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Ref. Bibliográfica: WHITE, Elena G. de. El Hogar Cristiano. Buenos

Aires, Argentina. ACES, 2000, 541páginas.

Tiempo empleado: 13 horas

RESUMEN

Ellen White aborda en este libro cómo debería ser el hogar de cada persona, pero

en especial de los cristianos. Nos centraremos en los 10 primeros capítulos para hacer

un resumen de lo que Dios a través de su sierva quiere que sea el hogar adventista,

también extensivo a todos los hogares de la tierra.

La atmósfera del hogar tiene que ser ideal, como la del primer hogar que existió,

como el modelo establecido por Dios en el Edén. Si nuestros hogares llegaran a ser

como ese, la influencia sobre el mundo sería muy grande pues el testimonio de un

hogar perfecto en este mundo afectado por el pecado no tendría límites.

Pero el hogar comienza con una gran decisión, aquella de elegir al cónyuge. Que

los dos tengan costumbres comunes es algo imprescindible. La Biblia prohíbe los

casamientos de 2 personas de religiones diferentes, con la orden precisa del Señor de no

contraer matrimonio con otra persona que no sea del pueblo de Dios. Dios nos intenta

educar para que no tengamos que sufrir por culpa de nuestras elecciones de parejas no

creyentes, o de matrimonios apresurados.

El éxito está en nuestras manos, comenzando el matrimonio con promesas

solemnes, sinceridad, respeto, amor y sin dejar que otros, da igual quienes sean, entren

dentro del círculo matrimonial para juzgar o dar órdenes. La nueva familia toma sola

sus decisiones y recibe tanto el mal como el bien de sus respectivas decisiones.

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Los hijos en el hogar son la bendición del Señor. Para que los hijos sean un

éxito, los padres tienen que saber que Dios ordenó que el hogar sea la escuela más

importante. Los hijos tendrán las mismas características que los padres, pues copian de

ellos. Por eso los padres tienen que ser un ejemplo para los hijos, y educarlos en el

temor de Dios, para que siempre estén a su lado y no se aparten de Él.

El padre tiene responsabilidades en el hogar, debe ayudar a la esposa con las

cargas del hogar y ser de gran ayuda. El esposo que no ayuda en el hogar tiene que

cambiar su actitud. Debe ser amante y cariñoso con todos los miembros de la familia y

debe ser el ejemplo de la casa.

La reina del hogar es una influencia importantísima en la familia. Las madres

tienen un deber muy importante y una responsabilidad hacia los hijos y deberán

responder ante el cielo por todo lo que hacen. La madre tiene que enseñar a los hijos a

ser hombres y mujeres en esta vida, y prepararse para la vida futura.

OPINIÓN PERSONAL

Me parece oportuno destacar lo que pensaba antes y lo que pienso ahora como

veía el futuro de mi hogar y como lo veo ahora.

Reconozco que siempre quise un hogar formado en primer lugar por Dios, mi

esposa y yo, sin dejar de tener en cuenta los hijos que pudieran venir, ahora bien el

secreto del éxito está en poner en práctica todo aquello que Dios dice a través de su

sierva. Aunque nuestra regla sea la Biblia claro esta.

Pero a veces esto se hace difícil, creo que en teoría nadie me gana pero

reconozco que en realidad no cuesta tanto ponerlo en práctica como mantenerlo cada

día.

Cuando no tenía hijos para orgullo mío decía mis hijos no serán como estos o

aquellos pero ahora me doy cuenta que para tener una familia ideal conforme al plan de

Dios, se requiere mucho esfuerzo diario y sobre todo amor y oración.


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De lo contrario otros dirán de mi y de mi familia: yo no quiero que mi familia

sea así o que mis hijos se comporten de esa manera.

Tengo muy buenos recuerdos de este libro pues fue el primero que leí con mi

esposa. Ya que nos lo regaló la iglesia cuando nos casamos.

Ahora creo que con la ayuda de Dios vale la pena poner sus consejos en práctica,

pues de un hogar cuyo centro es Cristo irradia abundante luz capaz de alcanzar a

aquellos que aun no la tienen.

Recuerdo como si fuera hoy que hace algunos años cuando estudiaba

económicas, la profesora de redacción pregunto el significado de la palabra hogar, yo

respondí que hogar venia de la palabra hoguera, a lo que todos se rieron de mi.

Posteriormente dije que venía de esa raíz por que el hogar según yo había

aprendido y experimentado en primera persona era un lugar donde se recibía el calor de

la familia, de la madre, del padre y de todos los que forman parte de este círculo.

Al oír esto cambiaron sus semblantes y se pusieron pensativos, muchos después

me comentaron que querrían tener un hogar así.

Que el Señor nos ayude para que nuestros hogares lleguen a ser lo que debieran

en esta tierra para nuestro propio beneficio y también para beneficio de aquellos que

vean a Cristo reflejado en nuestros hogares.

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