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Resumen Abstract
Este ensayo pone en paralelo las This essay compares the persona-
personalidades y características li- lities and literary features of the two
terarias de los dos más grandes es- greatest writers of Russian Litera-
critores de la literatura rusa y, como ture and, as George Steiner points
afirma George Steiner, los dos más out, the two greatest novelists in
grandes novelistas del mundo. La history. The introduction refers to
introducción trata de los orígenes the origins of Russian Literature,
de la literatura rusa, desde sus fuen- from its popular ancient sources to
tes populares anónimas hasta los the dawn of the xix Century, when,
albores del siglo xix, cuando, con with Pushkin, Russian Literature ac-
Pushkin, arranca propiamente la li- tually begins.
teratura rusa.
Fuentes Humanísticas > Año 29 > Número 50 > I Semestre 2015 > pp. 9-26
Fecha de recepción 01/06/14 > Fecha de aceptación 10/12/14
*
Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco, Departamento de Humanidades.
10
Tolstoi y/o Dostoyevski
2
“Ralph Ellison”, entrevista de Alfred Chester y Vil-
ma Howard, en José Luis González (trad. y pre- 3
Fedor Dostoyevski, El idiota, tercera parte, Obras
sentación), El oficio de escritor, p. 304. completas, vol. II, p. 745.
12
Tolstoi y/o Dostoyevski
Tolstoi era un rico aristócrata ruso artículo aparte, puedo afirmar que con-
que participó como soldado en la Guerra siste en dirigirse a todos los personajes
de Crimea contra los turcos, donde com- con la misma mirada, en juzgarlos con el
prendió a fondo, como nadie en la histo- mismo rasero. Agudo crítico, León Trots-
ria de la literatura, el sentido –o sinsen- ki entendió así el realismo de Tolstoi:
tido– de la guerra. Se casó con Ana Sofía
Behrs y tuvo doce hijos. Grosso modo, po- Lo que más sorprende en este trabajo
demos decir que mientras Tolstoi es un titánico de creación, es tal vez el hecho de
novelista épico –con la carga de objetivi- que el artista no se permite, ni permite al
dad que esto supone–, particularmente lector, reservar su simpatía para tal o cual
en Guerra y paz –la monumental novela personaje suyo. Nunca nos muestra a sus
de más de mil páginas sobre la invasión héroes, como hace Turguénev, héroes
de Napoleón a Rusia–, Dostoyevski es un que, por otra parte, no ama, iluminados
novelista dramático, de la introspección, por luces de bengala o por la luz del
la intimidad y la subjetividad: es el hom- magnesio, jamás busca para ellos poses
bre subterráneo, de la contradicción y la ventajosas […] Pero es precisamente es-
paradoja. En Tolstoi vemos la tierra rusa, ta atención apasionada por todas las
los grandes espacios, los trigales inmen- partes aisladas lo que crea el patetismo
sos del verano o los inviernos inflexibles poderoso del conjunto. Se puede decir
que se despliegan ante la mirada atónita que esta obra [Guerra y paz] está toda
del lector. La acción completa de Guerra impregnada de panteísmo estético, que
y paz dura muchos años: al final asisti- ignora la belleza, la fealdad, la grandeza
mos incluso, sin piedad alguna, a la deca- o la pequeñez, ya que para él sólo la vi-
dencia humana de personajes como la da, en general, es grande y bella en la
preciosa muchacha que era Natasha Ros- eterna sucesión de sus manifestaciones
tov o el idealista Pierre Bezúkov. Las ac- más diversas.12
ciones poseen un ritmo justo, vertiginoso
o pausado, pero siempre musical, como el Lo cual no significa que en sus novelas no
curso de las estaciones. Era una mente esté presente la subjetividad. Personajes
embriagada de razón y de hechos, sen- como Pierre Bezúkov, de Guerra y paz,
tencia Steiner.11 El realismo de Tolstoi es o Levin, de Ana Karenina, son reflejos o
incomparable: parece que entre noso- proyecciones del mismo Tolstoi. En ambos
tros los lectores y su narración (pienso en personajes hay una búsqueda intransi-
Guerra y paz y en Ana Karenina) no existe gente de la verdad y una insatisfacción per-
la mediación de la escritura: es tal la exac- manente, que son también búsqueda e
titud de la observación de Tolstoi y el lujo insatisfacción suyas, como lo reflejan sus
de detalles, tan grande su vitalidad y fres- cartas y diarios y su propia biografía. Todas
cura, que parece que asistimos al espec- las verdades aceptadas se tambalean en
táculo de la vida misma, desplegándose su obra. Influido por Rousseau, cuestionó
ante nuestros ojos deslumbrados. Aunque la familia, la escolaridad y la educación
el tema del realismo de Tolstoi merece un
12
León Trotski, “León Tolstoi”, Sobre arte y cultura,
11
George Steiner, op. cit., p. 295. p. 26.
16
Tolstoi y/o Dostoyevski
Crimen y castigo es la novela más ame- dos están pendientes de todos. Sus no-
na y mejor estructurada de Dostoyevski, velas abundan en diálogos de conciencias
sin duda por su armazón policial. Raskól- que se interpenetran. Sobre todo El idiota
nikov, el joven estudiante, comete un do- y Demonios producen la impresión, de
ble crimen para demostrarse a sí mismo entrada, de una charlatanería sin término
que, nietzscheanamente, puede situarse y sin objeto: los personajes se espían y
más allá del bien y del mal. Pero no re- juzgan verbalmente.
siste el peso de su conciencia culpable y, El idiota, novela, en muchos sentidos
después de rescatar a Sonia, esa prostitu- genial, pero excesivamente extensa, está
ta evangélica, se entrega voluntariamente estorbada por la presencia de demasiados
al castigo. Aunque el personaje central es personajes e incidentes secundarios que
complejo, Dostoyevski es capaz de sumer- nos desvían del conflicto central: la ade-
girnos aún más en los abismos del mal: cuación o no del epiléptico príncipe Mish-
está ese personaje alucinante que es Svi- kin a la vida social en San Petersburgo. Es
drigáilov, pedófilo y suicida. Para Dosto- una especie de santo, una suerte de imi-
yevski no parece haber misterio mayor tación de Cristo que acabará sucumbien-
que el suicidio, por ser la negación ab- do en la cruz sin clavos de un sanatorio
soluta de Dios. De aquí en adelante, los suizo. Permanentemente invadido por la
grandes suicidas desfilarán en sus obras: presencia humana, angustia al lector
Stavroguin, Kirillov, Smerdiakov. Desde la imposibilidad del príncipe de estar solo.
Memorias del subsuelo hasta Los herma- Aquí echamos de menos el “silencio” o
nos Karamázov, las novelas de Dostoyevs- el rumor de las ruedecillas de la concien-
ki poseen una concentración extrema de cia de libros como Memorias del subsue-
tiempo y lugar. El escenario, en el fondo, lo (1864) –que es un formidable alega-
es la conciencia humana, entendida de las to contra el positivismo europeo y un
dos formas, como instrumento cognosci- precursor del existencialismo– o Crimen y
tivo y como instrumento moral. castigo, donde los personajes están más
Tolstoi era un clásico luminoso; Dos- consigo mismos. Invade a Mishkin un ru-
toyevski, un romántico sombrío. La pers- mor social constante, que, sumado al
pectiva de Tolstoi es histórica y social; la crimen en que se ve envuelto, provoca
de Dostoyevski, psicológica y metafísica. su nuevo internamiento, de donde había
Los personajes de Tolstoi son históricos, venido. Walter Benjamin observa, con
en el sentido de que hablan y actúan en agudeza, que:
un tiempo determinado y en una sociedad
determinada, con sus reglas de moral y de [...] todos los acontecimientos, por más
conducta; los personajes de Dostoyevs- lejos que vayan transcurriendo, gravitan
ki, en cambio, parecen extraviarse en sus hacia él, y solamente esta general gra-
propias palabras, situarse fuera del tiem- vitación de todas las cosas y de todas
po y el espacio. La historia externa ocurre las personas hacia una persona es el
sólo como reflejo en sus conciencias. Se contenido verdadero del libro.21
sitúan en las puertas y vestíbulos, lugares
donde ocurren las crisis y las rupturas, la
catástrofe y el escándalo. En realidad, to- 21
Walter Benjamin, loc. cit., p. 243.
20
Tolstoi y/o Dostoyevski
Sin habérselo propuesto, quizá (ya que retiene su identidad como línea hasta
Dostoyevski trabajaba sus novelas como cierto grado, en contraste con la música
un galeote, a toda prisa y sin detenerse monofónica, que consiste en una melodía
mucho a pensar en las mejores posibi- o conjunto de melodías con una sola voz.
lidades artísticas), guiado sólo por sus La monofonía es una sola voz que canta
necesidades expresivas, hizo una innova- una línea u obra musical. Toda nuestra
ción importante en el arte de la novela, música popular es monofónica: un solo
eso que Bajtín llamó el dialogismo o no- cantante o un dúo o trío cantan las mismas
vela polifónica.22 Mientras redactaba El líneas, sólo que una tercera arriba o deba-
idiota, el hombre perdía ingentes canti- jo de la voz central. La polifonía en cambio,
dades de dinero en los casinos de Alema- es el entrecruzamiento de voces diversas
nia y se iba endeudando con sus editores, que forman el tejido musical conservando
a quienes, en plena época de la novela por su individualidad. En el Renacimiento se
entregas, vendía por pliegos sus textos. inventó la polifonía en la música coral:
De este modo, El idiota se fue rellenando cuatro voces –la soprano, la contralto, el
de mucho material acaso innecesario. Lo tenor y el bajo– entrecruzan sus voces
mismo que en Demonios, la abundancia (conservando sus identidades) para for-
de diálogos es apabullante (Mishkin nun- mar el tejido musical. Lo que, según Baj-
ca puede estar solo), pero esta circuns- tín, Dostoyevski inventó, es la novela dia-
tancia obligó a Dostoyevski a usarlos de lógica o polifónica.
una manera inédita. En una novela dialó- En este nuevo tipo de novela, los
gica no existe una conciencia central del diálogos se entrecruzan entre sí de mane-
autor, sino que muchas voces rivalizan en- ra polifónica, de manera que un persona-
tre sí, se superponen, se contraponen, se je es el resultado de las diferentes voces
entrecruzan, conservando su indepen- que los demás emiten acerca de él. Es como
dencia. Y la voz del autor es una más en el una red musical. Stavroguin, por ejemplo,
conjunto: no es, como he dicho, una con- uno de los personajes más enigmáticos de
ciencia central, como se ve en cualquier Demonios y de toda la novela rusa, es un
otro novelista de la época, incluido Tolstoi, poco la suma de las visiones parciales que
sino voces diversas que se interpenetran la sociedad tiene de él. De ahí su carácter
conservando siempre su independencia. enigmático. Y lo mismo podemos decir
De este modo, los diálogos son como de otros personajes determinados por la
voces invasoras de la intimidad de los palabra ajena.
otros. La novela polifónica habrá de influir La versión que los demás personajes
en escritores tan disímiles como James tienen de cualquiera de ellos define su
Joyce, Virginia Woolf, William Faulkner o identidad. En la ilustración siguiente,
Alberto Moravia. aparece en el centro el personaje de
La polifonía es un término prestado Stavroguin, “invadido” por las versiones
de la música. Consiste en la combinación que de él tienen Varvara Petrovna, Kirillov,
simultánea de varias líneas musicales de Schátov y Verjovenski. Pero también los
diseño individual, cada una de las cuales otros están “invadidos” por las opiniones
de Stavroguin:
22
Mijail Bajtín, Problemas de la poética de Dostoyevski.
21
Fuentes Humanísticas 50 > Dosier > Vladimiro Rivas Iturralde
La pluralidad de voces y conciencias inde- Demonios es, acaso, la novela más trans-
pendientes e inconfundibles, la auténtica gresora de Dostoyevski. Desfilan por es-
polifonía de voces autónomas viene a ser tas páginas verdaderas encarnaciones del
la característica principal de las novelas mal: Stavroguin, Verjovenski, el alucinan-
de Dostoyevski. te Kirillov, quien luego de predicar el
nihilismo a sus amigos, se pega un tiro co-
Con independientes Bajtín quiere decir que mo argumento lógico final para demos-
sus personajes (Raskólnikov, Svidrigáilov, trar sus principios ateos: un suicidio filo-
el príncipe Mishkin, Stavroguin, los Kara- sófico. Este personaje ha inspirado dos
mazov) no son títeres ni esclavos del excelentes libros de Albert Camus sobre
autor, sino voces autónomas, capaces
de enfrentarse al creador, de no estar de
acuerdo con él y hasta de oponérsele. 23
Vladimiro Rivas Iturralde, “Dostoyevski: del chisme
Demonios (1871) es la gran novela po- al carnaval”, Desciframiento y complicidades, p. 159.
24
Octavio Paz, “Dostoyevski: el diablo y el ideólogo”,
lítica de Dostoyevski y, junto con Los her- p. 47.
22
Tolstoi y/o Dostoyevski
25
Vladimir Nabokov, op. cit., p. 98. 26
Freud, loc. cit.
23
Fuentes Humanísticas 50 > Dosier > Vladimiro Rivas Iturralde
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