigmund (1979), [Obras Completa.s Vol. XlVJ, Introducción al narcisismo. (p. 74).
... ... ...
.......... ______ ...... --- ..,.... "Y· "" Bs. As. : Amorrortu editores.

Situada la idea, solamente les presento lo que sigue.


Tenemos el ojo, el florero real perdido (al que es imposible acceder de-
bido a la posición del ojo) y las flores reales. Lo que queda a la derecha del
espejo plano será virtual (en términos lacanianos: "simbólico") y, si el su-
jeto pasa a esta dimensión de virtualidad, según Lacan, se ha curado por-
que ya no queda engañado; porque se estaría viendo como lo ve Otro. Jus-
tamente, el máximo engaño al que nosotros, neuróticos, estamos someti-
dos, se produce al evaluar la forma en que nos vio Otro, el de creerse que
uno es lo que lo simbólico indica.
Lo último: consideremos la elipse que envuelve al esquema como el mar-
co de la realidad. El sujeto, ¿dónde está? Tensado entre estos lugares. Y en
el centro, ¿qué hay? El Otro, que coincide con el espejo plano. Se advierte,
de esta manera, que el Otro está dentro de la realidad donde el sujeto ha-
bita, y, además, adentro del sujeto. No es concebible el sujeto si no ubica-
mos eso Otro, adentro. Para concebir ese tipo de ideas, nada mejor que las
superficies topológicas. Vamos a estudiar el vínculo del sujeto al Otro como
dos toros abrazados.

lil
M
111

DEL SUJETO COMO INDIVIDUO

Intentaremos ahora establecer cuál es la noción del «sujeto>> en la ense-


ñanza de Lacan por oposición a la de Freud. Para ello, realizaremos un re-
corrido por el modelo óptico, utilizado por Lacan a lo largo de los primeros
diez años de su enseñanza.
El título que voy a proponerles para discutir estos temas es «Del suje-
to como individuo».
Los argumentos que vamos a desarrollar, a propósito de la teoría laca-
niana del sujeto, irán en contra de la tendencia general de nuestra época
hacia la individuación: se puede afirmar que, desde Descartes en adelante,
la tendencia general en Occidente es hacia la concepción del sujeto como
un individuum. En este último siglo, esta tendencia de "cultural general"
de considerar al sujeto como un individuo, instaló la analogía del individuo
con lo interno, lo interior; concepción que rápidamente permitió situar ese
interior en el cerebro, y de allí a los genes.
Retomaremos el recorrido realizado por las concepciones freudianas.
En lo referido al esquema de La interpretación de los sueños, había-
mos destacado un primer esquema que contenía un polo perceptivo y
otro motriz. Señalamos que, en el segundo esquema, se había agrega-
do el inconsciente, el preconciente y la conciencia; considerando que el
aparato funciona tomando elementos de la realidad (por la vía de la per-
cepción), procesándolos y devolviéndolos a la realidad. Sin.lugar a du-
das, este esquema supone la lógica de lo que sucede internamente, lo que
nos pasa adentro.
El segundo modelo que estudiamos en Freud respondía a los postulados
de El Yo y el ello. Sobre el llamado "esquema del huevo", quizá podría es-
tablecerse un desarrollo más sofisticado, escribiendo <<realidad» en la par-
te superior del esquema, arriba de P-Cc. Para situar el cuerpo, habría que
apoyarse en la idea que Lacan acentúa de Freud, quien propone conside-
rar al cuerpo como externo respecto del aparato psíquico -podríamos es-
cribirlo debajo del huevo, para indicar que se trata de un estímulo neta-
mente externo.

63
ca del "iQué se cree usted?". No obstante, Freud puso en la causa del nar-
Relidad cisismo una maniobra de los padres, en la que hacen del niño una "majes-
P- ce tad", y no una maniobra en la que el niño hace de sí núsmo algo valioso.
Esta noción cuestiona profundamente toda la clínica.
En ocasión de recorrer la caverna de Platón, abordamos ciertas fórmu-
las para pensar el vínculo con la realidad. Recordarán que Platón propo-
nía un sistema de engaños, al menos en la versión rápida que yo les pro-
puse, de "doble engaño": el primero de ellos se producía al considerar las
sombras y ecos como objetos reales. En el diálogo se sostiene que es posi-
ble elaborar un saber sobre tales sombras y ecos que se ajuste de la mejor
manera a su apariencia. Incluso los prisioneros podrían adquirir prácti-
ca en la predicción de los movimientos que las sombras realizarán, tanto
Cuerpo como en la aparición de los ecos. Les propongo que así funciona la psicolo-
gía: se trata de un falso saber, porque si bien es un saber acumulado, muy
Si intentamos atravesar la segunda tópica freudiana mediante el eje in- racional y convincente, ha sido establecido sobre un engaño.
terior-exterior, sin lugar a dudas, el Superyó sería la única instancia no ple- El segundo engaño presente en el texto requiere que el prisionero liberado,
namente interna. La pista está en la definición: "el superyó es el heredero y que ha accedido a la luz solar, vuelva a la caverna a enfrentar a los doctores
del Complejo de Edipo". Por lo tanto, si es heredero, necesariamente pro- de la falsa ciencia. Sin embargo, volverá deslumbrado y carente de un poder
viene de los padres_ de convicción que presente batalla a los especialistas de las falsas verdades. 2
Diferente es la situación del Ello: su fuente es somática. Cabe aquí desta- Lacan siempre opuso inconsciente, preconciente y conciencia de Freud, a
car que, en la concepción freudiana, por esta vía del cuerpo como fuente so- su simbólico, imaginario y real. A pesar de esta oposición, es frecuente escu-
mática llegan al aparato las experiencias culturales. Esta teoría fi.logenética char en nuestro decir -el de los lacanianos- cierta correspondencia que da a
es absolutamente increíble: consiste en postular que, a través del cuerpo, re- entender que se trata de lo mismo. Quisiera señalar que real, simbólico e ima-
cibimos todas las experiencias culturales fundamentales, acumuladas a través ginario, a diferencia de inconsciente ,preconciente y conciencia, introduce por
de sucesivas generaciones; y, entonces, por ejemplo, sería a través del cuerpo primera vez en psicoanálisis, y de una manera radical, la función del Otro.
el modo en que recibiríamos la herencia del asesinato del padre de la horda. Esto fue desconocido por Freud en su teoría del narcisismo. Si bien es cier-
Creo, francamente, que se trata de una teoría absolutamente mítica. to que incluyó en su artículo la operatoria de "His majesty the baby", Lacan
Podríamos definir al Yo de la segunda tópica como lo que cada uno de no- destacó -y es su entrada al psicoanálisis- que a Freud se le escapó la función
sotros es. En contraste con esta idea, les propuse que Freud no considera de la imagen del semejante en la constitución del Yo. Este aporte facilita com-
al Superyó una parte de lo que somos y, por eso, lo fundamenta en la heren- prender que en el Yo haya una instancia de alienación que nos impida pensar
cia de una instancia exterior (también por eso, el Superyó se dirige a noso- cualquier dimensión de individuo, ni a nivel del Yo ni a nivel del sujeto.
tros en tercera persona). El Ello tampoco forma parte de lo que somos. Por Lo simbólico implica la dimensión del Otro; dimensión que Lf;lcan siempre
un lado, porque proviene del cuerpo que no es lo que somos 1; y, por el otro, llamó <<orden simbólico». En sus primeros textos, daría la impresión de una
porque proviene de experiencias desaparecidas hace miles de años. confusión de términos (<<símbolo•• por «significante••) porque Lacan todavía
El Yo sí es lo que somos, y la operación mediante la cual fue teoriza- no conocía el significante. 3 A partir del Seminario 3, comenzó a trabajar con
da su constitución es el narcisismo. En el texto Introducción al narcisis-
mo, Freud afirmó que la constitución del Yo es a través de «His majesty the Estas líneas sitúan el "doble engaño" como presente en el texto de Platón y, por Jo tanto,
bab_v, -curiosamente, casi toda la clínica psicoanalítica interpreta el nar- resignifican notoriamente las consideraciones que a ese respecto se habían formulado en
el capítulo anterior. Considero estas posiciones como complementarias, en tanto aportan
cisismo en términos de "/ am the majesty". En la clínica psicoanalítica, y
la pista para escapar de la idealización total de lo simbólico que se dejara planteada en
sin diferencias de banderías, se interpreta el narcisismo a partir de la lógi- las postrimerías del capítulo II. Dejo al lector la tarea de resolver la lectura.
Hay un problema con el uso y la aparición de los términos en los "Escritos·· de Lacan, originado en
( '( con los dHsurrollos del capítulo anterior, en los que el cuerpo quedaba situado como la corrección que realizó de los mismos antes de su publicación en 1966. En dicha corrección, inclu-
una pwws16n I'X/I'rnu, más que como la l!llenciu del ser. yó conceptos posteriores que, en escritos e intervenciones previas, no estaban aún desarrollados. Este

li4 55
un orden de significantes, sin embargo, la designación de «Orden simbólico>> plo, con qué supuesto espacial operaba Freud en el caso de la denegación.
se mantuvo inmutable. El «orden simbólico•> es la cultura, esto es: el sistema El paciente le decía:
articulado de ideologías, creencias, estructuras elementales de parentesco, -Soñé que tenía relaciones sexuales con una mujer de pelo rojo.
códigos, etc. ; vale decir, toda la legalidad que nos pone en relación. _¿Qué se le ocurre con "pelo rojo"?
Si el orden simbólico es el registro de la cultura, ¿por qué Lacan no es -Bueno, mi madre tiene el pelo teñido de rojo. iNo, no vaya usted a creer
un "culturalista"? Fundamentalmente, por dos motivos. El primero reside que quiero tener sexo con mi madre! -decía el paciente.
en que, a diferencia de los culturalistas (y también de los estructuralistas), ¿saben qué le decía Freud?: "Yo no lo dije, usted lo dijo. Y si usted lo
conserva la dimensión de particularidad como condición del sujeto. El se- dijo, eso debe estar en usted".
gundo es que, para él, la cultura está sostenida en la red de significantes, Es una intervención que supone la noción de un aparato psíquico pues-
y no es, como para muchos otros pensadores, un sistema de símbolos. 4 Si to adentro y manifestándose por medio de la proyección. Freud interpreta-
bien en cierto sentido Lacan no coincide con el culturalismo, propone que ba la proyección: "Usted lo pone en mí, pero yo no lo dije. El deseo incestuo-
la condición de existencia para el psicoanálisis surge de un diagnóstico de la so de acceder a su madre está en usted".
cultura: el campo de aplicación del psicoanálisis queda restringido a aque- Consideremos una situación especial. En la misma circunstancia, su-
llas en las que, al menos, opere la noción de ''sujeto de la ciencia». pongan que el paciente estuviera frente a un sacerdote. ¿creen que, luego
Consideremos a continuación los supuestos espaciales presentes en los de narrar el sueño, le diría a su interlocutor: "iNo vaya usted a creer que yo
conceptos de «aparato psíquico•• y «Otro», tal como se deducen de las inter- quiero tener sexo con mi madre!"? Obviamente, el sacerdote no tendría mo-
venciones clínicas freudianas y lacanianas. tivo alguno para "creer" semejante barbaridad. Entonces, ¿por qué hacer-
Partiendo de los textos de Freud, hemos deducido que su concepto de le esa aclaración a Freud? Porque ese ser hablante, el paciente, sabe o cree
aparato psíquico, si bien situado dentro del cuerpo, no es ubicable en un lu- saber lo que piensa Freud. Esta idea está ausente en el argumento freudia-
gar anatómico preciso. Es claro que intentó dar cuenta de una diferencia. no: Freud no sabía que él estaba adentro de su paciente. 5
El problema es cómo lo hizo, qué límites conceptuales operaron en Freud. Lacan propone otra clínica. Se trata de considerar al analista adentro
No hago referencia aquí al espíritu de su enseñanza, puesto que dicho es- del paciente. Esta idea determina que los materiales que el paciente apor-
píritu nos llevaría a tener los mejores argumentos en su favor. Les estoy ta ya están situados en función del analista.
proponiendo que el límite en su argumentación nos conduce a los impas- Para Lacan, el inconsciente se dirige a un analista; para Freud, el in-
ses en las intervenciones clínicas de los sucesores. consciente está adentro de cierta persona.
Estimo que Freud no logró despejar este problema, y por eso es que se Para Lacan, no existe el inconsciente si no hay analista. Para Freud, la
justifica dar el paso a la topología. Nadie duda de que en la obra de Freud persona viene con su inconsciente lleno de cosas, cosas que son de él.
haya una argumentación sobre problemas clínicos. Estudiemos, por ejem- En la clínica de Lacan, cuando un analizante profiere un: "No vaya a
creer usted que... ", la intervención del analista es: "¿y por qué cree usted
problema dificulta notablemente ubicar cuándo se produjo en la teoría la entrada de un concepto nue- que yo pensaría eso?".
vo. A modo de ejemplo, Lacan introdujo el concepto de «significante» en el escrito sobre «La Carta En la relación con un analista se genera un espacio distinto, contrario a
Robada», pero dicho concepto estaba aún ausente en la teoría al momento del Seminario 2 quemo- aquel en el que decimos "No, mirá, vos pensás lo que vos pensás, y yo pien-
tivó el escrito. En la corrección de 1966, Lacan no indicó (salvo en contadas excepciones) las modi- so lo que yo pienso; así que, ino me vengas a decir lo que yo pienso!". Los
ficaciones que hizo a los textos, realizando una maniobra que científicamente es muy criticable. Para
quienes estén interesados, les recomiendo el libro de De Frutos Salvador, Angel ( 1994) que se llama
psicoanalistas somos los únicos que, como figura social, nos dejamos lle-
Los escritos de Lacan: variantes textuales, (Madrid. Ed. Siglo Veintiuno de España), donde están to- var a tal posición: la de causa del síntoma -aunque el síntoma del pacien-
das estas diferencias marcadas y fechadas. El texto presenta el original tal como fue publicado y la te tenga una historia de muchos años-. Desde el momento en que acepta-
nueva version luego de la corrección, tanto en francés como en español. {A. E.}. mos la demanda, el síntoma ha cambiado y nos transformamos en el par-
4
"Dicho culturalismo consiste en poner el acento, en el análisis, sobre aquello que en cada tenaire del síntoma, afirmando: "Sí, yo soy la causa pero, ¿de qué? O, ien
caso tiene que ver con el contexto cultural donde el sujeto está inmerso. Aspecto por cier-
to no desconocido hasta entonces; que yo sepa, ni Freud ni aquellos que pueden califi- qué? O, ¿cómo?".
carse de espedficamente freudianos, lo descuidaron nunca. El problema es saber si debe
concederse a este elemento una importancia dominante en la constitución del sujeto". IJ. Es cierto que hay pacientes con los cuales Freud se manejó mejor. Cuando el Hombre de
Lacan (1984). !El Seminario, Libro 2] "El Yo en la Teorla do Freud y en la Técnica Psi- las Ratas le propuso contnl'le BU sexualidad infantil, Freud le preguntó: -Y, ¿por qué me
coanallticu" (op. cit. , pp. 225 y 226), Barcelona, Ed. Paidó•l. va u contar su sexualidwllll{cmfil? -Ah, porque yo sé que a usted le interesa. {A. E. }.

1\6 57
Somos hablados permanentemente. El psicoanalista es aquel que con-
siente en ser llevado a la causa de ese decir. Si uno dice "No, yo no estoy en
la causa de ese decir", rechaza pues la función del analista. Son clínicas dis-
tintas. Una de las explicaciones de lo largas e infructuosas que resultan las
curas analíticas es que se sigue trabajando pensando que Eso está adentro
de él. Es ciertamente muy difícil no pensarlo, porque toda nuestra cultura
apunta en esa dirección6 •
Despejados los supuestos espaciales en las modalidades de intervención "-------'P
clínica, abordemos ahora el problema de la realidad.
lCómo entiende Lacan la realidad? Y bien, el modelo óptico nos permi- I, R, S con estas letras como pistas: i, M, 1, m. Lacan, en el año 1966, in-
tirá concebirla. Voy a proponerles que estudiemos las articulaciones de los dicó que había puesto esas letras para indicar que se trataba de una banda
tres registros; primero, a la altura del Seminario 1; luego, a partir del Se- de Moebius: se trataría de una superficie que une una banda de Moebius y
minario 5 y del escrito «De una cuestión preliminar. .. »; y, finalmente, del una semiesfera (que serían estas dos partes no sombreadas)?. La realidad
Seminario XIV. queda reducida a la parte sombreada del esquema, mostrando que no todo
lo imaginario ni todo lo simbólico quedan dentro de su marco -el trasla-
po8 con el que está realizado el dibujo, impide saber cuánto de lo real que-
da capturado en ese marco-.
Finalmente, podríamos representar el concepto de «realidad», a la altu-
ra del Seminario XIV, de la siguiente manera:
Montaje

Para Lacan, en el Seminario 1, lo imaginario y lo real están en el mis-


mo nivel, aunque lo simbólico no queda excluido de dicha relación porque
hay una ley que vincula "I" con "R" (a un punto de "R" le corresponde uno
y sólo un punto de "1"). El mundo simbólico, para Lacan, en el Seminario
1, es la ley. Como lo muestra el esquema, la realidad sería la superposición
Velo
del plano de lo real con el plano de lo imaginario.
Me voy a permitir hacer un cuarto de giro contrario a las agujas del re- Aquí hay nuevos términos para leer las relaciones. Se trata del monta-
loj para mostrar la determinación, puesto que ella funciona así: lo simbó- je de lo simbólico y lo imaginario, que "vela" lo real. Aquí se invirtió, res-
lico determina a lo imaginario y a lo real-que están en el mismo nivel-. pecto del primer gráfico, el sistema de relaciones. Les propongo trabajar
al menos con estas tres escansiones de la teoría. Al final de su enseñanza,
Lacan propone concebir la realidad como un nudo borromeo de cuatro re-
dondeles de cuerda.
Para Lacan, la realidad es psíquica, básicamente porque no hay otro tipo
de realidad. Todos nosotros trabajamos, permanentemente, con la idea de
que hay dos realidades: la realidad de la que nuestros pacientes se quejan,

Cabe aclarar aquí que dicha banda de Moebius debería estar autoatravesada por su línea
En el Seminario 5 y en el escrito de referencia, la estructura de la rea- media. Sólo de esta forma, al coser su borde con una semiesfera, se produciría un cross-cap.
lidad también es cerrada, pero tiene esta modalidad: Esta superficie topológica no tiene la propiedad de ser sumergible en tres dimensiones, pero
sí permite la inmersión del plano proyectivo, haciendo posible inscribir el "corte".
6
Cf. Dumont, Louis ( 1987) 1Ensayos sobre el individualismo 1. Madrid: Alianza editorial. Se define el traslapo como la parte de una cosa que queda cubierta por otra superpuesta
{A. K 1. a ella. Es un recur•tto hubituul para sugerir la dimensión de profundidad en gráficos rea-
lizadoH en el plano.

t\8
t\9
ubicada "fuera" de la sesión y el consultorio, y la "realidad psíquica", aque- que, noventa y ocho por ciento de humedad constante, trescientos milíme-
lla de la que se habla dentro del consultorio. Para el ser hablante, la reali- tros de lluvia por año, etc. Situamos aquí un real en el sentido de la ciencia:
dad es producto de una articulación, según los registros de lo simbólico, lo siempre retorna al mismo lugar. Si ese bosque es o no apto para alojar este
imaginario y lo real. animal, ¿de qué dependerá? De la proyección de su imagen corporal al me-
Para tratar de demostrar que no existen dos realidades, mi argumenta- dio. Lacan ubica que fundamentalmente este nivel de engaño opera en los
ción exigirá un retorno al Modelo óptico. instintos sexuales. Más aún, sabemos que si no está presente la función del
Pongamos a trabajar la relación sujeto-realidad, pero tengamos cuida- engaño producida por ciertas imágenes, hay animales que son incapaces de
do con suponer que la realidad está afuera, porque sería promover el obs- reproducirse (por ejemplo, las monas en cautiverio "juegan al fútbol" con
táculo que queremos remover. Si la realidad estuviera afuera, estaríamos las crías, no tienen la menor idea de qué hacer, no saben ofrecerles la teta si
diciendo, aun a nuestro pesar, que el sujeto implica cierta interioridad y no tuvieron ocasión de ver anteriormente esa conducta) 10 •
que el fantasma sería el color del cristalino que pondríamos sobre el ojito Esta dimensión de engaño siempre implica un marco: para que se repro-
de nuestro esquema del huevo. duzcan estos fenómenos a nivel de las imágenes, hay que calcular la posi-
Un espejo esférico, una posición que no deja ver, un jarrón real con flo- ción de los objetos reales y del observador, ya que la alteración de las imá-
res reales (en el sentido tridimensional, vale decir, que desplazarían líqui- genes se origina por dicha posición -incluso la ilusión puede llegar a no pro-
do si los sumergiéramos en un recipiente con agua), y la imagen engaño- ducirse-. Por lo tanto, supone un sistema espacial cerrado.
sa de la existencia de un florero abrazando a las flores que se produce para Entremos ahora, siempre siguiendo la lógica del modelo tal como lo pre-
una determinada posición del ojo. senta Lacan, en el nivel específico de los seres humanos hablantes. Desde
el esquema anterior, conocido como "el ramillete invertido", al esquema de
<4~
-.&r&:l\_
~ "los dos espejos", se produce un desplazamiento de la posición del ojo.

- -- - - - - - - - _;x.;.'
sv''
'' \
\

esrmcio
cóncavo
1
1
,
Para Lacan, esto es lo que se establecería en la etología como el "narci- X '
' ,,
' ' ... ' ' ,
.... ...
sismo de los animales". Quiere decir que hay una función de engaño propia
a los animales de las especies superiores. Estos animales padecen de un en-
-.. ______ _ , ' ....
y'

gaño "normal": están inporporados a lo que les funciona como la realidad.


Lacan lo dice en el Seminario 1, afirmando que la realidad es la proyección Este primer narcisismo se sitúa, si quieren, a nivel de la imagen real de mi esquema, en tan-
de la imagen corporal al medio; pero el "medio" es real, no es realidad9 • ¿Qué to esta imagen permite organizar el conjunto de la realidad en cierto número de marcos pre-
formados.
sería el "medio real"? Definámoslo como veinte kilómetros cuadrados de bos- Desde luego, este funcionamiento es completamente diferente en el hombre y en el ani-
mal, este último está adaptado a un Umwelt uniforme. Hay en él ciertas corresponden-
9 cias preestablecidas entre su estructura imaginaria y lo que le interesa en su Umwelt; es
"[. .. J existe en primer lugar un narcisismo en relación a la imagen corporal. Esta imagen decir, lo que es importante para la pérpetuación de los individuos, ellos mismos función
es idéntica para el conjunto de los mecanismos del sujeto y confiere su forma a su Umwelt, de la perpetuación típica de la especie". Lacan, Jacques (1983) [El Seminario, Libro 1],
en tanto es hombre y no caballo. Ella hace la unidad del sujeto, la vemos proyectarse de mil Los Escritos Técnicos de Freud. (pp. 192-193). Madrid: Editorial Paidós.
maneras, hasta en lo que podemos llamar la fuente imaginaria del simbolismo, que es aque- 10
llo a trav~a de lo mal 1•/ simbolismo se enlaza con el sentimiento, C'Otl el Selbstgefühl que el Platón no contempló c11ta dimensión de "engaño normal" que opera en los animales.
ser huma11o, ,.¡ MunNt~h. titmP de su propio cuerpo. Consideró esta dim~<~nKión dll engaño como plenamente humana, en tanto supone el ac-
ceso a la doxa --opinión diJ I'Ómo Kon las sombras y ecos de l~s cosas. {A. K } .

80
fU
Tal desplazamiento significa "pérdida de la naturalidad por la introduc- que se comportan como objetos. Y, puesto que trabajamos con simbólico,
ción del lenguaje" o "malestar en la cultura": la posición normal del suje- imaginario y real, destacamos una primera dimensión de engaño que se
to humano hablante le hace inaccesible el engaño sexuaf1\ produce por la articulación de lo imaginario y lo real (nombrado por La-
Sin embargo, Lacan propone un recupero de la función del engaño; can como primer narcisismo).
esto es, descubro qué objeto sexual quiero a través de lo que me aporta Introducir el lenguaje nos tendría que producir una diferencia no veri-
el espejo del Otro. En el espejo plano, veo mi imagen tal como me vería ficable en los animales: en nuestros esquemas, dicha introducción supone
Otro. ¿Qué tipo de objeto me gusta a mí? A mí me gusta un objeto, tal el cambio en la posición del ojo, la incorporación del espejo plano y de las
como yo soy visto gustando, desde la posición de Otro. En la elección de líneas punteadas que dan cuenta del límite.
objeto, lo que elijo es cómo me ve el Otro eligiendo el objeto. Se trata de Se trata de establecer cómo, en una realidad limitada, adviene el objeto
la posición de recupero de lo que en la experiencia del "ramillete inver- sexual (objeto que Lacan representó mediante el bouquet). No perdamos
tido" era el ojo situado frente al espejo esférico. Hay que recuperar este de vista que esta realidad no inscribe solamente al objeto y al Otro que,
ojo porque si no, el malestar en la cultura determinaría la desaparición con su "posición", da cuenta del objeto; sino que también inscribe al suje-
de la especie humana. to. Dentro del marco están el objeto, el sujeto y el Otro. Podríamos tomar
Ahora bien, la posición y el cierre de esta estructura de relaciones están la línea punteada como una "línea cerrada de Jordan" 13 ; y, considerando
ejemplificados en el caso Dick 12 • Dick estaba por fuera del cierre de esta es- que esta línea distingue un interior de un exterior, concluimos que Lacan
tructura, y es por eso por lo que para él no había interés por el objeto. Esta nos propone la realidad como una superficie cerrada para cada sujeto, que
cuestión se presenta con un hecho clínico muy llamativo. A la primera en- incluye al Otro y al objeto.
trevista de Dick con Melanie Klein, el niño fue llevado por su institutriz. Lacan realizó, respecto de estos modelos ópticos, un movimiento.
Melanie Klein destaca que, una vez retirada la institutriz, Dick se quedó En el Seminario 1 14 , propuso "SV" -sujeto virtual- para nombrar
con ella en el consultorio "como si nada ... " (si bien parece un hecho insig- el correlato de la posición del sujeto, del otro lado del espejo plano. En
nificante, adviertan ahí el ojo de una analista). Algo más tarde se dio cuen- aquel entonces, proponía que, con el segundo engaño, el sujeto se cura-
ta de que este "como si nada" era radical. Dick no consideraba a Melanie ba del primero (el estadio del espejo): yo me creo que soy; introduciendo
Klein como una persona. Por ejemplo, en una ocasión, la tomó por el tacho al Otro, me curo de este engaño y paso a hacer de este engaño una vir-
de basura, sacando punta al lápiz y tirando la basura sobre ella. ¿cómo lo tualidad. En estos términos, el proceso terapéutico indicaba la dirección
explica Melanie Klein? En términos de que el niño nace con "mucha pul- de la cura. En la figura 2 de «Observaciones sobre el Informe de Daniel
sión de muerte" dentro de él, proyectada hacia afuera en grandes cantida- Lagache... » 15 , en lugar de "SV", escribe "SI" para dar cuenta de que lo
des. Desde allí, se plantea una nueva fuente de peligro porque teme nue- que cumple esa función es el Ideal. Por lo tanto, el proceso curativo ya
vos ataques de carácter retaliativo. no puede consistir en dirigirse hacia el Ideal -en eso consistió la crítica
Para Lacan, la explicación radica en un fallo en la posición del espejo al modelo de Platón-.
plano: se trata de que el Otro estaba mal posicionado, impidiendo, enton-
ces, que el niño fuera capturado por el engaño de la escena humana.
Reordenemos entonces nuestras ideas.
Ubicamos el primer engaño a nivel de las imágenes reales, imágenes

11
Les ruego que tomen nota de un problema existente en la versión española [Escritos 21
de las «Observaciones al Informe de Daniel Lagache: Psicoanálisis y estructura de la per-
sonalidad", porque allí escribieron i(a) que, en realidad, no se escribe. Es una catástro-
fe, porque no la hay, no hay i(a) en el mundo humano. Sólo hay i'(a) que se logra al po- 13
ner un espejo plano enfrentado al cóncavo. {A. E.}. Se hace aquí referencia al teorema propuesto por el matemático francés Jordan, en el
siglo XIX, básico y fundamental en topología, que reza así: Toda curva cerrada en el
~~1 caso Dick está publicado en Klein, Melanie (1983) [Obras Completas 21, La
1
'
plano, que no se cruza a sí misma, divide al plano en una parte interior y en otra exte-
importancia de la formación de símbolos en el desarrollo del yo ( 1930) Bs.As.: Paidós-
rior. {A. E.}.
Horml>. Lacan realiza un comentario de este caso a partir de su presentación del mo- 14
delo óptico on Ji:/ Seminario, Libro 1: Los Escritos Técnicos de /<'rl'ttd 11953-1954] (op. El "esquema do los duKoHpojoH" está en la página 191 de la edición castellana.
1'11. 'pp. l:\0 u 140). 1
~ J<:n Escrito112 (op. r•it., p. Hfí4).

a:t aa
de «neurosis de transferencia••. Para dicha gente, es necesario afirmar que
comparten su padecer con Otro; y si el partenaire del camino no se cura si-
multáneamente con él, este tampoco lo hace.
Si el analista está incluido en la neurosis, la propuesta es radical por-
que supone que debe curarse él mismo de su posición ante cada analizan-
te, para que el analizante también se cure -ya que "su neurosis" también
tiene "adentro" al analista. Por lo tanto, ni siquiera se puede decir que tal
persona tiene adentro una enfermedad. No existe más el enfermo; no existe
"él", no existo "yo" siquiera, porque paso a ser un término del conjunto de
términos que no puede ser entendido en espacio tridimensional alguno.
Esto es dificil de ser sostenido hasta en ellacanismo. A pesar de las en-
señanzas de Lacan, se tiende todo el tiempo hacia una clínica de la "res-
ponsabilidad del sujeto" y de la "rectificación subjetiva".
Wómo cambia de posición el analista en el transcurso de la cura? Ni si-
quiera tendría sentido plantear esta pregunta si seguimos trabajándo con
Figura 3 la idea de que el neurótico es el paciente. En tanto que analista forma par-
te de la neurosis y solamente cambiando su posición en el interjuego de los
La dirección de la cura en torno al Ideal es, indirectamente, la propues- elementos, la neurosis se cura.
ta de Lacan en los Seminarios 1 y 2; conceptualización que él mismo corri- Algunos comentadores de Lacan asociaron esta idea con situar la falta
gió, puesto que "neurotiza" más. ¿cuál es el movimiento imprescindible? del lado del analista. Escuchando ateneos, o en supervisiones, me he en-
El movimiento imprescindible es el que indica el siguiente modelo: acos- contrado muchísimas situaciones de este estilo: "Tenía un paciente, pero
tar el espejo plano, que representa al Otro en la experiencia analítica, que me olvidé de ir. Mejor que me olvidé de ir, porque así no me muestro com-
es el analista16 • pleto, estoy castrado" ... Aclarémoslo: nuestras propias torpezas no son «la
falta en el Otro••. Olvidarse, cobrar el doble, no ir, dejar al paciente planta-
La dirección de la cura implica un necesario cambio de la posición del do, etc. , nada de eso es un analista con "mucha falta".
analista en el transcurso del análisis. Porque si la posición de este no cam- Pero, entonces, ¿qué es la falla? A Lacan le costó mucho lograr una con-
bia, no se cura la neurosis. Nadie llegó a decirlo jamás, salvo Lacan. Por- ceptualización. Comenzó a elaborarla en el Seminario IX, y pudo anun-
que el analista está adentro de la neurosis, el analista no está afuera. To- ciarla en elll. Se peleó con todos, pero finalmente dijo que solamente se
dos los autores se dieron cuenta de que tenían que jugarse un poco con el practica vía el deseo del analista -y, aunque parezca mentira, acá hay una
paciente. Pero para eso no hacía falta Lacan: con Freud o Melanie Klein, notable inversión-.
con Bleger, Pichon Riviere, ya lo sabíamos. Lo que Lacan establece es que Si ustedes estudian cómo se concibe el deseo del analista como función,
para que la cura que el psicoanálisis provee pueda ser plena, debe cambiar observarán que se trata de separar 1 de a 17 • Lo explica de una manera muy
la posición real sustentada por el analista al comienzo del análisis, y no sencilla, muy económica, en dos letras, y en una dirección contraria a la an-
modificar el interior del analizante considerado como individuo. terior (recuerden que "SV" ocultaba "SI").
Con esto, Lacan realizó una maniobra genial-ausente en Freud- con- En los primeros seminarios, Lacan dirigía la cura contrariamente a como
sistente en decir que el término ••neurosis de transferencia•• no nombra a terminó concibiéndola diez años después. Puesto que en nuestro campo tra-
los neuróticos que son capaces de hacer transferencia, sino a sujetos que bajamos con el sujeto de la ciencia en el desarrollo de una práctica (un sim-
padecen de transferencia. Hay neurosis fóbicas, neurosis obsesivas, neuro- bólico que incide en lo real), el Ideal tiene mucho que ver con el saber. Con
sis histéricas y neurosis de transferencia. Para Lacan, el psicoanálisis como lo cual, la clave del asunto está, más que en mostrar la falta, en la política
tal, solamente es capaz de producir una cura plena para la gente aquejada del analista respecto de lo que sabe.

17
gsta línea, desarrolludu por· Lncan en la última clase del Seminario 11 -titulada "En ti
16
lbfcl. flg. a !p. 660). más que tú u-, 110 retonuu·¡\ 11111•l Complemento del presente v?lumen.

64 66
IV

CRÍTICA DE LA NOCIÓN DE
INCONSCIENTE

Abordaremos la articulación de la banda de Moebius, con uno de los


conceptos psicoanalíticos fundamentales: el inconsciente.
En primer lugar, será necesario que tratemos de establecer en qué
sentido utilizamos el concepto de «inconsciente» a los fines de su articu-
lación con la banda de Moebius. Si utilizamos "inconsciente" tal como
fue definido en la obra freudiana, sin hacer ciertas salvedades produci-
das por Lacan, la articulación va a ser imposible. Mi propuesta es cate-
górica: existe sólo una concepción del inconsciente articulable a la banda
de Moebius. Es por ello que dedicaremos buena parte de nuestro traba-
jo a definir qué entendemos por inconsciente en la enseñanza de Lacan.
Esto significa estudiar cómo leyó Lacan al inconsciente freudiano, para a
partir de allí descubrir por qué la banda de Moebius puede ser útil para
elaborar tal noción.
Respecto de la espacialidad supuesta al inconsciente, ¿cuál es la ver-
sión general de Freud? Que el inconsciente está adentro de cada persona
y que es proyectado hacia fuera.
N o obstante, es falso que el inconsciente esté adentro de alguien: aden-
tro, no hay nada. Y para poder establecerlo, hay que estudiar este pro-
blema -caso contrario, la topología de Lacan seguirá siendo incompren-
sible-. Es imposible explicar un inconsciente que esté adentro--es la pro-
puesta de Freud- mediante la topología de Lacan.
Les leo una breve cita de 1975, en la que se sitúa cómo Lacan lee el «re-
torno a Freud»:

"Conocen ustedes el esquema. [se refiere al esquema que está en el Proyec-


to de Freud]. Al comienzo está la Wahrnehmung -que en alemán sirve
para designar la percepción- y después algo pasa, hace progresos, hay di-
ferentes capas de Wahrnehmung, a continuación de lo cual está el UBW,
'-1 el inconsciente, y después el Vorbewusst, el preconciente, y de ahí eso pasa
a la conciencia, Bewusstsein Pues bien: he de decir que hasta cierto pun-
to yo he vuelto a armar lo que dice Freud. Si hablé de "retorno a Freud" es

67
para que nos convenzamos de cuán cojo es. Y me parece que la idea de sig- Las indicaciones técnicas también son susceptibles de ser leídas en este
\
nificante explica sin embargo cómo es que eso marcha" 1• sentido. Inicialmente, el llenado de lagunas mnésicas permite suponer al
inconsciente como un vasto contenido caracterizado por tener agujeros.
Lacan afirma que, sin introducir la noción de <<significante>>, los térmi- Así, la técnica psicoanalítica consistiría en rellenarlos. Con la introducción
nos de Freud son contradictorios. Les propongo que hagamos la crítica de del Ello, la técnica se modifica, en tanto no hay allí material como para ser
los supuestos de Freud, y que pasemos al sistema que se constituye con la rellenado. Para Freud, el foco de interés se desplaza desde el rellenado de
introducción del concepto de «significante>>, Una vez situados allí, podre- las lagunas Innésicas producidas por la represión, haci~j~,}'~llcción tera~
mos utilizar la banda de Moebius para pensar al inconsciente tal como se péutica negativa y el Superyó. Adviertan que nosotros nos hemos queda-
nos presenta en la práctica psicoanalítica1 • do con la idea de que lo crucial es la represión, pero Freud desplazó su in-
Lacan inscribió su enseñanza en la línea del «retorno a Freud>> para terés. A partir de la segunda tópica, pasan a ser mucho más determinan-
dar cuenta de los problemas que el sistema freudiano presentaba. Si ob- tes aquellos fenómenos que nos indican lap9sición s~bjetiva del an8liz~­
servamos los conceptos freudianos fundamentales, notaremos que Lacan ar
te con relaCíóii an8lista (comola reacción terapéutica negativa, la resis-
los transformó durante su enseñanza en otros conceptos: el «complejo de tencia y el Superyó).
Edipo>> pasó a ser «metáfora paterna>>, el «deseo incestuoso>> se convirtió ~n Lacan, el vaciamiento fue aun más radical. Debemos considerar, en
en «Deseo de la Madre», el «padre de la horda primitiva>> cedió su lugar al p~imer térmln~, que et;~: J?-ingun? de; sus moQ.~los, e~q\J,.~m~~-9,~~~~ e~~i~~ó ~
«Nombre-del-Padre»; la «represión», a la «resistencia» o «elisión»; lastó- la palabra ~~i!J:C!lnsc~:E~en. No ?'l?sti.Hl,te esta observación, eJciste acu~:r$io e,n
picas primera y segunda perdieron relevancia en favor de la tríada real, que ~r,g,&. ~~!.4E.?~~?~ !~..!~.~~.~~.?ració~ de Lacan que meJqr_responde a 1~
simbólico e imaginario; la ,,fantasía inconsciente» se transformó en la ,,fór- ~~!.r1u;1!!ra5:.i9n del inconsCien~e. Así pues, ~amo~.~ trt}b~j_~~?~~..!.~afo-_
mula del fantasma,., etc. Prim~!:JL9Q~~IT~"cjón~ en el grafo no está escrit? "in~onsciente . Toda
Si Lacan designó su recorrido como «retorno a Freud» es porque dio su enseñanza es un rechazo del inconsciente de Freud tal como se lo en-
un paso más al introducir en la lectura de Freud el problema del sentido, tendió.
intentando establecer hacia dónde tiende Freud en sus elaboraciones. Tal Dadas las dos cadenas del grafo del deseo, ¿dónde está el inconsciente?
sentido es perceptible en todos los giros de la teoría de este último, tanto Si aceptamos que la misma pregunta puede transformarse en ¿cuál es la
como en sus autocríticas. posición del inconsciente?, entonces es fácil concluir que el escrito que lle-
Sin duda, el pasaje de la primera a la segunda tópica fr~~dia~a muestra va por título «Posición del inconsciente» 11 aporte la respuesta a este pro-
un sentido. Yo lo leo como un "vaciamiento'~: el ii!,<;,()Q~~~~P.~~ pasa a ser u_n blema.
«Es», un "Eso", más que un conjunto de ~Q:p,tenid.o!>.t~Pri.miqqs. Es cierto Leeremos desde la página 817 de la edición castellana.
que en la segUnda tópica no desaparece "lo reprimido" pero, ¿acaso no es
evidente que el Ello queda como "lo fundamental" en la clínica freudial}a "Nuestro seminario no era "donde 'ello' habla", como llegó a decirse en
de la segunda tópica, en detrimento de los conten1dosrép:dmidos? broma [Se decía en París que el seminario de Lacan era donde "ello habla"
puesto que nadie entendía nada. Ni siquiera decían que Lacan hablaba,
Quisiera resaltar la que, a mi juicio, es la característica central del trabajo que Alfredo sino que "ello habla" -es interesante que Lacan incorpore un chiste para
Eidelsztein abordará a continuación, y que sitúa el espíritu de todo el capítulo. Sin este empezar a plantear el problema-]. Suscitaba el lugar desde donde "ello"
trabajo crítico sobre la noción de «inconsciente,, resultaría incomprensible la correlación podía hablar, abriendo más de un oído a escuchar lo que, por falta de reco-
que Lacan detectó entre tal concepto y la banda de Moebius. Nótese que, de ninguna ma- nocerlo, hubiera dejado pasar como indiferente" m.
nera, se ha denegado consistencia a otros posibles matices de la noción de «inconsciente».
Pero, por tratarse de un trabajo de articulación entre la clínica psicoanalítica y la topolo-
gía, otras nociones de «inconsciente» demostrarían su incapacidad para ser articuladas a Se hace aquí referencia al grafo construido por Jacques Lacan a lo largo de (1999) [El
la superficie de una banda de Moebius. Es en este sentido que toda la clase realiza una crí- Seminario, Lfpro 5J, Las Formaciones del lncons~jept~· Bs. As. : Editorial Paidós, y
tica (en sentido kantiano) de la noción en cuestión; vale decir, expone las condiciones de formalizado en [Escritos 2], Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente
posibilidad para la realización de la articulación, mediante un exhaustivo estudio del con- freudiano. Quisiera señalar que Alfredo Eidelsztein ha publicado en 1995 un libro que,jus-
cepto de «inconsciente». tamente,' lleva por título El grafo del deseo ( 1995, Ed. Manantial, Buenos Aires. Reedición
Ahora bien, la constante ignorancia por parte de los psicoanalistas contemporáneos de los de Letra Viva en 2005). En el capítulo tercero de aquella obra, Eidelsztein anticipa los de-
aportes topológicos introducidos por Lacan a lo largo de su enseñanza, así como las cons- sarrollos que seguirán, acerca de la producción del inconsciente por medio de la estructu-
tantes qu~a11 acerca de la dificultad que su uso plantea, ¿no serán consecuencia de la fal- ra del lenguaje.
ta do trah~u t~rlt.icn RObre los conceptos a ser articulados con las superficies topoló¡icus?

68 69
Lacan dice que "Ello podía hablar" porque en el seminario se abría "Pero las cosas son menos fáciles, porque es una entrada a la que nunca
el oído a la gente acerca de cosas que, sin el seminario, se hubieran de- se llega sino en el momento en que están cerrando (ese lugar no será nun-
jado pasar por indiferentes. Vale decir que el seminario cambiaba la es- ca turístico), y porque el único medio para que se entreabra es llamar des-
cucha del público. "Ello habla". Lacan dice: "Porque yo les enseñé a escu- de el interior"VI.
char otra cosa".
Sigue un ejemplo clínico: El problema es que cuando uno llega, siempre se está cerrando la en-
trada.
"Y es verdad que al subrayarlo ingenuamente por el hecho de que era esa Se incluye una dimensión problemática, que es temporal. Y, por otra
misma noche a menos que fuese justamente la víspera cuando lo había en- parte, dice que hay que llamar desde el interior. 4
contrado en la sesión de un paciente, tal auditor nos maravillaba de que Hay un chiste sobre los psicoanalistas construido a partir de una pre-
hubiese sido, hasta el punto de hacerse textual, lo que habíamos dicho en gunta: ¿cuántos psicoanalistas hacen falta para cambiar una lamparita?
nuestro seminario" n: Sólo uno, pero la lamparita tiene que querer cambiar... Es un buen chis-
te porque juega con el significante del "cambio". El chiste está indicando
Con su estilo algo complicado, Lacan habla de la sorpresa de que testi- un problema, saber, que el psicoanálisis es absolutamente estéril si no hay
moniaba uno de sus oyentes, analista también, cuando a la noche siguien- un sujeto humano hablante dispuesto a adoptar una posición determina-
te a la clase del seminario (Lacan daba siempre los seminarios al mediodía; da. Con lo cual, observen que nosotros no trabajamos sino sobre una posi-
con lo cual, unas ocho horas más tarde -o aun algo más increíble: justo el ción; y si esa posición no se verifica, el psicoanálisis es inútil.
día anterior a la clase-), en una sesión con un paciente, había encontrado Lacan propone que el lugar desde donde "Ello habla" es la entrada,
casi literalmente aquello que Lacan acababa de afirmar. pero dicha entrada supone un problema temporal: cuando uno llega, está
cerrándose, y su apertura exige ser demandada desde adentro.
El siguiente párrafo empieza así:
"Esto no es insoluble, si el sésamo del inconsciente es tener efecto de pala-
"El lugar en cuestión es la entrada de la caverna respecto de la cual es sa- bra, ser estructura de lenguaje, pero exige del analista que retome el tema
bido que Platón nos guía hacia la salida, mientras que puede uno ilnagi- del modo de su cierre". 5
nar ver entrar en ella al psicoanalista" ~
La situación descripta para entrar en la caverna no es insoluble, pues-
Recordarán que en la caverna había que ir hacia la luz, o sea, hacia fue- to que es sensible a la palabra y tiene la estructura del lenguaje.
ra. En el escrito, afirma poder imaginarse que el analista entre a la caver-
na -sería la famosa "psicología de las profundidades"-. Lacan siempre re- "Hiancia [béance/, latido, una alternancia de succión para seguir ciertas
chazó la lógica ep jlJ,:ego en la "psicología de las profundid.~4'~§·:~A~­
do que se designe así al psicóan~lisis sólo con respe.c:_to a lasy.P..~t.fll:i~Hda5i Dada la presión que siento hacia mi forma de leer el psicoanálisis entre los psicoanalis-
de las otr~s psicologílils (sin duda, se trataba de un chiste). 3 tas lacanianos, me he abocado a estudiar el budismo zen. Fue así que ffi!l.encontré con
¿cuál es ese lugar donde es suscitado el "ello" a hablar? La entrada, el lu- D. T. Suzuki, quien conocía profundamente la filosofía occidental. El texto que citaré a
gar en cuestión es la entrada de la caverna, y no el interior -aunque uno se continuación proviene de unas conferencias que dictó en Occidente y que fueron publi-
cadas bajo el título de Budismo Zen (1ª ed. ) (1993), Buenos Aires, Editorial Kairós. En
imagine al analista entrando a la caverna. Según Platón, hay que salir para
su página 'iO, dice: "De lo dicho se puede, pues, deducir que el Zen es una forma de auto-
volver a entrar. Aquí, en el comentario de Lacan, está muy puntualizado el conciencia. La pregunta que ahora se plantea es: ¿qué es este algo que debe ser añadido o
movimiento hacia la luz, pero no olvidemos que para Platón no hay que de- descubierto por la conciencia?[ ... ] A este descubrimiento espiritual lo llamo autoconcien-
jar que la gente quede en un cierto iluminismo: se trata siempre de volver. cia. No por muchas explicaciones se podrá llegar más fácilmente a esta autoconciencia.
Es ella la que se revela as( misma desde las profundidades de la conciencia. No se abri-
rá la puerta por más insistentemente qúe se le golpee desde afuera; por sí misma se abri-
rá desde el interior". Curiosamente, se trata del mismo modelo {A. E. }.
"Freud inauguró la psicología extrañamente reconocida como la de las profundidades,
Lacan, Jacques, Escritos 2, Posición del inconsciente, loe. cit. He optado por la corrección
.~ineluda en razón. del alcance completamente superficial de aquPllo a lo que venfa a re·
de Maree lo Pasternac, en 12.36 errores, erratas, omisiones y discrepancias en los Escritos
emplazar'" ·-afirmu Lucan en su escrito "Introducción teórica a la.~ funciones dPl psicoa-
nálisis t•ll crimillolog(a .. de 1950 (en Escritos 1, op. cit., p. 121 ). de Lacan en pspml.o/ (2000), Buenos Aires, Oficio Analítico (p. 345), entrada 1092 desta-
cudn con 11ubrayudo nuc•nt.rnl.

70 71
indicaciones de Freud, de esto es de lo que tenemos que dar cuenta, y con Aquí se afirma explícitamente que no hay nada adentro. El inconsciente
ese fin hemos procedido a fundarlo en una topología "Vi1• no es ningún dentro: ni adentro del cuerpo, ni adentro de él hay nada.
Avancemos sobre la idea de un borde. Intuitivamente podemos hacer-
En francés, Lacan emplea el término béance, y el traductor eligió nos la idea de lo que es un borde. Dijimos que ese borde tiene, por estruc-
"hiancia" -como es regular en la traducción al castellano-. Pero "hian- tura espacial, una combinatoria de letras. ¿cómo lo escribiríamos? Así: {a,
cia" es un neologismo que existe sólo para traducir el béance de Lacan b, e, d, e, b, f... }. Podríamos graficarlo de la siguiente manera:
que, en francés, remite a una apertura articulada a la sorpresa. Béant es
alguien sorprendido, y al estado de sorpresa se lo designa mediante un
"boquiabierto"; por lo que béance se articula muchísimo a la boca abier-
ta de la sorpresa. Por lo tanto, la apertura de esta caverna es articulable
/d\
~./·
a la boca abierta de la sorpresa. E introduciendo ya alguna idea topoló-

~
gica, hago notar que en el mundo humano existe la inversión moebiana
de esa boca abierta de la sorpresa: el bostezo, un modo de apertura de la f
a
boca que es justo lo contrario de la sorpresa. Yo hubiese preferido cual-
quier traducción más vinculada al estado de sorpresa, al boquiabierto, Obtenemos, así, un borde concebido con una estructura espacial combi-
en vez de este neologismo. natoria. A todos nos ha pasado que, alguna vez, nuestro argumento mental
Retomemos el texto, porque a continuación Lacan habla de un "lati- nos condujo a pensar en un círculo, dejándonos allí detenidos: -Esto, lue-
do, una alternancia de succión para seguir ciertas indicaciones de Freud". go lo otro, luego lo otro, y luego de vuelta en el punto de partida y, ichau!-
¿Qué significa alternancia de succión? O sea, que cada tanto "algo absor- ¿Qué hiciste?-Nada, me quedé trabado ahí, y no rendí el examen. ¿Notan
be", "algo chupa". Habría que ver si "chupa" en el sentido de la zona eró- que está presente la cuestión espacial en la metáfora utilizada ("me quedé
gena oral vinculada al objeto tapón -el chupete-, o si algo succiona y traga. ahí"), para dar cuenta de la posición subjetiva que implica un cierre? Este
¿Qué hay de Freud relacionado con esto? ¿cómo establecemos el nexo? cierre tiene una estructura de combinatoria: un texto con palabras o fra-
En la primera tópica, la lógica de la represión exige dos fuerzas: una _que ses, pero sin nada adentro, porque solamente lo que nos interesa es el re-
empuja (la que estrictamente hablando es "represiva") y otra muy rara, corrido mismo -no se trata de nada contenido en él-.
que es la que chupa. La necesidad lógica de justificar la existencia de una "Demuestra también el núcleo de un tiempo reversivo, muy necesario de
fuerza que chupa es la que llevó a Freud a introducir el concepto de «re- introducir en toda eficacia del discurso; bastante sensible ya en la retroac-
presión primaria». ción, sobre la que insistimos desde hace mucho tiempo, del efecto de senti-
En el Caso Dora, ¿de dónde venía lo represivo? Del grupo social y fa- do en la frase, el cual exige para cerrar su círculo su última palabra1x. [En
miliar. ¿Para qué se decía "la loca es ella"? Para poder seguir, todos los nuestro caso sería 'b']".
demás, en su juego de intercambio. La represión social era allí muy evi-
dente. Este matiz está claro, el asunto es eso que chupa. La topología vie- El cierre no se produce si no es articulando este borde -cuya espacia-
ne a dar cuenta de eso que chupa. lidad es combinatoria- con un supuesto temporal: para establecerlo hace
falta la retroacción. Queda claro, a partir de esta idea, por qué la entrada
"La estructura de lo que se cierra se inscribe en efecto en una geometría estaba cerrando cuando uno llega. El inconsciente supone que, cuando se
donde el espacio se reduce a una combinatoria: es propiamente lo que se establece la retroacción, eso ya pasó. Siempre, allí, llegamos tarde.
llama un "borde". Disponemos de una frase que, a modo de cierre, condensó la posición
Si se le estudia formalmente, en las consecuencias de la irreductibilidad de de Lacan respecto del inconsciente. Es muy conocida, pero quizás nunca
su corte, se podrán reordenar en él algunas funciones, entre estética y lógi- la habían articulado a este problema que hoy estamos estudiando6 •
ca, de las más interesantes.
Se da uno cuenta de que es el cierre del inconsciente el que da la clave de 6
La clase en la que Lacan enuncia dicha frase es la segunda del Seminario 20, que fue ti-
su espacio, .Y concretamente de la impropiedad que hay en hacer de él un tulada por Jacques-Alain Miller: «A Jakobson". En aquella oportunidad, Lacan contó que
dentro "vm. habían escuchado, la noche anterior, a Roman Jakobson y que por respeto hacia él -úni-
co lingüista que daba cródito a su trabajo, probablemente por una cuestión de afecto per-
sonal- concederla llamur ni quehacer de los analistas con la ~engua, lingüister(a.

7'J 73
"Que se diga queda olvidado tras lo que se dice en lo que se escucha cité; y, EarEi.nªQ.a, en las elaboraciones específicas hechas por Freud para
[entendre]"x. dar cuenta del incoñsci'ente cómo'sederde las puls:lones. ' '•
Como les d~jet la primera de.Jas do~. conferencias se llaii1.1i <<QQPcDJ,lJ.t~;
Les ruego que tomen en cuenta que, en francés, entendre se utiliza para dores._y_o~r~~"~l!~t!!.!:I!!.~•.29E~'· Vamos a ver que _todo el tiempo traba-
"escuchar" (así fue traducido en el seminario), tanto como para "enten-
jB!:,~os con ~~s~~~S!.'!lt.~..9,c;>bles del!~I.l:~-~je,:..se tratará de dos dupi~.
der". De manera que una traducción alternativa podría ser: Que se diga Ácc~Q~l,'~~.!~!.!l~-~~§.t:ructura c~ateriJ:l!!Ia.z presente en todos los esque-
queda olvidado tras lo que se dice en lo que se entiende.
mas de Lacan.
La frase propone una teoría del olvido: que se diga, queda olvidado, y
no es por represión de nadie, sino como producto de la estructura misma "Un mensaje transmitido por un destinador tiene que ser debidamente per-
del lenguaje. cibido por el destinatario. Todo mensaje tiene que ser codificado por el des-
Asimismo, lqué es lo que se olvida? N o se trata de un contenido, sino tinador y descodificado por el destinatario. Cuanto más. bien capte el des-
del "que se diga". tinatario el código empleado por el destinador, tanto mayor será la canti-
¿Dónde podríamos establecer el origen de esta frase? lAcaso en la prác- dad de información conseguida. Lo mismo el mensaje (M), que su códi-
tica psicoanalítica? ¿Acaso en los problemas que estudia la lingüística? go subyacente (C), son vehículos de comunicación lingüística, pero los dos
"Que se diga queda olvidado tras lo que se dice en lo que se escucha/ funcionan de manera doble; a la vez que pueden ser utilizados pueden ser
entiende" es un problema lingüístico. Podríamos ir a cualquier lugar del referidos "x11•
mundo y aplicarlo sin tomar en cuenta la estructura clínica de nadie (aun-
que es cierto que si se tratara de un niño o de un esquizofrénico quizás no Entonces, l.os compone!!tes SS?Il dos (có~ig? l.~en~~~~-X cada"'!?".? de
se produciría el olvido). Pero, para los adultos normales de cualquier cul-
tura, esto se produce porque es una propiedad del lenguaje.
1
~ ~:~:ri~~~t:_tr:;e~~:e;:~~~~ª4~i~.-~i~(~~~~:l:!hi;:-i!ji~!~
He retomado esta idea, porque .9EJ.siet:ª cie~;an:ollar..h~y, con ustedes, lli. , portante en lógica: se trata
..
del "uso" y la ,¡menci~n".
...,..w.,,.,..,~·.• >... -''"*'!o"""llf'I'·Ml\ll·•_.¡'l">.o'""''.. •''' ,..,.,,,,...., ""'""'"' ""•' ,.,. ....... "~'......,

estruc,!~r~.. ~sp~~!~eB: del.il}.S.9nsci_~I!-t;;,E~ -


Las.~1Cyjac.10nes ~.ara desplegar ~~ta id.ea .e~tán present~-~-~p_la obr~ ~ utilizado (Mu)
de_J~~- Se trata de do~--~~sr!ll>s fundamentales que están publicados
como dos capítulos de un artículo -aunque originalmente fueron conferen-
cias-. El artículo se llama «Los conmutadores, !as categorías ver:.9.a{esy~ej
Mensaje (M)
-----.. referido(Mr)

verbo ruso,x1• El primer capítulo desarrolla los «Conmutadores y otras es- utilizado (Cu)
tructuras-dobles»; ~_gy-~o lleva por título ,,Tentativa de clasificación
de las. ~~~:~2~!.~-~l;>.W~» (estos son los que más nos interesan); los dos
Código (C) ~
capítulos siguientes fueron agregados especialmente para su publicación ----._..referido (Cr)
y tratan acerca del <<Verbo ruso».
J&.Piilll~m.l qeJ~s~os conferenc~~s cuya sinopsis coincide con el capítu-
lo uno del escrito,l1~Y(u~QI.1í1WQ..2ri¡¡d.¡¡,fll «Overlapping o[cqrk,_r¡,asJ.w~s~­ ·~sí, el mensaje puede referirse al código o a otro mensaje, del mismo modo
ge(n(q'f,:gY,~». Que:dappillg es en castellano "tr~s!l:l.:U.o" o "~~~~¡y:_:. Se 7
que, por otra parte, el significado general de una unidad del código impli-
ve en ciertas partes de la ropa respecto de otra, como ser la solapa. Tam- cará una referencia (renvoi) al código o al mensaje. Por consiguiente se im-
bién en el modo de colocar las tejas, puesto que se colocan solapadas. Exis- pone distinguir cuatro tipos dobles: (1) dos tipos de circularidad -el men-
te otro uso de "solapar" en el sentido de algo escondido: "solapadamente, saje remite al mensaje (M 1M) y el código remite al código (C 1 C); (2) dos
el ministro tomó la carta". Pero solapar es, básic~mente, .§1!-R~U~~¡¡,r­ tipos de recubrimiento (overlapping) -el mensaje remite al código (M 1 C),
y el código remite al mensaje (C / M)"XI11•
cialmente una cosa..cou otra.
Intentaré demostrar que ~~-~~~tr,uctuEa cll:lli,tlJf~ ~el deseo, toda ella, y
Vamos a trabajar un ejemplo de cada caso, a los fines de seguir las ideas
punto por punto, se arma a partir de las dos conferencias de j akobsQn que
' ' .,,. • ltf'f":" ,,, .. ~ ,. ¡ • Te
que propone Jakobson en el texto. Abordaremos los casos de circularidad,
Cf. capitulo 111, n. 8 del presente volumen. que son aquellos en los que cada nivel remite a sí mismo.

74 76
Primer caso, en el que el "mensaje remite al mensaje" (M 1M). Por ejemplo, en "tal idioma", "tal palabra" quiere decir tal cosa. Cuan-
do se explica una palabr~, se está produciendo .un tipo de overlappinp por-
"Un discurso citado es un discurso en el interior de un discurso, un mensaje que el mensaje se refiere al código.
en el interior de un mensaje y, al mismo tiempo, un discurso acerca del dis- Finalmente, el caso más interesante de overlapping, que es el cuarto .. •·
curso, un mensaje acerca del mensaje... "XW:
En él, el "código remite al mensaje" (C 1M).
Un ejemplo clásico: tú me has dicho que hoy es un día lluvioso, pero eso "Todo código lingüístico contiene una clase especial de unidades grama-
es mentira. En el "tú me has dicho", puedo poner entre comillas el texto. ticale~ que Jespersen bautizó con el nombre de conmutadores (shifters): la
Se convertiría así en un mensaje acerca del cual yo estoy produciendo otro. significación general de un conmutador no puede definirse sin hacer refe-
Tenemos aquí un mensaje sobre el mensaje. rencia o remitir al mensaje••xvm.
En el segundo caso el "código remite al código" CC 1 C). Así lo explica Lacan propone invertir la lógica que• por lo general, se aplica al proce- •
Jakobson:
so comunicativo, y afirma que la verdadera lógica que se verifica en la clí-
nicapsicoanalítica es "mensaje que remite al código". De esta manera, el
"Los nombres propios, que en su "discutido ensayo" Gardiner califica de un
mensaJe queda en los círculos situados del lado izquierdo del grafo; mien-
problema muy arduo de la teoría lingüística, ocupan un lugar particular en
nuestro código lingüístico: la significación general de un nombre propio no
tras que el código, en los de la parte derecha. Esta inversión supone ins-
puede definirse sin referencia al código. En el código del inglés, Jerry sig- cribir algo que p~ece una locura: es como si uno se dirigiera directamen-
nifica una persona llamada Jerry. La circularidad es patente... "XV te al código, al Otro, y, desde allí, se lo recibiera como mensaje, pero sien-
do un mensaje del Otro.
En este párrafo y el siguiente están citados Gardiner y Bertrand Russell. De esta manera, obtenemos la estructura que subyace al grafo del deseo:
Ambos son las dos autoridades a las que Lacan recurre a la hora de discutir
el problema del «nombre propio». Jakobson prosigue algo más adelante,
diciendo:

"Parafraseando a Bertrand Russell diríamos que hay muchos perros lla-


mados Fido, pero sin que compartan una supuesta propiedad que sería la
«fididad» "XVI.

Cada vez que se pronuncia un nombre proRio dentro de una frase, se


trata de un caso de circularidq,d porque un nombre propio tan sólo indica
un lugar en el código. ¿ne qué lugar se trata? El de ese nombre propio, ya Lacan ubica las palabras "código" y "mensaje" en los grafos uno y dm¡;
que no se lo puede indicar (al nombre propio) de ninguna otra manera. Es las comenta y las critica. El código no es un verdadero código, es el Otro -
a partir de esta forma de conceptualizar el nombre propio, que Lacan afir- entre "tesoro" y "batería significante". Acerca del mensaje, afirma que no
mará que lo caracteriza el ser intraducible. Por ello es falso que Guiller- se trata de tal, sino que le da valor de <<Significado del Otro>>. ·
mo sea la traducción de William, si bien es uña práctica habitual, puesto Para colmo, entre el grafo tres y el grafo cuatr.o, Lacan definió a la pul-
que estaríamos quebrando la ley del lenguaje que propone, para los nom- sión como «tesoro del significante>>. Y si definió a lo que encierra el círculo
bres propios, circularidad consigo mismo. inferior derecho como «tesoro del significante>>, entonces lo que está ence-
Siguen ahora los casos de overlapping. rrado en el círculo superior derecho también será «tesoro del significan-
El primer caso, supone que el "mensaje remite al código" CM 1C). te>>; por lo tanto, aquello encerrado por el círculo superior izquierdo ubica-
rá el cierre de toda significación: mensaje inconsciente por medio del sig-
"Un mensaje que remite al código se llama en lógica un modo de discurso nificante del Otro barrado.
autónimo [... 1 Toda interpretación explicativa de palabras y oraciones[... ] Lacan escribe así el grafo, operando con los términos establecidos por
es un mensaje que remite al código "XV11• Jakobson: <:Qmo mínimo, dos dupla~. Es, entonces, como si dijéramos: hay

78 77
al menos dos códigos y dos mensajes interrelacionados. Hasta aquí, los con- nos a darle valor al hecho de la enunciación, por ejemplo, en casos don-
tenidos de la primera conferencia. de hacía falta decirle algo al padre, a la madre, al tío, al jefe, a la novia, a
El siguiente capítuloXIx se llama: «Tentativa de calificación de las cate- la mujer, al marido, o al hijo. Son aquéllas situaciones en las que alguien
gorías verbales>>xx. Allí, Jakobson afirma: se pregunta: "¿Qué valor tiene decirlo?, ¿para qué se lo voy a decir, sito-
tal ... ?".
"Para clasificar las categorías verbales en dos grupos hay que tener en cuen- Porque justamente muchos seres hablantes tienen miedo de decir algo,
ta dos distinciones básicas: creen que está salvado el problema si mandan un correo electrónico. ¿Qué
(1) el discurso en sí (d), y su temática, la materia relatada (r) ... "XXI se acentúa en estos casos? El contenido. Mientras el otro reciba el conte-
nido, se cree salvado el problema de la comunicación. Pero en psicoanáli-
Si recordamos la fórmula de Lacan «que se diga queda olvidado tras lo sis hemos verificado que es mucho más importante que el analista esté allí
que se dice en lo que se escucha/entiende», observaremos su cercanía a la (para decirlo, pensarlo, enunciarlo), que el coñtenido mismo. ¿Acaso a ve-
idea de Jakobson de diferenciar el hecho discursiyo y lo que se cuenta, la ces la mejor interpretación no consiste en repetir algunas palabras del ana-
materia relatada. Esta diferencia, contémosla como el primer término, y lizante, ya dichas como contenido? ¿Qué ha variado ahí? La enunciación.
van a ver que llegaremos, nuevamente, a una estructura cuatripartita. Un analizante podría afirmar: "Ahora que lo decís vos, es otra cosa".
La enunciación queda muy velada en la estructura del decir. Sin em-
(2) el hecho en sí (H), y cualquiera y cada uno de sus participantes (P), ya bargo, existen seres hablantes posicionados de tal manera que son capa-
"activo", ya 'pasivo"' xxn. ces de ser influenciados a partir de que alguien ocupe un lugar desde don-
de se señale algo. Hay otros que no, que no les importa que cualquiera les
Tenemos el "hecho discursivq:'.(Hd) y el "hecho relatado" (Hrl. diga cualquier cosa ...
Por otro lado, está el "participante del hecho discursivo~' (Pd) y el "par- El psicoanálisis no supone la existencia de ningún lugar que sea el in-
ticipante del hecho relatado" (Pr). consciente, no lo hay. Tan sólo aprovecha la estructura del lenguaje que
implica todo el tiempo, por estructura, la doble escena: uno puede estar
':Así los designadores como los conectadores pueden caracterizar al hecho hablando o puede estar citando, uno puede estar hablando de sí, o de otro,
relatado (proces de l'énoncé)B y/o a sus participantes remitiendo o no al he- pero no puede dejar de advenir el sujeto. Justamente, por su estructura
cho discursivo (proces de l 'énonciation)9••• " XXIIl doble, podríamos situar el entre-líneas como la mejor forma de decir la ver-
dad. No se trata del aparato psíquico, se trata de la estructura del lengua-
Se advierte claramente cuál es el origen de las nociones de «enuncia- je -es ella la que habilita las entrelíneas-.
do» y «enunciación»: provienen de la lingüística, y no de la teoría freudia- Una vez que la estructura del lenguaje habilita el entre-líneas, hay su-
na. Se trata del inconsciente estructurado como un lenguaje. jetos que nos posicionamos de tal manera que somos influenciables por
A partir de situar con cuatro elementos la diferencia entre enuncia- una maniobra con relación a ese entre-líneas; por ejemplo, que alguien lo
do y enunciación, es evidente que la diferencia clínica fundameqtal en- lea, un analista. Nosotros somos capaces de ir a ver a una persona y pa-
tre sujeto del enunciado y sujeto de la enunciación proviene de la estruc- garle honorarios, para que lea en el entre-líneas; y somos fuertemente in-
tura del lenguaje~ establecida y diagnosticada como tal por Roman Jakob- fluenciables por su lectura del entre-líneas. Esas entrelíneas son estruc-
son en el año 1950 (año en que lo publicó por primera vez). Lacan comen- turales al lenguaje, pero solamente unos pocos sujetos estamos posiciona-
zó a incorporarlo tres o cuatro años más tarde, tal vez el tiempo que de- dos de tal manera que somos sensibles a esa maniobra.
moró en articularlo. No existe ninguna estructura de ningún aparato psíquico, no hay na-
Si es que hay algo inconsciente en este planteo, ¿qué sería lo incons- die que tenga adentro un Superyó, ni nada de eso. Lo que hay es una es-
ciente? ¿solamente el sujeto de la enunciació:p.? Cuidado, porque también tructura fundamental del lenguaje, si bien aún no queda claro si es para
podría ser el hecho de la enunciación. todos los lenguajes. Lacan decía que no había inconsciente para los japo-
Seguramente, habrán notado cuán resistentes somos los sujetos huma- neses, y no se trató de un chiste. No conozco el idioma japonés, pero pare-
ce que no es apto para la existencia de una estructura así. Se dan cuenta
e Proceso del enunciado. de que no tiene nada que ver con el Padre, el complejo de Edipo, o de cómo
Q
Proceao de la enunciación.

78 79
son criados los chicos japoneses. Si bien no estoy capacitado para explicar es de sincronía (estoy suponiendo una vinculación diacrónica de un par,
con profundidad el funcionamiento de los ideogramas en la lengua japo- en relación sincrónica con otro par, a su vez vinculado diacrónicamente).
nesa (lo que supondría, por lo demás, todo un problema respecto de lo que La posición subjetiva requerida para un analizante es que el sujeto auto-
conocemos como la instancia de la letra). Igualmente, lo utilizo como ar- rice que se haga tal articulación sincrónica.
gumento para transmitir que el inconsciente no es una propiedad de las
~
personas neuróticas.

( ~)
Lo que Freud descubrió fue que unas cuantas mujeres le decían que no s~2 ~
.....-- ...---
recordaban si las vivencias sexuales (haber sido seducidas de niñas) les ha- SI____,.s2
bían ocurrido o no. También se les presentaban como confusos los agentes ó ____,.s2
SI
de tales escenas: podría haber sido el padre, o tal vez un vecino, o un pa- SI S2 ~
riente no tan cercano. Tampoco ubicaban exactamente la fecha en que las ~
situaciones habían ocurrido. Esa fue la clínica de la laguna mnésica. Pero
observen que esto no es la verificación de la existencia de un aparato agu- Estos esquemas permiten visualizar la propuesta de Lacan sobre el
jereado, sino una forma de hablar. Lo increíble para Freud, quien estaba inconsciente: cuando este se cierra -en forma de bucle-, o sea, cuando se
habitado a esa altura por un espíritu científico, era que varias mujeres le establecen las articulaciones, es que se abre; esto es, que puede ser leí-
dijeran lo mismo. Así fue que pudo sancionar un hecho. Pero no se trata- do. En general, se entendió al revée: se pensó que él afirmaba que el in-
ba de una propiedad de las mujeres, ni de ningún aparato psíquico, sino consciente se abría, escupía algo hacia fuera, y luego se cerra\:)a. Esta s'e-
de una posición respecto de la estructura del lenguaje. gunda concepción del inconsciente se sostiene en la dimensión tempo-
Nuestro siguiente paso hacia la articulación que les propongo para hoy ral, mientras que la primera se afirmaba sobre la dimensión espacial. Si
supone introducir la siguiente idea: para que clínicamente "algo" pueda el inconsciente no se articula en la dimensión espacial, mal podría ser
ser tipificado de inconsciente, no tiene que ser necesariamente ni un chis- concebido sobre la base de las superficies topológicas. Ambas concepcio-
te, ni un síntoma, ni un lapsus, ni un sueño. Existen casos en los que sue- nes del inconsciente pulsátil son propuestas por Lacan en el Seminario
ños, lapsus, chistes y síntomas no son formaciones del inconsciente. 11, pero la que queda afirmada y mantenida en el escrito «Posición del
¿Cuándo algo es una formación del inconsciente en sentido Clínico? inconsciente» es la que les propongo sostener.
Cuando su estructura es doble y es situada por un sujeto }}umano hablan- Dado este modelo, no se puede decir dónde queda el inconsciente. Ha-
te en referencia a otra estructura doble. bría que establecer, respecto de estas dos duplas, qué dice el paciente sus-
En el marco de la enseñanza de Lacan, la relación entre S 1 - S 2 es una ceptible de ser localizado en la línea superior, y qué en la inferior. Hace falta
estructura doble. La primera condición para situar al inconsciente exige establecer, en cada caso, cuál es la otra escena respecto de cualquier relato
que el hecho relatado tenga una estructura doble. Esa estructura doble del paciente. Y tengan en cuenta que, al decir esto, estoy abriendo la posi-
puede contener dos palabras, dos frases, dos discursos. Nuestra posición bilidad de que la otra escena sea la de la vigilia respecto del sueño. Uno po-
clínica exige que, cada vez que advenga algo de la índole del uno, debemos dría estar siempre durmiendo en su soñar, y el despertar producirse en la
buscar que eso repita en otro -que llamaremos dos, no perdamos de vista vigilia. ¿Por qué necesariamente el despertar tendría que praducirse en el
que la estructura debe.ser doble-. Pero si el texto de un paciente dijera: "A sueño? En el Seminario 11 xxlv, Lacan trabaja el inconsciente como "apertu-
mí me pasa esto cuando sucede esto otro", no sería suficiente. Haría falta ra y cierre". Lo vincula muchísimo al despertar, y da un ejemplo propio: él
al menos otro texto doble para establecer su valor referencial. estaba durmiendo en Bélgica antes de una conferencia y fue knocked (gol-
Respecto de esta cuestión, Lacan introduce el problema del tiempo dia- peaban a la puerta para que se levantara). Él introdujo al golpe en el sue-
crónico al afirmar que para saber lo que es "primero", hace falta que el ño. Nosotros creemos que la verdad del inconsciente se abre en el sueño, y
"segundo" venga a decírnoslo. Fuera de esa clínica, los psicoanalistas no Lacan no lo localizó allí sino en el cambio de escena, en el despertar. Es allí
podemos decir nada. donde se verifica claramente que se trata de dos escenas.
El inconsciente adviene cuando esta estructura doble es sometida a un Repito: el inconsciente, según Lacan, es una estructura fundamental de
vínculo con otra estructura doble. Es así que necesitamos dos pares. Cuan: dos escenas., producida por la estructura del lenguaje. Es una propiedad del
do el segundo par se articula con el anterior, la relación temporal en juego lenguaje el que se produzca la diferencia entre enunciado y enunciación,

8()
81
entendidos como dos elementos dobles. El inconsciente es la otra escena,
pero no se puede saber cuál es "la otra", hasta no establecer la "otra" res-
pecto de qué. De la misma forma, para decir que algo es un síntoma, tie-
ne que estar tensado en esta estructura. Por fuera de esta estructura, no
hay manera de saber si algo es o no un síntoma.
Si un analizante es capaz de referenciar una escena a otra, se habilita
la transferencia. Para que haya transferencia, que es la estructura misma
del dispositivo necesaria para que advenga el inconsciente, tiene que re-
producirse la estructura entera. Con lo cual cada escena tiene que ser re-
ferenciada a otra. En tanto la posición del sujeto habilita a que la dupla Es allí cuando se abre la posibilidad de que Eso diga algo nuevo e in-
que constituye con el analista sea referenciada a otra, puede reproducirse esperado. ·
en el vínculo analítico, por ejemplo, la relación con su padre. Si están dispuestos a trabajar con esta noción de inconsciente, enton-
Es fundamental tener claro que no alcanza con que se establezca la du- ces, en nuestro próximo encuentro, abordaremos su ·articulación con la
pla fundamental S 1- 8 2 (que podría leerse como tomar al otro como Otro), banda de Moebius.
porque para poder tomar a alguien como analista, hace falta considerarlo
como Otro de lo que es ..S 1- 8 2 no alcanza para constituir la transferencia,
porque para que se habilite la transferencia el sujeto tiene que ser sensi-
ble a un dispositivo que refiera dos a otros cJ.os: él con su papá, él con el
jefe, su hermana y la tía, etc.
Con estos últimos párrafos justifico el cambio operado por Lacan en el
concepto de <<neurosis de transferencia>>. Para Freud, «neurosis de trans-
ferencia>> define a los neuróticos en la medida en que son capaces de ha-
cer transferencia. Para Lacan, son las personas que padecen de transfe-
rencia, que tienen tal vocación.
Y, fundamentalmente, no estoy descalificando la noción de repetición del
clisé a condición de dejar en claro que se trata siempre de estructuras dua-
les referenciadas. En nuestra reunión de hoy tuvieron muchos nombres:
"código" y "mensaje", "destinatario" y "destinador", a la izquierda y a la
derecha. Siempre tienen que ser dos. De esos dos, nuestro sujeto siempre
es uno; nunca es el Otro porque aunque él sea el Otro de alguien, si abre
alguna pregunta por su posición -aunque parezca mentira-, se invierte.
«Inconsciente>> es la hiancia que se abre en el sistema cuatripartito;
es lo que se abre cuando, topológicamente hablando, se cierra. Cuando se
abre, se advierte que son dos duplas; cuando se cierra, una. Trabajaremos,
pues, con esta noción de inconsciente totalmente vaciado. No hay en él ni
complejo de castración, ni complejo de Edipo, ni complejo de masculini-
dad, ni huellas mnémicas, ni significantes reprimidos, ni significadQs ... O
sea, cuando como consecuencia de una lectura se, produce un cierre de la
índole del borde combinatorio antes propuesto:

H2 83
Bibliografia
A. A. V. V. (1981) [Ornicar? 3], Apertura de la sección clínica (p. 40). Barcelona: Ediciones V
Petrel. [Los remarcados en letra gruesa no son nuestros].
11
Lacan Jaques (1992) [Escritos 2], Posición del inconsciente (pp. 808-829). Bs.As. : Siglo
Veintiuno Editores.
ACERCA DE LA BANDA DE MOEBIUS
IJI ]bid. (p. 817).
IV Jbid.
V Jbfd. '~
VI Jbfd. ]
t
~
Vll Jbfd.
VIII

IX
]bid.
Jbfd. (pp. 817 y 818). 1 La reunión de hoy estará dedicada al tema de la banda de Moebius (ob-
viamente, a partir de las articulaciones que realizamos en nuestro último
x Lacan, Jacques (1981) [El Seminario, Libro20], Aun (p. 24). Barcelona: Ediciones Paidós
Ibérica. 1~ encuentro. Espero que aún las recuerden).
XI Jakobson, Roman (1981) [Ensayos de lingüfstica general] (pp. 307 y ss. ), Barcelona: Cuando terminó la reunión pasada, uno de ustedes me preguntó: "Y, ¿ez
Editorial Seix Barra!- Biblioteca Breve-Ciencias Humanas (381). sujeto?". Para comenzar, quisiera tomar esta pregunta y leerla en la línea
XII Jbid. (p. 307). del planteo que les propuse la vez pasada. Consiste en revisar la idea que,
XIII lbid. (pp. 307 y 308). [De aquí en adelante, en las citas todos los destacados son de Jakob- a mi entender, se desprende claramente de las enseñanzas de Freud y que
son].
XIV ]bid.
es criticada por Lacan: la condición intrapsiquica del inconsciente.
En efecto, todo depende de cómo entendamos la frase: <<el sujeto del in-
XV Jbfd. (pp. 308 y 309).
., consciente>> .
XVI ]bid. (p. 309).
XVllJbid. Si suponemos que el inconsciente es intrapsíquico y le asociamos una no-
XVIII Jbfd. (p. 310).
ción de «sujeto» tal como la que habitualmente utilizamos en nuestro de-
cir coloquial cotidiano -en que el término "sujeto!' casi siempre es utilizado
Sinopsis de Les catégories verbales, conferencia pronunciada ante la Société Genevoise

1
XIX
de Linguistique <CFS, IX 6, 1950). como sinónimo de persona, individuo, etc.-, les advierto que están trabajan-
xx Jakobson, Roman, [Ensayos de lingüftica general] (p. 312). do con la teoría del homúnculo (i. e. , una viejísima teoría de origen medie-
XXI Jbid. p. 312. ;; val que plantea que hay un hombrecito dentro del hombre). Se trata de una
XXIIJbid. ;;~ idea criticada por Lacan desde el Seminario 2 hasta el final de su enseñan-
XXIII Jbíd. (p. 313). za. Si suponemos que adentro de cada uno de nosotros hay un inconsciente,
Lacan, Jacques ( 1987) [El Seminario, Libro 11], Los Cuatro Conceptos
'lj y que a ese inconsciente le corresponde un hombrecillo, ese hombrecillo se-
~
XXIV
Fundamentales del Psicoanálisis. (p. 64). Bs.As.: Editorial Paidós. ría, pues, el «sujeto del inconsciente». lübservan cómo lo deduzco gramati-
calmente? Se trataría de una versión del "otro yo del Dr. Merengue", o en
una versión algo más moderna: Don Fulgencio, el hombre que no tuvo in-
fancia; pero que tiene una posición otra que se opone a la suya actual como
r.;., adulto. Esta posición otra no sería sino la infantil. Vale decir que, para col-
mo, el homúnculo sería perverso polimorfo, y por eso quiere tener relacio-
'ii''
' ~¡ nes sexuales con la madre y tocarse los agujeros, etc.
Ahora bien, hay otra dimensión para entender la problemática del
«sujeto del inconsciente». Primero, observen ustedes que en Freud no
~ está el concepto, y si no está el concepto (propongo empezar a pensarlo
así) es porque no le hace falta. Para Freud, el inconsciente es -aunque
nunca lo afirme asi- próximo a un homúnculo, y, por lo tanto, no le hace
falta proponer un sujeto al inconsciente: el mismo inconsciente, dentro

84 86
de uno, "quiere", "anhela", "busca", "rechaza", "tiene ganas de matar", Entonces, sujeto es lo que un significante representa frente a "otro sig-
"de poseer", etc. En la teoría de Freud no hace falta el sujeto del incons- nificante", o frente a "Otro significante". Lo ejemplifico de una manera sen-
ciente porque, al tratarse de un inconsciente intrapsíquico, es la instan- cilla: sujeto es lo que un significante, por ejemplo "hijo", representa frente
cia por sí misma la que quiere y rechaza cosas\ a Otro tomado como significante. Podría ser, por ejemplo, un sujeto huma-
En Lacan, y ahora comenzaré a responder la pregunta de la última vez, no hablante cuyo estatuto sea "madre"(y habrán visto que a veces es bas-
hace falta la noción de <<sujeto». Es necesario recordar que Lacan elabora tante difícil saber a quién le corresponde el significante "madre" en la vida
su teoría en francés, y es por ello por lo que vamos a tratar de establecer de cada uno de nosotros: hay mucha gente que tiene madre biológica, ma-
los valores del significante "sujet" en francés. En francés, el valor de sujet dre de crianza, madre adoptiva, una abuela que funcionó como madre, un
está más orientado hacia "asunto" o "tema", en todo caso "materia", que padre que hizo de madre, etc. ¿cuántos de nosotros estamos en esas condi-
hacia "persona", aunque también se utiliza para "persona". En la lengua ciones que son de las más comunes para la vida en Occidente?). Otro ejem-
francesa, y también inglesa (subject), en su uso más cotidiano, la palabra plo nos permitiría situar al sujeto con el significante "analizante" frente a
remite al "asunto" o "tema" en cuestión. Otro tomado como significante -que en este caso sería "analista"-. ¿Notan
Cuando uno de nosotros, como analista, presenta un ateneo o un material clíni- que la subjetividad se establece en tensión entre ambos elementos?
co y se refiere al paciente, frecuentemente usa el término "sujeto". No perdamos de Una cita, para vuestra tranquilidad y la mía, tomada de la página 28 de
vista que, si estuviésemos pensando en francés -como piensa Lacan-, el sujet estaría la edición española del Seminario 11, que es la parte 2 del capítulo la clase
dado por el asunto del que se trate en el caso; y, dicho así, es evidente que el asunto ¡~ 2 (intitulada "El inconsciente freudiano y el nuestro»). Dice Lacan:
del que se trate sería imposible hacerlo coincidir con una persona, ya que al menos
el asunto del que se trate incluirá como mínimo a dos personas: el paciente y el ana- "En nuestros días, en este momento histórico de la formación de una ciencia [que
lista, que, a su vez, se relacionan con otras dos2 • no es el mismo momento histórico de la formación de una ciencia que la
Segundo: si tomamos la definición de Lacan -sostenida a todo lo largo de de Freud] a saber la lingüística, cuyo modelo es el juego combinatorio que ope-
ra espontáneamente, por sí solo, de manera presubjetiva, esta estructura le da
su obra- que dice que ''un sujeto es lo que un significante representa frente
su status al inconsciente" 1•
a otro significante», no perdamos de vista que "otro significante" no nece-
¡j
sariamente tiene que ser entendido así. También puede ser entendido como
Fíjense en cómo opera espontáneamente. Supongan un analizante que
Otro (con mayúscula) significante, dándole a ese Otro el estatuto o valor,
de significante. se posiciona como hijo y les dijera: "Lo que pasa es que yo, en la vida, siem-
pre estoy en la posición de hijo". Ustedes automáticamente podrían pregun-
tar: "¿Hijo de quién?". Eso opera en una combinatoria automática, por-
Para el rechazo a la teor(a del homúnculo en ciencias biológicas, recomiendo el capítulo que es la propiedad de "hijo", no de la persona que está hablando, y que
II ( ..Moléculas, mensajes y memoria: la vida y la segunda ley»), del libro de Fox Keller, se articula a ese significante. Sigue la cita:
Evelyn (2000) [Lenguaje y vida] Metáforas de la biología en el siglo XX. Bs.As. : Ediciones
Manantial. Curiosamente, la autora cita y apoya el argumento de Jacques Lacan.
"En todo caso, ella nos asegura que el término inconsciente encierra algo
Según el Diccionario de la Real Academia Española, la primera acepción para el término
"sujeto" (en tanto sustantivo) dice: "Asunto o materia sobre el que se habla o escribe". En J calificable, accesible y objetivable. Pero cuando incito a los psicoanali.stas a.
no ignorar este terreno que les brinda un apoyo sólido para su elaboración,

'
la lengua francesa, y según el Dictionaire Grand Robert, el sujeto es "aquello sobre lo que
se ejerce la reflexión, asunto o motivo principal (en una obra musical o, por ejemplo, una ¿significa esto que pienso tener así los conceptos introducidos históricamen-
obra pictórica". Vale decir que la primera definición propuesta por la lengua coincide para \ te por Freud bajo el término de inconsciente? iPues no! no lo pienso" n.
ambos idiomas. En español, el segundo valor del término "sujeto" es aplicable a una "per- ~
't
sona innominada", esto es, hace referencia a una persona de la que se desconoce el nom- 1~
bre o a la que, por algún motivo, no se desea nombrar. En francés, este valor llega mucho
N o es la definición histórica. Observe, pues, cómo Lacan tensa el proble-
más tarde -en la definición ubicada en cuarto lugar- para hacer referencia a un "ser indi- ma histórico. En su época, y para responder a estos problemas, Freud hizo
vidual, persona considerada como soporte de una acción o de una influencia". Evidente- uso de una apoyatura científica: la neurología. Propuso la estructura de las
mente, el uso ha favorecido en español a la segunda definición, lo que se verifica con faci- representaciones del aparato psíquico como si fuese una red neuronal. La-
lidad, puesto que es muy poco frecuente (por no decir excepcional) el uso del término "su-
jeto" por fuera de la referencia a una persona. Este problema, que parece sumamente ex-
can sustituye la red neuronal por el juego combinatorio presubjetivo de una
quisito y carente de importancia, se ha filtrado como un obstáculo en la comprensión del lengua, tal como lo estudia la lingüística. El pasaje de un modelo a otro nos
concepto de «slijeto" en la teoría lacaniana; concepto que con1erva cierto valor del térmi- permite operar con una noción de inconsciente que encierra algo calificable,
no en u! aiMIMmo de lo lengua francesa.

86 87
accesible y objetivable. Lo que le da su base al inconsciente es algo presubje-
tivo; y es imposible que eso presubjetivo esté localizado dentro de cualquier ~· .. ,.

ser hablante (de la misma forma en que sería imposible suponer que un len- 1 :~
guaje habitase dentro de alguien). ·*
Comt> habrán notado, seguimos con la discusión en torno a una no- '·· ..
ción de «inconsciente». H<;>y avanzaremos con su articulación a la banda
de Moebius, considerando a esta última como una superficie sobre la cual
"apoyar" la estructura que definimos para el inconsciente ("apoyar" en el
sentido de obtener su lógica). Para ello, nos adentraremos lentamente en De esta idea se desprende una advertencia: no es en cualquier modali-
los conceptos topológicos fundamentales. dad de relación entre superficies donde se encuentran las diferencias. Se
En primer lugar, abordaremos la noción de homeomorfismp, que indica puede hacer un análisis topológico parcial de una superficie a, y ponerlo
la existencia de equivalencia topológica entre dos superficies. 3 Para que dos en comparación con otro análisis parcial de una superficie ~ y no hallar en
superficies sean topológicamente equivalente&, u homeomorfas, deben cum- esa articulación las propiedades topológicas diferenciales. Estas reservas
plirse las siguientes dos propiedades: al análisis topológico de una superficie las vamos a considerar porque da-
En primer lugar, tienen que ser biunívocas. Dos conjuntos de elementos rán la posibilidad de trabajar con la idea de "verdaderos cortes" y "falsos
tienen entre sí una relación biunívoca cuando a un eleme:pto de un conjun- cortes" en la sesión psicoanalítica.
to le corresponde uno y sólo uno del otro conjunto, y viceversa (para que Aclaremos un poco más esta cuestión. Les propongo tomar en cuenta
esta propiedad se verifique en dos superficies, a cada punto de una superfi- otra propiedad topológica: toda línea cerrada de Jordan divide a una su-
cie debe corresponderle un solo punto de la otra superficie, y viceversa). perficie en dos partes 5• La línea cerrada de Jordan separa un exterior de un
La segunda propiedad enuncia que deben ser bicontinuas, vale decir que interior, desentendiéndose de la forma. Apliquemos una línea cerrada de
a dos puntos vecinos en una de las superficies, deben corresponderles dos Jordan a un toro y a una esfer~. En cualquier lugar de la esfera en que us-
puntos vecinos en la otra, y viceversa. Podemos considerar imaginariamen- tedes apliquen una línea cerrada de Jordan, verán que evidentemente se-
te esta noción de vecindad como la de dos países vecinos en el mapa; o po- para a la superficie de la esfera en dos partes:

o
demos dar una aproximación matemática difícilmente accesible a la intui-
ción, diciendo que la vecindad supone que los puntos sean "infinitamente
próximos". Entonces, dos puntos infinitamente próximos, en una superfi-
cie, deben estar infinitamente próximos en la otra. FIGURAA FIGURAB
Estudiemos si, por ejemplo, un cilindro y una banda de Moebius son ho-
meomorfos (o topológicamente equivalentes). ¿Qué habría que considerar?
Si a un punto de la banda de Moebius se le puede establecer una relación Yo debo dibujarlo en el pizarrón, pero supongan que este círculo (FIGU-
con un punto del cilindro y sólo uno, y así para todos los puntos. En segun- RA A) tuviera profundidad y fuera una esfera. Aplicándole una línea cerra- ·
do término, considerar si dos puntos, que se establezcan como inmediata- da de Jordan, sin importar qué forma adquiriera esta otra (FIGURA B),
mente próximos en una, van a estar inmediatamente próximos en la otra. veríamos que quedan claramente determinados dos partes. Podríamos dis-
Si realizamos una correlación entre los puntos de ambas superficies, notaremos que tinguirlas como la sombreada y la no-sombreada.
la correlación uno a uno parece verificarse. 4 Sin embargo, el problema está en los bor- Podría hacer lo mismo sobre un toro:
des. El cilindro se caracteriza por tener dos bordes mientras que la banda de Moebius
se caracteriza por tener uno sólo. Por lo tanto, a un punto de este único borde (el de la
banda de Moebius) le corresponden dos puntos en los dos bordes del cilindro.

Una primera aproximación intuitiva a la noción de ''homeomorfismo" a partir de las pro-


piedades de bicontinuidad y biunivocidad de las transformaciones se desarrolló en la nota
9 del capitulo 11 del presente volumen. f ¡j¡js
/.·
/
Estos puntos quedan ejemplificados en las líneas azulea. Lo11 otroH, en las rojas. Para lu definición dul h•orllmu de ,Jor·dan, véase la nota 13 del capít~lo III.

RH i ,l
Si yo hiciese esto en el toro, diría: "iAh!, un toro y una esfera tienen las Antes de seguir con los toros, ejemplifiquemos esto más fácilmente. He
mismas propiedades topológicas, ya que la línea cerrada de Jordan divide aquí un rombo de goma, que comenzaré a deformar. De este (el primero)
al toro y a la esfera en dos". a este (el segundo), la transformación los ha convertido en dos superficies
Voy a aplicarle al toro una línea cerrada de Jordan pero con otra for- topológicamente equivalente; pero este (el tercero) ya no: hay un nuevo
ma. Acepten la convención de que la línea punteada rodea al toro por la punto de vecindad.
cara opuesta al plano. .;,
;~ a

Aplicando al toro una línea cerrada deJordan (que operaría como corte)
o )©:©' b
b

en esta posición (es decir, atrapando en ella el espesor del toro), el toro pasa Volvamos a nuestros toros. ¿Habría forma para que el toro A, por trans-
a convertirse en un cilindro. Su superficie ha sido transformada, aunque formación topológica, se convirtiera en el toro B? No, porque la transforma-
no ha sido dividida en dos. Es fundamental establecer por dónde y cómo se ción topológica no permite el cortar y volver a unir.
aplica la línea cerrada de Jordan para encontrar la diferencia: en este caso Veamos qué pasa si corto al toro A, lo anudo y vuelvo a pegarlo en la po-
era muy fácil porque era pasando por el agujero -la gran diferencia entre sición que estaba antes (llamémoslo toro A¡). Dijimos que estas dos superfi-
una esfera y un toro es el agujero-. cies (los toros Ay B) no podían ser transformadas topológicamente la una en
Fíjense en que, para establecer la diferencia en la estructura de las su- la otra. Pero dos puntos inmediatamente próximos del toro A1 son puntos in-
perficies, vamos a tener que trabajar con cuál será el corte que la revele. mediatamente próximos en ~. y viceversa. Entonces, no se puede pasar de
Esto es importantísimo para el momento actual de la clínica lacaniana, uno al otro por transformación topológica, pero sí son homeomorfos. ¿cómo
porque permite realizar una crítica consistente al concepto de «corte•• y a ·~ puede ser? Porque la topología reconoce la existencia de superficies que, au1.1
HU aplicación en la práctica del psicoanálisis. Para Lacan, el corte, plantea- siendo homeomorfas, tienen "distinta posición en el espacio".
do como fundamental en la práctica psicoanalítica -articulado a la banda Para pensar eso, hace falta a su vez tener en cuenta con qué noción de «SU-
de Moebius y a las otras superficies topológicas-, tiene que ver con la in- perficie» estamos trabajando. En el libro de Tomei111 está metaforizado de una
terpretación, y no con el silencio e interrupción de la sesión. Más adelante, manera muy bonita. Allí dice que superficie es lo que separa, por ejemplo, el
desarrollaré esta idea. agua del mar, del aire; y que entonces esa superficie puede ser atravesada en
Supongan ustedes ahora que tenemos un toro, como los que dibujé an- dos direcciones distintas: desde el agua hacia el aire, y desde el aire hacia el
teriormente en la pizarra. Sería como tomar un tramo de manguera -o sea, agua. Ahora bien, nadie dijo que esa superficie de separación entre el agua y
un cilindro- y hacer que se cierre pegando sus bordes. ¿Logran captarlo? el aire sean las moléculas que estaban colocadas arriba en el agua, ni las del
Bien, ahí está el toro A. Imaginen ahora que toman otro tramo de mangue- aire, sino lo que separa a unas de otras. Lo que separa al aire del agua, ¿qué
ra y le hacen un nudo llano, y luego lo pegan siguiendo el modelo del toro. espesor tiene? Ninguno, carece de espesor. O sea que debemos definirlo como
1le ahí el toro B que tiene un nudo en su recorrido. Este toro [A) tiene un bidimensional. Nosotros vamos a estudiar cómo se puede presentar una su-
nudo, y este otro [B] no tiene un nudo. perficie bidimensional en el espacio-tridimensional. A la propiedad quepo-
Primera pregunta: ¿se puede hacer una transformación topológica de tal seen ciertas superficies bidimensionales para presentarse en el espacio tridi-
manera que el toro A se convierta en el toro B? Transformación topológica mensionalla llamamos sumergibilidad. Hay algunas superficies que se ca-
Hignifica que dicha transformación respete las dos propiedades que estudia- racterizan por ser surnergibles, y hay otras que se caracterizan por la impo-
mos antes: bicontinuidad y biunivocidad. Especialmente piensen en la bi- sibilidad de ser sumergidas en el espacio tridimensional.
t"ontinuidad. La bicontinuidad supone que la transformación se realizaría Entonces, para conceptualizar la idea de «superficie» debemos olvidar-
Hin crear cortes, ni nuevos puntos de adherencia, nuevas vecindades. nos del espesor del papel y trabajar con una lógica estricta y totalmente

YO 91
Ir¡
bidimensional (cosa que es sumamente dificil para nosotros). La represen- Podemos tomar una tira de papel para armar una banda de Moebius6 •
tación mediante dibujos, esquemas y modelos de papel o de otros mate- •i•
La tira de papel nos sirve para retomar en tres dimensiones, aquello que
riales de las superficies topológicas, dan un acceso intuitivo al problema; \w habíamos escrito como una combinatoria de letras y vectores.
pero toda la topología podría ser reducida a una combinatoria de letras a
las que se le agreguen vectores. A B
La banda de Moebius podría ser representada así:
'11
A B '·:~.' B A

Bl~~~~~~~~~~~~~]A
,¡r
¡,:
Dadas la tira y las letras, péguense los extremos haciéndolas coincidir. Es
-~P,t decir, de manera tal que A se encuentre ctm A, y B con B. Obviamente, ha-
brá que realizar una semitorsión o media vuelta de la tira para que la ban-
:).1¡'
~,: da se produzca. Puesto que la media vuelta puede darse en dos direcciones
-derecha o izquierda-la banda de Moebius puede llevar semitorsión "de-
Se trata de una representación bastante canónica de la banda de Moebius, recha" o "izquierda", según el sentido del giro que la constituyó.
que está presente en muchos libros y manuales de topología. Consiste en Supongamos armadas dos bandas de Moebius: una con semitorsión de-
letras y vectores. La líneaJ?lena indica dóndeirá la pegadura, la línea pun- recha y otra con semitorsión izquierda, ¿son topológicamente equivalen-
teada queda sin unir, y los vectores indican cómo quedaría el pegado de A tes? Es evidente que sí: se trata de dos bandas de Moebius aunque tengan
con A, y B con B. ··•· · ·· · distinta posición en el espacio -dada, justamente, por el sentido de la se-
Podríamos obviar totalmente la vectorialización si considerásemos que mitorsión-. Más aún: una banda de Moebius con semitorsión izquierda es
cada letra tendría que unirse con su equivalente -como debería ser unida la imposible de ser convertida en una banda de Moebius con semitorsión de-
banda de Moebius dentro del esquema R de Lacan-. En vez de tomar vec- recha mediant~ qp,a transformación topológica, esto es, sin cortarla, sepa-
tores, uno podría dar la indicación: ''Junte cada letra con su igual: A con A, rarla y volverla a unir. Con lo C:t;!~l, sol! l}omeQJAOff@-8, tienen distinta posi-
B con B". ción en el espacio y no es posible convertir una en la otra por transforma-
ción topológica7 • •
Veamos la conducta de nuestras bandas de Moebius al ser enfrentadas
A B con un espejo plano. ¿cómo operan los espejos planos con lo que es dere-
cho y lo que es izquierdo? Lo invierten. Una mano derecha sobre el espejo
es perfectamente superponible con una mano izquierda (virtual) que vi-
B A niera "desde el espejo". Es evidente. Una banda de Moebius con semitor-
sión derecha, sobre el espejo se representa como una banda de Moebius
Lacan utilizó este sistema en el Esquema R: "1" con "i", y "M" con "m"; con semitorsión izquierda.
y, en ese caso, tendrían de la banda central sombreada del esquema, una Veamos, entonces, una propiedad topológica que se llama especularidad:
representación algebraica en letras de la banda de Moebius. Y ahí queda diremos que una superficie presenta la propiedad de especularidad si, en-
bastante claro que se trata de una relación bidimensional de letras. Para
hacerlo más intuitivo, nosotros concebimos esa articulación como si cons- 6
Gran parte de esta clase fue dictada ilustrando los conceptos con tiras de papel. Intenta-
tituyese una superficie rectangular. ré dejarle al lector las pistas para poder seguir la manipulación de las mismas, sus cortes
Podríamos abordar otra propiedad de la banda. de Moebius consisten- y pegaduras.
te en la orientación de la torsión. Esto es muy importante por las conside- A modo de ejemplo: la jirafa fálica del dibujo de Hans y el bollo de papel en que lo con-
vierte antes de tirarlo, ¿son topológicamente equivalentes? Sí, y también ocupan la mis-
r·aciones de Lacan respecto de la no-especularidad del objeto a (especulari- ma posición en el espacio. Para la topología, la hoja de papel y el bollo de papel ocupan la
dad que no debe ser entendida como vinculada al estadio del espejo, sino a misma posición en el espacio. ¿Acaso son pasibles de ser transformados topológicamente
¡j
propiedades topológicas). uno en otro? También, porque Hans, al hacer el bollito, no generó puntos de contacto ni

\
separó ningún punto en dos. {A. E.}.

9~ 9a
frentada al espejo plano, se convierte en una superficie a la cual se puede
arribar por transformación topológica. Si una banda de Moebius con semi- ~~
,r
torsión derecha ante el espejo se representa con semitorsión izquierda, y es
imposible convertir una banda de Moebius con semitorsión derecha en otra
con semitorsión izquierda mediante transformación topológica, por lo tanto
la banda de Moebius no posee la propiedad de la especularidad.
Acabo de introducir, seguramente, una nueva noción de «especularidad»
para ustedes. Lacan pasa a trabajar con esta nueva noción de especularidad e
al final de su enseñanza. A esa altura, cuando habla de "especularidad", ya
no se está refiriendo a la identificación con la imagen del semejante, sino a
esta propiedad estructural de las superficies. Hay que considerar toda la superficie para establecer que, efectivamente,
Tomemos ahora una tira de papel, y peguemos sus extremos sin reali- tiene una sola cara. Hay que tener en cuenta toda la estructura para poder
zar semitorsión alguna. Obtendremos la sección de un cilindro. dar cuenta de la maniobra. Esto es crucial porque, en la práctica analítica
nos perdemos siempre allí. "Yo te digo algo, tú me entiendes y me contestas
lo que has entendido. Yo escucho lo que tú me dices, entiendo lo que tú me
has dicho y te contesto". Vez a vez, palmo a palmo y, entonces, la propuesta
de Lacan queda reducida a la nada. Lo que sucede es que hay que tener en
·cuenta toda la estructura de la superficie en cuestión para verificar que, a
pesar de lo que parecía, se entra por un lado y se sale por el mismo lado.
Esta superficie podría ser coloreada con dos colores (blanco por dentro Recuerden que estamos articulando los conceptos de banda de Moebius
y sombreado por fuera), a condición de hacerlo cpmo si se tratara de regio- y de «sujeto del inconsciente>>. Tomando una sección de la banda, se podría
nes en un mapa, separadas por un límite. El resultado, nos indicaría que hablar de "lo que está para arriba y lo que está para abajo". Esta apoyatu-
la superficie tiene dos lados:._es, pues, bilqte':l~<·- ra sería valiosa para situar al subconsciente, como lo que está "para aba-
Si hiciésemos el mismo trabajo pero con una banda de Moebius, ¿les jo". También permitiría imaginar un "Me metí hacia el lado de adentro ... ".
resulta obvio que pintaríamos ambos lados? Me refiero a pintar al modo Sin embargo, observen que es bastante difícil hablar del "lado de adentro"
en que pintaríamos un país en un mapa, es decir, sin cruzar fronteras. Ya y del "lado de afuera" porque, por transformación topológica -sin cortes ni
no serían dos caras, sino una•.. El coloreado sirve como una aproximación pegaduras- se puede pasar de uno a otro.
intuitiva sencilla a la estructura de una superficie (nosotros utilizaremos Es muy distinto al comportamiento de una esfera. Allí, para pasar del
también, más adelante, el corte). lado de afuera al lado de adentro, deberíamos hacer un corte, darla la vuel-
La banda de Moebius consiste en una única superficie. Supongan que he ta como un guante y volver a cerrarla. En ese caso, sí podríamos decir que
coloreado la banda de Moebius de rojo. Si la atravesara con una aguja, ha- hay un "lado de adentro" y un "lado de afuera", a condición de aclarar que
bría que decir que entré por un lado y salí por el mismo. Podríamos decirlo no son topológicamente convertibles uno en el otro.
bien tontamente: "Entré por el lado rojo y salí por el lado rojo". Es una su- Como corolario de esto, les ruego que no pierdan de vista que, en el aná-
perficie francamente notable porque, al atravesarla en cualquiera de los dos lisis parcial de una superficie, podría parecer que se trata de adentro y afue-
~:~enti dos posibles, siempre estamos entrando por una cara y saliendo por la ra, interior y exterior, superior e inferior, etc. De hecho, siempre pensamos
misma: esta superficie se caracteriza por no tener más que una. que lo inconsciente es lo de abajo ... Todavía gran parte de mis colegas si-
Ahora bien, adviertan lo siguiente: se podría realizar un análisis par- guen diciendo "Para la psicosis, el inconsciente a flor de piel", "En la per-
cial de la superficie, recortando mediante una línea. cerrada de Jordan una versión aparece el goce no reprimido", etc. ¿Qué quieren decir? Quieren dar
porción de la banda. Si ponen a prueba en esta porción la unilateralidad cuenta de la aparición en la superficie, en lo evidente, de algo que debería
mediante el sistema de atravesarla con nuestro alfiler, la propiedad no se estar oculto en lo profundo, abajo. Son todas formas sumamente intuitivas
verifica, vale decir que tendrán la sensación de entrar y salir por diferen- de una concepción muy popular del inconsciente sostenida mediante otra
tes caras. geometría: la geometría euclidiana.

P4 9ft

Realicemos una experiencia más. Tomemos una banda de Moebius y Cara9: una.
marquemos el borde sin atravesar ninguna superficie (como si le pidiéra- Borde o arista: una.
mos a un chico que pintase con "línea plena" todos los límites de un país Abierta.
111'
,,
en un mapa, que ha sido delimitado con línea punteada. Sería un ejercicio N o-Orientable 10 •
·',, Número de conectividad o de BettP 1 : l.
tendiente a que el chico aprendiera a leer un mapa; pero tendríamos que 1
1~ll'.ó-

indicarle que no podría atravesar la superficie de aquello que está limita- t.~n:í
Especularidad: no.
,¡n.
do). Si siguiésemos esa misma técnica sencilla de coloreado de mapas para 'iT Sumergibilidad: sí.
marcar el borde de nuestra banda de Moebius, recorreríamos lo que apa- Triangulabilidad 12 : no.
rentemente son los dos bordes en un único trazo continuo sin atravesar la
superficie. Por lo tanto, la banda de Moebius tiene un único lado -es uni-. Estas son todas las propiedades de la banda de Moebius que logré ob-
látera- y posee un único borde. Ahora bien, el único borde de la banda de tener de todos los libros que leí sobre topología. Existen otras propiedades
Moebius, llimita una superficie? que no les di, porque no sé cómo se comporta esta superficie para tales pro-
Es obvio que sí: habíamos dicho que se comportaba como un país, y por piedades. Quizás más adelante las ubiquemos.
eso yo les decía que la línea de marcador rojo que ustedes pasan por el bor-
de no debe pasar por la superficie. Vamos a designar eso como «limitar». primera banda en dos regiones números 1 y 2; la segunda banda en tres regiones números
La otra cuestión, a distinguir bien del problema de si limita o no superfi- 3, 4 y 5, siendo adyacente la región número 4 a las regiones número 1 y 2; la tercera banda
cie, es si la banda de Moebius encierra superficie. Parecería lo mismo, pero en tres regiones, número 2, 6 y 1, siendo la región 6 adyacente a las regiones 3, 4 y 5.
no lo es. ¿cuándo un~ superfidese caracteriza"por ser cerrada? Cuando su Ahora bien, cuando se unen sus extremos, después de haber realizado la semi torsión de
rigor para formar una banda de Moebius, las dos regiones numeradas 1 (6 2) no forman
estructura produce interior y exterior; por ejemplo, una esfera se caracte- más que una sola sobre la banda. Se tiene, entonces, sobre la cinta, seis regiones adya-
riza por ser cerrada. centes dos a dos. Así, el número máximo de regiones adyacentes dos a dos en la banda
Ejemplifiquemos ambos casos con el aro de básquet. ¿Limita u:qqsuper- de Moebius es 6.
9 El lector deberá tener en cuenta que la banda de Moebius no tiene espesor, si bien para
ficie? Sí, porque siempre se p1,1ede establecer si la pelota pasó o no por allí.
Ahora bien, ¿encierra superficie? N o, porque si la superficie fuese cerrada sumergirla en el espacio tridimensional recurrimos a estofas que sí lo tienen (por ejemplo,
una tira de papel). Es por ello por lo que en la banda de Moebius cada uno de sus puntos
no podría ser atravesada por la pelota. La pelota estaría adentro o afuera.
1':1 único borde de la banda de Moebius limita una superficie pero no la en- ·i está en ambos lados (lo que también constituye un exceso en el decir, puesto que se trata
de uno solo), de la misma manera que todo punto del plano está en ambos lados.
cierra. Se trata, entonces, de una superficie abierta. 10 Es una ley topológica el que una superficie unilátera no pueda ser orientable. Para inten-
Ahora sí, con estos rudimentos topológicos vamos a introducirnos en la tar demostrarlo, podríamos afirmar que en toda superficie unilátera existe por lo menos
teoría lacaniana. Antes de empezar, les doy todas las propiedades topológi- una "línea cerrada de Jordan" (que no corta los bordes, si existen), según la cual una
hormiga puede pasar de un punto situado en un lado de la superficie al punto super-
cas de la banda de Moebius que yo conozco, para que las anoten y hagan con puesto del otro lado. En el caso de la banda de Moebius, podemos identificar dicha línea
í
ellas lo que quieran o puedan. Ya les anticipé la representación bidimensio- ·~ con su línea media -<lbviando las cuestiones métricas-. Llamemos al punto de origen de
nal, planar -se corresponde con el gráfico de letras y vectores-. '1 la línea P y al punto superpuesto situado del otro lado P'. Si un punto móvil se movie-
r,
1 ra a lo largo de esta línea de P a P', y dos circunferencias trazadas alrededor de dos po-
siciones muy próximas del punto móvil se orientaran en el mismo sentido; el sentido de
Número cromático 8
: 6~
la circunferencia trazada alrededor de P' sería necesariamente opuesto al de la circun-
ferencia de centro P. Ahora bien, estando P y P' superpuestos, son un mismo punto. La
banda de Moebius es, pues, no orientable.
El número cromático se establece de la siguiente manera: dada una superficie, determi- A modo de conclusión, afirmamos que la orientabilidad corresponde a la bilateralidad y
nar el número mínimo de colores que bastan para colorear todo mapa posible sobre esta que la no-orientabilidad corresponde a la unilateralidad; y ambos conceptos son propie-
superficie, de tal manera que dos regiones que se toquen a lo largo de una curva tengan dades topológicas intrínsecas, es decir, independientes de cualquier espacio externo.
colores diferentes (pero dos regiones que sólo tengan un número finito de puntos en co- 11
mún pueden tener un mismo color). Este número mínimo se llama núm.ero cromático de Consiste en el número máximo de "líneas cerradas de Jordan" (disjuntas o no) que se
la superficie. pueden trazar sobre la superficie sin dividirla.
~ 12
i.Por qué el número cromático de la banda de Moebius es 6? Puesto que existen, sobre la ban- La propiedad de triangulabilidad exige que la superficie pueda ser recubierta por un nú-
da de Moebius, seis regiones que se tocan dos a dos a lo largo de una curva. Para demostrar mero finito de triángulos tales que cada par que se toque lo haga a lo largo de una sola
uMI.e último punto, conviene dividir un rectángulo -que en realidad podría ser el poligono arista o de un solo vértice. Esto resulta imposible para una banda de Moebius, que tiene
fimdHnwnt.al- AHCD on tres bandas rt.>ctangulares horizontaloM; u continuación, dividir la un solo borde o arista.

96 97
Pasemos a <<L'Étourdit>>. En francés, página 27 de Scilicet1v. Encaste-
cuerden cómo armábamos una banda de Moebius con la cinta de papel: re-
llano, traducida en la revista Escansión, de la Editorial Paidós, como <<El
queríamos una semitorsión. Ahora bien, se puede presentar una cinta que
Atolondradicho», en la página 41.
tengan cantidad de semitorsiones. Podría ser una cosa horrible, así, toda
enroscada. ¿Alguien podría responder si semejante cosa sería topológica-
"Pero a la vez se evidencia que la banda de Moebius no es otra cosa más
que ese corte, el mismo por el cual de su superficie desaparece"~
mente equivalente a una banda de Moebius?
No se asusten. Tomen una cinta y armen una banda de Moebius, pero
Vamos a seguir la indicación de Lacan y estudiar la superficie a partir con dos semitorsiones. No tracen la línea media si no quieren, no hace fal-
de los cortes que se le pueden practicar. Si prepararon cintas de papel y ti- ta. Pero empiecen a colorear desde la línea media hacia el borde. ¿cómo se
comporta?
jeras, comenzaremos a trabajar con ellas.
Primero; un problema de designación. Si bien a lo largo de la obra de Di una vuelta y recorrí toda la superficie, por lo tanto, una banda de dos
Lacan no siempre está dicho con suma claridad y justificado de la misma semitorsiones no tiene la misma estructura topológica que una banda de
manera -aunque sí en L'Étourdit-, vamos a designar como «doble bucle» o una semitorsión, que requiere de dos vueltas para el coloreado completo.
<<doble rizo» a la figura que traza el borde de la banda de Moebius; y vamos Vamos a seguir trabajando. Les recomiendo que lo practiquen despa-
a designar como <<ocho interior» a la figura que traza su línea media (la lí- cito, después, en casa. Tomaré ahora una banda de tres semitorsiones.
nea media consiste en una línea que se extiende por el medio de la banda La coloreamos de la misma manera. La banda de tres semitorsiones se
a lo largo de toda su extensión). Ya podrían dibujarla. Puesto que se trata comporta como la de una. En realidad, todas las bandas de una o núme-
de una figura que es bidimensional, cada punto de esa superficie bidimen- ro impar de semitorsiones se comportan como la banda de Moebius, y
sional participa de ambas caras. Voy a trazarla en rojo. Si ustedes obser- toda banda de dos o número par de semitorsiones se comporta como una
banda cilíndrica.
van solamente la línea roja haciendo un esfuerzo de abstracción, ¿ven el
"ocho interior"? Tiene forma de "ocho", es interior a la banda de Moebius A continuación, comenzaremos con los cortes.
y equivalente al símbolo con que se representa infinito en la simbología En primer lugar, armaremos una banda de Moebius de una semitorsión
matemática (cx:l). y la cortaremos por su línea media. Ustedes tal vez estén pensando: "Vos
Antes de iniciar los cortes, un ejemplo para ablandar la intuición. habías dicho que, en topología, la medida no cumplía función, pero después
indicás que el corte se realice por la línea media... ¿Acaso estás midiendo?".
Desde ya les aclaro que no es cuestión de medida, sino una forma de ha-
blar. En realidad, estoy indicando más intuitivamente el trazado de una lí-
Borde único nea cerrada de Jordan sobre la superficie. ¿Entienden que la línea media
[Traza el "doble bucle"] no tiene que estar en el medio? Puede estar desplazada hacia la izquierda
o hacia la derecha, pero no debe cortar el borde.
Terminado el corte, observen que no se separó en dos. Si no lo hubiesen
hecho nunca, se tendrían que haber sorprendido porque cort~ .algo por el
Línea Media medio y no se separó en dos. Esta nueva banda que obtuvimos a partir de
[Traza el "ocho interior"] cortar una banda de Moebius de una semitorsión por su línea media, ¿es
una banda de Moebius?
Si nosotros coloreamos la superficie delimitada por la línea media y Para verificarlo, yo sugeriría que probemos cómo se comporta al cortarla
el borde -pueden ir haciéndolo-, comprobaremos que, para poder colo- (también podríamos probar coloreándola entre la línea media y el borde).
rear plenamente la banda de Moebius, tendremos que dar dos vueltas. Observen lo que ocurrió: se dividió en dos, dos interpenetradas. No era,
Esto es crucial para la intervención del analista. 'Toda intervención ana- pues, una banda de Moebius. Porque al ser cortada por su línea media, una
lítica, para demostrar la estructura con la que se opera, requiere de una banda de Moebius no se divide en dos. Por el hecho de dividirse en dos se
doble vuelta. observa que no posee una cara, sino dos. Corté una, y me quedé con la otra.
Más aún, ¿cómo comprobar que una superficie es topológicamente equi- Si tomamos una línea y la dividimos en dos, generamos de cada punto, dos.
valente a una banda de Moebius si tuviera más de una semitorsión? Re- Por lo tanto, al cortar una banda de Moebius por la línea media, hemos ge-

9H Dll
nerado dos bordes, duplicamos el borde, y el producto del corte ya no po-
dría ser una banda de Moebius.
¿conocen el último seminario de Lacan "Topología y Tiempo»? Es el26.
Tiene un nombre bárbaro, porque ubica las coordenadas de tiempo y espa-
cio en psicoanálisis. [Las líneas
Y tiene una particularidad. La última clase de lo que podía llegar a ser punteadas
su último seminario no fue dictada por Lacan, sino Juan David Nasio y sugieren el corte]
Jean-Michel Vappereau. Lacan los llamó a ambos y le pidió a cada uno que
hiciera una intervención en esa clase. Lacan no permitía que cualquiera ha-
blase en su lugar, no se trató de asistentes que pidieron la palabra -como
puede suceder en un seminario-. La intervención de Nasio, en esa clase, Por lo tanto, la banda "pequeñita" que tienen en la mano es equivalen-
se llama «El niño maravilloso del psicoanálisis» vt, y es sobre el sujeto del te a la extracción de esto (la zona sombreada en el esquema).
inconsciente. Es hermosa, se las recomiendo. Y, para mejor, lo que circula Pueden revisarlo tranquilos en casa. Si quieren, pinten esa zona antes
como versión apócrifa está corregida por el autor. del corte: tomen una banda de Moebius, no tracen la línea media, tracen
La segunda parte de la última clase es de Jean Michel VappereauvH, quien dos líneas entre la línea media y el borde, y pinten todo eso. Luego, corten
tendría en aquella época unos vel.nte años de edad y no era aún psicoana- por una de ellas. Esa línea se va a comportar como el borde, por lo que van
lista. Había intervenido en el seminario de Lacan un par de clases antes, a tener que dar dos vueltas completas al corte producido, y, entonces, van a
para señalarle a Lacan un error en un nudo de esos que dan vértigo ... "Uy!, extraer esta parte (la sombreada), aunque va a quedar anudada a la otra.
tiene razón", le responde Lacan -lo hace tan rápidamente que no creo que Entonces, Vappereau dice que esa parte central, extraída, es lo Real (nues-
se hubiera dado cuenta del error-. Lacan le dio a leer el Seminario 1, el 2, tro sombreado en el gráfico), y lo otro -entiendo yo que él dice- es lo Simbó-
L'Étourdit, y le pidió que interviniera. No sé si leí mal, o no dice sobre qué, lico y lo Imaginario. Les advierto que Lacan no lo había logrado. Vappereau
pero él interviene sobre lo Simbólico, lo Imaginario y lo Real. va a situar los registros anudados, pero no en nudo borromeo, sino como
Bien. Allí Vappereau propone hacer esto, observen: cortar una banda de consecuencia de haber realizado un corte sobre una banda de Moebius.
Moebius por entre la línea media y el borde. Observemos cómo se comporta: lle- Vappereau retoma otra forma de concebir la relación entre los registros,
gando el corte al punto de partida, no se encuentra con el lugar de origen. que es la del Seminario 1, tal como fue presentada por Lacan en el Semi-
narioXIV:

~- - - - ------ _, [Las líneas


punteadas sugieren
¡...---------- el corte)

Inicio del corte


La recta vertical da cuenta del "montaje" y la horizontal del "velo". El
Era evidente que nos sucedería esto, porque yo justamente dije: hagan gráfico se leería como el montaje de lo Imaginario y lo Simbólico que vela
una línea que no se encuentre, porque si se encuentra sería "línea media". lo Real. Lacan consideraba en el Seminario 1 que lo Imaginario y lo Real
Completemos el recorrido para que sea un corte completo. operaban al mismo nivel. La inversión es propia del seminario de la Lógica
Del corte resultan dos bandas. Podríamos estudiarlas, y ver si son ban- del Fantasma. Es lo que produce Vappereau, haciendo el cor~e que vimos.
das de Moebius (mediante el corte o el coloreado, como más les guste). Propone una banda (lo real) que está separada de la otra, aunque anuda-
Ahora bien, el corte es equivalente a tomar esta porción de la banda de da, y las otras dos en continuidad (simbólico e imaginario). La fórmula y el
Moebius, la que queda sombreada en el siguiente esquema: modelo son excelentes.

tiV\ 101
Topológicamente hablando, es obvio que la porción central va a tener Bibliografía
estructura de banda de Moebius, porque no le hicimos nada para que se
transforme -era el corazón central de la banda de Moebius-. Cuando se
Lacan, Jacques (1987) [El Seminario, Libro 11] (p. 28), Bs.As. Editorial Paidós.
produce esa dimensión de sorpresa, en resultados inesperados, es porque 11
lbíd. (pp. 28 y 29).
se trató de "buen corte". La otra banda que obtuvimos, obviamente ya no 111
Tomei, Mario C. (1993) Topología elemental (p. 21), Bs.As. : Gráficas y Servicios.
tiene esa propiedad. Podríamos ver cómo se comporta, podríamos cortarla
IV También en Lacan, Jacques (2001) Autres écrits (p. 470), Paris: Éditions du Seuil.
por la mitad o pintarla. Vappereau propone leerlo como la continuidad de
v A. A. V. V. ( 1984) [Escansion Ornicar? 1], El atolondrado, el atolondradicho o las vueltas
lo Imaginario y lo Simbólico que nos permitiría concebir cómo queda vela- dichas (p. 41), Bs.As.: Editorial Paidós.
dala dimensión propia de la estructura de lo Real. VI Lacan, Jacques (inédito), El Seminario, Libro XXVI La Topología y el Tiempo. (clase 15/
5/1979).
Aunque, hoy, prácticamente no he podido trabajar más que una cita de Vil fbíd.
L 'Étourdit ni producir ninguna articulación con los conceptos psicoanalí-
t icos, el trabajo hecho no me parece nada malo. No me resultó fácil elegir
qué cosas proponerles para introducirlos en estos problemas.
Por lo tanto, para nuestro próximo encuentro, les propongo articular el
trabajo de hoy a los párrafos de Lacan deL'Étourdit. No voy a comentar ple-
namente ese texto puesto que vamos a hacer una lectura sumamente sesga-
da al problema de la topología en su relación con el psicoanálisis, haciendo
foco en la banda de Moebius y el «sujeto del inconsciente••. Quizás trabaje-
mos, de vuelta, con un poco de cintas y tijeras. Así que, si tienen ganas y les
sobraron papelitos, tráiganlos para seguir en la próxima reunión.

1041
10:1
VI

LA BANDA DE MOEBIUS Y UNA NUEVA CON-


CEPCIÓN DEL SUJETO

Vamos a concluir la articulación entre la banda de Moebius y el <<Suje-


to del inconsciente>>.
Nosotros ya trabajamos en la línea de producir un vaciamiento del in-
consciente, operación necesaria para que la articulación entre banda de
Moebius y <<sujeto del inconsciente>> sea realizable. Dicha articulación im-
plica una novedad: la rectificación que Lacan realizó sobre la noción de
«inconsciente>> tal como fue desarrollada por Freud.
Partiendo de aquí, entonces, hoy vamos a terminar de producir la arti-
culación. Quería leerles, en primer término, una cita en la que Lacan arti-
cula fuertemente banda de Moebius al <<sujeto del inconsciente>>. Se trata de
la página 535 del segundo volumen de los Escritos en español'. Es una nota
a pie de página de notable extensión, en la que Lacan promueve la versión
topológica del esquema R afirmando que se trataría de un plano proyectivo,
y articulándolo a una superficie topológica conocida como cross-cap. (Noso-
tros estudiaremos estos conceptos en la última parte de este curso. Por aho-
ra, tomaremos la referencia focalizada al problema que nos compete).
Es esta nota uno de los lugares más claros en los que Lacan articula el
<<sujeto del inconsciente>> con la banda de Moebius.
Se las leo:

"Ubicar en este esquema R el "objeto a" es interesante para esclarecer lo que


aporta en el campo de la realidad (campo que lo tacha).
Por mucha insistencia que hayamos puesto más tarde en desarrollar -denun-
ciando que este campo sólo funciona obturándose con la pantalla del fantas-
ma-, esto exige todavía mucha atención "11•

Cuando llegue el momento de trabajar el cross-cap, revisaremos párra-


fo por párrafo, a pie juntillas, esta cita -es sólo una página-. Hoy voy sola-
mente al punto de la articulación.

"Tal vez hay interés en reconocer que enigmáticament~ entonces, pero per-

tna
fectamente legible para quien conoce la continuación, como es el caso si pre- es un sujeto absolutamente vacío, ya que es el sujeto que Lacan articula al
tende apoyarse en ello, lo que el esquema R pone en evidencia es un plano "representante de la representación".
proyectivo" m. Para que nuestra articulación pueda ser mejor escuchada, voy a propo-
nerles trabajar muy sucintamente tres citas de Alain Badiou, de El ser y el
En 'realidad no es tan "perfectamente legible" como se afirma en el tex- acontecimientov, un libro sumamente interesante, que apunta hacia un lu-
to puesto que, aparentemente, hay un error en la concepción topológica de gar enunciativo bastante frecuente para muchos pensadores en este mo-
Lacan. Según el matemático Pierre Soucy\ no es tan claro que el esquema mento: postular la inexistencia de sistema alguno. Se trata de un trabajo
R sea un plano proyectivo. Pero no importa, por ahora lo dejamos así. que podríamos calificar de "filosófico", que funda la ontología en la mate-
mática, con argumentos fuertemente lacanianos (es el primer trabajo, de
"Especialmente los puntos para los que no por casualidad (ni por juego) he-
los que he leído, escrito por alguien que asume la posición de decirse a sí
mos escogido las letras con que se corresponden m M, i ly que son los que en-
mismo "post-lacaniano").
marcaron el único corte válido en este esquema (o sea el corte mi, MI) indican
suficientemente que este corte aísla en el campo una banda de Moebius. "Convendremos, finalmente, que ningún aparato conceptual es pertinente
Con lo cual está dicho todo, puesto que entonces ese campo no será sino el si no es homogéneo con las orientaciones teórico-prácticas de la doctrina
lugarteniente del fantasma del que este corte da toda la estructura. moderna del sujeto... "VI
Queremos decir que sólo el corte revela la estructura de la superficie entera
por poder destacar en ella esos dos elementos heterogéneos que son (marca- Primera cuestión: observen que el texto habla de una "doctrina moder-
dos en nuestro algoritmo{$ Oa} del fantasma): el$, S tachada de la banda na del sujeto". Esto es así porque va a plantear varias doctrinas distintas
que aquí ha de esperarse donde en efecto llega, es decir recubriendo el cam-
del sujeto, no solamente una -no es la entrada de la noción de sujeto en psi-
po "R" de la realidad, y la "a" que corresponde a los campos "1" y "S".
coanálisis-, sino que él va a proponer varias nociones de sujeto y va a tra-
Es pues en cuanto representante de la representación en el fantasma, es de-
cir como sujeto originalmente reprimido, como el $, S tachado del deseo, bajar con "la moderna".
soporta aquí el campo de la realidad, y éste sólo se sostiene por la extrac- Segundo: no pierdan de vista "que ningún aparato conceptual es pertinen-
ción del "objeto a" que sin embargo le da su marco"11: te si no es homogéneo con las orientaciones teórico prácticas de la doctrina del
sujeto", o sea, no es mera especulación, sino que incide en la práctica. P~a
Si no se comprendió toda la cita, no importa. En primer término, la leí que haya tal homogeneidad, hace falta que la teoría sea, a su vez, práctica.
para que escucharan cómo Lacan sitúa al «S barrado>> de la fórmula del fan- A continuación, lo aclara:
tasma, como una de las partes heterogéneas que constituyen al esquema R
"... de por sí interna a procesos prácticos (clínicos o políticos)" vu.
-considerado como un cross-cap-2 •
Segundo: Lacan define el estatuto del "S" en términos sumamente freu- Vale decir que si no se postula la transformación de lo real, va a ser im-
dianos: "representante de la representación" y "sujeto originalmente re- posible una teoría sobre el sujeto. Toda la teoría del sujeto tiene que ser
primido". Para Lacan, a la altura del Seminario 11, el "representante de teórico-práctica. Y las únicas dos dimensiones que Badiou establece para
la representación" (postulado a partir de la lógica de sl y S2) produce al su- este campo son la Clínica y la política. ·
jeto absolutamente desprovisto de todo material, y localizado en el inter-
valo. Por lo tanto, el sujeto barrado que se articula a la banda de Moebius "Somos asimismo contemporáneos de una segunda época de la doctrina del
Sujeto, que ya no es el sujeto fundador, centrado y reflexivo, cuyo tema circu-
El planteo realizado por Pierre Soury acerca de esta cuestión puede leerse en su texto la desde Descartes a Hegel y sigue siendo todavía legible hasta Marx y Freud
Cadenas, nudos y superficies en la obra de Lacan (1984). Bs.As. : Xavier Bóveda Edicio- (y hasta Husserl y Sartre)"vm.
nes, especialmente las clases 15 de enero y 15 de febrero de 1981.
Hi bien se dedicará una clase íntegra a los desarrollos sobre el cross-cap, a los fines de la Es un párrafo fuerte. Badiou dice que sigue siendo legible la primera teo-
comprensión del párrafo de referencia, conviene anticipar aquí que dicha superficie surge ría del sujeto (aquella del sujeto fundador, centrado y reflexivo) en Freud.
de la costura de una semiesfera y una banda de Moebius autoatravesada por su línea me-
dia. Este modo de constitución es el que permite hablar de heterogeneidad, puesto que si
Ustedes, que son lacanianos, tienden a sostener a rajatabla que Freud pos-
bien la semiesfera es sumergible en el espacio tridimensional, la banda de Moebius autoa- tulaba un sujeto descentrado radicalmente. Bueno, lean este libro, es inte-
travellada por su línea media no lo es. Por Jo tanto, dobo volver n doHL!Icarse que resulta resante, su autor dice que Freud no produjo una nueva teoría del sujeto.
impoMihlo ~n 11ontido matemático- sumer¡lr un ('fYIIII-IVIJI c111 11l ""JIIli'Ín Ll'idimonsional.

106 1Cl7
"El Sujeto contemporáneo es, vacío, escindido, a-sustancial, irreflexivo. Ade- se sería: "el sujeto que tiene un zapato rojo". Para nuestra frase, sería: "el
más, no corresponde suponerlo sino respecto de procesos particulares cuyas sujeto que tiene inconsciente" (no es un forzamiento gramatical, en caste-
condiciones son rigurosas"1x. llano puede ser entendido así).
Demos un segundo paso. Si estudiáramos la frase desde el punto de vis-
Tales procesos particulares, para él, son procesos particulares de emer- ta gramatical, podríamos preguntarnos: ¿cuál es el sujeto de la oración?
gencia de la verdad. O sea, respecto del proceso de la verdad, cuando emer- Por lo tanto, la oración posee un sujeto que no necesariamente es una per-
ge una dimensión particular de la verdad, he ahí la posibilidad del sujeto. sona de carne y hueso. Esta segunda lectura es la necesaria para producir
Es muy interesante lo que propone Badiou, porque él dice que a partir de un vaciamiento radical del inconsciente.
esa emergencia, retroactivamente -y sólo retroactivamente- puede postu- Lo que estoy proponiendo, en definitiva, es que el inconsciente posee un
larse una estructura. sujeto, no que las personas tienen inconsciente. No me van a negar que el
noventa y nueve por ciento de la población que dice algo sobre el incons-
"El vínculo entre la verdad y el sujeto puede parecer, por cierto, antiguo o, en ciente, lo dice en el primer sentido: el inconsciente que tenemos (desconté-
todo caso, sellar el destino de la primera modernidad filosófica, cuyo nom- monos nosotros de la cuenta, como corresponde, para poder hablar tran-
bre inaugural es Descartes. Pretendo, sin embargo, que esos términos sean quilos). Mi impresión es que "el inconsciente que tenemos" se corresponde
aquí reactivados desde una perspectiva diferente y que este libro funde una a lo que Badiou llama la "primera teoría del sujeto" en Occidente. Les pro-
doctrina efectivamente postcartesiana, e incluso postlacaniana, de lo que pongo algo más cercano a la "segunda teoría sobre el sujeto", más próxi-
para el pensamiento des-liga, a la vez, la conexión heideggeriana del ser y
ma a las ideas de Lacan.
la verdad, e instituye al sujeto, no como soporte u origen, sino como frag-
Algunas pequeñas citas para digerirlo. En el Seminario 11, página 28
mento del proceso de una verdad"x.
de la edición en castellano:
El párrafo es crítico respecto de las ideas de Freud, pero nos aporta el "En nuestros días, en este momento histórico de la formación de una ciencia
concepto de <<sujeto» que hace falta para que la noción de <<acto>> sea perti- [... ]a saber la lingüística, cuyo modelo es el juego combinatorio que opera
nente en psicoanálisis. Nosotros vamos a trabajar hoy la banda de Moebius espontáneamente, por sí sólo, de manera presubjetiva, esta estructura le da
y al sujeto así entendido. su status al inconsciente. En todo caso ella nos asegura que el término in-
En quince días, cuando volvamos a encontrarnos, trabajaremos las no- consciente encierra algo calificable, accesible y objetivable"x1•
ciones psicoanalíticas necesarias para que sea oportuno articular la super-
ficie topológica llamada toro. Ahí vamos a estudiar el genitivo para distin- ¿Escucharon?: ''juego combinatorio que opera espontáneamente, por sí
guir dos frases: <<el deseo del hombre es el deseo del Otro>> y <<el inconscien- sólo". Está claro que Lacan niega la existencia de alguna persona ahí. Otro
te es el discurso del Otro>>. Vamos a revisar esos dos casos desde «Subver- modo de decirlo: "de manera presubjetiva ". Y, a pesar de ello, seguimos con
sión del Sujeto ... "• a partir de la teoría gramatical del genitivo (está explí- el inconsciente que tenemos adentro ...
citamente así indicado por Lacan). Lacan está diciendo cuál es, para él, el concepto de «inconsciente>> en
Ahora bien, también está el genitivo en la frase <<el sujeto del inconscien- Freud:
te>>, Yo quisiera revisar qué entendemos con la frase <<el sujeto del incons-
ciente>>. Aquí, el genitivo está incluido mediante la partícula "del", por lo "Fíjense de dónde parte él-de la Etiología de las neurosis- y iqué encuen-
que debemos considerar inicialmente que esta frase es ambigua. tra en el hueco, en la ranura, en la hiancia característica de la causa? Algo
Veamos hoy solamente un ejemplo y dos posibilidades de lectura -ya que que pertenece al orden de lo no realizado"XI1•
consideramos dicha frase como ambigua3-. Reemplacémosla por otra para
facilitar la comprensión del problema y digamos "el sujeto del zapato rojo" Habitualmente se habla de "represión": el sujeto rechaza, reprime, reniega,
(hay una película con un título muy similar). Una forma de leer esta fra- desmiente, forcluye ... Ahí sí hace falta una persona, si no lquién reprime?

~~n la práctica psicoanalítica, y aunque el significante en todos los casos sea ambiguo, de-
"Se habla de rechazo. Es una precipitación y, además, desde hace algún tiempo,
bido a nuestra posición ética, no siempre debemos convertir en ambiguas todas las fra- cuando se habla de rechazo, ya no sabe uno de qué se está hablando. El incons-
aell producto del decir del analizante; algunas deben ser tomada& al pie de la letra: en ta- ciente se manifiesta primero como algo que está a la espera, en el círculo, diria
lua casos, la posición ética indicaría no dejarla• vacilar (A. F.. }.

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yo, de lo no nacido. No es extraño que la represión eche cosas allí [en el círcu- Aquí se reafir~a lo qu~ venía diciéndoles: es}a cad~na sigilifi:c:arlt~ 1~
lo de lo no nacido]. Es la relación con ellimho de la comadrona que hace ahor- que constituye al sujeto del inconsciente, o, en todo caso, al sujeto de esa
tosXIII. [No pierdan de vista que, hasta la aparición de Sócrates, "mayéuti- mismacadéria significant~e: .. ···· - · · ..
ca" significaba el arte de la partera]". En «Televisión», parte 6, página 124, de la edición castellana, sostiene:

Lacan propone al inconsciente como u11a ~structura de causa, de ~u­ "El sujeto del inconsciente emhraga sobre el cuerpo. Es necesario que insista so-
sa fallida. En función de la causa fallida es lo que no adviene, y, entonces, bre lo que no se sitúa verdaderamente más que por un discurso, a saher; de eso
en el terreno de lo que no advie~e, el inconsciente es lo que_está-para-a"1-- cuyo artificio plasma lo concreto [fait le concret]. iAh tanto!
uenir; Ahí se requiere de la dimensión ética, porque es cierto que se puede ¿Qué puede de ahí decirse, del saber que ex-siste para nosotros en el incons-
echar ahí lo reprimido, pero hay que saber que eso no tiene nada que ver ciente, sino que únicamente un discurso articula? ¿Qué puede decirse de
que lo real nos llega por ese discurso?"XV..
con la causa del inconsciente. ~ª--'-'e'ªe;m;iª" del inconsci~nte n,o e~)q r~pJ'i­
mido, sino la combinatoria pura y presubjetiva que puede llegar a propu- Lacan dice que el sujeto del inconsciente, efecto de la pura combinato-
cir un efecto ~~i~to. ria, embraga en el cuer_po. Un embrague·es un dispositivo que sl.rve para
La última, página 33:
acoplar y desacoplar cosas, es una manera de hacer el acoplamiento posi-
ble. El inconsciente embraga en el cuerpo y, por lo tanto, puede haber con-
"La discontinuidad es, pues, la forma esencial en que se nos aparece en pri-
mer lugar el inconsciente como fenómeno -la discontinuidad en la que algo
versiones histéricas. Pero eso no quiere decir que el inccms~i•;mt~-~st~ aden-
se manifiesta como vacilación" XI~ tro del cuerpo sino, justamente, todo lo contrario.
Vayamos ahora a nuestro texto central d; referencia: L 'Étourdit. Con-
Observen que no lo propone como "el retorno de lo reprimido", sino como sidero que en este último escrito está propuesta, por Lacán, süú.1ti'iila teo-
una discontinuidad. Lo habíamos trabajado en nuestro anteúltimo encuen- ría del inconsciente, del año 1972. Entonces, la fórmula es: •
tro como la relación e'ittre las dos escenas: resaltamos que hacía falta u·na "Que se diga queda olvidado tras lo que se dice en lo que se escucha
discontinuidad que inaugure discursivameñte la "otra escena"' para que [entiende]"XYT. •
algo del inconsciente pueda advenir. ·
Veamos ahora una cita del Siú?iinario 8, «La Transferencia», de la clase Espero que recuerden la aclaración que habíamos hecho acerca de cómo
del 8 de marzo de 1961.4 Dice: • traducir el término francés entendre. 6 Bueno, como verán, ¡Se trata~PW:Eln­
temente de un olvido; de un olvido que no es producto de ninguna repre-
"Hay una razón por las que éstas [no nos importa de qué está hablando] son sión, ni siquiera de un acto voluntario o involuntario de nadie, sino de la
especialmente privilegiadas, captadas por el resorte de la cadena significante [es estructura dellenguaj~. •
éste el concepto que estamos buscando en su relación al sujeto del incons- Les leo la frase que sigue a la anterior, para que me sigan:
ciente] en tanto que es ella la que constituye el sujeto del inconsciente" .5
"Este enunciado que parece de aserción por producirse en una forma uni-
La versión realizada por la École Lacanienne de Psychanalyse propone, en la página 143 de versal... " xv11• ·
la Stécriture: "ll y a une raison " a ce "pourquoi celles la sont spécialement privilégiées, cap-
livées, captées par le ressorl de la chaíne signifiante en tant que c'est elle qui constitue le sujet Si posee "forma universal", entonces no requiere de la subjetividad de
del 'inconscient", Mientras este libro se hallaba en proceso de edición (febrero de 2003), apa-
reció la versión española del seminario editada por Paidós -traducida por Enrie Berenguer- nadie. Nadie reprime sino que, como el inconsciente tiene estructura de len-
. Si bien no presenta grandes divergencias, la cito a continuación: "Hay sin duda una razón guaje, adviene a nivel universal para toda lengu~/ en la medida en que~ es
para que éstas se vean especialmente privilegiadas, cautivadas, captadas en el resorle de la ca- inevitable que se olvide que se diga. Eso significa que, efectivamelité, siem-
dPna significante, en la medida en que ésta constituye al sujeto del inconsciente" (Lacan, Ja- pre se produce este hecho: cada-vez, el que se diga quedará olvidado tras io
cques (2003) [El Seminario, Libro 8], La Transferencia (p. 213). Bs.As.: Editorial Paidós).
.J. 1,acan, Le Séminaire, Livre VIII: Le transferl dans sa disparité subjective, sa prétendue
que se dice en lo que se escucha /entiende. ·
Mituation, ses excursion techniques [1960-1961] (Versión realizada por la École Lacanien-
no de Psychanalyse, disponible en francés en www. ecole-!acanjenne. net/bjbliotheque, Cf. capítulo IV de ese libro.
ela11e deiS de mayo de 1961). Consignamos aquí una traducción libro do Pablo Peusner. Conviene aquí una pequeña aclaración: el inconsciente adviene como universal para toda
( fo~ncontraré el lector este pasaje en la página 141 du ha rucletnl.u uriidón c·aHIA.~llana). lengua que tenga estructura significante. {A. E. }

110 111
En la página siguiente, en la 18, afirma: Ustedes verán cuán interesante es y cuán práctico les resulta hoy a la
tarde en el consultorio. No se trata de un cambio en la persona del ana-
"Pero de antítesis, esto es, en el mismo plano, en un segundo tiempo, de- lizante, sino que se trata de un sujeto nuevo que plantea una estructura
nuncia su semblante: al afirmarlo por el hecho de que su sujeto es modal, absolutamente distinta. Es ahí cuando la histérica que renegaba porque
y al probarlo porque éste se modula gramaticalmente como: que se diga. no había hombr!'!S, (:iic~: "¿Yo te conté de mi compañero de oficinfi? iAh!
Cosa que ella convoca no tanto a la memoria sino, como se dice: a la exis- iS{hace diez años que anda detrás mío, es un tipo divino!". Uno estaría
tencia" xvm. tentado de decirle: "Pero, ¿cómo, no era que no había hombres?". Efecti-
vamente, para la otra sujeto no los había, pero sí para esta nueva subje-
En este párrafo rectifica su propio decir, o propone una lectura particu- tividad. Es notable. Y es notable si uno trabaja en una clínica que habili-
lar de la página anterior: el "qu,eda olvidado" estaría más relacionado c~m te, así, la noción de <<aCtO>>. Para producir su noción de <<acto••, Lacan dic-
la existencia, que con un olvido en articulación a la memoria. tó un seminario completo, pero entre los psicoanalistas lacanianos eso se
Recuerden que, en los dos primeros seminarios, el incon;ciente era una leyó cómo mandar al paciente a hacer algo, como permitirle realizar cier-
forma de concebir la memoria simbólica, o sea, estaba esencialmente arti- ta cosa. Entonces mandan al paciente al cementerio, a visitar a la tum-
culado a la memoria. Aquí ya no, aquí queda ligado a la existencia. El "le- ba del padre, a que haga algo, como si <<acto•• fuese "hacer algo". Y <<acto»
vantamiento de la represión" ya no se verifica en el hecho de que alguieñ no es "hacer algo". Lacan articula el acto a la lógica mediante la cual s~
de
recuerde, sino en que algo advien.~ ~ lli. ~xiste~~ia -:-e~ otra ~?~~a co~ce­ concibe lo nuevo. Tan fuerte es el advenimiento de una subjetividad nue-
bir el efecto de la práctica psicoanalítica-. va, que el sujeto, como sujeto humano hablante, implicado en ella; ~ue­
Las ideas de Badiou son esclarecedoras al respecto: para él, cuando ad- le llegar a testimoniar un mundo nuevo: cambia el mundo circundante,
viene un efecto particular de verdad, he ahí un sujeto. Y, a partir de ese ad- se empieza a ver la realidad de otra manera, los vínculos se entienden de
venimiento (el de un sujeto que es nada más que un efecto particular de otra manera, la familia, el trabajo ... todo empieza a cambiar. Ha cambia-
verdad), retroactivamente se establece una estructura -la estructura que do todo, ya que se trata de otro sujeto. En un análisis, sueien ser necesa-
nosotros tendemos a creer que es la que determina con anterioridad al su- rios al menos dos de estos cambios, no alcanza con uno; hacen falta al me-
jeto-. Quiere decir que tiene que haber un decir (que se diga), un efecto de nos dos de estos cambios radicales de posición subjetiva (uno de hi'entra-
verdad y, a partir de las preguntas que despierta ese efecto de verdad -por da enamilisis, y el otro de la salida o fin de análisis('Hacen taíta-dos;u-
ejemplo en un síntoma-, se establece retroactivamente la estructura que jetos distintos a partir de un primero, y van a ver que no es entonces ni la
lo determina. persona que habla, ni la persona que reprime, ni el retorno de lo reprimi-
Pero es absolutamente no sustancial y vacío. Entonces, es importan- do, ni nada de esa índole.
te captar que no se trata de causa y efecto en el sentido clásico que indi- Sigamos con el texto, página 21.
ea una relación secuencial -primero la causa, y luego el efect()-; N o es que
hay una historia (que llamaríamos, con Freud, del trauma, del Edipo o del "Dije discurso de la matemática. No lenguaje de la misma. Téngase en
Complejo de Castración) que determina cómo un sujeto humano hablante cuenta que para el momento de retornar al inconsciente, estructurado como
debería ser. No es así, eso no existe, no es articulable a la noción de «Suje- un lenguaje, he dicho desde siempre. Pues en el análisis es donde se orde-
to" que desarrolla Lacan. na en discurso "Xrx.
Lacan propone que, a partir de un efecto sujeto entendido como una di-
mensión histórica particular de la verdad, articulada a cierta modalidad del . El inconsciente, para ser práctico, se tiene que ordenar en la forma de
goce se establece retroactivamente una estructura que es la que le corrés- un discurso. O sea qÜe no existe inconsciente si no es dirigido a un analiS'-
ponde. Producido el acto y un' sujeto nuevo -no por nada no hay nocióñ de ta. Es en el Vínculo discursivo analítico donde puede advenir como tal. •
.. acto•> ni de <<sujeto nuevo>> im Freud-, ia historia se inscribe retroactiva- Noten que, si para advenir como discurso hace falta un dispositivo con
mente a partir de ese efecto sujeto. Cambia la historia, es "otra" historia; el analista, menos que menos puede ser sustancial e interno. Va a se~,p~a
y si tienen bastante práctica analítica como analistas o como analizantes, colmo, lo que se va a producir entre esos dos sujetos humanos habfantes.
pueden haber llegado a vivir eso: cómo, realizando el acto que produce. un lVen cómo queda totalmente vaciado, porque ni siquiera existe como taf?
Mujeto nuevo, cambia la historia y se empieza a hablar de otros famiUJU.;es, Es una entelequia psicológica nuestra decir que hay inconsciente, y;; que
do otros personajes, de otras amiatad,a, de ntro11 problemas. noló ñay. - · · • · ...

ll:l
112
Este advenimiento de un sujeto nuevo, puede suceder por un trauma dos estructuras homeo~orfas con distinta posici?n en el espaci2. Y el hecho
terrible: una estadía en un campo de c~ncentración, un accidente brut'á.I dé que-tengan distinta posición en el espacio nOñace a su estructura tópo-
de ésos que salís sin las piernas... En tales casos es incalculable el efecto. lógicá:Y6 pódda tener aquí una cinta de papel, hacerle un nudo,luegorea-
Como práctica discursiva, la única práctica discursiva que lo propone es el ltmíf una semitorsión y pegarla. El resultado sería una banda de Moebius
psicoanálisis de Lacan -cuidado, no los psicoanalistas lacanianos-. Lacan en otra posición espacial que una banda de Moebius tradicional. Lo compro-
lo plantea explícitamente. No por nada es el único psicoanalista que intro- baríamos mediante el corte por su línea media, y veríamos cómo se compor-
dujo la noción de «acto>> en el contexto de un planteo ético. Y la lógica del tan. El resultado del corte testimoniaría de la misma estructura.
acto implica un sujeto nuevo. Pero el sujeto nuevo no es una persona nue- ¿Adónde nos conduce esta diferencia? A una primera cuestión crucial:
va, sino que lo absolutamente nuevo es el efecto particular de verdad que la estructura en oposición a la forma-imaginaria. Neurosis y psicosís-remi~
adviene y la modificación de la posición desiderativa y del goce. A mienten- .1
.'',¡.'
ten a la estructur~. Les hago una apuesta, sean sinceros conmigo: ¿quien
der, la virtud de esta teoría reside en que, además de ser súper clínica, es de ustedes hubiese dicho ·que Schreber"era psicótico por su estructura, añ-
absolutamente específica del psicoanálisis. Así, el psicoanálisis no se con-
funde con ninguna otra práctica.
Bueno, dos cositas más. De L'Étourdit, para los que lo siguen encaste-
llano, págináOU: ~ •
1
¿
tes~deldesencadenamiento? 1Cómo Schreber iba-a tener problemas con la
ley! Era abogado, juez, presidente de la Corte de Apelaciones, el más apto
de los abogados de su generación; y tanto es así que lo pusieron a presidir
un Tribunal de Jueces de una generación mayor que él.
¿Quién le hubiese diagnosticado psicosis? Nosotros nos guiamos mucho
"Porque, hay que decirlo, el inconsciente es un hecho en tanto [yo diría 'en tan- por la forma (que remitiría a la posición en el espacio), y hoy día es muy ai-
to y en cuanto'l encuentra su soporte en el discurso ... "XX. fícil que u¿ lacaniano como nosotros haga un diagnóstico de psicosis, si no
se trata de un esquizofrénico o de un paranoico con un delirio muy eviden-
Si no está el soporte en el discurso, el inconsciente no existe. Creo que lo te. Nosotros, mediante el recurso a la topología, tenemos una p~§i'!>!lid!id
logramos: no ha quedado nada adentro de nadie. Nosotros eXistimos, qué-· de trabajar una estructura que se revela mediante el corte, con i!]..4ep~n­
dense tranquilos, estamos llenos de chi11chulines y porquerúts ... Pero el in-

.¡ :\ dencia total de lo imaginario (de su forma o apariencia).


consciente, como tal, solamente es un he_c:ho discursivo. Un lapsus ya ño , Sesunda cuestión: es sobre la banda de Moebi¡ls. Al tener un.sglo ~or­
es una foriíüidón del-inconsciente; y m~nos que men~s lo es un sueño. E"n
Lacan, a esta altura, tendría que ser un sueño entramado en un discurso
de determinada manera para que concierna al inconscient~.
El otro día alguien me decía· "Yo me doy cuenta de que cuando le digo a
mi analista que voy a contar un sueño, agarra lápiz y papel ... ". iQué idio-
tez! ¿Entienden por qué? Porque cree que está ahí el inconsciente. Ese ana-

,, ~
de -que lo habíamos descrito como "_?oble bu<:l,{' o "clo}>leri¡o"-, estudia-
mos que limita una superficie, pero que n,Q 1:1~ t:r.ª-tª- ,qg YAª .§-lJ,perflCiéé~­
rrada. Para distinguir entre "limitar una superficie" y "encerrar una su-
perficie" dimos el ejemplo del aro de básquet, que limita con precisión una
superficie (se puede establecer sin dudas s1la pelota pasó o no por dentro
1.·; del aro de básquet), pero la pelota puede entrar y salir porque la superfi-
lista debe creer que de eso sí que no se puede perder nada ... Como si lo de- cie queda abierta.
más fueran meras tonterías que dice el neurótico insoportable ... Pero cuan-
do viene un sueño, ino, eso hay que tomarlo al pie de la letra! Si el anali-
zante entendió cómo viene la mano, se lo regala: "iTomá, aquí va una de
1 La virtud de presentar la banda de Moebius un único borde, que que-
da limitado pero no encerrado, da la pista d~ la estructura dellncoriscie'h-
te. Que sea abierta puede leerse como la exigencia de que sea discl!:r:s.i¡o~ Si
las cosas que a vos te interesan!". Entonces, agarra la mandolina y le dona el inconsciente estuviese cerrado, adentro de cada uno de nosotros, no ha-·
el sueño. Sería, en todo caso, lo menos confiable de todo lo que diría. Prué- brla forma de acceder a él. Con Ió cual, es abierto: se tensa en un discursó.
benlo con un obsesivo, es una prueba categórica, díganle: "Che, ¿nunca un Tengan en cuenta que ni siquiera es necesario el dispositi~o· an;Iític~ p;a
sueño .. ?",y prepárense para la próxima sesión cuatro blocks y siete lápi- que un fenómeno típico del inconsciente advenga como tal en el discurso:·
ces para tomar nota de la proliferación increíble de sus sueños. podemos recibir una excelente interpretación de cualquiera. Esa tonta f;a-
Bueno, ahora retomemos la banda de Moebi!ls (espero que recuerden se del portero a la mañana: "Parece que tuvo una mala noche licenciado".
t.odo lo que hicimos en la reunión pasada). iAh!, y uno ni siquiera había pensado que había tenido una mala noche; lo
-frj'Pprg"i!istinció~ en_t:.e «estru~t~ra topoló~ca': (articulable mediante descubre por lo que uno, sin saber, dio a ver, pero que fue interpretado de
lu nodon de h~meomor1ísmoJ y...."POSICIÓn
_
--- .
en el espacio». O sea, puede haber- una manera muy pertinente por el portero del edificio. Aunque el porte-

114 115
ro no tuviera vocación psicoanalítica, sin dudas es capaz de esto, lo que de- tes. Te dicen una cosa así, sorprendentes. Pero un comentario de esta ín-
muestra taxativamente que es una superficie abierta. ·ttme t'1'0"fevefaia estructÜra. d'sea, no.estamos operando con la estructura
La condición de estar ljwjtii!qª nos sugiere la "condición p;gt.i~u.l§,f". de la que se trata. No_ pierdan de vista que nosotros, rñ~qJªi!~~err~~\1f8o A
Es condición particular y abierta. Es una superficie limitada pero abierta. la topología, intentamos estudi?I" cortes que revelm. ~ e.atru~- El co¡i_:
Digo: cada analizante es distint"O, esto requiere establecer un límite. Ah~­ de la banda de Moebius por la línea media advino para nosotros con cierta
a
ra bien, efh.ech~-de que cada an8.l.izante sea disüñtano nos obliga conce- sorpresa, porque la intuición espacial no nos daba esa posibilidad (es uña
birlo como una esfera, como un individuo, como el huevo de El Yo y el ello; buena forma para que empiecen a desconfiar de lo intuitivo-espacial). Se-
la banda de Moebius nos permite trabajarlo como limitado pero abierto. Es guimos practicando una "psicología psicoanalítica" que nos hace creer que
una diferencia muy potente: quiere decir que adviene como iai en el discur- el sujeto está adentro del cuerpo de la persona, y que las palabras vienen
so, pero que advenga como tal én eí discurso no qulere decir que .Cl,l,W,¡;¡u~r de allí dentro; que en realidad hay ideas adentro y que las palabras las sa-
cosa sea interpreta~le. Esta historia que se establece retroactivamente, y can. Eso es intuición espacial que se verifica absolutamente falsa, tan sólo
esta otra historia que se liga a la anterior y que también se establece retro- ·Ú con pensar la verdadera estructura del hablar.
activamente, no puede ser cualquier cosa Es exactamente esa, y hay que ·, Bueno, tenemos otro corte habilitado por la estructura de la banda de
1b

tener buen oído y ser buen instrumentista-paia'dar el texto exaéto, adecua- ,¡( Moé'bfus entre eí ocho interior y el doble bucle.:·-Ese corte es sumaniEmte
'11\
do, para que la articulación de historias se establez~a. Por ejemplo, la psi- interesante porque puede ser útil para revelar la estructurade lo Simbó-
coterapia de grupos pasa por la lógica de ser cien por cien discursiva, pero lico, lo Imaginario y lo Real, como sie~do do~y ~;m_?.;. Este co~t~ q~~ proQ.~­
se desvanece la diferencia particular. Con lo cual, nosotros conservamos 1a ce la estructura de dos y uno -que leímos como el montaje de lo Imagina-
particularidad a pesar de concebirlo como un fenómeno discursivo. Eso es rio y lo Simbólico que vela 1~ Real- tiene de revelador el indicarnos la ne-
fuerte, y permite ser pensado mediante la banda de Moebius. cesidad de las dos vueltas del corte_. Para~ev~i~.e~ta'e~t~lict~;;~h-;_~~'f";ii.
, :rerc~ ~r~_~o,~ c.qu.la.b~a .de Mo~ius co~ una &u.,p_erficie u~.­ ta dar dos vueltas completas. Esta es UJ19,.i.~Qi(~liiifu-¡¡ ñunca vamos
laté'Mt,' gue tlene U_ll umco lad_o. V1mos que se la podna "atravesar" con una a tener cernida la estructura de lo Simbólico, lo Imaginario y lo Real para
aguja'1Jerolo que hacía falta era conocer la estructura topológica comple- el sujeto del inconsciente, si no damos dos vueltas completas soqr~A~-
ta d.e esa superficie para verificar que se estaba atravesando la superfici~, Uode lo que se trate. -
entrando por un lado y saliendo por el mismo. La virtud de eso es que qpi- áJ./· Esto es más radicai que la sobredeterminación de!. sí~toll1a. La sobre-
'1
ta toda dimeilsión de profundidad:.no hay~ pues, u:q p,ª¡;ªje a lo profünaQ. determinación Fréúdiana del síntoma proponía recorrer la red muchas ve-
.. •••- •• • •- • •"• '•>' -'• ·-~_...-r ~ ..- -..... ~

La bandaQa.~ua. respondiendo.p,w;.la.~u.ra. cid ~uje~ del incon~ ces para que el síntoma se disolviera. Esta dimensión propuesta pq:r I.acan
ciente, propone que no hay "cara superficial" ni "cara profunda", sino que ~
sóbre la banda de Moebius es estructural: para que cualquier fenómen~~de
es la misma, ya que no hay dos caras,.Medi~nte la misma caraCterística, se la índole de lo designable como "sujeto del inconsciente" pueda ser'cort~­
resuelve e! problema de la "doble inscrip~ión'~. • do, se requiere una doble vuelta -nunca es suficiente una sola-. Y si u~e­
C~ la estructura de corte de la banda de Moebiufi. El verdadero cor- des han dado sobre eso una vuelta, sepan que están en una posición inter-
te eti<}Uel que es capaz de revelar la estructura de la qu~ se trata. Par;el media, insuficiente.
caso de la bandade Moebius, tiene que ser el corte por la línea medii. al El inconsciente es un fenómeno discursivo, no está adentro de nadie.
que llamamos ocho interior. El falso cort~ la lógica del falso corte es muy Cuando se produce el caso de una iuterpreta.cióp verdaderA q'!le produce On
interesante estudiarla porque se puede hacer una ciencia mediante falsos corte, y uno quiere en la sesión siguiente citar ese decir, ¿acaso no vaciiamós
cortes. Es, de hecho, lo que intenté transmitirles con el hombre que volvía 1 sobre..la persona enunciativa de ese decir? Cuando decimos "interpretación
a la caverna de Platón, encandilado por la luz del sol, teniendo menos ca- .1 verdadera" no es cierto que la haya dicho el analista. Les quiero proponer
pacidad para ver las sombras que los que habían permanecido encadena- ·~ que no es que "el paciente" pasa por eso, sino que ''"él decir" pasa por eso.
dos. Hay todo un mundo que se puede establecer a partir de esto, que sería No se trata de personas. Si van a tratar de pensarlo a partir de personas:
un falso saber que ocultaría la estructura de la que se trata. Perfectamente van a extraviarse porqÜe van atrabajar con otra espacialidad.
podría ser eso la psicología_. No sé si se habrán encontrad¿ con comentarios Como analistas, ¿nunca prodl.\ieron una verdadera interpretación sitl d,ar-
psicológicos notablemente desarrollados para la descripción de fenómenos se cuenta? 'El paciente les dice: :'Lo que me señalaste la vez pasada me rom-
sociales, por ejemplo: las mujeres anoréxicas tiene_n madres muy demandan.- pió la cabeza". Y uno no se acuerda ni de lo que dijo; es más, tuvo la sen.sa-

llti 117
ción de no haber dicho nada, que fue una sesión de las comunes, de las de bier~. s~!>!do desde antes. La pura emergencia de lo nuevo no produce sor-
todos los días ... ¿cómo uno puede haber interpretado plenamente algo con presa alguna. Uno verC:faaeramente se so:rprende solamente al encontrar-
un éxito clínico de esa envergadura, sin tener absoluto cálculo ni noción de se, bajo una modalidad nueva, con aq~ello que ya·~~b~il: y los fenómenos
lo que estaba produciendo? Es que Eso no es ni está dentro de uno . E)in em- del inconsciente, si es_q\.!~ lo~. J:lay,todos egos consisten en eso.. -
bargo, hay que trabajar en pos de establecer las coordenadas, porque si nq, Por lo ta:qto, en los fenómenos del inconsciente tiene~?, que verificar ne-
no se cortó nada, no se despejó la estructura. Que Eso me haya sorprendi- cesariamente, siempre, la ap8!ición de 1~~ dos d,i,w.~n,sion_:s: "lo nuevo""'·y
do a mí es lo más obvio, porque yo tambiéñ estoy tomado en un discurso. un "ya lo sabía". Si faltara alg}¡lna, estaríamos seguros de que no sé irattl
El que yo no sepa por qué, como analista no me disculpa de ponerme a tra- del inconsciente, sino de otra cosa. •
bajar para saber por qué." .
. No se trata de "lo inefable". No tiene nada gÜe
ver con el objeto a, ni con lo imposible de decir, ni el A barrado, ni todo e,¡;o
Por ejemplo: la queja de los analizan tes cuando el análisis no logra pro-
ducir el corte es' el cansancio por "lo mismo de siempre". Algunos de ellos
que, si no está bien trabajado por nosotros, n~s deja en la comodidad de l!O son tan buenos con el analista, que testimonian del cansancio por la vía de
operar en pos de establecer qué fue aquello que funcionó. la vergüenza: "Me da vergüenza contarte otra vez lo mismo". Con lo cual,
"' Les prop\ll:1.~9.t1e labapqade MP~b.i..us:t"esp~>IJ,¡le..~,estructu,{~.del su~­ estamos todo el tiempo en lo que "Yo ya sé". En relación con" esto, hay una
to del WCOil&eient~, entendido como una forma de leer esa frase de Lacan interesante diferencia con la clínica de la psicosis, puesto que esta suele fal~
utilizando el genitivo: si existe el inconsciente, puede establecerse un s~­ tar el testimonio de la vergüenza porque "Tú (el analista) ya lo sabes". El
jeto de ese decir inconsciente• y la banda de M.oebU.U..~ PfQ¡;lQ~a u¡¡a psicótico no se disculpa por el "Tú ya lo sabes". N o cuenta con ese cálculo,
estrudurapara realizar su estudio. narra siempre como si el texto fuera nuevo. A mi entender, es la manera
Quisiera, para concl~ir, introducir una manera de ~~~~~.E!:!:ll!lizar JQ que má~ típica del n~ologismo psicóticq: no la palabra nueva o la palabr·a.coñüñ
habitualmenTe, en la clínica, llamamos ~ctQ i¡;u:sl'Ul§~.~e". significado insólito, sino la falta de composición dialéctica del relato. •
Quienes me conocen, saben que yo no trabajo en mi clínica, ni en mi Cuando adviene el corte de la sesión, advi~ne lo nuevo articulaao a eso.
modo de transmitir la teoría psicoanalítica, con la represión. ~ásicamen­ Si algún poema de algún poeta les produce algun~ ~ez un ¿:fectode sorpre-
te porque me parece que tenemos formas mucho mejoreS: menos contra- sa, es porque ustedes nunca hubiesen supuesto que eso que ya conocían
dictorias y menos yoicas, para expresar aquello de lo que se trata. Porque, podría ser dicho así.
aunque los analistas lacanianos no terminemos de reconocerlo, la repr~~ Demos el paso que sigl!e: ese efecto sorpresa, como lo e.sencial del fenó- •
sión es un mecanismo yQ.icQ_;_hace falt~ siempre decir quién reprime: algo, meno de lo inconsciente, s~ articula nptablemente a la propied~d de la b~n­
alguien, o una instancia represora. Entonces, esa concepción nos lleva a de- da de Moebius de parecer con dos caras y tener sólo una -lo que llamamos
cirle a nuestros analizantes: "Usted reprimió", y siempre, cada vez que le su unilateralida..d-. Ahora bien, este es el problema que\en~:QlO!'l <::m;ñoana-
decimos eso a alguien, los pacientes responden· "Lo hice inconscientemen- listas: sólo adviene la unilateralidad cuando el recorrido es complito.'Tn-
te". Es, realmente, un diálogo estúpido ... tuitivamente, iniciamos el recorrido por el lado coloreado de azul, lo tran-
Aquello que en nuestra práctica clínica se llamó "levantamiento de una
represión;; siempre se trató de algo que implicaba la dimensión de la sor:
sitamos; pero sólo es posible descubrir que aqu~llo que aparentemente
nía otra cara, tiene una sola cuando el recorrido se completa.
~-. . .. .,.
,, .
•··. ..
te-

presa. La sorpr~sa es el mejor testimonio de que se efecti\j;Z_<) ~~o_.a~e coil- Indicación clíni~a: para concluir todo el recorrido, hayqlie dir~, por-
sidero mucho más conveniente designar como "cambio de la posiclón del que la posición neurótica consiste, justamente, en la detención del recorri-
.'llljeto". En tanto que analistas, debemos revisar el testimonio asociado"'a
~ - do. ~o es "represión" ni "resistencia". Freud lo llama~a más bien "cambio
la sorpresa, puesto que es el mejor testimonio para saber que- . estamos ~n de vía". Es muy clínico, al menos para mí es sumamente clínico.
la vía "de lo que se trata" en psicoanálisis. ¿cuál es la maniobra neurótica que Freud designó como <<rep·resión>>? La
Si luego de una intervención del analista, o luego de un traspié en lapa- detención del recorri~o. No se sigue hablando de cierto ru¡untp: se llegahasta"
labra producido durante la sesión adviene como consecuencia la sorpresa, un punto. Habitualmente, los analistas lacanianos contribuimos a que eso
i.de qué índole es la estructura de esa sorpresa? Sin lugar a dudas, tiene que suceda, porque trabajamos sólo con lo que el paciente dic~y con el silencio.
ser algo inesperado, porque si no, no advendría el efecto sorpresa. ¿se trata Y no está bien comprendido. Hay que hacer concluir,el r~~ox._rj!i..<.>.P..tl!a q~e
del advenimiento de "lo nuevo"? N o pierdan de vista que jamás podría pro- se verifique que el sujeto ya sabe (si no, el psicoanálisis es magia).
ducir sorpresa el advenimiento de "lo nuevo" ~ acaso el paciente no lo hu: Una persona viene con ciert~ problema, causa de su padecer, al psicoa-

IIH
119
conducir la cura. Y adviertan que no se trata de un problema de fuerzas, sino
nalista. El psicoanalista no puede.e¡aber."~~ es, porque nosotros no con<?- de un problema de lógica (Lacan define al analista como "puro dialéctico''8,
cemos la causa del padecer de todas las personas. Sí ustedes creen que co- como si fuese a discutir tina partida de ajedrez, al estilo de "¿por qué movis-
nocen la causa del padecer de las personas, aunque esté dicho en términos te esta pieza, si moviendo esta otra comías el caballo?").
psicoanalíticos, se trata de filosofia, y, en el peor de los casos, de psicología. Hasta aquí por hoy. La próxima, entonces, va a ser dedicada al toro como
Si ustedes creen que los pacientes van a verlos por el malestar en la cultu- superficie topológica de referencia. Y los conceptos psicoanalíticos que le va-
ra, están pues trabajando como psicólogos. "' mos a articular son «necesidad», «demanda>• y «deseo>>, más la noción del
Wuál es el principio lógico que ordena·la consulta al psicoanalista? Que «deseo del Otro•> trabajada como la plantea Lacan en ,.subversión del suje-
tanto el futuro analizante como el psicoanalista suponen que toda la infor- to ... », a partir de articularla al genitivo y al concepto de neurosis.
mación necesaria está "en" el futuro analizante. A veces sorprende el hecho
de parecer estar en el analista, porque el analista dice esa palabra que pro-
duce la precipitación de las consecuencias. Pareciera que el analista adivi-
na, pero lo único que hace es continuar con el argumento ~el que hay que
decir, entonces, que tampoco estaba en el sujeto que consulta-.
ll! No hay nada reprimido en el analizante, no hay nada en la profundi-
dad, está todo en la superficie discursiva. Pero solamente se revela cuando
se recorre la. ~uperficie complf:lta. La m~iobra ~eurótica es .fñterru~pir~
recorrido. Freud lo llamaba "el cambio d.~ yía'':..se viene hablando sobre tal
tema y, de golpe, se pasa a hablar de otra cosa. Para Freud, era un indica-"
dor clínico central, era uno de los lugares esenciales en fOs que intervenía.
¿Por qué cambió de teml!_? El)a es un~ intervención crucial del analista. Ob-
viamente, no lo van a interrogar cada vez que sucEtda porque si no, ei ami-
lisis se convertiría en un delirio monotemático. Lo que sí hay que evaluar
es cuándo intervenir de este modo, o sea, cuándo favorecer para q);le se siga~
hablando de cierto asunto y se produzca el recorrido completo. ··" ·~ •
Lamentablemente. esta posición del analista -implícita en mi planteo-
no quedó como marca fundamental de la enseñanza de Lacan. Lo que que-
dó fue la posición de silencio: Sólo se escucha, o se repite una palabra. Pero
así no se tensan los argumentos. El analista lacaniano no dice: "Pero, ¿cómo
puede ser que usted tal cosa, si usted tal otra?", como hacía Freud. Es el ana-
lista el qué tiene que conducir ese recorrido, hasta que se produzca la posi-
ción de analizante. Cuando el paciente ádViene a la posición de analizante,
ya podemos relajarnos y estar más tranquilos en nuestra posición.
Esta propuesta rectifica la teoría que tenemos del inconsciente: no hay,
por tanto, nada reprimido, ni nada en la profundidad. El sujeto tiene una
posición respecto de la red: frenarse, no seguir adelante en el argumento:
El llevar el argumento hasta el final obliga a introducir el estatuto ético,
esto es, el "¿por qué?" y el deseo de saber. Queda claro, entonces, por qué
el sujeto se detiene a mitad del camino: ,¡;; "
El asunto es concluir con el argumento. Y el argumento tiene estructu-
ra de banda de Moebius: no hay nada de la psicología de las profundidades,
está todo en la superficie, pero no adviene como tal hasta que no se termiña 'l\s( la neutralidad anaUtica toma su sentido auténtico de la posición del puro dialkti·
co ... ", Lucan, Jnr.quuH ( 1992) !Escritos 11, Intervención sobre la transferencia. <p. 215).
de dar toda la vuelta. Para 9.ue se dé toda la vuelta, ell el analist~ el que debE:

121
1~0
Bibliografía
VII
Corresponde a la nota 1 de la página 533 de la edición francesa.
11
Lacan, Jacques ( 1992) [Seminario 2], De una cuestión preliminar a todo tratamiento po- t INTRODUCCIÓN DEL TORO: UNA
sible de la psicosis. (pie de pág 535).
III Jbíd.
Jbíd.
i RECTIFICACIÓN
~
IV
V
Badiou, Ala in ( 1999) [El Ser y el Acontecimiento], Bs. As. : Ediciones Manantial.
VI Jbíd. (p. 10).
~\\
Vil Jbíd.
VIII Ibíd. (p. 11) [el subrayado es de Badiou].
IX Jbíd. Hoy abordaremos una superficie topológica conocida como toro. En pri-
x
XI
lbíd. (p. 24) [el subrayado es de Badiou).
Lacan, Jacques (1987) [El Seminario, Libro 11], Los Cuatro Conceptos Fundamentales
del PsicoanáliRis. (p. 28). Bs. As. : Editorial Paidós.
j mer término, les daré las propiedades topológicas para que ustedes tomen
nota, tal como hicimos en ocasión de estudiar la banda de Moebius (así
que pueden tomar las dos listas y armarse una tabla de todas las superfi-
XII Jbíd. p. 30. cies topológicas). 1
XIII Jbíd.
XIV Ibíd. p. 83. Numero cromático 7.
xv Lacan, Jacques ( 1977) [Psicoanálisis Radiofonía & Televisión l. Televisión (p. 124). Bar- Número de caras 2.
celona: Editorial Anagrama. Número de bordes o aristas: O.
XVI Lacan, Jacques (1984) [Escansión 1 Ornicar?J, El Atolondrado, el Atolondradicho o las Abierta o cerrada: cerrada.
vueltas dichas (p. 17). Bs.As. : Ji~ditorial Paidós.
XVII Jbíd.
Orientable: sí.
Fórmula de Euler, que algunos autores llaman también número de
XVIII Ibíd. (p. 18).
XIX Ibíd. (p. 21).
Euler: 2 O.
XX Jbíd. (p. 50).
Número de Betti o número de conectividad: 2.
Sumergibilidad: sí.
Triangulabilidad: sí.

Si acaso ustedes revisaran ciertas correlaciones, podrían armar tablas


más complejas y notarían determinadas características que se deducen aso-
ciando propiedades. Por ejemplo: que las superficies uniláteras y cerradas
no son sumergibles en el espacio tridimensional.
Lacan utilizó el significante "toro" en el sentido topológico una única •
vez en los Escritos (en «Función y campo de la palabra y del lenguaje en
psicoanálisis» ). 3 En su seminario, la primera referencia fue en la clase 12

La gran mayoría de estas propiedades fue desarrollada en el capítulo V, ya sea en el cor-


pus del texto o en notas al pie.
El número de Euler se obtiene a partir de la fórmula de Euler: a 0 - a 1 + a", donde los tór-
minos significan, respectivamente: vértices, aristas y caras. Este teorema geométrico pm·-
tenece a la topología, ya que la fórmula citada conserva su validez cuando sometomoH l•l
poliedro en cue::;Lión a una transformación topológica arbitraria.
La referHncia pul'dl' l•ncorltrarse en la página 308 del primer volumen de la edición Cllll·
tellano dl• lo" h'Nc•rif()H, n un lu púgina ~21 de la edición francesa.

l:l~ t:.la
del Seminario IX, del 7 de marzo de 1962. Hizo allí alusión a su uso en el Bueno, vamos metiéndonos despacito con el toro.
escrito. Nosotros revisaremos las citas. ¿cómo podemos construir un toro? Si dibujamos un círculo en un pla· .•
A partir de esta clase, en el Seminario IX utiliza unas doscientas veces la no, un toro se constituye por la rotación de ese circulo en el plano, dando
palabra "toro". Obviamente, nuestro seminario de referencia fundamental, una vuelta completa, es decir, como si dibujaran un círculo en el vidrio de
para estas clases, será precisamente aquel, dedicado a La Identificación.. una puerta giratoria e hicieran girar la puerta hasta que el círculo vol~e-
Quisiera dejar en claro mi posición personal con respecto a un problema ra a su posición inicial. A ese círculo Lacan lo llama, en el seminario, "cír-
teórico. Toda mi clínica y mi polémica con el mundo lacaniano -del cual par- culo engendrante". Por su parte, Fréchet lo llama <<generatriz». No sé por
5
ticipo- están fundadas en este problema. Afirmo que este seminario de 1962, qué esa pequeña diferencia. Esa es una forma de definirlo tomada de Fré-
y el trabajo que Lacan realizó con el toro para dar cuenta de la estructura del chet y Ky Fan111 • Podríamos suponer este primer tipo de círculo, concebible
sujeto, 4 es una rectificación de un error cometido en su escrito de 1957, cono- sobre la superficie del toro, como constituido por la dupla significante que
cido como «La instancia de la letra ... "'· La rectificación se extendió en 1960 situamos en ocasión de estudiar la lógica de la apertura y cierre del incons-
a «Subversión del sujeto ... "u, y fue terminada de desarrollar en el seminario ciente (aquella por la cual el inconsciente se abre cuando se cierra).
de 1962. ¿cuál es ese problema? La fórmula: el deseo es metonimia. Ese es,
en mi opinión, un peligro de muerte para el psicoanálisis como práctica.
Lacan afirmó en «La instancia de la letra» que el síntoma es metáfora
í \s.
SI
y el deseo metonimia. Le pasó lo mismo que a Freud: confundió la estruc-
tura del deseo con la estructura histérica del deseo. Si el deseo fuera me-
tonimia, sería infinito y, entonces, ¿para qué intentaríamos actuar en con-
~
secuencia? Existe otra forma de describir la constitución del toro: como articula- •
Yo no estoy de acuerdo con esta posición que se articula muy bien con la ción de dos círculos.. Sitúo, primero, un punto fijo. Supongan que fijo u~
idea de que «el acto del deseo es sin Otro». Nosotros, por la vía de la elabo- hilo en él, y voy rotándolo. El punto extremo del hilo produciría un círcu-
ración lacaniana de los dos "toros abrazados", haremos hincapié en el va- lo, que vamos a llamar "directriz". Si ahora asociamos ambos círculos me-
lor que Lacan asigna a la posición del Otro sobre el deseo del sujeto. diante el hecho de que ellos comparten un punto, nos queda: ·
Para ello, trabajaremos sobre una concepción de la neurosis en general.
Punto fijo
Mediante el toro y, más aún, mediante los dos toros abrazados, vamos a rec-
tificar cierto prejuicio que ya no es de Lacan, sino -así lo considero- más bien
-Directriz
social: se trata de la idea que sostiene a la neurosis como lo más cercano a Generatriz -
la "normalidad" o a lo "sano", dejando a la perversión y a la psicosis como
lo más "enfermo". Punto compartido
¿saben cómo nombró Lacan el punto de curación, de sanidad, de nor-
malidad? Lo designó <<analista» y, desde luego, no porque los analistas val- ., Ahora bien, para construir el toro será necesario que el círculo que he-
gamos la pena, no por los practicantes del psicoanálisis. Se trata de una mos llamado "generatriz", que hemos asociado a la dupla significante, se
concepción del final de la cura: un sujeto puesto en el camino de su deseo y desplace en un sentido (supongamos el de las agujas del reloj) para compar-
queriendo saber sobre el deseo del Otro. Para Lacan el neurótico es el que tir con la directriz el punto siguiente, y así sucesivamente.
está justo antes, y lo define diciendo: es quien, al menos, se hizo la pregun- Topológicamente, para que se produzca la superficie que estamos cons-
ta. Y la pregunta es: "¿Qué deseo?". truyendo, cada uno de estos círculos -producto de una nueva posición de la
generatriz- deberá estar infinitamente próximo respecto del círculo anterior.
Alguno de Ustedes, tal vez el "más malo", podría haberme dicho: "¿Cómo es que el toro Sólo de esta forma el toro. resultante se comportará como un objeto cerrado
va a responder a la estructura del sujeto, si en las últimas reuniones afirmaste que la (sería como pegar aros unos con otros, dándole una disposición circular).
estructura del sujeto del inconsciente es la banda de Moebius ?". Y bien, no es tan así.
Señalemos una diferencia. Mi impresión es que, para el «sujeto del inconsciente,, lo
En el texto de Fréchet y Ky Fan, en la página 12, se propone que el toro "/ ... /es la Sltpl,..
que responde a la estructura de esa subjetividad, es la banda de Moebius. Para la es-
ficie obtenidu por la rotación de una circunferencia alrededor de una recta situada '" 111
tructura espacial del «Sujeto humano hablante,, la estructura es el toro. Se trata de
dos acepciones distintas de «sujeto". {A. E. }. plano, .Y e¡ u« nu/11 rvn·lu ".

128
124
Parl;l. poder continu(U' pesquisando la lógica con la que Lacan operará considero dos segmentos, ambos segmentos están compuestos por idénti-
sobre el toro, debemos ahora considerar la posibilidad de inscribir la du- ca cantidad de puntos; y, para colmo, ambos segmentos de la recta se com-
pla significante fundamental de la que partimos en una cadena. A partir de ponen de la misma cantidad de puntos que la recta original, esto es, de in-
allí, la generatriz del toro no sería considerada como un círculo, sino como finitos puntos. Esa es la definición matemática de «infinito>>: la parte no
un bucle. Antes de avanzar, revisemos ciertas cuestiones que ya aborda- es menor que el todo. Estas vueltas -el bobinado alrededor de la directriz-
mos en nuestra cuarta reunión, en ocasión de estudiar la noción de «in- serían infinitas.
consciente>>. Entonces, el asunto está en darle estatuto a esta vuelta. Mi impresión
Habíamos trabajado la noción de <<borde>>, a partir del escrito <<Posición es que si tiene algún valor darle la vuelta es porque ya implica una repe-
del inconsciente», en términos de una combinatoria de letras; por ejemplo, tición; porque si ustedes piensan en esto y lo tomamos como un elemento,
a, b, e, d, e, b, f.. ¿Recuerdan que, ya en aquella ocasión, les decía que mu- detrás de él hay otro elemento. Para representarlo más correctamente, el
chas veces nuestra actividad mental nos convocaba a espacializar la cadena :~ "por arriba y por abajo", para indicar que ambos pasan por el mismo lu-
')
en términos de círculo? Bien, siguiendo las indicaciones de Lacan, podemos •r gar lo dibujo así:
escribir la sucesión de letras que les propuse bajo la forma de un bucle que ..
.:~·~:
·.¡

se cerraría sobre el punto b, considerando que tendríamos allí dos puntos ¡.


b infinitamente próximos. Trataré de hacerles más intuitiva esta cuestión. 5
Supongan que tienen una cuerda en sus manos. Una forma de cerrarla se-
ría haciendo coincidir sus extremos. De esta forma obtendrían un círculo,
3
o sea, lo que para nosotros permitió un primer abordaje de la construcción
del toro por su generatriz. Ahora bien, supongan que sobre esa cuerda, us-
·~,
J 7
tedes señalan con marcador dos puntos a una cierta distancia, y a continua- ~

ción cierran la cuerda haciendo coincidir esos dos puntos señalados. Obten- ...
drán un bucle, y los extremos quedarán libres.
Se puede construir un toro a partir de este bucle, a condición de acep- Y si lo numeramos, tenemos 1, 2, 3, 4, 5, 6, otra vez 2, 7, etc. Todo eso
tar que ambos puntos marcados sobre la cuerda están infinitamente próxi- cuenta "uno". Es una maniobra. Se equipara muchísimo a lo que yo les pro-
mos, lo que es imposible en la realidad tridimensional: se trata de un vín- ponía antes como "recorrido completo". He logrado hacer una vuelta com-
culo lógico. pleta, entonces, cuento "uno".
Para Lacan, de lo que se trata es de hacer resurgir el unario primiti- Por lo tanto, podría armarse un toro con bucles, a la manera de un bo-
vo. ¿A qué designa Lacan "unario primitivo"? En este caso, no a S como binado alrededor del agujero central (por cierto, sin dejar de conceptuali-
1
tal, sino a una vuelta completa de la generatriz (concebida como un bucle). \ zar los puntos como infinitamente próximos).
Esto sería "uno":

'(í
i{

r7o

¡¡
:~
La otra vuelta también sería "uno". Y es claro que la suma de todas ,:;¡

también es "uno": un toro, para decirlo abreviadamente. Si hablamos de Podemos comparar este tipo de espacialidad con la que está presente
Jo "infinitamente próximo", eso no se puede contar, no hay forma de sepa- en el "esquema del peine". En este último, se trata de elementos asocia-
mr en la cuenta una cosa de otra "infinitamente próxima" (es como se com- dos. Parece bidimensional pero, lamentablemente para todos nosotros, no
portan los puntos en una recta). Es por eso por lo que, dada una recta, si es posible pensarlo Rino como unidimensional: es una recta orientada (por

1~6
127
eso a Freud se le complicó tanto explicar la regresión con dicho esquema).6
Insisto con esta idea: no se dejen engañar por las rectas perpendiculares
1i
acertada? En este modo de pensar, ninguna: daría lo mismo. Las dos posi-
bilidades de resolución serían idénticas, porque ninguna de ellas resolve-
al eje horizontal, porque podríamos reducirlas a puntos, y el esquema se-
guiría funcionando perfectamente. Vale decir que el esquema del peine se
i' ría la situación del deseo. Si el deseo fuera metonímico, no quedaría lugar
a la ética. Ese es el problema central en la clínica.
puede rescribir así: Ahora bien, si el circuito es cerrado, adviene la posibilidad ética: me
Relación
puedo preguntar si el punto donde arribé es aquel al que tenía o quería
arribar. ¿cuál sería la pregunta que se puede presentar antes o después
1 de haber elegido? Esta: "¿Elegí bien, o elegí mal?". ¿Realmente creen
. ..__.. ...__..
...
+ .---. . Unidireccional
[por lo tanto, no da superficie]
que es imposible contestar? ¿Nunca encontraron sujetos destruidos por-
que eligieron mal? Ellos saben que eligieron mal, y ahora no saben cómo
hacer para levantar la hipoteca de la mala elección. iObviamente cierra!
Elemento También es cierto que cada vez que cierre, aunque lo haga de la forma
más acertada desde la perspectiva de esa particularidad, el deseo no de-
Es el mismo error que el de Saussure. Saussure sostenía que la cade- saparece, sino que vuelve a ser lanzado hacia otra nueva meta u objeto,
na significante (que es una designación de Saussure y no de Lacan) es li- y así sucesivamente. Este "sucesivamente" no debe confundirse con una
neal y unidireccional. Cuando Lacan la introduce, dice que es su defini- metonimia pura que sólo afirme: "Este no, este tampoco, este otro no ... "
ción de cadena significante: "... anillos cuyo collar se sella en el anillo de y de esta forma al infinito. De ser así, se disuelve la dimensión ética y la
otro collar hecho de anillos"!\'. Es una crítica a la cadena significante saus- responsabilidad.
sureana porque, para Saussure, se trata de un elemento, luego otro, lue- Les propongo considerar que la estructura de la clínica psicoanalíti- t
go otro, etc. La estructura espacial de esta relación entre elementos será ca, tal como la practicamos, supone que el deseo cierre, a pesar de un as-
unidimensional y orientada, un vector, o sea, una recta orientada. Curio- pecto de la teoría que parece indicar lo contrario. El toro nos va a ser-
samente, es muy utilizada por la mayoría de los colegas lacanianos ... vir para resolver este problema, ofreciéndonos cierta operatoria: traba-
jar la generatriz y la directriz, el problema del agujero, el o}>jeto a, el
falo y la relación al Otro, pero sólo a partir de su cierre (i. e. , rectifica-
S, -----+ S, -----+ S"
ción del esquema del peine de Freud, y de la noción de "cadena signifi-
cante" de Saussure).
·(JI)
Pero se trata de un error de Saussure, porque no permite escribir la re- También está el error de Lacan en «Instancia de la letra». Allí, ambas
troacción (y Freud no pudo escribir la regresión). ¿Recuerdan cómo Freud fórmulas son para la histeria, ya que el síntoma obsesivo es metoními-
define al deseo en el capítulo VII de La Interpretación de los Sueños? «Dada co: "Pongo la piedra, quito la piedra ... ". ¿ven que tampoco es cierto que
la asociación de una huella "a" con una huella "b", "deseo" es la moción el síntoma sea metáfora? El síntoma es metáfora en el ataque histérico,
psíquica que hace que si se carga de vuelta la "a" el aparato tienda a que :~··
que es puntual; pero en la estructura del síntoma obsesivo, que se extien-
esa energía pase a "b""· Una definición que a los lacanianos les encanta de en el tiempo, es obviamente metonímico. En ese escrito; Lacan reali-
porque es fuertemente metonímica. El problema es que es unilineal. Que zó propuestas generales sin advertir que estaba hablando específicamen-
no da ciclo, bucle. te para la estructura histérica. El problema es que dejó marcas fuertes en
Mientras que si yo lo escribo como ciclo, no tendríamos este vector, por- nosotros (además, compatibles con la ideología reinante en Occidente, que
que cierra. En Freud -y en Saussure-, esto no cierra, queda infinitamente también afirma un nihilismo, lo que fue designado como "nihilismo euro-
abierto. Y si el circuito no es cerrado, la pregunta es: ¿qué posibilita la éti- peo")/ que creímos hallar en dicho texto un medio para entender al obje-
ca? ¿cómo se interpreta un acto? ¿cómo concebir una elección? to a, causa de deseo, como imposible.
Supongan que a un sujeto humano hablante se le presente una disyun-
tiva. Si la estructura real del deseo fuera infinita, ¿cuál sería la decisión Bueno, por hoy dejaremos aquí. En la próxima clase voy a trabajar la cita

Los supuestos espaciales presentes en los esquemas froudiano11 do /,a interpretación de los La designación corresponde a Heidegger. Cf Heidegger, M (2000) "El nihilismo europeo"
stwlos fueron abordados en el segundo capitulo do 11111Al libro. (en Nietzsche 11, Barco lona, J•:diciones Destino). '

l~H 129
de «Función y campo... "• donde Lacan introduce el toro (está en la tercera Bibliografía
parte del escrito). Veremos la rectificación en «Subversión del sujeto», y la
segunda parte de la clase 12 del Seminario IX. Lacan, Jacques (1992) [Escritos 11, La instancia de la letra en el inconsciente o la razón
Consideren esta clase como una introducción. desde Freud. (pp. 473-509). Bs.As. :Siglo Veintiuno editores.
11 Lacan, Jacques (1992) [Escritos 2], Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el
inconsciente freudiano (pp. 773-807). Bs. As. : Siglo Veintiuno editores.
111 Frechet, M y Fan, K. ( 1974) [Introducción a la topologla combinatoria] (p. 12). Bs.As.:
EUDEBA Cuadernos (7l.
IV Lacan, ,Jacques [Escritos 1], La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde
Freud. (p. 481).

tao t:H
f
·~
-:11
VIII

EL TORO Y EL DESEO

'r~
,\ He recibido muchas inquietudes por parte de ustedes en estos días. He
respondido a cada una de ellas en particular. Sin embargo, quisiera de-
cir unas palabras para el grupo. Habrán notado que yo no aliento un tra-
bajo sobre las superficies topológicas que nos aleje de la clínica, sino que
más bien intento utilizar las elaboraciones de Lacan en torno de la topo-
logía para dar una versión más precisa y más eficaz de la clínica psicoa-
nalítica. Además de ser ese el objetivo, debo reconocer que la articulación
de las superficies topológicas a las nociones psicoanalíticas que vengo pro-
poniéndoles está fuertemente determinada por mi lectura personal de los
textos de Freud y de Lacan. Considero que debo hacer esta aclaración por-
que observo que no son así leídos por otros colegas psicoanalistas lacania-
nos, ni siquiera por la mayoría. Si mi posición fuera la misma que la de
·.~
JI,.
la mayoría de los lacanianos, yo les propondría la lectura lacaniana. Ten-
go la impresión de que una propiedad del estudio de las superficies topo-
lógicas, articuladas al psicoanálisis, es que sirven para habilitar una lec-
tura distinta respecto del sentido de muchos argumentos presentes en la
enseñanza de Lacan.
Hoy voy a proponerles trabajar en torno al concepto del <<deseo>>, por-
que considero que las superficies topológicas brindan los mejores funda-
mentos para leer en Lacan una conceptualización del deseo que dista bas-
tante de cómo se lo entiende entre los psicoanalistas en gene~al.
Para despejar aún más mi propuesta, quisiera introducir un primer pro-
blema que enunciaré en sentido coloquial: afirmo que el trabajo psicoana-
lítico en torno al deseo no aísla al sujeto, sino que lo articula. Traducido
a nuestra jerga: estoy tomando posición acerca del problema de si el acto
del deseo es "sin Otro" o "con Otro".
A mí me interesa comunicarme con ustedes, por eso lo enuncio de la
manera más sencilla posible. Así, les propongo que la dirección de la cura
está orientada a que el sujeto recupere, mediante el acto, la vía de su de-
seo, articulándose más y mejor al Otro -en especial, al deseo del Otro-.
No es lo que leo y no es lo que escucho como posición más común entre
los lacanianos. Más bien encuentro una concepción que sostiene que, en el

t:J:)
final de análisis, el sujeto cortaría las amarras con el Otro y que, como con- El esquema habitual, el que nos enseñan en la Facultad, compuesto
secuencia de ello, adviene la condición particular del sujeto, justamente por- por S 1- S 2, no permite ninguna elaboración ética, a la vez que no escribi-
que el sujeto se desprende de la alienación por la vía de la separación. ría jamás nada de la índole de, por ejemplo, la repetición y los duelos. Por-
En todos los casos de pacientes neuróticos que he conocido -incluido que después de SI y s2 siempre aparecen, por estructura, puntos suspen-
yo mismo como neurótico-, cada vez que he podido curar en cierta medi- {' sivos. Pongan lo que pongan, el esquema no va a cerrar. En cambio, si la
da algo de la neurosis, siempre verifiqué un incremento -a mi entender, f~ articulación participa de englobamientos que cierran, sí se puede estable-
muy saludable y muy interesante- del vínculo con el Otro, aunque no, cla- cer que eso no ha cerrado, porque el acto que se realizó no era el acto que
ro está, con todos o la mayoría de los semejantes. Para captar esto, y, aun- correspondía. Y si eso no cerró, uno puede decir, por ejemplo: "Yo, toda-
que parezca mentira, hay que volver a despejar la diferencia entre "condi- vía, aunque le parezca mentira, me estoy recriminando por qué nunca hice
ción particular" e "individuo". Me da la impresión de que, en el modo con- el secundario".
temporáneo de concebir la dirección de la cura, lo que se intenta produ- -Y usted, ¿por qué nunca hizo el secundario?
cir en psicoanálisis lacaniano es el individuo moderno, o sea, alguien cada -Y. .. nunca hice el secundario porque me puse a trabajar, y no tenía tiem-
vez más libre, independiente, autónomo. Yo propongo con contundencia po de ha.cer el secundario.
que la ética de Lacan no es individualista. _¿Y por qué se puso a trabajar?
El segundo problema, sobre el que las superficies topológicas pueden -Bueno, ahora que me lo pregunta... tantas necesidades económicas no
aportar una respuesta muy clínica, puede plantearse con una pregunta: había en casa, no era por el pan.
i.es el deseo inefable y metonímico, o habilita más bien un acto preciso y -Entonces, ¿por qué lo hizo?
determinado? ¿El acto del deseo es ninguno en sí mismo (posición bastan- -Y. .. Ahora que lo pienso un poco ...
te extendida hoy en día) o, en cambio, es siempre este deseo particular o Pasan algunas sesiones, las cosas lamentablemente no son tan rápidas
<•ste otro? Digo "este", y no olviden que podría tratarse de una perspecti- y aparece algo ...
va discursiva que no necesariamente haga de "este" algo presente: pue- -Es que mi viejo no había estudiado, y siempre había remarcado que
de ser algo leído retroactivamente de la historia, a pesar de lo cual se pue- él no había estudiado porque había tenido que trabajar. Claro que mi papá
da decir "este". era huérfano de padre, y tenía que mantener a su mamá. Pero yo no. Y. ..
En este tema, me parece que debe establecerse una diferencia entre "sa- ¿por qué lo hice?
tisfacción del deseo" y "acto del deseo". Mi impresión es que habitualmente ¿Por qué eso quedó abierto? Porque él, según sus propias coordenadas
se sostiene a rajatabla que el deseo es inefable, metonímico y que su objeto desiderativas, debió estudiar y no trabajar. Lo hizo por un ideal: para sos-
no es ninguno. Propongo que hay acto del deseo y que no es cualquiera, a tener al padre. Habría que ver qué posición hubiera tomado su padre ante
pesar de lo cual el deseo no se satisface -el deseo es indestructible-. esa decisión; tal vez se hubiera opuesto fuertemente. A veces, los neuró-
Hoy, además, voy a intentar trabajar mediante el toro y los dos toros ticos vamos más allá de lo que se nos demanda. Quizá en algún momen-
ubrazados, que el deseo no deja aislado. En realidad, la estructura del suje- to este paciente dijera:
to es inconcebible en forma aislada, y por ello exige cierto trabajo para con- -En el fondo, mi viejo nunca me pidió que estudiara y trabajara, yo me
<'ebir la condición particular. Pero, ¿cómo concebir algo que sea "distinto a i!
adelanté.
todos" sin que implique necesariamente el aislamiento?
Lacan accede, mediante la superficie del toro, a una espacialidad que per- Habrán escuchado más de una historia así. A veces uno va más allá y
mite un cierre. Es cierto que demoró hasta el final del Seminario IX para supone. ¿Por qué eso quedó abierto? Porque el acto no fue el correspon-
mTibar a esta idea, pero allí deja en claro que el bobinado que produce al diente. Entonces, había uno. Y es falso que no haya ninguno. Ahí está
toro (en la última reunión, nosotros la llamamos "generatriz") no produ- la cuestión de la ética. Por lo tanto, en ese caso del no-cierre, podríamos
1'<' un cilindro infinito, sino que se cierra; a diferencia, por ejemplo, del es-
trabajar algo de la índole de la responsabilidad. Más aún, si está en aná-
quema freudiano unilineal, llamado "del peine", que hace de la directriz lisis, hasta se podría poner a trabajar la pregunta de si se tratará de res-
un Hegmento de recta y puntos suspensivos. Me da la impresión de que las ponsabilidad o si se tratará de culpa. Si es un fallo del acto por no estar a
vidus no se verifican así orientadas, y que el esquema no permite inscribir la altura del acto de su deseo, o si más bien será un problema de culpa de
t•l ohjeto, que queda tan sólo representado por un sfmbolo. haberse hecho cargo de la falla de alguien, de algún Otro, y, por eso, po-

1:14 1!Uí
f
nerse en esa posición. Voy a decirlo con todas las palabras, que son las de tensos en torno al toro y su articulación con los problemas psicoanalíticos.
Lacan: hay actos verdaderos y hay falsos actos, tanto a nivel de la estruc- En esa misma clase, anticipó que presentaría un largo desarrollo personal
tura como a nivel de las coordenadas históricas, aunque la mayor parte en torno de un problema2 acerca del cual había dejado una pista en «Fun-
de las veces sólo se lo puede saber a ciencia cierta en forma retroactiva. ción y campo ... , 111 •
Si hay verdaderos actos, tenemos que pensar, a nivel teórico, mediante Veamos qué fue lo que Lacan propuso sobre el toro, en el escrito citado:
conceptos que permitan inscribir la lógica del verdadero acto.
"Decir que este sentido mortal revela en la palabra un centro exterior al len-
Con el toro y los dos toros abrazados Lacan recupera una dimensión que
guaje es más que una metáfora y manifiesta una estructura. Esa estructu-
había planteado al comienzo de su enseñanza pero que tuvo que rectificar ra es diferente de la espacialización de la circunferencia o de la esfera en
por una falla teórica. la que algunos se complacen en esquematizar los límites de lo vivo y de su
Les propongo articular el binario «palabra plena>> y <<palabra vacía>> con medio: responde más bien a ese grupo relacional que la lógica simbólica
este problema, para observar el trabajo de Lacan, el desarrollo notable que designa topológicamente como un anillo.
descubrimos si logramos seguir los movimientos que realizó en sus tex- De querer dar una representación intuitiva suya, parece que más que a la
tos. superficialidad de una zona, es a la forma tridimensional de un toro a lo
La propuesta de <<palabra plena» y <<palabra vacía>> es de 1953. 1 Lacan que habría que recurrir, en virtud de que su exterioridad periférica y su ex-
tuvo que dejarla caer porque verificó que a nivel elemental no hay ningu- terioridad central no constituyen sino una única región "1~
na <<palabra plena>>, porque en sí mismo todo significante en cuanto tal no
significa nada. Si en sus dos primeros seminarios trabajó con esa diferen- Destaquemos algunos elementos de la cita:
cia, en el tercero dejó caer ese planteo. Es más, en el progreso de su ense- En la expresión "centro exterior" van a notar que el toro aporta una
ñanza sobre la psicosis, quedó claro que dicho binario respondía a la lógica metáfora sorprendente: no hay nada más obvio que el centro de "algo" sea
de la clínica de la psicosis. Una vez que se nos vaciaron <<palabra plena» y interior a ese "algo". Lacan afirma que, si bien se trata de una metáfora,
<<palabra vacía>> hemos quedado sin evaluar bien el problema de que todo aquí se revela una propiedad de la estructura.
significante, en cuanto tal, no significa nada (cosa que no es tan así, prue- Si ustedes toman un toro, al hablar de la "exterioridad central" y de la
ben con cualquier analizante: elijan un significante con alto valor de sig- "exterioridad periférica" es evidente que se trata del mismo espacio, que
nificado para el sujeto, y háganlo vacilar a la sans fac;on: van a ver que el no hay solución de continuidad. Si sumergimos un toro en un ambiente
acting o la interrupción del tratamiento es en la siguiente sesión ... Prué- lleno de gas celeste, habrá gas celeste en torno al toro y en su agujero cen-
benlo, no creo que se animen, icon la escasez de pacientes y la responsa- tral, sin solución de continuidad.
bilidad que uno tiene!). Es así que la idea de "centro exterior" también debe ser aplicada a la
Lacan termina teniendo que producir algo que venga al lugar de la <<pa- noción de <<sujeto dividido» para comprender el verdadero alcance de tal
labra plena»: el acto. Estaba mal teorizado mediante <<palabra plena>• por- división. La división del sujeto no es interna (algo así como el sujeto divi-
que no hay ninguna fórmula que, en sí misma, sea la que produzca la ver- dido en dos partes: una inconsciente y otra preconciente), sino entre él y
dad. <<Palabra plena•> daba la impresión de que sí, mientras que las otras su exterior: el Otro, pero que le es central.
eran <<palabra vacía>>. Nosotros no vamos a poder introducir nada de la ín- Hay otra indicación, mediante la cual Lacan va a proponer que el toro
dole del acto si no logramos sustituir esta falsa noción de "cadena" signi- debe ser considerado más como un objeto tridimensional que como una su-
ficante, por bucles repetitivos en una estructura cerrada: el toro, que se perficie bidimensional.
diferencia así de la banda de Moebius 1•
En la clase 12 del Seminario IX", Lacan introdujo desarrollos muy ex- "Este esquema satisface la circularidad sin fin del proceso dialéctico que se
produce cuando el sujeto realiza su soledad, ya sea en la ambigüedad vital del
"El acto es un significante que se repite, que pasa en un sólo gesto por las razones topológicas
deseo inmediato, ya sea en la plena asunción de su ser-para-la-muerte"~
que vuelven posible la existencia del doble bucle creado por un sólo corte. Es instauración del
suJeto como tal, es decir, que de un acto verdadero el sujeto surge diferente en razón del corte.
Su estructura es modificada, su correlato de desconocimiento[... /, en este acto, es la Verleug- La presentación se produjo en estos términos: "Quiero decir que si buscan en el Jnforml
nung, es -a saber- que el sujeto no lo reconoce nunca en su verdcukro alcance inaugural, aún de Roma encontrarán ya su lugar puntualizado en alguna parte. Hablo de la estructura
cuando el suJeto es, si puedo decir, capaz de haber cometido IIBII! acto" l.1wan, .Jacques !El del suJeto como la dP un anillo". (lbfd. ).
81'minario, Ubro X/VI, La Lógica del Fantasma. <el••• ~~/~/I!Jii7l.

lll8 137
y

Aquí tenemos otro problema que tendremos que estudiar: si es correc- N o pierdan de vista que la cita afirma que el análisis didáctico termina
to plantear que al toro le corresponde una circularidad sin fin. Sigo con la con la particularidad de que el ex paciente comienza a recibir pacientes...
cita: ¿ven que lo dejó más articulado? Quien concluye un análisis completo, pasa
a ser analista. Este dato es interesante para pensar si quedó más o menos
"Pero a la vez puede también captarse en él que la dialéctica no es indivi-
articulado al deseo del Otro.
dual y que la cuestión de la terminación del análisis ... " VI
Bien. La vez pasada cometí un error garrafal, hago mi mea culpa ante
el grabador... Fue increíble, fue casi un lapsus: les dije que Lacan no había
¿cómo termina uno el análisis? Se acuerdan que fue una de las pregun-
vuelto a utilizar el término "toro" en sentido topológico desde «Función y
tas del comienzo: ¿más solo o más articulado?
campo ... " hasta el Seminario IX. Eso es falso, debo rectificarlo.
"Pero a la vez puede también captarse en él que la dialéctica no es indivi-
Hace más o menos quince años, cuando leí en «La instancia de la letra...
dual y que la cuestión de la terminación del análisis es la del momento en " la definición de cadena significante, sobre la que intento atraer vuestra
que la satisfacción del sujeto encuentra cómo realizarse en la satisfacción atención ("anillos de un collar que se sella en el anillo de un collar hecho
de cada uno, es decir, de todos aquellos con los que se asocia en la realiza- de anillos"), noté que allí Lacan no utilizó "toro" sino "anillo". Pero, a pe-
ción de una obra humana »vu. sar de eso, ya en «Función y campo ... " había articulado la estructura com-
binatoria del "anillo" al objeto topológico llamado "toro".
No perdamos de vista que estamos ubicando dos cuestiones a las que se Si ustedes buscaran "toro" en el diccionario, van a encontrar dos entra-
remitirá, más tarde, la autocrítica de Lacan: primero, que el toro vale más das. En una de ellas, toro remite al latín taurus. Ahí aparece como "macho
como objeto tridimensional que como superficie (luego afirmará exactamen- adulto del ganado bovino". Nuestro uso del término, proviene del latín to-
te lo contrario, al definir al sujeto como infinitamente plano), y segundo, rus, que a su vez proviene del griego. Curiosamente, la definición del dic-
que el análisis consiste en una estructura de dialéctica sin fin. cionario coincide con la que tomaremos de los manuales de topología: "su-
Ahora bien, lo que sí ya está planteado aquí es que si bien el fin del aná- perficie de revolución engendrada por una circunferencia que gira alrede-
lisis debe responder por la condición particular del sujeto, esto exige la sa- dor de una recta fija de su plano, que no la corta". Esta es la que da el dic-
tisfacción de cada uno "de todos aquéllos con los que [el sujeto] se asocia cionario de la Real Academia Española, en Internet'x.
en la realización de la obra humana", y no sólo del sujeto. La misma cita, Al decir "anillo", Lacan está tomando una noción que no proviene de la
continúa de la siguiente manera: topología de superficies, sino de la topología algebraica. Hay varias topo-
logías. Si ustedes, hoy, buscaran un profesor serio en el campo de las cien-
"Entre todas las que se proponen en el siglo, la obra del psicoanalista es tal cias exactas, y le dijeran: "Yo soy psicoanalista lacaniano y quisiera tomar
vez la más alta porque opera en él como mediadora entre el hombre de la clases sobre nociones de topología", es casi seguro que el profesor les es-
preocupación y el sujeto del saber absoluto. Por eso también exige una lar- cribirá símbolos extravagantes, letras insólitas y fórmulas increíblemen-
ga ascesis subjetiva, y que nunca sea interrumpida, pues el final del aná- te complejas, a la vez que les recomendará libros que no tienen ningún di-
lisis didáctico mismo, no es separable de la entrada del sujeto en su prác- bujo, ni ninguna superficie. Incluso lo más probable es qqe la palabra "su-
tica" vm. perficie" no esté en tal libro ... ¿saben por qué no? Porque la topología de
superficies se desarrolló entre 1880 y 1890; o sea, lo que para nosotros es
Esta idea es interesantísima. Ustedes saben que Lacan no rechazó para top ofthe top, implica unos ciento veinte años de atraso en el campo de las
nada la noción de <<análisis didáctico». Es más, lo definió y dio sus coorde- elaboraciones topológicas. Hoy, solamente se estudia la topología algebrai-
nadas al afirmar que el análisis didáctico no puede ser opuesto al análisis ca, y ella ya regía en la época de Lacan.
terapéutico (así es como se habla en la APA). Lacan afirmó que esa distin- Entonces, Lacan dice: la estructuración algebraica a la que me refie-
ción era falsa: hay componentes terapéuticos y didácticos en ambos casos. ro es un anillo, que no es más que una combinatoria de letras con deter-
El análisis didáctico, según Lacan, es el análisis que se caracteriza porque minado sistema de relaciones. Y propone, para equipararlo, la rosquilla -
en él no se puede saltear ningún paso. El análisis de alguien que no quie- •,ÍI
que es un objeto--, a la que designa "toro" porque es como figura en el dic-
ra ser analista no tiene por qué atravesar todas las dimensiones hasta al- cionario de la lengua francesa. Lacan toma al "objeto" porque está propo-
canzar el final. niendo una concepción espacial del problema, pero está hablando de una

la K t•IO
topología a nivel algebraico en la que, para dicho objeto, corresponde la ciente se desprende un "querer decir" como si fuese un sujeto. Aquí, en el
designación "anillo". Seminario 1, no. Aquí se lo vincula al cuerpo. ¿Qué otra acepción de <<suje-
Retomo mi error. Es cierto que Lacan no utilizó la designación "toro" to» que hayamos leído en Lacan podemos poner a trabajar? Les propongo:
entre «Función y campo ... " y el Seminario IX, pero habló del problema en <<sujeto humano hablante•>.
términos algebraicos, y, para ello, utilizó la designación "anillo" en el Se- ¿cuántos <<sujetos del inconsciente» hay aquí, presentes, en acto? Las
minario 1, en el Seminario 2, en el Seminario 5 y en «La instancia de la le- respuestas serían, yo creo: o ninguno, o en todo caso uno, porque como el
tra ... "·Voy a proponerles que escuchen las citas, para que vean cómo este único que habla soy yo, el único que cuenta sus anécdotas, que deja esca-
problema fue entrando al psicoanálisis, qué tipo de articulación presentó par algo de su fantasma, el que está expuesto todo el tiempo soy yo. Pero
con los conceptos psicoanalíticos, y qué tipo de respuestas nos aportaron. si preguntara cuántos "sujetos humanos hablantes" hay aquí, nadie duda-
En «Función y campo ... "• la idea es un "centro exterior". El centro es ría en decir: "veinte". Se trata de otra acepción de <<sujeto», referida a co-
exterior. Para todos nosotros es imposible coincidir con lo concéntrico: en sas vinculadas a cuerpos. Yo les propongo que el toro quizás nos sirva para
tanto que sujetos hablantes, nunca podremos hacer nada que sea de la ín- concebir mejor la estructura del "sujeto humano hablante" que la del <<SU-
dole de lo concéntrico con nosotros mismos. Nunca podemos ni podremos jeto del inconsciente>•.
coincidir con nosotros mismos. Nunca podemos dar un golpe sobre nues- En la clase 7 del Seminario 2, dice:
tro propio centro, porque nuestro propio centro nos es exterior. ¿Quieren
la prueba? Lacan es implacable en su lógica: ¿conocen algo del dispositivo "Recuerden lo que decíamos en años anteriores sobre las llamativas coin-
del <<pase»? No me refiero a los tecnicismos de "pasante", "pasador", "car- cidencias que Freud apunta en el orden de lo que él llama telepatía. Cosas
tel del pase", etc. Lacan propone algo increíble hasta ese momento, y es que muy importantes, dentro del orden de la transferencia, se cumplen corre-
ni el analizante, ni el analista pueden decir "hemos concluido". Porque la lativamente en dos pacientes, estando uno en análisis y el otro apenas en
experiencia de ese análisis está entre ellos dos: el centro de esa experiencia contacto o estando ambos en análisis" XI.
es exterior a cada uno. Por lo tanto, tiene que venir alguien de afuera, un
tercero, y decir si concluyó o no. Implica la abolición del "alta" estableci- ¿Quién de ustedes se acordaba de este párrafo?
da por el analista. Es increíble, es radical, es un pensamiento llevado has- Lacan sostiene que Freud escribió (yo, sinceramente, no encuentro dón-
ta sus últimas consecuencias. de, porque en «Psicoanálisis y telepatía» 3 no está) que a dos pacientes su-
A continuación, haremos una pequeña investigación de los usos del tér- yos les pasaba lo mismo: tenían el mismo acto sintomático, estando uno
mino "toro" bajo la forma del "anillo" que realizara Lacan hasta la clase en análisis y otro apenas en contacto, o estando ambos en análisis. Les leo
12 del Seminario IX. cómo sigue la cita de Lacan:
En la clase 14 del Seminario 1, dice Lacan:
"En su momento les mostré que por ser agentes integrados, eslabones, so-
"La primera alienación del deseo está ligada a este fenómeno ooncreto. [Lacan portes, anillos de un mismo círculo de discurso, es que los sujetos ven sur-
se refiere a la alienación a la imagen del semejante][... ] Ellwmbre sabe que gir al mismo tiempo tal acto sintomático, o revelarse tal recuerdo".
es un cuerpo, aunque nunca lo perciba en forma completa, ya que se encuentra en
su interior, sin embargo, lo sabe. Esta imagen es el anillo [para nosotros: el toro], Es que participamos de la misma cadena, somos eslabones de la misma
el gollete, por el cual el haz confuso del deseo y las necesidades habrá de pasar cadena. Freud y sus dos pacientes, los tres, participan de la misma cade-
para que pueda ser él, es decir, para acceder a su estructura imaginaria. na, son eslabones encadenados. ¿N o es increíble que si la cadena cierra de
La fórmula el deseo del hombre es el deseo del otro. como toda fórmula debe la misma forma, todos los eslabones de esa cadena estén connotados de la
ser utilizada en su justo lugar. No es válida en un sentido único" x. misma manera? Con lo cual, en este seminario, Lacan propone, de nuevo,
Entonces, primera utilización: el toro se articula a la relación entre el 3
La referencia de Lacan no ha podido ser hallada en Freud. Lo más cercano que encon-
sujeto y su cuerpo. ¿cómo habrá que considerar al sujeto allí? Recordarán tré, es una vivencia del propio Freud, comentada en «Psicoanálisis y telepatía" [Obras
que los invité a revisar bien qué quiere decir <<sujeto del inconsciente», y les completas Vol. XVIII] (1979) (p. 181). Bs. As. : Amorrortu editores: "También les habta
propuse que la mejor acepción para seguir estudiando la banda de Moebius preparado un ldemplo de un material distinto, un caso, un paciente muy particular, qui1n
era con la frase "el inconsciente implica un s~eto"¡ o sea, del decir incons- en una sesión refirió cosas que coincidfan de la manera más maravillosa con una viven-
cia mfa inmediatam1nt11 cmll'rior".
No es una descripción complicada. O sea, podríamos nosotros tener un
el "anillo". Y no pierdan de vista que lo propone como "anillos enlazados",
collar de eslabones, en el cual cada eslabón esté constituido por un collar
como eslabones de una cadena, como mínimo dos toros abrazados.
de eslabones. No sería muy sofisticado su diseño, pero es opuesto al diseño
En el Seminario 4, Lacan afirma que, para Freud, el inconsciente tiene
propuesto por Ferdinand de Saussure.
una lógica blanda, como si fuese una lógica de caucho. Leo lo que sigue, sola- )'1'
El artículo al que Lacan hacía referencia en la cita anterior es <<La ins-
mente para ablandar la oreja. Veamos en qué sentidos debemos entenderlo: ~ tancia de la letra", y ven que él afirma en forma indirecta, alusiva, que aña-
l de eso a los desarrollos realizado por Ferdinand de Saussure y Freud:
"De goma no quiere decir que todo sea posible. Dos anillos enlazados uno
con otro, aunque sean de goma, hasta nueva orden nada nos autoriza a se-
pararlos" xu. "Con la segunda propiedad del significante de componerse según las leyes de
un orden cerrado, 4 se afimw la necesidad del sustrato topológico del que da una

t
aproximación el término de cadena significante que yo utilizo ordinariamente:
Nuevamente, lo que está planteando Lacan como metáfora de esa estruc-
anillos cuyo collar se sella en el anillo de otro collar hecho de anillos.
turación lógica, es la de dos "toros abrazados". Adviertan, entonces, cómo Tales son las condiciones de estructura que determinan -como gramática-
los dos "toros abrazados" empiezan a ser una insistente referencia en La- el orden de las imbricaciones constituyentes del significante hasta la uni-
can (desde «Función y campo ... "• donde aparece el toro para formular el dad inmediatamente superior a la frase ... "XV

~
"centro exterior" del sujeto) hasta los Seminarios 1, 2 y 4, en los que apa-
recen las primeras metáforas espaciales para los vínculos entre las perso- Esta es, entonces, su definición de «cadena significante>>,
nas consideradas como sujetos humanos hablantes. La mejor forma de dar Quería que trabajáramos -con esto concluimos la reunión de hoy- cómo
cuenta de tales vínculos es considerar a cada uno como un "anillo" que se convendría concebir el vínculo de dos toros abrazados, siendo que el modelo
entrelaza, se anuda, a otro "anillo" con niveles de integración crecientes; de dos toros abrazados supone una reducción (tal como la cadena significan-
o sea, que todos nosotros estamos participando de una cadena mayor, res- te, conceptualizada por Saussure, puede ser representada por S 1 y S) de los
pecto de la cual no sabemos cómo participamos (y otras veces, ni siquiera "anillos cuyo collar se sella en el anillo de otro collar hecho de anillos".
sabemos que participamos). Si tenemos dos toros abrazados, podemos probar la siguiente idea: redu- '
Sigue el Seminario 5, que es de crucial importancia porque es de la mis- cir la distancia que los separa a cero; o sea, hacerlos "infinitamente próxi-
ma época que "La instancia de la letra», donde está la fórmula. mos" (noción que ustedes ya conocen, puesto que es como planteé que podía
constituirse una superficie cerrada como el toro, construido con anillos).
"Esto era sólo un paréntesis, para volver a mi texto. Entonces, propongo que están "infinitamente próximas" las dos super-
En él, verán, pues, que lo que llamo, siguiendo a Roman Jakobson, su in-
ficies anudadas. Si están infinitamente próximas, ¿notan que la "dir~t!lz"
ventor, funciones metafórica y metonímica del lenguaje pueden expresarse
de uno de los toros coincide con la "generatriz" del otro, y viceversa?. ·
de forma muy simple en el registro del significante.
Como ya lo he enunciado varias veces a lo largo de los años precedentes,
las características del significante son las de la existencia de una cadena
articulada ... " xm

Ya saben -lo dije la vez pasada- que "cadena significante" es una expre-
sión acuñada por Ferdinand de Saussure, y que, para él, la cadena queda-
ba definida por "un significante, luego otro y luego otro", en una estructu-
ra espacial unidimensional y orientada.
Digo esto porque quiero que reparen en cómo sigue la cita de Lacan:

"... cadena articulada, que, añado en este artículo, tiende a formar agru- ( ~on "leyes de un orden cerrado», Lacan hace referencia a la teoría matemática de grupo.
pamientos cerrados, es decir, formados por una serie de anillos que se en- {A. E.}.
ganchan unos con otros parcz cml.~lituir cadenas, las cuales a su vez se en- Para el lector interesado en profundizar sus conocimientos en la teoría matemática de
ganchan con otras c:adcmai>J a modo tiC' allilltJH" XI~ grupo, recomiendo el muy accesible libro d1.> Ah:•kMnndrnv, P. S. ( 1977) [Introducción a la
lt•ur(a de /cm ¡l{rupos l. Bll. Afl. : F.lJUF.HA.

, .. u 14:J
Cualquier lacaniano de pura cepa, aquí presente, escuchándome, diría: N o pierdan de vista que estamos trabajando con una superficie cerra-
((Alfredo se quedó con los primeros seminarios de Lacan, y sigue trabajan- da, y que mediante el procedimiento de abrazar los toros.. "infinltarñénte
do con la intersubjetividad, porque todo el tiempo está proponiendo que al próximos:, est~os haciendo coincidir la generatriz de ~con Jidir~­
final del análisis el sujeto queda más y mejor articulado a los otros suje- triz del otro, y viceversa. S~.tratar.á da,una coincidencia a.bsPlUt¡t: no pa-
tos ... Está rechazando un gran cambio en la teoría de Lacan consistente en saría nada entre medio, ninguna sustancia material, porque el decir ma-
la renuncia a la relación intersubjetiva". Si.._l;...l!Cf~,n renuncia a la relaciól! temático va más allá de ello. Si uno dice en matemáticas "infinitamente
intersubjetiva, pero no porque suponga que no hay vínculos entre los su- próximo", eso escapa a cualquier laminación por más fina que sea. Enton-
jetos, sino para distinguirla de la transferencia analítica. ' ces, si yo los hago coincidir plenamente, ¿entienden que estoy cerrando el
Por ejemplo.; a mí me llama mucho la atención lo que oCÚrre con este glll- agujero interior?
po que ustedes constituyen y yo no. Los veo saludarse con mucha familiati- t;.l:l<::an sostiene que el "anillo[... 1 se sella con otro qnillo.,.. ", quito los •
dad, runistosa:mente al comienzo le cada clase -cosa que no había observa- dos collares que hay para los dos lados. Cuando digo que "se sella", estoy
do en ningún grupo de postgrado de los que dirigí en los últimos años-. diciendo que se sella como .una habitación infectada, una cámara sellada.
Podríamos empezar a postular que ese vínculo entre ustedes no es int~r­ lAceptarían "sellado", así? También, "sellado" implica una marc~.'ta'e"s­
subjetivo porque los toma en semejanza:.todos quedá.n caracterizados por l9 tampilla es la marca del pago de los impuestos, y lo que antes hacía el em-
mismo. Propongo que lo que se nota entre ustedes es una afabilidad de la se- pleado del correo era poner el matasellos: arruinaba el sello, era un sello
mejanz.a. Este tipo de vínculo, en nuestra álgebra, se inscribe así: a-a~. Esta que mataba otro sello.
escritura quiere decir que no hay allí relación intersubjetiva, no están tomad!>s Observen dos cosas. Estamos diciendQ: 1) que el toro se cierra doble-
como sujetos, no están tomados en la diferencia entre cada uq,o (veo que todos mente (un toro en sí mismo es una superficie cerrada), porque si yo pro-
hacen un inten~o de olvidar las diferencias particulares, como si fuesen ami- duzco un abrazo, hago caso omiso del agujero "interior" ("interior" va en-
gos; pero eso no inscribe la diferencia particular de cada uno de ustedes). tre comillas, porque habíamos dicho que ese agujero no es interior);_¡~¿

U!!9 eg'w•,f*-~~iMw.la~·~ ....:- - .... .,...o


Lacan verifica que })ay otro vínculo po::;iblEf se trat~. 9~ ª'qu,el e,n, el qlJ. .
sea que,~(?!!
Lacan, nunca se puede escribir S-S.'. E.s esto lo que descubrevr no que no hay
también, si digo que "se sella", estoy afirmando que se marca, que se con-
nota de alguna manera.
~.JE.,Q~O. d~ ~j~mplo podemos considerar el toro 1 COIIl? el ~!().~~l,s~j;­
vínculo al Otro. Si hay un verdadero Otro, ese vínculo tampoco es intersubje- tol}J.Yestro paciente. Yr.l toro B podría.tratarse.dala..lllad.te, en dicho caso.
tiva, porque no se produce una relación en la que ambos queden en una mis- Si la madre estuviera eJ\ análisis, y ei se quejara de. su hijo ..que no l~ ~a
ma posición de sujetos. El individualismo moderno tiende a hacernos l~.~:r; ep nunca, en ese caso el toro B sería el del sujeto, y el toro As~n-"! ~1 f!~.
la afirmación de Lacan de qu~ <<el a¡::tq es sin Otro»~ que el suj~to pue,ge s~r Son lugares intercambiables, que podríamos design~ como lugares "enun-
sin Otro. o sin .Otredaq Sin embargo, esto último entra en contradicción con ciativos'~. Notarán, así, que se trata de un cambio en la base argumentati-
lo que Lacan propone, puesto que para él no hay sujeto sin Otro, ni Otro de.l va del planteo de la relación A-S respecto del esquema L.
Otro ;-lo que significa todo lo contrario al individualismo reinante-. El toro, en sí mismo, es una superficie cerrada. Con lo cual se connota,
Entonces, propongo qu~ efectiv@lente ~o hay relación intersubjetiva,~¡o se marca, de condición particular. Los topólogos nos la dejaron picando ... La
que el "anillo de anillas" nos permite inscribir el vínculo dialéctico, el "diá4>- pista se llama "directriz". Si se llama directriz, si indica el "hacia dónde",
go" (entre comillas, porque es esta una noción problemática para nosotros). no está muy lejos del deseo, ¿no? Con lo cual, s~ec-~.e¡¡ wtjculable
Cuálquiera quEt practica el análisis, o se. analiza, tiene clara idea de que n2 al objeto del desep, y la generatriz a la deman~a, e11,tW1c~¡;¡ ~9..1!.~11.5>.SU~ con-
se trata de un diálogo, pero que tampoco es un monólogo. Allí es donde em- nota al objeto del deseo del sujeto es la demanda del Otro"Y ng e.ld.eaw.d&l
piezan a resultarnos útiles expresiones del psicoanálisf's tales como <<ESO» o Otro. En esto se confunden la mitá.d de nuestros colegas, porque t.r~_l:>13j~
<<Ello>>. Está el analista, está el analizante y hay <<ESO>>. <<ESO>> que se dijo o con Ja idea que el deseo del sujetQ está marcada por el deseo clel Otrg.
lo que Eso quiere decir. <<ESO>> que no se termina de decir o que se dirá. Está Bueno, por hoy dejamos aquí. La próxima vez vamos a leer juntos las úl-
«Eso>>, y queda claro que ese vínculo no hace diálogo. timas tres páginas de la clase 12 del Seminario IX, para desarrollar y sos-
"~.U9s de anillos" no plant~a lª intersu.Pie~jvidad, sino que,plantea llJ! tener mejor estas últimas articulaciones que les propuse.
vínc:Ulo di~cursivo estrict&m~Il:~~Ja.c.!n!l!.no, dcmde la generatriz .de. :uno.. de
loauilloa.coincide conladil:ectF-ilrieleiN.

l44 14~
Bibliografía

IX
Lacan, Jacques 0992) [Escritos 1], Función y campo de la palabra y ellengüaje en psi-
coanálisis. Bs. As. : Siglo Veintiuno Editores.
11
Lacan, Jacques (inédito) [El Seminario, Libro IX] (clase 7/3/1962) (sin datos). ~~
}
CÍRCULO PLENO, CÍRCULO VACÍO
111 ,,
Lacan Jacques [Escritos 1], Función y campo de la palabra y ellengüaje en psicoanáli-
sis.
IV Jbfd. (p. 308).
V
Ibfd.
VI Ibfd. (p. 309).
VI/ Jbfd.
\'lll Ibíd.
Realizaremos ahora una puntuación de la clase 12 del Seminario IX, el
IX El diccionario está disponible en www. rae . .:~.
X seminario sobre la identificación. Para que podamos cumplir con ese ob-
Lacan, Jaqcues 0983) [El Seminario, Libro 11, Los Escritos Técnicos de Freud. (pp. 261-
262). Bs.As. : Editorial Paidós. (subrayado en el original).
jetivo, pongamos ya manos a la obra, así logramos un mayor rendimien-
XI Lacan, Jacques ( 1984) [El Seminario, Libro 2], El Yo en la Teoría de J<'reud y en la Téc-
to del tiempo.
nica Psicoanalítica. (p. 140). Barcelona: Editorial Paidós. Les propongo, en primer lugar, la siguiente cita: 1
xu Lacan, Jacques (1994) [El Seminario, Libro 4], La Relación de Objeto. (p. 388). Barce-
lona: Editorial Paidós. "Decir que el sujeto se constituye primeramente como (-1) es algo en lo que
xm Lacan, Jacques ( 1999l [El Seminario, Libro 5), Las Formaciones del Inconsciente. ((p. pueden ver que, efectivamente, corno se puede esperar, es como verworfen
33). Bs.As.: Editorial Paidós. que vamos a reencontrarlo allí, pero, para percibir que esto es verdad va a
XJ\' Tbíd. ser necesario hacer un gran rodeo f sacre tour/. Es lo que voy a intentar es-
xv Lacan, Jacques [Escritos 1 ), La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde bozar ahora" 1•
Freud. (p. 481).
Estaba interesado en comenzar por este párrafo, porque allí Lacan si-
túa la idea de la constitución del sujeto como "menos uno", producto de un
"gran rodeo". Está bien traducido tour por "rodeo" (en francés, en reali-
dad, dice sacre tour, rodeo ... 2 ). Luego articularemos este rodeo con el toro,
pero supongo que se les presenta como obvia la idea del tour: un recorri-
do sobre el toro de forma circular y cerrada.
Salteo dos líneas:

"Quiero decir que si buscan en el Informe de Roma encontrarán allí .Ya su


lugar puntualizado en alguna parte: hablo de la estructura del sujeto como
la de un anillo. Más tarde, quiero decir el año pasado, y a propósito de Pla-
tón -y lo ven siempre, no sin relación con lo que agito por el momento, a sa-
ber la clase inclusiva- han visto todas las reservas que creí deber introducir
a propósito de los diferentes mitos del Banquete, tan íntimamente ligado.'l
en el pensamiento platónico, concerniente a la función de la esfera". 11

He traducido todas las citas correspondientes al Seminario IX directamente d11 lu llX<'<I·


lente versión francesa realizada por Michel Roussan, publicada en París, en 1994.
El adjetivo "sacre" también se usa para reforzar el tono injurioso en un enunciado. Ad-
mite en francés un uso similar al "fucking" en algunas expresiones de inglés nortuunw·
ricano.

146
147
Aquí, Lacan se está refiriendo al "mito del andrógino", aquel que pro- damentalmente, del sujeto-. Mediante la idea de "revolución" (considera-
lOne como origen de la raza humana, esto es, esferas conformadas por el da como vuelta y regreso al punto de partida), Lacan introduce una de las
tbrazo de un hombre y una mujer, separadas por acción de los dioses. 3 dimensiones del cierre del toro.
El elemento con el que trabaja el analista es una pluralidad, nunca tra-
"La esfera, este objeto obtuso, si puedo decir: basta mirarla para verlo. Tal bajamos con un significante. Y esa pluralidad está caracterizada por una es-
vez sea una buena forma, pero... iqué tonta! Es cosmológica, por supues- tructura. ¿ne qué estructura se trata? Lacan la llamó "apertura y cierre".
to. Se supone que la naturaleza nos muestra muchas... no tantas cuando se Se trata de un cierre espacial: eso adviene, se abre y se puede leer, sólo en
mira de cerca, y apreciamos las que ella nos muestra. Ejemplo: la luna, que
la medida en que se cierra en forma de bucle (allí sí es pertinente hablar
sería, sin embargo, de un uso mucho mejor si la tomáramos como ejemplo
de un objeto unario ... Pero dejemos eso de lado. de "revolución"). Contamos "uno" cuando hay una repetición; y, para que
Esta nostalgia de la esfera que nos hace con un Van Uexküll pasear por la haya una repetición, tiene que haber, al menos, dos de "lo mismo" en un
biología misma, esta metáfora del Welt innen et um, he ahí lo que consti- sistema de relaciones. Esta manera de conceptualizar la repetición no su-
tuiría al organismo. pone que la serie "S1, Sl' Sp···" sea repetitiva; es más, cuando las cosas tie-
¿Es totalmente satisfactorio pensar que en el organismo, para definirlo,
tengamos que satisfacernos con la correspondencia, la coaptación de este 1 nen esta fisonomía, los psicoanalistas no servimos casi para nada.
Retomemos la idea. Con una revolución, (o sea S 1 y S 2 en forma de
innen y de este um? Sin duda, hay allí una visión profunda, pues está allí relación circular) podemos contar "uno", pero para que se cuente "su-
en efecto el problema, y sólo en el nivel en que nos encontramos que no es el jeto" tiene que haber al menos dos revoluciones. Esta propuesta de La-
del biólogo, sino el del analista del sujeto. can es sumamente adecuada: resuelve muchos problemas clínicos. De-
¿Qué hace el Welt allí dentro? Es lo que pregunto" m. bemos ponernos prácticos en considerar si, en la presentación que un
analizante pueda hacer de su síntoma, está presente o no esta estructu-
La pregunta de Lacan es irónica: ¿qué hace el "mundo" adentro? ¿por ra doble. Y, segundo, nunca hay que perder de vista que eso participa de
ué se habla de "mundo interno"? ¿Acaso no resulta contradictorio que el un englobamiento mayor, en el que se producen otras repeticiones. Se
r1ismo término "mundo" designe tanto lo que está adentro como el todo trata no de buscar la esencia de la cosa, sino de establecer qué se consi-
ue se halla por fuera? dera como lo repetitivo que caracteriza al sujeto del inconsciente en ese
caso, para luego ver dentro de qué sistema repetitivo participa. Fuera
"... no es esto lo que me interesa en este momento, y estoy decidido a llevar la
cuestión a otra parte, aún si debo parecer meterme para esto -hay que decirlo-
en algo riesgoso [dans mon tort}. Es del toro [c'est du tare] que voy a hablar-
1 de lo repetitivo, lo único que nos queda es la psicología: decir cómo son
las cosas de la forma más común o más general, y qué nos parece raro
en relación con ello.
les hoy[. .. 1 Lo que querría subrayar es que el toro, hablo en el sentido geomé-
trico estricto del término, es decir que según la definición geométrica, es una Recién destacaba que la idea de "revolución" está al servicio de cerrar el
superficie de revolución ... es la superficie de revolución de ese círculo alrede- toro. Ahora bien, observen que la superficie del toro tiene la virtud de ser
dor de un eje, y lo que se engendra es una superficie cerrada". N. doblemente cerrada. 4 Desde ya, como les proponía la vez pasada, siendo do-
blemente cerrada el problema es qué hacemos con la concepción del deseo
Algunos comentarios sobre la cita: como "deseo metonímico". ·
En primer lugar, cabe aclarar que esta manera de definir al toro, creo,
~t.ú tomada del libro de Fréchet y Ky Fan que les recomendév.
Segundo, habrán notado la presencia del término "revolución" en la cita. La estructura "doblemente cerrada" a la que se hace referencia supone que el toro delimi-
,uenn siempre criticó el uso del término "revolución" para dar cuenta de lo ta, en primer lugar, un adentro y afuera. De hecho, un cuerpo tridimensional tórico podría
•volucionario, puesto que supone una vuelta y regreso al punto de parti- albergar aire en su interior (como la cámara de la rueda de un automóvil) o masa (como la
rosquilla llamada "donuts"). Es por eso por lo que si pintáramos el aire circundante a un
n (por ejemplo, la vuelta de la tierra alrededor del sol se cuenta como una toro de gas celeste, el aire contenido en su interior -en el caso de que lo tuviera- no se teñi-
•volución, y también la vuelta sobre su propio eje). Lacan utilizó "subver- ría de color.
r(m" para dar cuenta de un verdadero cambio en la posición de algo -fun- Ahora bien, la construcción del toro mediante el bobinado, en el sentido de la generatriz,
supone una segunda noción de cierre: cierre orientado por la directriz tendiente a que
dicho bobinado, luego de dar una vuelta completa guiado por ella, se reencontrara con el
l'lntlm <191!2) [El Banquete[ (p. 61l, Barcelona: Bosch Editorial-lcnrill. punto d,, ori¡un.

149
"Esto es importante porque retoma algo que les he anunciado en una con-
Ahora bien, para componer al toro, necesito otro círculo, que hemos llamado
ferencia fuera de curso 5 en relación a lo que les digo aquí, pero a la que me "directriz". Al incluirlo, es evidente que se trata de una tercera dimensión.
referí después, a saber sobre el acento que pongo sobre la superficie en la
función del sujeto".
En nuestra época, está de moda encarar montones de espacios con multi- Directriz Generatriz
tudes de dimensiones. Debo decirles que desde el punto de vista de la re-
flexión matemática, esto exige que no se lo crea sin reservas.
Los filósofos, los buenos, los que arrastran tras de sí un fuerte olor a tiza Veo caras de asombro. Observen: un círculo puede ser presentado en dos
como el 81: Alain6 les dirán que desde el punto de vista que les avanzaba dimensiones, pero le tengo que agregar la tercera para representar esto.
hace un rato, el punto de vista de lo real, es totalmente claro que la tercera Para que esto gire en torno al eje del mismo plano, necesito la tercera di-

l
dimensión es absolutamente sospechosa. En todo caso, para el sujeto, dos mensión. Aquí tenemos un problema: ¿cómo puede ser que Lacan diga que
son suficientes -créanmev1•
para el sujeto se necesitan sólo dos dimensiones y nos presente al toro, que
es tridimensional?
Lacan destaca, en el primer párrafo de la cita, la importancia de acen- En realidad, el toro compuesto según dos circunferencias ya supondría la
tuar la dimensión de "superficie" para situar al sujeto. En el segundo pá-
propiedad de sumergibilidad de la superficie en espacios de tres dimensiones.
rrafo, pone en tela de juicio la consistencia matemática de la tercera di- Pero también puede ser presentado en dos dimensiones, de esta manera:
mensión, que para nosotros es obvia. Para esto, entre otros motivos, les
recomendé a Ian Stewart quien, en el capítulo diez de Introducción a la A--·------------•8
matemática moderna, trabaja este problema.
Finalmente, declara que dos dimensiones son suficientes para concebir
al sujeto con el que opera el psicoanalista. Veamos: aquí podemos hablar de
dos (un círculo lo resuelvo en dos dimensiones).
11c--·-----·-------•D11
Si, siguiendo la lógica de esta relación, pegara los bordes señalados con
las flechas punteadas, obtendría -en tres dimensiones- un cilindro. Luego,
debería pegar los otros dos bordes, cerrando el cilindro en forma de toro.
1
t'
También podría explicarlo mediante el sistema de relaciones A, B, C y D.
Es claro que tengo dos dimensiones: ABes una dimensión (ancho), yAC
2D (ancho) sería la otra dimensión (alto).
Efectivamente, este dibujo nos da acceso a la estructura real de la su-
La conferencia a la que se refiere Lacan llevó por título "De ce que j'enseigne" ("De lo perficie topológica. Ahora bien, el toro se caracteriza por una p:r,:o:pie4ad to- •
que enseño") y fue pronunciada en L'Evolution Psychiatrique el23 de enero de 1962. La- pológica que, ~9mo ~se llama sumergibilidad. La sumergibili<lad
mentablemente, la misma permanece inédita en español. Existe una versión en francés, permite construir en el espacio tridimensional algún dispositivo para que
fragmentaria, realizada a partir del registro sonoro, y también unas notas tomadas en la
ocasión por Claude Conté. la superficie gane una tercera dimensión, y de esta forma poder manipu-
En esta conferencia, Lacan no desarrolla plenamente la idea. Más bien realiza una arti- larla (y también lograr un acceso algo más intuitivo a la misma). Lo mis.-
culación tendiente a situar, en primer lugar, al sujeto como una estructura. En un segun- mo pasa con la banda de Moebius. La estructura en dos dimensiones de la
do momento, afirma que "para Freud, el inconsciente es una superficie con dos caras: banda de Moebius se escribe así:
hay una buena: la que se opone al exterim; y otra, menos protegida, dirigida hacia aden-
tro. Todo lo que se desarrolla, se despliega en red en esta superficie. Cuando Freud busca A B
una comparación, encuentra la del block maravilloso. Esto es en dos dimensiones ... " [la
traducción es mía J. Por el contexto, podríamos sostener, sin temor a equivocarnos, que
et>iá más cerca del uso indicado para la banda de Moebius.
Sl'Udónimo del filósofo francés Émile-Auguste Chartier (1868-1951), autor de un tratado
dt> Bollas Artes, considerado fundacional, y ensayos de crítica literaria. Vingt ler;ons sur
lt>.~ heaux arts (París, 19:35 ), entre otras obras. En castellano, 8i.YfPniii.Y dl' la.Y flp/las Ar·
fps ( Btwno11 Aires, Siglo XXJ.
i
e
:1
D

ll'iO liH
En este caso se juntan sólo los bordes punteados pero con una semitor-
Hión, en el sentido indicado por las letras. Se trata de la representación bi-
dimensional de la banda de Moebius, la que también es posible de ser su- Q -(" _ff~
rnergida en tres dimensiones, tal como hacemos al construirla con una tira ;ry fr.._
de papel. 7 Pero recuerden que, por ejemplo, hay otras superficies tan váli- j'~~ ~~~ ?/
das como estas imposibles de ser sumergidas en tres dimensiones, 8 y, por j
lo tanto, imposibles de construir con material alguno, y no por ello no exis-
'Y------<tl
ten. De aquí <1~9-_E~il!l~~ q_u_e_ll:l ~~~ruc~ura real de~~- B_l!per_!!_cie~ topológicas "D.e esas propiedades topológicas, ustedes van a ver el nervio, la pimien-
es bidimensional, si bien algunas pueden ser sumergidas. ta y la sal. Consisten esencialmente en una palabra soporte que me permi-
Con locuaT,Ta topología sigue siendo ideal para pensar al sujeto en dos tí introducir bajo la forma de una adivinanza en la conferencia de la que
dimensiones. Esto también se verifica cuando realizamos alguna presenta- hablaba hace un rato; y esa palabra cuyo verdadero sentido no podía apa-

1
eión clínica porque, considerando al "sujeto" como tema o asunto, ¿cuántas recérseles en ese momento, es el lazo (lacs)" vn.
dimensiones espaciales hacen falta para que ustedes lo presenten? Dos, y no
La palabra clave para Lacan es esta: lacs, que en francés quiere decir
L'ntenderíamos para qué se necesitaría la tercera dimensión. Distinto sería si
lazo (es con "s" pero es singular).
ustedes quisieran presentar un objeto real tridimensional, pero ¿qué tendría
Nos está representando el círculo, la revolución. Yo se lo presenté como
L)SO que ver con el sujeto del inconsciente con que opera el psicoanálisis?
"línea cerrada de Jordan", que es un postulado central de la topología. No
Nosotros no escuchamos personas: hay "temas" y "asuntos". Y ellos siem-
entiendo por qué Lacan no lo enunció bajo este nombre. No lo llamó así -que
pre son entre personas. Nosotros siempre tenemos "casos" entre "perso-
yo sepa- en ningún lugar, lo cual me llama poderosamente la atención.
nas". Esos "casos" poseen una estructura bidimensional dada su materia-
lidad discursiva (la relación entre personas y discurso me parece evidente,
'
"Ustedes, ven que a medida que se avanza reino sobre mis palabras duran-
no hay discurso que no implique vínculo entre sujetos humanos hablantes), .; 1
te un cierto tiempo ... los he timpanizado con la "!acune", ahora "!acune"
mientras que las personas son tridimensionales. Los "asuntos" del incons- se reduce a "lacs". 10
-~iente son todos de dos dimensiones, .Y por eso es tan importante escribir, El toro tiene la considerable ventaja sobre la superficie -de todos modos de
Jara que nos empapemos bien de la doble dimensión del sujeto. buen gusto- que se llama la esfera o muy simplemente el plano, de no ser
Voy a darles un consejo -lpor qué no?-: no escriban mientras están con en absoluto Umwelt, 11 en cuanto a los lazos cualesquiera sean - "lacs ", es
~1 paciente, háganlo después. Pero, después, iháganlo! Háganlo en serio, no "lacis"- que ustedes pueden trazar en su superficie.
1 la manera de una desgrabación, porque eso hasta puede hacerlo una má-
Dicho de otro modo, ustedes pueden hacer un circulito sobre un toro como so-
1uina. Hagan esquemas, pongan flechas, mapas, para que advenga bien el bre cualquier otra superficie, y después, como se dice, por encogimientos pro-
gresivos reducirlo a nada, a un punto"1m.
'asunto" y su estructura espacial: la bidimensionalidad.
Les doy una prueba de la bidimensionalidad del sujeto: ¿acaso no les Para esto, también les propuse leer el libro de Ian Stewart: en topología se ~
~ambió, a veces, radicalmente un caso cuando lo escribieron, por ejemplo,
estudian muchas propiedades mediante el procedimiento consistente en veri-
>ara llevarlo a un ateneo o a una supervisión? ficar si es o no posible reducir un lazo a un punto. 12 Con este procedimiento,
No hace falta que les diga las "treinta y cuatro" veces que Freud se re- '.}¡:
iere al inconsciente como superficie de escritura.9 El problema es si tiene 10 Puesto que el juego de palabras no se aprecia en español, lo dejo en francés.
•Htructura arborescente o circular. El obstáculo en Freud es que lo plantea 11
"Mundo circundante".
'urborificado" (tal como en el esquema que les presento), y de lo que siem- 12 Se trata de la propiedad de "contractibilidad". En el libro citado de Jan Stewart, en las
11'1~ se trata es de revoluciones.
páginas 217 y 218, se afirma:
"Supongamos que queremos distinguir entre un disco y un disco con un agujero en su in-
terior. Podemos observar que, en el disco, cualquier camino cerrado puede ser contraído
~:!lector no debe perder de vista que, por despreciable que sea, una tira de papel tiene es-
hasta reducirlo a un único punto; pero si hay un agujero, un camino cerrado que rodee a
pt•Hor, por lo que se trata entonces de un objeto tridimensional. aquél no puede ser contraído a un punto -el agujero lo impide. La "colitractibilidad" de
Uu htH utilizadas por Lacan, básicamente el cross-cap y la botella de Klein. Curiosamen- una curva cerrada es claramente una propiedad topológica, y por consiguiente hemos sa-
t.P, ambas son superficies uniláteras y cerradas. tisfecho 1/ltf'Ntro deseo inmediato de distinguir entre los dos espacios. Lo que queremos ha-
l>ul'rida ya lo estableció con suficiente claridad {A. E. }. cer ahom ''" ti•'NW'IYJI/a.r /u idea clave: que los agujeros pueden detectarse por la observa-
ri6n el• lo• nl/111111111 ti••/ ''"JirU"io, y dt• las maneras de deformarlo."

11\~ 11\!\
El otro día fui a supervisar a un hospital y propuse que el paciente en
por eje~nplo, puede saberse si hay un agujero en cierta superficie. Supongan
cuestión era psicótico. La jefa de residentes saltó como leche hervida -segu-
que no lo pueáeñ establecer por inspección directa, entonces pueden trazar
ramente ella había propuesto todo lo contrario- y dijo: "¿Pero cómo va a ser
un lazo que, ustedes calculen, sea plenamente exterior al lugar donde p~
psicótico si asocia libremente?". Si vamos a empezar a distinguir por ahí, no
haber un agujero. Luego deben intentar contraer ese lazo. Si logran reducir-
vamos a distinguir nada...
lo a un punto, la respuesta es que no había agujero. y si no pueden reducirlo,
Si sobre la superficie del toro se practica la siguiente línea cerrada de
puede ser que sí. Es una propiedad de la línea cerrada de Jordan: puede ser re-
Jordan, entonces sí obtendremos la diferencia con la esfera, ya que en este
ducida por transformación topológica a un punto, siempre y cuando la super-
caso se tratará de una línea cerrada de Jordan anómala, porque no dividi-
ficie sobre la cual se realice no posea un agujero o un asa. Este procedimiento
rá a la superficie en dos, sino que la convertirá en un cilindro (recuerden
es una forma de estudiar las superficies topológicas. Por lo tanto, el planteo
que la línea punteada supone que el corte sigue por detrás).
de Lacan da cuenta de una propiedad de las superficies topológicas: escribir 1

sobre ellas un lazo e intentar contraerlo para ver cómo se comporta.

1 1

ji

Ya les había presentado un procedimiento similar desde la perspectiva


Entonces, dos propiedades de la línea cerrada de Jordan que hay que es- •
del problema de si la línea cerrada separa la superficie en dos. ¿Recuerdan?
tudiar: si divide la superficie en dos, o si cumple con la propiedad de "con-
Había enunciado que una línea cerrada de Jordap. siempre divide una super-
tractibilidad" (o sea, si se la puede reducir a un punto). Sobre la esfera,
ficie en dos, según la propiedad topológica de la superficie, y según la bue-
cualquier línea cerrada de Jordan simple (porque pueden ser múltiples;
na aplicación, el buen criterio para la aplicación de la línea cerrada en la su-
por ejemplo, un "ocho" es una línea cerrada de Jordan no simple, pero es
perficie. Ustedes podrían llegar a tener un paciente con una psicosis plena,
una, no dos), siempre puede ser reducida a un punto, en el toro no. Oo que
y nunca poder establecerlo si no aplican homólogamente los conceptos de
quiere decir que no "siempre").
clínica diferencial como una línea cerrada de Jordan donde tienen que apli-
Tracemos sobre el toro una línea cerrada de Jordan que coincida con
carla. O sea, en una esfera, siempre que ustedes tracen una línea cerrada
la directriz. Vemos que la misma no puede ser reducida a un punto, pues-
de Jordan, se dividirá la superficie en dos.
to que tiene un agujero en medio, y, por lo tanto, revela la estructura de la
superficie.

{,

Sobre un toro no sería así. Pero la línea cerrada de Jordan podría estar
trazada de tal manera de no revelar la estructura topológica de la superfi-
cie. Por ejemplo, esta línea no la revela:
Sigamos con el texto de Lacan.

"... es que como lo ven con sólo mirarlo, haJ' sobre este toro un cierto nzime-
. ~1
~~~~ ro de círculos trazables: aquel, en la medida en que se buclearía, lo llama-
ré, por una cuestión de denominación, círculo pleno.
Ninguna hipótesis sobre lo que está en su interior: simple etiqueta que aeo,
lJioH m lo, no peor que otra, habiendo considerado bien todo/ ... 1Se podrfa

155
IM
llamar a esto el círculo engendrante, ipero sólo Dios sabe a dónde puede no alcanza con eso, que ~i sl -sa constituyen un círculo, tendría que ha-
llevarnos eso! wx. ber al menos otro más, otro par 81 - 82 ..
La frase dice que "hay allí un cierto número al principio del sujeto", no
Ya les señalé que Lacan llama "engendrante" aquel círculo que Fréc:Pet un cierto número de significantes. Tiene que haber un cierto .número <!e
y Ky Fan en su texto llaman "generatriz". En la cita, Lacan afirma que Jo revoluciones y tienen que estar articuladas. Deben tener una relación en-
denominará "círculo pleno" y, también, que no interesa qué haya en su in- tre ellas porque si no, ¿por qué considerarlas tales?
terior. 13 Nos desentendemos de eso, ya que puede haber un toro pleno o un
toro vacío. Si se tratara de un salvavidas para niños, dicho espacio estaría "... se desarrolla según uno de esos círculos, llamado círculo pleno, y es eso
vacío; pero podría tratarse de una rosquilla de Homero Simpson: en ese lo que nos da la mejor imagen de lo que en el bucle de esta enunciación es
serie irreductible.[... ] No es sólo este bucle lo que nos interesa como irre-
caso estaría lleno. Lacan lo llama "pleno" desentendiéndose de la cuestión
ductible, hay otros que pueden dibujarse en la superficie del toro, entre los
de lo que haya en su interior. cuales el más pequeño es el que llamaremos círculo vacío" xu.
Voy a avanzar un poquito porque les quiero presentar un sistema mí-
nimo de oposiciones. Entonces, en el toro hay círculos plenos y vacíos. A su vez, Lacan se des- '
entiende por la consistencia interna del toro, es decir que puede haber to-
"Pero supongamos entonces que toda enunciación de los métodos que sella-
man sintéticos -porque uno se asombra especialmente de esto: aunque se los
ros plenos y toros vacíos sin considerar lo que hay en su interior. No es a
pueda enunciar a priori, dan la impresión de contener algo, no se sabe dón- eso a lo que se refiere Lacan -lo dijo explícitamente-, y esto demuestra que
de, no se sabe qué, y es eso lo que se llama intuición, respecto de lo cual se había estudiado bastante el asunto.
busca su fundamento estético, trascendental... Supongamos, entonces, que Entonces, volvamos al toro. Estos son los círculos plenps (la generatriz),
toda enunciación sintética [ ... ]". x y dice que hay otro tipo de círculo que va a llamar círculo vacío. Yo les pro-
pongo que es este:
Les propongo que esto, es "sintético":

~2
SI

SI ) 1 ~ Círculo vacío
~~: 1
(clt,_eárt( )
La vía inversa sería "analítica".
Hacer de una pluralidad un "uno", es hacer "síntesis" ("sintético" pue-
de querer decir un montón de cosas más, pero eso que dibujé en la piza-
. "de1 t oro " Círculo pleno ¡
rra es sintético). Ag u;ero '\
Vamos a intentar establecer un sistema de oposiciones, o sea, vamos a (corriente de aire! 5
L ¿'1/J_ rc.rlr 1-í' J

seguir el sistema. Estoy proponiéndoles hacer un trabajo psicoanalítico: La directriz es el círculo vacío, y la generatriz el círculo pleno.
ver a qué se opone círculo pleno, así tenemos el "algo", y luego veremos si ¿cómo se caracteriza el círculo vacío? Con directriz y generatriz los te-
se repite "algo" y nos permite entender "algo". nemos, a ambos, definidos topológicamente. Pero así, como está propo-
niendo Lacan, ¿cómo podríamos definirlo? El círculo vacío es el que ento_r-
"... hay allí un cierto número al principio del sujeto". XI na el agujero del toro: 14 consideramos a esto agujero del toro (en topología

¿Qué consideran mínimo para que haya un sujeto? Sean sinceros, me I


4
En el libro citado de Ian Stewart, página 202, hay una interesante reflexión ací't'ca rlol
responderían "S 1 - 8 2 ". Ustedes consideraban que, para que haya un suje- agujero del toro. La transcribo a continuación: "Vemos que el toro tiene un aguJero, ln crwl
no sucede en la esfera. Pero el problema es que el agujero no está en el mismo loro, st no f'/1
to, hacía falta al menos, en el origen, un par S 1 - S 2 • Pero Lacan dice que el espacio circundante. Y sabemos que es peligroso sacar conclusiones que puedan dtlpPII·
der del espacio cirr~ttndante. Como espacio topológico en sentidn propio, el tom no contit•IIP
'' He refiere al interior generado por el círculo pleno de lu generatriz o engendrante (cf. n. nada. que pueda IIC1111111'N•• 1111 rlJ!ttjfnJ. El agujero no forma parte del toro que vPmos".
4 u «~Hte capítulo).

II'Sti 11\7
se llama "~orriente de aire"). ~t~J. ~oro _e_s una superficie aguj~r~P,a, lla- estructura del significante, que siempre es así. Por lo tanto, tiene que de-
mamos "agujero" a esto, por más que sea como un salvavidas y que tenga jar caer esa teoría y abandonar ese principio distintivo -el elemento oposi-
vacío el interior. A ese interior, ¿saben cómo se lo llama en topología? iEs tivo que aislamos-.
increíble!: El "alma". Ahora bien, observen ustedes que si bien se abandona el principio dis-
Tenemos, pues, una oposición: "el elemento". ¿Entienden que, en psi- tintivo, no desaparece el problema. Si bien en el Seminario 11 Lacan pro-tRN. ~ ~
coanálisis, esto es "el elemento"? "Elemento" es tener al menos dos ínti- pone ir al sinsentido del significante, yo les preguntaría: ¿al sinsentido de~ Stl\ <
mamente vinculados. Ahora bien, este "elemento", ¿repite otro? Yo sé que qué significante? Del significante en juego primeramente en el síntoma. odo
ha retumbado en vuestras cabezas ... Círculo pleno y círculo vacío, "Palabra sea, si mi síntoma implica al menos un significante (digo "al menos" por-
plena" y "palabra vacía". Pero, ¿en qué sistema de relaciones? que el síntoma es un nudo de significantes), lo que tenga ese significante
Retrocedamos un poco. "Palabra plena" y "palabra vacía", ¿eran ple- de pleno-de-sentido es lo que hay que trabajar: se trata de una ilusión neu-
nas y vacías de qué? La respuesta tendría que estar a la altura de los de- rótica, ya que el significante en cuanto tal no tiene sentido. Hay que va- 11-.
sarrollos de los dos primeros seminarios de Lacan: "palabra plena" y "pa- ciar de sentido el significante atrapado en el síntoma, puesto que es lo que
labra vacía" de reconocimiento del sujeto en relación al Otro. Así aparece le da consistencia a esa estructuración. Lacan no propone que el trabajo
en aquellos seminarios la función del Otro. del sujeto en análisis apunte al sinsentido de todos los significantes (que sí
~ Un ejemplo de "palabra plena" en el S~minario 1 deJacques Lacan: "Tú propone en un análisis didáctico). En el Seminario 11, lo caracteriza afir-
~ eres mi padre, mi analista, mi maestro". También está en el seminario: "Tú mando que debe arribar al sinsentido del significante. Por eso les pregun-
eres mi mujer". Son los cuatro ejemplos princeps. Vale la pena pensarlos taba recién de cuál significante. ¿De todo significante? No, en todo caso,
porque en el mismo sentido pone al nombre propio. los del síntoma en todo caso; los del ideal, también. Estos tienen un funcio-
Seguramente recuerdan que "reconocimiento y Otro" hacen entrar al namiento anómalo porque alimentan allí la ilusión de una cristalización,
seminario el sistema hegeliano sobre la función del deseo. Con lo cual, en y esto, justamente, produce que en torno a eso se arme el sufrimiento y el
Lacan, "palabra plena de reconocimiento del Otro" sustenta la relación de 1 goce del sujeto. 15
deseo de deseo en la dialéctica hegeliana; y la "palabra vacía" es la que nie- Entonces, lo que Lacan proponía era que había términos que en sí po- 1!-

!
ga, rechaza o hace caso omiso de la función reconocimiento del deseo del dían tener la virtud de articular el sujeto al reconocimiento de su propio de-
Otro en función de mi deseo. seo (por la vía del sistema de reconocimiento del deseo en relación al Otro),
. ,, Algo más tarde, a la altura del Seminario 3, se produce un primer paso y que había discursos vacíos. En psicoanálisis, había que alentar la palabra
·teórico necesario: Lacan descubre que "palabra plena" y "palabra vacía" plena. El problema fue que Lacan verificó que todo significante posee (po-
1
son propiedades del discurso psicótico. Dieciocho meses antes, había consi- dríamos decir, también, que arrastra), sí y no, una cristalización de signi-
~4· derado como el colmo de la salud que podía proveer el psicoanálisis el sis- ficado. ~es la verdad de la ~tnlCtura: que cada significante posee una
, , tema de oposición que ahora se le transforma en la esencia pura del fenó- cristaliz~ión.de_significado. Ustedes dirán que no es así la fórmula de La-
1 1t:t meno psicótico: se trata de las dos modalidades del neologismo: la "palabra can. E:Cafirmó que "el significante, en cuanto tal, no significa nada", pero
vacía" sería el estribillo, y la "palabra plena" sería, ahora, plena de signi- ahí hay una clave que es "el" significante, uno. Y, efectivamente, elsigni-
' 'ficación. Se trata de alteraciones fundamentales de la estructura del signi- fi~~nte en cuantº· tal_no significa, pero tampoco se E,l_lede conceptualizar al
ficante en las psicosis, porque la palabra como tal no puede ser ni plena ni significante por fuera de su valor opositivo con otro. Por. eso les d~cía qu~
vacía. Si ustedes quieren, para representarlo: un significante, con relación a otro, §y no implica una c~~i~!~aciq_n de ~!g~
@fl,~ªdo. En el síntoma es sí y sí. No es cierto que los significantes sean va-

CJ [s] S

Estructura del
cíos: son vacío·s-,y -iio loso:ii·=-depende de dónde y cómo los ubiquemos-.
Proponer "palabra plena" y "palabra vacía" fue un error de Lacan, por-
que solamente advienen en la clínica como neologismos psicóticos. De to-
Palabra plena Palabra vacía f-1ignificante
,., En el Seminario XIT. Problemas Cruciales para el Psicoanálisis, Lacan propone qut• o)
trab¡¡jo sobn• el HinHPnt.ido del significante recae sobrP aquel que funciona como nornbr·t•
Como verán, ambos casos son notablemente patológicos respecto de la propio; lo quu 1111 )u "l'mrm.~it·¡ón dt•l .9 de octubre de 1967..... designa como el Hignifkun-
te O(• !u t.r·nnHft•r·urtl'iu t¡tw ''"tnhiP<'t• .. t sujeto supuesto sabt!l'. {A. K }.

IM 1/'IA
'
· das maneras, es una buena forma para que encontremos neologismos psicó- La pregunta le produjo un efecto de gran sorpresa...
0
1' ticos. Este viraje le llevó dos años de investigación, dos años en los que pro- Se lo planteé porque hacía mucho que su pareja le venía diciendo que
dujo la introducción de la noción de "significante" en la teoría (anteriormen- no quería seguir viviendo con él, y se notaba que se lo decía de una manera
.~ ''I'te, Lacan trabajaba con "palabra"). Cuando introduce el concepto de "signi- muy humillante. Calculé entonces que había cierta posición suya de some-
,., ficante", rectifica y se da cuenta de que lo que él enunciaba en el Seminario timiento a esa humillación. Con lo cual, no quedaba claro qué correspon-
· · · 1 era el fenómeno psicótico.
Pero, a~ªllr de eso,_ en Lacan nunca desapar~_e (;ll_que no es cierto que
.,j día hacer con esa humillación, ya que lograr que la pareja quisiera seguir
viviendo con él podía someterlo a más humillación.
para un sujeto todas las pal~bras sean hrnales. Y, ¿cómo se establece esa dife- Él llegó diciendo: "Sufro mucho porque esta persona se quiere sepa-
j rar de mí". Pero eso, ¿qué quiere decir? ¿Alguno de ustedes cree que, has-
rencia? Lacan comenzará un trabajo para establecerla que terminará propo-
niendo una inversión de la relación entre palabra plena y deseo. En el to:r,g, ta ahora, hice mención alguna del "deseo" del sujeto? No. Y, sin embargo,
el círculo plel!Q va a coincidir con la demanda: las vueltas de la generatri~ había otra demanda, no formulada, inconsciente.
Súñplanteadas como círculo pleno y constituirán el circuito repetitivo de las Les pregunto: ¿qué tiene contenido, qué tiene material, qué tiene estopa?
demandas. ~or eso, Lacan decía que en el origen de un sujeto hay, al menos, Esta tiene estopa (círculo pleno o generatriz), y esta no (círculo vacío o direc-
varias demandas repetitivas. triz). La estopa es el relleno de los almohadones. Lacan propone que hay un
<6 Por otra parte, ~itu!IJ'ªlo que va a llamar "cí_rculo_vacío" (la directrtz): en él círculo pleno, lleno de material. Y afirma que hacen falta varios círculos de
va a articular el objeto del deseo. Es fácil comprender que el planteo es exac- estos en el origen de un sujeto (y no el deseo del Otro); y que es en función
-tamente al revés, quese tratlicle una inversión de sus propios términos. de varias de estas vueltas de la demanda, que se establecen otras (al menos
Intentaremos entender cómo operar con la relación entre el círculo vacío otra más, vacía de material, pero que a pesar de estar vacía es la que da sen-
(que va a ser el del objeto del deseo) y los círculos plenos de la demanda. tido al movimiento de todas las otras, esto es, la directriz).
Los círculos plenos de la demanda repetjtiva estarán compuestos por ele- Bueno, vamos a dejar por hoy aquí. En la próxima trabajaremos la cla-
mentos significantes; y el círculo de la directriz, no. Esto justifica afirmar que, se 22 del Seminario IX y estudiaremos un tercer tipo de línea que Lacan
en esta nueva articulación al toro, "pleno" y "vacío" remiten al significante. incluye en el polígono fundamental del toro.
Hay otra diferencia más que hace falta trabajar para evitar un lugar co-
f mún donde muchas veces nos extraviamos. Este poder ser dicho del círcu-
lo pleno, en oposición al no poder ser dicho del vacío (lo digo así momentá-
neamente, pero luego voy a rectificarlo) no significa que no se pueda escri-
bir "inconsciente" en ambos lados (Lacan jamás afirmó que no pudiera ha-
ber demandas inconscientes).
Por ejemplo, en el comienzo del análisis, para establecer la demanda del suje-
to en el origen del tratamiento, Lacan propone que siempre hay que establecer
cuál es la demanda inconsciente -no dice el deseo inconsciente-. Esta indicación
es algo que solemos no hacer. No nos preguntamos qué está demandando este
sujeto, porque no necesariamente todo sujeto que viene a la consulta, diciendo
que busca una cura y que tiene un sufrimiento, quiere ser separado de ese su-
frimiento; y, menos aún, que quiere hacerlo por la vía de un psicoanálisis.
Hace poco recibí en consulta a un hombre cuya pareja le había planteado
que no quería seguir conviviendo con él. Esto le producía un enorme dolor.
Vino a verme por ese enorme dolor. Estuvimos más de una hora hablando so-
bre diversas cuestiones de su vida (consideren que se trató de un primer en-
cuentro). Y, entonces, a partir de lo que me había dicho, le pregunté si era su
intención iniciar un tratamiento para lograr que su pareja quisiera seguir vi-
1' viendo con él, o para que le dejara de doler la decisión que ella había tomado
.,, flit ,·v de no continuar la convivencia.

11411 181
f

Bibliografía
X
Lacan, Jacques (inédito), Le Séminaire, Livre IX, L 'Identification (clase 7/3/62). Versión
de Michel Roussan, (1994). (p. 130). Paris [Traducción de Pablo Peusner].
n Ibtd. LOS CORTES DEL TORO: DEMANDA,
m Ibtd. (pp. 130 y 131).
IV [bid. (p. 131).
¡'"
DESEO Y OBJETO a
v Cf. Fréchet y Ky Fan (op. cit, p. 12).
VI Lacan, Jacques, Le Séminaire, Livre IX (p. 131).
VII [bid. (p. 132).
VIII Jb(d.
IX Jbid. (p. 133).
X Ibtd.
XI [bid.
xr Ibld. (pp. 133 y 134) respectivamente.
Pensé que, en esta clase, podríamos trabajar las coordenadas mayores \,
acerca del tema de los toros abrazados. Para dar un marco de referencia,
elegí las clases 22 y 23 (del 30 de mayo y 6 de junio de 1962, respectiva:
mente) del Seminario IX, teniendo en cuenta que existen innumerables
problemas con la traducción de este seminario. \
+ \ ~ 1 ' 1

En primer lugar, actualicemos las puntuaciones que realizamos en rela-


1
ción a la clase 12 del Seminario IX. ,. '·. ,

Allí, Lacan sostenía que la directriz se refería al "objeto del deseo" y no


al deseo. Tengan en cuenta esta diferencia: el "círculo pleno", la gener~- , 1
• '

triz del toro, queda articulado a la demanda; y el círculo correspondient~ a


1
la directriz, aquel que se inscribe en torno a lo que llamaríamos "el aguje- ' '
ro del toro", Lacan lo articula al objeto del deseo, el objeto a. ,,
Para despejar correctamente esta idea, les propuse las clases 22 y 23 del
seminario. En ellas, Lacan propone una concepción para el psicoanálisis 0
que, en general, los lacanianos hemos ignorado. Se .trata de un nuevo pa-
radigma en psicoanálisis, otra forma de pensar los problemas, es otro mun-
do, casi otro psicoanálisis... Este problema marca la dirección de la cura, así
que no es poca cosa. Plantea qué hay que hacer en concreto.
Para la clase de hoy, decidí no citar; no voy a leer párrafos, no voy a abu-
rrirlos leyendo citas, sino que voy a parafrasear: convertiré los largos pá-
rrafos de Lacan en un renglón escrito por mí. A todo el material lo enca-
dené lógicamente para que se lo pueda seguir paso a paso. 1
Lo que propone Lacap. es un cambio de paradigma a partir de una afir- f.l
mación. De tal afirmación se deducen todas las consecuencias. La afirma-

He optado por incluir las citas sobre las cuales, considero, fueron construidas las proposi·
ciones que siguen, en un intento por facilitar el acceso del lector a un paradigma que, por
novedoso, requiere de todos los medios disponibles para ser captado. Las mismas, excepto
las oportunamente indicadas, corresponden a la clase del 30 de Mayo de 1962 del semina·
rio sobre [,a lclPntifiración (inédito en español), que he traducido de la versión francesa pu·
blicada en l!J!J4 pnt· Michol H.oussan. La paginación, por tanto, remitirá a dicha edición.

16~ 188
ción es la misma de siempre: el~. antecede y determina al su¡e- Ninguno de nosotros tiende a practicar con que el significante tiene pri·
to; hay primacía del significante sobre el sujeto. Lo pueden escribir, pueden macla sobre el sujeto. Todos suponemos que el sujeto es una persona que
escribir arriba a la izquierda "significante", una flecha horizontal hacia la tiene características, y que estas características le producen el malestar que
derecha, y colocar "sujeto". tiene y se trata de curarlo de ellas... Suponemos que el sujeto es una per·
sona a la que le pasan cosas, y esas cosas que le pasan lo molestan, y noso-
Significante ------l~ Sujeto tros estamos encargados de lograr que no le molesten tanto. Lo que pasa
-~ es que algunos no se dejan ...
~
Lacan propone otra cosa: si es que hay sujeto, sobre ese sujeto hay
Ahora bien, Lacan propone una maniobra espectacular: consiste en sa- primacía significante. Con lo cual, nosotros operamos sobre los signifi-
car una flecha debajo de "sujetp", para articularlo con una superficie. La- cantes, no sobre el sujeto; mientras que habitualmente se supone que se
can abre la pregunta acerca de cuál es la concepción espacial que le corres- opera con la persona, lo que lleva, indirectamente, a partir de un cuer-
ponde a lo que los psicoanalistas lacanianos llamamos "sujeto". Y propone po biológico.
articular al "significante" -hagámoslo nosotros con otra flecha hacia aba-
jo- con la noción de «corte••. Volvemos a la misma lógica: un corte engep.-
dra una supel'fi~i_e~~ --------·-
1 Es así que el corte engend':_a lCI-_superficie, cosa que ustedes tampoco acep-
tan si no aceptaban la anterior. Porque en nuestro sentido común, para que
haya un corte, tiene que haber primero una superficie; si no, ¿dónde me-
temos la tijera?
Significante Sujeto Esta es toda la dificultad, a saber, que el corte engendra la superficie. , ·(, 1¡
O sea que luego de produ~!r un corte, he ahí una superficie. No hay apara- 1

1
Corte
1
Superficie
to psÍ<J.\lico qu~_~e l!~~~.e~~!;as, no exist.Eu~l"~~ato psíquico". El apara-, , 1
to psíquico en realidad es una superf!~~ que se engendra p~~articulación,.
(corte) entre significantes. ------ _.....,, ¡,,
Lacan propone quefu línea del tiempo (como concebimos imaginaria-, 1 ,
mente nosotros la estructura de la palabra) sea sustituida por cadena sig-
"El significante determina al sujeto, les digo, en la medida en que necesariamente es eso nificante3 -es una vieja propuesta de Lacan-. Dos cuestiones. Primero: la
lo que quiere decir la experiencia anaUtica ... Pero sigamos las consecuencias de esas pre-
misas necesarias:
línea va a ser entendida como corte ella misma. Si Ustedes pasan de "lí·
El significante determina al sujeto, el sujeto toma de esa determinación una estructura: nea temporal" a "cadena significante", la línea pasa a funcionar como cor·
es la que intenté demostrarles. Este año, a propósito de la identificación, es decir de algo te. Bueno, el corte es la línea en la cadena significante.
que focal iza nuestra experiencia sobre la estructura misma del sujeto, intento hacerles se- Y segundo, que los segmentos de la línea, los fonemas, sean entendidos
guir más (ntimamente este v{nculo del significante y la estructura subjetiva.
A lo que los conduzco bajo éstas fórmulas topológicas, de las que ustedes ya han sentido
como sección de corte, partes de un corte. 4
que no son pura y simplemente esa referencia intuitiva a la que nos habituó la práctica de A continuación, la subversión de Lactm (subversión que, a mi entender,
la geometría, es a considerar que esas superficies son estructuras, y he debido decirles que no ha pasado a nuestra practica cotidiana), que reside en_ la articulación d;
éstas <superficies> están todas estructuralmente presentes en cada uno de sus puntos, si dos principios muy conocidos por nosotros, pero no artíCuladQ§.
es que debemos emplear este término punto sin reservar lo que voy a aportarles hoy aquí.
'·' a) lo real es lo mismo.
Los he conducido, por mis enunciaciones precedentes, a aquello que se trata ahora de eri-
gir en su unidad: que el significante es corte, y ese sujeto y su estructura, se trata de ha- =
cerlo depender de dicho corte. Eso es posible en lo que les pido que admitan y me sigan al "Efecto de significante, el corte fue de entrada para nosotros, en el análisis fonemática del
menos por un tiempo: que el sujeto tiene la estructura de la superficie, al menos definida lenguaje, esa línea temporal, más precisamente: sucesiva de los significantes que los ha·
topológicamente. bitué a denominar hasta el presente la cadena significante. ¿Pero qué va a ocurrir si lo8
Se trata entonces de comprender, y esto no es difícil, cómo el corte engendra la superficie incito a considerar ahora la línea misma como corte original? Estas interrupciones, e11a8
[. .. ] Esto para darles la idea de la posibilidad de la concepción de este engendramiento, invidualizaciones, esos segmentos de la línea que se denominaban si ustedes quieren, en
en cierto modo invertido en relación a una primera evidencia. Es la superficie, pensaran fa ocasión fonemas, que suponían entonces, estar separados de aquél que precede .Y del qrtP
ustedes, quien permite el corte, y yo les digo: al tomar la perspectiva topológica es el corte sigue, hacen una cadena al menos puntualmente interrumpida .. ". (p. 245).
lo que nosotros podemos concebir como engendrando la superficie. Y es muy importante, "Si la línea misma es corte, cada uno de sus elementos será entonces sección de corte, y 1111
porque al fin de cuentas es alU- tal vez- que vamos a poder alcanzar el punto de entrada, eso en suma lo que introduce este elemento vivo, si puedo decir, del significante que hl' cl1·
de inserción del significante en lo real...". (p. 244), nominado el ocho interior, a saber precisamente el bucle". {p. 245).

184 IM
'\ (•·
I)J o.;\ t,
tfJ lA, '~ ~J
,,, , (V-- \D
b) el significante es lo distinto de sí mismo. 5 l j \}-> \.\ fJ . l .
Son fórmulas calculadas por mí, no son cualesquiera; o sea, si hay una t/ \ ~ ~ () ¡}.\j\( ~­
... 123//456 ... (J ~o o.
palabra, si agrego aquí "sí mismo" y en la anterior no puse nada, es un cál-
culo del que me hago responsable. y que esta es la otra clínica, la "mala", la que se llena de significado, de
De aquí :e2dríamos deducir que lo imaginario es falsamente lo mismo. significación, de sentido... e::-, -
\ ~ .1
O sea, para conceptualizar lo imaginario podríamos decir: es lo mismo, no _{'-;;
~··
es lo mismo, es lo mismo, no es lo mismo ... Esa es,.efectivamente, la estruc- ~
·-·-·· ~ ·-,---;--,
4
tura de lo imaginario La clave estáen !a designación de ''Qt.ro-semejante '.
lEs otr.o.o.easemejante? La altend.íid, a nivel imaginario, es una falsa alt~­
ridad. Entiendan que eso no significa que se trate de identidad, la falsa al-
teridad no es identidad: la expresión "otro semejante" lo revela claramen- l 5
te en su contradicción interna.
Mientras Lacan dictaba estas clases. se publica la versión francesa de Ser y Tiem-
tJ;

... tienen miedo de que se llene de algo (no sé por qué el miedo). Ahora
po de Heidegger. Lacan presenta al traductor en el seminario, le agradece la presen- v~mos a trabajar ~a diferencia entre "lo vacío" y "la nada", y van a ver que
cia y habla de Heidegger'. En este contexto va a aparecer una fuerte referencia a Hei- Lacan no propone trabajar hacia "lo vacío". Igualmente, aquí (en el segun-
degger: do esquema) no se llena nada. La diferencia fundamental es que en el pri-
mer esquema no adviene lo real, y en el segundo sí. Ambas son formas es-
"Una curva cerrada, es lo real revelado ... " 1• paciales diferentes para concebir la misma secuencia, que nombré "... 1 2
3 4 2 5 .. ". , que aportan distintas lógicas.
Tengan en cuenta que "curva" es una línea no-recta. En este sentido, me parece que se entendió -no sé por qué- que lo del
Entonces, para Lacan, una curva que se cierra es lo ql,!e ~según su fór- primer gráfico era metonimia, y lo del segundo metáfora. Articulado con ese
mula- es lo real revelado. Por lo tanto, no hay entrada de lo real en la ex- error -y tampoco sé por qué-, en psicoanálisis lacaniano se creyó que la prác-
periencia del sujeto hasta que no adviene una curva cerrada. tica estaba "bien orientada" cuando daba acceso a la estructura metoními-
Sigamos la lógica de esta idea: si entendemos a la cadena significante ca (si no se lo dice explícitamente, se lo dice implícitamente... ). Es lo que se
como lo que sustituye a la línea temporal, y a los fonemas como segmentos sostiene con cierta apología de la asociación libre, o sea, la intervención es
de corte (estamos articulando todo lo que dijimos antes), entonces para que correcta cuando habilita el hecho de que se continúe hablando. Y entonces
advenga lo real en la clínica psicoanalítica tiene que producirse la línea ce- se cree, erróneamente, que se trata de un corte que se debe introducir así:
rrada. Si la línea cerrada es la representación de la línea temporal hablada,
entonces hace falta que advenga lo mismo. Ahora bien, esta es una clínica
que se puede bifurcar en la práctica. Tómenlo así: los lacanianos -y no sé ... 123//456 ...
por qué se produjo eso- tenemos propensión a considerar que nuestra clí-
nica, la específicamente lacaniana, adquiere esta forma espacial

"La línea se recorta. ¿cuál es el interés de este señalamiento? El corte llevado sobre lo real
1
Corte
manifiesta allí, en lo real, lo que es su característica y su función, y lo que introduce en nues-
tra dialéctica - contrariamente al uso que se hace de que lo real es lo diverso- lo real, desde Como esto es una línea temporal, este corte tiene dimensión de tiempo
siempre, yo me he servido de esta función original, para decirles que lo real es aquello que que consiste endeCirleáal.guien "dejemos aquí", intervención que sería ati-
introduce lo mismo, o más exactamente: lo real es lo que vuelve siempre al mismo lugar. Qué nada debido a que produce los puntos suspensivos que son convocantes a se-
quiere decir, sino que la sección de corte -dicho de otro modo: el significante- es lo que noso-
guir hablando. iEso es un disparate! En general, la gente viene y habla; con
tros hemos dicho: siempre radicalmente diferente a sí mismo -A o~ A: A no es idéntico a A-
ninguna manera de hacer aparecer lo mismo, sino del lado de lo real". (p. 245). lo cual, el hecho de que la gente siga hablando no dice que vayamos a algún
La referencia explícita a Ser y tiempo de Heidegger, y la presentación de uno de sus tra- lado, ni siquiera el que la gente venga hablando del tema que se habló la vez
ductores al francés (Alphonse de Waelhens -€1 otro fue Rudolf Boohm--) 11 loll asistentes anterior. Lacan es más radical: la línea temporal no revela lo real, sino que lo
del seminario, se produjo en la sesión del 6 de Junio du 1962.

IQQ
187
real adviene cuando se produce la curva cerrada. Lo que yo propongo es que ¿Tenían ustedes alguna fórmula de la demanda? La fórmula de ..m ~liU,.ñ
hay que producir una maniobra tal que propicie el advenimiento de lo real e bucle repetido. Cuando tienen un bucle repetido, he ahf que tienen demanda.
implique salir de la aparente línea del decir, produciéndose así el bucle.
Observen que lo interesante de todo esto es que Lacan no está trabajando
con el objeto a, no introduce el problema con este concepto. ¿vieron lo que
pasa en nuestros ateneos clínicos? Siempre hay alguien que dice: ·~ mí me
llama mucho la atención la función de la mirada en este caso". Pero lo real
no es eso, lo real es algo que se engendra, que adviene en función de cierta
operancia de los significantes; y esta operancia de los significantes supone
la conducción del análisis, es decir, es producto de una maniobra. Habitual-
\._ u--~
Demanda
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J.- \_, \C~ V


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mente tendemos a concebir que de lo que se trata en el sujeto es del orden


de lo metonímico, porque concebimos al deseo como metonímico, y, por lo Hay un problema con el significante "bucle": su uso en español está muy
tanto, la mejor forma de aproximarnos a eso es seguir por la "cadena signi- restringido. Lo usamos sólo para dar la idea de un tirabuzón, y más espe-
ficante" como si fuesen "líneas temporales", unilineales y unidireccionales, cíficamente para nombrar los rizos en el cabello. Les doy siete u ocho a~p­
considerando que la maniobra consiste en un corte sobre la línea temporal ciones del francés para que ustedes escuchen que nunca se habla del tira-
y que lo real aparece cuando alguien dice "mirada" o "voz". buzón. Muchas de estas acepciones les van a resultar habituales, y van a
De esta manera, cambiamos el sentido que apertura y cierre suelen te- ver que otras les van a resultar sorprendentes. Fíjense en lo que significa
ner, al concebirlo como que "se abre la puerta" y "se cierra la puerta". Sin "bucle", yo lo busqué en el diccionario francés-francés y traduje las pala-
embargo, Lacan propone que la apertura y el cierre del inconsciente son si- bras de las acepciones francesas al castellano:
multáneos, se producen en el 'momento en que se produce el bucle, la cur- Boucle: hebilla, lazo, argolla, aros (como pendientes), cinturón. Nos es
va cerrada. El cerrarla es maniobra del analista. Estoy proponiendo que no como lo solemos usar nosotros. Para nosotros es sorprendente porque no-
alcanza con que esté "1" y otra vez "1", sino que, si se trata de "1", lama- sotros tenemos entendido que es un sacacorcho~:¡, pero eso es por las parti-
niobra analítica consiste en hacer de "eso" un real. cularidades con las que una palabra pasa de una lengua a otra (no pierdan
de vista el uso repetidísimo del término boucle que realizara Lacan). Pero

'
En ese sentido, me parece que ya llegó la hora de hacer una evaluación
clínica de la asociación libre. ¿vieron que ya se está discutiendo acerca de si como nunca se utilizó "bucle" para traducir boucle en los Escritos, de este
q
proponerle o no a los pacientes que asocien libremente? Está muy bien que problema ni se enteraron quienes no han leído los Escritos en francés. To-
se haya instalado la pregunta, porque llegó la hora de hacer una evaluación. das las veces que Lacan utilizó boucle, el traductor siempre puso algo que
Yo les propongo que nos preguntemos sobre la asociación libre, el para qué, diera idea de lo que se cierra, pero nunca se aclaró· que se cierra en fo~
el cuándo y el cómo. Nosotros no estamos buscando meramente que eso siga de círculo, de lazo, de argolla o de _aro.
hablando (en realidad, por fuera de la clínica psicoanalítica, eso habla, y que Elhucle siempre cierne algo, y eso que es cerl.!!_d.9.. ~JQ.!:.~!!J..
hable no produce ninguno de los efectos curativos esperados). Los pacientes En el texto de referencia sigue otra fórmula de Lacan:
no empiezan a hablar cuando ven al analista, no son mudos que vienen a !ll<jl v
"L,o q~l!_ f}~?.n~~rnado del significante.!!!! todas las veces que la dem.andp. ('¡ , ,
una experiencia de palabra, no se trata de la experiencia de palabra: se tra- se reptte" u. 1 11

ta de producir el advenimiento de lo real en juego para ese caso. (IJ ('

Ahora les voy a proponer una definición de «demanda». Lacan va a proponer que La encarnadura, lQJID.c.arnado, es._el sustrato más radical de lo real. O ~ t fl (
Za._rep_etición es laJo~ma más radical de la demanda. 7 - · - ----- sea, l.Q__que encarna en nosotros es la demanda, esto es, el_ significante repe~
ti~ conclusión es lógica:
"... ihay que esperar lo mismo para que el significante consista? como se lo ha creído siem-
pre sin detenerse suficientemente en el hecho fundamental de que el significante, para en- "... lo que se denomina Trieb, la pulsión. Es así como yo se las forma- l,' \ 1

gendrar la diferencia de lo que él significa originalmente, a saber la vez, esta vez que les lizo: es la primera modificación de lo real en sujeto bajo el efecto de la
aseguro no sabría repetirse, pero que obliga siempre al sujeto a reencontrarla, esta vez exi- demanda ... "lll
ge entonces, para completar su forma significante, que al menos una vez el significante se
repita, y esta repetición no es ninguna otra cosa que la forma mds radical de la experien- Esta concepción, se lo confieso, es para mí ~agnífica.
cia de la demanda". (pp. 245-246).

188
Ant.es., hay dos fórmulas intercaladas que quiero comentar. La pri~e­ Con lo cual, para Lacan, se trata de que analicemos esta anécdota por-
ra: Lacan afirma que no hay significante, o sea corte, sin que una superficie que después va a seguir trabajando con el significante "polaco". ¿Entien-
le sea supuesta. 8 O sea que el corte engendra la superficie, pero a partir de den el chiste? Pueden escribir "Polonia" como un territorio, como un es-
su existencia, la superficie aparece como supuesta. 9 Esto quiere decir que, pacio a partir de eso. Si e~~tg el significante "Polonia" y, ento11c~~. hay _el
cuando se repite la demanda sobre un animal, adviene el sujeto; si no, no. significante "polaco", a partir de ahí se puede reclamar un territorio (si us-
Y ahí es donde trabaja el significante "polaco", que sería la segunda. ¿Re- tedes tuviesen solamente una extensión de suelo y sus habitantes, no po-
cuerdan el trabajo de Lacan sobre la frase de un chiste10 que dice: "Viva Po- drían reclamar ningún territorio nacional).
lonia, porque si no existiese Polonia no habría polacos"? 11 Bueno, estamos Un paso más que nos va a hacer falta. Esto de acá, Lacan lo va a llamar •
en 1962, todavía próximos a la Segunda Guerra Mundial y a la lógica euro- <<VaCÍO>> [vide], y habíamos aclarado que el toro no lo requiere, porque no
pea previa a la Segunda Guerra, es decir que la gente no estaba tan olvida- necesariamente todo toro es vacío en su interior; o sea, no todo toro es un
da, como hoy, de cuál era la lógica en Europa sobre los términos de las Re- salvavidas de los inflables, pueden hacer un toro que sea como los salvavi-
públicas Europeas. En Europa, lo primero que se hizo siempre, en los últi- das de los barcos, esos anaranjados que tienen la tela naranja por fuera, y
mos siglos, fue invadir Polonia, porque el territorio polaco era un territorio por dentro un material duro, rígido. { ..J._ ~
que siempre estuvo en disputa. Las fronteras de Polonia siempre fueron ti- ,..)e., G\
o)J 1 j (.,
roneadas entre todos los países limítrofes, Rusia, Alemania, etc. ' f\\) .-, (f 1\ - '~
(~ '· '. -r. ()J"
, ((Ji~\ v d)-VA \/"
"Es por lo que nuestra observación de que no hay significante más que suponiéndole una {/)~\.. . . \
superficie, se invierte, en nuestra síntesis que va a buscar su nudo más radical en el he- , , é ol 1 r1Vf\- \a- 1:> 1
'-' ¡ uCV' ~
cho de que el corte comanda, engendra la superficie, que es él el que da, con sus varieda- \if~\:,\ \ .h)
des su razón constituyente". (p. 246). \V\ . \_ r:}Jj'-F
Es la misma lógica necesaria para concebir el funcionamiento de una pulsión en psicoa-
nálisis. Denunciar el funcionamiento de una pulsión implica sostener que algo se satis-
face en eso; ese algo no puede designarse de otro modo que como sujeto ypokéimenon, Lacan va a plantear que aquí hay un vacío, y va a decir que este vacío
o sea, como un sujeto supuesto. El término ypokéimenon, significa: yacer, estar debajo, no debe ser confundido con el objeto a. Hay aquí una importante diferen-
servir de base, servir de cimiento; estar subordinado, sumiso, sujeto; estar de visita, es- ciación.12
tar presente; ser sugerido, etc. Para Lacan, el establecer una pulsión implica suponer
que un sujeto se realiza en ella. La satisfacción pulsional implica al sujeto del incons-
¿Qué va a ser ese vacío? Ese vacío va a ser la consecuencia de la siguiep-
ciente; el suponerlo es la posición del psicoanalista, no del sujeto que está en análisis. te lógica:. que si una dem_!li].da, e_¡; :r~~ti_dª, sól9_~s repetida a causa de s~­
Pero si adviene su pregunta por el estatuto del sujeto del inconsciente en el inconscien- sa:fíSfacción, 13 Ese vacío es el correspondiente a la insatisfacción~!~
te, entonces donde Eso (Ello) se satisfacía, el sujeto debe advenir. fica iirepetición de la demanda, pero no es el objetoa:No:i:ne-van a negar
Martin Heidegger sostiene, a este respecto, que el sujeto en tanto que sub-iectum, es jus- qÚ-e~n-mucliísimas -exposidones se confunden. Habrán escuchado a mu-
tamente la traducción e interpretación latina del ypokéimenon griego (cf. , por ejemplo,
[El nihilismo europeo] (2000). Cap. 15. Barcelona: Ediciones Destino. chos decir que ese es el objeto a: lo que resiste a ser dicho, lo que es entor-
10 Se trata del trabajo sobre un chiste presente en la obra Ubu Rey, de Alfred Jany. En el nado por lo dicho. Lacan lo llama <<vacío••, y va a decir que es el objeto de la
quinto acto de la misma, el padre Ubu exclama: "iAh Señores! Por bello que sea no vale insatisfacción que causa la repetición de la demand~. Es obvio, si no ¿para
lo que Polonia. iSi no hubiera Polonia no habría polacos!" (A. Jarcy, Todo Ubu, ed. Bru· qué va a repetirse la demanda, si ella no estuviera sostenida en la insatis-
guera, Barcelona, 1981).
11 "Un humorista exclamaba una vez: "iViva Polonia, señores, porque si no hubiera Polonia facción? Ni siquiera estoy diciendo taxativamente que todo acto de pala-
no habría polacos!». bra sea frustrado e implique demanda; no es así. En algunos casos, se re-
La demanda es la Polonia del significante. Es por lo que hoy me veré llevado, parodiando este petirá a causa de la insatisfacción, la insatisfacción será el objeto de la, de-
accidente de la teoría de los espacios abstractos que hace que uno de estos espacios -y hay cada
vez más numerosos en los que no me creo obligado a interesarlos- se denomino el espacio pola- 12
co, llamemos hoy al significante, un significante polaco; lo que les evitará llamarlo el lazo, lo "Pero este uacfo es distinto de lo que está en juego en lo que concierne el a, el objeto del de-
que me parecerla un peligroso alentamiento del uso que uno de mis fervientes ha creído recien- seo. El advenimiento constituido por la repetición de la demanda, el advenimiento meto-
temente tener que hacer del término de lacanismo. Espero que al menos por el tiempo que viva, nímico, eso que desliza y es evocado por el deslizamiento mismo de la repetición de la dfl·
este término, manifiestamente apetecible después de mi segunda muerte, me será ahorrado. manda, a, el objeto del deseo, no sabría de ningún modo ser evocado aqul en este uac(o 01•
Entonces, lo que mi significante polaco está destinado a ilustrar, es la relación del signifi- ñido por el bucle de la demanda". (p. 245).
13
cante a s( mismo, es decir, conducirnos a la relación del significante al suJeto, si es que el "Si ustedes tuvieran lo que la demanda encierra en su bucle, ninguna necesidad dfl dt·
sujflto puede ser concebido como su efecto". (p. 246) manda. N in¡¡ una necesidad de demanda si la necesic!ad está satisfecha". (p. 246).

t'7n 171
:ma,pda (saben que Lacan siempre articuló demanda a frustración. Y bien,
aquí tienen a la frustración y su movimiento).
Ahora les doy una fórl!!U~arada ,para ustedes: la demanda se re- ~
l. pite en ción del ío interior ue ella cierne. 14 Está bien: la demanda
r:' ,, siempre Jm lica al o dece ·onante o.
A continuación, Lacan va a proponer un pasaje que implica el cierre de ( \¡q:t)
la serie de bucles, o sea, la crítica a la segunda potencia de la clínica apo- _f!
yada en la "linea~'_J~mporal: no solamente que esta clínica es l.nconducen- 1 :l__'3// 4~¡, •.•
te por elm9tivo de no-pernutir el ad.ve:QiJ:!lieniº~Jo real (porque paraque 'Y).J> Digo que, topológicamente hablando, para el cierre del toro podríamos
' adviniera lo real tendría que producirse el bucle), sino que, para colmo, ol- 1 ~('? tomar una cantidad de pulseritas (o aritos) y pegarlas unas junto a otras,
vida ~ac~ fa1tª_qu~la -ª~:r:tl:!_ º-~_'Qucles .~~~i~!T~· lo que prº-.d:ucn:ul !;!{e,~- sólo que nos resultaría imposible que sus puntos quedaran "infinitamen-
1' tivamente al torQ. 15 te próximos".
Entonces, no solamente hace falta partir de la demanda y el vacío inte- Se puede hacer un toro con estructura de bobinado, o por medio de un
. ·f rior que ella cierne: la frustración, que perfectamente podría ser la queja conjunto de aros (bucles puestos infinitamente próximos). Topológicamen-
de vuestros pacientes, que no tienen esto o aquello y que por lo tanto insis- te, al momento del cierre del toro da igual. Con lo cual, tenemos esos dos
ten. Habrán visto la manifestación clínica de la insistencia de la demanda modelos de construcción del toro. En este caso que grañcamos, sería el del
frustrada, que se presenta cuando los pacientes nos dicen: "Ya debés estar bobinado. Cada vuelta de la bobina sería topológicamente equivalente con
cansado de escucharme decir esto: Yo quiero un novio". Con lo cual, "no- un círculo de los que llamamos "plenos"; y cada una de estas vueltas ~e
vio" sería lo que estaría cernido en la demanda. Pero Lacan diría que "no- haría en torno al vací<? (que es lo frustrante de la demand~, a la v,_ez que r;). f;,
vio" no es el objeto a, sino el objeto cernido por la demanda. aquello que justifica sus repeticiones). ri.( v
Volvamos a las vueltas repetitivas de la demanda. ¿se acuerdan, o ya Aquello cernido por la directriz es el objeto a,..cuya diferencia con el v~- •..
+ se perdieron? Círculo pleno, generatriz~- Rearmemos el gráfico. Lo había- (f 1-=t 3) cío de la demanda Lacan enfatiza. Aparecen, entonces, dos tipos de vacío
mos hecho a partir de la secuencia"... 123425... " y le dimos la espaciali- (estamos hablando metafóricamente): el "vacío" propio de aquello enp~
dad del bucle. ¿Notaron que, al incluir los puntos suspensivos en la se- nadop()l' 1~ vue_l_t_!l!!l_re_p~tidas. de la demancla, y el _!.acío prop~o que se pt:,o-
cuencia, estoy indicando que esto proviene de algún lado y continúa ha- duce cuan,d.o__las vueltas de la demanda se cierran. 16 A este último, Lacan ji(.
cia algún lado? lo llamará «nada''• «rien». · Jt f''
La explicación de este fenómeno ya la vimos en este curso: les dije que, Al cerrarse las vueltas repetidas de la demanda -que pueden ser diez, d ·
topológicamente hablando, podríamos concebir el punto de cierre del círcu- veiiíte,_tre_~t_a o mil-, ~e unifican: se produce el uno del toro. Lo que_pr<?- arr
lo, como infinitamente próximo al punto de cierre del círculo siguiente. De pone Lacan es que el objeto a es 1~':;!"'~ ~~~~como uno de la 'fSI·/t.ü y,
esta manera se puede empezar el bobinado. Representémoslo así: lªción entre sí de todas Ías vueltáSA;;wíadel¡;nda Está "más-allá'C;J!-.Hpt"J
demanda, que es la fórmula can~ni~_del des~o; sólo que, no presentado /GIJ
14 "Porque si hemos definido la demanda por el hecho de que se repite y de que no se repite así, queda como inefable. ·· · ··
1 1
rn sino en función del vacfo interior que ella cierne[, .. 1 ese vacfo que la sostiene y la consti- Es-una definición del objeto g.; se trata del objetQ del cleseQ. woducidp ~ P
, 1r¡ I/C<. tuye, ese vacfo que no comporta -se los señalo al pasar- ningún juego de algún modo éti- cuando se unifican todas las demandas consideradas. .
.. ~ ca, ni complacientemente pesimista, como si hubiera un pero que supere lo ordinario del
sujeto, es simplemente una necesidad de lógica abecedaria, si puedo decir. [... 1 toda satis-
Lo que estoy diciendo es que, cuando alguien viene a vernos a la conjr /) r
1
- _(r facción asequible, que se la sitú~ sobre la vertiente del sujeto o sobre la vertiente del obje-
1 ~ ·•
1
to, hace falta en la demanda. Slmplemente, para que la demanda sea demanda, a saber
16
que se repita como significante, es necesario que sea frustrada. Si no lo fuera, no habrla "Pero este vacio es distinto de lo que está en juego concerniente al 'a', el objeto del deseo.
soporte para la demanda". (p. 245). El advenimiento constituido por la repetición de la demanda, el advenimiento metonlmi·
1& "La aplicación del significante -que denominamos hoy para divertimos, el significante ca, lo que desliza y es evocado por el deslizamiento mismo de la repetición de la demanda,
polacxr- a la superficie del toro, ustedes la ven aqui: es la forma más simple de lo que pue- 'a', el objeto del deseo, no sabrla de ningún modo ser evocado en ese vacfo ceñido aqut por
de producirse de una manera infinitamente enriquecida por una serie de contamos embo- el bucle de la demanda. Debe ser situado en ese agujero que denominaremos la nada fun·
binados, la bobina, hablando con propiedad, la del dinamo, en la medida que en el curso damental, para distinguirlo del vac(o de la demanda, la nada donde es llamado al adut-
de esta repetición la vuelta se hace alrededor del ~&4Jtro Cflntrol". (p. 247). nimiento el objeto del deseo". (p. 248).

1'72 173
sulta porque se quiere analizar, lo prim~rQ que hay que producir, si que- Voy a leerles una frase de «Subversión del sujet~~ que siempre es cita- o
remos llegar a alguna parte (y no solamente parlotear y parlotear, di- da por la mitad, y asÍ los malentendidos pululan.
ciendo cada tanto "Bueno, dejamos acá" ... ), es necesario plantear de~­
de el comienzo la demanda como bucle. Esto quiere decir interrogarnos "... que el deseo sea articulado, es precisamente la razón de que no sea ar-
, , acerca de qué es lo que queda cernido por esa demanda, cuál es el espa- ticulable" 1":
' · cio que le corresponde. Se trata de establecer qué tipo de campo queda
precisamente establecido por la vuelta de la demanda. A partir de allj, iEsa parte la conocen! Pero es la mitad. En realidad, lo que les leí co-
y con un conjunto suficiente de bucles, se trata de unificarlos por medio mienza luego de dos puntos. La leo completa.
de su interpretación.
Ahora bien, Lacan dice que eso debe ser operado y trabajado de tal ma- "Para decirlo elípticamente: que el deseo sea articulado, es precisamente la
nera que cierre: todo lo contrario de lo que decimos nosotros, los lacania- razón de que no sea articulable" ~
nos (vivimos trabajando para que "eso no se cierre" ... ). Incluso criticamos
nuestras intervenciones diciéndonos "iAsí no se hace! iCerraste el incons- lLa trabajamos? Lacan sostiene que el~e.Qestá".articulru;lo". lCómo
-.- ciente!", como si el inconsciente fuera una canilla abierta o cerrada. es que está articulado? Está articulado a todas las vueltas de la deman-
Si el inconsciente no es el que se siga hablando meramente, sino que ad- da. Ahora bien, en cada una de ellas no es articulab~e: nunca podrépo:rler
' ,, ven~ real por efectode cierre. Hay que buscar, en el horizonte del tra- al deseo iri:z!7la-de1as vueltas g~il_e:rat~ices porqp.e, respecto de cada 1uia
ba}o, que el conjunto de esas demandas repetidaS cierre. Sólo así advieu.e de ellas, el objeto gueadVíeilies el de la frustrad~ y no el del deseo. La-
la dimensión ética en psicoanálisis. lPara qué hace falta que cierre? Por- can está proponien,~o~~-~Ul~seo se puede deci:t lCómo? Elípticamente.:
que al cerrarse se produce el objeto del deseo.. Con lo cual, se puede pon~r Hasta está la ética en la frase: "para decirlo". Wo Es war soll Ich werden:
a trabajar el "qué se desea". No es cierto que no se lo pueda decir. Todo lo donde Eso era, el sujeto debe advenir diciéndolo; si no, lcómo va a adve-
~ nir? Ahora bien, lcómo se dice eso? Elípticamente. 17
contrario, hay que trabajar en pos de que se lo diga, de que se lo interpre- e~
te. No estoy negando que el que "se lo diga" no es definitivo, o que sea en ¿Trabajamos el "decir elípticamente" sobre la superficie topológica de re-
función de la ficción fantasmática. Tampoco que todo sujeto tiene que ter- ferencia, que es el toro? ~can aclaró que el círculo de la directriz es el obje-
minar sabiéndolo, si sigue su análisis hasta las últimas consecuencias. Que to a y no el deseo. Es raro, lno? Porque por fidelidad al álgebra lacanianá., si
descubra que es eso y que no es eso a la vez, concedido ... Pero que el aná- aquí, en la generatriz, va la demanda, .en el otro círculo -el de la direCtriZ:_·
lisis sea seguir un camino que no va a ningún lado, lsaben lo que produ- debería ir el deseo. Está trabajando con una lógica máS práctica: considerár
ce? Análisis que duran muchos años y no condensan en nada que sea ope- sólo las demandas que se repiten (porque si se repiten suponen cierta frus-
rable, porque no se lo busca. Uno puede decir: "Este resultado matemáti- tración). Esa repetición produce otro fenóme.no, a saber, que al ser articqhl-
co no se resuelve". lNunca les pasó que les dieron en el colegio un ejerci- das to.das como uno, adviene. otra cosa: el objeto del des~o (y no el des~). 'Jt
cio de matemática dificilísimo para resolver en casa, de esos que uno no 4..Cómo entender al deseo? Si yo tomo el toro x produzco este cor.te (se-;f:'
saca ni de casualidad? Llaman a un montón de compañeros y resulta que ría el corte por la generatriz), paso a tener un cilindro. .-1 '(V
ninguno arriba al resultado. Ahí empieza a surgir la idea salvadora de que ~()\. \ CD \(A .:;¡ , ; \.A VI. ()'
~~()J( x. j: {}\ v __. UV\ '-"
"no se puede". Hacía falta esperar hasta el lunes para encontrar la terri- LO' v- (1/\-G'(CA ob~o
ble desilusión: se podía y era facilísimo ...
Cuidado con el "no se puede". Cuidado con convertir una dificultad en
2__. o o
l~~.t ~~ un imposible matemático ... se cree que el cierre del inconsciente es que
•, /1' el inconsciente dejó de hablar, cuando Lacan propone que el inconscien-
te habla cuando cerró. lNotan que es al revés? El inconsciente sólo ha- Ahora aplico el otro corte (el de la directriz).
bla cuando se cierra sobre algo, ese algo tiene estructura eminentemen- Sobre el toro, tendría que ser así:
dJ\Ú' '
te espacial y por eso se articula tanto a la función de la pulsión. El in- .f\\¡VI o- e\ cc1t OO. 0JÓ 1 ,t
1
consciente pulsátil del Seminario 11 es aquél que se abre cuando se cie:
1
rra -y no al revé11. ' La misma línea de pensamiento fue desarrollada por Lacan en la clase 18 del Seminario
li, contemporánea del escrito citado.

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17&
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Q\'' k:_U' V
"
.\)'-~" \iJ Q, r}~} }{'::-
R}C) , / ·,r , .ü,-0'
\>0' ,,1.} j.. IF este corte: es una vuelta como la de la generatriz, pero que abraza al agu·
C>-'{j(J c(i<' ;l jero. Veámosia primero sobre el toro. 19 • ·

• 1 1

Corte

Y consistiría en abrir el cilindro en un rectángulo. De esta forma, ob-


tendremos la representación del toro en dos dimensiones, sobre la cual po- Este corte es susceptible de ser inscripto en el polígono fundamental.
dríamos reposicionar la directriz y la generatriz. Coincidiría con la diagonal. ·

o -- - -() Objeto a

Demanda
i _____..-.; ,: . .·¡
L.-······ . J
Bien, aquí tenemos los tres términos Son distintos cortes sobre el polí-
gono.20 No se dejen confundir: es cierto que no parecen cortes, esto es por-
Directriz: que el polígono está abierto. Pero, si acaso lo cerráramos, nuestras rectaa
;Demanda • se convertirían en curvas y, ¿recuerdan que, al principio de la clase, afirmé
que una curva coincide con un corte? Estamos diciendo que hay una op~­
ración sobre el hablar que cierne sMperficies. Si esa forma de cernirlosti_e-
Generatriz: ne la estructura de una curva, se puede designar a eso como "advenimien·
Objeto a to de lo real" porque, como lo real es tan sólo el encuentro con "lo mismo'',
.l----------------------
1
si hay "lo mismo", he ahí lo real. •
1

• Como analistas, como clínicos, nuestra tarea será establecer que ese r~
Esta es una representación plana de un objeto tridimensional, llamado dcl.que se trata es el hallazgo de "lo mismo" en lo simbólico. Se trata de una
"polígono fundamental del toro", que nos permite acceder a su estructura forma peculiar de operar sobre lo real; pero, como se trata de una forma de
espacial real. He añadido "demanda" sobre la flecha de la generatriz. En la operar, no pierdan de vista que no adviene como tal si no se lo busca. Si us-
otra, objeto a. ¿No les resulta raro que la oposición no sea con "deseo"?18 tedes no van a buscar lo repetido que justifica esa demanda, no van a tener
Bueno, basta de suspenso. Lacan plantea que el deseo se corresponde a ni siquiera la demanda.
18 Acerca de la oposición entre la demanda y el objeto a, Lacan propone en el seminario: 19
"Un corte semejante, no aprehende, si puedo decir, absolutamente nada. Practiquenlo so-
"Es así que nosotros podemos aprehender, homologar, esa primera relación de la deman- bre una cámara de aire, verán finalmente la cámara abierta de una cierta manera, trans-
da con la constitución del sujeto en tanto que esas repeticiones, esos retornos en la forma fomtada en una superficie retorcida dos veces sobre si misma, pero de ninguna manera
del toro, esos bucles que se renuevan haciendo lo que, para nosotros, en el espacio ilustra- cortada en dos". (p. 247).
do del toro, se presenta como su contorno. Ese retorno a su origen nos permite estructu- 20
Lacan lo plantea en la clase 23, del 6 de Junio de 1962 del Seminario IX:
rar, ejemplificar de una manera mayor un cierto tipo de relaciones del significante al su- "Hay entonces dos clases de círculos privilegiados sobre un toro: aquellos que se dibu,jan
jeto que nos permite situar en su oposición la función D de la demanda y aquélla de "a", en torno del agujero central, y aquellos que lo atraviesan. Un círculo puede acumular lae
del "objeto a", el objeto del deseo. D, la escansión de la demanda". (p. 247). dos propiedades". (p. 256).

178 177
,o ·laA·
Ahora tienen una definición formal de demanda: algo que cierne un real. :q¡arca (sella) al objeto del deseo de cada uno de nosotros es la demanda del
En ese sentida debe establecerse algún tipo de frustracióny su correspon- Qtro, y no el deseo del Otro. . -
diente repetición. Si es así, no se puede evitar que se conciba un cierre para Lacan propone que la peculiaridad del psicoanalista es suponer que la
las vueltas de la demanda. Si ese cierre se produce, adviene el objeto del de- estructura del sujeto es un toro, y que para que advenga como tal al me-
seo: es el único objeto que puede aparec.er (el objeto "causa" del deseo no nos en el espacio de un psicoanálisis hace falta que se complete su estruc-U ra
puede advenir, es un principio lógico, y, como tal, no va a advenir bajo nin- tura con el abrazo de otro toro. Lo digo en lacanés de todos los días: clínica lA «A~ '
guna maniobra. Es el principio lógico que nos garantiza, para los neuróti- bajo transferencia. Si hay clínica bajo transferencia, las personas no tienencMtlr
cos, que el objeto del deseo es y no es el objeto del deseo). más propiedades, no tienen más características, no hay más personas, hay~ (l e
En el polígono se trata de diversos cortes sobre un mismo espacio. La- casos. Cada caso es el abrazo de dos toros.~ y se tratará de estudiar cómo s~ el u~.
can lo afirma, en la clase 23 del Seminario IX. 21 produce ese abrazo y cuáles son sus peculiaridades. i
¿)1 \:
1
El corte en diagonal, ¿acaso no suma el recorrido de los otros dos? La Deberíamos aceptar que esos dos toros son anillos que participan de co- 1 •(A
diagonal pone en continuidad el haber atravesado horizontalmente, más llares mucho mayores (me refiero a que todos participamos de una cultura
el haber atravesado verticalmente la superficie. Se trata de una operaciÓn y que nuestro lugar en la cultura está determinado a partir de todos aque-
combinada. llos collares de los que participamos como eslabones).
¿_Qué es, para Lacan, la rl¡lalización del sujeto como deseo1 Decirlo elíp- Si los topólogos leen esta afirmación tan categórica de Lacan, se deben
ticamente. Conseguir una forma de decir qu~, sm ser una vuelta repetida reír sin remedio. Es obvio que en topología un toro es un toro y no requie-
de la demanda, sea capaz de englobar al objeto del deseo. re del abrazo con otro toro.
Vean que, para Lacan, el deseo mismo es la salida de la imposibilidad de Se trata de la posición ética de Lacan: si el sujeto es un toro, sólo existe .... v
decirlo: el advenimiento del sujeto del deseo es justamente aquel que es ca- abrazado a otro. Aquello que llamamos "sujeto", "tema" o "asunto" es larih 11 1
paz de medio-decir lp que desea, o de decirlo elípticamente, y hasta de in- peculiaridad de un abrazo, si bien el problema en el acceso a este fenómenQt¡ l
terpretarlo (el deseo y su interpretación). está dado por su multiplicidad. Participamos de muchísimos anudamien- 1
Bueno, a pesar de lo avanzado de la hora, me gustaría introducir el tema tos en fiorma s1mu. ltanea,
' somos padres, h"lJOS, ana1'1stas, pac1entes,
. profie-·( r¡ 1' '
, t, ¡(/ de nuestro próximo encuentro: los dos "toros abrazados". Les leo la fórmu- sores en la universidad, etc. iWi1),
, , la de Lacan en la clase 22: Que yo sepa, los psicoanalistas lacanianru¡ somos los únicos que conce- ,
' 1 ( bimos al sujeto como un toro abrazado a otro toro. J'od_os los demás conciJ Y' 1 r.,
¡ \' "El toro, por su estructura topológica, implica lo que podremos denominar bem al sujeto humall.O)!ª'!:>lante com{) una esfera. Esa es para mí la gran di- f :l{r ~
1 1, \ (
1
.J
¡1 un complementario, un otro toro que puede venir a concatenarse con él". VI :feren"Cia. lAca.SoTa histeria no es una forma de vincularse al analista? No
se trata de las propiedades de ninguna persona, sino de una modalidad de;(
Lacan no está diciendo que se le puede articular otro toro al toro, sino vincularse al analista. La obsesión, también. Sólo por eso se concibe que ~ 1'1 f'
que le da un matiz fuerte, necesario, al indicar que el otro toro concatena- Lacan proponga "histerizar", ya que "histerizar" consiste en proponer una O~.il''.\
do responde a la "estructura topológica". modalidad de "abrazo" al analista, diferente de otros tipos de abrazo no ap- J
Quiere decir que si quisiéramos exponer la estructura completa, tal como tos para el análisis. ·· I'VIorJIJIJ:l
la piensa Lacan, se trata al menos de dos anillos (anillo de un collar que se ¿Qué quiere decir que el fin del análisis coincide con que la posición del
anudan a otro anillo de un collar... ). analizante es idéntica a la del deseo del analista? Quiere decir que queda
Observen que, si fuese así, lo que entorna al objeto a en un toro se co- más abierto que nunca a abrazos determinados por la pregunta por el de-
' ' 11 rresponde con la vuelta de la demanda en el toro complementario: lo que seo, y no más soberbio y más profesor, como habitualmente los lacanianos
,¡ ldd ~ terminamos los análisis ... Yo trabajo con varios pacientes cuyos maridos o
i' 1 .
21
pJ .
"Sobre la superficie cuadrilátera del polígono fundamental, que sirve para mostrar de una
esposas declaran haber terminado el análisis. Se convierten en locos, por-
manera clara y unívoca la estructura del toro, simbolizo aquí, para emplear los mismos colo-
que la dirección de la cura es contraria: atendido al problema de la liber-
res, de aquí hasta aquí un circulo llamado círculo de la demanda, de ahí hasta acá, un círcu- tad en psicoanálisis, atendido al problema de alienación y separación, hay
lo llamado circulo 'a', simbolizando el objeto del deseo, y es ese circulo que ustedes ven sobre que separarse y ser libre ...
la primera figura, que está aquí dibujado en amarillo, representando el circulo oblicuo, que Sin embargo, nuestra posición al final del análisis coincide con el deseo
podría en rigor servimos para simbolizar, como corte del sujeto, al deseo mismo". (p. 256).

178 179
del analista. Y este determina que estemos dispuestos a una oferta inédita. Bibliografía
¿cuál? Nos ofertamos a participar del abrazo con gente que uno no ama,
que uno no quiere, que a uno no le gusta, que uno no elige. Lacan, Jacques Le Séminaire, Livre IX, L'ldentification. (clase 30/5/1962) (sin datos),
Nos dedicaremos por última vez al toro, abordando las articulaciones de versión de Michel Roussan (1994) (p. 245). Paris. [Traducción de Pablo Peusner].
los dos "toros abrazados". 11 lbtd. (p. 246).
III Jbfd. (p. 247),
IV Lacan, Jacques (1992) [Escritos 2], Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el in·
consciente freudiano (p. 784), Bs. As. : Siglo Veintiuno Editores.
V Jbfd.
VI Jbtd. (p. 248).

180 181
XI

LOS DOS TOROS ABRAZADOS

Esta es la quinta y última clase que dedicamos a la estructura del toro.


Para hoy, nuevamente, preparé una serie de argumentos articulados lógi-
camente que permiten exponer y desarrollar las problemáticas en torno a
las cuales Lacan articuló los dos toros abrazados.
Expresaré en forma de pregunta lo que, en el horizonte, elegí como
tema principal para discutir: ¿qué queremos decir en psicoanálisis la-
caniano cuando decimos "el deseo del hombre es el deseo del Otro"? Es
mi impresión que, entre los psicoanalistas lacanianos, esta frase tiende
a utilizarse en un sentido. Yo voy a proponerles que revisemos si la in-
corporación de la topología tiende a validar dicho uso o, quizás, a pro-
ponernos otro.
Primera cuestión: lo simbólico cierne un real. Este enunciado lo había-
mos propuesto bajo la condición de que haga bucle. Podríamos empezar
entonces nosotros a escribir en la pizarra: ·-

El real que queda así cernido re!?ponde a la definición de «real» como


"lo mismo". Entonces, tan sólo se establece un real a partir de un cierto
procedimiento simbólico que consiste en que se produzca el encuentro con
"lo misniotf. Ellcuelltro con "lo mismo" que es producto de una lectura, y
n~ariamente una propiedad de los hechos. Vale decir, estoy propo-
n~ndo que respecto de cie_!19ª- h~chos,...cl analista podría decir "iA.h!. vero
esto es lo mislno (¡íie aq1Úllo", y el analizante responder "iUy, cierto! iNo
me había dado cuenta!".
N o pierdan de vista que no se trata de una propiedad de los hechos en
sí mismos, sino que e~ el producto de un acto de lectura de esos supuestos
hechos "transformados" en cadenas significantes. El psicoanálisis parte

183
r' 1 rr.

del supuesto de que un neurótico es capaz de leer. Alcanza que se haga la En los fenómenos más típicamente psicóticos, las fallas en la función
lectura desde otra perspectiva para que se desvanezca cierto efecto. de la cuenta son notables. Más aún, la teoría de Lacan es que no se cuen-
Ahora bien, lo real cernido por lo simbólico que el bucle establece ·imP.li- ta. Si quieren revisarlo, observen la fórmula de la holofrase del Semina-
ca una paradoja -es importante que a ustedes no se les escape esto- porque rio 11: 1 en posición de S 1 hay una X, en posición de S 2 está S1, y debajo de
es el producto del encuentro de lo simbólico con lo real, y de ninguna ma- la X está S 2 , todo corrido en el sentido de las agujas del reloj. Lacan afir-
nera se trata de un real puro. A pesar de esta idea, ellacanismo contem- ma que el conjunto de significantes existe como tal "sí y sólo sí" son dos
poráneo tiende a pensar lo real (o el goce) como independiente de lo sim- (no da igual que sean dos o tres). Vean que toda la diferencia radica en la
bólico, lo cual invalida de plano mi propuesta. Desde mi punto de vista, el función de la cuenta.
encuentro de "lo mismo" en el mundo humano, la articulación de lo sim- Una de las dimensiones más típicas del neologismo es, justamente, la
bólico con lo real, implica una paradoja (la de la repetición), a saber, que falla de la función de la cuenta. El neologismo psicótico que he verificado
ese encuentro con "lo mismo" no es encuentro con "lo mis:rpo". La segun- de la manera más frecuente, más regular en mi clínica, consiste en descu-
da vez que a un sujeto humano hablante le sucede lo mismo, no se trata brir que el paciente no cuenta que ya lo dijo: "Licenciado, quería contarle
ciertamente de aquello mismo que la primera: el cambio se verifica a nivel algo", y uno sabe exactamente cómo va a seguir toda esa frase. Lo neoló-
del valor. Eso es lo que justifica que nosotros hagamos esta inscripción: gico de eso es que el paciente no contaba que ya me lo había dicho, cuando
en general (todos los que practican saben) icómo nos perseguimos los neu-
róticos de andar contando las mismas cosas a nuestros analistas! Pedimos
diez mil veces disculpas porque uno cuenta que ya lo narró o se quejó de
eso varias veces. En la psicosis se verifica la falla de la función de la cuen-
ta, y es uno de los elementos neológicos más netos, no descriptos pero de
los más netos, porque el sujeto no cuenta que ya dijo eso. Lo más radical-
mente psicótico de este fenómeno es que el paciente narra siempre lo mis-
mo como si fuese nuevo.
Entonces, la forma de escribirlo en espiral tiene la virtud de inscribir
Al final de la clase pasada me preguntaron por qué representaba esto muy bien que se trata de la articulación de lo simbólico con lo real. Con-
en forma de espiral y no en forma de círculo. Pensé que había sido lo su- viene tener presente que el real con el que operamos en la clínica psicoa-
ficientemente claro durante la clase, pero se ve que hay algo que no pude nalítica sólo es el real que se articula con lo simbólico. Sin lugar a dudas,
transmitir. ¿Recuerdan mi propuesta? Topológicamente hablando, se pue- hay otro real que es el de la ciencia, con el que no tenemos nada que ha-
de constituir un toro por yuxtaposición de círculos o de aros, tanto como cer como analistas. •
mediante la estructura de una espiral que se cierre sobre sí misma. Lo lla- Bien. Entonces, dimos dos pasos. {
mamos "bobinado". Elegimos esta forma de escritura, el bucle, para dar N~olamente hay que pret~nd~r que ci~:g::e (nuestro primer bucle), sino (; 11 ~~;
cuenta de la articulación de lo simbólico con lo real. De modo que "lo mis- qu~ _h_a~ q11~ pr~tender que repita (el doble bucle); y nuevamente les digo IUJ tlC
mo" (lo real en el mundo humano), hallable solamente por la vía de lo sim- que el rep~tjr n~ es una característica de los hechos, sino una lectura E?"c.t.HJ , "
bólico, es inaccesible sin la mediación de lo simbólico. Esto se produce por ~ible sobr~l()shechos. Con lo cual, lo primero que hacemos en la ~a .... 11'..!.
un efecto de lectura: es fundamental que el sujeto cuente para que adven- psicoanalítica es convertir a to~os l()S elementos <E-sc~r.§iyQ~~n significan· 1 ~ fl"'
gan las repeticiones .. Con lo cual, si el sujeto éuenta, la repetición se pro- tes, esto es, ent~~lq_§.._en una relación de varios S 1 - 8 2
duce como un "otra vez lo mismo", y lo que se demuestra es que si algo se · ---- --~· ('r'(.)j C' VIIJf~
repite como "otro vez lo mismo", no es "lo mismo". Si uno no cuenta, pue- ~\ -·..:-~ 1

de ser "lo mismo". Esto sucede en los animales: comen la misma comida La fórmula propuesta por Lacan en el Seminario 11 se encuentra en la clase 18, página
todos los días porque no cuentan. Pero nosotros, los sujetos humanos, nos 245 de la edición española. Alfredo Eidelsztein realizó un exhaustivo desarrollo del pro·
blema de la holofrase en su libro Las estructuras clínicas a partir de Lacan Vol. 1, 2001,
caracterizamos por contar. Y cuando alguien no cuenta, la clínica se pone Buenos Aires, Ed. Letra Viva. En los capítulos Il, rv; V y VI, el lector interesado encon·
rarísima porque empieza a advenir verdaderamente "lo mismo". Hay su- trará las pistas necesarias para establecer, incluso, un nuevo enfoque de la clínica paicoa·
jetos que no pueden contar y otros que podrían, pero no lo hacen. nalítica lacaniana. Al lector curioso y deseoso de una rápida pero efectiva explicación lO•
bre el problema, recomiondo ol apartado "f" del capítulo Il.

184 181S
ladón (sería el caso más fácil de repetición), sino que podría ser que la r_e-
(\ lación se presente con otros significantes. Esto es claro para ustedes, lno?
Es por eso por lo que la escucha tiene que ser muy atenta, como para que
si s2 uno pueda afirmar que ha advenido "lo mismo". Puede ocurrir que el pa:
ciente nos diga: "¿Cómo lo mismo, si antes se trataba de mi mamá y en
\J este caso es mi hermana?". Habría que estar en condiciones de explica.l'
que "su mamá es a X, lo mismo que su hermana es a Y, y en esas dos re-
Existe 'll~a_l!_rim~rª_.maniob:ra que todo ana.l.g¡tª--º'-~1:?~ reali~ sobre laciones usted ocupa el mismo lugar de Z". Ahí cambian los significantes,
cualquier texto que se le presente, que consiste en elegir qué es lo que pero la relación que está en juego es la misma. Con lo cual, habría que ver tfnS• ( t m
más preponderªntemente .tiene..valor signifi<;@J!b y ¡rrodl!ºr elforte que si los significantes cambian. · d - 1e e
1
lo estabÍezca. Saben ustedes que, cuando decimos "significante" ~dí­ Si realmente consideramos que esto es un producto de lectura, hasta po- D- n °
. nica psicoanalítica, hacemos un uso sumamente radical del término pues- dríamos descubrir que hay en juego una demanda inconsciente. Aquí se nos ·
to que somos los únicos que practicamos lo que la lingüística afirma: que presenta otro problema teórico, algo aplastado entre los psicoanalistas laca-..,
entre "significante" y "palabra" hay una diferencia (un significante pue- nianos contemporáneos: consiste en darle cierta preeminencia al deseo por Dtaj l'lOStrrt
de ser media palabra o tres palabras). sobre la demanda. Algo así como que el deseo "es mejor" que la demanda, (~_Q_ l nc r;
1 Una vez establecido lo que posee el valor significante fundamental (para y como el deseo es inconsciente, entonces la demanda no. Falsísimo. Justa-
eso hay que poner a trabajar cierta disposición de la subjetividad de uno a esa ment e, parte d el tra ba¡o · · Jtrto J~ 101P"
· 1a d eman d a mconsclen-
· d el anal.lsta es d'wgnostwar
escucha), una vez ue se ten a ese texto ue se establece como S , hay que te, trabajo que si no es realizado impide el comienzo y el fin del análisis. -fr n'/ eu:lid'",'
buscar en ese discurso aquel qu~ le corresponda como 9 • 'Me quiero separar, No porque el deseo sea inconscjente nadie dijo j~ID~:ás (de los buenos auto- rÁ a 111 á /)J 1
vengo a verlo por eso". La maniobra es: "me quiero separar" es un significante res, digo) que la demanda no podía ser inconsciente. O sea que aquello que ;r. ]) 1N Lo.
que, como tal, no significa nada. Por tanto, hay que agregarle el S2 que esta- pide y se frustra sea algo sabido por el propio sujeto humano hablante. - d
blezca el valor opositivo. Podríamos responder a nuestro paciente, por ejem- De la misma manera, cabe resaltar -es de suma importancia estable- m eJ -
plo: "Bueno, sepárese". Y si su respuesta fuera un "No, lo que pasa es que no cerio- que no porque la demanda sea inconsciente se convierte en deseo.
puedo", entonces se trata de: "Me quiero separar y no pueqo". Debemos in- Estoy ~ost~!~ll~o, para escribirlo de una manera abreviada, 11:n vínculo _d~ ~ J~ ha-fa
troducir los cortes para producir 8 1 y luego establecer cuál es el S~ que le co- esta índole: dos cadenas., una de las cuales opera como in.conscient.e.l:.es- ~ (" c;t} e ·
rresponde, 9 sea, aquel que se entronca con el rimero en forma bucle ue pecto de la otra. ·- · f1'1.5 • ~ v

articula la anticipacion y a re roaccr_9_~ficante._Si hacemos eso, !enema~


sl _ 8:2 .. " u' ¡ ó(f' u
la po¡:;i!>.ilidad de .b.J!b_~r _cE~rnido un real median..te un simbólico. (O(YU Id{¡¿
Establecidos S 1 - 8 2 , hay que buscar cgmo eso repite, ya que si eso re- S1 -Sz >{JJ-lféio ol,;. CJtvtA
pite_obtendremos, como consecuencia de la repetición_~,Ja demand!l. Esta-
h!~cer la demanda es un trabajo del analista,. - Finalmente, el paciente nos dice: "Es cierto, es verdad, yo venía a ver-(. 1 1 (..~ d
"Me quiero se arar no uedo" no es aún demanda, porque para que algo lo con la intención no de separarme, aunque decía que sí, ahora vengo al't';'') 1
:-;ea demanda tiene que articularse a la frustración. jno hay frustración, no descubrir que no ... ". Con esta rectificación no se ha operado para nada so- f-'' ('·"m ,a;
tenemos demanda. Y, para que haya frustración (esto. es psicología pura) Lli[- bre el deseo, sino sobre la demanda inconsciente. Se trata de un trabajo
ne q!!e_hab.er.repetición. Recién íilíí tenemos la demanda, cuando esto repi- pre~i~inar. . . ~- d
te. No me voy a cansar de insistirles: esto no repite per se, no es que sea un c.Como vamos a defimr <<deseo»? Yo voy a proponerles defimrlo como -'-- 11
observable, es un producto de lectura. Es cierto que est~~_structura ~~-~~ "más allá de la demanda" (setrata de una de las definiciones canónicas ' ··
~.4! ) . -:./.)
1 peticiónpuede venir enunciada explícitaii!ent~ por el sujeto, ofrecida por su eri-Lacan). 2 Esta definición no nos hace obstáculo a nuestra concepción de , , f
, propia lectura. Y en lo_s ~º§ ~n.@_e nosea así, hay_qu~_op~rar__~§a lectu]'a
en Ull. ~rabajo_~~ bien llamado por Lacanoreliminar al análisis, y que SQ!!: Sin duda se trata de la fórmula canónica de fines de la década del 50 (a la altura de los
Hi§te en la puesta en forma de ]a d!il~4_ª' Seminarios 5 y VI; así como de los escritos "La dirección de la cura ... "y "La significa-
La repetición no significa solamente que el mismo S 1 - 8 2 entren en re- ción del fu/o .. ). Curiosamente, esta definición fue reintroducida por Lacan en el contexto
de do11 •uminn•·in" <"nn fuerte impronta topológica: los Semi~~t;zrios IX y XIII.

IH6 tR7
la existencia de una demanda inconsciente; porque, si es más allá de la de- Otro, indican para él una maniobra del sujeto y no del Otro -cosa no des-
manda, no se nos desvanece el campo del deseo: será, aún, el más allá d& tacada suficientemente-.
la demanda inconsciente también. Piensen ustedes en la legalidad de <<alienación>> y <<separación»: lo que
Si ustec;les recu~~da!!el grafo del d.e~o, allí el deseo ~;e l()caliza entre las pone en relación al deseo del sujeto con el deseo del Otro es la separación.
dos demandas. Esta ubicación supone que, para poder establecerlo, van a Pero esa relación entre el deseo del sujeto y el deseo del Otro es puesta en
téner-quétomar en cuenta también la demanda inconsciente. Supongan funcionamiento por una maniobra del sujeto. Y, por lo tanto, la pregunta
que el sujeto viene aJ~:t consultapoc.X., y luegQ_s_e establece que lo que ver- vehiculizadora de esa lógica es "¿Puedes peTJi&r.me?", que es una pregun·
dader~n~e dem,apda es Y: el deseo estará más allá de ambas. Lacan pro- ta del sujeto. N o se trata de la captura histórica por el deseo del Otro. Tie-
pone pensarlo como entre amlf]zs, y, por lo tanto,_y-ª.ffiQs a."tener 'que tomar nep_()r objej;jyQ_es~ª'.Plir.~Lefecto_l~t!U de_l~_(l[t:í_nisis (así lo propone Lacan
en cuenta P~!_9,~é_§IU9 ql1~ demanda es Y, dij_QX, - en el Seminario 11 y en Posición del Inconsciente), poniendo en relación al
A,horª_}:)_!!m, si definimos al deseo como más allá de la demanda, lqué sujeto en su condición de afánisis con el intervalo de la cadena del Otro.
quiere decir Lacan al sostener que "el deseo d~Lhombrees. eLd.e§~~I Esta forma errónea de leer se manifiesta en una concepción evolutiva
Otro"? lEstas dos definiciones apuntan hacia lo mismo? del niño tomado como objeto por la mamá (que en Freud sería la ecuación
Si le diésemos valor clínico a ambas fórmulas (me parece que llegó la pene = niño, o la libidinización que la madre realiza sobre el niño). Desde
hora de que hagamos de las fórmulas de Lacan algo con valor clínico), esta perspectiva, se nos hace evidente que efectivamente hay una captura
len función de qué se establece el deseo? Esto ya es un mundo porque, en del sujeto como objeto hecha por el Otro, especialmente en los casos donde
general, en la clínica lacaniana, no se establece el deseo porque se pien- se verificó un rechazo.
sa el deseo como metonímico, como indecible, y justamente lo "neuróti- lDe dónde sacamos que el deseo toma por objeto al niño? ¿Acaso la ecua-
co" consistiría en querer decirlo. Yo ya les aclaré mi posición sobre este ción pene = niño afirma eso? ¿Alguna vez Freud supuso que el deseo de la
punto: en los análisis no sólo se plantea la pregunta de "qué desea este mujer, en su condición particular, sea el falo? Para las mujeres madres que
sujeto". Para mí, si hay alguna marca especial de la práctica psicoanalíti- desean niños, ¿acaso es ese el objeto del deseo? Yo conozco muchas madres
ca dejada por Lacan, es que inauguró esa pregunta perdida por los post- profundamente deprimidas porque su condición de madres ha arruinado
freudianos: no el "lQué le pasó en la infancia que obstaculiza el presen- más que nunca su posición desiderativa. lNo es el reclamo de la mitad de
te?", sino el "lQué del futuro está obstaculizando el presente en los ana- las mujeres que ustedes conocen?: "Lo que sucede es que yo me dediqué a los
lizantes?". He _ahí otra forma de practicar el psicoanálisis y de conside- niños, y la depresión que tengo es porque no cultivé mi deseo".
rar en acto al deseo. Todo va en sentido contrario de esta teoría que afirma que la madre
Avancemos en el estudio de la frase "el deseo del hombre es el deseo toma al niño como objeto de su deseo. Yo creo que es un ideal, un hermo·
. ,¡ ' del Otro". --- --······ ·- so ideal, un poco pasado de moda. Es clarísimo que casi nadie desea ya ni-
1 ; ·1 -·Considero que llegó la hora de no leer esta frase desde el plano ima- ños en los países ricos de Occidente.
ginario (si bien Lacan comenzó por allí). Es clarísimo que el niño quie- ¿oe dónde sacamos que la mujer, como sujeto, vale como madre? Se
re el juguete que otro niño quiere, y que, una vez que tenga dicho jugue- verifica, por ejemplo, en el dolor de muchas mujeres estériles. Ese es un
te que el otro quiere -si el otro niño quiere otro-, él lo querrá a su vez. dolor que se corta con serrucho. Pero, lno creen que es· más típicamente
Se trata de un nivel muy humano, donde el objeto del deseo de alguien a ~ a'? lN o les duele mucho más cuando la hermana o la cuñada queda
es lo que el otro desea. embarazada?: "iLa idiota de mi cuñada, que ya tiene tres chicos, va a te-
No se trata de esto en nuestro trabajo: ese es el nivel más imaginario ner el cuarto!". Eso está presentado excelentemente en la película britá-
que puede adquirir el deseo, nunca determinante para ningún caso clíni- nica «Secretos y Mentiras». Es una película de permanentes inversiones
co aunque, también, nunca ausente. moebianas: hay una mujer soltera que tiene un hijo, es una catástrofe, y
Otra forma de trabajar esta frase (muy frecuente entre comentadores hay otra, que es de buena c.lase social, que no puede. Está todo invertido,
de Lacan) consiste en definir el deseo del sujeto por la vía de considerar en una blanca y una negra. Es estupenda, tiene una notable estructura topo-
qué medida el sujeto es tomado por objeto, en el deseo del Otro. Observen lógica, y hasta se parece a Antígona...
ustedes que hay un problema con esa frase, y es que las elaboraciones de Si igualmente tienen dudas, problemas o salvedades, les propongo dis~
Lacan, en torno a que el sujeto adquiera el estatuto de objeto del deseo del cutirlo con un muy lindo texto de Lacan, «Dos notas sobre el niño'~'· Cuan·

188 189
bre es el deseo del Otro" queda como un establecimiento de la más profun-
do se decidió a escribir sobre el problema, a.fi:rmó q!J:e el niñ,o era captura-
da nesciencia en el mundo humano.
do como objeto del fantasma parenta).. lQuién dijo que se trataba del deseo
Bueno, muy bien. Hasta aquí un tema.
parental? Como objeto del fantasma es clarísimo que sí: muchos de noso-
Para Lacan, el problema del objeto del deseo solamente es concebible en •
tros tenemos incrustado en nuestro fantasma la inclusión de cierta lógica
relación a la demanda. En este esquema, que pone en relación la deman-
perteneciente al fantasma de uno o de ambos de nuestros padres.
da del Otro con el establecimiento del objeto del deseo para el sujeto, tan-
Que se trata de objeto del fantasma se nota muy claramente en que no
to como la demanda del sujeto en el establecimiento del objeto del deseo
solamente es tener un hijo, sino que supone una condición. Supongan que
para el Otro, no se tratará de una relación de deseo a deseq.
una mujer infértilllegara a verme a mí, que tengo una proveeduría de niños.
Es una relación entre la demanda y el objeto del deseQ. Justamente,
Ella me diría: ''Ah, quiero un niño". Supongan que yo le respondiera: "Muy
Lacan plantea que el deseo se estructura como más allá de la demanda.
bien, aquí tengo uno" y le mostrara uno con tres patas y sin ojitos. La seño-
lCómo se puede concebir esto? Planteando al toro como una superficie ce-
ra, visiblemente perturbada, me repreguntaría: "¿Hay más? ¿Acá, se pue-
rrada: estas serían las vueltas repetitivas que constituyen la superficie del
de elegir?".
toro, indicando Lacan que la frustración es lo que da el objeto de la de-
Ustedes me dirían que la mujer se excusaría con un: "Creo que tendré
manda y que es nada.
que volver mañana, porque acabo de darme cuenta de que olvidé la tarje-
ta de crédito" para no decir directamente: "¿Qué me voy a llevar un bicho
así?". Es muy clara la condición. El fantasma es proveedor de condición, y
para todos nosotros, si queremos un hijo, siempre estará muy fuertemen- Vueltas repetitivas de
te connotado por la condición. Vean a los papás alentando a sus hijos varo- la demanda que
nes jugando al fútbol... Miren la cara de los papás cuando descubren, con- encierran "nada"
firman, que efectivamente no tiene habilidad (no que es malo, sino que es
un verdadero desastre): mejor sacarlo de la cancha para no pasar ese pape-
lón ... Eso duele también, duele no tener un hijo, pero duele a veces más que
Si uno produce cierto acto de lectura que consista en tomar todas las
el hijo no tenga cierta condición.
vueltas de la demanda y pensarlas, concebirlas, como si fueran una super-
Está muy marcada la condición. Les propongo que el lugar del hijo es
ficie cerrada como un toro, entonces ahí sí se produce algo de la índole del
fuertemente fantasmático. Lo que s,e marca mucho es qué tipo de objeto
objeto del deseo.
somos para el Otro, pero no sé por qué decimos del "deseo del Otro". Y,
Para esta estructura, la función determinante propuesta por Lacan esJa
entonces, lpara qué la frase? Hay una explicación muy interesante de La-
cuenta. Ya se lo dije: el sujeto se establece como un "menos uno:' en su cuen-
can, y es que el deseo del hombre es el deseo del Otro por la posición de
ta, adviene como quien cuenta cuando se descuenta de su propia cueqta.~
nesciencia en la que el hombre queda respecto de su propio deseo. 3 Se tra-
El ejemplo que siempre dio Lacan se comprueba en el modo en que los
ta de la única vez que Lacan utiliza "nescie11rcia". El término no existe en
chicos cuentan a los otros hijos de sus padres en relación a sí mismos. Sur-
español. En francés, se utiliza para cuando algo no se puede sªl:!_~~a~a~­
ge ese momento en que se produce cierta necesidad de descontarse de la
sa de su propia estructura, cuando algo es imposible de s~_!: ~ªbido (y no
cuenta: "Mis padres tuvieron tres hijos, pero yo tengo dos herman..os".
es ni misterioso, ni inefable). Lacan lo usa para explicar que es como Otro
Ahí adviene algo nuevo en el mundo que es ese sujeto como menos uno.
que el hombre desea. Lacan lo explica mediante el uso del genitivo (el úni-
Ahora bien, simultáneamente, tenemos la clínica de un "menos uno" ar-
co caso en que no abre la ambigüedad del genitivo): es en tanto que Otro
ticulado a un "más uno". Al notar que alguien se ha descontado, pod~mos
que el hombre desea. Por lo tanto, nadie puede decir: "Yo deseo" desde la
perspectiva del deseo inconsciente.
Es un sentido no-típico de esa fórmula de Lacan. Nosotros nos quedamos Esta línea es la sostenida por Lacan en la clase 12 del Seminario IX, del 7 de marzo dl'
f Les propongo que la fórmula "el deseo d~!----...-
mucho con el imaginario. ------ hom- 1962. Cito y traduzco la versión de Michel Roussan: " ... no hay ninguna necesidad de qw•
sepa contar para que pueda decirse y demostrarse con qué necesidad constituyente d.e su
fimción de sujeto va a cometer un error de cuenta. Ninguna necesidad de que sepa, ni si·
Tal como afirma Lacan en .. subversión del sujeto ... "• p. 794: "Pues aquí se ve que la nes- quiera de que busque contar, para que ese error de cuenta sea constituyente de él, suJ«!Io.
ciencia en que queda el hombre respecto de su deseo es menos nesciencia de lo que pide En tanto tal, es el error [p. 12HI / ... 1Rl .~ujeto como tal es menos uno". Jp. 1291.
ldemundel, que puede después de todo cernirse, que ne.~ciencia de dónde desea".

191
IAil
decir que hay ahí menos uno, pero esa diferencia también es registrable menos que nunca puede ser equiparada a ninguna de las vueltas de la de-
en términos de "hay uno más". manda (nuestra generatriz), está articulado; por lo que cabe decirlo eUp-
El toro brinda esta posibilidad, porque si uno pudiese contar las vuel- ticamente. O sea, hay una forma de medio-decirlo.
tas de la demanda y afirmar que son por ejemplo trescientas, para consti- El decir humano tiene vueltas insospechadas. La retórica, por ejemplo,
tuir al toro siempre habrá una vuelta en más: la directriz, o la vuelta dada nos enseña vueltas insospechadas. Ustedes saben que Lacan concibió al de-
en torno al agujero (que también podría haber sido dicha como no conta- cir en la práctica psicoanalítica regido por la ética del "bien decir", que es
da o contada en menos). Siempre que se produce el cierre, se produce la la ética de la retórica. En la retórica, la ética es imperiosa porque la retó-
vuelta en más o la vuelta contada en menos. Les advierto que solamen- rica es el arte de la persuasión: se trata de persuadir sobre hechos opina-
te adviene por el cierre, que es un acto de lectura, y no una característi- bles. Como se trata de producir efectos, en la retórica se concibe una for-
ca de los hechos. ma ética ya que el decir implica un acto. Y puesto que para Lacan hay acto
El adveni_miE!P.to. ciEllª subjetividad en la clínica consiste en ~icular lec- del deseo, lsaben en qué consiste? En conseguir producir ese decir elípti-
t:!!!:ª-ª· Aquí se prod~~~~go contr!ll'Í_o f¡]a_gEl~_Y!l. metonímica: !ln cierre. Sola- co, que tenga la virtud de atrapar, en la vuelta del decir, esto:
mente adviene el sujeto (en la lógica de un "menos uno" y de un "más uno")
a partir de que se produce este cierre. S~~te cierre no se produc~1 :1!~advie­
ne, entonces, el sujeto delinco.nsrumte. No estamos acostumbrados a con-
cebir con Lacan al sujeto con una estructura de cierre, creemos que lo más
lacaniano de todo es considerarlo abierto ... Lacan siempre propuso, para el
su~to, !_Uperficies cerradas (y también pará la rearraattimmana, sobre lo
cual trabajaremos en nuestra próxima reunión).
E:r!t<:mces, hace falta producir eltw:o. Jamás existe el objeto real toro en N\ -ed.to.c).l'() '( 1

el decir de alguien. Ningún decir de alguien "cierra". Los lacanianos tra- d = D +a -;}f: la¡ro1
bajamos en dirección a que no cierre, y tenemos que cambiar la dirección da~' ti
' ·o de nuestra tarea. Que cierre quiere decir: "Entonces, ¿se podría decir que Si uno logra. en el decir elíptica, artjcular la demanda más el objeto del _,, 1 '
deseo, se ha logrado medio-decir el deseo.·-· 4
usted quiere tal cosa?" o "Todo da a entender que usted... "
Si no están de acuerdo conmigo, si creen que el deseo es metonímico, si -según Lacan, eso se produce, y es a ~~Ltiende la clínica psiooq.a-
creen que la clínica metonímica significa que todos se tienen que parecer lítica: a que el sujeto recupere la vía de su deseo. J>ara eso, tiene que ,!Jer
a la esquizofrenia, yo no les diría que están equivocados (no estoy capaci- capaz de medio-dec_ir:_ !Q. que 4esea (es un gran progreso, respecto del me-
•• _ ~tado para decir que ustedes se equivocan). Tal vez, un poco irónicamente, dio-decir lo que se desea, poder establecer el objeto del fantasma). Puesto
r rfo(cf'nt les preguntaría: y, ¿para qué el toro? Tendrían un probl~ma para justifi- que la clínica psicoanalítica que_p_racticamps es con pacientes neuróticos,
AH ~carla presencia crucial desde el Seminario IX hasta ,,L'Etourdit» del uso no encontramos al comienzo d 'ctica al fantas en su fo a ~ 1.4
( 1
$ r { d eltoro que rea1·Izo'Lacan. 6·por que' una SUlletfi CJe
,Qul/'l( da para d ar cuen-
· cerra_ normal, sino en su versión neurótica; esto es, qu~ el objeto del deseo de . JJ (a
' _l ta deJa estruch.u:a del sujeta con la que apera el pwicaanálisis? f~tasma es .sustituido por la demapda d,el Otra
' ,,, q e; a Entonces, este es un acto de lectura, el tercero5 necesario: producir "un Entonces la dirección de la cura obliga a pasar .d,e esto: ¡::oJc. Y da
¡' r-. uno" que será dicho elípticamente, con un ~edio-decir, pero que no pue-
a · de faltar en un análisis q en el umbral de su fin.
('
(S o D) --1 On 1(,(j I'V1a-!
¡J->'ir
v\,( Ur 1) tJ¿..Q
¡;/'

-
•• c.
-----··--- ---
: ~ de... (ethK~ Se trata de hacer algo de la índole de "un uno" con tQdaalas vueltas de
la demanda. El deseo está articulado pero no es articulable; sin embargo, a esto otro: o.._

1co/ oY'I urri se lo dice elípticamente (se lo cité la vez pasada, ¿recuerdan?).
(S o a) /av:+ tJ.':. (V\ c:t / ••.(--#Jé/1
1w , .fi 1raJ d; Lo que se propone es que, si bien el deseo es una vuelta en más o en

e~ D - t/p¡.J,
nJo ,
'
5 Los dos anteriores fueron: primero, producir el encuentro con "lo mismo", es decir que el Bueno, demos un paso más.
bucle se cierre. Segundo, pretender que eso se repita. En ambos casos, nada es propiedad El_E.aso_q_ue e8requerido es el de lQSQO§_ toros abrazados. Si trabajamos t'l rlO
de los hechos, sino tarea de la lectura del analista.
1 \)h\,n\ t

192 193
k
' ¡:ti(

con los dos toros abrazados, se resuelve esta fórmula de Lacan ya quet.~U
1
, los dos toros abrazados, a la generatriz de unolle corresponde la directriz "Otro me pide que articule la relación de lo que he llamado el pegoteo, con
· del otro, y viceversa. A nosotros, esta relación nos aclara la articulación lo que Freud llama, refiriéndose a la represión, fijación. Aparte, es una per-
• ,entre la demanda y el objeto del deseo. sona que no se conformó con enviarme esta pregunta, sino que adjuntó tex-
11 1
• Si establecemos ~\ $r~Ai:AA tw;o .coa Qko w~. entonces coincidirá tos. A decir verdad, no me los envió, me los dejó ayer, en mi casa.
_ . _ con-SI agujero del a de un to~o, una::_vuelta completa de la demanda del o~r~. Se trata de Christiane Rabant, que quedó impresionada, me dice, por lo que
· · 1 Lacan va a decir que, sobre eso, el Otro no es responsable. 6 O sea, _cómo llegué a articular respecto de la carta de amor.
1

la demanda del OtrQ (en nuestro abrazo a esa demanda del Otro) marque ¿Qué es lo que se fija? El deseo, que, por estar tomado en el proceso de la ~~(¡'la
nuestro dese9, en eso, el decir del Otro no es responsable. 7 represión, se conserva en una permanencia que equivale a la indestructi- a l;\1 a
Cada uno de nosotros, como deseantes, tiene connotado, marcado y - bilidad. o 1!A Ir'
Es éste el punto sobre el cual he insistido hasta el final, sin dar el brazo a -t 1,, 1r f ,,
digámoslo como corresponde- fijado el deseo como más allá de la deman- torcer.
da del Otro. En ese caso, como la demanda del Otro connota al objeto de En esto el deseo contrasta totalmente con la labilidad del afecto" 11•
deseo del sujeto, el Otro no es responsable. Cosa que, me parece, se veri-
fica con bastante claridad. ¿Alguna vez supusieron que el deseo de los pa- Estamos en 1980. Observen que insistió hasta el final: la indestructi-
dres, tomando a los padres como representantes del Otro, incide estadísti- bilidad del deseo y la fijación del deseo. Yo sé que más de uno puede estar
camente en forma alta con el deseo de los hijos? O sea, estoy preguntando pensando: "Claro, el deseo es indestructible porque, como es deseo de nada
si el hijo de Bach fue músico y el hijo de Einstein fue matemático, ¿quiere y es más allá de toda demanda, es imposible destruirlo".
decir que tales padres deseaban eso? Les pregunto, ¿qué ganancia tenemos con llamar "fijación" a eso? ¿En
¿No les resulta increíble suponer que vuestro deseo era lo que desea- qué medida está fijado?
ban vuestros padres como representantes del Otro? ¿Alguna vez calcu- Ahora bien, el afecto sí va y viene, no se engancha a nada en especial; a
laron que vuestros padres podrían desear algo? Me imagino que sí, más veces querés una cosa, otras veces otra. "Contrasta", dice Lacan.
de uno de ustedes podría haber llegado a pergeñar que el deseo del padre
era tal o tal otra cosa; que podría andar por la plata, por la música, por el "La perversión es al respecto harto indicativa, puesto que la fenomenolo-
• arte, por el saber, una de las grandes vertientes de campos donde el deseo gía más simple pone claramente en evidencia la constancia de los fantas-
,, , , ; ·í' puede consustanciarse. ¿verificaron que vuestro deseo iba por ahí en for- mas privilegiados.
ma razonablemente coincidente? O más bien, ¿no creen Ustedes que es Sin embargo, aun cuando muestra el camino, desde el origen de los tiempos,
más lógico plantear que vuestro deseo está marcado por el abrazo que us- no nos abre su entrada, ya que fue necesario Freud" m.
tedes hic1eron a algo de lo que vuestros padres dijeron? Esta última for- 1 (l (lfl'
lo· l' rv11 .P~
ma despeja muchísimo más y PE!rmite concebir con clarida(fla difereñcia La perversión no nos abrió la puerta. Lacan afirma gue aquello que rJ ,
1
entre_l~~?__hermanos. mejo~jl!ªkª-.l~ fijación fantasmática del deseo es la peryersiQ_n, pero que (
Voy a leerles la única cita que yo traje sobre la fijación del deseo. N o sé hizo-falta Freud para poder decir algo sobre esto. 1\· 1 '

si leyeron de Escansión 1- Nueva Serie, que es sobre textos instituciona- ·jO.ll"tl. A( 11


les, un escrito que se llama ,,El Señor A», que es del18 de marzo de 1980. "Fue necesario que Freud descubriese primero el inconsciente para que lle- rJ <'.1 1''
Este escrito es muy interesante, presenta todo el tema de la disolución. gase a ordenar en esta senda el catálogo descriptivo de esos deseos; dicho c:3 1or /ti
Bueno, se lo leo. Ya es algo tarde, pero avancemos un poco más. de otra manera: la suerte de las pulsiones -como traduzco yo Triebschic-
ksale.
Lo que se trata de establecer es el lazo de esta fijación del deseo con los me- • Jc /rr t 1
canismos del inconsciente. ',J 1 ~ ¡ ,1 1
6
Cf la página 815 del escrito «Posición del inconsciente». A ello precisamente me dediqué, puesto que jamás pretendí superara Freud, '' ( 111 1< 1
La única salvedad que hace Lacan a esta idea es para el decir del psicoanalista en posición de ense- como me imputa uno de mis corresponsales, sino prolongarlo" n: frJrA, t' 1
ñante (a mí no me queda claro por qué hace esa salvedad). Esto supondría que, si yo fuese para us-
tedes alguien que estuviera en la posición de colaborar en vuestra formación como analistas (no sé ,A
si es así porque nuestro pacto es universitario. y no me queda claro "uno por uno'· cómo nos vincu- Bueno, 1980, hay muchos temas aquí. La pregunta es: ¿en qué Lacan no Yl·' rt
lamos), entonces seria responsable por la connotaciún de vuestro deseo por lo que digo. {A. E. ). quiere dar el brazo a torcer respecto de la fijación del deseo? i.Acaso no tie-
ne que ver con que el sujeto no da el brazo a torcer respecto de la fijación de

194
lüA
su deseo? Supongan que ustedes desean algo y no nada. "Nada" es lo que Vuestro deseo no estará marcado por el deseo de vuestros padres. Mal
los frustra. Supongan que desean algo, ¿acaso les resultaría inconcebible si estarÍa marcado por el deseo de vuestros padres, ya que si vuestros padres
-hablando sobre eso que ustedes desean y a lo cual piensan renunciar- que no pueden plenamente decir lo que desean, menos serían capaces de decir
yo les dijese: "Cuidado si vas a renunciar respecto de lo que deseas, porque ustedes lo que ellos desean. Lo que sí estoy planteando es qu,e lo que ha_n
de los efectos de esa renuncia no vas a poder desprenderte nunca''? dicho ellos en función de vuestro abrazo a ese decir,.necesariamente mar-
Aunque no lo puedan decir del todo y nunca lo puedan satisfacer pie- cará el deseo: el deseo tendrá esas marcas que son marcas que no lo con-
, .~r}l¡amente, a lo _que ~e refiero es que el deseo está fuerte.Y pr~iaam~ funden con la demanda y, por eso, no se convierten en destino. ·
· ' ehlazado al mas aUa de la demanda del Otro rque lo partlculanza, que lo Necesariamente el deseo de cada uno de nosotros no es deseo de cual-
fr · quier cosa porque, en nuestro advenimiento como sujetos, el deseo ha sido
hace deseo de esto y no de lo otro o de cualquier cosa-, pero no al deseo
d~JJ)tz:.Q. . .. connotado por algunas, varias, vueltas de la demanda del Otro. Eso ha de-
1 -1< Jamás les diría: "Tengan en cuenta el deseo de sus padres, porque en jado marcas, marcas de la índole de lo indestructible. Nunca tu deseo de-
función de eso estará su deseo". jará de tener esas marcas. ¿Qué interpretación harás de ellas y qué res-
Lo que sí estoy proponiéndoles es que hay marcas. ¿Entienden que es- puestas les darás? No está escrito, y no se puede saber. Siempre se tratará
tos son significantes? de algo de la índole de la interpretación y de "lo nuevo", pero no por ello
será cualquier cosa o nada. La cultura occidental moderna nos propone
¡ ¡ ¡ que es nada (el nihilismo) o que se trata de dólares o sus equivalentes (lo
que es objeto de la demanda).
Todo este planteo tiene un sustrato ético y, por eso, el peor peligro es
renunciar, claudicar. Porque nuestro deseo tiene marcas debido a g1.1e está
83 Sa fijado al decir del Otro. ¿A qué del decir del Otro? A esa parte del decir d~l
Otro a la cual nosotros nos abrazamos o nos hemos abrazado.
Asimism~,- ~Úí donde nosotros e~t;~~¡;s-al abrazo en la posición de
SI
Otro, produciremos el mismo efecto sobre quien encarne la posición com-
plementaria; o sea que, como padres, no podrá dejar de producirse el que
las pavadas que digamos cumplan la función de marcar el deseo de nues-
tros hijos.
Sin duda, algunos estarán pensando, por ejemplo, cómo expHrar la di-• •
ferencia del efecto de la demanda de un misma Otro entre dos hermangs.
Sobre este problema hay un mundo para discutir, pero se resuelve entre
dos posiciones.
Una primera respuesta establece gue el~:thl."a.:zq_~§!ª-de~. Si •
Entonces, tenemos esta cadena que se repite. Y se da el caso que el es- uno pone el factor determinista como principio, entonces es por la ecua-
1~
• pacio entre S3 y S 2 siempre quedaría mirando para arriba. Esa porción del ción de los padres y, a su vez, por la ecuación de los abuelos que produje-
bucle numerosamente repetida daría la connotación del objeto, ¿no? Se tra- ron la ecuación de esos padres. Se desvanece así toda ética. Pensando así,
ta de lo que armaría el borde del agujero central del toro. no hay por dónde empezar.
Lacanpropuso que en_función del abrazo del sujeto a la demanda del La otra posición (es lamía, por ahora no encontré nadie más que yo que •
Otro (o sea, ala q_ue el Otro dice o dijo) necesariamente se va a producir la sostenga) supone que no hay deter!lli~.a-~ión uar~ E:l.~2.! g,ue se trataría del
algo de la índole de una vuelta en más, o contada en menos:·Esa vüefta momento "cero" deLsuj.eto, u.n puro comienzo ético no suscepübieaeser
será distinta a ias. ~~lta,f;l ~e la qemJ!nda, si b~en estará constituida por el articulado a ninguna determinación. Se trataría de una elección primera
mismo materjjil. Es~ mater.üY . ser@las marcas del deseo~ deseo esta- del sujeto, un sujeto que como estatÚtológicQ_~uólu~'snpnesta".
ri_fijado, estará sellado. a esas ma¡cas, marcas sjjm~f!~!llltes qu~jQ_parl.i­ Con este modelo, el problema de a qué vuelta de la demanda del Otro*
cularizan. uno se abrazó ea cosa de uno y sólo s~J:o.Sábe retroact¡y¡:u:ne.l'lt~: _Es la (mi-

198 1Q7
Bibliografía
ca forma de empezar a hablar partiendo de un acto ético, porque si no todo
se diluye en el determinismo de "según cómo te trataron tus padres serás
Lacan, Jacques. ( 1988) [lnteroenciones y Textos 2], Dos notas sobre el niño. (pp. ·55 y as. ),
como persona". Lacan
....__ propone que el estatuto del inconsciente es ético. Bs. As. : Ediciones Manantial.
II Lacan, Jacques (1989) [La Escuela- Textos institucionales de J. Lacan], El Señor A (p.
La próxima, comenzaremos a trabajar el último de los grandes temas: 28), Bs.As.: Editorial Manantial-Escansion Nueva Serie.
el cross-cap para articular la lógica del fantasma (tal como es propuesta 111
lbíd.
por Lacan), y una concepción de la realidad que se deriva de ello. IV fbíd.
Vamos a hacerlo por pasos. Primem, vamos a trabajar el quinto postu-
lado de Euclides y sus problemas; la perspectiva tal como surgió en Alber-
ti, Durero y Leonardo, y el tema del plano proyectivo. Después, vamos a
seguir viendo el cross-cap e intentaremos articular loa la nota extensa in-
cluida en 1966 a <<De una cuestión preliminar. .. "·

10M
HJI·I
XII

LA ESTRUCTURA DE LA REALIDAD
SEGÚN EL PSICOANÁLISIS

El tema que desarrollaremos e:v. esta reunión y las dos siguientes es e]


de <<la realidad». Hoy voy a hacer una presentación del tema desde un~'!
perspectiva personal En un segundo tiemeo, pfU'a su articUlación teóricta
doctrinal con las elaboraciones de Lacan, nos apoyaremos en las nocione~
de plano proyectivo y cross-cap. Trabajaremos la cita que les había pro-
, '
puesto revisar del escrito titulado «De una cuestión preliminar. .. ». Se tra-
ta de ia nota a pie de página de 1966, en que Lacan plantea p~r única vez
la cuestión de la extracción del objeto ~ afirmando qu~ dicha extracción
sostiene el marco de la realidad.
En primer lugar, quisiera plañtearles un problema clínico en torno a la
extracción del objeto a. Voy a presentarlo con un argumento que me pa-
rece el más pedagógico.' Para ello, una pregunta: si lil orden simbólico se
lo designa, justamente, como un "ord~n"' valeilecir que ya implica un or-
denper se, entonces, ¿por qué hay psicótico~? No debería haberlos, ya que
si el orden simbólico opera, justamente opera ordenado; y, si los psicóti-
cos son sujetos humanos hablantes1 entonces están determinados por ~1
orden simbólico. ·
Tal vez alguno de ustedes estará pensando: "Obviamente, existen aque-
llos para quienes el orden simbólico no operó". Si tomáramos po;r. válida di-
cha respuesta -realmente, no sé si alguien está pensando así-, no se podría
decir que para todo sujeto humano hablante opera el orden simbólico, ten-
dríamos casos para los cuales no opera. Sería esta una posición muy proble-
mática. Para hablar rápido, podríamos decir que se trata de los "psicóticos"
(siempre que uno habla rápido, lamentablemente habla mal). A partir de los
textos de Lacan, estimo yo que podrían especificarse tales casos como los ca-
sos de la "clínica de la holofrase" .1 Este modo de nombrarlos, me parece, tié-
ne 1~ virtud de resolver un montÓn de problemas clínicos, especialmente los
relacionados con la clínica de los borderline,
. dado que. nosotros no aceptamos
Esta linea de pensamiento sostiene todo el desarrollo que Alfredo Eidelsztein propusiera
en au libro "Las estruc•turas cllnicas a parlir de Lacan, volumen' 1" (Op. cit. ).
dada la proyección de la pulsión de muerte sobre el objeto -por ejemplo so-
el concepto de <<borderline,, pero tenemos un montón de pacientes que, sin bre el padre-, era imposible que no se produjera la retaliación de esa pulsión
ser psicóticos, permiten verificar que allí algo no va (siguiendo la propÜesfa de muerte desde el padre al roño, desencadenando así la ansiedad persecu •
de Lacan: la debilidad mental y la psicosomática, entre otras). toria. Y todo buen kleiiDano decía· "No hace falta que el padre ataque efecti-
Ahora bien, si la cuestión se resolviera con esta respuesta, entonces de- vamente al chico; por ejemplo, alcanza con que se vaya de viaje un fin de se-
bería ser de la misma índole la respuesta a la pregunta por el problema de mana para que el niño, en su "realidad psíquica" o en su fantasía, concluya
la extracción del objeto a, causa del deseo, a saber: que para los casos de que por su proyección de la pulsión de muerte lo ha destruido; y que el objeto
los que estamos hablando no fue extraído. Y bien, esto es falso. destruido (que se convierte en objeto malo) realice retaliativamente el ataque
El problema en la psicosis no es que el objeto a no está extraído, sino que produce la ansiedad paranoide en el niño".
que no está inscripta su extracción ,Jo que produce un funcionamiento an$>~ Con lo cual, «realidad psíquica» pasó a ser, en esta vertiente, la versión
malo de la realidad, puesto que no se incluye allí ningún :gunto que ope- personal, subjetiva, individual (muchas veces con un soporte fuertemen-
re como imposible. Es por eso por lo que en la vida de tales pacientes tien- te fantasioso) de lo que sucedía, a través de la promoción de la noción de
de a manifestarse como no-extraído. Esto:y planteando que nosotros debe- fantasía.
mos estudiar cómo se extrae el objeto a,:·y cómo se lo inscribe como impo- Sin. d.uda. ~mediante la noción de .«realidad psíqyj.p», muc.b.os psicoa-
sible (y hay que hacerlo caso por cas~). La noción de extracción del objeto nalistas designan el fenómeno estudiado en ciencias humanas como "sub-
a es lo que permite concebirlo. jetivism~, algo así com,p ese refrán que afirma "Cada.ll.llo hab.ladelg.]e.;
Pero antes, de entrar a ese problema, quería proponerles que discutié- ria según le va". Esto se repite aún en los autores más lacanianos.
ramos entre nosotros qué entendemos por «realida<J••. Sin duda, vamos a Me parece d.i.ficil que sea asi. que lo que haya llegado a articular 1-~~
trabajar una teoría de Lacan sobre la estructuración de la realidad. Yo no como ,,fantasma» sea una banalidad tan grande; que la teoría, en su núcleo
veo Vulnerables. 2 Mi hija me contaba una escena del capítulo pasado en la último, contenga las pavadas que los analistaS sostenemos del sentido co-
que el psicólogo del grupo conversa con un psicólogo recién recibido. Pare- mún occidental, cristiano y moderno.
ce que este jovencito tomó un paciente que le relató un dudoso o conflicti- En la teoría de Lacan, esta noción de realidad está absolutamente des-
vo asunto de su historia, aparentemente falso. Entonces, este joven psicó- cartada. Xa en el Seminario 1 hay ~ respecto un desarrollo múY'1iitére-
logo le planteaba al más experimentado esta cuestión (una escena que es sante en la clase titulada «Los dos narcisismos» 1• Es una clase que no cae
casi la de supervisión). La intervención del psicólogo más experimentado muy bien en general, porque ningún lacaniano está muy feliz de que La-
se resume en esta frase: "Pero, icuidado!, no se trata de ser detective sino can haya afirmado la existencia del narcisismo en los animales. Tendemos
de actuar como un psicoanalista". Mi hija me preguntaba si era de la <<rea- a creer que se trata de un fenómeno estrictamente. humano (en el senti-
lidad psíquica•• de lo que este psicólogo le estaba hablando al más joven. do de lo que hace "hombre" al hombre), aunque cuando intentamos expli-
Tienen ustedes, allí, una versión muy kleiniana de la <<realidad psí- carlo, lo hacemos con el estadio del espejo, que no es un fenómeno huma-
quica••. no por excelencia (se trata, más bien, de una propiedad de lo corporal de
Los lacanianos porteños no terminamos de darnos cuenta de cuánto de los seres humanos como especie animal). .
kleinismo tenemos incorporado. No se olviden que mi generación fue for- En dicha clase, Lacan afirma que hasta para los ruiimales, al menos
mada por psicoanalistas kleinianos, y la corriente psicoanalítica que hizo para los animales de las especies superiores, opera la <<realidad psíquica».
más hincapié sobre la fantasía inconsciente (antes de que Lacan propusie- O sea que hay realidad psíquica para los animales. Lo ejemplifica afirman-
ra su noción de «fantasma••) fue el kleinismo. do que la valorización que hace un animal del lugar donde está, depende
Tanto Klein como Hanna Segal y otros seguidores consideraban que, de su narcisismo. Y ahí define al narcisismo de los arumales como la pro-
yección de su superficie corporal al medio. 3 ¿Entienden lo que esto quiere
Se trató de una tira televisiva de muchísimo éxito durante los años 1999 y 2000. Los pro- decir? Por ejemplo, que para la jirafa la selva es un lugar inhóspito porque
tagonistas de la misma compartían su grupo de terapia, si bien los capítulos desarrolla-
ban también aspectos de su vida personal. Por lo general, en cada emisión, buena parte
del tiempo estaba ocupado por la sesión. Acerca del coordinador del grupo (quien sella- "... este último [el animal] está adaptado a un Umwelt uniforme. Hay en él ciertas corrrtl·
maba a sí mismo con el apelativo de "analista") cabe destacar que participaba del progra- pondencias preestablecida.~ entre su estructura imaginaria y lo que le interesa en su UmuJt!lt;
ma como un personaje más mostrando su conflictiva altamente neurótica. Durante el se- es decir. lo c¡u1 '"' importante para la perpetuación de los individuos, ellos mismos función
gundo afio de la tira, este "analista" comenzó IIUI incurRionllll docentes, siendo éstas las de la ~rp«uut!ltln ll¡1im d" lu P.llpecie" (lbfd .. ,. p. 193).,
quo uri¡cinaron RU relación con el per10naj• del jovon pllillc'!lnl>(ll nlquu HU huce referencia.

!.ZOS
se acabaron todos los brotes de los árboles altos de los cuales se alimenta- tengan en cuenta que estamos hablando de la realidad a nivel estructu·
ban, a causa de que los seres humanos cortaron los árboles. Quedaron to- ral, y no para designar lo que se valoriza a nivel particular. :E~'estó'To q\e
dos brotes bajos, pero para las jirafas eso no sirve para comer, no lo alcan- quiere decir <<realidad psíquica» para el ser humano hablañte; y, en el laco-
zan con comodidad. Con lo cual, la selva no se modificó sustancialmente, nismo -repito-, nunca queda articulada a la cuestión particular o "subje-
sino que sigue siendo un lugar adecuado para que vivan un montón de es- tiva". !S'.o..~t~ "la" reaJ,idad. respecto de la cual la reali4~Mi P.~ÍQ:!-li~..!!·
pecies animales, pero no para las jirafas. Noten que para Lacan el "cada ría la versión de cada uno. N o existen, para Lacan, dos realidades: la rea-
uno habla de la feria según le va" ni siquiera es un fenómeno estrictamen- lidad real y la realidad psíquica.
te humano, funciona también para los animales. Sobre esto quisiera discutir un poco con ustedes. ¿por qué ~}psicoaná­
Si <<realidad psíquica>> implica siempre valorización, entonces habría que lisis n~ es un tipo de psicología? Porque, justamente, se priva d~ h~~ar d!
descartar la otra noción de <<realidad>>, la que nos es referida por nuestros la adecuación del sujeto a la realidad. Para nosotros no hay diferencia en-
pacientes cuando se refieren a lo que sucede puertas afuera del consulto- tre "sujeto" y "sujeto en su evaluación de la realidad''. La posicióil'})SicO&-
rio. Nos dicen: "Porque no me va a negar, licenciado, que las cosas están nalítica, al menos la que yo sostengo, es que la realidad es la articulación
difíciles afuera... ". ¿Qué quieren decir con eso? Que su depresión y suma- de los tres registro::~. · .· -
lestar se adecuan a la realidad, porque ni siquiera un lacaniano seria ca- Una cita para la tranquilidad de vuestros espíritus (no sé si una cita tran-
paz de desmentir que hay datos de la realidad que son indiscutibles. Pero quiliza vuestros espíritus, o si más bien los aburre mortalmente... ). Esta
Lacan descarta esa "otra realidad". es del seminario de Lacan que se llama «RSI», es el Seminario XXII. En la
Tanto descarta la "otra realidad" que ni siquiera la reconoce para los clase del13 de 'enero de 1975, di~:
animales sexuados de las especies superiores, aunque son animales que vi- ~ [¡/
ven esencialmente en un mundo de engaño. Habrán leído sus comentarios ¿Qué es lo que ha hecho Freud? Voy a decírselos. Ha hecho el nudo de cua- a _ ¡ 1 1

sobre etología, sobre la parada, el pavoneo. Para Lacan, son todos procedi- tro con esos tres que yo le supongo como cáscara de banana bajo los pies.
Pero entonces vean cómo ha procedido: inventó algo que llama "realidad n 1 ~~
11
mientos de engaño. Otra cosa es lo real.
P.ara Lª~· la :re@d.ad en ~1 !Il~:Qpo~qoo es lf.l articulación de 12 psíquica".[... ] el objeto a. Es lo que puede anudar por un cuarto término~ ·v~;: Í 1
lo simbólico, lo imaginario y lo real, en tanto que simbólico, imaginario
simbólico, lOínl!iin!rlo y lo real. J\ lo largo de sus años de seminario, fue ,l) ( / . ;. :

y real son dejados independientes, están a la deriva en Freud, es en tan- 1 • lu(J


proponiendo diferentes maneras de conceptualizar esta articulación (algo
toque eso que le fue necesaria una "realidad psíquica" que anude estCUI t111l¡ r 1
de esto les propuse en nuestra tercera reunión). A la altura del&minariQ tres consistenciasl1• '¡JOI / 'rr
1, considera lo real y lo imaginario en un mismo niv~l, ambos. siendo de-.
•'( ,, 1
terminados por lo simbólico. ~1 esquema sería el siguiente: En el seminario, viene a continuación la polémica entre los valores teó· 1 • ~.,.
ricos del Nombre-del-Padre y el Complejo de Edipo. Lacan afirma que a

®
Años más tard~. en ocasión de desarrollar el Seminario XIV, la articu-
lación se presentaba como el montaje de lo simbólico y lo.imaginario, ve-
lando lo real: "'
Freud le patinaban bajo sus pies los tres registros y los anudó meCf!B.n.'t!el
Complejo de Edipo para producir la ••realidad psíquica».
Ya en 1938 Lacan había dicho: "un hijo del patriarca judío imaginó el
Complejo de Edipo". 4 T;U vez ustedes sepan que Lacan siempre le criticó a
Freud -respecto de su posición personal- no haber analizado su relación al
padre y -con respecto a su trabajo teórico- cierta insuficiencia en el eatu-
dio de la teología. Freud nunca revisó bien la concepción de Dios por par-

La frase completa dice: "Es posible que el sublime azar del genio no explique por s€ solo qu1
haya sido en Vzena ~ntro entonces de un Estado que era el Melting pot de las formas faml·
liares más diversas, desde las más arcaicas hasta las más evolucionadas, desde los lllt&moa
agrupamientos agnáticos de los campesinos eslavos hasta las formas más reducidal dtlllao-
gar pequefto burguls y hasta las formas más decadentes de la pa~a inestable, pasGfi(/Q por
Y, si la realidad. es la articulación c;ldQ.aimbólico..lo im.a¡inario y lo real, loa patlmali•moa ftudales y mercantiles- el lugar en el que un hijo del patriartXJjudlo &ma-
. 6in6 tl oompllflo tú l&dtpo" (en La familia (1972), ~rio, Editorial Axis, p. 71) .

!1M
te de los judíos, ni la concepción de los dioses entre los griegos, ni tampo- es lo mismo y no es lo mismo aquello que se repite. En ciencia, para ser
co estudió bien el tema en el cristianismo. considerada real, una condición de cualquier sustancia es que sea "lo mis-
Entonces, vean cómo .2!"9P()n~,.Lacan entend~r «realidad psíquic~». La mo y lo mismo" para cualquier investigador que acceda al mismo objeto,
realidad psíquica es la articulación de los tres registros, pero ello no sig- en las mismas condiciones de experimentación. Retomo mi ejemplo ante-
nifica ir hacia ninguna "otra escena" a contrastar esa realidad, porque..no rior: si la selva era inadecuada para la jirafa porque no había ya ramas al-
existe tal "otra escena". respecto de lo que Lacan designa "realidad".. tas para comer, ¿qué sería la condición real de una selva? Ochenta y cinco
por ciento de humedad, trescientos milímetros de lluvia por año, etc. Más
aún, hasta podríamos tener una definición "real" de selva.
Tmos en nuest~~ definición de "lo real" un punto en común con la
ciencia: en ffi!ll!_O~_<::~mp~ se trat1:1_ de lo que re_~or__T/,a s_ie_rrti!_re al mmiio tu:
gar. Como verán, lo real sería muY poco apto para inscribir lare.~;!J,i.g~d, ya
que ustedes por "realidad" están queriendo nombrar la diferencia de cada
uno, mientras que para Lacan se trata de lo que retorna siempre al mis-
mo lugar como articulación de los tres registros.
¿Qué sería una psicología? Una psicología sería, justamente, suponer í ,
que esa "otra realidad" existe y que se la establece por generalidad, esta- ·
dísticamente. Así tendríamos un acceso psicológico a la supuesta realidad.~-~;~:
En realidad podríamos hacerlo mejor ya: En ella, lo subjetivo sería igual a la diferencia que se podría establecer con 1_...,,
o respecto a "la" realidad.
~psicoanálisis, trabajamos con nociones gue operan para todos los 9@· rlfa
sos, a nivel de la estructur~ Son nociones q!le operan como level. ~!H~~i;,., 1'\
cología, en cambio, opera con la generalidad, con la estadístic!l, con la pro-V\A v r
porción7 _elevadas proporciones de algo delrne cómo son las cosas. ·"t'J\ ,,,r
De todas maneras, e!E-ºI!!~~m el que los psicoanali~:~tas ños encon- .. r
tramos es cómo hablar_I!l_~~-lll_lá d~ ca(}a caso, sin hacer una psicQ~oJlli!,.!-(l
forma prepondera11te en la que se hace psicología en nuestro ám_!!ito es su-
pon:íerido fa eXistencia de una ••realidad psíquica''·
Hemos llegado hasta aquí, pero no les pido que estén de acuerdo. Sólo
me interesa que les quede clara mi posición. Si les queda clara, ahora qui-
Observen ustedes que no hay ningún nudo que valga como "la reali- siera abordar otro problema referido a la <<realidad psíquica>>, y, en ese sen-
dad". Ninguna de las cuatro consistencias.,!o de los cuatro círculos) es la tido, estoy más de acuerdo con el psicólogo joven que con el psicoanalista
realidad. experimentado de "Vulnerables».
N o pierdan de vista que, para Lacan, la realidad nunca participa como El problema es que la noción parásita de ••realidad psíquica» -Lacan
un elemento, porque no es un elemepto. Sí está lo real, pero con lo real la llamaba así- nos ha hecho vacilar en la posición que los analistas tene-
solo no se puede operar en el mundo humano. Nosotros operamos con lo mos respecto de la verdad. ¿por qué? Porque nosotros, los analistas, so-
real articulado a los otros registros, mientras que en la ciencia suponemos mos practicantes de una noción relativista de la verdad que se nos hizo ab-
que hay una dimensión de "piedra" más allá y hasta previa -no tengo in- solutamente indiscutible y pregnante a causa de haber sido formados en
conveniente en decirlo- de su captura por lo simbólico. la tradición freudo-kleiniana de la realidad psíquica. Y si en nuestra for-
Sin embargo, en psicoanálisis igualmente aceptamos la definición que mación encima nos encontramos con Lacan afirmando que "no hay ver-
nos da la ciencia de «Objeto real», como aquello que retorna siempre al dad de la verdad", 5 ahí, con la lógica de las dos pinzas, hemos quedado ab-
mismo lugar, sabiendo nosotros que eso implica una paradoja en el mun-
do humano. Porque se dan cuenta de que, en esa repetición, sucede que Cf la primera HOHión de [El Seminario, Libro XVIII], De un discurso que no fuese aem-
blante. (cl••u 1:1/1/1117ll. (inédito), '

208
solutamente encerrados en lo-que los historiadores llaman el "relativis- "... al menos cuando se trata de decidir cuestiones como, por ejemplo, si el
mo histórico". Holocausto hitleriano tuvo lugar o no... "V
Quiero leerles una cita de un historiador famoso: Eric Hobsbawm. ¿Lo
conocen? Yo les propondría que si toman en serio el universitas literarum Es muy interesante. Este me parece un buen punto en Occidente. No
como espacio de formación del analista, no se olviden de incluir la historia sé si ustedes saben que el sesenta o sesenta y cinco por ciento de la pobla-
en sí misma como disciplina, porque nosotros, en nuestro trabajo, de una ción alemana y austríaca -tal vez un poquito más la austríaca- sostiene
u otra manera, historizamos. que el exterminio judío no existió, que es un cuento judío o yanqui-judío,
Se trata de un historiador marxista, prohibido en Rusia, judío y expul- para desprestigiar a Alemania y Austria.
sado por la persecución nazi (él mismo se presenta de ese modo). En la in- ¿se dan cuenta de que les estoy trayendo un problema ético? Y, como
troducción de este libro, que se llama Sobre la Historia, afirma: siempre, los argentinos no estamos carentes de ejemplos. ¿Qué hacemos
con la dictadura militar y los treinta mil desaparecidos? Los militares ar-
"Durante los últimos decenios se ha puesto de moda, y no en menor grado gentinos hacen como en el chiste del caldero agujereado: 6 dicen que no hubo
entre las personas que se consideran de izquierdas, negar que la realidad represión ilegal, que fue "una guerra" (o sea que los mataron). Después te
objetiva sea accesible [que es parecido a lo que estoy diciendo] toda vez que dicen que no, que no los mataron, que están paseando por Europa. Y, final-
lo que llamamos "hechos" existe sólo en función de conceptos previos y de mente, conceden que no son treinta mil y que "apenas" fueron mil... Son
problemas formulados en términos de los mismos. El pasado que estudia- tres argumentos que se contradicen plenamente entre sí.
mos no es más que una construcción de nuestra mente. Una de estas cons- Mi impresión es que si los análisis habitualmente no suelen conducir
trucciones es en principio tan válida como cualquier otra, tanto si se puede a buen puerto, o se demoran infinitamente en aproximarse a él, es por la
respaldar con lógica y hechos como si no. Mientras forme parte de un siste-
claudicación ética de los analistas respecto de la verdad; a la que tende-
ma de creencias emocionalmente fuerte, en principio no hay, por así decir-
lo, ninguna manera de decidir que la crónica bíblica de la creación de la
mos a confundir con la realidad psíquica, creyendo que se trata del cris-
Tierra es inferior a la que proponen las ciencias naturales... " m tal con que se mira. Trabajar con la noción de «realidad psíquica>> supone
una claudicación ética, en el punto donde es el analista quien queda pro-
Yo escuché a varios autores lacanianos sostener esto: que la ciencia no poniendo a su analizante que se trata de la "realidad psíquica".
es más que un relato y en ese sentido es como el relato de la Biblia o cual- Me parece que si nosotros atendemos neuróticos, si somos psicoanalistas
quier otro, pero nunca lo leí en Lacan. -esto es, que trabajamos en el campo restringido de la clínica bajo transfe-
rencia-, no establecer desde la perspectiva ética la sanción que le compe-
"Cualquier tendencia a dudar de esto es 'positivismo' y ningún término te al Otro es claudicar totalmente de la posición del analista, impidiendo
indica un rechazo más total que éste, a menos que sea el término de 'em- toda posibilidad de análisis y reforzando, para colmo, al superyó.
pirismo'. Por lo tanto, no trabajamos con «realidad psíquica••, no existe eso. Pero,
Resumiendo, creo que sin la distinción entre lo que es y lo que no es así no ¿es verdad, o no es verdad, que el padre la entregó a Dora? ¿Es verdad, o
puede haber historia. Roma venció y destruyó a Cartago en las guerras pú- no, que el padre del Hombre de las Ratas se casó por conveniencia con la
nicas, y no viceversa. Cómo reunimos e interpretamos nuestra muestra es- madre del paciente, pero amaba a otra? Les dejo a ustedes la posibilidad
cogida de datos verificables es otra cosa. de seguir con los otros casos.
En realidad, pocos relativistas son totalmente fieles a sus ¿Qué quiere decir Lacan cuando dice que "no hay verdad de la verdad"?
. . ,,IV
conmccwnes ... ¿cómo lo practican ustedes? Que no hay verdad de la verdad se verifica en
todos los casos en que, si uno dice de tal cosa tal otra cosa, perfectamente
Esto yo lo verifiqué: los lacanianos que dicen que las versiones históri- es concebible que un tiempo después se diga tal otra cosa de tal cosa. ¿o no
cas son todas construcciones discursivas y que ninguna es más valiosa que
otra, cuando llega el momento de divorciarse de sus mujeres dicen que son
"Ladronas, malas amantes, idiotas ... ", y si uno osa advertirle que "Bue- Recordemos el apólogo, en la pluma de Freud según consta en la Traumdeutung: "... aquttl
no, pero si aplicamos el relativismo ... ", te contestan: "Pero, ¡¿qué relati- hombre a quien su vecino se le quejó porque le había devuelto averiado un caldero. Düo
que en primer lugar se lo había devuelto intacto, que en segundo lugar el caldero .va esta-
vismo?! iAndate a la ... ! iEstás del lado de ella!" ... ba aguJereado cuando se lo pidió, y que en tercer lugar nunca le habla pedido prestado un
Sigue la cita: caldero".

208 209
da del sujeto cambia de posición y se dirige hacia otro punto. Esos son los
es así? lN o les pasó, en análisis, haber creído que el problema de su mamá, cambios de verdad que se van produciendo en análisis.
respecto de su papá, residía en tal cosa, y después darse vuelta la taba de Hay valor de verdad, y ese valor de verdad hay que establecerlo en aná-
una manera sorprendente y encontrar·se con que no, que era su papá que lisis: sí somos detectives. Fue Lacan el que más planteó al analista como
en relación a su mamá tal cosa y tal otra cosa? Cualquiera de nosotros po- detective, ya que es el analista que introdujo como ninguno la pregunta
dría utilizar estas situaciones para decir: "¿Ves?, no hay verdad". Con lo por la causa. Nosotros somos los analistas que nos embanderamos en la
cual, parecería que estuviésemos trabajando de vuelta en el mismo proble- enseñanza del psicoanalista que sostuvo: "Hay que preguntarse por qué".
ma de la realidad psíquica, o con el relativismo histórico. Y el trabajo es de investigación, sin lugar a dudas, para establecer por qué
Lo que yo les propongo es que sí hay verdad, que taxativamente sí la le pasa lo que le pasa. Les advierto que hay tantos análisis que se olvidan
hay. Que no hay posibilidad alguna de análisis practicable si no se comien- de preguntarlo, que a veces de ninguna manera se elabora por qué pasa
za por establecer justamente esto que Lacan, como tuvo mucha dificultad lo que pasa, porque el objeto a pasó a ser la explicación de todo: "Hay un
en decirlo, dijo así: goce .. ". , "No, lo que pasa es que goza con eso, y esa es la explicación de por
qué hace lo que hace". Lacan no introdujo la explicación mediante el goce.
"... la rectificación de las relaciones del sujeto con lo real ... " VI Lacan es el psicoanalista que se caracterizó por introducir, de una mane-
ra radical, la pregunta por la causa. Y la pregunta lleva a establecer si sí
¿y qué está queriendo decir con eso? lCómo practican ustedes antes del o si no, y no es con ambigüedades que se eso establece. Ahí, la clave es el
comienzo de los análisis que dirigen con cada paciente la rectificación de timing, la oportunidad.
la relación del sujeto con lo real? Que sí, que es verdad, que la vendió o no No digan de primera: "Ah, pero isu padre es un chanta!'', porque el mo-
la vendió. Que sí o no fue un caso de casamiento por conveniencia. delo del florero invertido lo tendrán sobre vuestras cabezas, con flores,
Yo no estoy diciendo que el valor· de verdad no pueda cambiar, porque agua y todo ... Obviamente, hay que dar una vuelta a toda la red discursi-
yo mismo he verificado en mi propia historia que ha variado. Y vieron que va para que eso pueda ser dicho.
sorprende más, cuanto más inscripto haya estado el anterior valor de ver- N~ no hay realidadpsíquil;;a. Lo que sí opera para cada uno de nos,otr~s
dad como interpretación de lo que pasaba; o sea, cuando ya tenías la clave, es una maquinita que nos escribe un límite, un m~ y un libreto para
es ahí que, cuando se da vuelta la taba, más te sorprendés. lEn qué análisis ella. Nadie dijo que el marco implica lo qu: no puede habér-despues, smo
medianamente exitoso y con buen tiempo de desarrollo esto no se produce? ~~trata de operar con efmarco y que trabajemos con la condiciól?-.P-'!1':
Todo análisis requiere al menos dos de estos vuelcos sorprendentes. ticular. Y eso no significa que seamos relativistas en la noción de verdad,
Ahora bien, establecer que sí sea verdad, o que no sea verdad, posibilita aunque· no haya verdad de la verdad. Sí estamos abiertos a que, si fue cier·
el análisis, ya que es verdad o no es verdad, sí o no, y no más o menos. to, si fue verdadero lo que hemos dicho, podemos llegar a sorprendernos 1 ..
El que no haya verdad de la verdad nos deja alertados de que puede ser de que se inscriba en una realidad superior que lo rectifique. ''' ''
que el papá de Dora haya querido tener relaciones con la Señora K. por- Desde esta perspectiva es como vamos a trabajar en la próxima t:~,q.iónP 11 1
que quizás su esposa no le prestaba la mínima atención. Obvio que la pre- la noción de «realidad», a saber, estructurada a partir de la extracción4 del' t\ •, 1
gunta es: ly la mamá de Dora? "Pero, señora, ia usted le estaban haciendo ob]etÜ a. Por lo tanto, lo q_ue anuda lo real con lo simbólico y lo im · na· fr1 '
un cuerno así de grande! ¿En dónde estaba usted cuando su marido con no _es gL()bjeto a bajo el m~ o- e su e racc10n. J1
tos se iba al final del pasillo del hotel, allí justo donde su amiga alquilaba Para trabá.farla- exiracc1Ón del obJeto a, vani'os a comenzar por la ela- 1
la habitación de enfrente porque teníajaqueca?" ... boración del plano proyectivo y la introducción en el plano proyectivo del '''
Entonces, una cosa es suponer que el marido le metía los cuernos, y punto de fuga al infinito. Vamos a plantearlo en forma positiva, no como
otra (que sí va a cambiar la estructura de la historia) es descubrir que la una operación negativa. Lo que planteo es que cada uno de aquellos se· rl'l"
mamá de Dora se casó con ese señor porque siempre estuvo enamorada de re~_}¡\!manos hablantes que n()_ c_~J:l:~i~amos psicóticos ~pe!_"an_~on_l~l~- ll'\
otro muchacho antes del casamiento, y que se casó con este tipo porque le gica establecida por el objeto a como perdido desde el origen, como extraí· ,. '1'
daba lo mismo, o por conveniencia o váyase hoy a saber por qué. Entien- ~o. S~ afirmamos eso, es que t~ne~os liJgo (la eXtracción)~-no que nos Jal· p·1',
den que ahí pasa a ser el acto del padre de Dora consecuencia de otro acto ta alg9. A l?s ~sic~tiC_?_!>!~.f~ta alg~jla extrae~~), y por eso parece qul 1 tr
que lo inscribe dentro de cierta lógica. No es que cambia el valor de ver- tie_nen el obW9_a.,
dad de ese acto, sino que se inscribe dentro de otra lógica donde la mira-

:.!11
•Ht\
r' '¡' ~ r_...( f r~'

·,. 1 . r r
,,, La inscripción,puila~m:;l,lnJl q;Qeració.~..P.osili.!a.Yoy a trabajar con us- Bibliografía
. tedes có~o .~e incluye en el P!NAQ_, e3eJié:fAJJ,.g.o :po~ttiv<?,. Para dar·cuenta de
eso, la mejor argumentación es la topológica. Lacan, Jacques (1983) [El Seminario, Libro 1], Los Escritos Técnicos de Freud. (p. 167).
Barcelona: Editorial Paidós.
Buenos, terminemos por hoy. 11 Lacan, Jacques (inédito) [El Seminario, Libro XXII], RSI. (clase 13/1/75), tomado de la
Para la próxima sí, entonces, las páginas sobre el plano proyectivo de versión realizada por Ricardo E. Rodríguez Ponte para circulación interna de la Escuela
Aleksandrov. Vamos a trabajar un poquito de perspectiva: el punto de fuga, Freudiana de Buenos Aires, 1989).
111 Hobsbawn, Eric (1998) [Sobre la historia] (pp. 8 y ss. ) . Barcelona: Crítica-Grijalbo Mon-
el punto de mira, la geometral. Empezaremos por allí, y en la última ve-
dadori.
remos el cross-cap.
IV Ibld.
V Jbfd.
VI Lacan, Jacques (1992) [Escritos 2], La dirección de la cura y los principios de su poder.
Bs. As. : Siglo Veintiuno Editores.

212 213
XIII

LA ESTRUCTURA DE LA REALIDAD (ll):


EL PLANO PROYECTIVO

Vamos a trab!'\iaf el plano proyectiyo. La referencia que les había pro-


puesto era Aleksandrov, Kolmogorov y colaboradores. 1 Vamos a seguir con
el estilo que les propuse: la articulación de la clínica psicoanalítica con la
topología, haciendo uso de la topología para aclarar los conceptos psicoa-
nalíticos. De esta forma, permanecemos fieles al carácter inaugural de la •
incorporación masiva de la topología en psicoanálisis realizada por Jac- ( ,
ques Lacan. T11 ,01 ,
Avancemos sobre el plano proyectivo. Si el toro n?s sirvi~J?a.r.a_arti~- L
lar "~a", "deseo" y "objeto a" en la clínica psicoanalít~ca (porque•}''(
nos daba una forma de escucha respecto del material), e! lMo.. ro kti 1 1
nos será de gran utilidad noci 'n est ctur e o. e o ·no"- lit'
ción es ructur .qu~ desde el arranque, les propo:ngQ distiQ.gt!Ir""' e otras 1u>
que lo consideran meramente como una falta desde el origen o u;ralta , ,
. J•-.··.,(.-.,:.,. .. ~

por estructura.. ,1
Elegí esas dos afirmaciones -suponiendo que eran las frases más usua-
les que podríamos tener del objeto a en nuestro mundo lacaniano- porque lf l
son medianamente falsas. No es cierto que haya esta falta del objeto a ~n" .
e~ y,.JrumQS que menos, q'!_e sea por estructura.J>orque, si fuera asf,· 1rA ll
no habría psicq_si~. Ha~ falta una afticulación más,. . . r- l><' ':~ 1
Siempre resulta peligrosísimo decir "desde el origen", porque dicha ' 1~
frase trae inmediatamente la idea del comienzo y de la evolución. Con·tlll ·--. t;(l
vien~ siempre mucho más empezar por S . Este ~4~~upoJJ,eJ;UJ.e ~QW.saa.IJ· ·
quier texto se puede realizar un cort~: d~ corte para atrás se ubica.r!.~¡'
y retroactivame:r;¡te del S2 se establecerá un S.¡. Ahí sí que hay un comien·
zo operable materialmente~ En cambio, lo otro huele mucho a idealismo y
nos hace resonar al padre primordial de Freud en el mito de la horda pri·
mitiva de Tótem y Tabú, deslizándonos hacia un comienzo que se hace co·
mienzo histórico y evolutivo.
En oposición a "falta desde el origen" o "falta por estructura", yo ya lea

"l,a mat11mdllm ~~~''""'"'"do, mtltodos y .~ignificado", citado en copítulnllnnturinrull.


minante del campo en que un sujeto adviene (estoy hablando de efectos es·
,, .f había advertido que el plano prmrectjvo nos va a permitir operar con una tructurales del orden simbólico sobre el ejercicio de los sentidos).
·· ~oci<?n de objeto ~Lqy& s~ articula con la operación d.e extraq;ióp del ob~­ En primer lugar, abordaremos el problema del quinto postulado de Eucli·
' !QJ!: N.o es cierto gue el objeto a esté. ansente desde el comienzo: debe ex- des, que es el realizador de la primera formalización sistemática (a nues·
traérselo. y flg!'egaría, para que quede claro· Cflf!IO por casq. Entonces, ahfsí tro gusto científica, en el sentido de la ciencia moderna) de la geometría.
, ; ; u tendríamos y.na teo'tía sobre la psicos~: surata de los caso~ en los 9 üeñ; La misma es presentada en un libro, en realidad un conjunto de libros, que
. . · ha sido j_~itª-~~ e;tl:acción. Lo que suerifica en la sicosis es el ordéi'r He llama Los Elementos.
' , 1 sig:!.bólico funcianauda..tal cuw. sin el agr~_gEiªQ_ª-e una operatoria ~e Si bien el texto es intachable, presenta un problema interno de formali·
t realizarse cas_o...P.Q!:. caso._ Observen que no es el orden s},mbó,IJ.co lo que pr.o- zación: en todo el sistema hay una sola afirmación que no fue formalizada,
. •
1
duce en nuestras vidas la falta que designamos como objeto f!• sino que h~ y a la cual Euclides apostó el todo por el todo. Se trata, entonces, de una
'r 11 ¡/({ávqúe ·agregarle "algo: al orden simbólico para que eso falte bl:ijo la forma d~l incompletud del propio sistema de Euclides: puesto que a tal afirmación le
objeto a causa del deseo,.. Es claro que así les pro.Po:PgR distin¡uir entre E! faltó la formalización, su comprensión está sostenida en la intuición.
:r. m~estar en la cultura y la operancia ~ obieto a comg causa del desE:.o. A pesar de ser tan intuitiva la demostración de dicha afirmación (llama-
Así tambiéi.l, les voy a proponer distinguir al objeto a como directamen- da "postulado"), los comentaristas coinciden en que no fue tal el motivo por
te articulable a la consecuencia de la castración. Quizá se puedan enunciar 1'1 que Euclides omitió la formalización de dicho postulado, conocido como
las cosas de tal manera que faciliten aproximar la castración al objeto a, d "quinto postulado". No crean que es tan fácil encontrar el primero, se-
pero lo que estoy diciendo es que no debe suponerse que, con "extracción ~rundo, tercero, cuarto y quinto postulados, no es tan fácil entrarle a los Ele-
del objeto a", esté yo proponiendo directamente un sacar algo. Les advier- mentos de Euclides. Pero los grandes comentaristas, todos, sostienen que
to que podríamos llegar a encontrarnos con una cosa bastante distinta, si M dejó al quinto postulado en una posición bastante secundaria, justamen-
seguimos lo que el plano proyectivo implica. te por la ausencia de la formalización; o sea, él estaba claramente posicio-
El problema de la extracción del objeto a lo vamos a articular clínica- nado como no disponiendo de la formalización para dicho postulado.
mente a la psicosis, especialmente a la cuestión de l~ alucinacic)p. En Ca- ¿cuál es la formalización ausente? Aquella que demostraría matemáti-
can, el contexto para pensar la extracción del objeto r¡ y la alucinación v1- camente que las paralelas no se encuentran en el infinito. O sea, el quinto
sual son las formalizaciones ciel esquema R y el esquema I del escrito titu- postulado se produce en torno a la afirmación de Euclides: Son rectas pa-
lado "Dg una cuestión ¡~reliminar ... "~ lA_~esión ''extiacciónJlel oQjeto ralelas las que estando en el mismo plano, y siendo prolongadas indefini·
a" es de la nota a pie Q-8 pá¡iga1!, agregada. al escrito en el año 1966. Lo qife damente en ambos sentidos, no se encontrarán una a otra en ninguno de
nos estamos preguntando es algo que está muy compactado en torno a los ellos. Esta es, obviamente, la definición de "rectas paralelas". El problema
problemas desarrollados por Lacan en ese escrito, que no es el escrito so- ('S que, hasta el momento, no se ha logrado producir una demostración que
bre la psicosis, sino el escrito acerca de cómo se articulan las neurosis y las verifique el enunciado. Si dibujamos dos paralelas, ¿cuánto podríamos se-
psicosis (para Lacan, si no se las articula, no hay forma de concebirlas). No guir prolongándolas? Veinte centímetros, un metro ... Seguirían siendo pa·
pierdan de vista que el esquema R sólo es presentado en ese escrito. mielas. ¿Hay algún motivo para pensar que si las prolongamos mucho más,
Me hace falta ahora hacerles recordar la referencia que trabl:\iam.o&,..en eomenzarían a comportarse anómalamente, es decir, achicar o aumentar
nuestra primera reunic;?n, cuando cité el libro de .Erwin Panofsky titula.Qo HU distancia?
La perspectiva como forma simbólicam. Panofsky afirma que, por la estr_y.c- N o hay ningún motivo para suponerlo, pero el que no haya ningún mo·
tura real del ojo, necesariamente cti'alquier edificio de diez pisos visto a una tivo para suponerlo no es una demostración matemática. Con lo cual, te·
distancia de cincuenta metros se ve con formas curvas; pero que nosotias nnmos un caso de formalización en geometría que nos remite al problema
lo vemos con líneas rectas porque sabemos que el edificio esta hecho con lí- o11pacial. No pierdan de vista que, en geometría, la formalización advino
neas rectas. La idea es sencilla: uno ve en función del conjunto de los sabe- pura nosotros con más de dos mil años de anticipación a la formalización
res y conociillientos prod{icidos por la cultura en la que está inmerso cotfto 1111 aritmética. Por lo tanto, encontrar una falla en una formalización tan
sujeto humano hablante, • ,,..ematura, algo debe estar indicando. ·
Así nos independizamos un poco de las nociones kantianas, especialmen- Bien, a partir de Euclides, y una vez establecido que su sistema es per·
te del tiempo y del espacio como a prioris. Efectivamente, pu;den ser a prio- focto -salvo la argumentación matemática del quinto postulado-, comien·
ri de la experiencia, pero no pueden ser a priori del orden simbólico deter-

217
218
f
zan a surgir intentos de formalizarlo. Hubo muchos intentos de formali-
can que es magnífica. Al menos lo es en mi lectura, porque lo que yo digo
zar la imposibilidad de que se corten dos rectas paralelas, aun continuán-
que Lacan dice, a veces no lo dice en ningún lado. Sin embargo, estoy con-
dolas hasta el infinito. Pero, en todos los casos, tales intentos incluían un
vencido de que es la lógica en juego allí: simultáneamente al surgimien-
punto de intuición y, por lo tanto, no se logró una demostración basada en
to de la perspectiva realis, aparece lo que un autor menciónado-po'l' La-
una pura formalización matemática.
can, Jutgis 'Baltrusaitis, llama las "perspectivas depravadas" ("perspecti-
Para todos los que piensan el problema del plagiarismo (Kris, Lacan, la
ves dépravées"). 8 · /t)ill
pelea Miller-Colette Soler) convendría tener en cuenta que la solución fue
Me refiero a que, mientras Leonardo Da Vinci desarrollaba junto c~m lftK\ l,
encontrada simultáneamente por tres matemáticos. 2 De los tres, solamen-
Durero y Alberti (son los tres de la misma época) el arte perspectivo, en ese
te uno se animó a publicar su descubrimiento: Lobachevski. Gauss, el prín-
mismo momento en que lo proponen como la forma real de representa.! ~a {'¡tA13•
cipe de las matemáticas, lo descubrió, le mandó una carta a un amigo, es-
realidad, comienzan a producirse las "perspectivas depravada:'"· \l ~er~
cribió el artículo y lo cajoneó. Dicho artículo fue hallado luego de su muer-
te, porque no se animó a publicarlo. Decía que el sentido común matemá- el e!'' o'T
tico no iba a aceptar tal verdad.
Fíjense cómo son las cosas: ese mismo problema enfrentaron Freud y
Lacan, esto es, cómo hacer para transmitir una verdad respecto de la cual
uno está convencido que el Otro no va a querer, ni poder, aceptarla. Y bien,
esto ocurre aún en cuestiones bastante abstractas, como por ejemplo el
quinto postulado.
Aquí, el obstáculo estaba ubicado en el contexto del surgimiento conjunto
de la cie11cia moderna y_~Jití¡e per§pertjvo, N o se olviden que para
los cien-
tíficos-art1staSdelRenacimiento (Leonardo, Durero y Alberti) la perspecti-
va no era la forma más adecuada ni la más estéticamente bella de acceder a
i 1/'- 1 ' !1vfo real, sino que era "la real", y por eso se la designó perspectiva realis .
. ¡, '
· · · r Nosotros diríamos que es la forma c;.orrecta de acceder a lo real, qu~ ..la..
p_erspectiy~~adecua a lo real porque es la f~:r:na de acceder a la repre~n­ ff
,1
taci<~ri "re~'~A~l espacio real tridimension~. I.:c) llamati~o es que en la pers-
(o aMo
pectiva en la cuál el CJ,!~dro es ente¡¡dido CQWQ un marco, en la cual lasco-
Sus formas típicas son las anamorfosis, y por eso el estudio de Lacan so-
''. r t s~ sonp1ant_~ªºª~U~Qstulando la existencia de un espacio "detrás" del cua-
bre las anamorfosis. Seguramente ustedés conocen esta que lleva por títu-
. dro...(donde el cuadro se convierte en ventana), @!.justamente, las paralelas
sí se cortan en m;:¡ puntQ. Es muy interesante porque ahí la intuicióJ1 opera lo "L~s embajadores", de Holbei~.
de manera opuesta. Por lo tanto, nosotros, los occidentales modernos, tene- 1
mos"do~;-íntuicione~ espaciales: laque afirma que dos rectas no se cortan' en Las referencias a la obra de Baltrusaitis se encuentran, básicamente, en la clase XI delj ('¡ '

el infinito, y otra qu~ afirma que las rectas paralelas se cortan, en su corr~c- ~...- Seminario 7 (El Seminario, Libro 7 (1991), La ética del psicoanálisis, p. 173, Buenos Ai·
ta representación espacial, en el infinito. res, ed. Paidós). Allí hace referencia a "la excelente obra de Baltrusaitis" y también des·
cribe su formato, aunque no la cita (esta clase y la anterior, incluyen párrafos extensos
Conviene tener en cuenta esta cuestiÓn. Hay una idea trabajada por La- sobre la anamorfosis y el cuadro "Los embajadores" de Holbein). Además, en El Semi-
nario, Libro 11 (clase VII), (pp. 92 y 94), remite al libro llamado "Anamorphoses", pro·
bablemente a la edición de 1955 cuyo título completo fue "Anamorphoses ou perspectiJ)~•I 1

Lacan hace una articulación muy interesante entre el concepto de "stúeto" en psicoaná- ves curieuses!' (1984, Paris) del que hoy contamos con una reedición ampliada y editada
lisis y la coincidencia en las invenciones más allá de los inventores y las distancias que por Flammarion. En la introducción a esta última, puede situarse en cuatro breves fru·
los separan, en su intervención en el Coloquio de Baltimore del18 de octubre de 1966, en ses el estímulo que la obra plantea al psicoanalista:
respuesta a la conferencia de C. Morazé. El texto (en inglés y francés) está disponible en "La anamorfosis es un rébus, un monstruo, un pr-odigio[ ... f La anamorfosis 110 C!B la
la biblioteca virtual de la École Lacanienne de Psychanalyse en internet: www. ecole-la- aberración en que la realidad es subyugada por una visión del espfritu. Ella es un sub·
canienne. net/bibliotheque (hemos producido, junto a Paola Gutkowski, una versión es- terfugio óptico 1'11 la que lo aparente eclipsa lo real.[... j Un instrumento "anamurfótim"
pañola, disponible en www. apertura-psi. org/textos/traducciones). nue11n, c•li•HJII:jo, 11111'1' Hll aparición hacia 1615-1625 [ ... /la anamorfosis, la per11prctwcJ
matemdllt'lll/11'11/fl dl'/li'UPmla" ( t.rucluceión Pahlo Pe~;~snerJ.

218
:cllfl
En el cuadro de 1533 aparece esta "flauta mágica", puesta aquí, que, imposible. Para que comiencen a pensar este asunto, les planteo lo siguien-
con la deformación anamórfica, se convierte en una calavera. Como esto se te: si ustedes escuchan pacientes psicóticos, saben que, mientras ellos nos
deforma calculadamente por el pintor de un modo tal que desde otra posi- dan su testimonio, nosotros, neuróticos, pensamos que eso que testimonian
ción se vea otra cosa, para el cuadro de Holbein -que es un gran mural-, -delirios, alucinaciones, etc. - es "imposible".
está marcado en el piso de la galería en que está expuesto en qué posición Fíjense en lo que sucede cuando se establece un imposible:
hay que situarse para observar el fenómeno.
Si se aproximan, voy a mostrarles otras anamorfosis. Las que hoy traje " ... y segundo, que es posible desarrollar sobre la base de un axioma contra-
son cilíndricas4 porque las otras no son manipulables a nivel del libro. No rio una nueva geometría completamente lógica, tan rica y perfecta como la
sé si alguno de ustedes habrá visto la exposición de Dalí de los grandes ob- de. Euclides, a pesar de que sus resultados estén en desacuerdo con la ima-
jetos, allí había anamorfosis cilíndricas. gen intuitiva del espacio" ~
Entonces, observen que estos son los cuadros. Ustedes tienen que ver-
los reflejados en un espejo cilíndrico. Convendría también que siempre tu- lEntendieron el paso lógico que introduce el texto? Si es imposible de-
vieran una perspectiva adecuada. Este libro5 ya viene con la banda de alu- mostrar la posición de Euclides, entonces se produce lo que se llama reduc-
minio plastificado. Les muestro una de Dalí. Observen cómo automática- ción al absurdo: o sea, llevar cierta teoría a un punto de imposible supone
mente se produce ese ida-y-vuelta entre la intuición y la formalización por- que la contraria se afirma. A veces, para demostrar una teoría, alcanza con
que, producida la ilusión, va a ser muy difícil superarla. demostrar lo imposible de la contraria. Cuando Lobachevski introduce ese
Nuevamente, les digo que apenas surge la perspectiva realis, se comien- punto de imposible se arma toda otra geometría, que ya no está acompaña-
za con la formalización que produce las anamorfosis. Es muy importante da (como la euclidiana) por la intuición espacial. (Igualmente, a ellos se les
que tengan en cuenta que, una vez que surge la perspectiva, automática- escapa -lo digo humildemente- la articulación que yo les propuse porque,
mente aparece, como contracara, la deformación que la misma formaliza- en realidad, que las paralelas se cortan en un punto participa de nuestra
ción autoriza a concebir. Es en este terreno en el que nos vamos a seguir intuición espacial, pero contamos con dos intuiciones espaciales).
moviendo. Bien, lcuál es esa otra geometría? Es la topología.
Retomemos el problema del quinto postulado. Les leo del libro de Q_uisiera proponerles, tal como les dije la vez pasada, trabajar e}_~st~go ~
, Aleksandrov: de cosas que sedesprende del quinto postulado y la perspectiv1foma:e
1: 1 ' IJf:,lt/)1-(j
perspectivo, con lo que surge a partir de allí que es la geometr' pr~i­
'" · ,") ,.,J~{¡~~sí pues, las dos conclusiones a las que llegó Lobachevski fueron: prime- va. Les advierto que si uno no trapaja el plano proyectivo, no hay forma de
() ro, que el Quinto Postulado no se puede probar. .. " IV entender qué quiere decir Lacan cuando dice "punto fuera de línea";-¡lot=:
que siempre por un punto puede pasar una línea (en realidad, puede pasar~( ~ ('~
1

La verdad es que no lo dicen bien. Yo hubiese puesto "e!_impos_!ble" por- una infinidad de líneas). 1 ·
que lo que estableció Lobachevski es un punto de imposibilidad. Hasta ese V!!!!!os a introducirnos, entonces, en eLplaoo proyectj-~o. Iniciaremos
momento se trabajaba con la idea de "enorme dificultad". Y Lobachevski una tareª de investigación que supone la perspectiva en arte, it!é~ ~1 t a.\ M
1r probó otra idea: que esj:mposible. tema de la proyección de un plano sobre otro planp, y, además, la cues- r.l "'
,'{.. Todo el problema de la diferencia entre neurosis y psicosis pasa por lo t.r tión de cómo proyectar sobre un plano una superficie no plan,.a (el cua- 1 , •

(.JfJfr->J¡S
dro en perspectiva). Justamente, en el cuadro "Las Meninas" de Veláz-
En términos de Jurgis Baltrusaitis: quez sorprénde la cantidad de planos de profundidad que se observan.
"El procedimiento consiste en dislocar la imagen en torno a un espejo con forma de cilindro Eso es el arte perspectivo. · ~
o de cono, de manera que ella se rehaga, gracias a las leyes de los ángulos de incidencia, so- Podríamos necesitar hacer lo contrario: proyectar sobre una superfi-
bre una superficie convexa encogiendo y enderezando las curvas. El funcionamiento es más cie plana un objeto de tres dimensiones. lCómo representar en un plano
preciso y más poderoso, más sorprendente también que en sus formas primitivas puesto que
el motivo pictórico es visto de frente y al mismo tiempo que su figura deformado, mientras
como, por ejemplo, la superficie de la Tierra? Supongan que ustedes sacan
que en las perspectivas directas, es necesario cambiar de posición.". (Op. cit. , p. 131). una foto desde un avión. Cuando la miran, lqp.é tienen? Tienen una ima-
En la reunión se trabajó con el libro de Jurgis Baltrusaitis -del que extrajimos las citas-, gen plana de un objeto tridimensional.
que viene acompañado de una plancha de aluminio que, enrollada, hace las veces de es- Todos estos problemas se abordan con la ayuda de la geometría proyec-
pejo cilíndrico y permite ver las anamorfosis.
tiva.

220 221
l Encaremos ahora laestructura del plano proyectivo. Ustedes conocen el
'1
plano"cirrfesíano, que es el
plano que se utiliza para tOdas las representacio-
nes geométricas que estudiamos en el colegio. De esto otro, lamentablemen-
te, no nos enseñaron nada. Van a ver que nos ofrecerá todo un cuerpo de teo- G._ rJet Ale-fa PM 1~ v
ría para concebir el objeto a de Lacan, evitando la necesidad de las definicio- ?~lA() fYn'ji"C\IlJ(J
.' nes "castratorias".
: ''' r Les leo cuarto o cinco párrafos de las páginas 238, 239 y 240 del Tomo
'•- .-· """'~" .. - .. .... ,.....
'·''- ,.

'' .: - 3 del libro de Aleksandrov, Kolmogorov y otros, "La matemática, su con- -+oda. ~ (cw Ur MA
tenido, métodós y significa&]''. Sobre el plano proyectivo es lo más exptí- p::;~rol{i(J' .>1,,,4
cito que yo encontré en la bibliografia a la que accedí. e0 uvt ¡;t¡, ,.,~,
1
'y ' f "La transición del plano ordinario al plano proyectivo f este es nuestro pro-
. /; blema: pasar del plano cartesiano al proyectivolconsiste en completar el ·vtn 1tl
plano con nuevos elementos abstraGtos [o sea, se agregan cosas, el proble- Este sería el plano proyectivo, y esta una línea recta en el plano proyec-
ma es que las cosas que se agregan son abstractas] los llamados puntos im- tivo. Todas las líneas rectas paralelas coinciden en un punto impropio {\ue
rr(LV.... propios o 'infinitamente distantes."' vi. • es el punto que está aqu~ también llamado "punto al infinito". •
Piénsenlo: esta es la línea del horizonte, y este es el camino. Este punto se
1
'' Estos últimos son los puntos "fuera de línea" de Lacan. llama punto de fuga al infinito. Ahora, observen ustedes que el punto de fuga
fa Les anticipo que en el crpss-cáp nos valll.os a encontrar con un proble- al infinito es un punto agreictdo, ya que no existe realidad alguna en la que
ma: Lacan afirma que hay un solo punto "fuera de línea", .mientras gue exista ese punto; es una abstracción, una idea que se introduce en forma de ( ¡1r
los autores sostienen que hay dos, y, en efecto, todo indica que hay dos. Se punto en el plano. La perspectiva parece una pavada, pero incluye una idea K
trata de los puntos P y Q (respect¿ de este problema, vamos a tener un do- que es increíble: introducir en el piano el p,unto ® fyga al infiirito, o~:·\ 1' ~
el infinito pasa a estar representado en eLplanQ por yn punto. Bi'i~no;en es e ( ' ''
11
,.,: lor de cabeza en nuestra próxima reunión).
· > Sigo con la cita: caso es más interes8\}te todavía: todas las paralelas tieneii el mi~mo punto f,itl f
r , '.s - .
de fuga al infini~o, por lo que no haría falta representarlas a todats'iñO"qiie
':Al añadir esos puntos, la operación de proyectar un plano sobre otro (por alcanzaría con hacer dos líneas.
ejemplo, la proyección sobre una pantalla mediante un proyector) se convier-
te en una transformación uno a uno [es decir que a un punto de un plano, "Toda línea recta se completa con un sólo punto impropio ("en el infinito"),
le corresponde un punto del otro plano]. El proceso de completar el plano y dos rectas tienen el mismo punto impropio si, y sólo si, son paralelas. Una
con los puntos impropios, que en la geometría de coordenadas correspon- recta completada con el punto del infinito se convierte en una línea cerra-
de al paso de coordenadas cartesianas a coordenadas homogéneas, se de- da, y el conjunto de todos los puntos de infinito de todas las posibles rectas
san·olla de la siguiente forma" ~'~~. forman por definición una línea impropia o línea de infinito" IX.
}..-
A continuación, van a explicarnos cómo es que se incorporan estos pun- ¿Retomamos la cita? Este punto al infinito es el mismo que este. Para
tos impropios. ¿Entienden que con la idea de "puntos impropio,s" se hace nuestra intuición espacial resulta absolutamente imposible, pero si aplica-
referencia a puntos que no son puntos, o que no lo son como los otros? Los mos -al menos un instante- cierta obediencia a los términos, podemos con-
autores no tienen otra forma de decirlo. . • cluir que si ambos puntos están en el infinito, están en el mismo lu~. POr
lo tanto son eLmismo pun!o.
"Toda línea recta se completa con un sólo punto impropio ("en el infinito"), y Es como si hiciésemos así, observen, esto es imaginería pura: llevamoH
dos rectas tienen el mismo punto impropio si, y sólo si, son paralelas" vm. este extremo al infinito ...
"'---
Vamos a representarlo:
..

~:.:!:.:! ~:.m
mente ~~tra~,.,i~~"~~-~I}:~:.~~?r,~;~~~~Piipr~I~si~~ en.qu~ es puramen- / 1
1
.r
teatie;_lracto, p~~-que ~l?!!.s.9Ee,J.ll!~- ~orr.elato!~9 _p.! r~al (eso nos ~ 1 '
extravía siempre). u v1 f 1n

""mfiru• mfin;"/ Estamos trabajando con cierta_espacialidad que le corresponde al s~e- 1: e , r1 a


to-'-y que supone que el plano .en .el q®.ll_Q_~~!!>~~~~Q!l~amos al sujeto des- tr\ '-• 1
plazándose como sujeto (:y no como un hombre con dos pies)~secaraCteri-X 1 i l''
za porquee~~~Que le dasumarCQ es-de la índole de_~~ líñeaafillfini-IJ\ 1VI (
to. Esta línea no es otra _9_'::l~_la._q_u_e. se cons_t.ituye a partir de todos 1~ p~n-('''"¡\ ,,
1
tos que se agregan al plano: P!!.l!~~~ impro__pios, puntos fuera de línea o pun- x ' r,, ,
Único punto al infinito tos a~s~!~t_os. - . . - ... .. .. ¡vv- V 1 r,
para la recta (ahora línea
cerrada) Bueno, sigo con la cita:

r
línea cerrada
"Puesto que las rectas paralelas tienen en común el punto del infinito,
en la representación del proceso de completar el plano con puntos impro-
pios es suficiente considerar las rectas que pasan por un punto arbitrario
... y llevamos este también al infinito, de forma tal que coinciden en el del plano, por ejemplo, el origen de coordenadas O. Los puntos impropios
mismo punto. De esta forma una recta así es una línea cerrada. Así es que de estas rectas agotan ya los puntos impropios de todo el plano proyecti-
empieza a tener consistencia la propuesta de Lacan: trabajar siempre con vo (puesto que toda recta tiene el mismo punto impropio que la paralela a
"línea cerrada" -nosotros estamos trabajando sobre planos proyectivos y no ella que pasa por O). Obtenemos, por tanto, un modelo del plano proyecti-
vo si lo imaginamos como un círculo de radio "infinitamente" grande con
sobre planos cartesianos. R~pit~, entonces, la última parte de la cit~: centro en 0 ... " XI.
"Una recta completada con el punto del infinito se convierte en una línea
cerrada,)' el conjunto de todos los puntos de infinito de todas las posibl~!
Observen que si este punto está en el infinito, el radio será infinitamen-
rectas forman por definición una lfnea impropia o línea de infinit~" x. te grande. Es cierto, ¿no? """
Si hiciéramos proyectivamente la representación de una escena, y este
~ La "línea de infini~o" es algo que los debe dejar patitiesos... Esta lín~a fuera el centro, todas las paralelas convergerían aquí, en un punto situado
está en el infinito dado que hemos agregado elementos que son -no olviden en el infinito. Obviamente, al observarlo sabemos que la ruta no termina
la definición del autor- elementos abstractos. · ahí, la ruta sigue, pero considerando que esto introduce la representación de
Trasladando esta lógica al campo del"psicoanálisis, se puede afirmar algo que en lo real es "infinitamente" lejano, como el horizonte mismo.
que el Nombre-del-Padre se vincula al objeto a, t~to que si hay forsiJ!- Retomo la cita, entonces:
siQ_n del Nombre-del~Padr~_vemos que el objeto a no funciona normalmE¡p-
"... si lo imaginamos como un círculo de radio 'infinitamente' grande con
te. Se trata de la incomoracióo. <;aso por caso. de un elemento abstra9..to:
centro en O y si suponemos que todo par de puntos diametralmente opy.e~­
u:iilmnto estrictamente abstrqc,to; un punto qye la intuición espacialno tos A, A' de la circunferencia de este círculo están unidos en el único pun-
puede aportar. - ---.
to 'del infinito" de la recta AA'" xu. • ~ Al /fil •·
Es por eso-por lo que nosotros nacemos sanos de cuerpo. ¿Vieron las~· • ~.~ pi•.'
lud de los esquizofré~s? Les debe haber sorprendid¿' su salud, también Entonces: Ay A' se unen en el único punto al in:fiujJ;o que tiene esa rec-rJ' (••,
la de los ili.i't~cÓticos: nunca una gripe (y son esos que salen desnudos ta completada por este punto abstra~o. · r _\ • 1
al patió en pleno invierno o se bañan con la canilla del agua fría en las clí- Pe!l~~~Io asj: c~~~~o introduzco en un lana el unto de fu -~, Jr \, •
nicas), nunca un resfrío (casi no tienen las enfermedades infecciosas in- infinito, introduzco un puntQ ªb§.trw;to, pero lo hago a partir e. a extrae-' •• ,, ' '
' fantiles). S~n eminentemente sanos y el orden simbóli!:o -cuya estructu- Jó~ de un ¡:mnto re~. - ~ -- · · -- _.............._ __ ¡,!.·· 1
r f l . k 1 f' ra fundamental es el lenguaje- opera para ellos. En los ojos no tienen nada
Supongan Ustedes que concebimos un cuadro como la suma de sus pun-
f'~{ 1-deYVl1 raro; entonces, ¿porgué la aluéiiíación?Porque no se ha hecho)a incorpo- tos matemáticamente definidos.
a ~J-' ~.e:(/ raciónJde un eleme11to qu~-~s ~im.b,ólico 1 nada mis que simbólico, ~r~~-¡:..
1 • 11 '-" 1'. ( ('((X' {O, r '( - .
1 '

224
22&
Ninguno de nosotros es capaz de captarlo, porque debemos recordar que
el punto no tiene superficie, es de dimensión cero. Los puntos no tienen su-
Ahí ya nos da náuseas. ¿cómo una circunfer~nciª va ser_y,ruL~?
Tengan en cuenta que se trata de una recta al infinito porque contiene to-
ª
perficie. iEs insólito que nadie nos haya detenido en la primaria para seña- dos los puntos al infinito. Si alineamos puntos al infinito, obtenemos una
larnos lo raro que es eso! Es casi tan raro como que la línea tenga una sola recta al infinito. Y algo m~~,: respecto del infinito no puede haber deforma-
dimensión. Señalo esto porque nunca queda claramente expresado cuán ción curva, no se puede decir que tal punto está más cerca que otro, ni que
poco intuitivas son las concepciones más antiguas de la geometría, conce- el otro se alejó.
bida dos mil quinientos años atrás. El punto operable geométricamente no Retomo la frase, para poder continuar: . r, .
('_;~VO
tiene superficie, pero si en un plano colocamos un punto de fuga al infini-
to, en esa plano, estamos sustituyen<:Io unpunto real del plano, por el p4n- "La circunferencia de nuestro círculo se convierte entonces en la recta del in-
to -abstracto- de fuga al infinito. finito, pero debemos tener en cuenta que cada par de puntos diametralmente t
1
Comparen un cuadro de representación sin perspectiva, con un cuadro opuestos de esta circunferencia representa en realidad un solo punto [el au- l ( pfo¡10 1'
11
de representación con perspectiva. En el primero, ¿habría algún punto va- tor lo repite porque está convencido que es muy difícil seguirlo]. Es evidente, 0L.p{'' (' ( '
cío? Para entender de qué hablo, revisen los cuadros de Escher, especial- pues, que el plano proyectivo es un.a superficie cerrada sin borqes" SI"' bt' d. ( xn:
mente "Cuadros de la exposición". ¿conocen ese cuadro?
Entonces, finalmente, la e.§tfJJ~tu;n~. ~-~_d,iam.etr~<!t~!intíi qu~Ja
de una ef>fe.!:.ª-.:.-Esm\ly interesante que nosotroª-Je~g_~QI>. ~,re,p..ré­
s~ntación de la !ealidad "normal"' una superfi.cfe"~érradq, porque para el
psicótico verificamos que se produce como. un() de los peores problemas ~n
la- es__tru~tura de la rej!lidad; elliecliode'Présentarse _spmo_¡:l9_i~~ ¿Recuer-
dan el esquema 1?
- - - - - - ¡,;..·-..,:,·~__,..__,...,..,..,.,.,.,.,__,..,....,....,__,......,...,,....,....,__,..__,.....,....,.,
-"f;-
(Q u~Gd uJ .\,"n:
1
'.Í Q t0 fl M Jú1 /- A '

r;~__,~ ¡J e v{ r <vr ,, Ar,

k'
~--s~-n-1.(_ !viO •1 1>\n ( ,
·-a· 1"1' n,
!)'o/ 1 C; •

Se trata de una persona que está caminando por una galería; a su iz-
quierda, hay un cuadro que se convierte en la ciudad donde está la galería; En la edición castellana de los Escritos no se ve tan clar() que es abier- ( .~! i. 1 ,,
en el centro hay un agujero. Escher firma, pone el número del cuadro y la to, porque le hicieron el sombreado así, parece que se cierra... Pero M, i, m '-''' <( ,
fecha en el agujero. Se trata de la incorporación de un elemento abstracto e U;on cuatro dimensiones en donde el esquema está abie.rto; o sea, 191'8J.ta 1 ,
y la extracción del elt:;mento real ql1e en ese lugar tendría que ir (que p~ll· la estructu:raCión-del plano como cerra!lo. ¿se entiende lo que está pasa-rl-,:)1- 1' .. ,• 1' '

ese cuadro es un punto imposible). :En una pintura egipcia (recordemos que do aquí? Falta incorporar el elemento abstracto en el lugar donde se produ- 1 1 : , ¡
los egipcios no pintaban en perspectiva ni con punto de fuga), no hay nin- c~~t~ierre.-0 sea, a nosotro~ senos cierra la realidad porque col1tam~s '• 1 1

gún punto en blanco. con un punto abstracto en más. Por eso la realidad es ceriad¡i: Y además
Lacan inscribe muy fuertemente llipresencia de dos dimensiones de "abis-
"La circunferencia de nuestro círculo se convierte entonces en la recta del mo" (es esta una palabra muy fuerte). Lacan dice que lo que representa e_l
infinito, ... " xm. esquema ~~S como UD islote,. que es lo úlfimo q~ queda cuando _produ- Se
ce el fia de mundo, lo único que queda de la realidad para Schreber: la con-
sistencia carnal dti KÜ cuerpo como un islote flotando en la nada.

226 227
""'··

"Si tomamos una curva de segundo orden en el plano proyectivo -una hi- can dice que las letras indican que si se unen m con M e i con I, se obtie-
pérbola por ejempkr" n:
ne una banda de Moebius, y que el resto es la semiesfera del cross-cap.
Por su parte, Aleksandrov lo sombrea al revés pero es sólo una diferen-
cia estética.

'~í pues desde el punto de vista topológico, el plano proyectivo es el resul-


tado de pegar un círculo (en nuestro caso el interior de una hipérbola) con
una banda de Moebius a lo largo de sus bordes. De aquí se sigue que el pla-
no proyectivo, es decir, el objeto básico de estudio de la geometría proyecti-
va plana, es una superficie cerrada de una cara" xvm.
fe e¡ (A 1 .u1 e11 ( 1 1! J
j . ( ' ,{,, , ( (
e( r'J i '() 1·~ ji_!/,' ' - '
A • 1 1 / .·''91 (1 ~

¿comienzan a ver? Oi > 1ú (q J cJj :{; t ; .U e 1-~ ~


En el texto que estamos estudiando, se habla de un borde como s!_fue- '(J f iu.V\O p rü'{ ( ( ,
se la boca de unabotella;_nºJQ confundan con otro uso de la palabra, que • • Q

podría dar la idea de límite.


[; upo {, ! 1 f' ( ,, -
No tenemos con qué equiparar esto en una esfera, llamémoslo como lo I .L
/;focJo i:
llamemos. Es importante que el autor lo diga porque si no, creeríamos que
este sería el borde funcionando como la circunferencia en un círculo. Ahí está por qué no es una esfera: porque ~iene una sola cara y la esfera ' -' ' ' ~; · ·
Un párrafo más porque todo el asunto de la diferencia entre el esque- es una superficie cerrada de dos caras, la intlrna y la externa.
ma R y el esquema I está jugado en estas páginas -páginas que son poste- Si no tienen inconveniente, yo les propondría que dejemos para la si-
riores a Lacan-. Realmente, no sé de dónde lo obtuvo él. guiente, cuando estudiemos bien la banda de Moebius autoatravesada, la · • ~ r o
demostración de la continuidad entre las que aparentemente es la cara in- Jt ; r tf/e 1

"Si tomamos una curva de segundo orden en el plano proyectivo -una hi- terna y la cara externa del cross-cap. Para nosotros, intuitivamente, toda 1 Il ,·
pérbola por ejemplo- es obvio que, en dicho plano, es una curva cerrada superficie cerrada tiene dos caras, la de adentro y la de afuera; si no, no es ' , ·¡ r
(cortada en dos ramas por la recta del infinito). Teniendo en cuenta que cerrada. 1f:.-* 01 v1o d
los puntos diametralmente opuestos de la circunferencia de nuestro círculo Pero en ~anto q_ue psicoanalist{ls, nos resulta imperiof;)o trabajar la e~ $ S(J ¡(;
fundamental son un mismo punto, podemos ver sin dificultad que el inte-
rior (sombreado) de la hipérbola en la figura 13 es homeomorfo al interior t~_de la realid~~ en psicoanálisis col!lo u11.~--~up~rficie ce~qda, de ./J'.'.J -f'.d'. 0
de un círculo ordinario ... " XVI. ~~tal que_~!_lllta una lectura par~_<::ªcia SUJetg. 81 fuese ab1erta, n<;> .. _ ~ -·' 1
podríamos ~s~ablecer cóm()_opera el marco_~e cierr~_l~!_ealigad_p~a , 1

Con lo cual, en esta superficie cerrada que se produciría al agregar to- uno. ~ero no puede tener interi_9!_!!! ~xterior, porque si fuese a!S~ los sujetos ·_ •' .-~ ( WL-
dos los puntos impropios, la superficie sombreada va a dar un círculo (así
sen8!1_ es!~; tú estarías afuera de mí y yo estaría afuera de ti El cross~ 1r . - · (' ·
se cierra el esquema R). El esquema R se cierra en forma de cross-cap. cap.es una superficie que nos viene como anillo al dedo porque, siendo ce-
rrada, no posee exti;ior ni interior: hay continuidad entre el interior y el
"... es homeomorfo al interior de un círculo ordinario y que su comple-
~·' exter10r, o sea, ·y.()-soy-yO,pero
tú ~stás dentro mío; es decir, el sujeto en- ..
mento, la parte no sombreada de la figura es homeomorfo a una banda de tendido como immixtion de Otredacl. Y eso es lo normal, es una idea Ínag'-
Moebius"xv11• nífica. Es la- s~!uci:Qña]Üsp;oblemas para conc:~bir la realidad en psicoa- •
nálisis._Ya les advertí que la realidad no responde a un modo de ver, per.¡
Lacan lo sombrea al revés, pero ello no significa ninguna diferencia sonal, no se trata de hablar de la feria tal cual a cac;la uno le va; el fantas-
topológica. 6 Él sombrea el cuadrángulo M, i, m, I -por las letras-. La- ma de Lacan no es el color de los cristales de los anteojos.
Por ejemplo, Pierre Soury. {A. E. }. . .
Anticipemos una representación del cross-cap.

228 229
es lo nuestro porque ef~ctiv:l:\ffi~!lte so~c;>s ll,ablªdos por el Otro. Eso "raro".
Punto "P" h~_<ltie ponerlo en funciowunient.o caso por caso1.Y no se trata de quitar
/ "algo":"'E'Sqtiitar "algo" en la medida en que se introduce "algo", pero eso
nunca se dice. ¿será por esa vocación de la falta, de la pérdida, de la castra-
ción, esa filosofia de la falta que reina en ellacanismo?
En nosotros funciona un límite, pero es un límite paradójico porque,
por ejemplo, somos capaces de analizarnos. Y, ¿cómo es que somos capa-
ces de analizarnos? Porque el Otro está adentro nuestro pero, a pesar de
estar adentro nuestro, no somos ni una transparencia ni una superficie
abierta. Se trata de la misma relación "adentro-afuera" que tenemos con
Punto "Q" el lenguaje, con lo que se llama "lengua materna".
La parte de arriba sería la banda de Moebius autoatravesada por su lí- Les leo un párrafo más antes de terminar porque quiero que lo consi-
nea media, puesta así y estira<\a, de tal forma que se junte con los bordes deren:
del círculo. Esto daría dos puntos fuera de línea, que serían este y este
"Aparte de su gran valor geométrico intrínseco, el ejemplo del plano pro-
otro (que Tomei describe muy bien y razonablemente, dando todos los pa-
yectivo es también interesante porque pone de relieve una peculiaridad del
sos lógicos para concebirlos), que ~on P y Q.. Lacan siempre propuso e~ pensamiento geométrico contemporáneo, en tanto que modelado sobre la
sólo punto fuera de línea, equivalente al objeto ~ en. la bapga de. Moebiu~ base del descubrimiento de Lobachevski. El pensamiento geométrico ha
autoatravesada existen dos (P y Q), como acabamos de ver, pero en el cross- sido siempre abstracto, debido al mismo carácter del concepto de figura
cap p es un punto al infinit2 de. la recta al infinito, pero Q n~; tal como geométrica" XIx.
Lacan sostuvo. )
Un ser bidimensional, ultraplano, podría pasar por la línea de autoatra- Quizás esto nos permitiría concebir a la psicosis en el mundo antiguo.
vesamiento. La línea de autoatravesamiento tiene esta estructura: supon- Sería un lindo problema para discutir con Jean-Michel Vappereau, porque
gamos que éxiste un microscopio que (a mucha gente le gustaría que exis- no hace falta el punto abstracto de fuga al infinito de Lobachevski: el pun-
ta) permitiera ver los puntos geométricos. Si la famosa y metafórica hor- to de Euclides también es sin superficie y, para la subjetividad de esa época
miguita ultraplana de la topología pasase por esta línea de puntos, para tanto como para nosotros, sigue siendo una abstracción total, plena. ¿Qué
la hormiguita esta otra línea sería inexistente. Con lo cual, si aquí se ins- objeto material tridimensional le corresponde? Nosotros seguimos buscan-
cribiera cierto interior, lo atravesaría no operando para ella nada que fun- do el objeto real tridimensional que se corresponde con el Nombre-del-Pa-
cionara como límite. Esta es la forma de entender el pasaje interior-exte- dre, pero es una abstracción pura. Solamente incorporando eso, es que se
rior: cada punto de un plano de atravesamiento hace caso omiso del pun- produce el vaciamiento que llamamos extracción del objeto a. Estoy dicien-
to del otro plano. do que no hace falta que el punto de abstracción pura (en la Grecia clásica)
_.:f:;:;t: ~.lff9§.S:qq.,e como superficie es cerrada, pero no reconoce interior, ni ex- sea el mismo que el nuestro (propuesto por Lobachevski)_; mientras el or-
terior. P~a no&Qtros es mui iñteresailte, E!_l~~to qu~ e~tamos plená ~-eiD-­ den que concibe la espacialidad cuente con un punto de abstracción abso-
:qianentemente inundados por el Otrq. pero, a{ln así, -s~ verifican difer!!~­ luta, ya tenemos cómo pensar "objeto a", "psicosis" y "neurosis".
c!as subjetiva¡;. D"'e 1~ misma forma, nuestra relación al OtroJque está todQ.
el tiempo "adentto" nuestro) seno~ presentifi.!1a a partir de la existencia_!e "Ahora se eleva a un nuevo grado de abstracción, que en nuestro caso se
_un límite ~e cierr~. f~lo, si mi mamá me habla ~'desde. afuer~", yo hace evidente en el proceso de completar el plano con nuevos elementos abs-
la escucho con mis oído~s, pero cuando me recrimi:q,a "desde adenJro", hago tractos, a saber, los puntos impropios" xx.
de cuenta que soy yc¿ (por eso Freud lo llamó Superyó y no Superello, aun:
que me trate en tercera persona).
P~a el psicótico,, esa misma .YQ¡ -la que viene "de adentr<;>"- funcion~
Agregar al plano un elemento abstracto, esa operatoria, es equivalente a
la metáfora patern!\: introducir una abstracción pura. Porque si logra~Q¡Jn-
..
..·.~-"

como voz escuchada por los oído!=~. Obviamente, allí se empiezan a produ- troducir "algo" que sea simbólico_y pur~nte simbólico, consecuentemente
lo simbólico, el Otro, existe como tal, y no será confundido con la "m~~'.
cir anomalías en las relaciones, si bien Lacan dice que, en realidad, lo raro
-~-··-·····~·-·-·· - . .
230 :l!U
Si lo simbólico existe, no pu~~ ~!'.!!!."~!!~á.:" .ni "pap~f', yya la p~~s~~lE!.:s­ con tanta claridad si no estudiamos las propiedades del objeto; porque si
tará curada de la psicosis. If>s psicóticos no cuentan con ~1 imposfJ>!e de que_ decimos que "el sujeto es hablado por el Otro", "el inconsciente es el dis-
"lllaiil{¡"g ~'papl¡l,'~--~~lffi ¡Q ,aiw.bólicq, y si no~está.escrito ~8&i.mp.Qsil;l!~. q'le curso del Otro", pero trabajando con coordenadas individualistas, no es-
lo sean, entonces no cuentan. e9n.la diferencia. Por eso la voz.de la :m~ tamos más que cabalgando en una contradicción que no sabemos cómo re-
la voz del papállJ.leden"ser" lo mm~()lic?. . solver. Mediante la topología, esa aparente contradicción se resuelve. A al-
gunos de ustedes les puede dar jaqueca ahora, pero si uno mete un poco de
"Ahora bien, incluso estos elementos abstractos tienen una entidad real (cada mano y le dedica un poco de tiempo, resultan estructuraciones muy aptas
punto impropio no es más que una abstracción de un haz de rectas parale- para pensar este problema.
las), pero en nuestra discusión aparecen como elementos geométricos distin-
tos que sólo cabe imaginar de modo indirecto como el resultado de la "fu- En la próxima reunió!]., vamos a trabajar esto mismo del plano proyec-
sión" (que físicamente no existe) de puntos diametralmente opuestos de una
tivo, pero como si fuese una superficie topológica. O sea,~amos a tomar
circunferencia" XXI.
superficies, ya no planos de representación o de proyeccióh. Vamos a ver
cómo se pueden articular. Ahí sí, vamos a oper!if con lli fórnmla del fan-
Esto es muy importante. Acá está escrito solamente entre paréntesis,
tasma, porque vamos a unir aqu.ell9 que en lo real es imposible: dos sÜ-
pero no pierdan de vista que estamos hablando de un objeto cerrado que es
el plano proyectivo, homeomorfo a un c:o_~s~~g.p, que fíl;licaipente no exist~.
perficies"topológicamente distintas, una esfera agujereada y una banda de
Moebius autoatravesada por su línea media. VamQs a esttJ.dÍar las ~ropie­
N o existe porque no hay nada que sea tfs1co que incluya en su E;lStructm:a
dades, cómo se unen y cómo nos pueden ser· útiles para conceptualizar·el
fundamental un elemento abstracto. Nuestra construcción de la realidad
fantasma. •·
en tanto que espacial, auditiva, etc.·, se funda a partir de la introducció:p,
Voy a proponerles que tomemos como texto de referencia para el cross-
para cada vida, de un punto abstracto purp. Si se logra operar ~í, entonces
cap el libro de Tomeixxu, en el que está muy claro un problema que en La-
la estructura será cerrada y con una .sola cara. Habrá posibilidad de lazo lj.e
can casi no está presente: es el de la banda de Moebius autoatravesada. Y
palabra y de que la subjetividad no sea invadida por el Otrp. ¿vieron que los.
para ejercitarse en la manipulación, les sugiero el libro de Stephen Barr-
psicóticos son hablados, son pensados, son leídos, son gozados por el Qtro?
xxm, que es el que habría que utilizar para practicar en casa con papel y ti-
La explicación es sencilla: porque no están cerrados, están abiertos. N oso-
jera qué es una banda de Moebius autoatravesada.
tras sjempre calculamos.que el Otro no tiene forma de saber lo que estamos
pensando salvo casualidades, adivinaciones, poderes mágicos, porque nos
consideramos cerrado~. A pesar de considerarnos cerra<Jos, se verifica q_ue
estamos interpenetrados en un lazo permanente con el Otro, en la medida
en que el Otro opera desde "adentro'~.nuestro y nosotros operamos desde
"adentro" del Otr~ (cosa que a veces es más angustiante que lo anteriÓr).
Creo que hay gente que recula más radicalmente al encontrarse en posi-
ción de "causa del Otr~", que en ser causado por el Otro. Si no se trat~~
de la construcción de la realidad, les evocaría aquí lo que dijimos sobre los
dos toros abrazados, pero estamos en otro problema.
E~te.. 9bj~Q•..el q:ge.,.§e prodl.J,ce así, :p.o e:Jtist~;t cQIJW. 9bjeto físic~: ~\lnC!l
podrán darles a ustedes un cross-cap, ni van a encontrar jamás una botella
de Klein.: Con lo cual, la estructuradán di! la realidad .co.n la. que operam~s •
en la clínica psicoanalítica es una que ya implica uqa diferencia total y ple-
na con cualquier adecuación adaptacionista, A eso podríamos llam~"rea­
lidad psíquica": a la estructuración del espacio de esta manera, y no al d~­
fecto o diferencia subjetiva, o a que alguien supone cualquiir cosa que no
está sucediendo en la realidad.
Lacan llega a un nivel de formalización intereaantíaimo, que no se ve

232 t;¡)¡!4
Bibliografía
XIV
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11
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V Ibíd. )
VI Ibíd. (p. 239).
VIl Ibíd.

VIII Jbíd.

IX Jbíd.
X Ibíd.
XI Ibíd. Antes de empezar a trabajar con el cross-cap quisiera recordarles qu~
XII Ibíd. (pp. 239 y 240). hicimos un recorrido sobre la topología e intentamos, a partir de ese re-
XIII Ibíd. (p. 240).
XIV Ibíd.
corrido, establecer algunas propiedades del espacio que no coinciden co~
XV Ibíd.
nuestra intuición espaciaJ.. •
XVI Ibíd. Comenzamos revisando la intuición espacial sobre la que operamos (y
XVII /bid. respecto de. la cmi.lla topología nos subleva), y concluimos que se trata d~
XVIII Ibíd.
XIX Jbfd.
una intuición espacial producida por el orden de lo simbólico y de lo ima-
XX Ibíd.
ginario ~n el que estamos inmerso§, y no por propiedades reales d~ la cór-
XXI /bid. (pp. 240 y 241). nea, del nervio óptico o el sistema nervioso central en el que las imáge-
XXII Tomei, Mario C. (1993), Topología Elemental, Bs.As. :Gráficas y Servicios. nes se procesan.
xxm Barr, Stephen ( 1987) [Expériences de topologie], Paris: Éditions de Lysimaque-Difusion
La segunda gran escansión que hicimos fue en torno a la banda qe
Be!in.
Moebius: la articulamos al inconsciente, intentando atacar las ideas de
<<aparatÓ psíquico» y del inconsciente·concebido como producto de la r;-
presión .• Establecimos otra lógica para el inconscient.e -según mi lectura,
muy lacaniana-, que no hace hincapié en la represión.
Luego, trabajamos enJo que, a mi entender, tal vez sea lo más impor-
tante del recorrido: articular el sujeto humano hablante con el torQ para
y empezar a quebrar la idea que hace coincidir a nuestro sujeto ·con la perso:
na, c;on el individuq o con cualquier instancia de esta índole (lo que genera
una práctica del psicoanálisis consistente en establecer, diagnosticar y ope-
rar sobre las propiedades de "la persona"). Francamente, se trata de clíni-
cas totalmente distintas. Si no se trabaja con la lógica de la concepción d~l
sujeto entendido como un toro, .respecto del cual su estructura fundamep-
tal responde al abrazo con otro toro,. todo lo que se diga sobre la transf~
rencia -por más fórmulas lacanüinas que se utilicen- nunca será más qu.e
la práctica de la sugestión. del amo, de la persuasión, etc.,.
Hoy vamos a trabajar el cross-cap como segunda vuelta en torno al pro-
blema de la estructura de la realidad (la últÍma vez dimos una vuelta so-
bre el tema mediante el plano proyectivo).

·~ti ... 236


.. Bien, voy a leerles la cita de referencia, rápidamente, puesto que fue la
única vez que·tacaD. h.abló del cross-cap en los Escritos_; si bien lo hizo de
uno-a-uno. Sin duda, aquí se produce un deslizamiento en la argumenta-
ción de Lacan, por la introducción del problema del corte.
una forma muy peculiar, porque lo hizo sii1 decir explícita,JE:~:nte que estB;.-
ba hablando del cross-cap .. En dicha cita estableció dos dimension~s que, "Queremos decir que sólo el corte revela la estructura de la superficie entera
me parece, convendría distinguir. Se las leo: • por poder destacar en ella esos dos elementos heterog~neos que s,sm (marca-
dos en nuestro algoritmo [S 0a] del fantasma): """-$ tachada de la banda
"Ubicar en este "Esquema R" el objeto a es interesante para esclarecer lo q!f:f!..l!fL':':f.~~ df! esperarfil! donde en efecto llega, es decir.recuo'riiiiil'iiei:ca7JJ"'-
que aporta en el campo de la realidad (campo que lo tacha)". 1 po /i.}!f! l9-. realidad, y U,szue C().rrf#§PQrui.e a lo§ ca,ppq§ fy S ·~v.

En francés, la palabra que Lacan utiliza es "barre", 1 una de cuyas acep- Esto tl!!!U?Q~o es d~lt()do ~or.rectq, o, mejgr di~ho, J:u~yproblemQS:JW )t
ciones es "tachar" o "barrar", pero también significa "poner una barrera" el pl~J?.~~-~L~'l.~:PQ.]A~-~l.~m~.~tg~J?:~1~E9~n~.Q.§,p_()rqq~ 19~<:>.19. 9.1:1.~ S~
o sea, "impedir el acceso". pro~~~ifi..Subre el plano -una vez que está proyectado en el plano- s~.~Jl-:
vierte en pqutoa producidos por la prgyección~ y !lO hay respecto de esps
"Tal vez hay interés en reconocer que enigmáticamente entonces, pero per- puntos heterogeneidad algum~.Pw-a planteJU".
fectamente legible para quien conoce la continuación, como es el caso si pre- T~.la j,¡:g¡u'esiónd.e qua e11 esta no ti. a, :r~ de la .indicación Cle.l. cQJ'-
tende apoyarse en ello, lo que el esquema R pone en evidencia es un plp,- te y la calificación. de las dos partes.resultant&& como.lleterogéueas,~~
no proyectivo. · ha pªª~go a ha,blar dir-ectaiJJ&D.te del ~ro~s-qap.J aunque diga que el esque-
Especialmente los puntos por los que n.o por causalidad (ni por juego) ma Res un plano proyectivo (esto último es bastante razonable, puesto
hemos escogido las letras que se corresponden m M, i: I, y que son lo§ que se trata de una representación plana).
que enmarcaron el único corte válido en este esquein~ (o sea el corte mi, Personalmente, no tengo respuestas al porqué de tantos problemas.
MI), indican sufic:ientemente que este corte aíslp, ~n el cqrnpo una h~n- Creo que todos los que trabajamos alguna vez el esquema R nos los hemos
da de Moebi~s" 11 • ·
encontrado. Habitualmente, los dejamos siempre como lo que aún no sa-
bemos, lo que todavía nos falta entender, lo que de la topología nunca ter-
Recuerden que entre el esquema de Lacan y el de Kolmogorov y colabo-
minamos de entender... Pero tengan en cuenta que hay autores de presti-
radores había una diferencia en lo que se sombreaba, pero ello no significa
gio, topólogos como Soury, que indican que efectivamente hay problemas
que existan diferencias topológicas. en esta representación. 2

L~
"Con lo cual está dicho todo, puesto que entonces ese campo no será sino el
lugarteniente del fantasma del que este corte da toda la estructura" 111• Banda de Moebius

r=~r::-~
,____ -..............
,.,.,./ ........
autoatravesada
por línea media
Aquí ~~ otro problema: en el plano proyectivo no se inscriben cort~. /

Se trata de Wl plauo. ¿Recuerdan cómo era? La línea al infinito, el punto


Esfera Bg4jereada
de fuga al infinito sobre el cual se proyectan cosas. Pero no se estableceif
cortes, no es un plano sobre el que se incorporan cortes. Con lo cual, aquí,
cuando Lacan empieza a plantear cortes, nosotros imaginariamente hace-
mos coincidir las letras, suponiendo un corte. Pero en el plano proyectivo
no corresponde el planteo de cortes.
Se trata de un plano sobre el cual se proyecta una imagen, y donde se Los desarrollos de Pierre Soury acerca de esta cuestión se encuentran en las clases de su
estudian las deformaciones de esa imagen generadas por su proyección, es- curso del 15 de enero y 5 de febrero de 1981, publicadas en nuestra lengua bajo el título
tableciendo las leyes de correspondencia entre lo proyectado y la imagen de Cadenas, nudos y superficies en la obra de LACAN (1984) (pp. 71 a 83), Buenos Aires,
Xavier Bóveda Ediciones.
que se produce luego de la proyección. Pero tiene que ser una proyección. En este texto, Soury impugna la evidencia del ensamble por el cual Lacan transforma su
esquema R en un plano proyectivo. Toda la crítica e~tá dirigida al modo en que propuso
·Repérer dans ce schéma R l'objet a est intére11ant pour ~lail'l'r c•f! c¡u 'il apporte sur le la. "zona de montlije": ae¡ún Soury, la misma está implícita en las indicaciones de Lacan,
champ de la récJlité (champ qui le barre)• (/bid. ), y por ello •• tratarla do una implicación abusiva. '

QIUl
Por un parte, dejam~lan!~.~c:!~}l:!~!.l~"~!19IJ.4~1 Pª-saje de.l.J?J~Q,,P.!:Sl­ "~§Jl'!:~l! ~.~. C:Ufl,1Jtq_ T:f!J!.l:fJ§g,l}Jantg el!! l(l. repr:e,~f!T~,_ta.c;ión en el fantasmg4 es
yectivo a \liJ.a SUJ>erif'cie topológica que Lacan indica por medio del recu¡- decir c~r,no sujeto origin:almentf! reprirnid9, com.o .fJl s,. S iachado''4i~ c:J~­
so al corte. ~n el plano proyectivo esa idea no tiene ninguna lógica, no se se.o, ~op~ctCJ:. aquí el ca,mpo.de lq, reo,lülq¡l,:¡,éste só~o se. sos~iene por la~-
aplican cortes en el plano proyectivo, y mucho menos podrían indicarnos tr:._ac,cÍ9JJ,. di:l.oQjetQ fU{~~ sin embarg() le da su..marc~" v. ·
su estructura -todo eso es ridículo, no tiene sentido-. Y, por otra parte, al
proponer una estructura conformada por elementos heterogéneos, sin lu- Hasta aquí, entonces, el texto de Lacan sobre este problema.
gar a dudas está hablando del cross-cap, porque el cross-cap se caracteri- Hay dos parrafitos más que sonde crítica a la teoría de la constituciQn
\\;:,,. za por la unión de dos elementos heteragéneQ.§. Justamente, lá. exfSteuc; de !á realidad vía el sistema de identificacio~s. r
de esa unión es lo que justifica introducir une lósi~Q% 1¡ f\WGióP delcw- "Midiendo por escalones, todos vectorial izados de una intrusión del único
~ que si se trata de dos elementos heterogéneos, la ;preguct.a.,,e¡ue..we campo I en el campo R, lo cual sólo se articula bien en nuestro texto como
nos pllillt~aestaráreferidaal tipQ,de.corte qu~ :&;~elatá.la e¡¡¡~!,.l.,~­ efecto del narcisismo, queda pues enteramente excluido que queramos ha-
puestapor tales . elemeJJtQs, cer entrar de nuevo, por una puerta de atrás cualquiera, que esos efectos
Voy a hacer qo,a repreaentacián... ("sistema de identificaciones", leemos) puedan teóricamente fundar, de una
manera cualquiera la realidad". VI

Recordarán que estos vectores a los que se refiere Lacan indican en el


esquema una entrada de dimensiones imaginarias en la realidad.

:s----

~upongan que tengo aquí una esfera agujeread~ y, por otro lado, un!l 1
banda de Moebius autoatravesada por su línea me4.ía: ~1 cross-cap sería, "Quien haya seguido nuestras exposiciones topológicas (que no se justifi-
el producto de la unión de ambas superficies. can por nada sino por la estructura por articular del fantasma) [o sea que,
Si yo aplicara una línea cerrada de Joraan sobre la parte de la esfera para Lacan, estos desarrollos topológicos se justifican para dar cuenta de
ugujereada, no revelaría la estructura de la superficie, sino que me que- la estructura del fantasma], debe saber bien que enJg, .banda de Maebi~
daría con la idea de estar trabajando con una superficie que se comporta, no hay nada mensurable que sea de retenerse en su estructurq¡, y que sg,re.;
por ejemplo, como una esfera. duce,. como lo real aquí interesado, al corte mismo~' vn.
Hi yo hiciese el corte sobre el otro sector, me encontraría con las propi't~
dados de la banda de Moebius (si bien con una posición en el espacio dis- '&~t~ vaaser nuestro.texto de.zeferencia.
linta de la posición típica que nosotros conocemos), pero la estructura se- Y allP:rl;l.. vamos a trabajw un poquito coa el muy huep 1jhrA de Tom~3
ría homóloga a la de la banda de Moebius. para tratar de acceder al cross-cap.
Solamente si aplicáramos un corte aquí, donde se produce la unión de
los dos elementos heterogéneos, estableceríamos que se trata de dos ele- Tomei, Mario C. , Topologfa Elemental.. Un saber previo a la lectura de Jacques Lacan, op.
mentos heterogéneos. Por lo tanto y sin lugar a dudas, todo lo que está di- cit. Puesto que este libro será muy utilizado en el desarrollo del capítulo y, considerando
que es sumamente útil para los psicoanalistas interesados en la topología, cabe aquí in-
ciendo Lacan es de aplicación sobre el cross-cap, pero no en el plano pro- dicar dos erratas que junto con Alfredo Eidelsztein hemos localizado en la edición, y que
yectivo. No es un gran hallazgo mío ni de nadie esta relación que se es- no creemos que sea un error de Tomei:
tablece, porque p~~YQ.~C!!C?,S,s-ca,p ef~~tivamente.:;;e relaciqnap, a) En la página 71 (esquema inferior de la derecha)i sobre la línea superior del esquema
per<?_-ª'!!ll.Ielacjogadoa_.D.Q,.aw;Lla. mjsmQ, en su sección de la derecha, donde dice "a", debe deCir "b".
b) En la pé¡ina 74 (o11quoma que ubica los puntos "P" y "a"); donde dice "a", debe decir
"Q".

'J!\A 'l~Q
... En primer lug~.1J~.Q.§-CJJestiones que hay _que establecer y que están muy
bierÍ~planteadaa ~ñ el texto de Tomei.
En realidad, habría que considerar a cada uno de los puntos de la in-
tersección como éTCoñ.}ürito de dos pun.tos: mio qué pertenece a ciertaií-
Si nosotros col!.~bimos topºl.ógi.camente el ~~.e de d,qsJ!neas, tenemqs nea de uno de los planos, y otro que pertenece a cierta línea del otro pla-
que.pensar lB: estru4:w:~ del,pumo QY~ reg¡esenta dil1bQ,~. En topo: no, y lo mismo con todas las líneas.
logía, se considera que esas dos líneas producen una intersecci{m, pero el .Es .~bsolutamente ~i<l~.!l!~.!ld~r e~o, porque si no, nl1P.~ :V8,lll9S
punt~ de la intersección es un punto que debe ser considerado como el con: a entender en el cross-cap la estructura del "punto fuera de Une~", res-
j,!lnto de dos P\.l..\1~: el que pert~nece a la línea Ay ~1 que pertenece a la 11- pecto del cual ya les advertí que es una c!imw....§!Q.Q.Jundamental del cro~s­
nea B. X si una hormiguita ultraplana recorriera una de las lín~as, mien- CGJJ,.:f que seJ~.rticul~ íntimamente a lo que vamos a concebir como la ~x­
tras la recorre (el texto de Tomei lo dice, pero todos los textos de topolo- tra.cci.ón del objeto e¡.
gía lo dicen de la misma manera), desconocería la existencia de la otra qu~ Vgoo ~iré grr -.....-.-..,_ ·~ ~.· .Mo.ebil¡_s. Voy construir-
está atravesando (es interesantísimo que lo refieran al "desconocimiento", las como tales, y luego voy a cortarlas. Voy a producir transformaciones,
que es uno de los términos que nosotros utilizamos con más frecuencia en y voy a unirlas de tal manera que conserven el sistema de relaciones que
nuestra clínica para nombrar el posicionamiento del sujeto). tenían los puntos. Para ello, voy a marcarlos. Entonces, armo una banda
La metáfora que da Tomei es un cruce de calles -sitúa el cruce de Ca- de Moebius. Una vez realizada, supongan que yo voy a producir un corte
llao y Santa Fe4- . Si consideramos que cada una de las calles tiene la es- aquí, y, para producir este corte, voy a hacer así:
tructura de una línea -esto es, si las consideramos como unidimensiona-
les-, podemos estudiar el cruce de ambas como un punto. Dicho punto se
comporta tal como nosotros concebimos que se comportan las cosas cuan-
do cruzamos una calle: si venimos por Callao, en la porción de asfalto que
ambas calles comparten, nosotros seguimos pensando que estamos en Ca-
llao. Desconocemos que, en realidad, ese punto supone el conjunto de dos
puntos: uno de Callao y otro de Santa Fe.

Si se tratara de dos planos que se cortan, sucedería exactamente lo Al punto de intersección entre la línea media de la banda de Moebius y
mismo. 5 " la línea por la que voy a producir el corte, voy a llamarlo P. Y, para estable-
cer que voy a conservar el sistema de relaciones que hay entre la parte de
S arriba y la parte de abajo en la banda de Moebius, voy a indicar que este
punto (el superior) será el a, y este punto (el inferior) sérá el b. No sola-
Santa Fe A t mente esto, sino que voy a respetar el sentido o la orientación. Para ello,
entonces, voy a ponerles flechas para abajo y flechas para arriba. De esta
manera, voy a saber no solamente lo que voy a tener que unir (a con a y b
y con b), sino que tendré que hacer coincidir las flechas.
¿cómo se concibe, en topología, el corte y la sutura posterior?>
P~a hacerlo más fácilmente transmisibl~, imagipemos que ten~mos
un microscopio que produjera un aumento infinitamente grande -instru-
mentO' que, obviamente, no existe- y pusiéramos bajo su lente una líneJl.

¡~. Veríamos una sucesión de puntos (los puntos que la componen), "pega-
dos" unos con otros a una dist;ncia que podr.íamos calificar de "infinita-
mente próxima": Si cortáramos ·siguiendo la líne~, dividiríamos los puo.-
tos <representados por círculos) por la mit~¡d. Una vez producido el corte,
t~~..e~ta estructur.a: ·
La metáfora se desarrolla en la página 24 del libro citado.
Tomei Jo desarrolla en las páginas 26 y 26. Tomei aborda el problema en las páginas 50 a 54.

~o ~41
..,¿

a a
p p
b b
Debería ahora unir estos extremos de manera tal que se produjera otra
banda de Moebius, o sea, la misma estructura que la anterior pero ocupan-
do otra posición en el espacio. ¿cómo se hace? En el libro de Tomei, son las
famosas "carpitas" .8 Voy a hacer como dos carpitas, y voy a unirlas. ¿cómo
Entonces, "cortar y suturar" supone concebir que cada punto producto de la voy a unirlas? No hay que saber nada, es automático: "a" con "a" y"b" con
sutura tenga distinta estructura que el punto producto del cruce de dos líneas. "b", respetando la orientación que cada una de ellas posee.
En el caso de "cortar y suturar" cada punto producto de la sutura, por ley, va a Noten que deshice la semitorsión de la banda de Moebius, pero ahora
ser igual a un punto. En el caso del punto producido por el cruce de dos líneas, voy a recuperarla mediante la sutura. Pero si deshice la semitorsión de la
este será igual al conjunto de dos puntos (todos los puntos formados por la lí- banda de Moebius, es obvio que tengo "a" de este lado y "b" del otro, es
nea de penetración de un plano en otro funcionan de igual manera). decir, me quedan cruzados. Entonces, ¿cómo voy a hacer? Voy a unir "a"
Esta diferencia es la clave para comprender qué es un "punto fuera de lí- con "a" aunque dichos puntos estén cruzados. Y el problema que tengo, en
nea". consecuencia, es la imposibilidad material para unir "b" con "b".
Entonces, tracé por dónde voy a realizar el corte7 , y establecí que este cor- Repito: tendría que unir los extremos de tal manera que ambas super-
taría a la línea media de la banda de Moebius en el punto "P". Asimismo, ficies se autopenetrasen, o sea que "b" pase a través de "a" y que "a" pase
llamé "a" a un punto cualquiera por encima de "P", y llamé "b" a un pun- a través de "b"; pero su realización material es imposible. Lo único que
to cualquiera por debajo de "P". Y esto, con el objetivo de volver a pegar la podemos hacer es un pequeño truquito para simular eso, que consiste en
banda de Moebius con la misma semitorsión. Y, además, indiqué (me va a ser cortar un pedacito de acá para dar la idea de penetración, y unir "b" con
necesario por el tipo de corte que voy a realizar) el sentido o la orientación, "b" por la mitad de esa línea, aprovechando así el corte que hice en la lí-
mediante flechas, que cada uno de sus segmentos tenía. nea A. Con lo cual, acá tendría que quedarme un "cono en ocho".
Entonces, voy a cortar. Obviamente, por la distorsión que el aplanado de
la línea genera después de su corte, van a quedarnos unas letras escritas de
una lado y otras escritas del otro. Pero, ¿se acuerdan de que habíamos dicho
liUe la banda de Moebius hay que pensarla como una superficie sin espesor?
Por In t.anto, es bidimensional. Quiere decir que tiene una dimensión así [alto]
.V 11 nu md 1ancho 1, y ninguna así [espesor]. Si no hay espesor, los puntos~"
.V "h" tiMcritoA de este lado están también del otro porque son el mismo pun-
t.u. ~;Mto HO vería mejor si, en vez de trabajar con tiras de papel, lo hiciéramos p
l~Ufl t.~int.as de nylon transparente -sería, intuitivamente más fácil. Para sal-
var m~te inconveniente, conviene "pasar" las letras y las flechas, y escribir-
(~:~~.¡ entonces también del otro lado.
Si "presento" la cinta sin semitorsión, me encuentro con que me queda-
r·on las letras "cruzadas":

Jo:n lo que sigue, se hace referencia a la figura 1 realizada previamente en este mismo capítu-
lo. Jo:l desarrollo puede seguirse en el libro de Tomei desde la página 55. Allí se presenta la ex-
periencia como el corte de una banda de Moebius y su posterior sutura, con el objetivo de ha- P. 58 y 118.
cerla ocupar otro lugar en el espacio, aunque sin perder su condición de banda de Moebius.
24a
242
,..¿

Separemos, de la banda de Moebius, el cono en ocho. ¿Lo analizamos? 9 Se U na vez que obtengo esto, voy a marcarla por la mitad para facilitar la
caracteriza por el hecho que una superficie está atravesando o penetrando realización material del modelo (en topología, decir esto no significa nada
la otra, y viceversa. Con lo cual, el corte y la unión suponen una línea de pe- porque los tamaños no cumplen ninguna función), y por esa "mitad" voy

--l
netración compuesta por puntos que, en realidad, son cada uno un conjun- a realizar otro corte.
to de dos puntos.
Esto vale para todos los puntos, menos para el punto "P", ya que el punto
"P" (que es por donde el corte dividió la línea media) se restablece como tal; pt..-----:
y al restablecerse como tal, tiene otra estructura, ya que el punto "P" es un
punto cuya estructura es ser un punto. Por lo tanto, y aunque parezca men-
tira, el punto "P" está fuera de la línea de penetración. Al establecer otro corte, tengo que proceder de la misma manera. Voy
El punto "P" tiene una estructura diferente a todos los puntos que com- a tener un punto sobre la línea media (que será el punto "Q", el que fal-
ponen la línea de penetración, porque es un punto de la línea media de la ta en Lacan), y dos nuevos puntos que llamaré "e" y "d" (que tomarán la
banda de Moebius (línea que, como tal, está hecha por una serie de puntos). misma función que en el corte anterior le dimos a los puntos "a" y "b").
Se produce así un fenómeno notable: el punto "P", que es el punto final de También pondré las flechas y pasaré todo al otro lado del papel.
la línea, tiene una estructura radicalmente distinta a todos los otros puntos
que componen dicha línea, y por eso se lo puede considerar -aunque intuiti-
vamente es el último punto de la línea- estando por fuera de esa línea.
Ahora vamos a realizar otra experiencia con la banda de Moebius que es pro-
ducir una banda de Moebius cuya estructura sea autopenetrarse completamente
por su línea media. 10 En general, todos los lacanianos solemos decir, siguiendo a
Laca.n, que el cross-cap es el producto de la unión de una esfera agujereada y una
{ + l
No hay que angustiarse... Si uno se angustia con esto, tiene que revisar
si puede ser analista o no ... El asunto es saber cómo hacer para volver a ar-
banda de Moebius. Y bien, eso es falso. Es el producto de la unión de una esfera marlo después. No hagamos como los chicos cuando desarman los relojes ...
agujereada y una banda de Moebius autoatravesada por su línea media. Si uste- Con las indicaciones que hicimos sobre los modelos no tendríamos proble-
des logran decir esa frase completa, ya tienen toda la pista de cómo concebir tal mas en rearmarlos fácilmente. A pesar de toda la crítica que Lacan le hizo
superficie. Que yo sepa, en Laca.n nunca está dicho. Lacan nunca dijo "autope- a Freud, siempre le respetó que hubiera trabajado como un buen arqueó-
netrada por su línea media". Quizá era obvio, y él sabía tanto de topología que logo porque, si bien no entendió del todo lo que descubrió, al menos dejó
no hacía falta decirlo. No sé, muchos libros de topología lo dicen explícitamen- siempre muy bien marcado dónde encontró cada cosa y qué posición rela-
te, algunos libros de topología no. Así que conviene que estemos muy atentos a tiva tenía. Ustedes saben que el desastre del antropólogo se produce cuan-
esta cuestión porque, si bien no cae la articulación por dicho motivo, empiezan do va al yacimiento, encuentra todo, lo limpia y lo pone en una estantería.
o uparecer problemas que aumentan la distancia entre las lecturas de Lacan y Luego de eso, resulta imposible reestablecer cómo vivía esa gente.
uno; porque si uno no salva esa distancia, cae en el "no entiendo nada". Entonces, tenemos ahora esto: las dos partes en que ha q~edado divi-
Voy a hacer lo mismo que antes, voy a marcar los puntos en cualquier lu~ dida la cinta, con el punto "P" para arriba. Vamos a llamar a esta sección
düla banda: el punto "P", el "a" y el "b". Marco la orientación con las flechas. ''N.' y a esta, "B".
p p
1,u ego deshago la semitorsión. Para seguir trabajando tranquilamente voy a pa-
oo l..c ~»Te-
liar las letras "a" y "b", las flechas de orientación y el punto "P" del otro lado.
He quitado la semitorsión de la banda de Moebius, pero he dejado todas las indi-
caciones necesarias para volver a unirla respetando su estructura. Voy a trans-
A B
formarla en una banda de Moebius (es decir, mantendré su estructura), pero
outoatravesada por su línea media, es decir, con otra posición en el espacio.

Tomei también analiza la estructura del "cono en ocho". Para volverlo más intuitivo, echa
" 1 "C
..¡ 1"
mano a BU hormiguita "extra plana", entre las páginas 63 y 66.
10
F.n nueatra obra de referencia, la experiencia se inicia en la página 66-67 y se extiende has- Q Q
ta la74.

!1.&1\
244
~

Y de lo que se tratará es de volver a armar la banda de Moebius autoa- Quedaron, entonces, dos conos en ocho: uno arriba y otro abajo.
travesando una mitad con la otra mitad, cosa que es materialmente impo- Tengamos en cuenta que el corte que se podría hacer en un cross-cap
sible por la densidad de los puntos materiales que impiden la realización intentando extraer al punto "P" o al punto "Q" (ahí, de vuelta, el corte
de la operatoria topológica, donde un punto vaya a la posición que tiene revela la estructura), no revelaría la misma estructura si lo hiciésemos en
otro y viceversa simultáneamente. otra sección del cross-cap.
Vamos a hacer un corte por la línea media de cada una de las secciones, Y, más todavía, porque si al cross-cap se le quitase este punto "Q" (y
hasta la mitad. Primero en la sección "A:'. Podemos cortar la mitad infe- supongan que designamos punto "P" al superior y punto "Q" al inferior,
rior. En la sección "B" podemos cortar la otra parte, la superior. que es como regularmente se lo hace), todo el cross-cap quedaría como esta
Luego los encajamos, haciendo un símil como si los hubiésemos autoa- banda de Moebius (la autoatravesada por su línea media), si aceptásemos
travesado. En realidad, lo que estaríamos queriendo representar es esta deformarla y extenderla (eso es más difícil de hacer, pero topológicamen-
relación que es imposible de ser realizada materialmente. Ahora bien, con te, es posible). Nosotros estamos trabajando con superficies que cambian
esto todavía no tendríamos la banda de Moebius. ¿Qué nos faltaría, ade- en su estructura según el corte y la unión, pero no por deformación conti-
más? Tenemos que deshacer los cortes realizados. Para deshacer los cortes nua. Si esto fuese un material elástico de 5 centímetros, y si yo estirara y
realizados, hay que volver a pegar las cosas como estaban. Y efectivamen- estirara hasta que tuviese cuarenta centímetros, no hubiésemos realiza-
te lo puedo hacer debido a que aquí tengo "b" con la flecha que me indica do ninguna transformación topológica.
HU dirección, y aquí otra vez "b" con su correspondiente flecha. Entonces, El cross-cap es la superficie resultante de la unión de dos elementos he-
los uno, voy a recuperar la continuidad que había entre ellos, y me queda terogéneos. Observen que uno de ellos -la esfera agujereada- es sumergi-
bien. Con las otras letras, se trata de hacer exactamente lo mismo. ble en el espacio tridimensional; mientras que el otro -la banda de Moebius
¿Queda claro que es imposible de realizar semejante operación en el espa- autoatravesada por su línea media-, no. Ahí tenemos una pista de su hete-
cio tridimensional? Una banda de Moebius autoatravesada por su línea me- rogeneidad radical.
dia es imposible de ser sumergida en el espacio tridimensional, pero con este Estudiemos a continuación cómo funciona la superficie producida por
truquito hicimos algo parecido que sirve a nuestra intuición para pensarlo. la unión. Vamos a recurrir a la "hormiguita ultraplana". Supongan que
Obviamente, en la penetración por su línea media y, si respetamos es- la hormiguita ultraplana estuviese adentro de la semiesfera agujereada,
tas posiciones que habíamos indicado, se produce la unión, no ha habido que, topológicamente, es exactamente igual que un vaso, ¿no? Supongan
transformación alguna: las cosas quedan exactamente igual en cuanto a que viniese caminando por una pared del lado de adentro lejos de la línea
lu estructura moebiana. de autopenetración. Seguiría caminando por dentro -aquí no habría in-
Dado que hemos deshecho las dos operaciones de corte y que esos cortes convenientes-.
pasaban por la línea media, evidentemente se nos ha producido, por una Ahora bien, si ella se encontrara caminando sobre una de las paredes del
parte, una línea media autoatravesada (cuyos puntos son, en realidad, un lado interno, al llegar a la línea de penetración pasaría a estar caminando
eonjunto de dos puntos, como ya lo señalamos previamente) y dos puntos por el lado de afuera, puesto que ha pasado por un punto que, en realidad,
fuera de línea (ya que el punto "Q", que está aquí, y el "P" que está aquí, es el conjunto de dos puntos. Por lo tanto, el eros s-cap resulta _s.er una su-
11
fue un punto y quedó un punto). ~ perficie cerrada que pone en continuidad el interior con el exterior.
12
- p ___-,------¡.. p Para nosotros, esta situación espacial es clave. Nos ofrece la única sa-
-~--0--j lida que tenemos para atender pacientes: por tratarse de una superficie
a b
"cerrada" nos proporciona una forma muy clara de dar cuenta espacial-
mente de la condición particular, del caso por caso.
Si no consideramos "cerrada" a la superficie que se corresponde con la
subjetividad, es imposible pensarla como particular. Ahora bien, icuidado!,
ya que también tiene que estar "cerrada", y tener en continuidad el dentro
y el fuera; si la consideráramos "cerrada como una esfera" no habría for-
1
L. e e \
-----d-- -
_.-
d
11
12
Y, por lo tunt.o, t.umbión es unilátera.
Cerradn y unliAwrn.

24.7 :1
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1
ma de concebir allí al inconsciente tal como lo propone Lacan: ~Li.!l~QP.!J­
"
Si para Lacan este corte da la estructura del fantasma, no cabe la me-
nor du<táae·que'hay qiie escríbir1o '(al r&nta8rrili) así: ..
ciente como el discurso del Otro _(necesariamente se nos transformaría en
un inconsciente de tripas, como manantial del cuerpo, tal como teoriza al- .

ffi 0
gunas veces Freud). Si decimos que el inconsciente opera desde adentro
pero es el discurso del Otro, todo el tiempo se nos plantea el problemá,!le (S
cómo se realiza esa incorporación de lo Otro que opera desde dentro, pero ;

que está instalado fue:ra. El cross-cap es la solución. •


Entonces, hace falta que sea una superficie cerrada pero considerai1,2o,
como dice La,can en ''Posición del inconsciente'', que por el sésamo del i~­
--=----==--
consciente la única forma de entrar es golpeando desde el interior, y se 1<;¡- a)
gra que se abra desde el interior si uno sabe operar. ~3
Hay que pensar en la lógica del "cieqe". Así podría entenderse la direc-
ción de la propuesta de Lacan sobre este tema. El sujeto con el que noso-
tros operamos, ~ujeto del inconsciente, es un suje~g ~Ji.~~Je.,a.pJij<f!~l
4
Aquí el rombo indica el procedimiento de corte.
cierre, es un sujeto de cíerre; pero esta idea va a hacerles obstáculo a todos Nosotros articulamos bastante la banda de Moebius al sujeto del incons-
aquellos de ustedes que practiquen un psicoanálisis orientado a la evitación ciente. Pero aquí tenemos una nueva articulación, a saber, cómo se inscri-
del cierre. No sé por qué sería tan "lacaniano" eso de que la cosa no cierre... be en ef fantasma. El que se trate de una banda de Moebius imposible de
Hay algunas contradicciones que debemos despejar. Hay como un pánico de ser sumergida en el espacio tridimensional, 14 lo que indica bien por qué
cerrar, ya se estableció como doxa que el "inconsciente es metonimia" y que Lacan habla del "representante de la representación, el sujeto primordial-
He trata de abrir, no de cerrar. Así es que nuestra práctica tiende a alentar mente reprimido", porque en realidad está indicando dónde se va a inscri-
la metonimia de la asociación libre; y creemos que cuanto más libre, mejor. bir en esta lógica algo de la índole de lo imposible.
El problema que se establece allí es que no hay cierre, y, no habiéndolo, les Entonces, sujeto del inconscien1¡¡!, rom.l>~{Q._<:,<Lr.tel y objeto a.
advierto que es imposible la interpretación y el verdadero acto. EsteQ}>j~tQ.il, el que está aquí separado del sujeto _por un corte, nos exi-
La auténtica práctica del analista consiste en establecer el cjerre. Ya he- ge concebir una doble división. Por un lado, vamos a tener la división en
mos trabajado bastante sobre esto. Y se trata de establecer el cierre porque Juego en la alineación: &sujeto nace dividido, fenoménicamente habtando
la apertura del inconsciente -es decir, que el inconsciente se ponga a hablar~ entre S 1 y S 2; estructu'i-almente hablando~ entre ser y sentido. Lo q~e re-
se produce cuando logramos, por la vía de la interpretación, que cierre ~n presenta en el cross-cap, la banda de Moebius autoatravesada, es el sujeto
forma de bucle; y que este bucle, a su vez, no forme parte de una serie infi- nacido como dividido, o sea, como no-yo, como no soy o sin-.s'Emtido. ·
nita de bucles que no van a ningún lado, sino que produzcan el cierre do~le ~que habia,uga, ~pda división que S~ propone con el CO~te asÍ
en el toro, que permita medio-decir lo QU& Q.ueg!l así entornado... planteado. Se trata de 1ª división ~:ntte el sujeto ;>: e~ objeto p~~~o, que
El cross-cap como estructura de la realidad para nosotros es excelente no es de la misma índole que la primera. •
para dar cuenta y concebir estas propieda~es. Primero, porque nos br}n- ~ Habitualmente, los psicoanalistas iacanianos tendemos a ponerlas en
da un apoyo para pensar efectivamente una estructura de la realidad par- continuidad, como si se tratara de lo mismo. En el primer caso, de lo que
ticular, puesto que realiza una superficie cerra1a. Pero, segundo,_~~n con- se trata es del nacer dividido, que se pone de manifiesto en el mito de La-
siderándola cerrada, ataca radicalmentela lógica del individuo puesto QJ.le can sobre la laminilla. 15 Allí (estamos a la altura del Seminario 11), éf ar-
pone en continuidad el interior y el exterior. ticula la muerte como una condición real de nuestra especie, y "entonces.
Ahora bien, dentro de este análisis qu~ les propongo, restan los puntos podríamos pensar como condición de vida perder la laminilla: Lacan da un
"P" y "Q", que nos van a exigir aún Üna reflexión más, porque se compor-
tan de unamanera absolutamente anómal_a. .
,. La imposibilidad de la sumergibilidad radica en el autoatravesamiento por la línea me-
dia.
1
' Jó:111Al párrafo debe ser leído con relación a los desarrollos del capítulo IV «Crítica de la no- 15 El trabajo de Lacan sobre el mito de la "laminilla" (larrtelle) se puede revisar en el Semi-
ción do inconsciente .. del presente volumen. Allí se discuten extensamente los párrafos nario 11, clase 15, o también en su escrito «Posición d~l inconsciente.,, páginas 824 y ss.
c!nrro•pondientes al escrito de referencia. de la versión castellana.

la4H 249
paso más, muy interesante, y dice que lo que realmente perdemos al nacer
"'
como sujeto estaría representado como el corte que revela la estructura; y
es la vida in.isma, o sea, que lo que perdemos es la posibilidad de ser seres el sujeto diVidid~, como 1~l"oaridá de Moebius autoiitravesada pór s\i"'íltea
inmortale~. 16 Ai proponer <<alienación», Lacan introduce la idea de nac;r media con dos puntos de imposjbl!!. lEstá claro hasta aquí? · •
dividido ..Y nacer dividido no quiere'" decir estar compuesto p~r par~es qi!_e Nuevamente, el procedimiento de siempre: armo una banda. Señalo en ella
no se llevan bie:p.. N o se trata de eso, sino de un factor letal. el punto P que coincidirá con la intersección del corte que voy a realizar y la
Pero, además, Lacan también articula -y esta es la següriéta división a la línea media de la banda. También señalo las secciones "a" y "b" a ambos lados
que quería hacer.referencia- que en el "advenimiento de la condición.,sub- de la línea de corte. Finalmente, paso los puntos del otro lado de la banda.
jetiva hay algo de la índole de la pérdidadeJi).go asocia.Qle (no por estrÚc-
tura, pero sí imaginariamente) al cuerpo. Con lo cual, el sujeto nace divi-
dido también en el sentido de haber perdiélo el obj~to. Pero cuidado, que a.
esta altura de su producción, ya no se trata del objeto como el "objeto na-
tural" perdido por efecto. de la cultura. En ciertas oportunidades, Lacan
designa a esta modalidad del objeto "objeto caído". ..
En Lacan, a partir del Seminario 11 al menos,_el objeto p~r,d.il!.q.~sla
parte de mí; y la parte de mí, la más esencialmente vital, no el comp1e-
mento sexÚal. E.u_t,g,dq_,_caJ!o, lo que t.acaP dice~.~Q.~.i,s­ ~1~ ;¡~
eenario provee del engaño por el cual busco en el otro sexo la parte p~r­
.
dida de mí. Por eso es muy interesante que siempre en el vínculo sexual,
cada uno ae los partenaires se vincula al cuerpo del otro con una muy
- ~

franca selección de una parte, parte producida indudablemente porfe-


t.ichismo (por esto mismo tenemos el gran problema de si el fetichismo
~-------:------- ~ 21
PH una verdadera perversión). E13-ª ro~;niobra de fetichizar una parte del Tomei, que escribe para nosotros y aclara nuestros problemas, nos quie-
cuerpo del otro resulta más fácil para las mujer~s que para los hombres re indicar algo que es sumamente interesante. 17 Va a producir otro modelo
(por eso a los hombres a veces nos pasa que el objeto no está tan unifi- de una banda de Moebius autoatravesada por su línea media, establecien-
cado como para la mujer). do un punto Q acá (en la mitad de la tira de papel sobre la línea media).
t Entonces, se trata de dos divisiones, la división enjueg<l !lquí (sujeto barra- Ahora bien, tenemos entonces que deshacer el producto del corte. Usare-
do) y la división inscripta por toda ra lógica de la estructura ae la fórmqla. mos de nuevo nuestro artificio y cortaremos sobre la línea media, hasta el
Demos lln P.~~- r~ernn¡¡.el sujeto dividi1o, ,SO!~ (o rombo), el oh; punto Q (este es un falso corte, porque es la forma de representar intuiti-
jeto que Vlene eñlugar de aquel objeto perdid9,_que es parte d~í, y ql}e en- vamente la autopenetración).
tonces también implica división del sujeto. Com_o ~o.n~~,.W,S,;xi.Pe }Q ~er­ Finalmente, tenemos que juntar "a" con "a" y "b" con "b".
dido, entonces será el rombo mismo lo que inscriba el objeto a, causa del de-
Heo, y el objeto p -que está inscripto en la fórmula del fantasma- ser@-t~- ~ ~
dos aquellos objetos concebibles como deseados en la escena hum~a. N o a ,b

He tratará necesariamente de un objeto tridimensional (el que va muy bieñ 1 :>


1
,.:::=-===-z
1
1=-¡"Q
puru la operatoria tridimensional es el que está atrapado en la lógica de la u''-'
1 1
pulsi6nl. Este, más bien, es _perfectamente bidimensional, ya que participa 1

de um.t estructuración de la escena como libreto. Este objeto, el objeto a de Q


lu fónnula, sería equivalente a la semiesfera a~jereadq: el objeto a. causa /
a /
del deseo como aquella parte de sí perdida en el advenimiento de mí mis~o hl p a_ a__ IJ~ /b
--~- b

1
" '~u o Lucan un la clase 15 del Seminario 11 califique a la laminilla de "extra-plana", es decir,
~~umo bidimtlnsional, permite pensar en la imposibilidad de sumergirla en tres dimensiones.
~:n In rni11ma chll!e, afirma directamente que su caractm·IHticu 4111 ludo "nn oxist.ir". 17 Se trata del mnd1•lo d1• la ptí¡;¡inu 78, que hace hincapié en la estf!-lctura del punto Q. li
1

~ftO 1¡·
21\1 ,1
Tomei nos dice18 que si nosotros le pedimos a una hormiguita ultrapla- la_..~í~ea medi~_EO.r donde se _pro~_qj()~J corte..q~e luego del autoatraves~
na que recorra lo que sería el equivalente a un corte en la banda -pode- nilento se convertirá en "punto fuera de línea". ¿Queda claro que no pue-
mos pintarlo-, y luego deshacemos del siguiente modo esto que hicimos de haber "punto fuera de línea" si no se trata de una banda de Moebius
y volvemos a nuestra banda de Moebius, ¿observan lo que ocurre? Pene- autoatravesad~? - •
tró la superficie. Ni siquiera podría haberlo en el "cono en ocho". Esto también está in-
¿Por dónde? Por el punto P o el Q según la circunstancia. dicado muy bien por Tomei. 19 Es muy común que Lacan hable del "cono en
Es un caso distinto, porque en el caso de la autopenetración lo que ha- ocho" para referirse a la parte de arriba del cross-cap. Pero no aclara esta
cíamos era que la hormiguita pasara del interior al exterior, pero no atra- salvedad: el cono en ocho no tiene "punto fuera de línea".
vesaba la superficie. Mediante el punto P y el Q, lo que se produce es el Entonces, de todas l~ propiedades que hemos establecido para la estruc-
atravesamiento de la superficie. O sea, observen ustedes que se comportan turación normal (según norma) de la realidad para el sujeto humano habláñ-
de una manera que introducen en el cross-cap una anomalía. ünafcómo Ta concibe Lacan, es decir que sea cerrada y en continuidad in"'te-
A esa anomalía es a lo que Lacan designa como "extracción del obje- rior-exteri_9r, que sea imposible de ser sumergida en la realidad tridimensio-
to a". nal, además tiene que haber funcionado en ella un "punto fuera de líneá".
¡. ~esumamos }~ 'll:l,e hemos..e!~~~ea,:~o ~~t"~ a9.uí. Un punto de lo más intuitivo (¿recuerdan lo que dijimos del quinto poslu-
El cross-CQj) tiene la propiedad de ser una supetftcie cerrada y uniláte- lado? Si bien era de los más intuitivos, a pesar de eso su formalización traía
ra. Allí articulamos la condición particular. "' un problema) tal que a nosotros nos cuesta creer que en realidad no partici-
Pero l:!.~U vez el cross-cap, como estructurad~)~ r~_ali~~. ~~- SO!Ill,>.U.~s,1o. pe de la línea. Ese obstáculo, esa ruptura en la estructura de la articulación
Tercero, es interesantísimo que nuestro modelo de la estructura de la de las dos intuiciones, podría ser una forma de pensar el "punto fuera de lí-
realidad sea imposible de ser sumergido en la realidad. De hecho, esa'es nea", verdadera manifestación del objeto a en la realidad.
la clave del asunto._ ¿Entienden lo que estoy diciendo? Que si entendieroñ Lo que mejor nos enseña el crosf!-cap, al menos de las cosas que yo apren-
11 n caso, van muertos porque la estructuración de la realidad tal como se dí estudiándolo, es que más allá de la condición neurótica, más allá del fin
rnunifiesta en el caso siempre implica, en su estructura, algo de lo imposi- de análisis, siempre resta como parte integrante de la estructuración nor-
ble de ser sumergido en la "realidad". ma1 de la realidad humana un punto anómalo. ~n.lps casos de psicosis, po-
Y, cuart~, aun en esa_forma de estructurwse la realidad siempre h2,r dríamos probar la idea de si no se trata de que ese punto no est( bajo la
al menos un punto que funciona anómalameQ.te, siempre tiene que hab~r forma de la ausencia del funcionamiento de lo imposible para el sujeto. •
algo que funcione como un "fuera de línea" ;_J>or lo tan!o, no puede haber Obviamente, si ese punto no está, no se ha producido la extracción del
armonía, paz, felicidad, cura, que implique la erradicación de este punto objeto a. J:Iay testimoni()s de ~~re~er gue, a mijuic~o! in~ican es!o: la no-
unómalo. Es interesantísimo. .. operancía del "punto fuera de línea" en su realidad. Según él dice, como
I<:s claro que yo tengo un problema gravísimo que es que yo no pue- será la mujer de Dios y su cuerpo comenzó a ser transformado en cuerpo
do d11r cuenta de que, en realidad, son dos puntos fuera de línea. Lacan de mujer, su texto es un testimonio público. O sea, él le habla al Otro, es-
todo el tiempo habla de uno y obviamente son dos, porque si no, no cierra pecialmente al Otro de la ciencia. Para Schreber era muy importante el
tJl modelo. Me parece que Lacan no terminó de leer que es una banda de ~-­ problema de cómo el Otro leería su libro. Con lo cual, si bien no es tan dia-
Mucbius autoatravesada la que requiere del cierre. Es un error muy co- léctico como los textos de Freud, es dialéctico (su libro, no los fenómenos
mún, yo lo sostuve durante años ... que le acaecen). El fenómeno psicótico está cerrado a la composición dialé-
Tomei lo aclara muy bien, está en los libros, pero él lo aclara muy bien. ctica, pero no el testimonio: muchos psicóticos van y tocan el timbre a al-
Vule la pena dedicarle todo un verano a Tomei: tranquilos, lápiz, papel, ti- guien para hablar de lo que les pasa porque necesitan hablar de ello, pero
jet"U, cinta autoadhesiva ... Porque requiere de cinco o seis lecturas. eso no quiere decir que se dialectiza el fenómeno. Y como él sí publicó su
-~~1 ·:P_\!ntq ftJer~ de l(nea" está estudiadísimo por Lacan y siempre lo testimonio (y no es chiste porque hasta operó sobre la forma en que la so-
urticuló a la extracción del objeto a como imposible. Pero~ el "punto fuera ciedad evaluó su padecer mediante un juicio para recuperar su estado ci-
do línea" no puede ser producido si no es por..lUl!;l, bªndl:!: de Moebius au- vil perdido en el juicio de insanía que se le había hecho) supone, y supone
toatravesada, porque.~ "pt1ntofuera de lín~a" e~und_E}st_inodelpunto d~ bien, que si alguien lee de un hombre que "se está convirtiendo en la mu-
!
11
F,n ht11 páginas 80 a 82. ,. Desde la página 8a 8 Hl) 11(1 IIKLudiun cortes parciales que incluyen,al "cono en ocho".

:.tlS:.t 2&3
jer de Dios", podría tratarse del producto de la exageración de un creyen- Bueno, ya es tardísimo y yo había planeado concluir este trabajo me-
te homosexual, o sea, una persona muy homosexual y muy religiosa. Es a diante una cita.
partir de ese cálculo, que advierte que ese no puede ser el caso de él por- En vez de leérsela yo, háganlo ustedes. Es el «Medio pollo>>, un cuento
que, primero, nunca vaciló su condición sexuada -se trata de un hombre popular (me parece más bien hispano que francés). Lacan hace referencia
de cincuenta años-; y, segundo, porque nunca se preguntó por la existen- a la historia en el Seminario 17.20 Está publicada en el número 21 de «Re-
cia de Dios. ferencias de la Obra de Lacan». Aquí ponen cuatro versiones de la histo-
Lo que llama la atención en estos dos puntos es la ausencia de "punto ria del medio pollo, y hay una que es argentina. Está muy indicado en el
fuera de línea". iHay que decir a los cincuenta años "Nunca vacilé"! Ha- cuento cómo Lacan articula la estructura de la realidad del sujeto huma-
bitualmente, estamos llenos de esas preguntas, basta que alguien tenga no hablante. ¿conocen la historia del medio pollo?
un problema con alguna mujer, o no pueda mantener la erección en deter- Bueno, cuando la lean ...
minada escena para que aparezca: "iNo seré medio maricón?" ... Basta un
accidente, una situación difícil en la vida, para que advenga la pregunta
por la existencia de Dios. Nos pasa todo el tiempo.
Schreber testimonia que no le vacila, pero miren en qué punto no le va-
ciló. No está hablando de que no le vaciló su decisión de ser abogado. Pero
que a una persona de cincuenta años no le haya vacilado nunca la identi-
ficación sexual y la creencia en la divinidad ...
¿Qué quiere decir que nunca le vaciló? Mi impresión es Q.~~ no esta-
ba extraído el objeto a, o sea, la inscripciÓn de su falta. Y, concomitante-
mente, nunca se le manifestó la anomalía en la estructm'a de su realidad,
Psa que a nosotros se nos manifiesta casi permanentemente. Ya hablamos
bastante del déja vu, no me van a negar ustedes que es un punto de friin:
ca 1mormalidad en la realidad. Es una falla en la estructura de la realidad.
Hupongan que alguno de ustedes tuviera un déja vu ahora, en este preci-
Ho instante. Para esa persona que estuviera este viernes 27 de octubre de
~000, a las 15:13 horas escuchando esta misma clase, a esta misma altu-
m de la clase, sentado en la misma silla, esa vivencia sería francamente la
í'videncia de lo imposible como invertido en el sentido de "Me está pasan-
do lo que es imposible que suceda".
Nuestra forma de concebir la realidad incorpora ese punto. Es un mo-
dt•lo sumamente adecuado porque indica la normalidad de su constitu-
dón, e impone en la misma normalidad la necesaria existencia de un pun- ~·
t.o anómalo. Lacan lo trabaja mucho con el objeto a escópico, en el Semi-
nario 11. ¿No les llamó siempre la atención que lo que daba como objeto
t'Heópico siempre tenía estructura como de un punto de falla, de llamar la
ntt•nción medio anómalamente? ¿vieron los ejemplos que da Lacan? Don-
de u no creía que había una mancha, era un ojo; en donde se produce esa
inversión de que de pronto una mancha te mira. En los casos clínicos se
vol'itica bastante que el objeto escópico aparece como una falla en la reali- 20
Exactamente en la clase 4 titulada «Verdad, hermana de goce••, en la página 58 de la edi-
clud. ~~Raes la presencia de la extracción del objeto a, porque se manifiesta ción de Paidós. También en la clase del12 de mayo de 1971 en el Seminario XVIII. Final·
on un punto de falla, en un punto anómalo de la estructura normalmente mente, existe una referencia escrita en «El atolondradicho,, página 25 de la edición es·
paño la en la revista Escansión de Ed. Paidós. En todas est~as referencias, el matiz central
constituida. gsa aparición, aunque anómala, responde a una legalidad. consiste en poner de manifiesto la doble división del sujeto en psicoanálisis.

:.!~4 255
Bibliografía
COMPLEMENTO,
J. Lacan [Escritos 2], De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psico- TEORÍA DEL VALOR EN PSICOANÁLISIS,
sis. (p. 535). La cita corresponde a la nota al pie agregada por Lacan en 1966, que en la
edición española es la número 17, y en francés en Écrits en la nota 1 de la (p. 535). Édi- LA BOTELLA DE KLEIN
tions du Seuil.
lbíd.
111
lbíd.
IV Jbíd.
V Jbfd.
VI Jb{d. pp. 535 Y 536.
VIl Jbíd.

Para el desarrollo de hoy, les propongo la siguiente idea: a partir del Se-
11
.Lt
minario 11, Lacan comenzó a trabajar alrededor de un tema que su ense-
ñanza no había terminado de establecer hasta ese momento, a saber, la iden-
tificación del sujeto al objeto, y ya no al significante o a la imagen del seme-
jante. Y es como consecuencia de este recorrido que la teoría se encuentra
con una nueva forma de concebir el valor. Esta novedosa manera de conce-
bir el valor contrasta notablemente con cierta tendencia social, conceptua-
lizada hace muchos años por Nietzsche bajo el nombre de «nihilismo»: la
pérdida de los valores en el Occidente moderno. Hoy día, podríamos decir
que la única manera de establecer valor es por medio del dólar.
Lacan propone otro sistema para trabajar la noción de valor, aunque
le lleva bastantes años completarlo. Inicia el trabajo en el Seminario 11,
lo refuerza con su recorrido sobre la botella de Klein (articulada en el Se-
minario XII), para terminar de establecerlo en el Seminario 17. Recién
allí logra completar la condensación de todo este proceso, cuando propo-
ne la noción de «plus de goce», que surge como una transformación de la
plusvalía de Marx: ese plus es mensurable en Marx, pero al convertirlo en
<<plus de goce» se pierde toda posibilidad de hallarlo numerado, cuantifi-
cado. El plus de goce no es transmisible, compartible, ni comparable. En-
~ tonces, aunque se llame <<plus de goce>>, ese plus nunca será un plus res-
pecto de una cifra, carecerá absolutamente de la posibilidad de ser pasa-
do a cifra. Lacan plantea que, a lo sumo, puede llegar a ser descifrado. Ese
proceso es el que vamos a abordar, y lo haremos circunscrito al modo en
que Lacan da en torno a él una primera vuelta, o sea, el sujeto humano en
tanto que objeto de valor.
IJ) Puesto que la enseñanza de Lacan es una enseñanza viva, su interés por
ciertos temas es recurrente. Es por eso por lo que no vamos a negar que, por
ejemplo, ya había hecho la introducción en el psicoanálisis de la noción de
ágalma, que es la noción de valor mítico para la Grecia antigua. Una noción
tal estaba ausente en el psicoanálisis. En la ob:ta de Freud, estaba presente

2~6 257
otro modo de concebir el valor bajo la forma del «valor fálico>>, y de ahí que lisis». Pero el otro nombre, que tuvo varias fórmulas, hubiera sido «El ser
toda pérdida de objetos valiosos era castración. Lacan reformula esta cues- del sujeto»: en qué consiste, en qué radica lo que un sujeto es.
tión, porque no acepta que el valor esté situado solamente en la dialéctica En la reseña2 que Lacan presentara en la Universidad una vez conclui-
fálica. Esta crítica es compartida con otros autores. do el Seminario XII, puede leerse en el primer párrafo:
En su primer abordaje del problema, a la altura del Seminario 8 1 , cuando
trabaja la transferencia se ve llevado a pensar de otra forma el valor, articu- "El problema situado en el centro cabe en estos términos: ... "1
lándolo con una referencia histórica: el ágalma. El ágalma es un objeto de
valor, y es importante que Lacan lo tome de Grecia ya que es el primer pue- Cuando Lacan habla de lo que está situado "en el centro", se refiere al
blo en la historia que acuñó moneda. Al acuñar moneda, el valor pasa muy centro de lo que considera los problemas cruciales para el psicoanálisis, tí-
rápidamente a la escala de medida. Cuando no hay moneda, la medida de va- tulo que finalmente llevó el Seminario XII. Entonces, lo que está en el cen-
lor queda mucho más relativizada. Por ejemplo, tres carneros gordos, muy tro de tales problemas queda ubicado como lo siguiente:
saludables pero viejos, suponiendo que la operación comercial consistiera en
"... el ser del sujeto, a donde nos llevaba el aguij6n de nuestras referencias
cambiarlos por su equivalente en vacas, ¿a cuántas vacas corresponderían?
anteriores" u.
Es muy dificil resolver el problema. Deberían juntarse cinco o seis hombres
a discutir, hasta que todos se pongan de acuerdo. Ahora bien, si hay moneda,
En el centro de los problemas cruciales para el psicoanálisis, se encuen-
todo se resuelve mucho más sencillamente. Curiosamente, la cultura grie-
tra la pregunta por "¿qué es el sujeto?", "¿qué constituye su ser?"
ga hizo convivir ambos sistemas de valor, el de la moneda y el de los objetos
Veamos, ahora, el último párrafo de la reseña. Es un hermoso texto, ver-
agálmata, aunque estos últimos surgieron en la época premonetaria.
daderamente recomendable.
Un ágalma es siempre un objeto irremplazable por su valor (los casos
típicos son los trípodes, los escudos, las espadas y los premios recibidos por "La dive bouteille3 es la botella de Klein. No por quererlo puede cualquie-
los competidores en una olimpíada). Si alguien ganaba una olimpíada, ese ra hacer salir de su cuello lo que está en su doblez. Y es que así se constru-
premio podía ser un trípode de oro, pero debemos entender claramente que ye el soporte del ser del sujeto" m.
dicho ganador no lo sustituiría por la misma cantidad de peso en oro ni por
un porcentaje mayor, ya que inscribe el honor de haber ganado la olimpía- Tal vez, este último párrafo resulte algo más complicado. Aún no abor-
da; es decir, son las coordenadas simbólicas las que brindan valor al objeto, damos la botella de Klein, pero hacia allí vamos. ¿Queda claro que Lacan
y dentro de ellas también opera la tradición mítica. dice que el soporte del ser del sujeto debe ser pensado mediante la botella
El ejemplo que toma Lacan es especialmente importante porque es el de de Klein?
El Banquete platónico donde, para colmo, el ágalma es presentado como in-
cluido dentro de un estuche rústico desagradable (el sileno). Con esta refe-
rencia, Lacan propone salir del problema de la belleza tomando este ejemplo 2
Lacan dictó su seminario entre 1964 y 1968 en la École Pratique de Hautes Études, en
en el que lo valioso -según dice Alcibíades- está escondido en una caja des- la que fue nombrado ''encargado de conferencias" a instancias de Louis Althusser. Pues-
agradable (la apariencia de Sócrates). He ahí la entrada de un objeto de~­ to que el seminario fue incluido en el cronograma de actividades, débió presentar por es-
crito una reseña anual de cada seminario para ser publicada en el Anuario de la École.
lor que no es "de cambio", que está por fuera de toda dialéctica de la belleza En español, publicadas por Ed. Manantial en 1988, disponemos de las reseñas de los se-
o de cualquier otro ideal social. Lamentablemente, a esa altura de su ense- minarios conocidos como «Los cuatro conceptos fundamentales», «Problemas cruciales
ñanza, Lacan todavía no había propuesto cómo incluirlo en la práctica ana- para el psicoanálisis,, «El objeto en psicoanálisis,, «La lógica del fantasma" y «El acto
lítica, es decir, no pudo terminar de localizar el ágalma en la transferencia. psicoanalftico». También existe una reseña del seminario sobre «La ética del psicoanáli-
sis•• que, en realidad, son notas en borrador halladas accidentalmente, con correcciones
Lo resolverá recién en el Seminario XII. realizadas por Lacan. En francés, las correspondientes al período de la École de Haute•
Este Seminario XII, según cuenta la historia, tuvo dos nombres. Lacan Études pueden hallarse en los Autres Écrits, publicados por la Ed. du Seuil, Paria, 2001.
vaciló entre dos nombres, y le dejó ,,Problemas cruciales para el psicoaná- 3
He preferido dejar esta expresión en francés, puesto que es una alusión literaria al poeta
Théophile Gautier <1811-1872) quien se refería de esta forma al vino. En la traducción
española de las Reseñas de Enseñanza, la expresión fue traducida como "la dioea bote•
Cf. J. Lacan, El Seminario, Libro 8, La Transferencia, op. cit., u1pecialment.e las clases Ha". Lacan insinúa que la botella de Klein es !al problema del ser del sujeto, lo que el vino
11 a XI. al alcohólico.

2~8 269
Podemos considerar esta posición como una segunda vuelta sobre el mente en su enseñanza, propone que aquello que articula la relación entre
tema puesto que, ya desde el inicio de su seminario, Lacan trabajó con el el objeto y el cuerpo, desde la perspectiva del sujeto, es el objeto. Lo propo-
modelo óptico intentando decir algo sobre este mismo asunto. Y su prime- ne colocando a las flores como objeto real y dejando al cuerpo como lo que se
ra operación, consistió en producir una sustitución respecto del modelo tal hará presente bajo la forma de una falsa ilusión. De esta forma, ya nos está
como era propuesto por la óptica: mientras que en el artículo de Bouasse presentando el problema acerca del "ser del sujeto": y es que el "ser del suje-
del que tomó el modelo, el florero -una botella- se ubicaba arriba y las flo- to" podría ser perfectamente su condición de objeto. Tal objeto consistirá en
res abajo; al presentarlo, invirtió los lugares, quedando el bouquet ridícu- la forma de concebir el valor, puesto que el valor que tendrá el sujeto estará
lamente "parado" en la parte superior. dado por su condición de objeto para otro, es decir que el valor que él tendrá
para sí mismo será en función de su condición de objeto. A esta altura, Lacan
afirma que esta valorización (derivada de su condición de objeto) será más
importante que las relaciones que el sujeto establezca con el ideal.
Les propongo un problema clínico en el que esta cuestión está sumamen-
te presente: la baja autoestima de nuestros pacientes. Hasta este momento,
nosotros concebíamos el problema de la baja o alta autoestima en relación
directa a la distancia con el ideal. La autoestima provenía, según Freud, di-
r~tamente de la distancia observada por el propio sujeto entre el yo real y el
yo ideal, distancia que podría ser leída en términos de valor como "no valgo
X
nada". Sin embargo, en la clínica recibimos pacientes con autoestima por el
piso que encarnan lugares que para ellos mismos son sumamente idealizados,
Para reflexionar sobre la sustitución, debemos aceptar que el florero por ejemplo, gerentes o empresarios ricos. La teoría freudiana en ese punto es
viene a representar al cuerpo y el bouquet al objeto. En su primera pre- insuficiente. Propondremos más adelante una solución por medio de la teoría
sentación, las flores consistirían en el objeto oral, el borde del agujero del del valor que introdujo Jacques Lacan en la teoría psicoanalítica.
florero sería la boca, y la superficie del florero el cuerpo. Podríamos afir- . Demos un paso más en la articulación y vayamos a la ultima clase del
mar que se trata de una manera de presentar el vínculo, primero, al ob- Seminario 11, que es el primero publicado de los Seminarios de Lacan, pu-
jeto oral. Lacan trabaja el modelo, dejando bien en claro que su resultado blicado en vida de él bajo la técnica propuesta por Jacques-Alain Miller, y
final se trata de una ilusión: uno queda tomado por la ilusión al transitar sometido a su control. Por ese motivo le daremos más trascendencia que la
ante la experiencia con determinadas luces y a ciertas distancias, de ma- habitual al título de la clase 20, que se llama «En ti más que tú». 4
nera tal que aparezca la imagen real del objeto que está escondido (en este La frase tiene cierta lógica que se relaciona estrechamente con lo que
caso, las flores). ¿se preguntaron alguna vez por qué la óptica no propo- venimos discutiendo. i-Iay algo en ti -podríamos decir, algo que está antes-
ne la experiencia sin el florero? La ilusión sería muy débil, menos creíble. más que tú, distinto que tú. O sea, lo que hay en vos, no sos vos: algo de lo
Sin embargo, al incluir un objeto real -el florero-, la visión queda cap~ que hay en vos, no sos vos. Y, a continuación del título, aparece un peque-
rada de mejor manera y produce la unión de los elementos. ño poema que es mucho más lindo en francés. En castellano, agregándole
La conclusión de Lacan radica en proponer que es aquello que funcio- paréntesis, se lee así:
ne como objeto real de la experiencia lo que afianza la ilusión. Y a partir
de esta tesis, se puede entender mejor por qué produjo la inversión en los Te amo,
elementos de la experiencia. No es el cuerpo (florero que, luego de la in- Pero (porque, inexplicablemente,
versión, quedará escondido debajo, en la caja), sino el objeto -el bouquet- Amo en ti algo
lo que da consistencia a la ilusión. Esta idea es exactamente opuesta al ac- más que tú
tual punto de vista más extendido entre los psicoanalistas lacanianos, los el objeto a minúscula),
que parten del cuerpo y su goce.
4
Por ejemplo, a nivel oral, ¿cómo entender esta idea, sino como que el cuer- Para más datos acerca de la téctúca de publicació~ del seminario, cf. Miller, Jacques-Alain. (1999)
po se arma en torno al pecho? Es lo que decla Freud. Lacan, muy temprana- [El establecimiento ele "El Seminario" de Jacques Lacan ], Bs. As. : Editorial Tres Hachee. Se
trata de uno cmtrwitlt.ll rtlf.llizada por Fran100is Ansermet ~ publicada originalmente en 1986.

!JRCl :J61
Te mutilo. 5 Agregar el espejo plano es una necesidad propia del mundo humano, pues-
to que es por la mediación de este espejo -entendido como el Otro- que el
Si le sacamos los paréntesis agregados: te amo pero te mutilo. sujeto recupera la ilusión a la que no puede acceder en forma directa debi-
Si seguimos la lectura tradicional, habría que afirmar que el pecho es do a la posición del ojo en el esquema. En el caso de los animales de las es-
parte del cuerpo del niño, y, entonces, a cualquiera de nosotros nos es con- pecies superiores, el engaño del instinto lo coloca ante el espejo esférico en
dición mutilar el cuerpo del otro amado. forma directa (como en el esquema óptico simplificado). Nosotros no accede-
Pero sigamos adelante. mos a la ilusión en forma directa: para nosotros está perdido el objeto como
captura instintiva. Es por eso por lo que Lacan, entonces, agrega el espejo
"La definición estructural más segura que se haya dado de la hipnosis es
plano. De esta forma, la imagen que produce el espejo esférico se reprodu-
ésta de la confusión, en un punto, del significante ideal desde donde se lo-
ce, pero como si estuviese simétricamente detrás del espejo plano (para el
caliza el sujeto con la a" VI.
animal se produce en el mismo lugar en que estaban las flores), quitándole
Hace aquí referencia al esquema de la masa propuesto por Freud. toda condición "real" a la imagen, que pasa a ser virtual. Lacan aclara que
el sujeto en tanto que cuerpo y sus objetos, visto así (como imagen virtual)
es como si estuviera siendo visto por alguien en esta posición detrás del es-
~~::::::._
_ _ _-_ _,Yo~-~
Ideal
del yo ~ '1
...... Objeto

',,
pejo plano que llama SV. Esta posición es designada como «ideal». 7
¿En qué radica la hipnosis? En la confusión de este punto ideal desde

r---===
l •
+
1
~ - -,-,: ;••A
------ .. ..V donde el sujeto se mira, con el objeto a. Vamos a trabajar sobre esta idea
Continúo con·la cita del Seminario 11:

~
1 •
!~ ~"' ,. "'
------ Objeto
Extenor "¿Y quién no sabe que el análisis se instituyó distinguiéndose de la hipno-
sis? Porque el mecanismo fundamental de la operación analítica es el man-
Entonces, Lacan sostiene que la definición estructural más segura que tenimiento de la distancia entre 1 y a,, vn.
se haya dado de la hipnosis es esta de la confusión en un punto del signifi-
cante ideal con el a. Nosotros podríamos situarlo en el esquema óptico am- En realidad, si bien es cierto que Freud construye, inventa el psicoanáli·
pliado, conocido como el esquema de los dos espejos6 • sis distinguiéndolo de la hipnosis, por carecer del concepto de objeto a tam·
bién produjo ahí una confusión: en la teoría se confunden el significante del
'' ideal con la condición de objeto. Lo que Lacan va a proponer ahora es dis·
••••.••· S;I ' ,
tinguirlos conceptualmente con el fin de separarlos en la práctica clínica.
'\
\
"Para darles fórmulas que sirvan de puntos de referencia, diré si la trans-
ferencia es aquello que de la pulsión aparta la demanda, el deseo del ana-
y lista es aquello que la vuelve a llevar a la pulsión" vw.
,
,
' ' ...
... .. , , Lacan afirma que la transferencia separa la demanda de la pulsión. Es
un párrafo dificil. Es bastante más claro si entendemos por ••transferen·
..... -
-------- ..... , ""'y·
cia>> la posición del neurótico en la neurosis de transferencia como diri-
.. Jet'aime, giéndose al sujeto supuesto saber.
Mais, paree qu'inexplicablement Despleguémoslo. Partimos del materna de la pulsión: sujeto barrado,
J'aime en toi quelque chose rombo, demanda [SO D]. Al comienzo del análisis de la posición neurótica,
plus que toi - el neurótico separa la demanda de la lógica de la pulsión en la que opera y
l'objet petit a,
Jete mutile».
11 7
Para los desarrollos que siguen en lo referente al modelo óptico en toduM •ue versiones, En realidad, deberfamos decir que por la prekncia del espejo plano se produce la inver-
cf. capitulo lil "Del sujeto como individuo" en •te libro. sión de la po•lción 11ujuto. {A. E. }.

262 289
le oferta al analista una relación en función de la demanda. El paciente se neamente, no se pueda trabajar para que se produzca, ni que haya comen-
posiciona a partir de un "Yo demando que usted me demande". Así plan- zado el análisis si se produjo.
teada la demanda es separada de la pulsión. Para Freud, lo activo, el mo- El párrafo concluye de esta forma:
tor de la experiencia analítica, era el amor: el paciente ama al analista y
toda demanda es demanda de amor. Es su forma de explicar el movimiento "El analista debe abandonar esa idealización para servir de soporte al "obje-
en el análisis. La posición del deseo del analista se podría proponer como to a" separador, en la medida en que su deseo le permite, mediante una hip-
"Eso que usted demanda, lo demanda porque participa de la lógica de la nosis a la inversa, encarnar al hipnotizado" Xl.
pulsión ". Como se ve, el deseo del analista es un concepto que Lacan acu-
ña para dar cuenta de lo específicamente activo en la experiencia analítica, Desarrollaremos esta idea a partir de la escena estándar del hipnotis-
pero diferenciándose tajantemente de la posición de Freud. mo.
Ahora bien, si hay demanda es porque en la demanda se supone «SU- Al hipnotizado dejémoslo en una de las dos posiciones requeridas por la
jeto supuesto saber». El analista podría preguntar "¿Por qué me dice esto escena, y situemos en la otra posición al hipnotizador. De este lado, el del
a mí?", y el paciente responder "Porque supongo que es usted quien me hipnotizador, Lacan deja tanto al "I" como al objeto a, si bien en forma algo
va a poder ayudar con esto". En estos términos, la cuestión no se presen- confusa. En la escena clásica de la hipnosis, el reloj, el péndulo, pero tam-
ta como motor del análisis, sino como la condición de la consulta; porque, bién cualquier tipo de objeto podría funcionar como a. Ahora bien, situe-
en esta posición, dicha persona no se podrá analizar: así se inicia el reco- mos al hipnotizador mismo como coincidiendo con el lugar de "I", recor-
rrido, pero requiere de una rectificación. Tal posición, establecida a partir dando que se trata de un lugar sostenido por una ilusión. (Si analizan pa-
del ••sujeto supuesto saber», tiende a velar la falta o falla en el Otro, que cientes hace ya un tiempo y alguna vez acertaron con una interpretación,
es justamente aquello que debe analizarse en la neurosis. Se sale de esta se habrán sorprendido del efecto de suposición de saber que tal interpre-
complicación por la vía del «deseo del psicoanalista». tación produjo, aun cuando sabían bien que la interpretación fue propues-
Esta lógica es la que permite afirmar que (en la cita sobre la que esta- ta a partir de ningún saber. Ahí se nota muy clara la ilusión de quien se ha
mos reflexionando), cuando Lacan dice "transferencia", se refiere específi- dejado "ilusionar").
camente a esta vertiente: la que articula al sujeto neurótico en los albores Pero, así planteadas las cosas, Lacan afirma que la función del analis-
de cada análisis con el sujeto supuesto saber. ta implica también un posicionamiento inverso: que el hipnotizado sena
Lacan continúa en la oración siguiente: el analista y que es en el nivel del analizante donde se confunden "!" ma-
yúscula y el objeto a.
"Para darles fórmulas que sirvan de puntos de referencia, diré -si la trans- "El analista debe abandonar esa idealización" quiere decir que él debe
ferencia es aquello que de la pulsión aparta la demanda, el deseo del ana- salir del lugar idealizado para servir de soporte del objeto a separador. Y ea
lista es aquello que la vuelve a llevar a la pulsión. Y por esta vía, aísla el aquí donde introduce "su deseo", el deseo del psicoanalista. Dice que ese
objeto a... " IX deseo funciona como una "hipnosis a la inversa" que lo deja en la posición
del hipnotizado. Hace falta introducir teóricamente el deseo del psicoanalis-
Entonces, el objeto a es un producto de la operación que consiste en r'i!f ta, no solamente porque todo deseo sea deseo del Otro, sino porque el ana·
conducir la demanda -en la lógica que tiene- a la pulsión. lizante pasa -en términos de Lacan- a ser quien ocupa el lugar de objeto
a. Y si tenemos que definir la relación entre alguien (el analista) vinculado
"... lo sitúa a la mayor distancia posible del 1, que el analista es llamado con otro que ocupa la posición de objeto a (paciente, analizante), esa rela·
por el sujeto a encarnar" x. ción tiene que expresarse por medio de un "deseo". Esta lógica fundamen·
tala introducción del concepto de «deseo del psicoanalista».
Con esta frase, se arma bien el cuadro. Porque Lacan propone que ope- Sigue la cita de Lacan.
rando en forma contraria es como se logra despejar la función del objeto;
mientras que de este lado tenemos "1", que el analista está destinado a en- "Ir más allá del plano de la identificación es posible. Todo aquel que haya
carnar en la experiencia. Esa es la condición de ingreso. No se puede ini- vivido conmigo hasta el final la experiencia analítica, en el análisis didác·
ciar un análisis si el analista no queda posicionado en "1" ante el paciente, tico, sabe que lo que digo es cierto" XI~.
lo q'ue no quiere decir que en los casos que tal poaición no surge espontá-

'JRj 268
Lacan dice que es posible que alguien, un paciente, un analizante, vaya
debe tenerse en cuenta, lo dice a continuación en el seminario, que para La-
más allá del terreno de la idealización. Aunque en lo referente a las perso-
can todo análisis es análisis didáctico; por eso, para Lacan, quien termina un
nas que hayan hecho ese recorrido con Lacan, en calidad de analizantes su-
análisis es analista. El analista sería el único caso que tendríamos a mano
yos, no se conocen casos: todos los testimonios publicados de los pacientes
de sujetos que necesariamente hicieron todo el recorrido (esa es la condición
de Lacan no permiten considerar que hubieran superado la idealización de
del análisis de un analista: no saltearse ningún tramo del análisis). Ellos po-
Lacan. Obviamente, esto no alcanza para decir que sea imposible.
drían testimoniar de este estado del sujeto que, habiendo atravesado el mar-
co del fantasma, se encuentra ante esa relación original con la pulsión.
"Más allá de la función del "a" la curva vuelve a cerrarse, en lo que al fi-
nal de análisis se refiere, donde nunca se dice" Xlii.
"No hay más que un psicoanálisis, el psicoanálisis didáctico -lo cual quiere de-
cir, un psicoanálisis que le ha dado la vuelta a ese bucle [en español, dice "lazo",
La traducción no es clara. En francés dice así: · pero ya hablamos de este problema] hasta el final. El bucle tiene que ser reco-
rrido varias veces. En efecto, la única manero de dar cuenta del término durchar-
"Más allá de la función del a la curva vuelve a cerrarse donde nunca se dice beiten, de la necesidad de elaboroción, es concibiendo cómo el bucle ha de ser re-
en lo que al final del análisis se refiere". 8 corrido más de una vez. No lo trotaré aquí porque seria introducir nuevas difi-
cultades, y tampoco puedo decirlo todo cuando estoy considerondo sólo los fun-
Entonces sí se produce un cierre, pero es allí donde nunca se dice. damentos del psicoanálisis.
El esquema que les dejo romo guía paro la experiencia y paro la lectura, indi-
"O sea que, después de la ubicación del sujeto respecto de "a", la experiencia ca que la tronsferencia se tjerce en el sentido de llevar la demanda a la identi-
del fantasma fundamental deviene la pulsión. ¿Qué deviene entonces quien ficación" XVI.
ha experimentado esa relación opaca con el origen, con la pulsión?" xn:
He aquí otra cita en la que es importante reafirmar que cuando Lacan
En estas líneas, Lacan extendió un paso la dirección de la cura pero, dice "transferencia" se refiere a la posición transferencia! del sujeto neuró-
lamentablemente, muchos psicoanalistas lacanianos no consideran esta tico y no a lo que se llama "transferencia" en el psicoanálisis lacaniano.
propuesta. Para la mayoría de los psicoanalistas lacanianos, la cura es- La identificación al analista como salida del análisis fue teorizada por un
tándar concluye con el atravesamiento del fantasma. Pero en el párra- grueso número de psicoanalistas post-freudianos; no es un invento de tontoa,
fo citado, Lacan afirma que después del fantasma sigue el trabajo con la es la lectura de los resultados de los análisis si no se pone a trabajar cierta
pulsión. Es probable que se obvie esta indicación porque se sigue pen- lógica ya que, efectivamente, estos análisis necesariamente terminan con la
sando que la pulsión es la energía que proviene del cuerpo, de las tripas, identificación al analista puesto que ahí se localiza el termino ideal.
que tiene que estar en el comienzo ... Lacan sostiene que el trabajo sobre Para Lacan, todo este circuito es anti-analítico. Pero a partir de los tes-
la pulsión es el último paso. Sin embargo, se pregunta qué deviene aque- timonios de los pacientes de Lacan, se podría llegar a pensar que teorizó
lla persona que hubiera terminado el recorrido. Se trata del más allá del algo que él, evidentemente, no pudo practicar plenamente.
análisis. Tendría que haber sujetos que, luego de haber atravesado tod~
experiencia, estén interesados en testimoniar. Pero debe tenerse en cuen- "Es posible atravesar el plano de la identificación, por medio de la sepa-
ta que tal testimonio caería fuera del análisis. El analista ahí desaparece ración del sujeto en la experiencia, porque el deseo del analista, que sigue
y, puesto que desaparece, no es el análisis el que puede decirlo. siendo una X, no tiende a la identificación sino en- el sentido exactamente
contrario. Así, se lleva la experiencia del sujeto al plano en el cual puede
"Actualmente sólo puede ser abordado a nivel del analista, en la medida presentificarse, de la realidad del inconsciente, la pulsión" XVII.
en que se le exige, precisamente, haber recorrido en su totalidad el ciclo de
la experiencia analítica" .U: Nuevamente, propone el trabajo sobre la pulsión en el fin de análisis.
No hay clínica en absoluto de eso. Y probablemente porque siempre se con-
Es importante el testimonio, son los casos más próximos a este final. Y cibe que el motor del movimiento, el manantial de la energía, la fuente de
la energía psíquica es la pulsión, que ~s el nexo del cuerpo con lo psíquico,
e "C'est au-dela de la fonction du a que la courbe 1111 ,..f•rm11, /e) mi """ n 'pst jamais dite, que eso está desde el origen y jamás podría ser el fin del análisis. A pesar
conrernant l'issue de l'analyse". de lo cual, para Lacan, es el fin del análisis. ,

:.!66 .:111'7
Revisemos ahora, los últimos párrafos del Seminario 11. El sintagma "deseo puro" proviene del imperativo categórico kantiano.
Lacan está afirmando que el deseo del analista no es un imperativo cate-
"Para nosotros es una posición insostenible [se refiere a la de Spinoza]. La ex- górico. Llegó la hora de que los psicoanalistas lacanianos nos demos cuen-
periencia muestra que Kant es más certero, y he demostrado que su teoría de la ta de esto: no hace falta arruinarle la vida al paciente para que se trate de
conciencia o, como él dice, la razón práctica, tiene consistencia sólo porque da un verdadero análisis ... No se trata de hacerlo responsable, ni conminarlo
una especificación a la ley moral. Esta ley moral, todo bien mirado, no es más a asumir su posición; y, en especial, no se trata de nada sacrificial.
que el deseo en estado puro [el imperativo categórico kantiano], el mismo que Ya que no se trata de algo así, veamos de qué se trata.
desemboca en el sacrificio, propiamente dicho, de todo objeto de amor en su hu-
mana ternura'' xvm. "Es el deseo de obtener la diferencia absoluta, la que interviene cuando el
sujeto, confrontado al significante primordial, accede por primera vez a
¿cómo se demuestra el funcionamiento del imperativo categórico? Su- la posición de sujeción a él. Sólo allí puede surgir la significación de un
pongan que yo les solicito a todos ustedes que, a la salida de esta clase, de- amor sin límites, por estar fuera de los límites de la ley, único lugar don-
jen una contribución económica para una sociedad de niños ciegos. Uno de de puede vivir" XXI.
ustedes sale primero y deja una moneda de un centavo. ¿se vería allí el fun-
cionamiento de un imperativo categórico? Obviamente, no se demostraría Para Lacan, en el comienzo de la vida, el sujeto queda localizado entre
lo categórico, lo impuesto para tal persona, porque sacarse un centavo de uno y cero, siendo uno el significante primordial y cero la falta en ser que
encima no demuestra mucho la imposición. Supongan que uno de ustedes el significante implica. Lo que Lacan propone es que en el final del trabajo
que tenía tan sólo un peso en el bolsillo -y que ese peso cubría el costo del del análisis -y ya arribados al terreno de la pulsión-, debe producirse la di-
transporte para volver a casa, a gran distancia de aquí- se levanta y deja el ferencia que existe entre el sujeto y aquel significante primordial.
peso como contribución. En tal caso, se demostraría que es categórico por- En el inicio, el sujeto evidentemente se identifica (si no se identificara,
que va más allá de los cálculos mezquinos del sujeto. Así, el sujeto queda no sería un sujeto). Si cada uno de nosotros, en el momento original, es-
víctima plena del imperativo. La condición para que el imperativo adven- tuviésemos sujetados sólo a cero, ninguno de nosotros sería nada, y, por lo
ga es que se ceda en algo valiosísimo para uno, si no, no se verifica. Se tra- tanto, seríamos todos iguales. Con lo cual, el sujeto queda entre una identi-
ta, entonces, del sacrificio. ficación (lo que él es) y lo que no es. Ahora bien, para Lacan, el fin del aná-
Supongan que entra un ladrón en un comercio en el que están ustedes. lisis supone encontrar la diferencia que existe entre el sujeto identificado
Roba, golpea y viola a las mujeres, pero se demora y llega la policía. ¿Lo a este significante y una diferencia absoluta que es la misma condición del
entregarían? Si lo hacen, ¿se verificaría el funcionamiento del imperativo? sujeto. Si se puede establecer esa diferencia, aparece el "amor sin límites".
Tampoco, pero si vuestro hijo fuese un criminal, ¿ustedes llamarían a la ¿Qué produciría, en cambio, el amor sin límites a la Constitución, a la ley?
policía para denunciarlo? El imperativo categórico conmina a que se lo de- Entregar a tu hijo. Pero hasta la ley contempla que nadie se vincule así con
nuncie -si no, sería imperativo conveniente-. Pero si el vecino es un inmi- la ley (llega a contemplar, incluso, el hecho de que nadie deba declarar con-
grante ilegal que hace asado y me llena de humo la casa todos los domin- tra sí mismo). La ley tiene un límite.
gos, yo lo denuncio. Pero a mi hijo, no. Entonces no es imperativo categó- ~'*' Eso es lo que está proponiendo Lacan: que de lo que·se trata en el fin
rico, sino nada más que un cálculo de conveniencia. de análisis es separar al sujeto de la función de la identificación primordial
produciendo la diferencia absoluta, ya que en la diferencia absoluta radi-
"Y lo digo muy claro -desemboca no sólo en el rechazo del objeto patológi- cará la posición del sujeto. Pero, cuidado, tampoco se trata de una posición
co, sino también en su sacrificio y su asesinato" xix. idéntica a cero, sino de restablecer el entre-uno-y-cero.
Quisiera revisar un problema más que quedó situado en el cambio de
Y luego afirma que es por eso que escribió «Kant con Sade»: por lo sádi- lugares entre hipnotizador e hipnotizado que Lacan propuso. Allí se nos
co del imperativo categórico. presente un problema, porque propone un vaivén de "!" y objeto a de am-
Para articular esto, vayamos al último párrafo del Seminario. bos lados. Lacan ya había elaborado una de las fórmulas de la división del
sujeto consistente en la puesta en relación del sujeto con el Otro9 , algo así
"EL deseo del analista no es un deseo puro" xx. (
9 Cf. (El S1minario, l.ihm XI, La Angustia. (clase 23/1/l963. (sin editar).

•J•Ut 269
lista. Y es por eso por lo que el analista debe sostener que eso se diga. Un
como si se preguntara "¿Qué del sujeto en el Otro?". Lo que se puede pre- post-freudiano hubiera dicho: "Es usted quien proyecta en mí el cansancio
sentar como una operación aritmética: una división del estilo "¿qué de 3 que ese tema le produce... ". Y Freud le hubiera dicho: "Yo no le dije que es-
en 12?". taba cansado de su tema, lo dijo usted; y si lo dijo usted es porque debe es-
A lli_ tar en usted y lo proyectó en mí... "
S A Lacan propone no trabajar así. Lacan propone -según yo lo entiendo-
trabajar un "Dígamelo". El analista padece de un embelesamiento por la
7 palabra del analizante. "Me importa poco que a usted le parezca aburrido,
cuéntemelo igual". O de otra forma: '~ mí me interesa que usted me diga
Lacan propone que esta cuenta se resuelve así: del lado del sujeto, que- esas cosas repetidas, tontas y fuera de lugar". Con lo cual, la ficción de la
da la barradura del Otro; del lado del Otro, la barradura del sujeto; y esta posición del analista es poner valor del lado de la palabra del otro.
operación deja un resto que es el objeto a.
Ahora bien, el objeto a, ¿de qué lado queda? A pesar de afirmar siem- Ahora sí, luego de esta larga introducción, de esta preparación del tema
pre que es del sujeto, debería quedar claro que es producto de la puesta en a través de todas estas cuestiones, introduciremos a continuación la refe-
relación de ambos. Es el resto de la operación, a partir de lo cual cabe afir- rencia a la botella de Klein, 10 inicialmente situada en el Seminario XII, en
mar que el objeto a no queda bien presentado como "mi tripa perdida", no la clase del 3 de febrero de 1965. Dicha clase comienza así. 11
es la placenta que se pierde en el parto ... Ese objeto, así planteado, tiene
una posición que no podría situarse como dentro de mí, y tampoco estaría "Quisiera que continuáramos avanzando hoy en lo que es el problema cru-
totalmente fuera de mí, sino entre sujeto y Otro. Y este vaivén hipnotiza- cial, nosotros buscamos proponer una forma y para decir la palabra preci-
do-hipnotizador se articula muy bien con una lógica planteada así. samente, una topología esencial de la praxis psicoanalítica... " xxu.
De hecho, suponer que Sócrates tenía esa cosa valiosa dentro de sí es
una completa estupidez, si uno olvida decir que eso era así "para Alcibía- Con Lacan, vamos a trabajar la topología de la praxis analítica. Si deci-
des". Pero si era "para Alcibíades", ¿está o no dentro de Sócrates? Podría- mos "topología", estamos haciendo una referencia explícita al modo en que
mos decir que no, que en esta lógica tendría que estar "entre" Alcibíades y vamos a concebir la lógica analítica: se tratará de estudiarla en su estructura
Sócrates aquello que Alcibíades encuentra "dentro" de Sócrates. espacial. Pero es importante tener en cuenta que esta propuesta, por ejem-
El hecho de que Lacan articule estos problemas con los de la pulsión plo, no se refiere a la posición escópica que tendemos a sostener en el aná-
al final del análisis indica, justamente, que se trata del sujeto en su esta- lisis, en la que se corta el contacto visual "cara a cara", disolviendo en gran
tuto de objeto. medida la idea de un "diálogo". Cómo se coloca el sillón del analista y el di-
Para el momento actual que vivimos, es muy importante reflexionar so- ván del paciente remite, más bien, a la conformación de otra escena. Lacan
bre esas cosas porque nos reconduce a una noción de valor muy cotidiana, quiere dar cuenta de la estructura lógica de la práctica analítica mediante
muy operable, que escapa al problema del nihilismo y la falta de valores la topología. Es una tarea dificil, y, tal vez por ello, echó mano al mismo re-
en Occidente. Esta lógica introduce una dimensión de valor que permite "\fí' curso que Spinoza en su more geométrico (en ese caso,.para dar cuenta de
orientarnos en la vida y salirnos del problema ideológico occidental. Esto la ética). Puesto que aquello de lo que se habla es dificil y oscuro; especial-
no tiene nada que ver con dólares: el valor del que se trata no es acumula- mente por lo novedoso, Lacan elige un modelo para que nos sea más intui-
ble, intercambiable ni comparable. . tivo (aunque sea un modelo muy poco intuitivo). Sigo con la cita:
Entonces, respecto a la inversión de los lugares, lo que Lacan sostiene
es que hay que recibir la demanda de análisis tal como si uno tuviese lo va- "Es a ese fin que ·reproduzco aquí esta forma de la botella de Klein" XXJII.
lioso en uno, pero poniendo a trabajar que para el analista lo valioso está
del otro lado. Y esto se presenta tanto para los que se analizan como para 10
Las propiedades topológicas de la botella de Klein son las siguientes:
los que son analistas. ¿Oyeron alguna vez esta frase de un paciente?: '~y, Número cromático: 6. Caras: l. Bordes: O. Abierta o cerrada: cerrada. No orientable. Nú-
mero de Euler: O. Sumergibilidad: no. Triangulabilidad: sí. Número de conectividad o dt
te voy a decir otra vez lo mismo... ". Cuando el paciente dice esto en voz alta,
Betti: 2.
¿cómo se entiende el problema? Considerando que hay, en la ficción de la 11
Traduzco directamente de la estenografia) disponible en www. ecole-lacapjenne. pttl
escena analítica, un objeto de deseo en e10 que u va a decir para el ana- bjbliotbeque.

IJ'71\ 271
Para pensar la praxis analítica en su estructura lógica, desde la perspec- Si estudiamos cómo quedan posicionados los extremos del cilindro se-
tiva en la que venimos hablando -la del deseo del analista produciendo la gún las flechas, nos encontraremos con un problema: ambos se nos presen-
diferencia absoluta del sujeto y su relación a la pulsión en el final del aná- tan con sentidos contrarios uno respecto del otro. Si yo tomara el cilindro
lisis-, Lacan recurrirá a la botella de Klein. y lo doblara enfrentando ambos extremos con la intención de pegarlos res-
Algo más adelante, en la misma clase del Seminario, la define de la si- petando el sentido de las flechas, la operación resultaría imposible porque
guiente manera:
las flechas siempre quedarían en oposición. N o hay giro posible que pueda
realizarse para solucionar la situación. Cabe aquí destacar que el efecto de
"Allí está el orden que ustedes deben sentir bien desde hace un momento -
"inversión", propuesto por Lacan a partir del abrazo de los dos toros, que-
pues ya ese término de a-cósmico lo he sacado de más de un horizonte- el
carácter no visto, profundamente antiintuitivo -como decía recientemente
da aquí planteado como una característica propia de la estructura topoló-
un matemático con el que trataba de poner en juego algún otro ejercicio- gica de la botella de Klein (tal vez sea esta una de las ventajas que moti-
[de] esas superficies "horribles de ver". Quiero decir que mi matemático, vó el pasaje desde los dos toros abrazados a la botella de Klein en los desa-
para resolver esos problemas de los que se trataba, se negaba enérgicamen- rrollos de Lacan entre los Seminarios IX y XII para dar cuenta de la prác-
te hasta a mirar del lado de la desembocadura de la botella, esta especie de tica psicoanalítica).
curiosa boca aculada en ella misma pero por el interior. .. " XXIV: Tenemos, entonces, situado el problema: un cilindro cuyos dos extre-
mos, para construir una botella de Klein, deben ser unidos según direccio-
Lacan propone que la botella de Klein consiste en una botella con una nes que se presentan en sentido contrario. Para resolver esta situación, La-
boca que se acula, pero por el interior. Partamos, entonces, del polígono can nos ha provisto de una pista al definir a la botella de Klein como for-
fundamental para la botella de Klein. 12 mada por una "boca aculada por el interior". Podríamos situar un nom-
.... bre para cada extremo del cilindro que, siguiendo las indicaciones de La-

__¡·
JI"'"
can, podrían ser "boca" para la parte anterior y "culo" 14 para la parte pos-
terior. Vale decir que debemos hacer coincidir la boca con el culo de la bo-
tella, pero por el interior de la misma. Para eso debemos realizar un corte
en su superficie, 15 creando una línea de autopenetración que Lacan desig-
.... na "círculo de reversión", que se caracteriza por ser ubicuo en la super-
JI"'"
ficie y que, obviamente, parece a simple vista circular; 16 porque la estofa
Deberíamos producir la unión de los bordes según el sentido indicado que se autoatraviesa es, precisamente, un cilindro y sus extremos son cir·
por las flechas. N o tendríamos problemas en unir el extremo superior con culares (aunque en topología la forma circular es despreciable, se trata, en
el inferior. Obtendríamos un cilindro. Hasta aquí, este proceso coincide con realidad, de una línea cerrada de Jordan).
el primer paso en la construcción de un toro (es por este motivo que algu- Ahora bien, es fundamental tener en cuenta que esta maniobra -que
nos topólogos denominan a la botella de Klein "toro no orientable"). 13 nosotros debemos realizar por estar manipulando una hoja transparen-

12
o o
Se sigue, a continuación, el modo de construcción de la botella .de Klein, tal como lo for-
mulara Lacan en la sesión del16 de diciembre de 1964 en su Seminario XII. Se deja aquí
y te de papel- es tan sólo una aproximación intuitiva que de ninguna ma·
nera se asemeja a la estructura de la botella de Klein. Nosotros corta-
mos una superficie para introducir la otra, pero, topológicamente, es ne·
cesario que este corte sea simultáneo en ambas superficies, es decir que

14
La cuarta acepción del Diccionario de la Real Academia Española propone justamento
constancia de que es la primera ocasión en la que Lacan introduce en el seminario a la para "culo": "extremidad inferior o posterior de algunas cosas. Culo del pepino, del va1111,
botella de Klein. de la botella" (Diccionario de la Real Academia Española, 2001, Edición electrónica un
13 www. rae. es).
La denominación "toro no orientable" puede hallarse en el libro de Fréchet y Ky Fan, Intro- 15
ducción a la topologia combinatoria, op. cit. , p. 38. Esta idea está asociada a que la botella de En el Seminario XII, sesión del16 de diciembre de 1964, Lacan explica que el lugar 1111
Klein, al igual que el toro, encierra un ag¡.Uero central. Por otra parte, y, a diferencia del toro, que se sitúa la abertura de autopenetración puede estar ocupado por "no importa qu•
por tratarse de una superficie unilátera y cerrada, es no-orientable e impoHihle de sumergir punto" de la superficie. --
en el espacio tridimensional. 16 Cf. El Seminario, Libro XII, sesión del 20 de enero de 1965 (s. e. ), en la que Lacan intro·
duce esta denominación.

272
27:1
una superficie corte a la otra a la misma vez que la otra corta a la prime-
ra. Esta operación es imposible de ser realizada en el espacio tridimen-
sional. En topología, la línea circular que determina la autopenetración
se denomina "línea de sección". A nivel de tal "línea de sección", cada
una de las caras de las superficies se atraviesan desconociendo a la otra.
Por lo tanto, en topología, se puede concebir que cada uno de los pun-
tos que compone la "línea de sección" participe de ambos planos o que
cada una penetre a la otra (aunque, hablando estrictamente, se desco-
nocen). Los matemáticos, si bien algo intuitivamente, ejemplifican esta ¿Les resulta muy dificil imaginarse que esta presentación, tomada del
lógica con el cruce de las calles: en una intersección de calles, circulando libro de Fréchet y Ky Fan, 19 corresponde al corte por el medio del modelo
por una de ellas puedo cruzar otra a la que desconozco. El punto que se clásico en que se presenta la botella de Klein? Cada parte del gráfico, a pri-
armaría con la intersección pertenece a ambas calles, aunque al cruzar- mera vista, corresponde a una banda de Moebius autoatravesada con sen-
lo por una, atravieso la otra y la desconozco. tido inverso, pero también a la mitad de una botella de Klein. Al coserlas
Esquemáticamente, se puede representar de la siguiente forma la auto- por su borde, adviene esa línea imposible de situar en el espacio tridimen-
penetración del cilindro: sional de la que hablábamos antes.
¿cuál es la virtud que tiene para nosotros, psicoanalistas lacanianos,
una superficie así?
N o perdamos de vista que el recurso a la botella de Klein está justificado
por Lacan como un intento de dar cuenta de la topología de la praxis psi-
coanalítica. Es por ello que, mediante la botella de Klein, deberíamos ser
capaces de escribir la relación entre dos sujetos tal como se presenta en la
praxis psicoanalítica. Y puesto que nosotros representamos con la banda de
La botella de Klein, por esta característica, se convierte en una superfi- Moebius al sujeto, nos viene muy bien una superficie que sea el producto de
cie imposible de sumergir en el espacio tridimensional: no hay objeto que la articulación, de la unión, de la costura, de dos bandas de Moebius.
en su condición de res extensa sea capaz de permanecer continuo al haber- Para pensar la relación entre sujeto y Otro, Lacan nos había propuesto, a
se cortado. Queda clara, entonces, la imposibilidad de su realización ma- la altura del Seminario IX, los dos toros entrelazados. Ese modelo permit(a
terial. Y he aquí otro guiño de Lacan: utilizar una superficie que nadie ja- ver bien que, mediante las vueltas de la demanda -entendida como genera·
más pueda encontrar en la "realidad" 17 tridimensional en la que estamos triz-, se podía constituir al toro sobre el cual estamos operando. Luego de
inmersos para dar cuenta del análisis. 18 agregar el toro complementario, cualquiera de tales vueltas de la demanda
Demos un paso más en la forma de concebir a la botella de Klein. Has- era absolutamente superponible, y, por lo tanto, equivalente a la vuelta en
ta ahora, la planteamos como el cierre de la superficie propuesta en el más del otro toro. Con lo cual, era un buen modelo para pensar las relacio·
polígono fundamental (que es lo que construimos primeramente) y tam- ~· nes entre demanda, deseo, sujeto y Otro. Sin embargo; a la hora de esta-
bién como un toro autoatravesado y cerrado del lado de adentro (siguien- blecer un modelo para dar cuenta de la relación analista-analizante, Lacan
do la denominación de "toro no-orientable"). Existe otro modo de con- propone que es mejor la botella de Klein. ¿A qué se debe este cambio?
cebirla a partir de dos bandas de Moebius de semitorsión opuesta y au- Lacan definió a la botella de Klein como una botella que se acula a la
toatravesadas, cosidas por el borde. Desarrollemos esta última forma de boca por el lado de dentro y se supone que así representa la topología de la
presentación. · praxis analítica. El objeto a, ¿dónde queda? Queda adentro pero no es de
ninguno de los dos términos que componen el modelo -la botella presenta
una línea imposible de ser concebida en la realidad-. Lacan define al objeto
17 Que el término "realidad" se lea aquí como un término de la lengua. Para su tratamien- a como "a-cósmico" en la clase del Seminario XII que veníamos trabeJan·
to conceptual en la teoría lacaninana revísense los capítulos XII, XIII y XIV del presen- do, o sea que es algo absolutamente imposible de ser localizada en el col·
te volumen.
18
O, como sosten la Freud, es imposible psicoanalizar {A. F.. f. 10
Op. dt. , fl¡ura 1\6 da la p. 41.

~74 ~71.\
mos de nuestro mundo. Tal vez, lo más interesante sea que el objeto a va a bajo el modo de "His majesty the baby" y nunca se le ocurrió la estupidez
quedar puesto dentro de la relación, como pasa entre todos nosotros. Tene- de proponer "I'm the majesty", que es el modelo con el que muchos psicoa-
mos ejemplos cotidianos cuando le decimos a alguno de los muchachos del nalistas trabajan el narcisismo con sus pacientes. De esta teoría del valor
barrio: "iAy! Te pusiste de novio justo con esa que es la más fea de todas!". se deduce que todos los pacientes que consultan buscando recuperar la au-
¿Es que el amor es ciego y estúpido, o es que el amante ve cosas que son, toestima, deben reconocer que, si bien tienen ese problema, ha fallado algo
en realidad, el producto de su unión con el objeto amado? del vínculo establecido con otro, siendo ese otro aquel que se brindó para
Esta botella imposible de realizar en la realidad ya nos está queriendo construir este espacio cerrado, que no tiene nada que ver con la autoesti-
decir algo: no se trata de un objeto intercambiable porque, si fuese algo lo- ma. La estima, el valor, no es "auto".
calizable en la realidad, se lo podría comprar y vender. Se trata de algo que Hay otro aporte del modelo de la botella de Klein respecto del modelo de
no se puede sumergir en el espacio tridimensional. El muchacho del barrio los toros abrazados. Siempre que cambiamos modelos referenciales tenemos
del que les hablaba antes, les diría: "Yo encontré en ella algo que no encon- que pensar qué ganamos, no debemos dejarnos llevar por Lacan cada año a
tré en ninguna otra mujer". ¿Qué será eso? Y quizás la respuesta más apro- otro modelo antes de haber elaborado las relaciones y las ganancias.
piada sea: "No sé. No sé lo que es, a veces me parece que es una cosa y des- En el modelo de los dos toros habíamos ubicado que una vuelta com-
pués me doy cuenta que no. A veces la veo igual que todas las otras pero fi- pleta en el circuito de la demanda sobre uno de los toros, era equivalente a
nalmente siempre pienso que no". Se trata de una noción de valor muy im- una vuelta en más en el circuito del otro toro; una lógica similar a la de la
portante. Comencemos a desplegarla porque supone un valor que no par- rotación de la tierra, la que requiere de trescientas sesenta y cinco revolu-
ticipa de las condiciones realísticas del objeto, como, por ejemplo, su belle- ciones sobre su eje más una revolución en torno al sol para cumplir el pe-
za (es justamente lo que está en juego en el trabajo del duelo). ríodo del año. Esa vuelta en más de este toro, o esa vuelta contada en me-
Podemos pensarlo con un ejemplo típico para las mujeres: supongan que nos de este otro toro, es equivalente a una vuelta de la demanda del segun-
están esperando un hijo y que, con lo avanzado de la técnica de hoy día, se do. Quiere decir que la vuelta de nuestro deseo -que en el toro supone una
descubre algún tipo de alteración. El niño no será perfectamente sano. De- articulación de ambas- no tiene que ver con el deseo de nuestros padres,
ciden seguir adelante y el niño nace. Pero supongan que una enfermera, sino con su demanda. Los toros abrazados nos hacen muy razonable esta
de esas, muy acostumbradas a las situaciones del hospital, les preguntara: teoría, la que nos permite suponer que "Algo habrán dicho la mamá o el
"lNo quiere que se lo cambie?". ¿Aceptaría la madre del ejemplo el cambia- papá de Freud, marcándolo de tal manera, que él interpretó mediante ese
zo? No. Pero, ¿por qué? Seguramente porque ese niño tiene un valor para deseo de saber sobre el psiquismo humano".
ella que resulta imposible localizar netamente en el niño algo a lo cual ten- Si este modelo, el de los dos toros abrazados, es tan bueno, ¿para qué pa·
demos a referirnos mediante la expresión "carne de mi carne". No está en sar al de la botella de Klein? Este último tiene la virtud de inscribir una in·
el niño, pero tampoco en la madre. Se trata de una noción distinta de valor, versión. ¿Recuerdan que no podíamos cerrar el cilindro de esta superficie
que se produce en un espacio topológico cerrado (con "cerrado" quiero de- porque las flechas se nos presentaban en sentido inverso? Debimos autope·
cir que nadie más entiende, nadie más lo ve). Es un valor que sólo concier- netrarlo para cerrarlo. Al autoatravesarlo, quedó compuesto por un circui-
ne a las personas implicadas en un vínculo de cierta índole, en el que están to de demandas, una pegada a la otra, todas con el mismo sentido. La vir-
tomadas en tanto sujetos del inconsciente (allí nos apoyamos en la noción~, tud de este modelo es que introduce una superficie cerrada, y la anterior (los
de la banda de Moebius), produciendo una superficie cerrada que definimos dos toros abrazados) no era una superficie cerrada. Ni siquiera era una su-
mediante la botella de Klein. Lacan propone que la práctica analítica pre- perficie, sino dos superficies cerradas y anudadas en un dispositivo armado
senta esta misma estructura, por lo que queda claro que hay un vaivén en por Lacan con fines ilustrativos. Obviamente, no es extemporáneo a nues-
lo referente al asunto del objeto: no está de un lado, ni del otro; no está en tras cuestiones, ya que trabajamos con el bucle de S 1- S 2 y la cadena signifi·
uno ni en otro aunque ostensiblemente opera en la relación. cante (los toros abrazados retoman el modelo de cadena significante, son es-
Por otra parte, esta forma de concebir el valor no supone para nada tra- labones de cadenas), pero no es una superficie normal. La virtud de la bote·
bajar el narcisismo. Es por medio del narcisismo que se elabora lo concer- lla de Klein consiste en ser una superficie normal que inscribe la inversión.
niente al valor de los sujetos en términos de autoestima. La propuesta de Nosotros debemos apoyarnos en eso para sostener que el deseo implica una
Lacan consiste en no sostener la creencia de que el valor está en sí. Freud inversión respecto de la demanda,-un cambio de sentido que el modelo de loa
introdujo una "complicada" teoría del narcisismo, pero siempre la planteó
dos toros abrazados no deja inscribir.

~76 277
tiva, damos cuenta de cómo la relación estrictamente humana de los seres
El mundo está muy escandalizado porque se verifica la inexistencia del humanos hablantes establece (en una lógica que escapa a la intuición es-
valor intrínseco de lo humano. La vida humana no tiene ningún valor, sal- pacial tridimensional) el hallazgo o la creación del objeto que condensa va-
vo en esta captura, o sea, para otra vida humana en la condición particu- lor. De forma tal que este se desplaza de uno hacia el otro de los partícipes,
lar. Y lo que trabaja el análisis como el punto más recóndito de lo analiza- haciendo de cada uno objeto y sujeto de la relación, sin que se pueda decir
ble es eso: el valor que cada persona implica, pero considerando que sólo lo cuál de ellos es el receptáculo y cuál el contenido (aunque sea "dentro" de
implica en su relación con otros; si no, no vale nada. la relación donde cada uno encuentre cierto modo de lo que buscaba).
Nosotros hemos descubierto que la vida humana hoy no tiene valor algu- Así, sin olvidar las zonas erógenas pulsionales, boca y ano, los cuerpos
no. El capitalismo quitó totalmente el valor a la vida humana. En la escla- en juego pasan a consistir solamente en una función de la relación que La-
vitud, la tenía porque se compraban las personas, y, si se compran y se ven- can designa "entre-dos", disolviéndose plenamente la función de la fuen-
den, tienen valor. En el capitalismo no tienen valor porque si mil obreros de te somática -al menos, en su consideración como órganos y tejidos-. Mo-
una fábrica hacen huelga la solución más económica es reemplazarlos y en tivo por el cual conviene no olvidar que quizá la zona erógena más impor-
el fin del conflicto matarlos a todos. A continuación, no habría más que pu- tante sea el "círculo de reversión", ubicuo en la superficie e imposible en
blicar un aviso diciendo que hay vacantes... Se contratan otros mil, y todo el espacio tridimensional. El objeto, a su vez, opera de una forma estric-
sigue igual. Si a esos mil el dueño de la fábrica los hubiera comprado, no los tamente "transicional" .20
mataría así porque sí. Al no tener la vida humana ningún valor y, además, La relación analítica, la transferencia y el deseo del psicoanalista son, de
al disolverse el tribunal del más allá, el problema que se plantea en Occi- esta forma, comprendidos sin necesidad de hacer uso más que de los térmi-
dente es dónde hallar valor. Y lo que los psicoanalistas planteamos es que nos en juego: <<Sujeto••, ,,Otro••, «demanda••, <<deseo•• y <<objeto a>>.
hay un valor que va más allá de las ideologías, que va más allá de las cultu-
ras: es el valor que alguna persona tiene para otra en cierto tipo de vínculo.
Si ese valor atraviesa todas las ideologías y atraviesa todas las culturas, es
el más importante, el más fundamental, el estructural.
Si aceptamos esta noción del valor, Lacan propone que es estrictamen-
te eso lo que debe ser puesto en análisis: el valor que el sujeto posee como
objeto, aquello que puede inscribir su valor particular. Para que ese valor
advenga en el análisis, el analista necesariamente tendrá que quedar en
posición deseante, si no ¿cómo se va a tensar en el vínculo con el analis-
ta ese otro vínculo a partir del cual el sujeto se inscribió como valor? Para
poder implementar esta estructura, es imperioso pensar la cura analítica
contando con el concepto <<deseo del analista••. La práctica analítica queda-
rá concebida espacialmente como una superficie cerrada. ¿Nunca les pasó
salir de sesión fulminados por algo que allí se produjo, ir a contárselo a un ,_-
tercero y que, a criterio de ese tercero, se trate de la estupidez o de la ba-
nalidad más grande del mundo? En general, la gente termina entendien-
do que no debe contar más nada de su análisis a terceros porque, eviden-
temente, por fuera de esta superficie cerrada las cosas que parecen valio-
sísimas resultan estúpidas.
A partir de considerar a la botella de Klein como el producto de la cos- 20 La referencia implícita a la noción de Winnicott fue numerosas veces reivindicada por La·
tura de dos bandas de Moebius y, además, no olvidando que tal producto can, especialmente en su carta del 5 de agosto de 1960 al psicoanalista inglés. Allí, entre
otras cuestiones, le escribió: "Y, sin embargo, cómo me siento sostenido y de acuerdo con
es una botella (que a diferencia de la botella del modelo óptico no funcio- sus investigaciones en su contenido y en su estilo. Ese 'objeto transicional' del que mottt~
na como un continente albergante de un contenido, de forma análoga al a los m(os todos sus méritos, nos indj.ca acaso el lugar donde se marco precozmente 11ta
modo en que se relacionan el cuerpo biológico y su complemento alimenti- distinción del deseo en relación a la necesidad". [Intrevenciones y Textos 1 (1988) Carta a
cio o sexual) imposible de producir o encontrar en ninguna realidad obje- Winnicott. (p. 84). 81. AM. : i'~ditorial Manantial.

279
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XI Ibíd.
XII Ibíd. ¿por qué topología? . 11
XJII Jbfd.
XIV Ibíd.

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XVII Ibíd. Del sujeto como individuo . 53
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XIX Ibfd.

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Crítica de la noción de inconsciente 67
XXI Ibíd.

xxn Lacan, Jacques (inédito) [El Seminario, Libro XII] (no itálicas)Problemas Cruciales para Acerca de la banda de Moebius . 85
el Psicoanálisis. (clase 3/2/1965). (sin datos).
XXJII[bfd.
XXIV Jbfd.
La banda de Moebius y una nueva concepción del sujeto. 105

Introducción del toro: una rectificación 123

El toro y el deseo. 133

Círculo pleno, círculo vacío 147

-,..., Los cortes del toro: demanda, 163

Los dos toros abrazados 183

La estructura de la realidad según el psicoanálisis . 201

La estructura de la realidad (11): el plano proyectivo 215

La estructura de la realidad (111): el cross-cap . 235

Complemento, Teoría del valor en.psicoanálisis, 257

La botella de Klein . 257


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'\.
Otras obras de Alfredo Eidelsztein
por el mismo sello editorial

El grafo del deseo

Las estructuras clínicas a partir de Lacan


0/rra en volúmenes

La pulsión respiratoria en psicoanálisis


Autor y compilador
Esta primera edición de La topología en la clínica psicoanalítica
se terminó de imprimir durante Marzo de 2006 en los Talleres Gráficos
"Planeta Offset", Saavedra 565, Ciudad de Buenos Aires, Argentina.

-
\\
""
Desde d comiepzo ~u enseñanza sistemá-
tica del psicoanálisis Lacan operó perma-
nentemente con la topología. En otras disci-
plinas afines al psicoanálisis otros autores
también procedieron a incorporar nociones
topológicas. Todo este movimiento se en-
cuentra asociado al estructuralismo y los
estudiosos de esta corriente sostienen que el
mismo ya ha concluido su período activo,
que su tiempo ha pasado.
(Será el uso de la topología, algo que se justi-
fica por las tendencias intelectuales de una
época? H.acan, al utilizar la topología, se
mantuvo '"a la moda"? La respuesta que se
sostiene en este volumen es negativa. De
hecho Lacan desarrolló la articulación entre
psicoanálisis y topología hasta casi el final de
su producción, muchos años después de "la
muerte del estructuralismo".
Alfredo Eidelsztein es psicoanalista; miembro (Existirá, entonces, otra explicación al cons-
de "Apertura Buenos Aires- Sociedad Psicoana- tante uso de la topología en psicoanálisis por
lítica" y Doctor de la Universidad de Buenos parte de Lacan? Algunos comentaristas de su
Aires, área Psicología. Sostiene desde hace más obra sostienen que existiría un gusto, un
, de 25 años y en fOrma ininterrumpida la prácti- amor, '"una transferencia" de Lacan por el
ca y la enseñanza del psicoanálisis, tanto en uso de las matemáticas; pero" esto no explica
.Atgentina, como en Brasil, Chile, Costa Rica y nada, ya que el mismo argumento se podría
México. Desde 1994 es responsable de cwsos utilizar para justificar su uso de la filosona, la
de postgrado y doctorado de la Facultad de lingüística, y hasta de la obra de Freud.
Psicología de la U.BA Este libro intenta demostrar que entre topo-
Es autor de Modelos CSifllelllllSy gntjos en la ense- logía ypsicoanálisis existe una afull~d "in-
ñanza tk Lacan, (Manantial, 1992, 2• ed. 1995); terna"; más aún, desarrolla extensamente la
Elgn(o tkl tinto, (Manantial, 1995, 2• ed. por idea que afirma que la clínica psicoanalítica
Letra Viva, 2005); lnáice tk definiciones y usos de cotidiana, si la misma busca sostenerse en la
tlrminos sobre estnu:IJtras cllnicas en la enseñanza de enseñanza de Lacan, requiere de la utiliza-
Lacan (Comp.), o.v.E. Ediciones, 2000); [..(1.S ción de la topología.
estnlcbtras cHnicas a partir tk Lacan, Vol. 1, (Letra En el proceso de justificación de tal posi-
Viva, 2001); La pulsión respiratoria en psicoanáli- ción, nociones tan fundamentales como in-
sis (Comp.), (Letra Viva, 2004). Próximamente consciente, sujeto, realidad, fantasma, obje-
y por esta misma casa editorial se publicará Las to a, pulsión, etc. son planteadas en esta
Estnlcbtras dfnicas apartir de Lacan, Vol. 11. obra de una forma nada convencional.

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