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Al ver estas razones de Lucas podemos decir también no solo con la porción escrita por él,
sino por los de todos los apóstoles al escribir las verdades acerca de la iglesia o la forma en
cómo debe vivir cada una de ellas, por ende nos damos cuenta que todos los escritos sobre
la iglesia es tan fuerte porque no estamos solos en el presente; entonces tenemos esa gran
certeza de decir que no estamos solos y además de no estar solos somos tan poderosos en
cristo Jesús.
El autor tiene toda la razón al decir “que el segundo libro, empero, casi parece haber
quedado inconcluso”. Esto tenía que ser así, porque la historia que Lucas está narrando
necesariamente no ha de tener fin hasta que el Señor venga.
Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y
nacido bajo ley (Gálatas 4:4).
Los primeros cristianos -Pablo entre ellos-no creían que el tiempo y el lugar del nacimiento
de Jesús fueron dejados al azar. Al contrario, aquellos cristianos veían la mano de Dios
preparando el advenimiento de Jesús en todos los acontecimientos anteriores a la Navidad,
y en todas las circunstancias históricas que lo rodearon.
Claro que sí, el tiempo de Dios tenía que cumplir siempre para poder ser testigos a
Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
No construyeron templos en los cuales ofrecer sacrificios, sino más bien sinagogas en las
que estudiaban las Escrituras. Esto es interesante ya que el estudio de la Palabra tiene que
ser lo primero en todo.
El mundo grecorromano
Los caminos romanos, que unían hasta las distantes provincias, y algunos de los cuales
existen todavía, no fueron ajenos a las plantas de los cristianos que iban de un lugar a otro
llevando el mensaje de la redención en Jesucristo. Nos damos cuenta cómo Dios tiene ese
plan maravilloso de expandir el evangelio y poco a poco fue expandiéndose.
Que interesante saber de cómo el cristianismo poco a poco se fue expandiéndose, obra
maravillosa de Dios por la cual nos regocijamos hoy en la cruz.