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su familia (como representante) deciden “donar” los órganos, para que sean extraídos del cuerpo
e implantados en otra persona con el fin de salvar vidas
La donación de órganos puede ser realizada por personas vivas que ceden un órgano a algún
familiar siempre y cuando esto no altere el funcionamiento vital de su cuerpo) o por pacientes
fallecidos, en los que se solicita la autorización familiar. En el caso de los donantes fallecidos, la
extracción de los órganos y tejidos donados se realiza en pabellón, con cirujanos altamente
especializados, que los procuran de manera prolija resguardo el cuerpo de la persona, que luego
será entregado a sus familiares.
En la medida de que más personas decidan ser donantes de órganos, más pacientes podrán
encontrar opciones para salvar su vida.
El bajo número de donantes que registraba el país hace algunos años obligó a las autoridades a
implementar la Ley de Donación de Órganos que estipula que, por defecto, todos los mayores de
18 años serán donantes de órganos de forma obligatoria, a partir de su fallecimiento.
Actualmente casi 2 mil personas están esperando un órgano en el país y nueve de ellas están en
urgencia para trasplante. De ésta cifra, tres son niños: Dos requieren un corazón y uno un
pulmón.
La ley chilena establece que desde los 18 años se considera donante a toda persona fallecida, a
menos que en vida haya dejado alguna manifestación expresa de no querer serlo. En el caso de
menores de 18 años, sólo los padres o el representante legal pueden autorizar la donación.Los
donantes de órganos pueden ser personas de cualquier edad, que habitualmente fallecen por
daño cerebral (accidente cerebro vascular, traumatismo encéfalocraneano, etc.), que conservan
en buenas condiciones sus otros órganos y no tienen enfermedades potencialmente
transmisibles de un cuerpo a otro, como infecciones o cáncer, entre otras.
Las únicas contraindicaciones para ser donante son: ser portador de VIH, quien tenga infecciones
graves no controladas o cáncer con metástasis.
En caso de existir duda fundada respecto de la calidad de donante, la ley establece un sistema de
consulta a determinadas personas. Esta consulta debe ser en el siguiente orden de prelación:
primer lugar al cónyuge que vivía con el fallecido o la persona que convivía con él en relación de
tipo conyugal. Si no hay cónyuge o conviviente se sigue consultando a los siguientes parientes en
el siguiente orden:
La ley definió qué se entiende por duda fundada. Señala que la hay si se presentan ante el médico
encargado del procedimiento documentos contradictorios o si hay contradicciones entre los
familiares.
Cualquier persona cuyo estado de salud lo requiera tiene derecho a ser receptora de órganos. Si
varias personas se encuentren en igualdad de condiciones para la recepción de un órgano, el
hecho de no estar inscrito en el Registro de No Donantes deberá tomarse en cuenta para
priorizarlo respecto del que sí lo está.
Como todos los mayores de 18 años son automáticamente donantes de órganos, no se requiere
una autorización especial o trámite particular para serlo.
¿Cuándo se hace efectiva la donación de órganos?
Cuando se haya acreditado la muerte encefálica por dos médicos cirujanos distintos a los que
realizarán el trasplante.
La pérdida total e irreversible de todas las funciones del cerebro. Se pierde la capacidad de
respirar y el cuerpo de la persona sólo puede ser mantenido en forma artificial por algunas horas.
Si la persona murió como resultado de un delito, quien debe autorizar la extracción de órganos es
el fiscal, previa consulta al Servicio Médico Legal.
El corazón, pulmón, hígado, riñones, páncreas, córneas, válvulas cardíacas, huesos y piel.
Los familiares del donante, ¿pueden conocer los nombres de los pacientes que reciben los
órganos?
No. La donación debe ser totalmente anónima. No se puede facilitar ningún tipo de información
que revele la identidad del donante y/o del receptor. La única excepción son los directamente
interesados en una donación entre personas vivas.
Sí, el Registro Nacional de Receptores de Órganos, que está a cargo del Instituto de Salud Pública
con la información de las listas de espera de los establecimientos autorizados a efectuar
trasplantes de órganos.
Sí, pero deben cumplirse ciertas condiciones. La extracción de órganos en vida con fines de
trasplante sólo se realizará cuando se estime que razonablemente no causará un grave perjuicio a
la salud del donante y existan perspectivas de éxito para conservar la vida o mejorar la salud del
receptor. La extracción siempre deberá practicarse previo informe positivo de aptitud física.
Se permitirá la extracción de órganos en vida con fines de trasplante cuando el donante sea una
persona capaz, mayor de dieciocho años, y se ofrezca voluntariamente y en forma altruista para la
extracción y donación en vida.
En este caso, el órgano extraído tendrá como destino ser trasplantado a la persona que
corresponda y esté incluida en el registro nacional de potenciales receptores de órganos a cargo
del Instituto de Salud Pública de Chile, con el propósito de conservar su vida o mejorar su salud. Es
decir el donante no puede elegir a quien hacer la donación, puesto que ésta se hará según la lista
de espera.
Se puede dar cuando hay un pariente que quiera donar y el receptor no es compatible. Si aparece
otra pareja de donante y receptor que esté en la misma condición, se podrá explorar si hay
compatibilidad para ser donantes cruzados. Si así fuese, se podría autorizar la realización de
ambos trasplantes.
Si una persona va a ser donante en vida y cambia de opinión, tiene hasta el momento mismo de la
intervención quirúrgica para anular su consentimiento.
Sí. Nunca se extraen los órganos de una persona, sin antes conversar con la familia acerca de la
última voluntad y que ellos accedan firmando las actas legales para proceder a la donación.
Si la familia se opone a la donación, aun cuando el fallecido haya manifestado su voluntad de ser
donante en vida, se respeta la decisión de los deudos. Por eso es importante conversar en familia
este tema, ya que en muchos casos es el desconocimiento o la duda inducen la negativa de la
familia.
Donante después del fallecimiento: es aquel paciente que, una vez fallecido, dona sus órganos. En
este caso siempre el donante ha fallecido por daño cerebral severo que provoca una suspensión
irreversible de todas las funciones cerebrales (muerte cerebral) o por la detención del
funcionamiento del corazón y los pulmones (parada cardio-respiratoria). Sólo del 2% de los
fallecidos de un país cumple criterios de muerte encefálica.
¿Cambiará la actitud de los médicos a la hora de atenderme en un momento crítico, si
saben que soy donante?
No. Todos los equipos de salud trabajan para salvar la vida de los pacientes y agotan hasta el
último recurso antes de pensar en la donación de órganos. Los profesionales que trabajan en
donación y trasplante no atienden a los pacientes de manera directa, hasta que el médico
tratante no descarta todas las posibilidades de tratamiento. Sólo cuando se han hecho todos los
esfuerzos y la muerte es el único camino posible, se notifica al equipo de donación y trasplante
para que se haga cargo del proceso de donación.
La muerte cerebral es la muerte de una persona, ocurrida a causa de un daño neurológico severo
que genera el cese total e irreversible de la actividad de todo el cerebro. A raíz de este daño todas
las funciones corporales reguladas por la función cerebral comienzan a deteriorarse hasta que se
detienen totalmente.
- Encefalopatías anoxicas.
Una vez que ocurre la muerte cerebral se mantiene el funcionamiento de otros órganos como el
corazón o los pulmones a través de respiradores artificiales y medicamentos, con el objetivo de
conservarlos para que puedan ser donados. Sin embargo, este soporte funciona por algunas horas,
luego de eso los órganos inevitablemente se detienen.
¿Cómo se sabe que una persona está en muerte cerebral?
No. Todos los gastos asociados a la donación (certificación de muerte encefálica, mantención de
donante luego de aceptada la donación y pabellón de extracción) y los gastos de implantación del
órgano en el receptor se cobran al sistema de salud del paciente que recibe el órgano.
No. La ley chilena define la donación de órganos, ya sea de donante vivo o cadáver, como un acto
gratuito. Está prohibido y sancionado por ley cualquier acción tendiente a sacar provecho
económico de un órgano propio o ajeno.
La asignación y distribución de los órganos originados desde un donante cadáver se realiza según
las listas de espera que administra el Instituto de Salud Pública, las cuales se encuentran
priorizadas por gravedad del receptor o antigüedad del paciente en la lista.Ello permite asignar los
órganos de manera ordenada por prioridad y además por compatibilidad del donante con el
receptor. Las listas de espera son únicas y de carácter nacional, por lo que incluyen a todos los
pacientes que necesitan un trasplante, independiente del sistema previsional, del lugar donde se
realiza el trasplante y de la condición socio-económica del receptor.
¿Cuál es el organismo oficial responsable del desarrollo de los programas de donación y
trasplante de órganos en Chile?
Según la ley N° 20.413, su misión es la implementación de una política nacional en el marco de las
normas, objetivos y principios establecidos en la normativa vigente, aplicable a la red pública y
privada de salud.