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La piel

A través la piel, el cuerpo percibe el contacto con las


sustancias y objetos.
Hay diversos receptores sensoriales especializadas y
localizadas en la piel:
 La piel cubre la superficie del cuerpo,
formando una barrera protectora contra
la acción de agentes químicos, microbianos
o físicos (como la luz) sobre tejidos más
profundos.
La piel es un órgano formado por dos
capas de tejidos: una epidermis,
superficial, y una dermis, profunda. La
epidermis es un tejido epitelial de varias
capas de células originadas en el estrato
basal o germinativo, denominado también
Capa de Malpighi, formada por células
vivas que se dividen continuamente,
desplazando las células más jóvenes a las
viejas, que mueren y se cargan de una
proteína llamada queratina, y acaban
desprendiéndose. También contiene los
melanocitos o células pigmentarias que
contienen melanina. Corte de la piel sin
En laa piel también hay dos tipos de mostrar los receptores
glándulas: sudoríparas y sebáceas, que sensoriales
segregan respectivamente sudor y grasa.
Los receptores de la piel:
Corpúsculos de Meissner: Perciben el tacto. Se encuentran formados
por la terminación en espiral de un axón en el interior de una cápsula
ovoidal. Se encuentran en áreas sensibles como labios, yemas de dedos,
pezones, palma de mano y especialmente en zonas donde no hay pelo.
Discos de Merkel: son células capaces de actuar como receptores
sensitivos ante la presión. Están concentradas predominantemente en las
palmas de las manos y en las plantas de los pies.
Corpúsculos de Paccini: Son corpúsculos táctiles localizados en la zona
profunda de la piel, sobre todo en los dedos de las manos y de los pies.
Se trata de dendritas (prolongaciones neuronales) encapsuladas
detectan presiones y deformaciones de la piel.
receptores nerviosos.
Corpúsculos de Ruffini: Son receptores de calor, que se hallan
distribuidas en la dermis constituidos por finas fibras de que termina en
una especie de botón.
Corpúsculos de Krause: Perciben la sensación de frío, que se produce
cuando entramos en contacto con un cuerpo o un espacio que está a
menor temperatura que nuestro cuerpo. Se encuentran extendidos por
todo el cuerpo.
Terminaciones Nerviosas Libres: Son los receptores más simples y son
dendritas ramificadas entre las células epiteliales, especializadas en la
recepción del dolor.
La piel y la regulación de la temperatura corporal
La piel realiza una función
importante en el mantenimiento
de la temperatura corporal
gracias a la acción de las
glándulas sudoríparas y de los
capilares sanguíneos. En la
regulación de la temperatura
corporal participan los
numerosos capilares sanguíneos
contenidos en cada centímetro
cuadrado de piel.
Cuando se eleva la temperatura corporal se pierde energía calórica, o
calor, porque se produce la dilatación vascular y se incrementa el flujo de
sangre hacia la superficie cutánea. Cuando la temperatura es baja, los
capilares sanguíneos se contraen para reducir el flujo de sangre y la
consiguiente pérdida de calor a través de la piel. Cada centímetro
cuadrado de piel contiene cientos de glándulas sudoríparas que están
controladas por un centro de regulación del calor situado en el cerebro
Estas glándulas segregan humedad que se evapora, enfría la superficie
corporal y contribuye a mantener una temperatura corporal normal.
Las glándulas sudoríparas están
distribuidas por todo el cuerpo.
Son numerosas en las palmas de las
manos y en las plantas de los pies,
pero bastante escasas en la piel de
la espalda. Cada glándula consiste
Glándula
en una serie de túbulos enrollados sudorípara
situados en el tejido subcutáneo, y
un conducto que se extiende a
través de la dermis y forma una
espiral enrollada en la epidermis.

Las glándulas sebáceas tienen


forma de saco y segregan el
sebo que lubrica y ablanda la
piel. Se abren en los folículos
pilosos a muy poca distancia por
debajo de la epidermis.
La piel es elástica y, excepto en algunas
zonas como las palmas de la manos, las
plantas de los pies y los oídos, está
unida de forma débil a los tejidos
subyacentes. El color de la piel varía
según la cantidad de un pigmento,
llamado melanina, que se deposita en las
células cutáneas, la cual está
determinada por la herencia y por la
exposición a la luz solar. El color
también varía en algunas enfermedades
a causa de diferencias en la
pigmentación, como ocurre en la
enfermedad de Addison, o porque la
sangre transporta sustancias
pigmentadas que se depositan en la piel
(ictericia). En determinadas regiones
del cuerpo las capas más externas de la
piel se modifican para formar el pelo y
las uñas. El grosor de la piel varía entre
0,5 mm en los párpados y 4 mm o más en
las palmas de las manos y las plantas de
los pies.
Algunas
enfermedades
de la piel

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