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Guía Unidad Aprendizaje

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Departamento de
Humanidades Curso: III medio común.
Profesora Fecha:
Macarena Sanhueza
Silva Nº de lista:

I. Aprendizaje

Por aprendizaje se entiende «un cambio más o menos permanente de conducta que ocurre como resultado de la práctica»
(Hilgard y Marquis). Se define como la aparición de una conducta nueva con alto grado de permanencia y que surge como
consecuencia de la actividad y experiencias anteriores.

La permanencia del cambio indica que ha habido una modificación más profunda en las neuronas activas del cerebro que
regulan el comportamiento. Pero este cambio no es observable; lo único que se puede observar es el cambio de conducta o
aprendizaje.

II. Clases de aprendizaje

Los estudios más importantes sobre el aprendizaje se han hecho con animales, ya que requieren experimentación en
laboratorio. Sin embargo, tienen una gran aplicación para el caso del hombre.

a) Condicionamiento Clásico o respondiente

Este condicionamiento fue propuesto por el fisiólogo Ivan Pavlov (1936), mientras estudiaba las secreciones salivales de los
distintos seres vivos ante la comida. A partir de ahí, desarrolló su famoso experimento.
El experimento consiste en lo siguiente: Un estímulo (comida) produce de manera natural – como acto reflejo – una
respuesta en el animal (salivación). Entonces a este estímulo se le asocia que de por sí es neutro (sonido de la campanilla);
cuando la asociación se consolida, el estímulo neutro adquiere la misma capacidad estimultativa del estímulo natural. En
realidad, lo que sucede es que el animal ha aprendido a dar la misma respuesta ante un estímulo “neutro” que ante un
estímulo “natural.
Este tipo de condicionamiento es respondiente, ya que la respuesta está determinada por un estímulo que la precede: el
animal aprende una determinada respuesta a una situación dada.

b) El condicionamiento Operante

Este condicionamiento fue propuesto por el norteamericano Edward Thorndike, mas o menos en la misma época de Pavlov.
Sus experimentos consistían en encerrar gatos o ratas en jaulas dotadas de un mecanismo sencillo para abrirlas desde
adentro. El animal intentaba salir y comenzaba a agitarse en el interior de la jaula (sobre todo, producto al hambre); en uno
de los movimientos daba casualmente al mecanismo y conseguía salir (recibiendo la “recompensa, posterior a su acción u
operación). Si se repite la misma situación, se observa que el animal termina por aprender el mecanismo de salida: el
número de ensayos y errores se van reduciendo hasta que el aprendizaje se perfecciona.

Los estudios mas famosos sobre este tipo de condicionamiento se deben también al norteamericano Burrhus Skinner.
También utiliza como metodología de la investigación, animales en jaulas, pero si bien sus aportes a adiestramiento son
notables, sus aportes más importantes han sido en el ámbito de la educación (aprendizaje programado con máquinas) y del
comportamiento social (técnicas de modificación de conducta).

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Este condicionamiento se llama operante o instrumental porque la respuesta del sujeto es una operación muy variada y de
carácter activo. El elemento fundamental en este condicionamiento es el refuerzo, que es una recompensa (refuerzo
positivo) o un castigo (refuerza negativo) que sigue a la conducta que se debe aprender. Si llamamos “respuesta” ® a la
conducta que se aprende, y “estímulo” al refuerza (E+ si es positivo; E- si es negativo), el condicionamiento operante sigue
este esquema:

Cuando se pretende que la conducta solo se de en determinadas circunstancias, se introduce un estímulo discriminativo
(Ed), en cuya presencia se refuerza la conducta (y en cuya ausencia no hay refuerzo alguno). Entonces, el esquema se amplía
así:

Según Edward Thorndike, una respuesta que va conectada con una satisfacción queda fortalecida (ley de efecto); y una
respuesta se fortalece por el número de veces que se repite en conexión con una situación (ley del ejercicio). La manera de
administrar el esfuerzo es muy diversa: se puede administrar en cada caso, cada cierto número de respuestas adecuadas, a
un ritmo temporal fijo o a ritmo variable. Si no hay refuerza, la conducta se extingue. Las máquinas tragamonedas son un
ben ejemplo: se trata de “enseñar” (!!) a la gente a echar monedas por una ranura (así de simple es la cosa) y se trata, por
supuesto, de que lo hagan. El refuerzo es aquí el premio. Pero el premio se administra a un ritmo variable. En este caso, es el
mejor refuerzo posible (los juegos de “siempre toca” no resultan atractivos, en general)

c) Aprendizaje por observación

Cuando al observar la conducta de otro individuo se produce un cambio en la conducta propia, se puede decir que hay
aprendizaje por observación. Se trata, no mas ni menos, de lo que suele llamarse “imitación”. Mas técnicamente recibe
también los nombres de aprendizaje por “modelamiento” o aprendizaje “social”. No se sabe bien por qué imitamos, pero el
caso es que gran parte de los animales, y especialmente el hombre, aprenden así muchas de sus conductas. Según Albert
Bandura, este aprendizaje sigue las siguientes fases:

 Adquisición: el sujeto observa una conducta en otro individuo (modelo), identificándola suficientemente.
 Retención: esa conducta se almacena activamente en la memoria
 Ejecución: llegado el caso, el sujeto la reproduce (colabora la memoria)
 Reforzamiento: al imitar, el sujeto puede ser reforzado (por ejemplo, por la aprobación de los demás)

Como se ve, este tipo de aprendizaje se combina con el condicionamiento operante. El niño hace muchas cosas por simple
imitación; pero las adquiere definitivamente al ser reforzado por sus padres.

III. El aprendizaje en el Hombre

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Gran parte de lo que hacemos – aunque no todo – se explica por el aprendizaje anterior. Leer este texto es posible porque
hemos aprendido a leer y – quizás- a estudiar. Pero también: porque hemos aprendido a sentarnos, a utilizar nuestras
manos y a mover los ojos del modo adecuado. Además: la lectura se ve reforzada por la expectativa de éxito y la aprobación
de la sociedad.

El aprendizaje motor (andar, utilizar las manos, etc.) y verbal ocupa gran parte de la vida del niño. Procesos de imitación y
condicionamiento colaboran con el éxito, siendo los premios y castigos un factor muy determinante en todo momento. Pero
hay casos en los que es más difícil caer en la cuenta del influjo del aprendizaje; por ejemplo, en el caso de las angustias y
fobias.

El miedo, en efecto se aprende. En principio, es de esperar que un niño aprenda por su propia experiencia a tener miedo y a
evitar lo que es perjudicial. Pero a veces surgen miedos absurdos y generalizados. Por un proceso que se llama
generalización del estímulo, el miedo producido cuando uno estuvo a punto de ahogarse en una alberca de pequeño puede
extenderse al agua en general. Si el acontecimiento se ha olvidado, ese miedo aparecerá como absolutamente irracional.
También es posible que un niño haya captado la angustia de sus padres al acercarse con él al agua – no se va a caer- y que
por un proceso de imitación y generalización haya aprendido el miedo al agua.

El refuerzo social tiene singular importancia: no nos damos cuenta de hasta qué punto la aprobación o desaprobación de los
demás determinan nuestra conducta. Si una conducta es aplaudida o celebrada, se ve automática reforzada y tiende a
fijarse; si este refuerzo cesa, la conducta tiende a extinguirse.
Por fin, las técnicas de modificación de conducta tienen en la actualidad una gran aplicación. Psicólogos y pedagogos las
emplean con los niños; y también con los adultos, por ejemplos para curar las fobias.

Factores que influyen en el aprendizaje:


1. Individuales:
a. Inteligencia
b. Edad
c. Motivación
d. Aprendizaje previo
e. Ansiedad
2. Métodos:
a. Distribución de la práctica
b. Conocimientos de los resultados
c. Aprendizaje total o parcial
3. Significación del material:

El aprendizaje verbal se aprende mejor si el material es significativo, está ordenado y se favorecen las
asociaciones. Esta cuestión ha sido resaltada por David Ausubel, quien afirma que – si el aprendizaje
no ha de ser puramente memorístico – no es suficiente que el material esté lógicamente bien
organizado, sino que debe ser significativo psicológicamente para el que debe aprenderlo. Es decir,
debe poder conectarse o incluirse en los conocimientos que se poseen. La inclusión puede ser de dos
tipos: o bien el material a aprender se incluye en conocimientos mas generales ya poseídos; o bien se
trata de conceptos más generales en los que se incluirán los conocimientos ya sabidos. Para que esta
inclusión se realice más fácilmente, Ausubel recomienda el uso de algún organizador previo (concepto
material que hace como puente en la nueva estructura). Con frecuencia, la adquisición de nuevos
conocimientos determinará la reorganización de la estructura conceptual previa. Así es como el
individuo se desarrolla intelectualmente.

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