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El hombre unidimensional de MARCUSE

El autor realiza en su ensayo una crítica a la sociedad industrial avanzada. Afirma que en nuestra
sociedad (industrial avanzada) no existe una real libertad de pensamiento. Nuestros medios de
comunicación de masas tienen pocas dificultades para vender los intereses particulares como si
fueran los de todos los hombres. Las necesidades políticas de la sociedad se convierten en
necesidades y aspiraciones individuales. Su productividad destruye el libre desarrollo de las
necesidades y facultades humanas, su paz se mantiene mediante la constante amenaza de guerra.

El hecho de que la gran mayoría de la población acepte, y sea obligada a aceptar, esta sociedad, no
la hace menos irracional y menos reprobable. La distinción entre conciencia falsa y verdadera,
interés real e inmediato todavía está lleno de sentido. Pero esta distinción misma ha de ser validada.
Los hombres deben llegar a verla y encontrar su camino desde la falsa hacia la verdadera
conciencia, desde su interés inmediato al real. Pero solo pueden hacerlo si experimentan la
necesidad de cambiar su forma de vida, de negar lo positivo, de rechazar.

La tecnología sirve para instituir formas de control social y de cohesión social más efectivas y
agradables. Ante las características totalitarias de esta sociedad, no puede sostenerse la noción
tradicional de la “neutralidad” de la tecnología. La tecnología como tal no puede ser separada del
empleo que se hace de ella: la sociedad tecnológica es un sistema de dominación que opera ya en el
concepto y la construcción de técnicas.

El cierre del universo del discurso

Conciencia feliz: creencia de que lo real es racional y el sistema social establecido produce los
bienes. Refleja un nuevo conformismo que se presenta como una faceta de la racionalidad
tecnológica y se traduce en una forma de conducta social.

El lenguaje de los mass-media aboga por la identificación y la unificación. Conducta


unidimensional. El lenguaje tiende a expresar la identificación entre razón y hecho, verdad y verdad
establecida. El lenguaje popular ataca al idioma oficial y semioficial.

Operacionalismo: tendencia lingüística a considerar los nombres de las cosas como si fueran
indicativos de su manera de funcionar (razonamiento tecnológico). El concepto tiende a ser
reabsorbido por la palabra. La palabra se hace cliché. La característica del concepto ritualizado es
que se hace inmune a la contradicción. Las mentiras son reproducidas sin que hagan estallar el
sistema social. Lógica de una sociedad con un dominio técnico de la mente y de la materia. La
unificación de los opuestos que caracteriza el estilo comercial y político es una de las muchas
formas en las que el discurso y la comunicación se inmunizan contra la expresión de protesta y
negación. El lenguaje impone un significado resumido. Fórmulas hipnóticas que se fijan en la mente
del receptor. Carácter autoritario de este lenguaje. Limita el desarrollo del significado creando
imágenes fijas. (lenguaje publicitario). Proyección de imágenes que sugieren una irresistible unidad,
una armonía de contradicciones. Una vez que ha llegado a ser un vocablo oficial, ha perdido todo
valor cognoscitivo. Este lenguaje que impone imágenes, milita contra el desarrollo y la expresión de
conceptos. El concepto niega la identificación de la cosa con su función. El lenguaje
funcionalizado, contraído y unificado es el lenguaje del pensamiento unidimensional. Desarrollo
detenido en fórmulas hipnóticas que se autovalidan, inmunidad contra la contradicción. Este
lenguaje unificado y funcional es anticrítico y antidialéctico. Supresión de la historia. Los viejos
conceptos históricos son invalidados por nuevas definiciones operacionales, que sirven para
transformar lo falso en verdadero. El lenguaje funcional es antihistórico. La memoria sucumbe al
poder totalitario. La sociedad burguesa avanzada anula la memoria. El pensamiento crítico deviene
conciencia histórica. Esta conciencia crítica abre el universo cerrado del discurso y su estructura
petrificada. El lenguaje cerrado no explica, sino que comunica decisiones. No permite dudas, se
mueve por medio de tautologías. El lenguaje llega a ser en sí mismo un instrumento de control.
Controla mediante la reducción de las formas lingüísticas, sustituyendo los conceptos por imágenes.
No busca la verdad y la mentira, sino que las establece e impone. El nuevo recurso del lenguaje
mágico-ritual: la gente no lo cree, pero actúa de acuerdo a él.

La comunicación funcional es la capa exterior del universo unidimensional. El tratamiento


operacional de los conceptos asume una posición política. Los conceptos operacionales han llegado
a ser métodos para mejorar el control social. Los conceptos operacionales no son siquiera
suficientes para describir los hechos.

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