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Democracia

La democracia es un tipo de gobernabilidad dentro de la sociedad que se


refiere a un equilibrio de fuerzas entre los ciudadanos y los representantes que
eligen para darles poder de legislación y ejecución de aquellas políticas que les
preocupan o les parecen prioritarias.
Aunque el concepto de democracia sea uno e inequívoco, existen distintas
variedades y tipos de organización del Estado, cuyas diferencias vienen
marcadas especialmente por la excepcionalidad de cada sociedad, como
pueden ser la religión, el carácter territorial o la etnicidad presente de distintas
comunidades. A continuación, veremos cuáles son los diferentes tipos de
democracia.

¿Qué es la democracia?
La terminología democracia se remonta a principios del siglo V, en la antigua
Grecia. Más concretamente, es en Atenas donde dio a lugar el nacimiento de
este sistema político, aunque con importantísimas limitaciones. “Demos” hace
referencia a “pueblo” y “cracia” proviene de la etimología “kratos”, que hace
referencia al “poder” o “gobierno”.
En términos generales, la democracia constituye una serie de requisitos
fundamentales que conforman una variedad de derechos civiles que se
distinguen de otros sistemas políticos. Algunos de ellos son el sufragio
(derecho a votar), libertad de expresión y libertad de acción política (formar
parte del poder).

Los 6 tipos de democracia

Debido a los siglos transcurridos desde su origen, la democracia ha ido


transformándose y adaptándose a los tiempos cada vez más heterogéneos de
las sociedades modernas.

En este artículo repasaremos los 6 principales tipos de democracia más


comunes de nuestros tiempos.
1. Democracia directa

La democracia directa, llamada también democracia pura, es una forma de


democracia en la cual el poder es ejercido directamente por el pueblo en una
asamblea. Dependiendo de las atribuciones de esta asamblea, la ciudadanía
podría aprobar o derogar leyes, así como elegir a los funcionarios públicos. La
democracia directa se ejercía en la Antigua Grecia, y en la actualidad
testimonialmente en la asamblea anual de los ciudadanos de algunos cantones
suizos de alta montaña.

Debido a la imposibilidad que todos los electores de un país se puedan reunir


en tiempo y lugar, la aplicación de la democracia directa en todas las etapas de
toma de decisiones no ha tenido aplicación práctica. Por ello la forma común de
aplicación es mediante la democracia semidirecta, donde se tiene un gobierno
representativo y se disponen de mecanismos de democracia directa. Este tipo
de democracia se aplica principalmente en Suiza
2. Liberal
La democracia liberal
es una forma de
gobierno que consiste
en una democracia
representativa donde
la capacidad de los
representantes
electos para la toma
de decisiones
políticas se encuentra
sujeta al Estado de
Derecho y
normalmente
moderada por
una Constitución que regula la protección de los derechos y libertades
individuales y colectivas, estableciendo restricciones tanto a los líderes como a
la ejecución de la voluntad de una determinada mayoría.
Los derechos y libertades garantizados por las constituciones de las
democracias liberales son variados, pero normalmente incluyen gran parte de
los siguientes derechos: a un debido proceso, a la intimidad, a la propiedad
privada y a la igualdad ante la ley, así como las libertades de expresión,
asociación y culto. En las democracias liberal es esos derechos (a veces
conocidos como "derechos fundamentales") suelen estar regulados bien
constitucionalmente o bien mediante ley. Además generalmente existen
instituciones civiles con la capacidad de administrar o reforzar dichos derechos.
Las democracias liberales se suelen caracterizar por la tolerancia y
el pluralismo; las ideas sociales y políticas diferenciadas, incluso las más
extremas, pueden coexistir y competir por el poder político siempre sobre una
base democrática. Las democracias liberales celebran periódicamente
elecciones donde los distintos grupos políticos tienen la oportunidad de
alcanzar el poder. En la práctica, estas elecciones las ganan los grupos que
defienden la democracia liberal, de modo que el sistema se perpetua a sí
mismo.
El término "liberal" dentro de la expresión "democracia liberal" no implica que el
gobierno de una democracia de este tipo deba seguir estrictamente la ideología
política del liberalismo, si bien el concepto puro de "democracia liberal" nace de
la corriente del liberalismo político.

3. Democristiana
La democracia democristiana fue muy extendida en algunos países europeos
en el siglo XX, en países como Alemania, Irlanda o Italia. Ella consiste en regir
las leyes de la vida pública con los mandamientos y valores de la religión
cristiana, incluyendo a católicos y protestantes.
En este sentido, la ideología democristiana suele virar a la derecha, a
legislaciones más conservadoras y hacia una liberalización de la economía.

4. Indirecta o representativa
La democracia representativa (también llamada democracia indirecta, república
representativa o gobierno representativo) es un tipo de democracia fundada en
el principio de funcionarios electos que representan a un grupo de personas, a
diferencia de la democracia directa. Casi todas las democracias
occidentales modernas son tipos de democracias representativas; por ejemplo,
el Reino Unido es una monarquía constitucional, Irlanda es una república
parlamentaria, y Estados Unidos es una república federal.
La democracia representativa se presenta a menudo como la forma más
eficiente de democracia posible en sociedades de masas, argumentando que
permite una decisión eficaz por un número suficientemente pequeño de
personas en nombre del mayor número. La eficiencia del servicio se puede
juzgar basándose en la métrica de rentabilidad y eficacia en el tiempo. Los
representantes que votan en nombre del pueblo permiten un beneficio
monetario, ya que se reduce el uso de las mesas de votación, los contadores
de votos, etc. El gobierno es generalmente responsable de pagar los salarios
de los representantes y tendría que cubrir el costo sustancial de una
democracia. La democracia representativa se ha asociado conceptualmente
con el históricamente instanciado por el sistema político conocido como
«gobierno representativo», que nació en el siglo XVIII con las revoluciones
francesa y estadounidense. Es un sistema en el cual la gente elige a sus
legisladores (representantes), quienes entonces son responsables ante ellos
por su actividad dentro del gobierno.
Es un elemento tanto del sistema parlamentario como del sistema
presidencial de gobierno y normalmente se utiliza en una Cámara Baja como
la Cámara de los Comunes (Reino Unido) o Dáil Éireann (Irlanda), y puede ser
restringido por limitaciones constitucionales como una Cámara Alta. Ha sido
descrito por algunos teóricos políticos como Robert A. Dahl, Gregory Houston e
Ian Liebenberg como poliarquía. En ella el poder está en manos de los
representantes electos que son elegidos por el pueblo en las elecciones.
5. Parcial
La democracia parcial hace referencia a los sistemas políticos donde los
poderes del pueblo están bien limitados en la esfera y actividades políticas
(poder de decisión). Cumplen con los requisitos básicos de cualquier
democracia como elecciones, libertad de expresión y pluralidad de partidos,
pero los conciudadanos no gozan de acceso real a las administraciones del
Estado.
Por otro lado, este tipo de democracia acostumbra a ser personalista y el
partido en el poder cuenta con mecanismos para reforzar o aumentar su
capacidad ejecutiva y legislativa por encima del parlamento y la Constitución
del país en cuestión.

6. Popular
Es quizás el tipo de democracia más controvertido y de compleja naturalidad.
Se dice de los gobiernos populares aquellos que han roto sus lazos con el
imperialismo, colonialismo o han conseguido su independencia mediante la
resistencia (armada en algunos casos) popular para con el invasor.
Estos sistemas son de carácter socialista y progresista, y el partido del
gobierno ostenta hegemonía, nacionaliza empresas y se opone a la
Globalización. Fueron ideados por la antigua Unión Soviética, y se
implementaron en los países de su influencia, denominados estados satélites.
Es un caso en el que, efectivamente, se han producido elecciones
democráticas. Pero éstas han sido precedidas por hechos como un golpe de
estado, tras el cual la fuerza dominante busca legitimar su poder mediante
elecciones libres.
En muchos casos surgen con un apoyo popular abrumador que, con el
tiempo, se va mermando a medida que el régimen se perpetúa en el poder
durante largos períodos, faltando a su promesa inicial de devolver el poder a
las masas
LA DEMOCRACIA EN EL PERU:

La democracia ha sido definida de dos formas: la primera refiere, que se trata de


dar forma a la soberanía popular, la cual denominan que la democracia se define
por su sustancia; la segunda, se trata de asegurar el debate político, la cual su
denominación se rige por sus procedimientos. Ambos debates son de larga data
y que en la mayoría de las veces sus seguidores han ido por caminos opuestos.
Inclusive algunos autores han colocado esta contraposición de la siguiente
forma: la democracia, ¿es gobierno del pueblo o gobierno de los políticos? Cada
una de ellas corresponde a las dos formas que acabamos de mencionar. Sin
embargo, en muchos países donde han logrado consolidarse como democracias
estables, en estas últimas décadas, han logrado un nivel de complementariedad.
Esto además, ha ido acompañado porque han consolidado sus economías, la
cual les ha dado buen “piso” para su fortalecimiento de las llamadas democracias
liberales. Es decir, contar con un estado sólido, fuerte y con instituciones públicas
equilibradas en el poder, partidos políticos que han logrado institucionalizar las
demandas, intereses y necesidades de la población y con un ejercicio de
ciudadanía tanto civil, política y social aceptables.

En el Perú, es muy conocido que aún no hemos consolidado nuestra economía,


a pesar del crecimiento continuo en este último quinquenio, ello sigue
dependiendo de una economía extractiva. Además nuestra democracia aún
sigue siendo muy endeble, nuestro estado está muy lejos de ser fuerte y sólido,
los poderes del estado no sólo están desequilibradas sino también
desprestigiadas, partidos políticos en crisis –por no decir sin partidos- que cada
vez se abre más la brecha con la población y, con el ejercicio de una ciudadanía
pasiva o utilizando términos de Sinesio López, una ciudadanía inconclusa.
Puedo añadir, en algunos casos, que los sectores más excluidos, ni siquiera son
considerados como ciudadanos.

La denominación gobierno del pueblo, en lo retórico es mucho más atractiva en


el país, la cual muchos caudillos han aprovechado para distorsionar esta forma
de la democracia, en cambio, el gobierno de los políticos, aparentemente es
menos atractiva- sobre todo en esta coyuntura-, el descrédito hacia esta forma
democrática no ha calado en la población, además que la política se desacredita
cada vez más. Sin embargo, la democracia procedimental, es la que viene
primando en nuestras realidades en estos últimos años. Se ha realizado
elecciones presidenciales ininterrumpidamente desde 1980 hasta el 2006; 1980,
Fernando Belaúnde Ferry; 1985, Alan García Pérez; en 1990, Alberto Fujimori -
en segunda vuelta-; 1995, reelección de Fujimori; 2000, el escandaloso fraude y
re-reelección de Fujimori; 2001, Alejandro Toledo –en segunda vuelta-; 2006,
Alan García Pérez –segunda vuelta-. Además se han realizado las elecciones a
gobiernos locales y provinciales, incluido en este último lustro las elecciones
regionales; es decir, se ha venido asegurando el debate político.
Diversos análisis sobre la democracia en el Perú y en Latinoamérica concuerdan
sobre la crisis de representatividad política, pero eso no implica que debamos
desdeñarla, sino más bien buscar salidas concretas. Para ello se debe ubicar
esta aparente contradicción entre gobierno del pueblo con gobierno de los
políticos e ir adecuando a nuestras realidades tan complejas y construir una
cultura democrática según los procesos sociales y políticos de nuestro país. Y
no sólo quedarse en planteamientos muy superficiales como lo es la democracia
directa.

Se debe buscar fortalecer nuestras instituciones democráticas, la reforma del


estado debe ser tomado seriamente y responsablemente, los partidos y/o
movimientos políticos deben contar con propuestas programáticas acorde a las
necesidades e intereses de la sociedad y se debe generar las condiciones para
que el ejercicio ciudadano pueda intervenir en los asuntos públicos y se genere
un círculo virtuoso en lo social y en lo político. Además en la dimensión
económica, se debe sacar mejor provecho de la “abundancia” que arrojan los
datos macroeconómicos.

En ese sentido, las discusiones entre democracia directa o democracia


representativa, deben centrarse en el elemento de complementariedad. Las
generaciones venideras tienen ese reto. La historia ha demostrado, que esta
oposición es más aparente que real. Es necesario contar con ciudadanos
involucrados en la vida política, social y económica del país, que ejerzan su
ciudadanía desde sus roles diversos, pero además, urge la necesidad de
democratizar los partidos políticos y también los movimientos u organizaciones
políticas y sociales. Un termómetro para ello será este proceso de
descentralización que viene en marcha, el desarrollo local y/ regional está en la
cancha de los propios actores. El desarrollo endógeno puede permitir darle
sostenibilidad al desarrollo del país. Para ello sigamos construyendo nuestra
democracia.

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