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solicitante-diseñador
Estrategias y
Métodos de
Capacitación
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Clarificando roles: lo que debe
quedar en claro con el
solicitante
La propuesta de Blake, aporta dos roles muy claros al proceso de
diagnóstico:
“¿Qué hay que hacer para concluir la tarea de detección de las necesidades
de capacitación? Ordenar la información recogida para iniciar la etapa de
diseño de la propuesta educativa que las atenderá...” (Blake; 2006:103)
Si la persona que detecta las necesidades es la encargada de diseñar las
respuestas educativas, será suficiente con haber tomado notas pertinentes
de los puntos relevados. Si, por el contrario, es otra la persona encargada de
diseñar la respuesta educativa, sería oportuno ofrecer una orientación, para
realizar un adecuado registro que facilite transferir la información de
manera correcta.
Cuando un pedido está bien formulado, se torna más fácil satisfacerlo, por
lo cual hay que ayudar al solicitante a pedir bien.
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tareas o cualquier documento que contribuya a comprender “qué es lo que
la gente deberá hacer”.
Otro punto a tener en cuenta, es que el solicitante describa también las
actitudes que conforman el mejor entorno posible del desempeño de la
tarea. La identificación de los resultados esperados estará dada por la
capacidad de señalar los elementos de visualización de la conducta deseada.
Toda cultura se presenta ante una dicotomía, por un lado, resiste el hecho
de ser modificada, y, por otro lado, también aspira a ser modificada,
presentando cierta tolerancia, se impone ciertos límites de aceptación más
allá de los cuales se entran una zona crítica, de conflictos y de resistencias.
“Una “franja” de tolerancia al cambio. Esta será mayor en la zona donde se
encuentre insatisfacción, y menor en aquellas áreas en las que la gente está
conforme y compone su seguridad e identidad”. (Blake; 2006:110) Es
requerimiento primordial, que todo programa de capacitación sea creativo,
motivador, en función de propiciar un resultado exitoso. Teniendo en cuenta
a los destinatarios, aunque se sabe de antemano que cada persona tiene
apreciaciones o puntos de vista heterogéneos.
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“Debe preguntarse a cuántos alcanzará, en qué medida los alcanzará y cómo
los afectará. También se deberá pensar sobre la forma en que los diferentes
sectores o personas resultarán “favorecidos” o “desfavorecidos”, y esto
desde la perspectiva que ellos tienen del proyecto.” (Blake; 2006:111) En el
diseño del proyecto de capacitación, es necesario considerar todas estas
premisas, para lograr definir de manera clara y concisa, las acciones que
conforman los “objetivos operacionales”, que son los encargados de plasmar
qué es lo que esperamos que la gente haga con lo que aprende.
En los inicios de todo diseño, es difícil estipular con claridad lo que se desea,
pero lo que sí, se puede determinar con firmeza, es todo aquello que no se
requiere. Esta diferencia sustancial sirve de marco referencial para visualizar
estrategias que sean más viables y efectivas.
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Lo que hay que decirle al diseñador
La factibilidad operativa
El diseñador debe conocer cuáles son las expectativas que el solicitante tiene
y pretende observar como muestras de que el aprendizaje ha sucedido.
“…Lo que se debe dejar explicitado, es que si bien, la capacitación produce
resultados, el aprendizaje no será igual en todas las personas. Estas
desigualdades se manifestarán en dos dimensiones: en primer lugar, no
todos aprenderán absolutamente todo, y habrá diferencias de unos a otros
en lo que se aprendan. En segundo lugar, no todos lo harán
simultáneamente. Los resultados van surgiendo con el tiempo como parte
del proceso, de manera gradual, por lo que es importante saber
observarlos…” (Blake; 2006:123)
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Condiciones para la transferencia del aprendizaje a la tarea
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Referencias
Blake, Oscar J. (2008) Así aprendieron a trabajar. Cómo se construyó la capacitación
laboral en la Argentina. Granica, Buenos Aires. Primera edición.