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Comienza en el 1789 y surge lo que se entiende como Rehabilitación Profesional, se inició

con gran énfasis en el mundo occidental a partir del 1914, cuando los países europeos y
más tarde los Estados Unidos, vieron regresar del frente a numerosos jóvenes integrantes
de sus ejércitos, con secuelas físicas y mentales adquiridas en los enfrentamientos bélicos.
(UIB)

SIGLO XVIII

El siglo XVIII marcó un gran cambio actitudinal. El cual se dió gracias a la influencia de
grandes pensadores como Voltaire, Rosseau, Locke, etc. quienes llevaron a la sociedad a
examinar la vida y el mundo con base en la experiencia humana. Como resultado de la
revolución Industrial, las personas con discapacidad empezaron a ser vistas como una
responsabilidad pública. Ya no se las concebida como diferentes. Se arraigó́ el concepto
de igualdad y se empezó a creer en la posibilidad de que pudieran llevar una vida normal
en tanto se les proporcionaran los medios adecuados para ello.

“El siglo XVIII es del nacimiento científico de la sociología moderna, creada


por el francés Comte sobre la base de las ideas vivianas. Se acepta ya universalmente
que el discapacitado necesita ayuda, es decir trabajo e instrucción profesional y no
limosnas”. (Goméz, 2001, pág. 15)

Entre 1780 y 1790 se produjo en algunas regiones de Inglaterra –como el caso


de Manchester-, un aceleramiento del crecimiento económico. Este proceso que daría en
llamarse «la Revolución Industrial» no implicaba solo cambios cuantitativos en torno a
la producción sino también cualitativos en el sentido en que se realizaban en el marco
de una economía capitalista. Por un lado se “liberaba” a la mano de obra al destruir las
formas de autoabastecimiento de la economía campesina, por lo cual los sectores
despojados debían emplearse como asalariados a fin de obtener ingresos monetarios que
le permitieran adquirir bienes de consumo en el mercado. Por otro lado el mercado
interno y las reformas en la agricultura (cercamiento, arrendamientos, producción de
materias primas) incentivaron la creación de industrias a lo largo de las islas británicas.

El advenimiento de una economía capitalista basada en la producción de


industrial llevó a una división técnica del trabajo en la cual los propietarios de los
medios de producción –la burguesía- procuraron contratar solo a quienes consideraban
capaces de realizar tareas repetitivas durante largas horas de trabajo –jornadas de 14 a
18 horas- en condiciones francamente inhumanas. (Valencia, 2014, pág. 13)

SIGLO XIX

“El siglo XIX, siglo de ordenación y de avance, es el siglo de los seguros sociales.
Tres figuras, cada uno por motivos diferentes, resaltan especialmente en esta época. En
primer lugar Bismarck, primero en implantar los seguros sociales. En segundo término,
Carlos Marx, que defiende la dictadura del proletariado, con lo cual abre paso a las
distintas formas del socialismo, que por desgracia desembocan en el comunismo
político”. (Goméz, 2001, pág. 15)

El neopositivismo añadirá otro matiz a los enfoques racionalistas de la centuria anterior:


el sujeto de asistencia se convierte, en múltiples casos, en sujeto de estudio psico-médico-
pedagógico, lo cual llevó a un avance en la comprensión del retraso mental y de otras
discapacidades, y al desarrollo de terapias clínicas especializadas.

Es en este siglo cuando surge la educación especial propiamente dicha, con la


participación de médicos, educadores y psicólogos.

En diversos momentos de la historia a los discapacitados se les etiqueta como


minusválidos, inválidos, impedidos etc.; han sido rechazados y muchos de ellos muertos
por considerarse una especie de mal, este rechazo a cambiado con el tiempo por
sobreprotección convirtiéndose en un objeto de caridad.

Se atribuye a Esquirol (siglo XIX), la diferenciación entre retraso mental y demencia,


basándose en el carácter adquirido de la última, y la introducción de estos estados dentro
del ámbito de la Psiquiatría.

Más tarde en objeto de existencia para irse transformando poco a poco en objeto de
estudio psico-medico-pedagógico, al ser considerados como sujeto problema.
En este cambio de actitud ha estado presente el criterio de que no es una persona
productiva socialmente, incluso cuando se dan cambios tendientes a lograr asistencia en
términos de seguridad social mediante sus status de menor de edad independiente de la
edad por no ser socialmente productivo como lo decide la sociedad.

Este criterio cambia de forma positiva gracias a diversos factores como:

a) Avances de la Medicina, podemos citar tres formas de discapacidad:

1-Congénita
2-Genética
3-Adquirida

b) Mejor Educación de la comunidad frente al problema de las personas con discapacidad.

c) La evolución de la sociedad industrial y capitalista por falta de mano de obra.

d) Las grandes guerras y conflictos mundiales hicieron que las personas con limitaciones
intervinieran las fábricas y estructuras gubernamentales en función.

e) El Avance de la Ciencia.

f) Los Movimientos Sociales,

g) Descubrimientos surge la fisioterapia como especialidad médica.

Esta situación se alarga hasta comienzos del siglo XX por ser considerados como seres
perturbados y perturbadores, antisociales y obsesos sexuales.

Cabe citar a Friederick Engels que en su obra La situación de la clase obrera en


Inglaterra (1845), señalaba que “¡He aquí, pues una buena lista de enfermedades,
debidas únicamente a la odiosa codicia de la burguesía! Mujeres incapacitadas para la
procreación, niños lisiados, hombres debilitados, miembros aplastados, generaciones
enteras estropeadas; condenadas a la debilidad y la tisis, y todo ello, ¡únicamente para
llenar la bolsa de la burguesía!”. (Valencia, 2014, pág. 13)
Más adelante cita un reporte de Power: "Puedo realmente afirmar que el sistema
manufacturero ha provocado en Bradford una multitud de lisiados... y que los efectos
físicos de una labor muy prolongada no se manifiestan solamente bajo el aspecto de
deformaciones verdaderas, sino de manera mucho más general, por la paralización del
crecimiento, el debilitamiento de los músculos y la endeblez”. (Valencia, 2014, pág. 13)

La industria capitalista dejaba un gran número de personas con discapacidad,


como se puede apreciar en otro fragmento: “En Manchester, se puede ver, aparte de
numerosos lisiados, un gran número de mutilados; uno ha perdido todo el brazo o el
antebrazo, otro un pie, aun otro la mitad de la pierna; tal parece que se halla uno en
medio de un ejército que regresa de una campaña. Las partes más peligrosas de las
instalaciones son las correas que trasmiten la energía del eje a las diferentes máquinas,
sobre todo cuando tienen curvas lo cual es, cierto, cada vez más raro; quienquiera que
sea atrapado por esas correas es arrastrado por la fuerza motriz con la rapidez del
relámpago, su cuerpo es lanzado contra el techo después contra el suelo con una
violencia tal que raramente le queda un hueso intacto y la muerte es instantánea”.
(Valencia, 2014, pág. 13)

Fue en este contexto que se empezó a utilizar el concepto de «Discapacidad»


entendida como la incapacidad para ser explotado con el objeto de generar ganancia para
la clase capitalista. Las personas consideradas «discapacitadas» junto con los pobres en
general, comenzaron a ser vistas como un problema social y educativo, y progresivamente
segregadas en instituciones de todo tipo, tales como los “hospitales generales” franceses,
los workhouses (hogares para pobres donde se los obligaba a trabajar), asilos (como el
que se creó en Montpellier), colonias, escuelas especiales (en 1881 aparece la primera
escuela pública para personas con discapacidad mental en Leipzig, y para 1863 había 22
escuelas para sordos en Estados Unidos) o la cárcel (a través de la represión utilizando
leyes de vagancia y mendicidad). El desarrollo de estas instituciones, tal como las
concibieron Foucault o Althusser, adquirió mayor sentido con el surgimiento del sistema
capitalista, combinándose el control físico del cuerpo con el control de las mentalidades.
Las instituciones de encierro no tenían como objetivo sacar de circulación a estas personas
sino “normalizarlas” para que encajaran en la sociedad. Las cárceles, las escuelas, los
talleres y los hospitales cumplían el mismo objetivo disciplinario. Aunque no se recluyó
a todas las personas con discapacidad, la existencia de estas instituciones marcó su destino
en el imaginario colectivo. (Valencia, 2014, pág. 14)

En El Capital (1859), una de las obras más importantes para entender el


surgimiento y desarrollo de la economía capitalista, Karl Marx señala que la burguesía
dispone de la creación de una sobrepoblación relativa o «ejército industrial de reserva»
que se encuentra “a disposición del capital, que le pertenece a este tan absolutamente
como si la hubiera criado a sus expensas. Esta sobrepoblación crea, para las variables
necesidades de valorización del capital, el material humano explotable y siempre
disponible, independientemente de los límites de aumento real experimentado por la
población”. Esta reserva no existe paralela a la producción capitalista, sino que ha sido
creada a través de “la condena de una parte de la clase obrera al ocio forzoso mediante
el exceso de trabajo impuesto a la otra parte y viceversa, se convierte en un medio de
enriquecimiento del capitalista singular”. El capitalismo requiere de ella para mantener
a la baja los salarios de la población ocupada. (Valencia, 2014, pág. 14)

Para Marx tendríamos entonces dos tipos de Ejércitos Industriales: uno Activo y
otro de Reserva. Al segundo pertenece en algún momento toda la clase obrera, ya sea
cuando se encuentra desocupada o cuando trabaja a tiempo parcial. No obstante hay un
sector tan marginado que no puede llegar a formar parte del Ejército Activo en ningún
momento. Son las personas con discapacidad, que no solo se ven imposibilitadas de
ingresar al sistema de producción, sino que el mismo sistema al generar la separación del
hogar y el trabajo, y como consecuencia del debilitamiento de la producción artesanal y
el trabajo agrícola, deja a estas personas sin posibilidad de subsistencia y –en las clases
populares – dificulta incluso el ingreso a la vejez. (Valencia, 2014, pág. 14)

Por otro lado a lo largo del siglo XIX se dieron algunos avances en la educación
de personas con discapacidad. El sistema de lectura y escritura táctil para personas ciegas
fue inventado en 1825 por Louis Braile –quién quedó ciego en su niñez debido a un
accidente en el taller de su padre-, cuando tenía 13 años luego de que el director de la
Escuela para Sordos y Ciegos de Paris le pidió que probara un sistema de lectoescritura
inventado por el militar Charles Barbier para transmitir órdenes a puestos de avanzada
sin tener necesidad de delatar la posición durante las noches. Braille descubrió al cabo de
un tiempo que el sistema era válido y lo reinventó utilizando un sistema de ocho puntos.
Al cabo de unos años lo simplificó dejándolo en el sistema universalmente conocido y
adoptado de 6 puntos. (Valencia, 2014, pág. 14)

En Argentina se abrió en 1857 la primera escuela para personas sordas e


hipoacúsicas, la Sociedad Filantrópica Regeneración, por iniciativa del maestro alemán
Carlos Keil. En la década de 1880 se creó el Instituto Nacional de Sordomudos, y en 1887
el pedagogo español Juan Lorenzo y González comenzó a educar a un grupo de niños
ciegos del Asilo de Huérfanos.

En el Imperio Alemán también comenzó la atención por parte del Estado a


aquellos obreros en situación de discapacidad como consecuencia de las condiciones
laborales a partir de las leyes de Accidentes de Trabajo (1884) y de Enfermedades,
Jubilación y defunción (1889) impulsadas por el canciller Otto von Bismarck. Pero estos
pequeños avances no afectaron la situación de discriminación y marginación que
sufrieron las personas con discapacidad a lo largo del siglo XIX. (Valencia, 2014, pág.
15)

SIGLO XX

“Una larga serie de acontecimientos ordenadores se suceden de forma casi


ininterrumpida, entre los cuales el más importante es sin duda la toma de forma y de
carácter de la especialidad médico social denominada Rehabilitación, que se ocupa
directamente de las distintas etapas que conducen al discapacitado a una reintegración
laboral correcta. Se crean en Boston en 1905 talleres protegidos por el Estado, en los
cuales aquellos discapacitados que no pueden alcanzar un rendimiento normal desarrollan
un cometido laboral posible. Se consiguen avances técnicos considerables en ortopedia.
Se afronta de modo directo el problema de los niños discapacitados”. (Goméz, 2001, pág.
16).

“Se busca en fin llegar a esa meta por la cual todos luchamos y que será
seguramente símbolo de nuestro siglo: Seguridad Social, seguridad Social para todos los
hombres, sin distinción alguna” (Goméz, 2001, pág. 16)
A lo largo del siglo XX, las personas con discapacidad todavía son rechazadas. Es
conocido que, en la época de la socialdemocracia nazi, fueron otras de las víctimas del
holocausto.

En Suecia, hasta mediados de los años 70, se esterilizaba a las personas con discapacidad,
incluso, sin su consentimiento. El proceso histórico que posibilitó tal cambio, permitió el
tránsito del "inválido" como sujeto de protección o tutela hasta convertirse,
progresivamente, en sujeto de previsión socio-sanitaria, a partir de la aparición en escena
de los sistemas de seguridad social, dentro de los cuales la persona con discapacidad
"mantiene su status de menor de edad y, alcance los años que alcance, no ejerce como
adulto al no dar la talla socio-productiva que se demanda".

Con la aparición de las escalas de inteligencia se comienza a hablar de torpes y retrasados


o retrasadas. Según se avanza en el tiempo, hablamos de deficiencia mental, minusvalías,
discapacidad psíquica, y, finalmente, con la nueva conceptualización de la Asociación
Americana de Retardo Mental (A.A.R.M.) se habla de retardo mental, aunque otras
corrientes y estudios prefieren utilizar 1términos como discapacidad intelectual.

No puede dejarse de mencionar que también durante el siglo XX se cometieron grandes


crímenes en Alemania, por el ejército Nazi, durante la segunda guerra mundial, diversas
atrocidades se realizaron, "en busca de la raza perfecta" en la cámara de gases o con la
ingestión de sustancias letales que se proporcionaron en forma selectiva, antes que a
nadie, a las personas con discapacidad mental para aniquilarlas tratando de construir un
supuesto mundo de "seres perfectos".

El racismo, intolerancia y complejos de superioridad, imperaron en esa época no solo para


exterminar a los judíos, mujeres y ancianos; sino también a las personas con discapacidad.
En este mismo siglo, las personas con discapacidad dieron origen a una industria
floreciente en los países ricos, en donde se construyeron enormes edificios, llenos de
pseudo especialistas, algunas veces en condiciones precarias, otras veces con todo el lujo
posible. En donde han reunido a personas con discapacidad mental para que vivan allí
para siempre, olvidados de sus familias y de la sociedad. Considerando que no debían de
molestar a las demás personas, ni tampoco constituir las manchas de las ciudades, etc.

DURANTE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL


“La segunda guerra mundial también trae consigo otro tipo de aportaciones el
nacimiento del movimiento rehabilitador y de la psicología de la rehabilitación y su
expansión a otros campos”. (Diaz, 1995, pág. 330)

“En este contexto, son las discapacidades físicas las que ostentan la primacía y se
convierten en el eje de progreso en la historia de las deficiencias como en otras
ocasiones”. (Diaz, 1995, pág. 330)

Sin embargo desde hace muchos años, han surgido personas que iniciaron un camino de
liderazgo para hacer que las personas con discapacidad puedan vivir mejor, Tomás Moro
1478-1535 (humanista inglés de la época del Renacimiento), en su libro clásico "Utopía",
describe las relaciones que se pueden establecer entre las personas con discapacidad y las
personas aparentemente normales; así como los sentimientos y espíritu de fraternidad que
surgen entre ellos.

Considerando a las personas a cargo de los discapacitados como privilegiadas, que debían
ser seleccionadas cuidadosamente, con las más altas condiciones morales, pues deberían
de ser las más fuertes, las más nobles; ya que ellas tendrían la mejor tarea a desempeñar
en esta ciudad utópica, estarían en contacto con los seres más nobles, puros y queridos,
las personas con discapacidad.

“Lo cierto es que, según se avanza en la aceptación de la diversidad de personas,


la sociedad incorpora términos y matiza conceptos. Por ejemplo, en un nivel educativo,
se introduce el concepto de alumnos o alumnas con necesidades educativas especiales.
Esto supone, por un lado, la aceptación de la diversidad y, por otro, la posibilidad de
atender específicamente a cualquier persona porque todas y todos podemos necesitar de
una educación especial de forma definitiva o de forma temporal”. (UIB)

Bibliografía

Diaz, A. (1995). Historia de la deficiencias. Madrid: Fundacion Once.


Goméz, R. H. (2001). Antropología de la discapacidad y la dependencia. Madrid: General
Peron.

(Valencia, (2014). Breve Historia de las personas con Discapacidad. De la opresion a la lucha
por sus derechos.

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