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EL TRIBUTO COMO RELACION HISTORICA


El Tributo era desconocido en la antigüedad, ya que los pueblos antiguos tenían una
forma rudimentaria de organización política y por la tanto en la tribu, el clan,
cubrían sus necesidades de forma simple, ya que satisfacían sus necesidades a través
de la caza, la pesca, consiguiendo alimentos de la naturaleza, los hombres del
grupo eran todos soldados y cazadores, por lo que no necesitaban un presupuesto
para pagar una administración burocrática o mantener un ejército en armas.
1. EL TRIBUTO Y LA RELIGIÓN.
La palabra –DIEZMO-, en la etimología cristiana primitiva, se entendía por la
décima parte de los frutos que provienen de los campos, prados, viñas, árboles y
animales (productos, no dinero). Las primicias eran la primera parte de los
frutos o ganados que ofrecían los judíos a Dios. (Los diez primeros o la décima
parte de los productos para Dios, quizá evocando simbólicamente los Diez
Mandamientos).
«En los primeros tiempos de la Iglesia, los Apóstoles y demás sacerdotes se
mantenían con las ofrendas voluntarias de los fieles, las cuales eran numerosas y
en algunas partes no solo sufragaban para el sustento de los ministros y gastos
del culto, sino que excedían y sobraban para los pobres.»
No está muy claro a partir de qué hito se haya impuesto al pueblo cristiano el
precepto de pagar los diezmos. En los siglos I, II y III en que hubo
persecuciones a la Iglesia no consta que se haya introducido la costumbre de
pagar décimas, ni estaban registradas entre las rentas eclesiásticas. Una vez
cesada la persecución en los siglos IV y V, se encuentran algunas declamaciones
de Papas exhortando a los pueblos cristianos a efectuar la regalía en moneda.

2. EL TRIBUTO EN LAS SOCIEDADES ORIENTALES.


La Civilización China, una de las más antiguas del mundo, floreció en la fértil
cuenca del río Amarillo. Durante milenios su sistema político se basó en monarquías
hereditarias, conocidas como -dinastías-. En el periodo más próspero y poderoso del
Imperio chino se establecieron relaciones tributarias regulares con los pueblos
vecinos nómadas y sedentarios para complementar mutuamente las necesidades.

3. EL TRIBUTO EN GRECIA Y ROMA.


Grecia. - En la guerra, los atenienses creaban un tributo que se llamaba EISFORA,
por el cual todas las personas estaban obligadas a pagarlo para solventar los gastos
producidos a consecuencia de la guerra; se rescindía de este tributo cuando la
guerra terminaba.
Roma. - Cuando se fundó la -Ciudad de Roma-, no requerían de los tributos porque
sus necesidades se circunscribían a lo elemental y cuando deseaban incrementar su
riqueza invadían a los pueblos vecinos, sometían a sus habitantes y les quitaban
sus bienes consistentes en metales, ganados y esclavos.

Posteriormente, con la consolidación del -Imperio Romano- se emitieron leyes que


imponían el pago de tributos a los integrantes de los pueblos invadidos. Las
constantes guerras que iniciaba el imperio, determinaron la disminución de los
recursos del Estado, razón por la que la imposición de tributos se extendió también
a los ciudadanos romanos y se introdujo la “CAPITIS DIMINUTIO MÁXIMA” que consistía
en que el ciudadano que no pagara sus tributos podía ser reducido a la esclavitud.
*Los primeros tributos eran Derechos de Aduana, de importación y exportación, eran
llamados “PORTORIA” *Se tiene otro antecedente de Cesar Augusto, quien impuso el
“TRIBUTO A LA HERENCIA” en un 5%, exceptuando donaciones para hijos y esposas; ello
con la finalidad de proveer fondos de retiro para los militares.

4. EL TRIBUTO EN LA EDAD MEDIA


La Edad Media: La mayoría de los impuestos desaparecieron y fueron sustituidos por
“contribuciones en trabajo y especie”. Perduraron los de tránsito de pasajeros,
mercancías, ferias y mercados.
La formación de los Estados-nación en los siglos XV y XVI y la consecuente expansión
ultramarina de España y Portugal provocaron que la base de recaudación del sistema
tributario se ampliara y se volviera más compleja.
En la Edad Media, eran cuantiosos y diversos los impuestos que estaban obligados
a pagar los vasallos al rey, a la iglesia o a su señor. La Monarquía, para cubrir
sus cuantiosos gastos, desarrolló un modelo tributario que le permitía obtener de
sus súbditos rentas cada vez más cuantiosas. Hasta mediados del siglo XIII,
dichos gravámenes se reducían a “prestaciones personales” que se pagaban en
especie; todo lo que pudiera ser fruto de la tierra, además de la cría de
ganados, etc., ya que el monarca tenía siempre parte en los ingresos del
labrador.
Conforme avanzaba el tiempo estas prestaciones se diversificaron y algunas se
convirtieron en económicas, otras podían redimir una pena mediante el pago de una
determinada cantidad monetaria estipulada previamente. También, en no pocas
ocasiones, salían a la luz enfrentamientos más o menos declarados entre los
concejos y la institución monárquica derivados del cobro o pago de estos
tributos.
La Hacienda Real obtiene fondos principalmente de tributos directos: rentas sobre
personas, propiedades reales, regalías y monopolios.
En muchas ocasiones a lo largo de la historia, y por diferentes motivos, se vio
favorecida por privilegios reales quedando exenta del pago de algunos de estos
tributos.
Algunos impuestos, tributos y rentas de la Edad Media.
“Las acémilas” Eran aportaciones de mulas o animales de carga para el acarreo de
víveres y cargas en campañas militares. Al ser de carácter ocasional impidió que
generaran un impuesto fijo y continuado.

“Las caballerías” Era el pago que se hacía anualmente para mantener todo lo
relacionado con las mismas (guerreros con su montura, equipo de armamento y
manutención de los animales)
“Las calumnias” o “calonias” Eran las multas que imponía la justicia en el
ejercicio de sus funciones. Junto con las PECHAS era el impuesto más extendido,
contribuyendo por ello a aumentar considerablemente las arcas de la Hacienda
pública.
“El carneraje” Era otro tributo que se aplicaba sobre los ganados trashumantes
que atravesaban las tierras del reino. La primera vez en la que se tiene noticia
de este impuesto es en 1105, cuando Alfonso I exime a los clérigos de San Esteban
y a sus bienes de “carnale et de fossatera”
“La cena” Era un tributo fijo que se pagaba para sufragar los gastos de una corte
real itinerante, pagada en un principio en especie, pero cuando la administración
real se asentó de una forma más o menos estable en una ciudad pasó a ser pagado
en dinero. Las aljamas judías eran las que con más frecuencia satisfacían esta
retribución.
“El diezmo” (o décimo) Era el impuesto o tributo por el que los fieles entregaban
a la Iglesia la décima parte de sus frutos o provechos para el mantenimiento del
culto y ejercicio del ministerio eclesiástico.

“La fonssadera” Era el tributo que debían pagar los hombres libres y vasallos en
concepto de contribución a la defensa del territorio, y también se llamaba así al
-trabajo personal- que dichas personas realizaban para mantener en buen estado
las construcciones defensivas; estos trabajos personales no generaban pago
alguno. Para el mantenimiento de los castillos se les pagaba directamente a los
tenientes de la Hacienda Real parte de los tributos obtenidos de las rentas de
una judería, generalmente del lugar donde se ubicaba el castillo.
“La fossatera” Era el impuesto que debían satisfacer los que debían ir a la
guerra, pero no concurrían a ella.

5. TRIBUTO EN LAS SOCIEDADES PREHISPÁNICAS.


*La tributación en el Perú prehispánico.
En la -sociedad y la economía andina prehispánica- no existieron el comercio, la
moneda, ni el mercado, pero si el intercambio de bienes y prestación de servicios.
De esta manera, la forma de acumular recursos se organizó alrededor de dos principios
claves: la RECIPROCIDAD y la forma particular de REDISTRIBUCIÓN que tenían los
antiguos peruanos, y ambos principios se encontraron sustentados en las relaciones
de parentesco.
La Reciprocidad, Medio o sistema de intercambio que permitía obtener recursos, mano
de obra y servicios. La reciprocidad se sustentó en el incremento de lazos
familiares, es decir, la multiplicación de los vínculos de parentesco fue necesaria
para la existencia y continuidad de la reciprocidad.
La Redistribución, Función realizada por el Jefe del Ayllu, Curaca o Inca, quien
concentraba parte de la producción que posteriormente era distribuida a la comunidad
o diversas comunidades, en épocas de carencia, o para complementar la producción
de esos lugares.
*Niveles de reciprocidad y redistribución
a) El Ayni.
Era el trabajo solidario que se prestaba en forma regular y continua entre los
miembros de un mismo ayllu y entre ayllus. Por ejemplo, si una persona necesitaba
construir una vivienda, convocaba a los miembros del ayllu y hacían dicho trabajo;
el beneficiado los agasajaba con alimento y bebida. Luego, este participaba en otra
labor comunal de ayuda a un integrante de su ayllu y de esta forma “devolvía” el
servicio recibido.
De igual forma, los miembros de un ayllu prestaban sus servicios a los de otro
ayllu. A cambio, estos les entregaban el alimento necesario para que cumplan la
labor. En otros momentos, la situación se invertía. Este nivel de reciprocidad, que
era simétrico, solo permitía una redistribución en pequeña escala.
b) La Mita.
Era el -trabajo colectivo- que realizaban los Ayllus a favor de su Curaca o del
Inca.
El tributo en forma de trabajo colectivo: agrario, artesanal, minero, pesquero y
en construcción de obras públicas.
Conclusiones
Las Sociedades Prehispánicas, habían desarrollado formas de tributación alrededor
de las cuales se estructuraba su vida económica y social, y, especialmente, la
consecución del bienestar y la acumulación de riqueza. También era la manera como
se relacionaban con el poder local (curacas) y con el poder central (Estado inca).
El aporte de mano de obra o bienes les daba la condición de runas y los convertía
en sujetos de beneficios, como de obras públicas, servicios de protección y
obsequios. La tributación se basaba en los principios de Solidaridad Y Reciprocidad.
Es necesario destacar que en esa misma época (siglo XVI), en el mundo occidental
el tributo era confiscatorio.

El tipo de tributo creado y asumido en el mundo andino, antes de la conquista, era


similar al de la contribución moderna, entendida como aquel tributo cuya obligación
es generada para la realización de obras públicas o actividades estatales en
beneficio de un determinado grupo de contribuyentes (los que pagan la contribución)
y sus familiares (derecho habiente).

En el caso peruano y de otras culturas similares, -el contribuyente era el ayllu-


y sus integrantes eran responsables solidarios: hombres y mujeres adultos.

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