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El Perú es un país minero. Con esta premisa quiero empezar lo que es un intento
por esbozar las implicancias penales, como consecuencia del desarrollo de una de
las principales actividades económicas mundiales y una de las que más aporta al
producto bruto interno (PBI) del país; sin embargo, por las características de la
actividad, es también una de las que genera mayor impacto (positivo y negativo) en
su entorno y ha sido la causa de numerosos conflictos socio-ambientales.
Por otro lado, tenemos la otra cara de la moneda, que es la minería ilegal la cual
debe ser entendida como aquella actividad que, de acuerdo con el Decreto
Legislativo N° 1100, es realizada sin contar con la autorización de inicio o reinicio
de operación minera otorgada por la autoridad competente, previo informe técnico
favorable del Ministerio de Energía y Minas. Este tipo de minería ha venido
desarrollándose en nuestro país con especial incidencia en los departamentos de
Apurímac, Arequipa, Ica, Piura Puno, y Madre de Dios. Es en este último
departamento donde se ha presentado el escenario más complicado para el Estado,
pues existe un fuerte grupo de presión constituido por las casi 40,000 personas que
dependen en forma directa o indirecta de los réditos que produce la extracción
aurífera ilegal[2].
El tipo penal de minería ilegal comporta una figura básica (artículo 307-A del C.P.),
una figura agravada (Artículo 307-B del C.P.), una figura que criminaliza el
financiamiento de actos de minería ilegal (Artículo 307-C del C.P.), una figura que
criminaliza la obstaculización de las labores de fiscalización administrativa
(Artículo 307-D del C.P.), la criminalización del tráfico ilícito de insumos que
puedan beneficiar a esta actividad (Artículo 307-E del C.P.), y finalmente una
sanción de inhabilitación a los agentes que comentan este ilícito penal, dicha
sanción consiste en el impedimento de ser futuros titulares de concesiones
mineras (Artículo 307-F del C.P).
Para entender mejor la ratio decidendi de la tipificación del delito de minería ilegal,
debemos hacer la diferenciación entre minería ilegal e informal, dado que aunque
ambas se relacionan, existen ciertas particularidades que han permitido definir la
estrategia estatal para abordar la problemática de cada una de ellas.
Es por ello, que debemos partir de lo dispuesto mediante el D.L. N° 1100, publicado
el 18 de febrero del 2012, que establece la definición de lo que en el ámbito
administrativo se debía entender por minería ilegal, al señalar que el título de
concesión minera no faculta a iniciar actividades sino que es necesario tramitar
otro tipo de autorizaciones, permisos y licencias posteriores a este título firme; por
lo que el hecho de realizar actividades sin contar con esas autorizaciones es
considerada minería ilegal.
Así mismo este dispositivo legal precisa que debe entenderse como Minería
Informal la realizada bajo estos mismos presupuestos, pero con una diferencia
respecto de donde es ejercida dicha actividad minera, al señalar que esta debe ser
desarrollada en zonas no prohibidas para la actividad minera y siempre y cuando el
(los) sujeto(s) activo(s) hayan iniciado una proceso de formalización.
El delito minería Ilegal –tipo base- se encuentra tipificado en el artículo 307-A del
Código Penal de la siguiente manera:
“Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de cuatro años ni mayor
de ocho años y con cien a seiscientos días-multa, el que realice actividad de
exploración, extracción, explotación u otros actos similares, de recursos minerales,
metálicos o no metálicos, sin contar con la autorización de la entidad administrativa
competente, que cause o pueda causar perjuicio, alteración o daño al ambiente o
sus componentes, la calidad ambiental o la salud ambiental.
Si el agente actuó por culpa, la pena será privativa de libertad no mayor de tres años
o con prestación de servicios comunitarios de cuarenta a ochenta jornadas”[6].
Al igual que ocurre con el resto de los bienes jurídicos de naturaleza, en el presente
caso constituye un bien jurídico “supra-individual”, pues sus titularidad no recae en
una sola persona, sino al colectivo de la sociedad, (cuyo espectro se extiende a lo
largo de todo el derecho penal económico), por lo que existen importantes
dificultades para concretar el interés protegido en el campo del medio ambiente. Si
prescindiéramos de mayores exigencias, podríamos señalar que el “Medio
Ambiente” importa la plataforma esencial coexistencial de toda la
humanidad, conditio sine qua non para la supervivencia de la raza humana, de la
flora y de la fauna. Un sistema que compromete al mundo actual y a las
generaciones futuras[7]; pero si obráramos de este modo habríamos alcanzado
sólo una concreción insuficiente del bien jurídico, ya que nos estaríamos refiriendo,
bajo esa denominación, a un buen número de intereses de indudable raigambre
social que sin embargo encuentran protección en otros sectores del ordenamiento
jurídico, incluido el penal.
Partiremos que como en otros delitos de esta misma categoría –por ejemplo el
clásico tipo penal de contaminación ambiental (art. 304° del C.P.)- el delito de
minería ilegal tendrá como bien jurídico penalmente tutelado el correcto equilibro
del medio ambiente natural. Para Bramont-Arias “en el delito de contaminación
ambiental lo que se protege es el medio ambiente natural, concretado en la
protección de las propiedades del suelo, flora, fauna y recursos naturales que
permiten el mantenimiento de nuestro sistema de vida”[8]. El bien jurídico
protegido, por ende, constituye el medio ambiente, como atmósfera natural y
hábitat del ser humano y otros seres vivos que requieren estar desprovistos de
cualquier sustancia o elementos que tienda a alterar el estado normal de las
cosas[9].
Por su parte, Peña Cabrera, señala que “el bien jurídico es el ambiente merecedor
de tutela penal, ya que se trata de un bien jurídico de especial trascendencia cuya
protección resulta esencial para la propia existencia de los seres humanos, que en
estos tiempos está siendo seriamente amenazado”[10]. De otro lado Caro Coria,
respecto al bien jurídico protegido en del delito de contaminación ambiental,
sostiene que: “La fundamentación de que la estabilidad del ecosistema es el bien
jurídico-penal colectivo y autónomo tutelado mediante los delitos ambientales, no
es pacífica porque implica superar problemas de interpretación y posibles
inconsecuencias político criminales observados en el Derecho positivo”[11].
La Ley General del Ambiente, en su artículo 2.3., dispone que debe entenderse para
los efectos de la presente ley, que toda mención hecha al “ambiente” o a “sus
componentes” comprende a los elementos físicos, químicos y biológicos de
origen natural o antropogénico que en forma individual o asociada, conforman el
medio en el que se desarrolla la vida, siendo los factores que aseguran la salud
individual y colectiva de las personas y la conservación de los recursos naturales, la
diversidad biológica y el patrimonio cultural asociado a ellos, entre otros.
B) Sujetos:
De la redacción del tipo penal materia de análisis: “…el que realice actividad de
exploración, extracción, explotación u otros actos similares…”, nos puede llevar a
deducir que el sujeto activo puede ser cualquier persona, natural o física, no
debiendo tener ésta una cualidad funcionarial especial.
C) Conducta punible:
Adicionalmente se desprende del propio tenor del tipo que la conducta también
podrá ser realizada a título de culpa. Frente a ello y analizando los elementos
configurativos del tipo penal, ¿es posible que en algún caso este delito pueda ser
cometido a título de culpa?
El tipo penal de minería ilegal, así como todos los delitos tipificados en el Título
Décimo Tercero del Libro Segundo del Código Penal, tienen como requisito de
procedibilidad la emisión de un Informe Técnico Fundamentado (ITF) de la
autoridad ambiental competente.
Ahora bien, con la aprobación de la Ley General del Ambiente (LGA) se derogó la
Ley N° 26631, sin embargo lo establecido por esta ley fue íntegramente
incorporado en el artículo 149 de la LGA-modificado por el artículo 4 de la Ley Nº
29263-, donde se menciona expresamente que:
149.1) En las investigaciones penales por los delitos tipificados en el Título Décimo
Tercero del Libro Segundo del Código Penal, será de exigencia obligatoria la
evacuación de un informe fundamentado por escrito por la autoridad ambiental,
antes del pronunciamiento del fiscal provincial o FISCAL DE LA INVESTIGACIÓN
PREPARATORIA en la etapa intermedia del proceso penal. (…) Dicho informe
deberá ser merituado por el fiscal o juez al momento de expedir la resolución o
disposición correspondiente. (…)” (el destacado es nuestro).
Resulta claro que la exigencia previa del ITF de la autoridad ambiental competente
sobre infracción de la normativa ambiental constituye una condición procesal, lo
cual significa que su inobservancia deslegitima el ejercicio de la acción penal y
conduce a la nulidad procesal de lo actuado. El informe técnico no tiene la calidad
de vinculante y el Ministerio Público tiene la facultad de ejercer la acción aun
cuando el informe de la autoridad ambiental estime que no se ha infringido la
normativa ambiental. No obstante, sí está obligado a solicitarlo y analizarlo
conjuntamente con las demás pruebas e indicios antes de su pronunciamiento.
De esta manera, se señala que sólo habrá intervención del OEFA[14] para emitir el
informe o derivarlo a la entidad que considere competente en los casos en que:
2. El informe debe ser evacuado antes del pronunciamiento del fiscal provincial o
fiscal de la investigación preparatoria en la etapa intermedia del proceso penal
Para determinar en qué etapa del proceso penal se solicita el informe a la autoridad
ambiental competente, debemos recordar que el Código Procesal Penal establece
que:
– El fiscal inicia los actos de investigación cuando tiene conocimiento de la
sospecha de la comisión de un hecho que reviste los caracteres de delito.
De esta manera, con la modificación del artículo 149 de la LGA se modifica la figura
para la denuncia penal de los delitos ambientales, la cual deja de utilizar el informe
como un requisito para formalizar la denuncia y pasa a utilizar al informe de la
autoridad ambiental como parte de la investigación penal, por lo que se entiende
que la denuncia ya ha sido formalizada.
– Antecedentes.
– Base legal.
– Opinión ilustrativa sobre los elementos para una valoración del supuesto daño
ambiental causado, cuando corresponda.
– Conclusiones.
Un proceso penal que se resuelva en la fase de juicio oral, por razones de atipicidad,
no punibilidad, causas de extinción o por la ausencia de algún presupuesto procesal,
entre otros, significa que es, por regla general, un proceso que ha fracasado en la
ejecución del modelo; razón por la cual, lo que se debería debatir en una eventual
etapa de Juicio Oral es entre la condena o la absolución, en aplicación del principio
de In Dubio Pro Reo, y no sobre si finalmente el sujeto activo ha realizado una
actividad minera sin contar con la autorización administrativa correspondiente.
Esto se debe definir en la Etapa de Investigación Preparatoria.
V. SOBRE LA CONSECUENCIAS ACCESORIAS:
Creo que el Decreto Legislativo N° 1102, así como previo el tipo penal de minería
ilegal, debió también disponer la modificación del artículo 105° del CP, e incorporar
un ítem mediante el cual establezca directamente una sanción contra la(s)
compañía(s) minera(s) cuyos funcionarios incurran en el delito de minería ilegal -
Tercero Civilmente Responsable-, ya que en muchos casos son las empresas
quienes financian y promocionan, una suerte de sponsor, a personas naturales para
que ejerzan la minería ilegal[22] a cambio de que el mineral o el relave que generan
se les entreguen, para lo cual no dudan en suscribir acuerdos o establecer “alianzas”,
e incluso les dan Guías de Remisión de diferentes Concesiones Mineras para que
en caso sean detenidos por la PNP al momento de realizar el transporte tengan
como justificar el traslado del mineral.
Procesalmente y conforme lo señala el artículo 90° del Código Procesal Penal, las
personas jurídicas, siempre que sean pasibles de imponérseles las medidas
previstas en los artículos 104° y 105° del Código Penal, deberán ser emplazadas e
incorporadas en el proceso, a instancia del Fiscal. Además, siguiendo con lo
prescrito en el artículo 91°, del mismo cuerpo legal, el requerimiento de
incorporación podrá realizarse una vez que se haya comunicado la disposición de
formalizar y continuar con la investigación preparatoria al Juez de Investigación
Preparatoria. El plazo para solicitar dicha incorporación será hasta antes de dar por
concluida la Investigación Preparatoria.
VI. CONCLUSIONES
A un poco más de un año desde que el Ejecutivo emitió todo un paquete de normas
legales que busca restringir el ámbito en el que se despliega la minería ilegal y
sancionar estas ilícitas actividades (D.Leg. Nº 1102, por el cual se incorporan al
Código Penal los artículos 307-A, 307-B, 307-C, 307-D, 307-E y 307-F, y se
modifica los artículos 314 y 314-D; así como los D.Leg. 1100, 1103, 1104 y 1107),
ninguna de estas medidas drásticas han reducido esta ilegal actividad y mucho
menos ha surtido el carácter preventivo en la cual se inspiraba su naturaleza
jurídica.
El diario El Comercio señaló que ni los decretos que tipifican la minería ilegal como
delito, ni las normas que regulan los insumos como el combustible, ni el optimista
proceso de formalización iniciado en marzo del año pasado han contenido el
violento avanza de la minería ilegal en Madre de Dios. Un año y medio después de
los paquetes legislativos que buscaban ordenar la minería, nuevas imágenes
satelitales nos resumen la catástrofe ambiental y el infructuoso proceso de
formalización[23].
Existen diversas razones por las cuales los operativos organizados por las
autoridades (Ministerio Público, Policía, OEFA, DREM entre otros) no pueden
cumplir sus objetivos, como es el caso de la programación y realización de
operativos en zonas donde se ejecutan actividades de minería ilegal, muchas veces
los detalles y pormenores de estas intervenciones se filtran, ello en virtud de que
los propios policías o funcionarios han sido corrompidos por quienes ejercen esta
ilícita actividad y son alertados.