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Desde que la sociedad se conformó, los mismos que la integran han realizado diálogos y
discusiones para definir situaciones, actividades y organizaciones para llegar a un fin común
con el que todos estuvieran de acuerdo y pudieran lograr conformidad en toda la comunidad.
La participación ciudadana es tan importante hoy por diferentes razones, pero la principal es
que participar en las cuestiones que afectan a nuestro día a día es un derecho. Según el
Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio (2016), la participación “es un proceso social el
cual resulta de la acción intencionada de individuos y grupos en busca de metas específicas;
en función de intereses diversos y en el contexto de tramas concretas de relaciones sociales
y relaciones de poder”, acción intencionada que ha surgido infinidad de veces del
desconcierto o inconformidad por sucesos que ocurren en su territorio, comunidad o país.
Muchas de las decisiones que a diario se toman en una comunidad son tomadas sin tenerlas
en cuenta, lo que puede ocasionar graves consecuencias.
Cuando un ciudadano participa puede influir y formar parte de las decisiones que lo afectan
al mismo tiempo que se convierten en personas comprometidas con su entorno, esto último
es importante en el sentido de que con la participación se adquiere un grado de compromiso
y responsabilidad frente al caso, el cual va aumentando a medida que se fortalece el nivel de
participación.
Como dijo Platón: “Uno de los castigos por rehusarte a participar en política, es que
terminarás siendo gobernado por hombres inferiores a ti”. Por esto la participación
ciudadana en todos los procesos y políticas públicas como la ordenación del territorio es muy
necesaria, pues significa la democratización de las decisiones futuras para el desarrollo de un
país, por tal razón se hace necesario la divulgación y promoción de las políticas públicas a la
comunidad para lograr la participación ciudadana, por medio de las acciones individuales o
colectivas que incidan en las decisiones políticas o administrativas.
Para concluir, cabe mencionar de qué manera se fomenta la participación en Colombia: los
principios legales sustentados en la Constitución Política de Colombia, estos son la primera
guía con la que se cuenta para poder conocer las diferentes formas con las que cuentan los
ciudadanos en materia de participación, sabiendo que entre estas se encuentran en artículos
(1, 2, 13, 20, 23), decretos y leyes como la 134 de 1994, por la cual se dictan normas sobre
mecanismos de participación ciudadana. Documentos como estos establecen no solo los
derechos sino también los deberes que las personas civiles tienen de acuerdo a su
participación frente a cualquier situación que les competa. En la constitución colombiana se
puede apreciar de manera más ilustrativa cómo pueden participar los ciudadanos, bien sea
desde el simple hecho de realizar solicitudes de acceso a la información hasta la asociación
de individuos para tratar asuntos políticos, económicos, sociales y culturales de la sociedad;
son ventajas y herramientas que el mismo estado nos ofrece para no quedarnos callados y
para tomar también las riendas de un territorio que exclusivamente le pertenece a aquellos
que lo conforman y lo construyen.