Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Amico Arellano Andrés (Reseña Colonial)
Amico Arellano Andrés (Reseña Colonial)
En dicho sentido, me parece que el artículo de French demuestra que este tipo de crítica sí
puede enriquecer el análisis literario, en este caso a los estudios coloniales, incorporando una
consideración particular sobre la naturaleza. Dicho aporte no solo consiste en un qué decir
acerca de la fauna, flora o las conductas ecológicas o anti ecológicas de la época, sino que se
suma a un conjunto de aproximaciones multidisciplinarias que enriquecen el estudio de los
textos literarios de este periodo. Para ello, es necesario considerar que los estudios de los
discursos coloniales no solo consideran su valor estrictamente estético o su carácter
puramente literario, sino que están inscritos en un periodo histórico particularmente complejo
que implica necesariamente reparar también en el aspecto pragmático de estas producciones.
Es decir, se debe considerar que muchos de estos textos, incluso algunos claramente
preocupados por su valor estético y literario, se produjeron tratando de insertarse en las
dinámicas de poder, validación, otorgamiento de mercedes, entre otros, en las que estaban
inscritos los sujetos de este periodo.
En esa línea, el artículo de French, por ejemplo, nos permite reparar en los discursos de
exaltación de la naturaleza americana (su flora, fauna, clima, etc.) que los criollos produjeron
en el siglo XVIII, ya sea en el campo de la historiografía o la literatura. A través de esta
posibilidad de enunciación, los criollos se dedicaron a exaltar la naturaleza americana
tratando de otorgarle cualidades positivas para la composición del ser humano en tanto ser
racional y civilizado. Esto tenía el claro objetivo de contrarrestar los argumentos utilizados
por los grupos de poder en la metrópoli que les negaban el acceso a puestos importantes en el
ámbito militar y eclesial al argumentar que el contacto prolongado con la naturaleza
americana producía una degradación en las facultades del hombre racional. De este modo,
podemos reconocer que dicha exaltación de la naturaleza no correspondía necesariamente a lo
que llamaríamos una conciencia de protección medioambiental en la actualidad, sino que se
insertaba en una serie de recursos que los criollos utilizaron para poder reafirmar su posición
en las dinámicas sociales de la época y obtener, de ese modo, una serie de prebendas.
En segundo lugar, según Cherly Glotfelty, una categoría que se revaloriza en el anáilisis
ecocrítico es la noción de lugar o espacio. En ese sentido, afirma que existen tres instancias
que se identifican con el desarrollo de este tipo de crítica: la primera se centra en cómo se
encuentra representada la naturaleza en la literatura, la segunda se enfoca en el canon de
textos desatendidos por la crítica que se vinculan a la naturaleza y, por último, una fase
teórica que se centra en indagar de qué modo los discursos literarios y culturales han definido
lo humano. Precisamente en esta última instancia, me parece, se inscribe el artículo de
French, pues cuestiona de manera enfática el binarismo que separa de manera radical al
sujeto del objeto. Esta ruptura, además de no concebirse del todo así en la época colonial, en
cuyo contexto, como ya se aludió, se establecía una influencia muy potente entre el entorno y
la constitución de los sujetos, refuerza estos binarismos muy propios del pensamiento
occidental.