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Crisis y fragmentación del Imperio Romano

A mediados del siglo III podrás comprender cómo en este siglo Roma y su imperio entró en
una grave crisis que tuvo diversas causas:

Demográficas: disminución de población tras la peste del año 180 y sus brotes posteriores.
Económicas: descenso de las conquistas, devaluación monetaria e inflación.
Políticas: inestabilidad de la figura imperial, sujeta a las ambiciones de los militares.
Sociales: ruralización de la sociedad, que se traslada al campo para pagar menos impuestos,
con lo cual se agravó la situación para pagar a los soldados, base del Imperio.

A todo ello se unió la presión que los pueblos bárbaros ejercían sobre las fronteras del
Imperio, como puedes ver.

(Conviene que sepas que para los romanos el significado de la palabra bárbaro era sinónimo de
extranjero, pero como estos pueblos venían con unas costumbres y modo de vida que nada
tenían que ver con el refinamiento romano, hasta nosotros ha pasado el término con el
significado de cruel o grosero)

Para tratar de frenar esta crisis, a mediados del s. III Diocleciano puso en marcha varias
acciones o reformas:

-Persecución a los cristianos, considerados enemigos del Imperio.


-Fortalecimiento del papel del Estado.
-Fijación de precios máximos de venta de productos.
-Institución de la tetrarquía, gobierno de dos augustos y dos césares, herederos suyos

Su labor fue continuada por Constantino, emperador tras el fracaso de la tetrarquía, que
concedió libertad a los cristianos. En el campo aumentaban las revueltas campesinas, con lo
que la situación no mejoró.

Por ello, a la muerte de Teodosio, en el 395, el Imperio se dividió entre sus dos hijos para
facilitar su defensa:

La parte oriental resistiría la presión de los bárbaros y se convertiría en el Imperio bizantino,


mientras que la parte occidental desaparecería en el s. V (476) cuando los bárbaros
depusieron al último emperador, Rómulo Augústulo.

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