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Antecedentes[editar]
Distintas causas dieron origen a este movimiento. La variable condición en que se
encontraban los negros, que eran unos libres y otros esclavos; la de los indios, que eran
respecto a los tributos, unos exentos y otros demorados (la demora era la obligación de
trabajar en las minas 8 meses al año). En el trato de los unos con los otros, tanto los
negros esclavos como los indios “demorados” se daban cuenta de lo injusto de su
situación. Así estaban las cosas cuando circuló el rumor de que el Rey de España Carlos
III había acordado flexibilizar el régimen de la esclavitud; se decía que la cédula que esto
ordenaba habría llegado a Venezuela, pero las autoridades coloniales y especialmente
el Cabildo de Caracas se oponían a darle cumplimiento, por ser atentatoria a los derechos
de los propietarios.4 Este rumor fue dispersado desde 1770 por un africano conocido como
Cocofio. Después de su muerte en 1792, esta constante insistencia sobre la libertad de los
esclavizados fue retomada y reactivada por los cimarrones africanos procedentes de las
colonias holandesas, francesas e inglesas. Varios centenares de estos cimarrones que se
fugaron de las colonias extranjeras se refugiaron en la región de Coro, donde existían
diferentes vías que abrían el paso a los esclavizados africanos insulares que se liberaron.5
La idea de implantar lo que entonces era conocido como "La Ley de los Franceses", que
no es otra cosa que la República, el legado fundamental de la Revolución Francesa, va
ganando adeptos entre los negros esclavos y libres, zambos, indios y mestizos. Pero el
detonante decisivo de las convulsiones de 1795 es de orden más pragmático, más
doméstico. Por esos días ejerce funciones de recaudador de rentas Juan Manuel Iturbe, a
quien suele pasársele la mano a la hora del rigor y los castigos, y es contra esa situación
en particular, que humilla y enardece a los labradores, que Chirino se levanta en armas. La
otra figura descollante de la rebelión es el negro José Caridad González, un hombre culto
y defensor de los derechos de los esclavos.
Insurrección[editar]
El 10 de mayo de 1795, Chirino en compañía de José Caridad González,6 gestan y
comienza a expandirse en la mencionada hacienda de Macanillas, cerca del Valle
Curimagua; los alzados buscan tomar algunas propiedades de la zona, con la idea de
incorporar hombres a la revuelta antes de llegar a Coro, como lo hacen en efecto bajo el
mando de Juan Cristóbal Acosta, pues Chirino se queda para organizar otro grupo.
Los insurgentes proclamaron abiertamente sus objetivos:
Consecuencias[editar]
Este movimiento, de hondas raíces sociales, llamó la atención de las autoridades
coloniales sobre las diferencias existentes y las injusticias, particularmente en lo tocante al
cobro de impuestos a las clases humildes. Aunque fracasó, no fue estéril, porque a la
postre se redujeron los impuestos y se cobraron con sentido más humano.7 Además esta
insurrección es considerada por los historiadores como el primer movimiento
preindependentista de Venezuela, que abrió el paso para los movimientos de José María
España y Manuel Gual, Francisco de Miranda y hasta para el de Simón Bolívar.
Ejecución de Chirino[editar]
José Leonardo Chirino quien no llegó a tiempo para participar en el combate, al saber la
derrota se internó en la serranía, trata de reorganizarse. Escribe al cacique y a los indios
de Pecaya, pidiéndoles incorporación a la lucha y prometiéndoles que no pagarían
demora; esto es, un tributo especial de los indígenas y que ahora se les cobraba en dinero
en efectivo. Sin embargo, tres meses después la traición de un antiguo compañero facilita
su captura y es trasladado hacia Caracas, donde la Real Audiencia lo condena a muerte
por delito de subversión. Se le condena «a muerte de horca que se ejecutará en la plaza
principal de esta capital adonde será arrastrado desde la Cárcel Real, y verificada su
muerte, se le cortará la cabeza y las manos y se pondrá aquella en una jaula de fierro
sobre un palo de veinte pies de largo en el camino que sale de esta misma ciudad para
Coro y para los Valles de Aragua, y las manos serán remitidas a esa misma ciudad de
Coro para que una de ellas se clave en un palo de la propia altura y se fije en la
inmediación de la aduana llamada de Caujarao, camino de Curimagua, y la otra en los
propios términos en la altura de la sierra».8
Su hija Viviana fue vendida por 200 pesos y a sus dos hijos los vendieron por 120 y 150
pesos respectivamente. Y como última medida se incluye en el escudo de la ciudad de
Coro las tres cabezas degolladas y sangrantes de José Leonardo y sus lugartenientes,
como pública advertencia a quienes tuvieran pensado levantarse contra Dios y el Rey.9
La condena es realizada conforme a la tradición colonial y en concordancia con los
agravios infligidos por el alzado a los sectores dominantes. El 10 de diciembre de 1796,10
Chirino es inmolado en la horca, en plaza pública y su cuerpo fue descuartizado y
colocadas sus partes en distintos lugares.
Legado de Chirino[editar]
El movimiento encabezado por Chirino y José Caridad González, fue una insurrección que
impactó política, social y económicamente a la sociedad colonial venezolana. El legado de
Chirino y de otros afrodescendientes, como José Joaquín Veroes, Gerónimo Guacamaya,
José Tomás León, Leonardo Infante, Francisca Paula Aguado, Hipólita Bolívar, Marta
Cumbale, José Ascención Farreras, Inés María Páez; Matea Bolívar y Pedro Camejo en
diferentes tiempos contribuyeron con la independencia, consolidación de la libertad y
soberanía en Venezuela.