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Las funciones del psicólogo educativo consisten básicamente en identificar las variables y las

soluciones a los problemas que enfrenta el sistema educacional en el que está inserto, frente a los
problemas o conflictos que estos pueden enfrentar se encuentra la limitación del rol que cumple
con respecto a los estudiantes, es decir, los directivos pueden suponer que la relación del
psicólogo solo debe ser con alumnos conflictivos con bajo rendimiento escolar. Como propone
Patias, Hartmann y Abaid (citado por Berraza, R. 2015) “permanece en el imaginario colectivo la
idea que la persona profesional en psicología debe atender a los alumnos problemáticos, remediar
situaciones de conflicto y apagar incendios teniendo como foco la atención clínica de estudiantes,
sus familias y docentes”(P.7) Sin embargo, hoy en día el trabajo del psicólogo educacional va
mucho más allá, orientando al cuerpo docente, a los alumnos y sus familias, integrando técnicas
de motivación, creatividad para la resolución de problemas.

Otro de los conflictos que puede enfrentar un psicólogo educacional es la oposición por parte de
las familias de los niños que son tratados en el espacio escolar, si bien el niño o adolescente puede
progresar respecto a su rendimiento escolar y su conducta, si los padres no acuden al llamado del
psicólogo, este se encuentra con una limitación para realizar una intervención completa y de
calidad.

Un nuevo conflicto relevante en el quehacer profesional de un psicólogo educacional es faltar a la


ética en algunas situaciones como por ejemplo al momento de sobre involucrarse con un alumno,
es decir, tener una relación mucho más estrecha de lo normal al momento de intervenir su
situación académica, e incluso después de terminada, mostrándose más cercano, justificando su
actuar y no teniendo una mirada crítica y objetiva del niño o adolescente en cuestión, llegando al
punto de falsificar datos de un informe para beneficio del alumno. Por otro lado puede ocurrir
todo lo contrario cuando también el psicólogo involucra muchos sus sentimientos y pensamiento,
pero esta vez de forma negativa, llegando al extremos de tener prejuicios con un alumno, dejando
de lado la objetividad profesional con la que debe cumplir, utilizando estos prejuicios contra el
niño, privándolo de talleres o programas educacionales que puedan favorecer al alumno.

Barra, R. (2015) Perspectivas acerca del rol del psicólogo educacional: propuesta orientada de su
actuación en el ámbito escolar, 15(3), p.07. Recuperado de
http://www.scielo.sa.cr/pdf/aie/v15n3/1409-4703-aie-15-03-00590.pdf

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