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GESTIÓN PÚBLICA
ÍNDICE
OBJETIVOS ESPECIFICOS
INTRODUCCIÓN
Hablar del modernización del Estado es ello, pronto se convierte en una estrategia
hacer referencia a un proceso propio del que, si bien involucra una serie de actores,
Estado, no de Gobierno, es decir, va más allá deja fuera de la discusión, diseño e
de la agenda y del programa definido por la implementación a la ciudadanía y al poder
el Ejecutivo para un período determinado. legislativo.
1. ANTECEDENTES GENERALES
Desde comienzos de la década de los años ochenta es posible visualizar elementos que
configurarán posteriormente el proceso de modernización y cambios en el Estado (Raineri, 1998).
Estos aspectos constituyen la base de las complejidades que enfrenta el Estado en la actualidad, a
saber:
Así, en la década de los años noventa, una serie de iniciativas emprendidas por un conjunto de
jefes superiores de servicio marcan los primeros pasos de un proceso de modernización mayor,
que llevará transformará el Estado, con la finalidad siempre de dar respuesta al conjunto de
demandas que surgen desde la vuelta a la democracia. En términos simples, lo que buscaban era,
a través de la incorporación de distintas herramientas de management, alcanzar mayor eficacia en
sus distintos servicios.
El escenario que tenían frente a ellos daba cuenta de cuatro grandes problemas que enfrentaba la
administración pública en esos años (Tello, 2011): falta de coordinación intergubernamental,
escasa capacidad tecnológica, criterios organizacionales obsoletos y recursos humanos y
financieros reducidos.
Se planteaba que, bajo la premisa del modelo económico impuesto por el régimen anterior, el
mercado era el mejor asignador de recursos. Luego, para compensar esta asignación, se hacía del
todo necesario contar con un Estado que oriente su gestión hacia la ciudadanía, poniendo a las
personas como su centro, desde una mayor participación de la sociedad.
Es en ese momento que surge el concepto de modernización del Estado, proceso que involucraba,
en su esencia, reformas a todo el sistema político, iniciativas que permanecieran en el tiempo,
distintas a reformas de tipo administrativo, asociadas mayormente a la función ejecutiva y
administrativa. Siempre orientado a interés general, a hacer frente a demanda sociales, más que a
una demanda en particular, esto es, al bien común. De ahí que surjan posturas de rediseño
institucional con relativa fuerza.
Estos elementos dan cuenta de la complejidad que enfrenta la gestión pública y a los distintos
escenarios a los que debe hacer frente en todo este proceso. El conocer cada una de estas
particularidades y su funcionamiento en general, marcará la diferencia a la hora de contar con una
gestión exitosa en la organización o institución donde se desenvuelva.
Lo anterior, principalmente porque cada vez más las administraciones públicas han ido
complejizando su accionar con nuevas funciones, metas y objetivos determinando cambios
sustantivos y necesarios en su conformación, estructura, decisiones, entre otros elementos. Luego
una aproximación científica y organizacional es indispensable en este sentido. Esto, vendría a
justificar en sí mismo la necesidad de evolucionar del concepto de administración al concepto de
gestión ineludiblemente.
Ello, considerando por supuesto como premisa básica que la gestión pública integra en su ámbito
de acción el servicio público y toda la institucionalidad administrativa, considerando siempre este
como la organización administrativa del Gobierno, encargada de satisfacer necesidades colectivas,
de forma regular y continua (Barrientos, 1999).
Para Mariela Armijo (2002), la modernización del Estado debe ser entendida como un “cambio
metodológico y procedimental en el actual del Estado”, generando así un nuevo paradigma, un
nuevo modelo de gestión al servicio de las personas, siempre orientado a la transparencia,
eficiencia y al control y evaluación de los resultados.
Esto deriva en un cambio de la oferta de servicios y demandas societales desde la producción y/o
provisión de bienes públicos, hacia temáticas de mayor transcendencia como salud, educación,
infraestructura, seguridad, entre otras.
Se buscaba un nuevo enfoque de gestión que dejara de lado el paradigma burocrático, mediante
un cambio cultural no menor, que incorporara nuevos enfoques desde el management
empresarial.
Los principales ejes de la modernización de la gestión pública fueron los siguientes (Orellana,
2003):
Usuario: Se buscaba crear una cultura ciudadana, para lo que fue necesario contar con
información sobre sus necesidades, demandas y niveles de satisfacción, tomando como
base principios de calidad, eficiencia y oportunidad. Lo anterior inició un proceso de toma
de conciencia de sus derechos que se mantiene hasta el día de hoy.
Para algunos autores, lo anterior supone el hecho de que se está frente a un proceso de
modernización del Estado y no de reforma. Lo importante es dejar claro que lo relevante es buscar
un funcionamiento eficaz de los distintos servicios, de manera permanente en el tiempo, que
observe, mediante transparencia, equidad y probidad, una disciplina fiscal que favorezca, por un
lado, la satisfacción de los distintos usuarios, y por otra, el desarrollo profesional y personal de los
funcionarios y trabajadores del sector público.
Esto significó, en la práctica, que una mejora en la gestión de los distintos organismos públicos no
fuera entendido como una prioridad. No obstante lo anterior, el gobierno fijó cinco objetivos
primordiales que cambiaron este escenario, a saber (óp. cit.):
1. Reconciliación nacional.
2. Reinserción internacional.
3. Democratización política.
4. Crecimiento económico.
5. Justicia social.
La incorporación de los dos últimos objetivos llevó a que se tuvieran que tomar medidas para dar
cumplimiento a lo señalado, escenario que significó una oportunidad significativa para la mejora
en la gestión.
Como se dijo anteriormente, en todo este proceso se excluyó a la ciudadanía como un actor
preponderante sobretodo en el diseño institucional. Lo anterior, aun cuando estos esfuerzos
iniciados por distintas jefaturas del sector público buscaban responder a las distintas demandas de
la sociedad por una mejor gestión, mejores resultados y por ende, mejores servicios.
Todas estas reformas buscaban contribuir al proceso de democratización mediante una mayor
eficiencia organizacional y un mayor realce de la función pública. A partir de ello, surge un Plan
Piloto de Modernización de la Administración Pública, cuyo propósito era “introducir nuevas
técnicas e instrumentos de gestión (planificación estratégica, asignación de responsabilidades
individuales y sistemas de evaluación de desempeño)” (Mostajo, 2001, p. 373). Desde ahí se
construyeron indicadores que permitieran introducir en la gestión pública una metodología que
facilitara e hiciera posible orientar la estrategia, la estructura y los procesos hacia mejores
resultados en sus servicios finales. Esto se vio reflejado en la construcción de políticas públicas con
mayores estándares de calidad a los conocidos hasta ese momento. Estos indicadores estuvieron
acompañados de convenios de desempeños, balances de gestión así como sistemas de bonos por
desempeño institucional.
https://www.youtube.com/watch?v=NTEOikhV9Ls
Promover una nueva visión sobre la gestión pública, cambiando el foco de atención desde
los procesos (políticas, instrumentos y procedimientos), hacia los resultados de esos
procesos.
Desarrollar nuevos instrumentos de apoyo a la gestión en los servicios públicos e
incorporación en su forma de administración de procesos de planificación estratégica, la
asignación de responsabilidades individuales y sistemas de evaluación de la gestión.
Lograr mejoras en la eficiencia operacional y una mejor asignación de los recursos, a partir
de la implementación de sistemas de información para la gestión, que proporcionen
retroalimentación positiva a los funcionarios del servicio.
Redefinir la relación DIPRES-Servicios, incorporando la fijación de metas y evaluación de
resultados al proceso de asignación presupuestaria.
Incorporación en un Plan General, en forma progresiva al resto de las entidades de la
Administración Pública del Estado, a partir de la experiencia desarrollada en los servicios
pilotos.
Con esto, se estaba dando una base empírica al inicio del proceso de reforma y modernización del
Estado, en el año 1993.
En definitiva, lo que se busca durante este Gobierno es básicamente una mayor coordinación en la
generación de políticas públicas, mediante una mayor eficiencia en el funcionamiento interno y un
mayor desarrollo del recurso humano en todo el sector público. Adicionalmente se profundiza el
proceso de descentralización y finalmente se sugieren una serie de iniciativas tendientes a
incorporar nuevos procesos en el desarrollo de la función pública propiamente tal.
Así, se desarrolla el primer proyecto de modernización de la gestión pública, con la creación del
Comité Interministerial de Modernización de la Gestión Pública (1994), cuya misión fue “impulsar
y coordinar los esfuerzos de los ministerios y servicios del Estado y diseñar y proponer políticas
generales sobre la materia” (Segpres, 2006, p. 23), constituyéndose en un apoyo técnico político
para el Presidente en esta materia.
A través de este tipo de iniciativas, se buscaba alcanzar una mayor competitividad a nivel
internacional y principalmente regional, y a partir de eso, un mayor desarrollo como país. Su
primera iniciativa fue suscribir Compromisos de Modernización con cuarenta y tres servicios
públicos incorporando el desarrollo de determinados proyectos, con un plazo de ejecución
claramente definido.
Se buscaba una gestión orientada a los resultados y a entregar un buen servicio a la ciudadanía,
incorporando una mayor eficiencia en la gestión pública, apoyado en nuevas tecnologías y
principios de gestión acordes a los nuevos tiempos, premiando el buen desempeño, otorgando
mayor relevancia al desempeño y a la formación de los funcionarios, entregando herramientas a
los usuarios para ejercer un mayor control ciudadano.
No obstante el impulso que tomó la modernización, durante los tres primeros años de gobierno no
hubo avances significativos en la materia. Fue solo en el año 1997 que la situación cambió
sustancialmente a partir de nombramientos claves como el de Jaime Orrego en el Comité de
Modernización o el de Juan Villarzú como Ministro de la Secretaría General de Gobierno. Así, se
crea en el mismo año el Plan Estratégico de la Modernización 1997-2000, donde se establecen seis
grandes líneas de acción, a saber:
1. Construcción de una red estable de servidores públicos para construir un Estado al servicio
de las personas.
2. Mejoramiento continuo de la accesibilidad y calidad de la atención a la ciudadanía.
3. Garantizar la transparencia y probidad en el desempeño de las funciones públicas.
4. Establecimiento de una institucionalidad estatal para mejorar la eficiencia, flexibilidad y
coordinación de las actividades del sector público.
5. Orientación a resultados, estimulando los usos eficientes de los RRHH, financieros y
tecnológicos, incorporando una cultura de evaluación.
6. Posicionamiento en la agenda pública y al interior de los servicios del Estado, del sentido y
las proyecciones del proyecto de modernización para de esa manera generar el
compromiso y la participación de todos los sectores involucrados.
La crítica en este sentido surgió desde posiciones que señalaban que no existía una visión macro
sobre el tema, sino que este proceso se reducía solamente a trabajar aspectos asociados a la
modernización en servicios públicos claves. No existía un diseño por etapas, ni una planificación
estratégica sobre el tema. Algunos planteaban que esta modalidad buscaba no tener que llegar al
Parlamento con una propuesta mayor que pudiera poner en riesgo las distintas iniciativas que
estaban impulsando. Es en ese momento que en distintos medios de comunicación social surgen
críticas desde la oposición al gobierno, todo en esta misma línea.
Estos planteamientos y críticas trajeron como consecuencia que la modernización del Estado
tomara un nuevo impulso en la agenda del Gobierno, marcando una nueva etapa de mayor
empoderamiento sobre el tema con algunas iniciativas como las siguientes (Galaz, 2014):
A partir de ello, entendería gestión pública como “todas aquellas acciones que realiza el
Estado orientadas a organizar y administrar los recursos disponibles (financieros,
materiales y humanos), con el propósito de procurar el máximo bienestar a las mayorías
del país.
https://www.youtube.com/watch?v=pYs-HKjosKA
El propio Presidente de la República definió el objetivo esencial que buscaba alcanzar mediante el
proceso modernizador impulsado por su gobierno, a saber: “La renovación y recuperación de las
instituciones públicas, para así prestar servicios a la ciudadanía bajo estándares establecidos de
calidad, en forma oportuna y con especial cuidado en lo que dice relación al trato hacia los
usuarios” (Frei, 1996, p. 9).
Para algunos autores, el proceso iniciado el año 1994 tuvo especial énfasis en una visión
gerencialista de la gestión pública, en su eficiencia, con una clara orientación hacia los resultados
acompañado de distintos modelos de gestión. Lo relevante es que el gobierno de Eduardo Frei
creó, por un lado, una institucionalidad básica para materializar el proceso de modernización de la
gestión pública, además de las directrices básicas que guiarían todo el proceso.
Esta iniciativa parte del Comité de Ministros para la Reforma del Estado, creado mediante el
Instructivo N° 11, de junio de 2000. Era presidido por el Ministro Secretario de la Presidencia y
participaban además, los ministros de Interior, Hacienda y el Secretario General de Gobierno.
El Ministerio Secretaría General de la Presidencia debía, por una parte, hacer seguimiento a la
Agenda de Modernización, y por otra, a la iniciativa de Gobierno Electrónico que emanaba de un
instructivo del Presidente del 21 de mayo de 2000.
Con posterioridad, el Pryme pasó a depender de la Dipres, dependiente a su vez del Ministerio de
Hacienda. La justificación: los recursos y partidas presupuestarias que requería la implementación
de las diversas medidas de modernización. De inmediato surgieron voces que planteaban que este
movimiento obedecía solamente a disputas de poder por dirigir el proceso, en tanto quien liderara
su implementación podría imponer su propia orientación política, controlando así las distintas
iniciativas y alternativas que surgieran a este respecto.
Una de las primeras medidas fue una alianza formal con los distintos gremios de funcionarios del
sector públicos, específicamente con la ANEF, todas vez que eran ellos, los primeros y principales
afectados con el proceso de modernización que se estaba implementando, o bien, que se buscaba
impulsar. Ambos coincidían en que uno de los pilares fundamentales era la participación
ciudadana en los distintos niveles decisionales, de cara a una administración más participativa y
representativa, que redundara en la entrega de un mejor servicio. Esta alianza a poco andar fue
abandonada, sin embargo aportó desde su propia lógica a evitar conflictos mayores con los
funcionarios en el proceso de reforma que se iniciaba en ese momento.
Este consenso se mantuvo hasta el año 1993, cuando surgen escándalos de corrupción tales como
Corfo, Inverlink, caso coimas o el denominado MOP-GATE.
https://www.youtube.com/watch?v=zN00EvSkoRA&list=PLe1vxNS71
vHirbGOXostzJzPJiXPIRheu
Estas situaciones, a pesar de ser una de las más difíciles que tenía que enfrentar un gobierno
desde el año 1990 a esa fecha, redundaron en un marco de oportunidad para la generación de
nuevas políticas de modernización de la gestión pública, retomando ejes que ya estaban presentes
en el Plan Estratégico de la Modernización 1997-2000.
A partir de lo anterior, surge como proyecto el Consejo de la Alta Dirección Pública, el Libro de
Reforma del Estado, entre otras medidas, que permitió incorporar a la oposición de la época el
debate, a partir del involucramiento de Pablo Longueira, líder de la oposición, en el tema. Desde
ahí se generó una serie de acuerdos políticos y legislativos que integraban (Tello, 2011):
Gestión pública.
Gestión de recursos humanos.
Gestión financiera.
Descentralización.
Lo anterior constituye una de las pocas iniciativas consensuadas con el Parlamento durante este
período.
https://www.youtube.com/watch?v=1eW5Y8ixiSo
El gobierno de Ricardo Lagos Escobar buscó siempre dar continuidad a distintas transformaciones
que generaran una mayor flexibilidad al interior de las organizaciones, y una gestión claramente
más eficiente. Para ello se propuso seis líneas de trabajo (Dueñas, 2006):
Rediseño institucional.
Descentralización.
Modernización de la gestión.
Gobierno electrónico.
Participación ciudadana en la gestión.
Transparencia.
Un elemento común en todo el proceso, desde la década de los años noventa, es el perfil de los
distintos actores que lideran, de alguna u otra manera, el proceso de modernización. Elementos
presentes en cada uno de ellos son la formación profesional amplia, sobretodo asociada a temas
económicos, gestión y políticas públicas, además de que todos quienes tuvieron un rol
preponderante en el proceso contaban con filiación partidaria.
Fueron denominados tecnopolíticos, es decir, actores con alta capacidad técnica, facultados para
participar activamente en el proceso de formulación e implementación de políticas públicas y
capital político, lo que les permitió estar ubicados en posiciones de poder con altos rangos
decisionales (Cortés, 2000). Lo anterior, acompañado de la posibilidad de liderar equipos de
trabajo con amplia experiencia, permitió el diseño de políticas públicas de calidad, en su mayoría.
De esta manera, si se tuvieran que detallar los aportes del gobierno en el proceso de
modernización del Estado, se podría señalar lo siguiente:
En definitiva, el Gobierno de Ricardo Lagos Escobar incorporó una serie de iniciativas que
profundizaron el proceso de modernización del Estado a partir de lo que se había desarrollado
anteriormente por los gobiernos de la Concertación. Su Programa de Gobierno, haciendo alusión a
la necesidad de modernizar la acción pública, planteaba “la democracia no solo descansa en sus
instituciones, sino que también en el funcionamiento adecuado del Estado, de manera que éste se
oriente hacia el fin principal de su accionar: las personas” (Segpres, 2006, 17).
Así, buscó de manera permanente acercar el Gobierno a las personas. De ahí que se haya querido
dar mayor énfasis a la descentralización considerando para ello una serie de medidas, orientadas a
la modernización de los gobiernos regionales, como al financiamiento de los municipios.
https://www.youtube.com/watch?v=yTbp8HsYoz0
En este sentido, los avances durante el gobierno de Michelle Bachelet pueden circunscribirse a las
siguientes áreas temáticas:
Estos siete ejes marcan la administración del Michelle Bachelet en materia de modernización del
Estado. Su contribución se enmarca en el haber incluido por vez primera, reformas políticas,
siendo aprobada solo la asociada a voto voluntario. Se alcanzaron logros importantes sin embargo
estos avances generaron nuevos desafíos importantes destacando en este sentido la necesidad de
alcanzar una mayor coordinación en políticas transversales orientadas a conseguir una mayor
efectividad en el accionar del Estado. Este es uno de los desafíos que busca abordar la
administración siguiente.
Para Lucía Santa Cruz, representante de la Universidad Adolfo Ibáñez en el Seminario “Desafíos
para la Agenda de Reforma del Estado”, realizado el 10 de junio de 2010, se hace del todo
necesario contar con un Estado eficaz que permita cumplir la totalidad de los objetivos planteados
por la administración, y agrega, “las exigencias de calidad en personas y procesos son requisitos
insustituibles” (Libertad y Desarrollo, 2010).
En esta línea se buscaba generar mejores servicios públicos avanzando en temáticas tales como
transparencia y rendición de cuentas. A su vez, se veía necesario profundizar en los avances de la
carrera funcionaria, con la creación de una Academia de formación para funcionarios, la extensión
de la Alta Dirección Pública a gobiernos regionales y municipios, así como la incorporación de
incentivos variables de remuneración.
En términos simples, se consideraban dos agendas, una larga y una corta. Dentro de la primera, se
integraban la creación de una Agencia de Calidad de las Políticas Públicas, gobiernos corporativos
en las empresas públicas, una nueva institucionalidad para el Estado, así como la constante
intención de perfeccionar el sistema de la alta dirección pública y el sistema de incentivos del
sector público. La segunda, por su parte, integra lo anteriormente nombrado, el fortalecimiento
del centro de Gobierno y el perfeccionamiento de la institucionalidad del Estado ya existente. Esto
último consideraba el mejorar la calidad de las políticas públicas propiamente tales, así como
alcanzar una mayor coordinación estratégica entre los distintos actores involucrados.
https://www.youtube.com/watch?v=33NG7aNwdIM
La eficiencia está dada en este caso para permitir el desarrollo de cada uno de los ejes prioritarios
del Gobierno: control de la delincuencia, salud, pobreza, educación, seguridad ciudadana, empleo
y crecimiento. Para el Presidente, el problema del Estado no estaba dado por su tamaño, sino que
por su calidad, respecto de lo cual señala: “Es necesario reemplazar la vieja discusión de más o
menos Estado por el nuevo desafío de cómo construir uno moderno al servicio de las personas”
(Gobierno de Chile, 2014).
Priorizar las funciones que más interesan y afectan la calidad de vida de las personas y en
las que el Estado tiene un rol insustituible.
Convocar a los mejores al Estado para terminar con el cuoteo, la incompetencia y la
corrupción. Para lo anterior, proponía desarrollar la carrera funcionaria abordando las
bajas remuneraciones, generar una clara distinción entre las particularidades de la gestión
pública y privada, así como mejorar la coordinación entre los servicios públicos existentes.
Modernizar y potenciar la Contraloría General de la República.
Incorporación de TIC (tecnologías de la información y las comunicaciones).
Creación de la Agencia de Evaluación de Políticas Públicas.
Inclusión de empresas públicas en el SEP.
Continuar con el proceso de descentralización transfiriendo funciones adicionales y
recursos desde el Gobierno central a las regiones y Municipalidades.
Con ello pretendía construir una institucionalidad propia de un Estado más moderno,
transparente, eficiente y al servicio de las personas.
El año 2010, la Agenda de Modernización del Estado daba cuenta de cuatro pilares, a saber:
(Larroulet, 2010):
De esta manera, al final de su Gobierno se consignaban los siguientes Programas tales como
ChileAtiende, Chile sin Papeleos, entre otros. El primero, buscaba que las personas tuvieran un
solo lugar en al cuál hacer múltiples trámites y recibir información de las distintas instituciones
públicas. Chile sin Papeleos, por su parte, suponía la digitalización de trámites estatales.
Así, concluyen las iniciativas del Gobierno de Sebastián Piñera. Para algunos, con su gestión se
debilitó el Sistema de Alta Dirección Pública y el Sistema Nacional de Inversiones fue utilizado
políticamente para justificar otros proyectos. De igual manera, se intentó debilitar la
institucionalidad y transparencia; sobre todo en lo que respecta a innovación.
Para otros, en cambio, los avances fueron sustantivos, destacando la rendición de cuentas y
las mejoras en lo que a gestión interna se refiere, aun cuando muchos de lo realizado venía
desde el año 2009.
Para Eduardo Bitrán, académico de la Universidad Adolfo Ibañez, era urgente abordar
innovación, generar un nuevo enfoque de estudio para proyectos de gran escala,
descentralizar tributos ligados a la inversión y reformar la institucionalidad asociada a recursos
hídricos, planificación de infraestructura de transporte y territorio, entre otros.
Para otros, como Álvaro Bellolio, el foco debía estar en fortalecer el Servicio Civil, o bien, en
fusionar el Ministerio Secretaría General de la Presidencia con el Ministerio Secretaría General
de Gobierno y crear el Ministerio de la Presidencia.
http://michellebachelet.cl/wp-
content/uploads/2013/10/Modernizaci%C3%B3n-del-Estado-56-
59.pdf
Mayor coordinación entre las instituciones del estado: que permita orientar la
gestión pública de las distintas instituciones del Estado, hacia la misma dirección,
favoreciendo la integración en Programas como Gobierno Digital, o bien, la
implementación de herramientas que permitan focalizar las necesidades de los
distintos organismos y convertirlas en potencialidades que redunden en un mejor
servicio a los usuarios (Laboratorio de Gobierno, Agencia de Gobierno Digital).
Como se observa, el proceso de modernización del Estado es un proceso continuo, que incorpora
iniciativas que muchas veces van más allá del período de un determinado Gobierno. Esto supone
desafíos importantes que surgen de las mismas propuestas y proyectos de modernización
diseñados y/o implementados. De igual forma, contempla y requiere desarrollar en la clase política
una capacidad importante para alcanzar acuerdos en la materia, de manera de poder generar
consensos que permitan dar continuidad e implementar nuevas iniciativas en el tiempo.
Se presenta en conjunto con un segundo incentivo, los Convenios de Desempeño Colectivo (CDC),
cuya naturaleza es el 8% de la remuneración base anual, superando levemente a los PMG.
En la práctica, las instituciones se reúnen con la Dirección de Presupuesto para elaborar sus
propuestas, para luego ser enviadas al Ministerio de Hacienda quien va integrando y consolidando
sus requerimientos específicos en términos presupuestarios.
Calidad del gasto y modernización del Estado: está compuesto en su totalidad, por metas
orientadas a asegurar la sustentabilidad de los recursos públicos mediante una política de
Balance estructural; y a la utilización de ellos con eficiencia y eficacia a través de dos
iniciativas: el Sistema de Evaluación y Control de Gestión; y la Modernización del Estado.
Lo que busca esta iniciativa es un Estado moderno, eficiente, profesional que por un lado
entregue servicios de calidad a la ciudadanía, pero por otro cree un entorno y una cultura
de innovación que redunde en un mayor crecimiento del país, que le permita un mayor
desarrollo y penetración en mercados mundiales.
Ahora bien, esta ley, que concede la asignación de modernización, señala en su artículo 6ª que el
cumplimiento de los objetivos comprometidos para un año determinado, generará un aumento de
Ya desde el año 2001, cada uno de los PMG han sido orientados al desarrollo de sistemas de
gestión que mejoren los procesos y la forma en cómo se han venido ejecutando hasta el momento
en las distintas instituciones que componen la administración del Estado.
En lo específico, se integró mejoras en cinco áreas y once sistemas, cada uno de ellos con etapas y
estados de avance previamente definidos que permiten evaluar su cumplimiento.
https://www.youtube.com/watch?v=yTbp8HsYoz0
Para el año 2004, más de veinte servicios habían alcanzado las etapas definidas de nivel superior,
por lo que se tomó la decisión de aplicar, esta vez, un índice externo que permitiera a estos
servicios continuar alcanzando nuevos estándares en su gestión pero que al mismo tiempo los
socializara de alguna u otra forma, generando un reconocimiento social en torno a ellos.
Para ello, en el año 2005, cuando se hace la formulación de los PMG, se inicia el camino hacia un
mecanismo de certificación de los distintos sistemas de gestión a través de la norma ISO. Esto dio
origen al Programa Marco Avanzado. Luego, a contar de ese año, los PMG integraron además un
nuevo Programa, al Programa Marco Básico.
Cuatro años después, se inicia la implementación del tercer Programa Marco, esta vez, orientado a
la calidad, lo que implicaba avanzar en un sistema de gestión que permitiera definir las mejores
prácticas en las instituciones públicas, llegando de mejor manera a quienes son destinatarios de
los bienes y servicios de la institución, bajo la forma de clientes internos y organismos públicos
integrados bajo sistemas de gestión desarrollado por otras instituciones. Esto se denomina Red de
Expertos.
Desde el año 2014 a la fecha, los PMG han incorporado 194 instituciones y más de 87 mil
funcionarios. Se ha venido definiendo en un Comité Triministerial, donde confluyen los ministros
de Hacienda, Interior y Secretaría General de la Presidencia, con la Dirección de Presupuestos
como Secretaría Técnica.
PMG 2000-2010: a partir de esta fecha se estructuran desde áreas comunes. Se distinguen
11 sistemas en las áreas de recursos humanos, control de gestión, planificación/control de
gestión, atención de usuarios, gestión territorial, administración financiera contable y
enfoque de género.
En el año 2005 se inicia la certificación bajo los preceptos técnicos de la norma ISO
9001:2000 de siete sistemas, estos son: Capacitación, Higiene-Seguridad y Mejoramiento
de Ambientes de Trabajo, Evaluación de Desempeño, Sistema de Atención Ciudadana,
Planificación y Control de Gestión, Auditoría Interna, Sistema de Compras y
Contrataciones del sector público
PMG 2010-2014: desde el año 2010 a la fecha, se han ido incorporando paulatinamente
ciertas modificaciones, buscando vincular básicamente la gestión relevante de la
institución, con el incentivo propiamente tal.
Para ese año, el PMG integraba 12 sistemas asociados a procesos, de un total de 13, a
saber: Capacitación, Higiene-Seguridad y Mejoramiento de Ambientes de Trabajo,
Evaluación de Desempeño, Gobierno Electrónico – Tecnologías de Información, Sistema de
Seguridad e la Información, Auditoría Interna, Gestión Territorial, Compras y
Contrataciones del Sector Público, Administrativo Financiero – Contable, Enfoques de
Género, Sistemas de Gestión de la Calidad ISO.
A la fecha se han ido profundizado dichos cambios. Lo importante en este sentido es tener
claro que, una vez que las instituciones van avanzando en cada una de las etapas de los
distintos sistemas, van egresando. Así, al 2014 más del 80% de las instituciones solo
cuenta con el Sistema de Monitoreo, en tanto han egresado de todos los anteriores.
Luego, su ponderación es de 100%.
Los programas marco en cuanto a áreas sistemas y etapas, queda mejor explicados en el siguiente
cuadro:
ÁREA SISTEMAS
Recursos Humanos 1. Capacitación.
2. Higiene-Seguridad y Mejoramiento de Ambientes
de Trabajo.
3. Evaluación de Desempeño.
Calidad de Atención a Usuarios 4. Sistema Integral de Información y Atención
Ciudadana / Sistema de Acceso a la Información
Pública.
5. Gobierno Electrónico - Tecnologías de
Información.
6. Sistema Seguridad de Información.
Planificación / Control de Gestión 7. Planificación / Control de Gestión
8. Auditoría Interna
9. Gestión Territorial
Administración Financiera 10. Compras y Contrataciones del Sector Público.
11. Administración Financiero - Contable.
Enfoque de Género. 12. Enfoque de Género.
Sistema de Gestión de la Calidad (ISO). 13. Sistema de Gestión de la Calidad (ISO).
Fuente: Dirección de Presupuestos (2009).
Marco Básico: incorporaba modificaciones a los sistemas ya existentes, agregando uno nuevo
asociado al Sistema de Seguridad de la Información. En términos simples, abarcaba áreas
comunes para las instituciones del sector público, las que eran definidas todos los años por un
Comité Técnico, normado en el Reglamento Nº 475 de 1988.
Las áreas o sistemas incluidos son aquellos que permiten asegurar un desarrollo transparente
y eficaz en la gestión de los distintos servicios del sector público. De esta manera, según este
documento, se debían realizar mejoras y precisiones asociadas a: Capacitación, Evaluación del
Desempeño, Higiene Seguridad y Mejoramiento de Ambientes de Trabajo, Sistema Integral de
Información y Atención Ciudadana, Sistema de Acceso a la Información Pública,
Administración Financiero-Contable, Gobierno Electrónico, Sistema de Seguridad de la
información, planificación / Control de la Gestión, Auditoría Interna, Gestión Territorial,
Sistema de Compras y Contrataciones Públicas, Financiero Contable y Enfoque de Género.
Las etapas que considera este Programa Marco son las siguientes (Dirección de Presupuestos,
2009):
Marco de la Calidad: supone la fase final del proceso, es decir, implementar un Sistema
Unificado de Gestión de la Calidad Institucional, esto es, procesos de provisión de bienes y
servicios, bajo la certificación ISO:2008, pero a su vez, con alcance regional de todos aquellos
procesos transversales señalados en el Programa Marco Avanzado que ya han sido
certificados.
Los medios de verificación están dados por validaciones de empresas certificadoras ISO.
En la actualidad, se han incorporado mejoras a los objetivos de los sistemas vigentes desde el
año 2009, presentado precisiones a las etapas 1, 3 y 4, esto es, Diagnóstico, Implementación y
Evaluación en los Sistemas de Gestión de la Calidad cuando corresponda.
Como se observa, las iniciativas de mejoramiento de la gestión necesitan procesos graduales e
integrados de implementación, incorporando en el camino nuevas formas de gestión,
incorporando a su vez cambios culturales, cambios de paradigma; y por supuesto, el desarrollo de
nuevas competencias en los funcionarios de los distintos organismos e instituciones públicas en
temáticas propias de la calidad y excelencia en el desempeño.
Así, se han incorporado paulatinamente perfeccionamientos en su diseño, de manera de poder
avanzar en la implementación de sistemas transversales de gestión. Al interior del sector público,
supone el pago de un incentivo por desempeño institucional, lo que ha significado en sí mismo, un
cambio de paradigma y un gran impulso al proceso de modernización del Estado.
Todo el proceso de mejora continua al que se hace referencia, en conjunto con el porcentaje de
organismos e instituciones del Estado que se han integrado a cada uno de los Programas Marco,
queda de manifiesto en la siguiente figura:
Cuando se habla de total, se refiere al porcentaje de organismos e instituciones públicas del total,
que han implementado cada uno de estos programas.
Para la formulación de cada uno de ellos, el servicio propuso un objetivo de gestión, que en
términos simples es aquella etapa que va a poder desarrollar al finalizar el año en curso, prioriza
los objetivos (alto, medio, menor) y fija sus ponderaciones.
Todo va a depender de la acogida y los tiempos de cada organización para materializar este tipo de
iniciativa, lo que a su vez estará determinado por la forma en que la autoridad respectiva integre y
se comprometa con este tipo de temáticas asociadas a la gestión, por las competencias de sus
funcionarios, así como también por el nivel de desarrollo alcanzado por la respectiva organización
en los distintos sistemas de gestión ya abordados.
En definitiva, todas estas iniciativas buscan por un lado la modernización del Estado y la gestión
pública, que se refleje en una administración más profesionalizada, con funcionarios de mayor
competencia y con procesos más eficientes y efectivos. En la práctica, esto debe redundar en
usuarios más informados, y por ende más exigentes en cuanto a los bienes y servicios que deben
recibir. Cuando la brecha entre la oferta y la demanda es cero, el cambio cultural en la gestión
pública será una realidad.
COMENTARIO FINAL
El proceso de modernización del Estado o de reforma del Estado es un proceso que surge en
Latinoamérica en la década de los años setenta, y que supone a la base un cambio en el rol que
ejerce, en principio, desde el punto de vista económico y en su relación con la sociedad. Con
posterioridad, se fueron incorporando otras aristas tales como reformas políticas, o bien reformas
de tipo institucional.
Si se pudieran resumir los logros alcanzados en la materia entre los años 2000 y 2006, habría que
destacar la reforma a la gestión de recursos humanos, mediante la Ley de Nuevo Trato y la nueva
política de personal, donde destacan la Dirección Nacional de Servicio Civil, el Sistema de Alta
Dirección Pública, la modernización y profesionalización de la carrera funcionaria, entre otras.
Con posterioridad, el proceso de modernización del Estado siguió en marcha, básicamente, entre
los años 2006-2010, apoyado en siete ejes de modernización: recursos humanos y gerencia
pública, descentralización, perfeccionamiento institucional, probidad y transparencia,
participación ciudadana y reformas políticas. Este último eje incorporaba por primera vez
temáticas políticas a las transformaciones requeridas en pos de una mayor eficiencia y eficacia en
los resultados.
Con posterioridad a ello, y hasta el año 2014, los desafíos pendientes fueron incorporados al
Programa de Gobierno, destacando iniciativas tales como la creación del Ministerio de Desarrollo
Social, la revisión institucional del Ejecutivo, o bien el fortalecimiento del rol coordinador de la
Segpres.
Como se observa, el proceso de modernización del Estado avanza. No al ritmo que todos los
actores involucrados esperan, ni contemplando todas las áreas de desarrollo que el sistema
político en su conjunto demanda, pero lo hace.
Lo importante es tener claridad de que la estructura normativa e institucional del Estado permite
las incorporaciones de nuevos enfoques, iniciativas y propuestas, tendientes a generar una mayor
eficacia y eficiencia en la gestión pública que redunde en un mejor servicio para la ciudadanía. Más
allá de las distintas posturas que existan sobre el tema, es desde ahí desde donde hay que
construir un análisis propio sobre la materia.
El gran desafío está dado en cómo se puede generar un funcionamiento eficiente de los distintos
servicios públicos, fundado siempre en los principios de probidad y transparencia, sin dejar de lado
la necesaria disciplina fiscal, y al mismo tiempo orientar la gestión hacia la satisfacción de los
distintos usuarios, de los funcionarios que hacen posible el desarrollo de políticas públicas y
monitorear en todo momento la aparición de nuevas demandas societales y la satisfacción de las
demandas ya existentes, generando de manera permanente un proceso de mejora continua que
permita validar la capacidad de respuesta del Estado en el tiempo.
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