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Campus San Felipe

Departamento Disciplinario de Humanidades


Didáctica de la Especialidad

ANALISIS: FRAGMENTO DE “LOS SEIS PODERES


DE LA REPUBLICA DE JEAN BODIN

Profesor

Juan Gonzalo Saldaña Álvarez

Alumno(a)

Gustavo San Martín Reyes

San Felipe

Mayo, 13 de 2019
El análisis que se realizará a continuación, corresponde a un fragmento o extracto
de una de las obras escritas por Jean Bodin, esta obra recibe por título “Los seis
poderes de la República, siendo esta obra considerada como uno de sus grandes
aportes para comprender, en parte, el pensamiento “generalizado” de la época en
donde fue escrita (siglo XVI), en ella, Jean Bodin trata diversos temas, tales como
la soberanía, poder absoluto, fundamentos del poder de un rey y otros, sin duda
alguna, su obra da respuestas sobre la forma política imperante en Europa,
permitiendo comprender la concepción de estado que se tenía en aquel entonces.

El fragmento citado lleva por título “Día al rey la gracia especial de hacer coincidir la
voluntad real con el bien público.” Bodin en este texto afirma que no existe un poder
superior o capaz de doblegar al poder que Dios en su magnificencia ha otorgado a
la persona que ha seleccionado como rey, siendo esta persona alguien sublime y
por consiguiente superior a todo otro mortal, ya que, el Dios todopoderoso en el que
él cree, le ha elegido por su capacidad de poder emplear esta autoridad de manera
eficiente, para que pueda cuidar a los hombres para su propio bien.

Esta afirmación inicial permite comprender el imaginario de Bodin, el cual es


fuertemente influenciado por sus ideas religiosas y su contexto, el cual está repleto
de conflictos de índole religiosa entre calvinistas y católicos, siendo Bodin en su
pasado un fraile carmelita, no cuestiona ni se opone al ideal católico del plan divino
de Dios en toda cuestión relacionada al hombre, por tanto, sus palabras se pueden
interpretar como un apoyo o fundamento para la ideología católica escolástica, la
cual tiene como uno de sus pilares la indudable autoridad de un Dios Todopoderoso
que escoge y predestina la función de cada sujeto, tomando en cuenta este
pensamiento, definitivamente el poder de un rey jamás se puede cuestionar, ya que,
es su función destinada y privilegiada otorgado por el único Dios.

Por otra parte, menciona las leyes, como una herramienta y prueba del poder
absoluto, las que en definitiva no pueden ser cuestionadas ni desobedecidas, ya
que, provienen de una voluntad superior, residiendo esta en quien tiene el poder del
estado, solo la persona que goza de este poder puede ignorar la ley, modificarla o
derogarla, ya que, al ser escogido de Dios, la ley del hombre no tiene efecto sobre
él, siendo solo regulado por la ley divina y no por lo que digan otros hombres en una
posición inferior a la de él, Bodin menciona que aunque un duque ordene algo a sus
súbditos, jamás será supremo porque en su fundamento no hay poder absoluto
alguno, ya que, no fue escogido por Dios.

En el texto queda claro que su concepción de poder es particular, ya que, aunque


este poder sea ejercido por un hombre, por el supuesto bien de los otros hombres
súbditos, asume que todo es divino por tanto si las maneras de ejercer el poder, ya
sea en forma de leyes o regulaciones afectan al hombre, no puede haber queja
alguna, ya que, esta decisión trasciende su limitado conocimiento como súbditos y
solo puede ser comprendida por el superior que los gobierna, permitiendo inferir que
por tanto, las rebeliones o alzamientos no son ni serán aceptados jamás, ya que,
asume que al hacer uso de la divinidad del poder, este no debe ser puesto a prueba
de manera alguna, menos aún buscar terminar con la vida de quien lo ejerce, debido
que es perfecto.

El discurso de Bodin funciona como un apoyo para los monarcas de la época, siendo
una herramienta práctica para seguir conservando esa posición favorecida, la cual,
muchas veces no tenía un fundamento real más allá del linaje y la sucesión de
generación tras generación, independiente o no de si la monarquía tenía en
consideración las necesidades de su pueblo, siendo esta herencia claramente
discutible, pero en cambio, debido al catolicismo dominante, era mucho más
práctico mencionar la voluntad de Dios para así evitar alzamientos que amenacen
estas monarquías, permitiendo mantener todo bajo control.

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