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Colocación profiláctica de una malla

durante una colostomía terminal


Gran estudio multicéntrico para determinar si el
aumento de la pared abdominal en el sitio de la
ostomía, con una malla liviana, es un procedimiento
seguro, factible y efectivo para prevenir la hernia
paraostómica
1
Autor: Brandsma, Henk-Thijs MD; Hansson, Birgitta M. E. MD y colaboradores. Ann Surg
2017; 265(4): 663-669
INDICE: 1. Página 1 | 2. Referencias bibliográficas
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► Introducción

Una hernia paraostómica (HPO) es la complicación más común


después de una colostomía [1-3] y su incidencia difiere desde
el 5% y el 50%, sobre la base de la definición usada y el tipo de
ostomía creado [4,5]. Es esperable un aumento en la
prevalencia de la HPO debido al número cada vez mayor de
pacientes con cáncer que sobreviven con una enterostomía, y
al aumento de la población de pacientes obesos, en los que
una elevada presión intraabdominal y un gran radio abdominal
aumentan la tensión sobre la pared del abdomen (ley de
Laplace), resultando en un ensanchamiento del orificio
estomático [6].

Las complicaciones frecuentes de la HPO son: dolor,


problemas cosméticos y filtración del contenido intestinal
debido al mal ajuste del dispositivo para el estoma. La HPO
puede causar también complicaciones con riesgo de vida, tales
como la incarceración o estrangulación del contenido del saco
herniario [2,7,8]. Por otra parte, los pacientes con una HPO
tienen un deterioro de la calidad de vida [8], y un tercio de los
pacientes con una HPO sintomática será sometido finalmente a
una corrección quirúrgica [9,10].

Numerosas técnicas han sido desarrolladas para reparar una


HPO. A pesar de esos esfuerzos se ha hecho poco progreso.
La reparación con sutura, estrechando el orificio, es
considerada una técnica obsoleta, a causa de una tasa
inaceptablemente alta de recidiva de hasta el 69% [11]. La
reubicación del estoma tiene beneficios a corto plazo, pero a
largo plazo, los pacientes pueden desarrollar una HPO en el
nuevo sitio de la ostomía, así como una eventración en el sitio
de la ostomía previa [12]. La reparación con malla reduce la
incidencia de la recidiva herniaria. No obstante, el riesgo de
recidiva sigue siendo alto y se han reportado tasas de hasta un
20% [11].

En la década pasada, se han realizado varios estudios


randomizados sobre la prevención de la HPO mediante el uso
de malla durante la formación del estoma. El volumen bajo de
ensayos de Jänes y Serra-Aracil, empleando ambos una malla
liviana de polipropileno en posición retromuscular preperitoneal,
reveló significativamente menos HPO en el grupo con malla
(12,3% y 14,8%, respectivamente) comparado con el grupo sin
malla (81%; P < 0,001 y 40,7%; P = 0,033, respectivamente)
[13,14], sin una diferencia significativa en la tasa de
complicaciones.

Aunque un meta-análisis [15,16], ofrece alguna compensación


para las muestras de pequeño tamaño, existe aún un riesgo
considerable de desvío debido al reporte no uniforme de los
parámetros clínicos. Por lo tanto, los autores de este trabajo
realizaron un gran estudio multicéntrico, para determinar si el
aumento de la pared abdominal en el sitio de la ostomía con
una malla liviana, es un procedimiento seguro, factible y
efectivo para prevenir la HPO.

► Métodos

Los pacientes programados para la creación de una colostomía


terminal permanente durante una cirugía colorrectal electiva
fueron randomizados en 2 grupos, desde enero de 2010 hasta
diciembre de 2012. Se les colocó a los pacientes una malla
liviana de polipropileno rodeando el estoma, que fue ubicada
retromuscularmente, sobre la fascia posterior del músculo recto
del abdomen.

En el grupo control, se creó una estoma convencional sin


aumento de la pared abdominal. En este ensayo, los pacientes
desconocían el método empleado para la confección del
estoma. Aunque la mayoría de los pacientes fueron evaluados
por personal de enfermería especializado en cáncer o en
ostomías, no se pudo garantizar un asesor que desconociera el
método al momento del seguimiento, debido a la práctica
común de seguimiento por el cirujano en Holanda.

Este ensayo fue realizado de acuerdo con la Declaración de


Helsinki y las “Good Clinical Practice Guideliness”, y este
trabajo ha sido preparado de acuerdo con la declaración
CONSORT 2010 para los ensayos controlados randomizados.
A todos los pacientes se les brindó una hoja con información,
un período de reconsideración y se los incluyó sólo después de
obtener el consentimiento informado por escrito. El ensayo
PREVENT fue registrado en
http:/www.trialregister.nl/trialreg/admin/retview,asp?TC2018
♦ Protocolo del estudio

La hipótesis fue que la colocación de una malla reduce la


incidencia de HPO desde el 30% al 10% después de 1 año,
sobre la base de la literatura actual y los datos reportados en
los únicos 2 ensayos randomizados mencionados
anteriormente. El objetivo de este estudio fue identificar
cualquier diferencia significativa entre las 2 intervenciones. En
relación con la HPO, tomando un error alfa de 5% (2-lados) y
un error beta de 0.10 (poder estadístico del 90%), el cálculo de
poder estadístico estimó que se requerían 67 pacientes en
cada rama del ensayo. El estudio se diseñó para reclutar 150
pacientes, para permitir un pérdida potencial del 10% durante
el seguimiento alejado.

♦ Seguridad y control de calidad

El comité local de ética aprobó el estudio y todos los centros


fueron monitoreados para identificar el no cumplimiento. Los
eventos adversos graves fueron definidos como cualquier
evento que condujera a complicaciones mayores y/o
prolongación de la estadía hospitalaria, debido a la colocación
de la malla. Un Data Safety Monitoring Boardindependiente
efectuó un análisis de seguridad cuando el 50% de los
pacientes estaba incluido, e hizo recomendaciones en relación
con la conducción del estudio.

El punto predeterminado de terminación temprana del estudio


fue una tasa de complicaciones relacionadas con la malla del
15%. No obstante, ese punto no fue alcanzado. Se realizaron
visitas independientes de monitoreo a lo largo de todo el
estudio. Todos los pacientes que no fueron tratados de acuerdo
con su asignación por cualquier razón, podían permanecer en
el ensayo según el principio de intención de tratamiento. A los
pacientes que fueron asignados para el grupo con malla se les
colocó una malla monofilamento macroporoso de polipropileno
(Parietene Light, Covidien, Dublín, Irlanda).

El sitio del estoma fue marcado por personal de enfermería


especializado en ostomías antes de la cirugía. En ambos
grupos, se utilizó profilaxis antibiótica preoperatoria de acuerdo
con el protocolo local. La preparación del intestino fue
efectuada cuando el cirujano local lo consideró necesario.

♦ Técnica quirúrgica

De acuerdo con la técnica publicada previamente y descrita por


Janes y col. [17], se removió un círculo de piel en el sitio del
estoma sin resección del tejido subcutáneo. El uso de
compresas iodadas y/o cambio de guantes antes de la
manipulación de la malla fue dejado a la discreción de cirujano.
En el grupo sin malla, se realizó un estoma tradicional creando
un orificio en el músculo recto del abdomen lo suficientemente
grande como para que pasara a su través el intestino
engrampado.

En el grupo con malla, se creó un espacio retromuscular para


acomodar la prótesis, mediante la disección del músculo de la
fascia posterior o del peritoneo hasta el borde lateral, mediante
una laparotomía mediana. Se hizo una incisión en forma de
cruz en el centro de una malla de polipropileno de 10 x 15 cm,
para permitir el pasaje del colon, y la prótesis fue colocada
sobre la vaina posterior del recto (Fig. 1). Se usaron 2 suturas
de monofilamento absorbibles para fijar lateralmente la malla.

En el lado medial, la malla fue incorporada a la sutura continua


del cierre de la fascia, previniendo – de esa manera – el
contacto entre la malla y la víscera. Esta técnica fue descrita en
detalle en el protocolo del estudio para asegurar una
colocación estandarizada de la malla [18].
FIGURA 1: Posición de la malla durante la creación de una colostomía. Sección
transversal de la pared abdominal. La malla es colocada en el plano retromuscular sobre la
vaina posterior del recto/peritoneo. El intestino es pasado a través de un orificio
preformado en forma de cruz en la malla y el músculo recto. Con el cierre de la pared
abdominal, la malla y el peritoneo son incluidos en la sutura continua.

♦ Seguimiento alejado

El seguimiento ambulatorio fue programado a las 3 semanas, 3


meses y 1 año después de la cirugía. El seguimiento futuro
será realizado a los 2 y 5 años post procedimiento. Las
complicaciones postoperatorias, tales como infección
paraostómica y filtración, fueron registradas. La infección de la
herida fue definida como profunda, superficial o paraostómica,
utilizando los criterios del CDC (Center for Disease Control)
para la infección del sitio quirúrgico [19].

La estenosis fue definida como el estrechamiento del orificio


llevando a la obstrucción intestinal intermitente. La filtración fue
definida como la necesidad de reemplazar el dispositivo del
estoma más de una vez al día a causa de la filtración del
contenido intestinal. La necrosis de la ostomía fue definida
como la isquemia de todo el espesor de la pared colónica. Una
HPO fue sospechada cuando había cualquier abultamiento
palpable en la vecindad de la colostomía con el paciente
erecto, supino, o realizando una maniobra de Valsalva. Se
había una sospecha clínica de HPO (en otras palabras,
abultamiento o dolencia paraostómica) se efectuó una
tomografía computada (TC) en posición supina con el uso de
una maniobra de Valsalva.

Todas las TC fueron recolectadas y revisadas por un radiólogo


independiente y que desconocía el caso. La presencia de una
HPO fue confirmada o excluida y clasificada según la European
Hernia Society Paraostomal Hernia Classification (EHS) [30],
así como con la clasificación radiológica descrita por Moreno-
Matías y col. [21].

La calidad de vida y el dolor postoperatorio fueron


determinados usando puntajes validados de salud. Se efectuó
una encuesta con SF-36 en la preadmisión y 1 año después
[22,23]. El cuestionario de Von Korffs para la calificación de la
severidad del dolor crónico fue utilizado a los 3 meses y a 1
año de la operación primaria [24]. El dolor crónico fue definido
como dolor durando más de 3 meses, de acuerdo con la
asociación internacional para estudio del dolor [25].

♦ Costo-beneficio

Un cuestionario con la calidad de vida relacionada con la salud


(CDV), el EuroQoL-5D(EQ5D) fue usado para brindar una
cuantificación global del estado de salud del paciente. El
cuestionario EQ5D fue empleado para realizar un análisis
completo de la costo-efectividad. Siguiendo las normas
holandesas [26], los costos fueron expresados en Euros (2015)
y la efectividad en años de vida ajustados por calidad (AVAC),
una medición abreviada de la CDV y la duración del estado de
salud.

El análisis fue efectuado del sistema de atención de la salud de


Holanda. Además, se investigaron los costos de la
productividad. Todos los costos fueron obtenidos para cada
paciente mediante cuestionarios y archivos de los pacientes,
para calcular la duración de la hospitalización y los costos del
procedimiento, incluyendo la duración total de la operación. En
el grupo con malla, el costo de la malla de polipropileno se
añadió también a los costos de procedimiento. El tipo de
dispositivo para la ostomía y la frecuencia de reemplazo se
obtuvieron con el abastecedor del paciente, para asegurar una
estimación precisa de ese costo sustancial. Durante el
seguimiento alejado, se registró cualquier readmisión o
reoperación que podría atribuirse al estoma, la malla o la pared
abdominal.

El análisis estadístico se efectuó utilizando el programa SAS


9.4 (SAS Institute Inc., Cary, NC, USA). Cuando fue apropiado,
se usaron estadísticas descriptivas, tales como porcentajes,
para cuantificar los datos. Donde los datos estaban sesgados,
fueron más apropiados en ocasiones los valores de mediana.
La prueba de Mann-Whitney fue usada para comparar las
variables continuas. Las variables categóricas fueron
comparadas usando la prueba de c2. Todos los centros
participantes fueron agrupados usando la prueba de Mantel-
Haenzel para descartar la variabilidad hospitalaria. Todas las
pruebas fueron de 2-lados y los valores de P menores a 0,05
fueron considerados estadísticamente significativos.

► Resultados

Desde enero de 2010 hasta diciembre de 2012, 150 pacientes


fueron reclutados para el estudio. Dos pacientes murieron
postoperatoriamente durante su admisión primaria debido a
complicaciones no relacionadas con la malla, y 4 pacientes
murieron durante el primer año de seguimiento debido a la
progresión de la enfermedad. Cinco pacientes retiraron su
consentimiento, 1 debido a razones personales indefinidas y 4
pacientes tuvieron enfermedad progresiva con la subsecuente
quimioterapia.
Un paciente fue randomizado accidentalmente a pesar del
criterio de exclusión y fue retirado al momento del
descubrimiento.

Otros 4 pacientes fueron perdidos durante el seguimiento


alejado, 3 porque fueron derivados de hospitales no
participantes antes o poco después de la cirugía y 1 paciente
fue randomizado para tratamiento convencional pero no recibió
una colostomía y no concurrió al seguimiento clínico después.
En consecuencia, el análisis con intención de tratamiento fue
realizado con un total de 133 pacientes, con 66 en el grupo sin
malla y 67 en el grupo con malla. La mediana del tiempo para
el seguimiento fue de 372 días (203 a 582 días).

EN 5 pacientes no se colocó una malla a pesar de su


asignación, en 1 paciente debido a contaminación
perioperatoria del campo quirúrgico (a discreción del cirujano
actuante). Un paciente fue sometido a resección
abdominoperineal laparoscópica; en consecuencia, no se
colocó una malla a pesar de su asignación. A causa de
dificultades logísticas y técnicas, no se consideró prudente la
colocación de una malla en 3 pacientes. Una malla fue
colocada en 2 pacientes, aunque su asignación fue para una
ostomía tradicional sin malla. Todos estos 7 pacientes fueron
incluidos en el análisis final de acuerdo con el principio de
intención de tratamiento.

No se encontraron diferencias estadísticamente significativas


entre los 2 grupos participantes para edad, sexo, índice de
masa corporal, estadía hospitalaria y causa de la cirugía, así
como en la CDV preoperatoria usando el cuestionario SF-36.
Los factores predisponentes para el desarrollo de una HPO,
incluyendo antecedentes de enfermedad aneurismática,
diabetes con requerimiento de medicación, agentes
inmunosupresores, u otras hernias, fueron analizados y
estuvieron distribuidos equitativamente entre los grupos. El
motivo para la cirugía fue una enfermedad maligna del recto en
el 87% de los pacientes y, en la mayoría de ellos, se realizó
una resección abdominoperineal.

La duración del procedimiento en el grupo con malla (182,6 ±


8,9 min DE) fue 26 minutos significativamente más larga que
en el grupo sin malla (156,8 ± 6,2 DE; P = 0,02). No se halló
diferencia estadística en la incidencia de adherencias, tiempo
tomado para la adhesiolisis (7,7 vs 10,5 min; P = 0,5), o el
número de pacientes con enterotomía inadvertida (3 vs 6; P =
0,494). El diámetro medio de la incisión cruciforme en la malla
fue de 3,08 cm (2 a 7 cm) con un diámetro medio del colon
pasando a su través de 3,12 cm (2 a 7 cm).

♦ Complicaciones

Se efectuó una reoperación durante la estadía hospitalaria


inicial en 15 pacientes: 7 de 72 en el grupo con malla y 8 de 76
en el grupo sin malla. Ninguna de las reoperaciones fue
atribuible a complicaciones por la malla.

La infección del sitio quirúrgico fue detectada en 15 de 72


pacientes en el grupo con malla (21%) y en 19 de 76 pacientes
en el grupo sin malla (25%). De esos pacientes, 20 (14%)
tuvieron una infección de la herida perineal, 9 en el grupo con
malla y 11 en el grupo sin malla. Cuatro pacientes desarrollaron
una infección paraostómica, de los cuales 1 tenía una malla. La
mayoría de las infecciones de la herida fueron tratadas con
manejo conservador. No se identificaron infecciones
relacionadas con la malla y ninguna malla tuvo que ser
removida.

♦ Hernia paraostómica
Un total de 19 pacientes desarrollaron una HPO, 3 de 67
pacientes (4,5%) en el grupo con malla y 16 de 66 pacientes
(24,2%) en el grupo sin malla (P = 0,011). No hubo diferencias
estadísticas entre los hospitales participantes utilizando la
prueba de Mantel-Haenszel. Cinco de esos 19 pacientes
(26,3%) requirieron una intervención quirúrgica tal como la
relocalización del estoma o el refuerzo de la malla, debido a
dolor, obstrucción o incarceración (4 pacientes en el grupo sin
malla y 1 en el grupo con malla).

El análisis de subgrupo reveló que los pacientes con una HPO


tenían características preoperatorias similares, comparados
con aquellos que no desarrollaron una HPO durante el período
en estudio. Dos pacientes con HPO tenían antecedentes de un
aneurisma abdominal u otra hernia.

La morbilidad postoperatoria temprana, tal como una infección


periostómica o dolor, no se correlacionó con un aumento en el
riesgo de desarrollar una HPO. Cinco de 19 pacientes (26,3%)
con una HPO tenían una eventración concomitante en el
examen clínico. En total, 15 pacientes presentaron una
eventración durante el período en estudio, 8 en el grupo sin
malla, comparado con 7 en el grupo con malla (P = 1,00; no
significativo).

Todas las imágenes radiológicas (16 TC y 2 RMN) fueron


revisadas por un radiólogo independiente. En 1 paciente, la
HPO fue confirmada durante una ecografía hepática de rutina y
se decidió no efectuar una TC adicional. De los restantes 18
casos, se confirmó una HPO en todos los pacientes. Se
identificaron otras 4 eventraciones con imágenes adicionales,
que no habían sido halladas usando el examen clínico de
rutina. El diámetro medio en el grupo sin malla fue de 2,98 cm,
comparado con 2,33 cm en el grupo con malla (P = 0,156; no
significativo).
♦ Morbilidad después de 1 año

Un total de 14 de 66 pacientes (21,1%) en el grupo sin malla


tuvo quejas relacionadas con su estoma, abarcando dolor,
filtración y problemas secundarios en la piel, y 6 de 67
pacientes (9%) en el grupo con malla (P = 0,09). De esos 20
pacientes con quejas sobre el estoma, 10 (50%) tenían una
HPO, ninguno de los cuales había tenido malla. La mayoría de
los pacientes sin una HPO tuvo problemas de filtración debido
a obesidad, retracción y mala posición del estoma.

Veintitrés pacientes requirieron modificación de los dispositivos


para la ostomía, 16 de 66 (24%) en el grupo sin malla versus 7
de 67 (10,4%) en el grupo con malla (P = 0,06).Hubo una
estenosis del estoma en el grupo sin malla.

♦ Calidad de vida

No hubo diferencias significativas entre los 2 grupos en estudio


en relación con el dolor crónico (puntaje de Von Korff) o calidad
de vida (SF-36). Los pacientes con una HPO tuvieron un
resultado más pobre en las escalas de dolor y calidad de vida,
pero esas diferencias no fueron estadísticamente significativas.

♦ Costo-beneficio

El costo de la operación primaria fue €543 mayor en el grupo


con malla que en el grupo sin malla, a causa del tiempo
operatorio más prolongado y el precio de la malla (€3557 vs
€3053; P = 0,003). Once pacientes en el grupo con malla y 4 en
el grupo sin malla requirieron una reoperación dentro del primer
año debido a varios problemas, incluyendo reparación de una
eventración mediana (3), HPO (5) y evisceración (2).

El costo promedio global de las reoperaciones por paciente fue


de €280 en el grupo con malla comparado con €58 en
promedio, por paciente, en el grupo sin malla (P =0,02). No
hubo diferencias en el costo de los dispositivos estomales, citas
para seguimiento ambulatorio o pérdida de producción debida a
la ausencia laboral, entre los 2 grupos en estudio. El costo total
por paciente en el grupo con malla fue de €16983, comparado
con €15228 en el grupo sin malla (P = 0,096). La CDV medida
con el cuestionario SF-36 fue la misma entre los 2 grupos
(grupo con malla 0,757 vs grupo sin malla 0,758; P = 0,928).

►Discusión

El presente estudio muestra que el uso retromuscular de una


malla liviana de polipropileno (Parietene Light) durante la
realización de una colostomía terminal en cirugía colorrectal
electiva, reduce significativamente la incidencia de HPO. No se
observaron complicaciones relacionadas con la malla, tales
como infección, estenosis o adherencias, y ninguna malla tuvo
que ser removida.

Las mallas pueden ser implantadas en distintas posiciones en


la pared abdominal. La técnica retromuscular fue elegida
porque el área bien vascularizada entre el músculo recto del
abdomen y el peritoneo/fascia posterior [27] minimiza el riesgo
de infección de la malla y el riesgo de adherencias y la posible
erosión de una víscera.

Dieciséis pacientes (24,2%) en el grupo sin malla desarrollaron


una HPO en comparación con sólo 3 pacientes (4,5%) en el
grupo con malla. Estos resultados son concordantes con los de
Jänes y Serra-Aracil [13,14].

El mecanismo profiláctico de la malla para prevenir la HPO


puede consistir en evitar el agrandamiento del orificio
iatrogénico en la pared abdominal [28]. La mayoría de las HPO
que requirieron reparación quirúrgica fueron en el grupo sin
malla, lo que apoya el concepto de que si se desarrolla una
HPO en un paciente con una malla, la misma es más pequeña
y tiene menor probabilidad de causar molestias.

En todos los pacientes, el diagnóstico clínico de HPO fue


confirmado por una imagen adicional y revisado por un
radiólogo ajeno al tema. Todos las HPO fueron más pequeñas
que 5 cm (EHS 1 a 2 cm), lo que concuerda con estudios
previos de Hansson y col. [29,30], que mostraron que la
mayoría de los pacientes tenían un orificio para la ostomía de
menos de 6 cm de diámetro.

Los pacientes que desarrollaron una HPO a pesar de una malla


profiláctica tenían una tendencia a tener un orificio de ostomía
más pequeño, aunque el tamaño de la muestra es pequeño y el
seguimiento alejado es relativamente corto. Las consecuencias
de esos resultados no pueden ser supervisadas porque las
hernias pequeñas tienden a tener complicaciones más graves,
como la incarceración, que las hernias con un orificio de
apertura más grande. Los autores esperan que su estudio a
largo plazo brinde una respuesta a esa cuestión.

Cerca del 47,3% de los pacientes con una HPO tenían una
eventración (9/19). Cinco fueron detectadas durante la
evaluación clínica y las 4 restantes fueron halladas en las
imágenes adicionales. Este hallazgo está corroborado por
datos de estudios holandeses previos, que encontraron que la
eventración estaba presente en la mayoría de los pacientes
con HPO [30,31]. El aumento profiláctico adicional de la malla a
nivel de la línea media o el cierre de la línea media utilizando
una técnica con tomas pequeñas de sutura podría disminuir la
incidencia de eventraciones.
La CDV, medida con el cuestionario SF-36 y el grado de dolor
crónico (escala de Von Korff) no fue diferente entre los 2
grupos. Aunque no hay datos previos sobre la CDV en el
aumento con malla para la prevención de la HPO, esto
confirma los hallazgos de estudios previos realizados en la
reparación de hernias inguinales, que concluyeron que las
mallas de bajo peso son bien toleradas por los pacientes.

Como era esperable, los costos del procedimiento inicial fueron


más altos en el grupo con malla debido a la mayor duración del
procedimiento y al uso de la malla. No obstante, no se encontró
una diferencia significativa en los costos totales y en los AVAC
entre ambos grupos, después de 1 año de seguimiento alejado.

Una limitación de este ensayo es que los resultados no pueden


aplicarse simplemente a la realización de una colostomía en
procedimientos contaminados de emergencia, aunque un
estudio incluyendo la realización de una colostomía en
presencia de pus o heces no mostró un incremento de la
infección quirúrgica [32]. Asimismo, una TC con maniobra de
Valsalva y no en posición prona, fue el método estándar de
confirmación radiológica de una HPO al momento de
implementarse el ensayo.

En 2011, se publicó un artículo de Jänes y col. [33] que mostró


una mejora en la correlación entre los hallazgos clínicos y
radiológicos cuando el paciente fue colocado en posición prona
durante la TC, con el estoma en un anillo inflable. Asimismo,
una cantidad de HPO subclínicas pudieron haber sido omitidas
dado que no se efectuó una TC en todos los pacientes sino
sólo en aquellos con sospecha de HPO en el examen clínico.
Si los pacientes no tenían ningún síntoma clínico ni
abultamiento en el lugar del estoma, la práctica normal usando
el protocolo tradicional sería no realizar una TC, no por el costo
ni por la cantidad de radiación.
Por esas 2 últimas razones, tampoco hubiera sido aprobada
por el comité de ética. Los autores creen que dados los 5 años
de seguimiento alejado, la mayoría de las hernias no
detectadas en el momento actual se harán aparentes a su
debido tiempo, disminuyendo entonces la probabilidad de
subdiagnósticos.

En resumen, el aumento profiláctico de la pared abdominal con


una malla retromuscular de polipropileno en el lugar de la
ostomia, es un procedimiento seguro y factible sin eventos
adversos. Reduce significativamente la incidencia de HPO. La
colocación de una malla no tuvo efectos negativos sobre la
CDV, dolor crónico, AVAC o costos totales.

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