Los cambios que se producen a lo largo del envejecimiento se pueden
clasificar de acuerdo a tres perspectivas: biológicas, psíquicos y social. Logran
caracterizar el perfil del anciano e influirán en la satisfacción de sus necesidades.
Cambios biológicos:
Se producen alteraciones al nivel de órganos y tejidos y en la disminución
de su actividad funcional, hay disminución de células activas. Se observa una disminución de peso y volumen de órganos, disminución gradual del número total de células, disminución de elasticidad y pérdida de agua intracelular. Aumento de tejido adiposo y fibroso a expensas del tejido muscular, Lo anterior esta en estrecha relación con el régimen alimenticio y la falta de ejercicio, esto da lugar a la falta de uniformidad en la distribución de la grasa corporal
Piel: perdida de elasticidad e hidratación, celular epidérmicas se adelgazan.
Las modificaciones en el colágeno y la falta de hidratación provocan las arrugas haciendo que la piel cuelgue sobre los huesos. El sol, repetición de gestos faciales a lo largo de la vida, el clima, contribuyen el envejecimiento dérmico. La piel esta menos vascularizada por lo tanto cicatrización más lenta
Atrofia de glándulas sudoríparas y sebáceas que proporciona el aspecto
seco de la piel y obstaculiza el proceso normal de sudor, disminuyendo el olor corporal.
Envejecimiento óseo: masa ósea disminuye y se desmineraliza, siendo
superior en la mujer. Esto se conoce como osteoporosis senil y las causas son: falta de movimiento, deficiente absorción e ingesta de calcio, pérdida excesiva de mineral y trastornos endocrinos. Hay pérdida de la talla causada por el estrechamiento de los discos intervertebrales, de acuerdo a esto es fácil comprender la modificación de la silueta. Aparece cifosis dorsal que altera la estática del tórax. Mayor desgaste en articulaciones de rodilla y coxofemoral. La osteoporosis senil debilita la articulación de la cadera.
Pérdida gradual de fuerza muscular. Hay disminución de masa muscular,
reducción significativa de la actividad. La duración entre contracción y periodos de relajación es mayor y la tensión muscular disminuye. Superficies articulares recubiertas de cartílago se deterioran quedando en contacto directo las superficies óseas, aparece el dolor, crepitación, y limitación de movimiento. Hay crecimiento irregular de los bordes de los huesos, dando paso a las deformidades y compresiones. En ocasiones hiperelasticidad de ligamentos.
Envejecimiento del corazón: disminución de la frecuencia cardiaca con
variaciones en el pulso y aumento de la presión arterial.
Sistema nervioso: cerebro disminuye de tamaño y peso. La perdida de
funcionalidad neuronal provoca disminución del tono y enlentecimiento de los movimientos. Dificultades en la realización de movimientos coordinados y de alternancia rápida. Disminución generalizada de la sensibilidad, aparece el temblor senil.
Pérdida de capacidades sensoriales: disminución de agudeza y amplitud del
campo visual, pérdida de agudeza auditiva, disminución del número de papilas gustativas y atrofia de la lengua, que lleva a la pérdida progresiva del sentido del gusto. Disminución de la sensación táctil, sensibilidad térmica y sensación dolorosa profunda.
Cambios psíquicos
Supone cambios de comportamiento y de autopercepción. Las diferencias
atribuibles a la edad no se manifiestan de igual manera en todos los adultos. El envejecimiento de funciones psicofisiológicas varia de uno a otro y depende del entrenamiento durante la vida, medio cultural y nivel intelectual así como la capacidad estimulativa del entorno.
A partir de los 30 años se produce un declive de las funciones intelectuales
que se acelera entre los 60-65 años. No se produce disminución de la eficacia intelectual si no que la pérdida en la capacidad de resolver problemas nuevos, que influye en la capacidad de aprendizaje y falta de intuición. Hay falta rapidez y espontaneidad en los procesos de pensamiento.
Vocabulario y expresión verbal y no verbal pueden no estar alteradas pero
si sufrir modificaciones de acuerdo al estado mental del individuo.
Creatividad y capacidad imaginativa están conservadas.
Afectación más común es la memoria a corto plazo. En debate la influencia de la motivación individual para recordar.
Cambios sociales
Etapa caracterizada por las pérdidas (perdidas de facultades físicas,
psíquicas, pérdidas afectivas, pérdidas económicas). Las pérdidas afectivas van acompañadas de tensión emocional y sentimientos de soledad, siendo lo más problemático, deben adaptarse a una nueva situación, se alejan de los amigos, nuevas responsabilidades. En el anciano soltero varían los sentimientos asociados a la pérdida ya que durante su vida las causas de satisfacción emocional o social han sido otras. Logra aceptar mejor la soledad y está preparado para afrontar los problemas que esto conlleva, sin embargo vive con mayor dolor la pérdida de los amigos.
Cambio de rol en la comunidad: Debemos valorar el aporte de las personas
mayores pues tienen más posibilidades de aportar conocimientos y de realizar tareas de ayuda comunitaria.
Consecuencias de la jubilación: Se da prioridad a los aspectos económicos,
sin tener en cuenta los aspectos físicos, psicológicos y sociales que conlleva la jubilación, ni tampoco la adaptación del trabajador a la jubilación. La adaptación es difícil porque la vida y sus valores están orientados en torno a la actividad. Se conoce más a la persona por lo que hace más que por su nombre. La pérdida de rol conlleva consecuencias sociales que repercuten en su situación económica e incluso en su salud física y psíquica.
Las relaciones sociales se reducen en forma importante al dejar el ambiente
laboral; los recursos económicos disminuyen en todo los casos, siendo en general insuficientes; el exceso de tiempo libre exige una reorganización de la vida cotidiana y una utilización de los recursos personales y culturales para evitar la angustia de no hacer nada. Coincide con la perdida de los amigos, seres queridos y la marcha de los hijos. Conocer las consecuencias es vital para prevenir y así mantener una calidad de vida.
Guillermard destaca tres tipos de rupturas: desvalorización como personas,
exceso de tiempo libre y la ausencia de socialización. Athaley destaca la importancia de emplear el tiempo libre en las personas jubiladas y puede constituir satisfacciones personales que evitan que se produzcan estas situaciones de crisis.
Apuntes para la asignatura de Recreación en Terapia Ocupacional