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¿QUÉ ENTENDEMOS POR BALÍSTICA DE UN ARMA DE FUEGO?

Un arma de fuego es la que utiliza la energía de los gases producidos por la deflagración
de las pólvoras, para lanzar un proyectil a distancia.

La secuencia de operaciones que tienen lugar en un arma de fuego moderna cada vez
que efectúa un disparo es esencialmente la siguiente:

La primera operación es el movimiento de la cola del disparador (comúnmente


denominado gatillo) que a través de algún mecanismo permite que la aguja percutora
golpee al fulminante o iniciador. La Fig. 1 muestra los componentes de un cartucho típico
de fuego central de arma larga. Por esta acción mecánica, el fulminante produce una
pequeña explosión que genera una pequeña cantidad de gas incandescente que pasa a
través de uno o más orificios que conectan la cápsula que contiene el fulminante con la
pólvora del cartucho, encendiéndola y dando lugar no a una explosión (combustión
prácticamente instantánea) sino a una combustión muy rápida pero no explosiva
denominada por este motivo deflagración. La deflagración rápida pero progresiva de la
pólvora contenida en el cartucho genera una gran cantidad de gases a alta temperatura.
Esto produce un rápido y progresivo aumento de la presión en el interior de la vaina del
cartucho en el que se encuentra la pólvora. Cuando la presión alcanza un valor suficiente
(presión de forzamiento), permite que el proyectil o bala (denominado habitualmente
punta) que se encontraba insertada cerrando la vaina, se desprenda de ésta y comience a
moverse bajo el empuje de los gases y se acelere hasta que finalmente abandona el
cañón del arma saliendo por la boca de aquél con una cierta velocidad llamada por este
motivo velocidad de boca o de inicio.

Tengamos ahora en cuenta que mediciones hechas en laboratorio sobre el tiempo que
transcurre entre el momento en que el proyectil comienza a moverse hasta que sale por la
boca del cañón, denominado tiempo de ánima, en un fusil de calibre 30-06 con una bala
de 9,7 gramos, con una velocidad de boca de 823 m/s, fue de 0,0098 s, es decir alrededor
de 1 milisegundo. En un arma corta, en la que la velocidad de boca puede ser
significativamente menor, del orden de los 300 m/s, el tiempo de ánima no es mucho
menor dado que se compensa en parte con el menor recorrido que debe efectuar el
proyectil para llegar a la boca del arma, por lo que una estimación aproximada de 1
milisegundo sigue siendo apropiada. Si bien este tiempo puede parecernos muy breve, es
suficiente como para afectar la trayectoria del proyectil por movimientos del cañón del
arma que pueden producirse mientras el proyectil se encuentra aún dentro del aquél.
El tiempo total que insume el proceso de disparo de un arma de fuego se comienza a
computar en el momento en que el fiador libera el martillo o su equivalente para permitir
que la aguja percutora impacte sobre el fulminante del cartucho. Este período de tiempo,
es decir entre el accionamiento del fiador y el instante en que el percutor impacta sobre el
fulminante, denominado tiempo de percusión, es importante porque en última instancia
limita la velocidad de cadencia de disparos. Puede variar significativamente con el arma.
Por ejemplo, puede ser de sólo 0,002 segundos (2 milisegundos) en algunos fusiles de
caza con acción a cerrojo, y de 0,005 segundos en fusiles semiautomáticos. Finalizado el
período de percusión, comienza el tiempo de encendido, que es el período que comienza
con el impacto de la aguja percutora sobre el fulminante hasta el instante en que la punta
comienza a abandonar la vaina. A continuación tenemos el tiempo de ánima ya referido.
El tiempo de fuego, es decir el tiempo total que toma el proceso de disparo hasta el
momento en que el proyectil abandona la boca del arma, será la suma del tiempo de
percusión, más el tiempo de encendido, más el tiempo de ánima. En fusiles militares, este
tiempo es de alrededor de 0,004 segundos.

El análisis de todos los procesos que tiene lugar durante este período de tiempo de fuego,
es el objeto de la balística interior. A partir del momento en que el proyectil abandona la
boca del arma hasta su impacto en el blanco, aquél experimenta una serie de efectos que
definen en última instancia su trayectoria. El análisis de estos efectos es objeto de la
balística exterior. Algunos autores reconocen lo que llaman balística intermedia, que
estudia los fenómenos que ocurren en el brevísimo instante en el cual el proyectil ya ha
abandonado la boca del arma pero está aún sujeto a efectos producidos por los gases
que acompañan la salida del proyectil.

Finalmente, los fenómenos o efectos que tiene lugar a partir de la llegada del proyectil al
blanco y hasta su detención, son objeto de estudio de la balística de efectos o balística
terminal.

INICIADORES Y PROPELENTES

Comenzamos analizando dos elementos constituyentes fundamentales de un cartucho de


un arma de fuego: el iniciador o fulminante y la pólvora o propelente (Fig. 1).
Comenzamos por este último. La invención de la pólvora es atribuida a los chinos que la
utilizaban en fuegos artificiales, posiblemente sin darse cuenta por muchos años de su
verdadero potencial. Hacia 1248, Roger Bacon utilizó una forma de pólvora negra que es
todavía hoy empleada en una forma un poco diferente. Contenía carbón, azufre y nitrato
de potasio (KNO3). El nitrato de potasio actúa como oxidante formando con el carbono
dióxido de carbono o monóxido de carbono. Esta combustión del carbono genera un gran
volumen de gases a alta temperatura. Otro tipo de pólvora negra fue la inventada en los
Estados Unidos hacia mediados del siglo XIX, en la que se empleaba Nitrato de Sodio
(NaNO3) en lugar de Nitrato de Potasio.

Uno de los inconvenientes que presentaba el uso de la pólvora negra es su


higroscopicidad, es decir su afinidad por la humedad que produce un lento deterioro de la
misma. De ahí el viejo y conocido dicho "mantén tu pólvora seca". Otro riesgo que
presenta es que se enciende fácilmente y se quema violentamente por lo que debe ser
manipulada con cuidado. De todos modos, la rotura de armas debido a la pólvora negra
fue un evento poco frecuente debido a que la energía química almacenada en la pólvora
negra no es en realidad tan elevada como en las pólvoras modernas. Es así que un kg de
pólvora negra contiene una energía química de aproximadamente 1800000 Joule,
mientras que un kg de pólvora moderna está en el orden de 4000000 Joule!
Las pólvoras modernas, mal llamadas pólvoras sin humo, se denominan de este modo
porque la cantidad de humo que produce es ciertamente menor que la que produce una
igual cantidad de pólvora negra pero de ninguna manera es nula. El origen de las pólvoras
modernas puede rastrearse hasta Mayo de 1846 cuando Christian Schönbein en Basilea,
mezcló algodón con ácidos nítrico y sulfúrico, dando origen así a la nitrocelulosa. La
nitrocelulosa se quema completamente con una energía del orden de tres veces a la de
igual cantidad de pólvora negra. El problema era que resultaba muy inestable y su
fabricación por lo tanto muy peligrosa lo que causó en la época graves accidentes. Esto
se solucionó parcialmente con la técnica inventada por el francés Paul Vieille de
gelatinizar la nitrocelulosa disolviéndola en una solución de éter y alcohol con lo que podía
ser manipulada, cortada y conformada con relativa seguridad. Recién hacia comienzos del
siglo XX se introdujeron los estabilizantes que permitieron eliminar el riesgo de
explosiones inesperadas.

Otro invento importante de la época fue la nitroglicerina por el italiano Ascanio Sobrero en
1846. La nitroglicerina es un compuesto químico que contiene una gran cantidad de
oxígeno que se transforma en gas cuando recibe un golpe lo que la hace altamente
inestable. La forma de estabilizar la nitroglicerina es infiltrándola en un material poroso, lo
que dio origen a la dinamita. Esto condujo al sueco Alfred Nobel a la invención de la
ballistita en 1888, llamada por este motivo pólvora Nobel, consistente en 60% de
nitrocelulosa y 40% de nitroglicerina.

Existen en la actualidad más de 100 tipos distintos de pólvora disponibles para el


recargador de cartuchos de arma corta y de arma larga. No obstante los dos tipos
principales en los que las pólvoras modernas pueden ser clasificadas son:

Pólvoras de una base: Se componen de celulosa que puede ser algodón o pulpa de
madera tratados con ácido nítrico y ácido sulfúrico. El ingrediente fundamental es la
nitrocelulosa a la que se agrega un estabilizante, nitratos y otros componentes no
explosivos. Las pólvoras de una base o de base simple no contienen nitroglicerina. En
nuestro país, un ejemplo de este tipo de pólvora de fabricación nacional es la conocida
A2, producida por Fabricaciones Militares, diseñada originalmente para la recarga del
cartucho 11,25 mm (.45 ACP), pero empleada hoy para la recarga de otros cartuchos
como 9 x 19 mm, .32 ACP, .38 SW Spl., .357 Magnum, y otros.

Pólvoras de doble base: Están basadas en la pólvora Nobel, es decir contienen


nitrocelulosa y nitroglicerina. Se queman con muy alta temperatura y producen altas
velocidades a presiones moderadas. Al igual que las pólvoras monobase, suelen contener
estabilizante y otros aditivos. Un ejemplo de este tipo de pólvora bibásica de fabricación
nacional es la UW 200, también producida por Fabricaciones Militares, diseñada para
cartuchos de escopeta de caza y competición, pero que es también utilizada en la recarga
de cartuchos metálicos del calibre .32 ACP, .38 SW Spl., .380 ACP y otros.

Las pólvoras modernas consisten en general en un agregado de partículas, donde cada


partícula recibe el nombre de grano de pólvora. El tamaño y la forma de estas partículas
es muy importante porque determinan en parte las características de quemado de la
pólvora. Con relación a su forma, los granos de pólvora pueden ser esféricos, cilíndricos,
contener perforaciones, tener forma de laminillas, y otras variantes más. En cuanto a sus
dimensiones, también pueden variar pero en general se encuentran en el orden algunas
décimas de mm.
Velocidad de quemado: Se denomina en general velocidad de quemado a la velocidad de
avance de un frente de llama en una dada sustancia. No es un valor único para una dada
sustancia ya que varía con la presión del medio en el que se desarrolla la combustión. En
las pólvoras modernas, la velocidad de quemado está controlada por la composición
química y por el tamaño y forma de las partículas que la componen. Es así que una
pólvora en la que sus partículas mantienen una superficie de quemado constante, se dice
que las mismas tienen geometría neutra. Si las partículas son tales que su superficie de
quemado va aumentando a medida que el quemado del grano progresa, se denominan de
geometría progresiva, y si la superficie de quemado se reduce, son de geometría
degresiva. Estas características se logran controlando la forma de las partículas.
Partículas en forma de cilindro o laminilla disminuirán su superficie de quemado a medida
que este progresa. En cambio, una partícula cilíndrica con una única perforación central
puede mantener su superficie de quemado esencialmente constante hasta casi el final, ya
que la superficie interior de quemado progresa hacia afuera (por lo tanto aumentando) y
compensa la superficie exterior que progresa hacia adentro (por lo tanto disminuyendo),
mientras que una partícula con perforaciones múltiples puede diseñarse de modo que su
superficie de quemado aumente al progresar éste. Independientemente de esto, una
pólvora con partículas más pequeñas se quemará más rápido que una con partículas más
grandes dado que en el primer caso la superficie total de quemado es mayor.

Iniciadores o fulminantes: La invención de los iniciadores, o lo que es lo mismo


fulminantes, se debió al escocés Alexander Forsyth en 1807. Forsyth descubrió que el
fulminato de mercurio podía ser utilizado para encender la pólvora en armas de fuego. A
los pocos años este descubrimiento condujo a la cazoleta de percusión que consistía en
un pequeño receptáculo conteniendo el fulminato colocada sobre un tubito que llega a la
recámara. Al encenderse por percusión el fulminato de la cazoleta, la llama viaja por el
tubo hasta encender la carga de pólvora. Los viejos fulminantes contenían fulminato de
mercurio y sales de potasio que resultaban muy corrosivas por lo que fueron
reemplazados por los modernos fulminantes que no contienen mercurio y no son
corrosivos. Por su parte la cazoleta de percusión original evolucionó hacia el diseño de
fulminante actual de fuego central que consiste en un pequeño receptáculo de latón u otro
metal similar, conteniendo una pequeña cantidad de material explosivo asegurado por un
disco de papel y un pequeño yunque. Al ser golpeada la cápsula por el percutor del arma,
comprime el explosivo sobre el yunque y lo enciende. La pequeña llama así generada,
pasa a través de un orificio (oído) de la vaina y alcanza la carga de pólvora produciendo
su deflagración.

Existen básicamente dos tipos de cápsula fulminante: las de tipo Boxer y las de tipo
Berdan. Ambas están representadas en los esquemas de la Fig. 2. Resulta curioso que el
tipo Boxer, que fue desarrollado por los británicos es el que se usa mayoritariamente en
los Estados Unidos. Mientras que el tipo Berdan, desarrollado por un estadounidense, es
más utilizado en Inglaterra y en Europa. En nuestro país, el tipo Boxer es el más
empleado en armas cortas y largas de uso civil.

Obsérvese en la Fig. 2 que mientras en el tipo Boxer el yunque forma parte del contenido
de la cápsula, en el tipo Berdan, el yunque forma parte integral de la vaina del cartucho.
Otra diferencia es que mientras las vainas para fulminantes tipo Boxer cuentan con un
solo oído, las vainas para fulminantes tipo Berdan tienen dos oídos.
Es importante destacar que mientras la pólvora es un deflagrante, el compuesto del
fulminante es un explosivo de relativamente alto poder, razón por la cual estos elementos
deben ser manipulados con el debido cuidado.

Finalmente, digamos que en los cartuchos de fuego anular, tales como la munición calibre
.22, los mismos no contienen una cápsula fulminante sino que el compuesto explosivo se
encuentra previamente colocado por centrifugado en el interior del borde del culote de la
vaina en contacto directo con la carga de pólvora. Al golpear el percutor el borde exterior
del culote de la vaina, se detona el fulminante que a su vez enciende la pólvora.

BALÍSTICA INTERIOR

El rol de la presión: Hemos mencionado que se conoce como balística interior al estudio
de los fenómenos que ocurren en el arma desde el momento en que el percutor golpea al
fulminante hasta que el proyectil abandona la boca del cañón. La fuerza impulsora del
proyectil desde que comienza su movimiento hasta que sale por la boca del arma, es la
presión de los gases producidos por la deflagración de la pólvora que producen una
fuerza que actúa sobre la base del proyectil. Es por lo tanto importante analizar como
varía esta presión a medida que el proyectil progresa en su viaje dentro del cañón del
arma. Hay dos maneras alternativas de describir esta variación de presión: una es dar la
presión en función de la posición del proyectil en el cañón y la otra es dar la presión en
función del tiempo desde el instante en que el proyectil inicia su movimiento. La Fig.
3 muestra un registro típico de presión vs. tiempo correspondiente a un arma larga.
Obsérvese que tal como se mencionó más arriba, el tiempo de ánima es de
aproximadamente 1 milisegundo.

El movimiento del proyectil se inicia cuando la presión producida por los gases en el
interior de la vaina se hace igual a la presión de forzamiento, que es la presión suficiente
para vencer la fuerza requerida para sacar la punta de su alojamiento en la vaina más la
fuerza de rozamiento entre la punta y la recámara. Esta presión de forzamiento puede
variar significativamente con el grado de zunchado o "crimp" que se haya dado a la vaina
sobre la punta y con el ajuste entre la punta y la recámara.

Una vez que el proyectil comienza su movimiento, el volumen disponible para la


expansión de los gases va en aumento. Mientras que el aumento de presión de los gases
producidos por la combustión de la pólvora no alcanza a ser compensado por el aumento
de volumen disponible debido al avance del proyectil en el cañón, aquella sigue
incrementándose. Pero el aumento de volumen disponible, sumado a la pérdida de calor
de los gases por transmisión al cañón, hace que la presión aumente hasta un cierto valor
y a continuación disminuya hasta el momento en que el proyectil abandona la boca del
arma como lo muestra la Fig. 3.

En general el pico de presión se produce entre alrededor de medio milisegundo y un


milisegundos después de iniciada la combustión de la pólvora. En este intervalo, el
proyectil puede haber avanzado en el cañón en unos 15 y 40 mm en armas largas, y algo
menos para armas cortas. El momento en que se produce el pico de presión depende,
entre otras variables, de las características de quemado de la pólvora. Las pólvoras que
hemos denominado progresivas mantienen el incremento de presión durante más tiempo
que las neutras o las degresivas. La velocidad de salida del proyectil depende, a igualdad
de otras variables, del valor de la presión y del tiempo de mantenimiento de esa presión
sobre la base del proyectil. Por este motivo, las pólvoras progresivas producirán en
general mayores velocidades de salida del proyectil.

Es necesario sin embargo enfatizar que no necesariamente un aumento de presión en la


recámara resultará siempre en un aumento en la velocidad de salida del proyectil.
Factores como el rozamiento entre la bala y el cañón, la fuerza que debe ejercer la
presión sobre el proyectil para que tome las estrías y la masa del proyectil o bien su peso,
así como la profundidad del asentamiento de la punta en la vaina y el grado de zunchado
o crimp, influyen sobre la velocidad de salida del proyectil.

La presión máxima en un fusil puede estar en unos 55000 psi y descender a unos 6000
psi en el momento en que el proyectil abandona la boca del arma. En armas cortas los
valores son inferiores. Por ejemplo, la presión máxima para un cartucho calibre 11,25 mm
puede estar en alrededor de los 21000 psi mientras que para un cartucho 9 x 19 mm
Parabellum o en un .357 magnum puede alcanzar los 35000 psi.

No toda la energía, es decir la capacidad de realizar trabajo de la presión de los gases


generados por la deflagración de la pólvora es utilizada en impulsar el proyectil a lo largo
del cañón. Efectivamente, hay una pérdida de energía por rozamiento entre la bala y el
cañón que es del orden 2-4% y una pérdida debida a la transferencia de calor del gas al
metal del cañón del orden del 10% en rifles y fusiles y que alcanza un 25% en escopetas.
Si a estas pérdidas le agregamos la energía que se pierde por los gases calientes que
salen por la boca del cañón detrás del proyectil, se puede estimar que en el mejor de los
casos, no más del 50% de la energía total de los gases es aprovechada para conferirle su
velocidad a la bala.
Medición de la presión: Hay distintos métodos para medir experimentalmente la presión
en la recámara en un arma de fuego. Un método que permite medir sólo la presión
máxima y que era prácticamente el único utilizado hasta mediado de los ?60, es el
denominado C.U.P. (Copper Units of Pressure). Para emplearlo, se practica un orificio en
la recámara del arma y vaina y se conecta la recámara a través de ese orificio a un
dispositivo cuyo esquema es el que se muestra en laFig. 4. La presión generada impulsa
un pistón que a su vez comprime un cilindro de cobre. La deformación de este cilindro de
cobre se compara con patrones que permiten estimar la presión máxima alcanzada en la
recámara en unidades C.U.P. Este método es empleado para medir presiones elevadas
de recámara como ocurre en armas cortas y fusiles. En el caso de escopetas, el cilindro
de cobre es reemplazado por un cilindro de plomo, y en tal caso las unidades se designan
L.U.P. (Lead Units of Pressure). En la práctica no se emplean diferentes armas para medir
la presión. El dispositivo ya está integrado a una recámara determinada de dimensiones
estandarizadas lo mismo que el orificio que la conecta con el pistón.

En la actualidad hay métodos que permiten medir no sólo la presión máxima sino obtener
el registro completo presión vs. tiempo. El más utilizado es el que emplea un transductor
piezoeléctrico que permite transformar la presión en una señal eléctrica. Esta es recogida
en un osciloscopio y desplegada en una pantalla en función del tiempo.

Si bien las unidades C.U.P o L.U.P fueron pensadas de modo que expresaran la presión
máxima de recámara en psi (libras/pulgada2), el valor de la presión medida en este
sistema debe estar siempre acompañado de la identificación del método empleado, por
ejemplo 45000 C.U.P o 15000 L.U.P. Por otra parte, la experiencia enseña que las
medidas de presión C.U.P. o L.U.P. son inferiores en aproximadamente un 20% a las
máximas obtenidas con cristales piezoeléctricos que son expresadas en psi. El instituto
SAAMI (Sporting Arms and Ammunition Manufacturers Institute) de los Estados Unidos,
establece las presiones máximas para los distintos cartuchos empleando uno o ambos
sistemas de medida.

Como adquiere su velocidad el proyectil: En un aspecto esencial, un arma de fuego es


similar a una máquina de pistón. Hay una cierta cantidad de gas disponible a una presión
elevada que ejerce una fuerza sobre la base del proyectil que hace las veces de pistón,
confiriéndole entonces movimiento y una velocidad creciente. La velocidad que adquiere
el proyectil al salir por la boca del arma será en general tanto mayor cuanto más alta sea
la energía que puede desarrollar el gas producido por la deflagración de la pólvora. Ahora
bien, energía es la capacidad de realizar trabajo, y el trabajo producido por un gas en
expansión es igual al producto de la presión del gas por el volumen sobre el cual el gas se
expande. En otras palabras, si tenemos un gas a presión p que ocupa inicialmente un
volumen Vo, y este gas se expande manteniendo la presión constante hasta un volumen
final Vf. El trabajo realizado por el gas está dado por el producto p(Vf ? Vo). En el caso de
un arma de fuego, como lo hemos visto en la Fig. 3, la presión no se mantiene constante
durante la expansión dentro del cañón del arma sino que varía significativamente. Por
este motivo, en la expresión anterior deberíamos reemplazar p por un valor promedio ppr.
En lo que se refiere al volumen sobre el cual el gas se expande en un arma de fuego, que
llamaremos volumen de expansión, es el volumen que recorre la base de la punta desde
su posición inicial con el cartucho en recámara hasta la boca del arma. La forma de
caracterizar la expansión del gas es definiendo el radio de expansión como el cociente
entre el volumen de expansión más el volumen de la vaina con la punta asentada, dividido
por este último, es decir por el volumen de la vaina con la punta colocada. Resulta
entonces

donde RE es el radio de expansión y el volumen de expansión es el definido


anteriormente.

Para una dada presión de gases, hay básicamente dos formas de incrementar la energía
que los gases pueden transmitir al proyectil. Una es aumentando la longitud del cañón. De
este modo, dentro de ciertos límites, el aumento de energía que adquiere la punta es
proporcional al aumento de la longitud del cañón. La otra manera es aumentando el
diámetro del cañón, es decir aumentando el calibre del arma. De este modo el aumento
de energía es proporcional al cuadrado del diámetro del cañón. Sin embargo, es
importante tener en cuenta que ambas formas tiene sus limitaciones. Efectivamente, si se
aumenta excesivamente la longitud del cañón, una vez superado el valor pico, como lo
muestra la Fig. 3 la presión va disminuyendo a medida que el proyectil avanza dentro del
mismo. Esta disminución de presión se origina en el mayor volumen disponible para el
gas y en la pérdida de calor hacia el material del cañón. Por lo tanto, la presión puede
disminuir hasta un punto en que es incapaz de superar la resistencia al avance por
rozamiento de la punta con el cañón y a partir de ese instante la punta perderá velocidad
en lugar de ganarla. Por ejemplo, en una carabina .22, la velocidad de la punta
comenzará a disminuir luego de haber recorrido típicamente una longitud de cañón de
14/16" (356/406 mm), razón por la cual no se justifica en términos de la velocidad de boca
de utilizar una longitud mayor, excepto para aumentar la distancia entre miras o por
razones reglamentarias o legales. El aumento del calibre también tiene limitaciones. Por
un lado aumentará el rozamiento entre la punta y la superficie interna del cañón y por el
otro la resistencia al avance del proyectil en el aire una vez que abandona la boca del
arma también será mayor, lo que hace que rápidamente pierda velocidad. Esto último no
es tan importante en armas cortas en los que las distancias de tiro son en general de
algunos metros, razón por la cual los calibres más empleados en este caso se encuentran
entre los 6,35 mm (.25") y 11.25 mm (.45"), mientras que en fusiles los calibres más
comunes están entre 5.56 mm (.223") y 8 mm (.32").

Una forma de aumentar la velocidad del proyectil es aumentando el volumen de la vaina


sin modificar el calibre de la punta. De este modo habrá disponible una mayor cantidad de
pólvora para producir gases, lo que aumentará la presión en el cañón. De este modo
puede obtenerse una ganancia en velocidad sin aumentar la longitud del cañón o el
calibre. Esta es la razón del uso de las vainas abotelladas que para un dado calibre
permiten una mayor carga de pólvora en la vaina.

Se conoce como densidad de carga al cociente entre el volumen de pólvora contenida en


la vaina del cartucho y el volumen total disponible en dicha vaina con la punta asentada.
En general cuanto mayor sea la densidad de carga, la deflagración de la pólvora será más
consistente, es decir experimentará menos variaciones que una carga de menor
densidad. En efecto, si la densidad de carga es baja, la pólvora tendrá más libertad de
movimiento dentro de la vaina y podrá por lo tanto alojarse, digamos en la parte delantera
o trasera de la vaina, según los movimientos que haya experimentado el arma
inmediatamente antes de efectuarse el disparo. Esta diferente distribución de la pólvora
en la vaina traerá como consecuencia variaciones en la curva de presión, por ejemplo
desplazando el máximo de la curva hacia adelante o hacia atrás. En cartuchos modernos
la tendencia es una densidad de carga alta, eventualmente de 100% o aún más en
algunas cargas de cartuchos para fusiles en las cuales la pólvora se encuentra
comprimida por el asentamiento de la punta en la vaina. La razón por la cual en muchos
cartuchos el volumen ocupado por la pólvora es bajo, como ocurre por ejemplo en el
cartucho.45 ACP se debe a una herencia de la utilización de pólvora negra. Por otra parte,
existe evidencia que con densidades muy bajas de carga puede producirse un fenómeno
conocido como detonación, que consiste en una deflagración muy rápida de la pólvora
resultando en una combustión cuasi-explosiva que puede producir daños al arma o al
tirador, siendo esta la razón por la cual los manuales de recarga especifican una carga
mínima de pólvora para los distintos tipos de cartuchos.

Una forma de reducir la inconsistencia en la deflagración de la pólvora es utilizar algún


material apropiado como relleno del espacio vacío que queda en la vaina. Este material
puede ser algodón o telgopor que se vaporizan en el disparo. De esta manera, la pólvora
se mantiene en el fondo de la vaina retenida por el material de relleno. Estos tacos de
relleno suelen denominarse "wads" y constituyen un recurso utilizado a veces para
mejorar la precisión del sistema arma-cartucho.

Como ya se ha mencionado, la velocidad de quemado de una pólvora sin humo se


incrementa con la presión por lo que el aumento inicial de presión tiene un efecto
determinante sobre la velocidad final del proyectil, particularmente con pólvoras de
quemado rápido. La punta del proyectil debe ajustar lo suficiente de dentro del cañón
como para asegurar un adecuado sellado de los gases de combustión de la pólvora
impidiendo fugas entre la punta y el cañón. Este ajuste genera una fricción importante,
aunque no tiene un efecto muy grande sobre la velocidad de salida del proyectil. Más
importante es el calor que produce esta fricción que puede resultar en una temperatura
que produzca la fusión parcial de la superficie de la punta de plomo con el consiguiente
depósito de plomo en el alma del cañón. Efectivamente, a velocidades del orden de los
300 m/s (~1000 pies/s), pueden comenzar a aparecer depósitos de plomo en los cañones
a menos que se empleen lubricantes adecuados. Con estos lubricantes o grasas, los
proyectiles pueden alcanzar los 460 m/s (1500 pies/s) con un limitado emplomamiento de
los cañones. Este emplomamiento tiene un efecto deletéreo sobre la precisión y es
necesario removerlo periódicamente sin dañar el alma. Por encima de los
aproximadamente 460 m/s se utilizan puntas encaminadas o recubiertas con cobre o
teflón para reducir el riego de emplomamiento. A velocidades de la punta en el cañón de
unos 760 m/s (~2500 pies/s), pueden producirse depósitos de cobre por lo que por
encima de estas velocidades una solución es utilizar disulfuro de molibdeno para la
lubricación de la punta.

La aceleración que experimenta un proyectil en los primeros centímetros de su recorrido


dentro del cañón, y durante el cual adquiere la mayor parte de su velocidad, es del orden
de decenas de miles de g?s, donde g es la aceleración de la gravedad (9,8 m/s2). De
manera que la fuerza de resistencia por inercia al movimiento de una punta de digamos
40 grains (2.6 g), es del orden de los 1000 Newton, es decir unos 98 kg. De manera que
un pequeñocambio en el peso del proyectil tiene un efecto muy importante sobre la curva
de presión. Por este motivo, el recargador debe atender cuidadosamente a la información
contenida en las tablas de recarga para evitar situaciones peligrosas.

El "free bore" y el estriado del cañón: Además de la fricción y de la fuerza de resistencia


por inercia que ofrece la punta, otro factor que contribuye a la resistencia al avance del
proyectil en el cañón es el estriado del mismo. El estriado consiste generalmente, aunque
no siempre, en un ranurado helicoidal a lo largo del cañón. La punta, con un diámetro o
calibre aproximadamente igual al diámetro que corresponde al fondo de las estrías entra
en el cañón con una cierta interferencia por lo que es guiada en su movimiento por este
ranurado adquiriendo así una cierta velocidad de rotación. La función del estriado es
imponer a la punta este movimiento de rotación sobre su eje longitudinal. Como ya
veremos más adelante, este movimiento de rotación desempeña un papel fundamental en
la estabilidad del proyectil en su vuelo libre hasta el blanco.

Es importante destacar que en general, antes que la punta tome las estrías, debe recorrer
un corto espacio desde su posición inicial con el cartucho en la recámara hasta que toma
contacto con el estriado. Este espacio es denominado "free bore" y su ubicación puede
verse en la Fig. 5. En algunas armas, particularmente carabinas de baja potencia de fuego
anular, el cerrojo lleva la punta del proyectil a apoyar directamente sobre el comienzo del
estriado, es decir en estos casos no hay "free bore". Esto tiene la ventaja que el ingreso
de la punta al cañón es más consistente, es decir que la punta toma al estriado siempre
en la misma posición. Sin embargo, en armas de mayor potencia y calibre, la ausencia de
"free bore" tiene el inconveniente que al estar la punta del proyectil directamente sobre el
comienzo del estriado, requiere una fuerza mayor para iniciar su movimiento lo que puede
resultar en un aumento indeseable de la presión en la recámara. Por el contrario, en
teoría, con un cierto "free bore", la punta puede comenzar a moverse con menos presión y
llegar al comienzo del estriado con un cierto impulso que facilita la toma de aquél, aunque
este punto es tema de discusión entre los expertos. El inconveniente que presenta el "free
bore" es que en el trayecto de la punta desde que comienza su movimiento hasta que
toma las estrías del cañón, aquella no se encuentra totalmente guiada y por lo tanto
puede tomar las estrías de forma no consistente disparo tras disparo, lo que puede
contribuir a reducir la precisión del sistema arma-cartucho. Otra razón, quizás la más
importante para la presencia del free bore en armas de alta potencia es que la región del
cañón adyacente a la recámara está expuesta durante el disparo a la acción gases y
residuos de pólvora no quemada a muy alta temperatura que pueden producir una erosión
prematura en caso de que hubiese estrías en dicha zona, riesgo que se reduce con el free
bore que por carecer de dichas estrías es menos afectado por tal acción erosiva. De todos
modos, en la mayoría de los casos, la extensión del free bore no supera los ¼ - 1/8" (3,2 ?
6,4 mm) y hay en general coincidencia en que cuanto más corto, mejor.

El último contacto entre el proyectil y el arma se produce en la boca del cañón. Si por
alguna razón, los gases que salen junto con la punta no lo hacen coaxialmente con la
misma, habrá un efecto dinámico asimétrico que puede producir una desviación lateral en
la trayectoria del proyectil. Por esta razón es tan importante mantener protegida la boca
del cañón en un arma de fuego a fin de evitar daños mecánicos que pueden comprometer
seriamente la precisión de la misma.

El estriado de los cañones comenzó a emplearse en fecha que no ha sido posible


establecer con precisión ni tampoco se sabe quién lo concibió. Un registro italiano de
arma de 1476 ya menciona una pistola conteniendo estrías aunque esta referencia ha
sido cuestionada. Algunos historiadores le atribuyen el invento del estriado al Vienés
Gaspar Kollner en 1498 y otros a August Kotter de Nuremberg entre 1500 y 1520. De
todos modos, lo cierto es que el estriado se encontraba definitivamente en uso en 1544
habida cuenta que el Museo Nacional de Zurich en Suiza posee armas estriadas
provenientes de Arsenal de Zurich datadas en un inventario de aquél año. Es curioso el
hecho que los tiradores de competencias en Berna hacia 1563, se quejaban aduciendo
que resultaba injusto para ellos competir con sus armas de cañones lisos contra cañones
estriados!

La Fig. 6 muestra la nomenclatura utilizada para el estriado de un cañón de arma de


fuego. Si bien no hay total coincidencia, se define el calibre del cañón como el diámetro
del cañón, es decir como el diámetro medido entre campo y campo opuestos. Esto
introduce algunas dificultades porque el diámetro de las puntas no coincide con el calibre
sino que tienen en general el diámetro que corresponde al fondo de estrías. De este modo
las puntas para un arma calibre .30 tiene un diámetro .308. Sin embargo, para aumentar
la confusión, tomemos como ejemplo las puntas empleadas para un .38 Spl. que tienen
un diámetro entre .357 y .359, por lo que un .38 no es realmente un .38! El calibre
correcto debería ser algo menor que .357.
La Fig. 7 muestra algunos diseños de cañón. Puede verse que no siempre son estriados.
Hay cañones de ánima lisa, como en casi todas las escopetas, y hay otras armas que
utilizan un cañón poligonal o una diversidad de variantes más. Tanto en el caso de
cañones estriados como con las otras variantes, la mayoría presenta un desarrollo
helicoidal a lo largo del cañón. Como se ha mencionado, este desarrollo helicoidal tiene
como objeto impartirle a la punta una velocidad de rotación alrededor de su eje
longitudinal a fin de estabilizarla en su vuelo libre hacia el blanco como veremos más
adelante.

El paso del helicoide, es decir la distancia que tiene que recorrer la punta en el cañón
para hacer un giro completo, es decir de 360°, es un parámetro importante del diseño del
cañón y tiene una influencia significativa sobre la precisión del arma. El sentido de giro del
estriado, es decir el sentido de giro del helicoide, puede ser derecho o izquierdo. Si
mirándolo desde la recámara a la boca del arma el sentido de giro es el mismo que las
agujas del reloj, entonces el estriado es derecho. De lo contrario es izquierdo. La mayoría
de los fabricantes estadounidenses utilizan el estriado derecho. Sin embargo hay
excepciones como el revólver Colt.

Un estriado se dice rápido o lento según que el paso del estriado sea más corto o más
largo.

Sir Alfred George Greenfield (1847-1927) fue un profesor de matemáticas en el Emanuel


College de Cambridge, Inglaterra, entre 1873 y 1876. Desde esta fecha hasta 1906 fue
profesor de matemáticas para los oficiales de artillería en la Academia Militar de Woolrich.
Trabajó en problemas de aeronáutica y balística y es el autor de la fórmula de Greenfield,
para determinar el paso de un estriado. Esta fórmula es extremadamente simple y se
expresa como

donde T´ es el paso de la estría y L´ es la longitud de la punta, ambos dados en diámetros


de la punta. De modo que si llamamos T a la longitud del paso, por ejemplo en milímetros
y B al diámetro de la punta, también expresado en milímetros, resulta

y
de manera que la fórmula de Greenfield puede escribirse como

Obsérvese que dado que tanto T´ como L´ son magnitudes adimensionales, la fórmula de
Greenfield puede aplicarse con cualquier sistema de unidades de longitud, es decir
funciona igualmente para mm y para pulgadas.

Por ejemplo, para un fusil calibre .30, el diámetro de la punta es .308" con una longitud,
digamos de 1.375" (Sierra Matchking bullet). De modo que aplicando la fórmula de
Greenfield, obtenemos

es decir un paso de estrías óptimo de 10.348". Esta es la razón por la cual los fusiles cal
.30 tienen en general un paso de estrías de 10".

Cabe destacar que la fórmula de Greenfield fue concebida para proyectiles de plomo.
Para poderla utilizar con puntas de otros materiales, la fórmula se modifica como sigue

La fórmula de Greenfield es un excelente punto de partida para determinar el paso de


estrías de un arma. El resultado puede requerir algún ajuste por forma y velocidad de la
punta. En este sentido, suele proponerse que para velocidades de punta superiores a los
1800 pies/s (548 m/s), el factor 150 debe cambiarse por 180. En general hay coincidencia
entre los expertos que el peso de la bala no tiene influencia sobre el cálculo del paso de la
estría por lo que resulta razonable que no figure en la fórmula.

En cuanto a la cantidad de estrías, puede variar según el arma y su diseño. Es así que se
han empleado cañones con 2, 4, 5, 6, 7, 8 estrías, y más modernamente hasta 12, 16, 22
y 24 estrías. Los fusiles Springfield 1903 A3 utilizaron 2, 4 y 6 estrías, siendo 4 la cantidad
más frecuente. El fusil M1 Garand es otro ejemplo de uso de 4 estrías. El empleo de 5
estrías fue común en fusiles ingleses como el Enfield 1917, el .303 Lee-Enfield y otros.
Muchos fusiles de caza y deportivos utilizan 6 estrías, así como algunas armas cortas Colt
y Smith Wesson. Algunas pistolas semiautomáticas .32 y .380 emplean 7 estrías y es
común en fusiles o carabinas de competición el empleo de 8 estrías. El Marlin .22
Magnum emplea 22 estrías. La fábrica argumenta que el uso de más cantidad de estrías
de menor profundidad brinda un mejor ajuste de la punta al cañón que una menor
cantidad de estrías de mayor profundidad.
En armas modernas, la profundidad de las estrías es típicamente de .004 - .006" (0,1-
0,15 mm). Este valor ha demostrado permitir un buen sellado entre la punta y el cañón,
afectando menos la velocidad y sin requerir una excesiva presión para acelerar el
proyectil como lo requiere un estriado de mayor profundidad característico de armas más
antiguas.

Deformaciones del cañón durante el disparo. Expansión, vibración, latigazo: Los


fenómenos que mencionaremos aquí son más significativos en armas largas y aún en
estas poco notables pero no por ello dejan de tener influencia en la precisión del sistema
arma-cartucho. En primer lugar, la presión del gas que genera la deflagración de la
pólvora no solo impulsa la punta sino que tiene un efecto de expansión sobre el cañón
que se traduce en un aumento de diámetro del mismo. Esta expansión es mayor en la
zona del cañón cercana a la recámara y disminuye hacia la boca del arma debido a que la
presión va disminuyendo con el avance de la punta. Este efecto puede comprobarse
mediante una experiencia (destructiva) en la que se disparan proyectiles sobre agua u
otro material que permita recuperar los proyectiles sin deformación. Se verifica que a
medida que el cañón se va recortando, el diámetro del proyectil va en aumento ya que el
mismo copia el diámetro del cañón. Por supuesto este efecto es muy pequeño,
particularmente en los cañones denominados "bull barrell" de mayor espesor de pared. De
hecho, la expansión que sufre el cañón es tan pequeña que se encuentra dentro del rango
elástico del material, de modo que realizado el disparo, el cañón recupera inmediatamente
sus dimensiones originales.

Otro fenómeno que ocurre en el cañón durante el disparo es un efecto de torsión. Este
efecto es la reacción del cañón al impulso angular de rotación que las estrías le imprimen
al proyectil. A estos fenómenos se agrega la vibración del cañón provocada por la onda
de presión que se propaga a lo largo de aquél y el fenómeno conocido como "whip"
(latigazo) que se muestra esquemáticamente en la Fig. 8 y que se produce de la siguiente
manera. Cuando se inicia el disparo, es decir durante el rápido aumento de presión que
imprime la brusca aceleración del proyectil en el cañón, se genera una fuerza de reacción
alineada con el cañón que generalmente se encuentra por encima del punto de apoyo de
arma sobre el hombro del tirador. De este modo el arma tiende a pivotar sobre este punto
elevándose. Sin embargo, el cañón no es totalmente rígido sino que puede sufrir
deformaciones como todo material. Por lo tanto, la porción del extremo del cañón cercana
a la boca es alcanzada por este efecto con un pequeñísimo retardo y una vez que esto
ocurre, el extremo del cañón se desplaza hacia arriba generando el latigazo, pudiendo
superar la línea original del eje del cañón. El problema que trae este fenómeno es que la
punta se encuentra generalmente aún en el cañón cuando este ocurre por lo que su
trayectoria es afectada por este movimiento. De todos modos, este efecto es compensado
con el reglaje de las miras y en la medida que la punta abandone el cañón cuando este se
encuentra siempre en la misma posición, el problema queda en principio eliminado. Por
supuesto que un cambio en la recarga o en el tipo o peso de la punta requerirá un nuevo
reglaje de miras ya que el tiempo de ánima en general se modificará y por lo tanto la
posición instantánea del cañón cuando el proyectil sale por la boca del arma será
diferente, a lo que se agrega que la trayectoria del proyectil también diferirá con respecto
al caso anterior.

La forma habitual y más efectiva de reducir los efectos que los fenómenos recién
descriptos pueden tener sobre la precisión de un arma larga es recurriendo al proceso de
"bedding" (asentamiento). Esta técnica consiste en hermanar la acción y la zona de la
recámara a la culata del fusil o carabina utilizando generalmente para ello una resina
epoxy que una vez fraguada se comporta como un material vítreo que copia con precisión
la forma de la acción y la zona de la recámara. De este modo el ajuste con la madera de
la culata en esa zona es tal que impide cualquier deslizamiento. Esto contribuye a que
disparo tras disparo, el cañón del arma regrese siempre a la misma posición reduciendo
así los efectos negativos del latigazo. Es de destacar que en general el "bedding" sólo
toma la porción de la acción y la zona de la recámara, dejándose el resto del cañón libre
de todo contacto con la culata a fin de permitir la libre vibración del cañón y la libre
dilatación del mismo que experimenta por el calentamiento resultante después de varios
disparos.

BALÍSTICA EXTERIOR
A partir del instante en que el proyectil abandona la boca del arma, por un brevísimo
momento, del orden de la milésima de segundo, aquél se encuentra expuesto a la acción
de los gases que junto con el proyectil, escapan por la boca del arma. Una vez extinguida
esta interacción, que puede extenderse quizás durante el primer par de metros del
recorrido de la punta, el proyectil comienza su vuelo libre en el que sólo está solicitado por
su propio peso a través de la acción gravitatoria terrestre, por la resistencia viscosa del
aire y eventualmente a esfuerzos que pueden ejercer el viento o eventuales contactos con
objetos encontrados por el proyectil en su trayectoria, como puede ser una rama u otro
elemento que pueda afectar esa trayectoria. El estudio de los fenómenos que ocurren
durante este vuelo libre son el objeto de lo que como ya hemos mencionado, se denomina
balística exterior.

Comenzaremos analizando en términos simples la trayectoria de un proyectil. Este


análisis es particularmente relevante para armas largas, fusiles y carabinas, para las que
el alcance de un disparo puede encontrarse en los centenares o aún miles de metros. En
armas cortas, en los que el alcance habitualmente sólo es de algunas decenas de metros
como máximo, el estudio de la trayectoria de la punta cobra indudablemente menos
importancia.

La Fig. 9 muestra la trayectoria que describiría en el vacío un proyectil que es disparado


con una velocidad inicial vo en una dirección que forma un ángulo ? aproximadamente de
45° con la horizontal. La misma figura muestra cual sería la trayectoria de mismo proyectil
si el disparo se realizase en el aire atmosférico.
Pueden observarse dos diferencias importantes. La primera es que el proyectil disparado
en el aire tiene menos alcance que el disparado en el vacío. La segunda diferencia es que
el proyectil disparado en el aire muestra una trayectoria que no es parabólica, es decir
tiene un descenso más rápido que el correspondiente tiro en el vacío. A medida que la
punta va perdiendo velocidad, la curvatura de su trayectoria descendiente aumenta.
Puede demostrarse rigurosamente que el máximo alcance de un proyectil en el vacío se
obtiene con un ángulo de disparo de 45° sobre la horizontal independientemente del peso
o forma de la punta. En cambio, para un proyectil en el aire el máximo alcance se obtiene
disparando con un ángulo unos 30° aproximadamente dependiendo de la forma de la
punta y de otros factores como viento, temperatura, etc. La diferencia entre ambas
trayectorias se debe al efecto del aire sobre el avance del proyectil cuando este debe
viajar en la atmósfera.

La Fig. 10 ilustra la relación que existe entre la línea de miras, el eje del cañón y la
trayectoria de la punta en un disparo con arma larga.

Puede verse que la trayectoria del proyectil o punta intercepta dos veces la línea de miras.
El primer punto de intersección es el denominado 1er. cero y en general se produce a una
distancia de aproximadamente 25 m. El segundo punto de intersección se produce en
cambio a una distancia que puede estar en los centenares de metros y su correcta
regulación es esencial en el tiro de precisión. En efecto, consideremos la Fig. 11 en la que
se detalla con más claridad las mismas relaciones que muestra la figura anterior. La
regulación de miras consiste en ajustar un ángulo entre el eje del cañón y la línea de
miras de modo que a la distancia a la que se desea hacer impacto, la trayectoria del
proyectil se cruce con la línea de miras (distancia al cero). En otras palabras, que las
miras se encuentren reguladas de modo tal que se alineen con el punto que a la distancia
de impacto prevista se encuentra por debajo de la línea del cañón en una distancia igual a
la caída que el proyectil experimenta a dicha distancia de impacto, entendiéndose por
caída el descenso que experimenta la punta por debajo de la línea del cañón.
Si se desea mantener los impactos dentro de un cierto radio, digamos por ejemplo 5 cm,
puede entonces definirse una zona crítica, denotada con un grisado en la figura, dentro de
la cual no es necesario efectuar una nueva regulación de miras ya que por definición esa
zona es el rango de distancias sobre el cual el proyectil no sale de ese radio límite a
menos que desplazamientos laterales por efecto del viento desvíen el proyectil, lo que
obliga a una corrección ulterior por tal efecto.

Efecto de la inclinación de un arma larga sobre el punto de impacto: Teniendo los


conceptos anteriores en cuenta, es fácil entender cómo se generan los errores de
puntería como consecuencia de la inclinación de un arma larga con respecto al plano
vertical. En efecto, asumiendo que tenemos un arma bien regulada para una cierta
distancia al blanco, la configuración del conjunto con el arma no inclinada, es la siguiente:

La caída del proyectil es el inevitable resultado del efecto gravitatorio sobre su trayectoria.
Tomando como eje la línea de miras, de no haber caída, es decir si no hubiera efecto
gravitatorio sobre el proyectil, al rotar el arma sobre la línea de miras, los impactos
resultarían como se muestra a continuación:

Si ahora agregamos el efecto de caída, los impactos resultarán como se indica:


El movimiento del proyectil en su recorrido libre: Hemos dicho que el recorrido libre(2) del
proyectil o punta comienza una vez que abandona la boca del arma y se extingue la breve
influencia que puedan ejercer sobre su movimiento los gases que junto con el proyectil,
salen por aquella. De todos modos, si asumimos que se trata de un cañón en buenas
condiciones, es razonable considerar que los gases que acompañan la salida del proyectil
ejercen sobre éste una acción simétrica y por lo tanto su efecto sobre la trayectoria que el
proyectil seguirá es despreciable. De manera que uno de los parámetros más importantes
que determinarán la trayectoria del proyectil entre la boca del arma y el blanco es
su velocidad inicial o velocidad de boca por lo que resulta de importancia conocer su valor
para un dado sistema arma-cartucho. Ya hemos analizado en balística interior cuales son
las principales variables que determinan la velocidad de boca de un proyectil,
fundamentalmente la presión y el tiempo durante el cual esta presión actúa sobre la
punta, el peso y el calibre de la misma. La forma moderna de medir la velocidad de un
proyectil es mediante un instrumento denominado cronógrafo balístico. Este dispositivo,
que se muestra en la Fig. 12, contiene dos sensores ópticos que permite determinar con
suficiente precisión el pasaje de la punta por cada una de las dos pantallas y registrar
electrónicamente el intervalo de tiempo que a la punta le toma ir de una a la otra pantalla.
La velocidad queda entonces determinada por el cociente entre esa distancia y el tiempo
empleado para cubrirla. En la práctica, el cronógrafo se pone a una distancia de un par de
metros de la boca del arma para evitar eventuales influencias de los gases que salen por
la boca puedan tener sobre la velocidad de la punta y sobre todo para evitar posibles
daños que estos gases calientes puedan producir sobre un instrumento delicado y
relativamente costoso.

(2) Si bien hablamos de recorrido libre, en realidad éste no es tal ya que el proyectil está
sujeto a la acción del aire y de su propio peso, pero mantendremos por costumbre esta
designación.

En vuelo libre la punta se encuentra sujeta a distintos tipo de interacción con el aire
atmosférico a través del cual se mueve. Por un lado tenemos una contribución a la fuerza
de resistencia al avance que el aire ejerce sobre la punta o efecto de arrastre ("drag") que
es de naturaleza viscosa y se debe a la adherencia del aire a la punta en movimiento.
Efectivamente, cuando un cuerpo se mueve en un medio fluido viscoso como el aire, se
produce sobre la superficie del cuerpo la adherencia de las moléculas de aire en contacto
con aquél. A medida que se consideran puntos más alejados de la superficie del cuerpo
las moléculas de aire se deslizan más fácilmente pero siguen siendo parcialmente
arrastradas por el cuerpo hasta que a una dada distancia del mismo, el aire fluye
normalmente sin ser afectado por el movimiento del cuerpo. La capa adyacente a la
superficie del cuerpo en que se produce esta transición de velocidades se conoce
como capa límitey su formación es característica del movimiento de cualquier cuerpo en
un medio viscoso. Es fácil ver que la presencia de esta capa límite tendrá un efecto de
"frenado" del cuerpo en movimiento. Otra contribución se debe a la onda de presión de
aire que se genera sobre el frente del cuerpo y que también contribuye al "frenado".
También contribuye al arrastre la turbulencia que se forma en la parte posterior del cuerpo
al avanzar éste.

La Fig. 13 muestra el flujo de aire alrededor de tres objetos de distinta geometría. Puede
verse que el perfil alar es el que menos resistencia al avance produce ya que por su forma
minimiza tanto la onda de presión delantera como la turbulencia de cola. De esto surge
que la forma del cuerpo es determinante de la resistencia al movimiento.

Parámetros balísticos: A fin de caracterizar la aptitud de un proyectil para mantener su


velocidad, se define el coeficiente balístico. Este coeficiente se lo define de modo que
cuanto más elevado, más aptitud tiene el proyectil para moverse en el aire manteniendo
su velocidad. El coeficiente balístico (CB) está dado por la expresión

La Densidad Seccional (DS) se define a su vez como

donde el peso de la punta se expresa en kg en cuyo caso el diámetro de la punta debe


expresarse en m. Si se emplean medidas inglesas, el peso de la punta se expresa
en libras y el diámetro en pulgadas.
Finalmente, el Coeficiente de Forma (CF) depende como su nombre lo sugiere
únicamente de la forma del proyectil. Su determinación es bastante más compleja que la
de los parámetros anteriores ya que surge de la comparación experimental de la
resistencia al avance que ofrece una punta dada con respecto a otra punta de igual
densidad seccional que se utiliza como estándar de comparación. Se define como el
cociente entre la resistencia al avance de la punta en cuestión y la resistencia al avance
de una punta estándar de la misma densidad seccional. Al efectuarse la comparación de
la resistencia al avance entre dos puntas de igual densidad seccional, el coeficiente de
forma se hace independiente del peso y del calibre de la punta. Surge de la definición
del CF que cuanto menor sea su valor, mejor será el comportamiento aerodinámico del
proyectil.

En 1881, Krupp en Alemania fue el que por primera vez midió con exactitud la resistencia
al avance de una bala utilizando proyectiles de punta roma y base chata. Como término
de comparación empleó la punta que se muestra en la Fig. 14. Las medidas de la punta
están dadas en calibres, es decir en diámetros. Es así que por ejemplo el radio de la ojiva
es de dos calibres o diámetros. Por definición una punta estándar de 1" (25.4 mm) de
diámetro, 2" (50.8 mm) de radio de la ojiva, 3" (76.2 mm) de largo total y con un peso de 1
lb (454 g), denominado proyectil estándar C, tiene un coeficiente balístico igual a 1 (CB =
1) y por lo tanto también un coeficiente de forma unitario (CF = 1). Posteriormente se
introdujeron otros proyectiles estándar y actualmente los dos más empleados son el G1 y
el G7, (este último para representar mejor a las puntas con cola de bote) que se muestran
en la Fig. 15.

La determinación experimental del coeficiente balístico requiere la medición de la


velocidad del proyectil en dos puntos de su trayectoria separados por una distancia
apreciable, preferentemente unos 100 m para armas largas y 50 m para armas cortas. El
cálculo del coeficiente balístico se basa en la pérdida de velocidad de la punta sobre la
distancia entre cronógrafos y puede incluir ajustes por temperatura, presión atmosférica y
humedad ambiente. Esta reducción de velocidad se la compara con la que experimentaría
el correspondiente proyectil estándar.

Si bien el coeficiente balístico es una medida de la aptitud del proyectil para mantener su
velocidad, no constituye una constante. En efecto, el CB depende de la velocidad y del
proyectil que se utilice como estándar.

Por otra parte, como el CB es el cociente entre la densidad seccional y el coeficiente de


forma, una punta puede tener un alto CB pero el valor elevado puede deberse a que la
punta tiene una alta densidad seccional con un factor de forma medio o porque tiene un
bajo coeficiente de forma con una densidad seccional no tan alta. Si bien el CB puede ser
numéricamente el mismo para ambas puntas, es fácil ver que la que tenga el mejor
coeficiente de forma se comportará mejor porque estará sometido a menos resistencia al
avance y podrá mantener mejor su velocidad que la punta con un CF no tan favorable, es
decir más alto. De modo que un CB más elevado no necesariamente implica que la punta
se comportará balísticamente de modo más eficiente que otra de menor CB. De aquí la
importancia del coeficiente de forma que establece que geometría de punta es la más
adecuada en lo que hace a minimizar la resistencia al avance. La Fig. 16 muestra algunos
coeficientes de forma de distintas puntas referidas a la punta estándar G1 que es la que
exhibe el valor 1. Puede verse que cuanto más perfilada aerodinámicamente es la punta,
menor es el CF.

Cálculo de la trayectoria balística: Los fabricantes de munición brindan en general los


valores del CB de las puntas que producen. Estos valores están en general referidos al
estándar G1 o al G7 o a ambos. El conocimiento del CB es necesario para predecir la
trayectoria balística de una punta. En la actualidad se encuentran disponibles en la Web
diversos programas gratuitos y de libre acceso de cálculo de trayectorias balísticas. En
general, los datos básicos necesarios para calcular una trayectoria son:

Identificación de la punta (P.Ej. Aguila Jacketed Soft Point 20 gramos, etc)


Calibre (P.Ej. .222 Remington Magnum, .308 Winchester, etc.)
Coeficiente balístico (CB) (P.Ej. 0.105, 0.450, etc.)
Velocidad inicial o de boca (P.Ej. 1320 pies/s, etc.)
Peso de la punta (P.Ej. 20 gramos, etc.)

Casi todos los programas incorporan una opción avanzada para poder efectuar
correcciones por

Estándar utilizado (G1, G7, etc.)


Distancia al cero (P.Ej 100 m, 300 m, etc.). Recordemos que la distancia al cero es la
distancia para la cual se encuentran reguladas las miras para que el impacto se produzca
en el centro del blanco.

Angulo del blanco con respecto a la horizontal. Esto es aplicable cuando el blanco no se
encuentra al mismo nivel que el tirador.

Altura de la mira sobre el eje del cañón. Es la altura sobre el eje del cañón a que se
encuentran montadas las miras abiertas o telescópicas.

Velocidad y dirección del viento


Condiciones atmosféricas (Temperatura, Presión, Altitud, Humedad relativa)

Dos software libres disponibles para efectuar el cálculo de trayectorias balísticas pueden
encontrarse en

http://gundata.org/ballistic-calculator/ y en http://www.bergerbullets.com/ballistics/.

Algunos programas, además de dar los datos de la trayectoria en forma tabulada, brindan
la representación gráfica de la curva. Una advertencia importante en el uso de estos
programas es la de asegurarse estar empleando las unidades correctas de medida, es
decir no confundir yardas con metros o pulgadas, gramos con grains, etc. Estos
programas son de utilidad tanto para el recargador, ya que lo orientan en la selección de
la punta y en la carga necesaria para obtener una dada velocidad de boca, como para el
tirador que debe hacer ajustes en las miras para alcanzar con la precisión deseada un
blanco a distancias distintas de la de cero.

Estabilidad de la punta en vuelo libre: La dinámica nos enseña que cuando un cuerpo
rígido con un eje de simetría de revolución como es el caso de una punta, gira con una
velocidad angular más o menos elevada sobre dicho eje, aunque se encuentre solicitado
por fuerzas que tienden a modificar la dirección del eje del cuerpo, como lo son las
fuerzas debidas a la resistencia del aire, la de vientos laterales, o el eventual contacto con
algún obstáculo como puede serlo una rama, etc., presenta una estabilidad que no posee
el mismo cuerpo si no efectua dicha rotación. En otras palabras el cuerpo, en este caso la
punta, ofrece cierta resistencia a cambiar su orientación en el espacio en virtud de su
velocidad de rotación angular.

Todos estamos familiarizados con la estabilidad que presenta un trompo o un giróscopo


cuando se encuentra rotando a alta velocidad y que sólo se interrumpe cuando el trompo
o giróscopo pierden velocidad de rotación. Este efecto es sumamente importante en el
caso de proyectiles en los cuales uno desea mantener invariable su orientación en el
espacio.
En efecto, la eficiencia balística de un proyectil tiene que ver como hemos visto, con su
aptitud para mantener su trayectoria, es decir su velocidad y dirección. Para esto es
necesario que durante su vuelo libre el proyectil ofrezca la mínima resistencia al avance
por lo que debe mantenerse siempre orientado de modo de presentar siempre la menor
sección frontal, es decir no debe voltearse ni avanzar de costado. El objeto del estriado de
los cañones es precisamente conferirle a la punta una velocidad de rotación sobre su eje
longitudinal de modo de garantizar que el mismo no cambie de orientación durante el
vuelo y que llegue al blanco lo más de punta posible. Sin embargo, el movimiento de un
trompo en rotación alrededor de su eje de simetría sujeto a la acción de su propio peso,
no se efectúa manteniendo el eje de rotación en una dirección totalmente fija. Como
seguramente es familiar para todos, el eje realiza el movimiento de precesión que se
muestra en la Fig. 17. De hecho este es un fenómeno general que experimenta todo
cuerpo con simetría de revolución que gira alrededor de su eje y que se encuentre sujeto
a alguna fuerza constante que tienda a modificar la orientación de su eje de rotación. En
el caso de la tierra, que puede verse en la misma Fig. 17, la fuerza que solicita al planeta
y que produce la precesión es la interacción gravitatoria con otros cuerpos celestes.

Una punta en rotación, sujeta a la fuerza de resistencia al avance debida al aire y


eventualmente por fuerzas laterales del viento, realizará un movimiento de precesión
similar por lo que la punta del proyectil al avanzar describirá, al menos inicialmente, un
movimiento helicoidal. A fin de limitar este movimiento se le imprime al proyectil una
velocidad lo suficientemente elevada mediante el estriado. Si la velocidad de rotación es
suficientemente alta, el movimiento de precesión irá perdiendo amplitud hasta
prácticamente desaparecer con lo que se habrá logrado la estabilidad del movimiento del
proyectil. En general, cuanto mayor sea el diámetro del proyectil el efecto estabilizante de
la rotación será mayor motivo por el cual las puntas de menor calibre requieren mayor
velocidad de rotación para poder estabilizarse en su vuelo libre que las de mayor calibre.

La dinámica de los cuerpos rígidos es bastante compleja por lo que aquí sólo
mencionaremos que cuando la punta abandona la boca del arma, lo hace en general con
su eje longitudinal formando un cierto ángulo con la dirección de la trayectoria. Este
ángulo, que se muestra en la Fig. 18, se denomina cabeceo y puede ser de hasta de 5°
en el momento en que el proyectil abandona la boca del arma. Debido a este ángulo la
resistencia del aire se hace sentir en forma desbalanceada y causa la precesión inicial del
vuelo del proyectil. De todos modos, una punta bien estabilizada, es decir de construcción
homogénea (o sea sin defectos internos que produzcan desbalanceo, como pueden serlo
por ejemplo poros u otras cavidades provenientes de una fundición defectuosa) y con
suficiente velocidad de rotación, tenderá a adoptar una posición estable correspondiente a
una orientación de su eje de simetría tal que la punta del proyectil apunte un poco hacia
arriba y a la derecha de la trayectoria en casos de estriado derecho y hacia la izquierda si
el estriado es izquierdo. Este ángulo de cabeceo estable es normalmente de apenas una
fracción de grado. Esto significa que la orientación de tal proyectil irá variando durante su
vuelo de manera de seguir siempre orientado con su eje de simetría casi coincidente con
la trayectoria lo que garantiza que el proyectil impacte siempre de punta.

Como consecuencia del ángulo de cabeceo y la interacción con el aire, se produce


además un fenómeno conocido como desplazamiento giroscópico, que hace que una
punta que sale de un cañón con estriado derecho, se desvíe hacia la derecha y lo
contrario para un estriado izquierdo. Esta desviación sólo es apreciable a distancias muy
largas, típicamente superiores a los 300 m. Por ejemplo, medidas experimentales nos
muestran que una punta Sierra MatchKing de 220 grains, calibre .308, a 1000 m de
distancia habrá experimentado un desplazamiento giroscópico de sólo 197 mm por lo que
no es significativo hasta las distancias antes mencionadas. Por ejemplo, mediciones
hechas por el U.S. Ordenante Dept. arrojaron para una pistola Colt 1911 utilizando una
punta de 230 grains, un desplazamiento giroscopio de sólo 5 mm (0.2") a 25 m.

BALÍSTICA TERMINAL
Como hemos mencionado, la balística terminal o balística de efectos estudia los
fenómenos que se producen como resultado de la interacción entre el proyectil y el blanco
una vez que se produce el impacto. El tema es sumamente amplio y complejo, en
particular si se tienen en cuenta los aspectos relacionados con los efectos del proyectil
sobre seres humanos o animales. Por tal motivo, aquí sólo haremos una mención breve
de algunos puntos relevantes sobre todo al tirador deportivo, que es a quien está
fundamentalmente orientado este trabajo.

Tipos de proyectil: Se pueden clasificar los proyectiles según el propósito que se persigue
con ellos. Es así que podemos hablar de puntas perforantes, incendiarias, trazantes,
deformables, etc. Si nos limitamos al caso de armas livianas, largas o cortas de uso civil o
policial, las puntas están en general diseñadas para lograr alguno de los siguientes
objetivos o eventualmente la combinación de algunos de ellos:
- Máxima precisión
- Máxima penetración
- Penetración controlada
- Máximo poder de detención o de volteo

Para distancias de hasta unos 50 m, la aerodinámica de la punta es relativamente


irrelevante. Es así que cuando se dispara contra blancos de papel, una de las puntas
favoritas es la punta chata, denominada "wadcutter", porque produce un orificio perfecto
sobre el blanco del mismo diámetro que el de la punta lo que facilita la lectura del puntaje.

Las pistolas semiautomáticas, con alguna excepción como la Smith Wesson 52, no
admiten munición wadcutter por los problemas de alimentación que ésta generaría. Por
este motivo, en tales pistolas es frecuente el empleo de puntas"semiwadcutter" que son
de forma esencialmente tronco-cónicas. De este modo se eliminan en general los
problemas de alimentación y se obtiene en el blanco un orificio relativamente preciso que
también facilita la lectura del puntaje. Este último tipo de puntas son las más empleadas
en la disciplina de precisión Pistola Militar, en la que se dispara con calibre 9 mm o .45.
Una punta también empleada muy similar a la semiwadcutter es la ojival de punta chata,
que se diferencia de la anterior en que en lugar de ser tronco-cónica es de perfil ojival
pero terminada con un extremo chato como la semiwadcutter. Por supuesto, también
están quienes optan por puntas ojivales argumentando mejor alimentación u otras
razones.

En algunas disciplinas, como Tiro Práctico, la punta debe satisfacer un mínimo Factor de
Potencia (FP), definido de la siguiente manera:

Este factor de potencia es una medida del impulso que lleva el proyectil y está por lo tanto
relacionado con la capacidad de volteo de por ejemplo un blanco metálico.

A diferencia de lo que ocurre con armas cortas para las que las distancias de tiro no
suelen superar los 50 m, el tiro con arma larga puede extenderse a 100, 300 o más
metros. De modo que en tales casos, como ya hemos analizado, la aerodinámica del
proyectil se torna de gran importancia sobre la precisión que pueda lograrse con el
mismo. En este sentido, cabe mencionar el desarrollo realizado hacia 1963 en los Estados
Unidos por Sierra Bullets de las puntas MatchKing, a la cual ya nos hemos referido más
arriba, cuyo diseño es usado entre otras aplicaciones en la munición 7.62 x 51 NATO.

Cuando lo que se desea es máximo poder perforante, por ejemplo en munición destinada
a penetrar blindados o grandes animales, se utilizan en general puntas con núcleo de
plomo encamisadas en cobre, latón o acero. Hay otras variantes, la mayoría de ellas de
uso militar, como puntas de tungsteno o de uranio empobrecido.

Por el contrario, en algunos casos se busca que la punta tenga un poder perforante
limitado con alta capacidad de deformación. Esto resulta en la producción de heridas de
mayor diámetro en un animal o en una persona, lo que acelera su discapacitación. Se
encuentran prohibidas para uso militar por convenciones internacionales. En nuestro país
también están prohibidas para las fuerzas policiales lo que es motivo de controversia, ya
que una punta no deformable tiene más poder perforante pero tiene en general menos
poder de detención y aumenta el riesgo de atravesar el blanco y herir a ocasionales
transeúntes en un enfrentamiento urbano.

Gelatina balística: Una de las maneras más difundidas de estudiar el efecto del impacto
de un proyectil de arma de fuego sobre los tejidos de un ser humano o animal, es
mediante el empleo de gelatina balística.

La gelatina balística es un producto correlacionado con el tejido del cerdo, que a su vez es
muy similar al del ser humano y en el que es posible reproducir y analizar los efectos de
heridas de bala. Es la forma estándar de hacer estos análisis de balística terminal. En
Internet es posible encontrar diversas formulaciones para su preparación. Para su
utilización, puede efectuarse una calibración. Una forma de hacerla es por ejemplo
mediante el disparo de un balín de acero de 4.5 mm a una dada velocidad con un arma
neumática y midiendo luego la penetración que debe encontrarse dentro de determinados
valores.
Reseña Histórica de la bala Dum-Dum - 2º parte
Traducido y adaptado por Oscar E. Vanzetti
Autor: Oscar Enrique VanzettiFecha de publicación: 03/07/2015
Una cruzada contra la dominación británica en África

Pero la política internacional ahora juega su parte. El Zar Nicholas II de Rusia propuso en
agosto de 1898, una conferencia sobre la limitación de los armamentos. Todo tipo de
motivos ocultos desde entonces han sido atribuidos al Zar, incluyendo su necesidad de
reducir el gasto en armas convencionales para que pudiera así aumentar el tamaño de su
flota imperial. Cualquiera sea la razón, el 18 de mayo de 1899 la conferencia es
inaugurada en la Haya, Holanda, contando con la representación de veintiséis naciones.
Se establecieron tres comisiones para ir a través de los temas propuestos a discusión,
con una primera subcomisión sobre el tema de la "prohibición del empleo de nuevas
armas de todo tipo y de nuevos explosivos en ejércitos y flotas, como también de
examinar sobre el uso de pólvoras más poderosas que los tipos utilizados en el presente,
tanto para las armas portátiles como para cañones". El propósito, explicó el coronel J.
Gilinsky de Rusia, no debía prohibir nuevos inventos como tales, pero sí de acordar una
moratoria fijando un plazo durante el cual el material existente no debería ser remplazado,
"basado ello en el deseo del Zar, con el fin de mitigar las pesadas cargas impuestas a los
contribuyentes".

El foco de los debates, por lo tanto, debió ser el de encontrar una forma de implementar
tal moratoria para reducir costos, pero en lugar de ello, en la primera reunión, el coronel
Arnold Künzli de Suiza casi de inmediato propuso una prohibición sobre la bala Dum-Dum
diciendo que "causó heridas incurables".

Es entonces cuando el representante holandés, el general Den Beer Poortugael, brincó en


su asiento diciendo que él había sido instruido específicamente por su gobierno para pedir
la prohibición absoluta de la utilización de balas Dum-Dum y de proyectiles similares
porque "estallan en el cuerpo" y "no son necesarios".

Los británicos se encontraron, inesperadamente, ante una sorpresiva emboscada,


hallándose desprevenidos para disiparla. Incluso los resultados de las pruebas realizadas
por von Bruns estaban siendo exagerados y el principal representante británico, el general
Sir John Ardagh, trató de explicar que los experimentos fueron, a pesar de todo,
defectuosos.

Pero ahora las historias de cómo los proyectiles Dum-Dum "explotan en el cuerpo' y
causan "heridas incurables" ya habían desarrollado vida propia.

Sir Ardagh era director de inteligencia militar en la Oficina de Guerra en ese momento,
pero durante su carrera había prestado servicio en la India y en África. Desde el comienzo
de la reunión buscó que se produjera una declaración británica sobre la bala Dum-Dum.
Después de explicar la historia de este elemento dice: "la comisión que investigó la
cuestión (o sea de las balas con suficiente poder de detención o stopping power para uso
fuera de la India) recomienda dos tipos de balas, de las cuales una ha demostrado poder
hacer heridas más graves que la otra. El gobierno de Su Majestad, sin embargo, rechaza
la que origina las heridas más graves y decidió adoptar la bala que posee el mínimo
efecto necesario para "frenar" o detener a un atacante enemigo, o sea adopta a la
considerada menos destructiva, siendo ahora conocida como "bala Mark IV".
Esta nueva punta posee una pequeña cavidad cilíndrica en su nariz, en la cual no existe
la envoltura dura de metal que si reviste el resto del cuerpo. Nada de nuevo hay en la
presencia de esta cavidad en la cabeza de la bala Mark IV, ya que también existió en la
bala Snider con la cual las tropas de Su Majestad estuvieron armadas durante muchos
años, siendo una bala que era conocida perfectamente bien por todas las potencias de
Europa y que ya estaba en uso en el Ejército Británico en la fecha que se llevara a cabo la
Convención de San Petersburgo en 1868, y sobre la cual, sin embargo, ninguna objeción
fuera levantada alguna vez por razones humanitarias. El gobierno de la India, por las
mismas razones que invocan lo británicos, adoptó la mencionada bala Dum-Dum, en la
cual, como vimos, una porción muy pequeña del plomo de la cabeza no estaba cubierta
por la envoltura metálica.

Pero el gobierno de Su Majestad es incapaz de admitir que la nueva bala adoptada por
ellos, por poseer un mínimo efecto destructivo, pueda ser considerada como capaz de
infligir sufrimientos innecesarios y, teniendo en cuenta el hecho de que hasta
recientemente los fusiles de todas las potencias dispararon balas de plomo sin una
cubierta y, además, porque una bala con una cavidad en la cabeza fuera usada
posteriormente y durante muchos años en el ejército de Su Majestad, incluso en la fecha
de efectuarse la antes mencionada Convención de San Petersburgo, son incapaces de
admitir que la existencia de que tal cavidad y la exposición de una pequeña porción de
plomo en la nariz de la bala sean motivos suficientes para justificar la condena de
cualquiera de estos u otros métodos de construcción.

Pero los experimentos que se realizaron en Inglaterra llegaron a la conclusión de que las
heridas causadas por estas nuevas balas no son más graves ?pero si tan severas? como
las heridas causadas por las grandes puntas que se disparaban con los anteriores fusiles,
por lo tanto, en el gobierno de Su Majestad que, decía, estaba enteramente de acuerdo y
compenetrado con el deseo de evitar el uso de misiles que infligiesen heridas de
innecesaria gravedad a las tropas, son incapaces de admitir que con esta prohibición
están implicados cualquiera de los anteriores métodos de construcción.

También se señaló que los suizos y los portugueses utilizaron misiles que fueron iguales
que las Dum-Dum sin que se elevaran voces de protesta, pero esto causó poca impresión
ante las partes y comenzó a despuntar gradualmente entre los británicos que, para las
potencias europeas, la razón no tenía nada que ver con el bienestar de sus semejantes.
Para ellos, ésta fue parte de un período de la historia conocido ahora como el de la "pelea
por África" (generalmente visto seriamente como el resultado de la Conferencia de Berlín
en 1884 (9), y de la cual la expedición de Kitchiner (10) era una parte importante) con
Bélgica, Alemania, España, Francia, Italia y Portugal que también presentaron sus
demandas y algunos de ellos, si bien no todos, vieron una oportunidad para anotarse
puntos fuera de Gran Bretaña para su propia ventaja.

Caricatura sobre la conferencia de Berlín en 1885


Pero los rusos, por otro lado, también tenían sus ojos puestos en otros lugares. Para ellos
esto fue parte del llamado "el gran juego" (The Great Game), que era la competencia por
la influencia política en los países que bordeaban la frontera noroeste incluyendo
Afganistán a la que, si los británicos perdían, podría darle a Rusia acceso directo a la
India, la cual era considerada como la "joya de la corona británica". El tema en cuestión
era altamente importante y se convertiría en el trasfondo de la novela de Rudyard Kipling
a la que titulara "Kim", que fuera publicada por primera vez en forma seriada en un
periódico mensual en el año 1900, y como un best seller en 1901. Esto significaba algo
así como de poder instalar una pequeña grieta en el monolítico control que ejercía Gran
Bretaña en sus dominios, que era la potencia colonial de esa época, con lo cual se
podrían beneficiar los rusos.

Como lo veía Sir Ardagh "toda la discusión era una cruzada contra la dominación británica
en África, orquestada por Rusia".

General Horatio H. Kitchiner, I Conde de Kitchiner

El 29 de julio de 1899 el texto adoptado por la Conferencia, redactada en gran parte por
Rusia, Rumania y Francia, a pesar de las objeciones de Gran Bretaña y de los Estados
Unidos, fue: "las partes contratantes acuerdan abstenerse del uso de las balas que se
expandan o aplasten fácilmente en el cuerpo humano, tal como las balas con una
envoltura dura la cual no cubra completamente al núcleo o esté perforada con incisiones.
La presente declaración es sólo vinculante para las partes contratantes en el caso de una
guerra entre dos o más de ellos. Dejará de ser obligatoria en una guerra entre las partes
contratantes, a partir del momento en que uno de los beligerantes se comprometa al no
uso de la fuerza".

Hoy todavía se cree que una vez que la declaración fuera hecha se aplicaría
automáticamente a todas las partes integrantes de la Conferencia, pero éste no fue el
caso. Gran Bretaña seguía argumentando desde su rincón y, juntamente con los Estados
Unidos, Portugal y algunos otros pocos países, se negó a ser oficialmente una de las
"potencias contratantes", basándose en que las discusiones habían estado fundadas en
experimentos erróneos, de los cuales se extrajeron conclusiones no válidas.
Extraoficialmente se cree que fue motivada porque los británicos sabían que habían
actuado de manera apropiada, y que se encontraron verdaderamente en desventaja en el
curso de acción de la Conferencia que estaba dirigida directamente contra ellos. Y eso no
les gustó.
EL DILEMA
En octubre de 1898 George Wyndham había asumido el cargo de Subsecretario de
Guerra y tan pronto como comenzó la Conferencia de la Haya (11) los rumores sobre lo
que se debatió en ella fueron ampliamente difundidos. El 11 de julio de 1899, incluso
antes de la redacción de una declaración final "acordada", se le preguntó a Wyndham en
la Cámara de los Comunes "si él consentirá en poner sobre la mesa los informes de las
experiencias quirúrgicas y de los experimentos relacionados con los efectos del misil Mark
IV, ya que sobre la base de dichos experimentos la bala ahora está siendo provista a los
soldados británicos enviados a Sudáfrica; y si él puede indicar si el informe condenatorio
divulgado sobre la bala Dum-Dum por la Conferencia de Paz de la Haya ha sido
oficialmente traído luego de pasar bajo el análisis de las autoridades del Ministerio de
Guerra". Wyndham respondió diciendo que: "la Mark IV ha sido la bala de dotación en el
Ejército Británico desde febrero de 1898 y, como tal, ha sido enviada a nuestras tropas en
África del sur, y no puedo exponer los informes de los experimentos que condujeron a la
adopción de dicha bala antes que a los miembros de la Cámara como tampoco de los
experimentos más recientes, ya que contienen información confidencial. Nuestros
representantes en la Haya han informado a dicho organismo de tales procedimientos de
vez en cuando. Pero estos informes provisionales han sido necesariamente parciales y no
son concluyentes".

Estos experimentos, como sugiere el Honorable Miembro, no eran realizados solamente


para estudiar los aspectos quirúrgicos de las heridas que provocaban. Ellos se llevaron a
cabo para resolver una serie de problemas relacionados con la Física y, además, que con
ellos se considerara que el aspecto humanitario de la cuestión no quedaba sin ser tenido
en cuenta. Cuando se le preguntó: "no es un hecho que esta bala se ha construido con
miras a expandirse durante el impacto tal como lo hacen las balas Dum-Dum". Wyndham
respondió con lo que ya ha llegado a ser considerado como un clásico en este tipo de
réplicas: "la bala ha sido construida para alcanzar un cierto número de objetivos, de los
cuales uno de ellos es que su calibre debe ser mayor, hacia adelante, cuando salga de la
boca del cañón del rifle".
Sin duda, en mi personal opinión, fue una respuesta política y diplomática pletórica de
cinismo.
Dos días más tarde Wyndham dijo a la Cámara de los Comunes que: "la munición Mark IV
fue utilizada por varios batallones de tropas británicas en Omdurman y se informó
favorablemente sobre ella".

El motivo de la solicitud de información sobre Sudáfrica era debido al aumento de las


tensiones existentes allí entre los británicos y los colonizadores holandeses (bóers) y sin
duda, la motivación detrás de la determinación de los holandeses por conseguir la
prohibición de las balas Dum-Dum y las Woolwich, era debilitar la moral y eficacia del
Ejército Británico.

Ya había ocurrido una guerra Anglo-Bóers entre 1880 y 1881 donde los británicos salieron
derrotados, y la segunda guerra de los bóers comenzó el 11 de octubre de 1899. La
ofensiva de los bóers se transformó posteriormente en una guerra de guerrillas que duró
hasta mayo de 1902 y costó unas 75.000 vidas, de las cuales unas 22.000 eran de
soldados británicos. Comenzó la mencionada guerra sólo diez semanas después de la
Declaración de la Haya y durante los preparativos bélicos se presentó un dilema para los
británicos, porque por entonces era la bala de Mark V Woolwich la que estaba en uso y al
mismo tiempo, en general, era ello lo que estaba fuertemente cuestionado por otros
países.

Pero para los británicos los bóers no eran parte de la Declaración, ya que en ella no
estaban mencionados ni las "tribus" ni los "salvajes".
General inglés del Imperio de la época

Pero pese a todo, el alboroto sobre las balas Dum-Dum sigue estando aún en el aire, y no
es menos importante el impacto causado por la negativa de Gran Bretaña a aceptar la
Declaración.

Pero en el gobierno británico se dieron cuenta de que con esta actitud, la de dejar el
proyectil Mark V en uso, se les entregaba a los bóers, como regalo, una importante
propaganda. Después de mucha discusión y de un examen de conciencia se decidió
inclinarse ante lo inevitable y la mencionada negativa se retiró a regañadientes.

El 23 de marzo de 1900 se le preguntó a G. Wyndham si "balas explosivas o expansivas


han sido enviadas a Sudáfrica para el uso de las tropas estacionadas allí o para cualquier
otro propósito". Él respondió: "la bala de uso en Sudáfrica es la bala sólida Mark II para
rifle. Las balas Mark V ni las Dum-Dum nunca han sido utilizadas por las tropas". Esta
última afirmación fue quizás un poco ingenua, porque la punta Mark II seguía siendo tan
susceptible a sufrir una modificación improvisada como lo había sido durante la
expedición a Chitral.

Cada lado acusó al otro de usar, durante la guerra, balas Dum-Dum en un momento u
otro de la misma.

La bala de Mark VI introducida en 1904 era similar a la Mark II, pero la chaqueta o camisa
se hizo más delgada, de modo tal que era más probable de romperse con el golpe del
impacto contra el cuerpo de un enemigo. Una segunda "Conferencia de Paz" se llevó a
cabo en la Haya entre julio y octubre de 1907 y uno de los resultados, bajo el título de
"medios de lesionar al enemigo, asedios y bombardeos", fue la declaración que establecía
qué: "además de la prohibición prevista en los convenios especiales, queda
especialmente prohibido [...] el emplear armas, proyectiles o material calculado para
causar sufrimientos innecesarios".

Pero esto añade poco a la preocupación que ya existía sobre las balas que los tenían
atareados.

MOVERSE POR LAS DECLARACIONES


En agosto de 1907 Gran Bretaña anunció que se iba adherir a la Declaración de la Haya,
pero sólo después de haber dado cuenta de que la inventiva del hombre no era probable
de ser frustrada por una mera declaración.
El desarrollo había comenzado con la bala Mark VII Spitzer (puntiaguda), la que
finalmente fue introducida en 1912. La Mark VII tenía una velocidad inicial de 2.440 pps y
obedeciendo lo dispuesto en la Haya fue completamente revestida en su exterior por una
cubierta metálica más dura, pero su apariencia era altamente engañosa.

Descrita en 1915 por el Dr. J. Hartnell Beavis, ex director del British Field Hospital for
Belgium (hospital de campaña británico para Bélgica), como "un adelanto ingenioso sobre
la Dum-Dum", fue hecha específicamente para ser más pesada en la base o cola.

No había ninguna mención en la declaración de la Haya referente a que el núcleo central


de la bala tuviera que ser hecho sólo de plomo, y así el tercio delantero de la chaqueta o
camisa se llenó de pulpa de madera, de aluminio o papel comprimido. Esto aumentó
grandemente su tendencia a deformarse o de tumbarse (12) cuando golpeaba contra algo
blando como es el cuerpo humano y, al estar combinado con un efecto conocido como
"efecto cavitación del proyectil" (el cual resulta ser una consecuencia natural de la elevada
velocidad del misil), se amplificaban considerablemente las lesiones internas en el
individuo impactado.

Por lo antes mencionado era probable que traspasare (o perforara) al blanco primario e
impactara a otro individuo que se encontrara por detrás, pero esto no era considerado un
problema mientras hiciera suficiente daño al primer herido. De hecho, era preferible que
hiciera lo mismo con el segundo.

La necesidad de producir una incapacitación similar (si no peor) a los efectos de la


munición Dum-Dum y a las balas de Woolwich estaba satisfecho, y no había ninguna
perspectiva de encontrar palabras en alguna conferencia internacional que, de alguna
forma, prohibieran a la punta Mark VII.

Después de que el Dr. Beavis dejara las cosas en claro ("dejar el gato fuera de la bolsa",
en la versión original), se alegaba que el Mark VII era "una bala Dum Dum en todo, pero
con otro nombre", pero esto fue rechazado con una simple declaración de que la bala se
conformó de acuerdo con la redacción de la Declaración de 1899. Nadie estaba
preparado para ser tan antipatriótico como para seguir con el tema porque, por entonces,
Gran Bretaña estaba en guerra con Alemania, un país que estaba prestando escasa
atención a las demás medidas supuestamente prohibidas en las dos conferencias de la
Haya, incluyendo el uso de gas venenoso.

Pero esto no hacía que los británicos dejaran de quejarse, con asombrosa hipocresía, de
que la bala puntiaguda (Spitzgeschoss) utilizada por los alemanes causó lesiones más
extensas que la bala Dum-Dum.

La bala Mark VII vería pasar a Gran Bretaña a través de dos guerras mundiales, y pocas
personas hasta hoy no tienen idea de por qué esta controversia no pudo finiquitarse, ya
que tantos acontecimientos la podrían haber "tragado" fácilmente.

La inteligente construcción interna del misil estaba oculta dentro de una chaqueta de duro
metal y, por lo tanto, lo que estaba fuera de la vista permanecía fuera de mente.

MUNICIÓN POLICIAL
Pero todo lo antes mencionado era de poco o ningún interés para la policía británica, ya
que nadie sugirió en algún momento que la Declaración de la Haya podía ser aplicada a
las municiones de las fuerzas policiales, y en sus filas se continuaban utilizando todo lo
que ya tenían en uso para sus armas de fuego. Durante mucho tiempo, después del
estallido de la I Guerra Mundial, el arma más común (pero no la única) en los armeros de
la policía británica fue la pistola semiautomática (self-loading pistol) Webley & Scott en
calibre .32 (7,65 mm) pasando luego a tener una bala o punta encamisada (conocido
ahora como calibre .32 ACP).

En la década de 1950 las armas disponibles en muchas fuerzas policiales del Reino Unido
dependían de las pistolas o revólveres que sobraron de las fuerzas enemigas que se
rindieron en la II Guerra Mundial (1939-1945) y que no fueron devueltas, aunque fue el
revólver Webley & Scott Mark IV en el calibre .380, (13) el cual utilizaba una bala de punta
redondeada toda de plomo, el que fuera comprado en mayor cantidad por las fuerzas
policiales.

En 1972 la rama consultiva científica del Ministerio del Interior (Home Office Scientific
Advisory Branch o HOSAB, por sus siglas en inglés) publicó una nota informativa
(No.1/72) recomendando que clase de armas se deberían adoptar en las fuerzas
policiales. Este intento de normalización fue en gran medida una instigación para la
Federación de Policías, la que observó que: "el arma seleccionada debe tener la
suficiente energía al impacto para asegurarse de que el oponente sea incapacitado, pero
no causar una penetración excesiva que pueda llevar a la posibilidad de herir a otra
persona detrás del blanco o de causar un grave riesgo de rebotes".

Revólver Webley&Scott Mark IV en calibre .38/200

El arma designada como "revólver de policía para propósitos generales" fue el revólver
Smith & Wesson Military & Police (militar y policial) en calibre.38 Special (o especial), con
un cañón pesado de 4 pulgadas de longitud, también conocido como modelo N° 10. Este
revólver disparaba una bala de plomo duro, con nariz redondeada (Lead Round Nouse o
LRN) y no había ninguna discusión sobre la necesidad de obedecer lo establecido en la
Convención de la Haya. Este modelo de revólver, en ese calibre, todavía hoy es fabricado
por la casa Smith&Wesson.

Cartuchos para revólver calibre 38/200 ó .380 para los ingleses, con bala encamisada
La primera mención de los convenios de la Haya, aunque no directamente en relación con
las municiones policiales, llegaron en 1985.

Después de varios incidentes en los cuales el uso de la bala policial estándar antes
mencionada pareció no tener el efecto deseado, el comité conjunto permanente sobre el
uso de armas de fuego de la policía (en inglés se abrevia con la sigla SRDB, la cual
reemplazó a la anterior HOSAB) pidió al Ministerio del Interior "que llevara a cabo el
desarrollo de una investigación científica para indagar sobre una munición de arma de
fuego de puño que fuese apta para el servicio policial. Los requisitos principales eran de
que la munición debía ofrecer una mayor potencia de parada que el cartucho actualmente
disponible que portaba una bala de plomo de 158 grains de peso y nariz redonda (LRN),
que fuese barata, fácilmente disponible, cumplir con el espíritu de los convenios
internacionales y ser compatible con el uso del revólver Smith & Wesson modelo 10".
El informe resultante (N° 24/85) recomienda que la policía cambie a "una bala de 125
grains de peso, Semi-jacketed Semiwadcutter (semiencamizada y con forma de semi-
sacabocado)".

Pero la adopción de este nuevo cartucho demostró ser que un problema para aquellas
fuerzas que utilizaban pistolas semiautomáticas en el calibre 9 mm Parabellum. La
estandarización de las armas ya se había dado como una causa perdida algunos años
antes y, sin la existencia de munición del 9 mm con esa descripción deciden adoptar el
equivalente más cercano a ella, y que era una punta de 95 grains de peso, encamisada y
con punta blanda (Jacketed Soft-Point o JSP).

Ambas cartuchos habrían sido descritos como del tipo Dum-Dum un siglo antes, y que se
sepa no se conoce que ningún "ser humano normal y saludable" haya tenido "su brazo
arrancado" como consecuencia de su uso.

En 1988 la atención se dirigió a la munición de rifle. El fusil recomendado en 1972 había


sido el fusil de servicio L 39 A1 Target Rifle, producido por la Small Arms Factory (real
fábrica de armas pequeñas) en Enfield, y modificado por Parker-Hale Limited de
Birmingham. Esta empresa llegó a ser conocida por ser el constructor del fusil Enfield que
ya había sido seleccionado para uso policial porque muchos agentes eran ex-militares
que ya estaban familiarizados con su mecanismo. La munición escogida fue la Full Metal
Jacket (totalmente encamisada o FMJ) 7,62 mm OTAN (ó 7,62x51 mm) y se mencionaba
"como provista para el uso por Snipers".

Como había sido el caso con las armas de puño, la normalización de los fusiles ya había
desaparecido hacia 1988 y hubo una gran variedad de marcas de rifles en diferentes
calibres que estaban siendo utilizados por las fuerzas, y algunas ya habían adoptado un
fusil en un calibre intermedio entre el .223 ó el .243 (5,56x45 mm y 6x52 mm,
respectivamente).

Fusil L 39 A1 Target Rifle, calibre 7,62 mm OTAN


Un informe (Nº 12/88) del SRDB señaló que "ha sido la política de los sucesivos Ministros
del Interior de que la munición debe cumplir con el espíritu de la Convención de la Haya,
incluso en tiempos de paz, [y] la elección de la munición de fusil ha sido restringida a esos
tipos de balas con encamisado metálico que, supuestamente, muestran poca o ninguna
expansión o ruptura en el impacto. Este tipo de munición cumple con la Convención de la
Haya, pero actualmente se puntualiza que para uso policial puede tener serias
limitaciones operativas debido a su excesivo potencial de penetración, y que sólo las
balas con un punta blanda (Soft Point) son más propensas a cumplir con los requisitos
adecuados. El requerimiento de la policía puede ser satisfecha por varias armas de
diferentes calibres usando una bala de punta blanda y peso adecuado. La selección final
descansa sobre una distancia de compromiso prevista por la policía, basada en el
conocimiento de su entorno particular".

Una vez más, un siglo antes, esta bala habría sido descrita como una Dum-Dum.

El evidente vacío dejado por la no existencia de alguna disposición específicamente


relacionada con las municiones de uso policial fue llenado finalmente en 1990, cuando se
aprobaron los "principios básicos sobre el uso de la fuerza y armas de fuego por los
funcionarios policiales" en el octavo Congreso de las Naciones Unidas sobre prevención
del delito y tratamiento del delincuente. En sus disposiciones generales se demanda que:
"los gobiernos y las autoridades policiales deben adoptar e implementar normas y
regulaciones sobre el uso de la fuerza y de las armas de fuego contra las personas por
parte de sus oficiales". En sus disposiciones especiales se lee: "las reglas y regulaciones
sobre el uso de armas de fuego por los funcionarios policiales deben incluir directrices que
[?..] prohibir el uso de aquellas armas de fuego y municiones que causen lesiones
injustificadas o expongan a un riesgo injustificado". Esto deliberadamente evita la
terminología utilizada en la Declaración de la Haya y no especifica qué tipos de bala en
particular debería prohibirse. El único requisito es que cada Estado identifique que clase
de armas y municiones considere que cause lesiones o riesgos "injustificados", y por lo
tanto ellos no pueden ser utilizados por su policía.

La Cruz Roja Internacional en su estudio en el año 2005 sobre el derecho internacional


humanitario, encontró que "varios Estados han decidido que el cumplimiento de la ley
para fines domésticos, fuera de los conflictos armados, en particular donde es necesario
hacer frente a una persona armada en un entorno urbano o ante una multitud de
personas, las balas expansivas pueden ser utilizadas por la policía para asegurarse de
que los proyectiles disparados no atraviesen el cuerpo del sospechoso y puedan herir a
otra persona, y a su vez acrecentar la probabilidad de que el impactado sea
instantáneamente impedido de disparar otra vez".

Esto no debía ser criticado de ninguna manera. Fue, de hecho, sólo una declaración
sencilla, pero ello no quería decir que el tema ya dejó de ser controvertido.

Cuando la policía Suiza anunció en 2006 su intención de adoptar una bala expansiva, la
filial local de Amnistía Internacional se opuso, rechazando, como si fueran irrelevantes, los
principios básicos de las Naciones Unidas sobre el uso de la fuerza y de las armas de
fuego, diciendo que: "nosotros todavía seguimos pensando que estas balas son
prohibidas para usar en tiempo de guerra; y de que Suiza, por ser el Estado depositario
de los convenios de Ginebra, no debe aceptarlos".

La Asociación Médica Suiza también expresó "su preocupación acerca de las nuevas
municiones que causan lesiones permanentes o que resultan en un incremento de
lesiones mortales". Sin embargo, un portavoz de la Policía Federal Suiza dijo que
"Alemania ha estado usando balas expansivas por cerca de cuatro años y la tasa de
mortalidad no ha aumentado como resultado de ello. [...] Las balas en uso actualmente
por lo general atraviesan el cuerpo. [...].las balas expansivas no deben hacer esto [...].Y
ello evitará la posibilidad de que dos o tres personas puedan ser heridas por un mismo
proyectil".

Si el uso de balas expansivas usadas por la policía todavía puede generar alguna
emoción negativa, su uso por las fuerzas armadas hace incluso más. Sin embargo, hoy en
día las batallas donde un ejército regular vestido con su uniforme reglamentario tiene una
pelea cara a cara en campo abierto con el ejército uniformado de otro Estado, son la
excepción.

En la actualidad, el entorno donde se combate es mucho más probable que sea urbano y
con un enemigo donde muchos de los cuales no son menos fanáticos que sus
predecesores, ocultándose entre ellos mismos y vistiéndose como la población local. Esto
aumenta las posibilidades de que ocurran los llamados "daños colaterales" (colateral
damage) con la intervención de partícipes inocentes al ser alcanzados por proyectiles que
sobrepenetran (perforan) a un oponente o porque rebotan.

Las fuerzas militares se preguntan por qué están limitados en el uso de esta clase de
municiones, a las cuales podrían utilizar cuando las condiciones del medio ambiente que
los rodea no son diferentes a los encontrados por las fuerzas policiales. En algunos
casos, inclusive, están trabajando junto con la policía, pero una solución a este dilema
dista de ser sencillo. Incluso si el gobierno británico anunciara unilateralmente que se
plantearía a no aplicar las Declaraciones de la Haya a sus fuerzas armadas por el cambio
en la forma en que ahora se están librando las guerras, ello sería un formidable obstáculo
más para superar.

De acuerdo al Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional adoptado en Roma en


1998: "se establece por la presente un Tribunal Penal Internacional ("la Corte"). Será una
institución permanente y tendrá el poder para ejercer su jurisdicción sobre las personas
por los crímenes más graves de trascendencia internacional, como se refieren en el
presente Estatuto, y será complementario a las jurisdicciones penales nacionales".
Después de expresar: "afirmando que los crímenes más graves de preocupación para la
comunidad internacional en su conjunto no queden impunes", sin cuestionar si la
redacción de la Declaración de la Haya de 1899 era todavía relevante dadas las maneras
imaginativas que desde entonces se han fundado alrededor de él, explícitamente pone:
"será un crimen de guerra emplear balas que se expandan o aplasten fácilmente en el
cuerpo humano, tal como balas con una cubierta dura la cual no cubra totalmente el
núcleo o esté perforada con incisiones" (párrafo 8 del artículo XIX).

Como hemos visto, el gobierno británico había estado "recomendando" la munición que
puede ser utilizada por la policía desde 1972.

En septiembre de 1998 el Ministerio del Interior desarrolló una rama científica de la policía
británica (Home Office Police Scientific Development Branch, o por sus siglas PSDB) la
cual publicó su especificaciones para el rendimiento de las municiones 9 mm para uso
policial, con una bala de 95 grains de peso, encamisada y con punta blanda (Jacketed
Soft Point ó JSP), enfatizando que la munición de punta hueca no era aceptable. Sin
embargo, en septiembre de 2007 el PSDB revisó las especificaciones de 1998 y presentó
una comparación entre la bala 9 mm de 95 grains JSP, con una munición de punta hueca
seleccionada.

Extrañamente para un documento de tanta importancia, no hace mención de los principios


básicos de las Naciones Unidas sobre el uso de la fuerza y las armas de fuego como
relevantes, a pesar de citarse ambos en 1899 y en 1907 en las Declaraciones de la Haya,
la que admite "sólo son estrictamente aplicables a los conflictos armados entre naciones
participantes". Esto hace que las policías de Finlandia y Suecia adopten balas
encamisadas con punta hueca (Jacket Hollow Point) después de extensas pruebas y de
una intensiva vigilancia para asegurar que se cumple con las leyes del derecho
internacional humanitario.

También el PSDB realizó sus propias pruebas para llegar a la conclusión de que: "debería
prestarse atención a la utilización de munición con punta hueca como una configuración
apropiada para las operaciones con las armas de fuego policiales".
Fere Libenter Homines Id Quod Volunt Credunt
(Los hombres casi siempre están dispuestos a creer lo que desean .Julio César 101- 44
A.C.)

La historia de un fenómeno extraordinario como fue la corta carrera de la bala Dum-Dum


desde su surgimiento, se presentó desde su aparición como una solución a un problema
muy peligroso para la vida humana. Su cuestionable notoriedad y su posterior denuncia
como resultado de los dudosos experimentos médicos, seguido de su caída como una
víctima de intrigas políticas internacionales, desde hace mucho tiempo han sido olvidada.
Hoy en día, la realidad en lo que respecta a las balas Dum-Dum ha sido casi totalmente
reemplazada por una mitología alarmista. Cuando la policía británica anunció en mayo de
2011 que se proponía cambiar la munición de 95 grains Soft-point (punta blanda) por una
de 124 grains Hollow Point (punta hueca), la institución policial tuvo que rebajarse al nivel
de argumentar que esta munición no pertenecía a los cartuchos denominados
genéricamente como "Dum-Dum".

Cuando un debate sensible e informado pueda llevarse a cabo sobre este tema de la
llamada munición "humanitaria", los días conflictivos parecerán estar tan lejos como
siempre.

Mapa que ilustra sobre la campaña de Chitral


COMENTARIOS:
(9) La Conferencia de Berlín, celebrada entre el 15 de noviembre de 1884 y el 26 de
febrero de 1885 en la ciudad de Berlín, fue convocada por Francia y el Reino Unido y
organizada por el canciller de Alemania Otto von Bismarck, con el fin de resolver los
problemas que planteaba la expansión colonial en África y resolver su repartición.

En los antecedentes de esta conferencia se puede mencionar el viaje de exploración


realizado por Henry Morton Stanley, entre 1874 y 1877, de la cuenca del río Congo, la
cual posibilitó que prácticamente todo el territorio de África fuese conocido y cartografiado
detalladamente por los europeos, con lo cual no quedaron ya zonas sin explorar en
territorio africano. Como resultado, el interés de los países europeos en África aumentó
considerablemente, donde el nacionalismo y el imperialismo influyeron para que diversos
estados de Europa enviaran expediciones científicas y militares a territorio africano con el
doble fin de conocer las posibilidades de explotación económica e instalar guarniciones y
puestos comerciales que asegurasen su presencia y control efectivo antes que otros
competidores.

Tras la Conferencia, sólo dos países africanos conservaron el derecho a preservar su


independencia: Etiopía y Liberia (la cual estaba bajo la protección de los Estados Unidos
de América).

(10) Horatio Herbert Kitchiner, famoso militar y político británico de origen irlandés que
fuera nombrado comandante en jefe de las tropas británicas en la India entre 1902 y
1909. Alcanzó la fama en su país al participar en la reconquista de Sudán (segunda
expedición) para la Corona Británica entre 1886 y 1899. Ingresó en la Orden del Baño y
fue nombradoSirdar (jefe militar) del Ejército Anglo-Egipcio al que dirigió en la batalla de
Omdurmán contra los sudaneses el 2 de septiembre de 1898. La victoria Anglo-Egipcia se
debió en gran medida a las facilidades creadas por la construcción de líneas férreas en la
zona que el propio Kitchiner había promovido. Ese mismo año, resolvió incruentamente el
"Incidente de Fachoda" con las fuerzas coloniales francesas que pretendían extender su
área de influencia hasta el río Nilo, evitando la guerra entre ambos países.

Antes de lo mencionado supra, en diciembre de 1899 Kitchiner se unió a los refuerzos


británicos de Frederick Roberts enviados a Sudáfrica tras el estallido de la denominada
"segunda guerra de los bóers", quienes en su gran mayoría eran guerrilleros y no
soldados profesionales. Los bóers eran colonos de origen holandés-germánico, también
llamados bóeres ovoortrekker (pioneros) o, por ser blancos, afrikáneres. El
nombre bóer viene del nombre común neerlandés boer(pronúnciese bu:r), que significa
"granjero" o simplemente "campesino" (Bauer, en alemán).

Los bóeres vestían su ropaje cotidiano de granjeros, fabricados en paño de color caqui,
algo que no llamaba notablemente la atención en el medio ambiente africano y que les
permitió a estos expertos tiradores fustigar fácilmente a las tropas británicas a distancia,
mientras que los uniformes británicos seguían siendo rojo escarlata, algo que llamaba
notablemente la atención en el paisaje africano y que permitió a los bóeres, expertos
cazadores y francotiradores, hostigar fácilmente a las tropas británicas a distancia.

En noviembre de 1900 Kitchiner sustituyó a Roberts como comandante en jefe de las


tropas británicas ya que éste había caído enfermo, aplicando nuevas tácticas de combate
que hoy se podrían calificar, sin dudar, de inhumanas. Kitchener tuvo asimismo el dudoso
honor de organizar el primer sistema de campos de concentración en el siglo XX, donde
cerca de 20 mil mujeres, niños y hombres bóeres, todos ellos civiles, murieron de hambre
y mala atención entre 1900 y el final de la guerra, en 1902. (Fuente: Wikipedia the free
encyclopedia)
(11) Conferencia de la Haya: Se conoce con este nombre a las dos conferencias
sostenidas por diversos Estados en los años de 1899 y 1907. Se inspiraron en los
trabajos de la conferencia de Bruselas de 1874 sobre la limitación de armamentos
propuesta por el Zar Alejandro II, pero en la reunión de 1899 no se logró un acuerdo lo
cual era el objetivo principal de la Conferencia. La Guerra Ruso-Japonesa de 1905 retrasó
la celebración de una segunda conferencia, la cual se llevó a cabo en 1906. En esta
Conferencia participaron 17 delegaciones de países latinoamericanos, lo que contrasta
con la concurrencia registrada en la de 1899 donde sólo participó México. Además, las
delegaciones integraron a grandes figuras del derecho y la diplomacia de estos países
como: Ruy Barbosa, Roque Sáenz Peña, Luis María Drago, Francisco León de la Barra y
José Batlle y Ordóñez quien presidió la delegación de Uruguay, y que fuera la que
planteara la creación de una alianza para imponer a todos los países el arbitraje
compulsorio (o sea, obligatorio) y la creación de un Tribunal de Arbitraje con sede en la
Haya.

(12) Tumbarse: Significa que el proyectil da vueltas o gira sobre su centro de gravedad
durante su volido, pudiendo quedar el extremo posterior hacia delante o bien pegar en el
blanco de costado. En inglés: Tumbling.

(13) El revólver Webley & Scott Mark IV fue presentado por la empresa homónima a
consideración de las FF.AA. británicas el 19 de Julio de 1921 en el calibre .38
Smith&Wesson (ó .38 corto), siendo rápidamente aceptado por ser más pequeño y liviano
que el revólver en el calibre .455 Webley, del cual se dice que era una reproducción a
escala. El cartucho adoptado para él fue el 38/200, cuyo proyectil alcanzaba en la boca de
fuego una velocidad de 198 m/s (650 pps) y a 45 m conservaba una velocidad de 177
m/s. Para cumplir con las disposiciones sobre el uso de los proyectiles de las armas
empleadas en casos de guerra, la bala de este revólver tuvo que ser totalmente
encamisada. El 30 de agosto de 1922 el gobierno británico concede a la firma Enfield
Arms Factory de Enfield (fábrica estatal de armas) la autorización para su fabricación
obviando así a la empresa que lo diseñara originalmente, pasando ahora a denominarse
Enfield N° 2 Mark I. Esta situación generó un pleito legal que culminó con el pago de una
suma de 1.250 libras como compensación a la W&S. Pero durante la II GM, ante la
necesidad de una mayor cantidad de armas de puño, el gobierno británico debe recurrir
nuevamente a la empresa Webley & Scott para que fabricara este tipo de armas, llegando
a producir alrededor de 120.000 revólveres Webley & Scott Mark IV en el calibre antes
mencionado. Este arma estuvo en servicio hasta 1963. Es menester agregar que las
FF.AA. británicas también usaron otras variedades de armas de puño además de los dos
revólveres antes mencionados.

Pasada la IIGM numerosos cuerpos policiales de otros países como Israel, Canadá y
Australia, entre otros, compraron este revólver Webley & Scott Mark IV que resultó ser de
excelente calidad y competencia para el servicio policial estando en servicio hasta,
aproximadamente, la década del 70.
Reseña Histórica de la bala Dum-Dum - 1º parte
Traducido y adaptado por Oscar E. Vanzetti
Autor: Oscar Enrique VanzettiFecha de publicación: 04/06/2015
(FUENTE: Mike Waldren: Dum-Dum Bullets. Police Firearms Officers Association.
June 2012).
(http://www.pfoa.co.uk/uploads/asset_file/Dum-Dum%20Bullets_1.pdf)

A las armas en general y a las de fuego y sus municiones en particular, se las puede
estudiar desde diversos ángulos, dependiendo ello de la afinidad que cada uno posee al
respecto, siendo por ello una actividad propia de cada individuo.

La hoplología es la ciencia cuyo objeto de estudio son las armas en sus diferentes
variedades, sean de fuego, cortantes, punzantes, etc., siendo su sustancia el desarrollo
de las mismas y sus relaciones con las diferentes áreas de la cultura humana. También
conlleva el estudio de las municiones de las armas de fuego, utilizando las mismas
premisas científicas con las que se estudia la gran diversidad de tales ingenios a los que
puede recurrir el ser humano.

En esta nota he traducido un artículo sobre la bala Dum-Dum, la cual constituye un hito
importante en la búsqueda de la llamada "bala humanitaria" con el fin, dicen, de buscar un
proyectil que cause, en el curso de una guerra, la lesión o herida menos grave posible
entre los combatientes, pero que no buscan evitar que se produzcan tales guerras. Tal
cuestionamiento sobre este tipo de balas y proyectiles continúa en nuestros días.

Me atrajo de la nota original la manera en que el autor trata el tema, al que incorpora
elementos de la llamada "diplomacia", de los británicos y de otros países, expresados
muchas veces con una retórica explícita en cinismo y falsos argumentos humanitarios.

He traducido tratando de narrar los hechos históricos respetando el núcleo del trabajo
original "limitándome a hilarlos con un ejercicio mínimo de imaginación", como dice Isabel
Allende en uno de sus libros.

Para beneficio del lector he agregado unas pocas figuras y algunos breves comentarios,
de allí lo de reseña, con el solo fin de hacer su lectura más "digerible".
Esto le arrancará el brazo a un ser humano sano normal

El tipo de munición utilizada por las fuerzas policiales en el Reino Unido (1) en ocasiones
se convierte en un tema de acalorado debate, particularmente si hay cualquier sugerencia
de que la policía ha utilizado, utiliza o pretende utilizar balas Dum-Dum. Pocas personas,
sin embargo, tienen una idea clara de lo que es en realidad este tipo de bala. A menudo
se la describe como una bala que "puede arrancar el brazo de un ser humano normal y
saludable" o bien causar otras lesiones indescriptibles. Eso, cuenta la leyenda popular, es
porque era de uso "ilegal" por los llamados "estados civilizados" según lo estipulado en el
Convenio de la Haya en 1899 en el cual estaba incluido Gran Bretaña (aunque a menudo
es sustituido por una no especificada Convención de Ginebra), asegurando que sólo las
llamadas "balas 'humanitarias" habían sido utilizadas en conflictos armados desde
entonces. La realidad es muy diferente y las falsedades han plagado al tema desde el
momento en que la bala en cuestión fue inventada.

Cómo comenzó todo


Chitral era un pequeño principado poblado por numerosas tribus nativas, situado en lo
que hoy es una lejana provincia en la frontera noroeste de Pakistán, en la frontera con
Afganistán. Cuando el Mehtar (gobernante) de Chitral murió en 1892, el primero de sus
diecisiete hijos Nizam-ul-Mulk, reclamó el trono. Disfrutaba por entonces de relaciones
amistosas con los británicos, pero en enero de 1895 fue asesinado en una revuelta
instigado por uno de sus hermanastros, Amir-ul-Mulk, quien asumió con prontitud su lugar.
Amir no tenía tiempo para dedicar la atención necesaria al Raj británico (2), ni para un
agente político, el cirujano mayor (después, Sir) George Robertson, quien fuera enviado,
en 1895, con un pequeño destacamento militar para afrontar el asunto que significaba un
problema para Gran Bretaña. Robertson depuso a Amir e instaló en su lugar a su
hermano más obediente, Shuja-ul-Mulk, de 12 años de edad. Amir apeló a su cuñado
Umra Khan y a su tío Sher Afzal, pidiéndoles ayuda. Ellos estuvieron de acuerdo
(probablemente porque ya pensaban en deshacerse de él así uno de ellos podía gobernar
en su lugar) y entre 3.000 a 5.000 hombres de sus tribus sitiaron a G. Robertson y a sus
hombres en la pequeña fortaleza de Chitral.

Figura N° 1: Ubicación de Chitral

Dos intentos de aliviar la situación fallaron y, como cada vez más hombres de Umra Khan
y Sher Afzal se iban reuniendo cada día, el gobierno británico decidió enviar una
importante expedición de 15.000 hombres para solucionar la insurrección que ya había
provocado varias víctimas. Mientras que éstos marchaban hasta el sur encontrando en el
camino una gran oposición, una pequeña fuerza secundaria comandada por el teniente
coronel James Kelly marchó desde Gilgit, en el Oriente, hacia Chitral. Con grandes
esfuerzos estos hombres cruzaron unas 220 millas de montañas, algunas de las cuales
estaban cubiertas de gran cantidad de nieve, llegando a Chitral Fort en veintiocho días,
motivo por el cual Umra Khan y Sher Afzal abandonan el asedio. La fuerza principal llegó
unos días después para alivio de las tropas de J. Kelly. Los británicos sufrieron menos de
cien bajas y aunque las pérdidas sufridas por Sher Afzal y Umra Khan son desconocidas,
al parecer las cifras reportadas por los ingleses las calcularon en varios miles.

Estos eran los hechos que hicieron gloriosos a los triunfos militares victorianos, pero
habrían sido olvidados de las páginas de la historia si no fuera por las acciones de
algunos de los soldados británicos que participaron en los combates. Por ello, ésta fue la
expedición militar que condujo a la aparición de la mencionada bala Dum-Dum.

Hacia fines de 1800 se arriba a una época de grandes cambios para todos los ejércitos
europeos, refiriéndose especialmente a qué armas de fuego y tipo de munición estaban
utilizando.

En el caso de los británicos, en 1866 se produjo la adopción del rifle de retrocarga Enfield-
Snider que utilizaba una bala de plomo desnudo en el calibre .577 (14,7 mm), con una
velocidad inicial de 1.250 ft/s (pies por segundo o pps). Éste fue reemplazado en 1871 por
el Martini-Henry que también disparaba una bala de plomo calibre .450/577 con una
velocidad inicial similar. En 1888 se introdujo como arma reglamentaria el fusil Lee-
Metford Mark I, que significaría el primer y verdadero rifle de repetición a cerrojo adoptado
por el Ejército Británico. Este fusil tenía un almacén cargador para varios cartuchos y la
munición que usaba era del calibre .303 (3). La bala era de un diámetro menor, o sea de
menor calibre a las balas de los fusiles antes mencionados y más liviana, lo que
significaba que la velocidad inicial se incrementara a 1.830 pps, pero esta elevada
velocidad a nivel de la boca de fuego creó un problema. La mayor velocidad significó que
se generara más calor dentro del ánima del cañón con el resultado de que algo de plomo
se adhiriera en los campos y en el fondo de las estrías, causando con ello un mayor
depósito de residuos y ensuciamiento del mismo. Para superar esto le fue agregada a la
bala una cubierta o camisa completa de cupro-níquel, para evitar el contacto directo del
plomo con el ánima del fusil.

Figura N° 2: Fusil Snider-Enfield británico de retrocarga calibre .577

La gran cantidad de humo originada por los disparos de los soldados británicos durante la
expedición a Chitral en el año 1895, era generado por los fusiles que usaban cartuchos
cargados con pólvora negra, siendo, algunos de ellos, los que llevaban engarzados en su
vaina a las balas Dum-Dum. Ello fue superado cuando se comienza a utilizar la cordita, la
cual se introdujo en el Ejército Británico en 1891, y fue considerada como una nueva
pólvora sin humo (una mezcla de nitroglicerina, celulosa y jalea mineral). Esto también
tuvo el efecto de aumentar la velocidad inicial del proyectil a 1.970 pps. El desarrollo final
del nuevo cartucho tenía una bala de nariz redondeada completamente revestida por una
camisa de cuproníquel y fue conocida oficialmente como "Cartridge S.A. Ball, Magazine
Rifle Cordite Mark I" (que se puede traducir aproximadamente como: cartucho cargado
con cordita para el fusil Lee-Metford Mark I), arma que más tarde se convierte en el
denominado fusil Mark II.

Figura N° 3: Fusil Lee-Metford Mark I calibre .303 British.

A los soldados británicos no les gustaba la nueva bala del cartucho antes mencionado por
varias razones. En primer lugar, había una tradicional sospecha y desconfianza sobre
algo que no era lo soñado como "ideal" por los soldados, y eso fue lo que significaba el
utilizar una bala con la cual nunca habían combatido y que, además, debían adoptar un
nuevo lenguaje militar proveniente de una nueva época, el cual continuaría evolucionando
con el paso del tiempo. El rechazo a la nueva munición se veía agravada porque los
soldados no percibían en el nuevo cartucho, como estaban acostumbrados, una gruesa y
reconfortante punta de plomo blando de gran tamaño, como eran con las que habían
combatido hasta ahora en muchas situaciones difíciles, creyendo que la nueva bala de
calibre más pequeño no era probable que fuese tan eficaz como las anteriores al ser
disparada hacia un enemigo que avanzaba. Y, finalmente, sus peores temores se hicieron
realidad en las frecuentes escaramuzas durante la expedición a Chitral, cuando
comenzaron a propagarse rumores de que entre las tribus atacadas todavía había
hombres capaces de luchar después de haber sido impactados por varios de los nuevos
proyectiles calibre .303 totalmente encamisados (Ndel T: hoy conocidas como Full Metal
Jacket o FMJ).

Figura N°4 : De izquierda a derecha, cartucho .577 Snider, cartucho .577/450 Martini-
Henry con la vaina formada por una hoja de latón enrollada, cartucho .577/450 Martini-
Henry con vaina de latón extruido y cartucho .303 British Mk II

Una historia, que sin duda se amplificaba en el tiempo a medida que se propagaba la
narración, circuló ampliamente acerca de un miembro de una tribu que habiendo sido
alcanzado por seis de las balas mencionadas (o mejor dicho, proyectiles) pudo
recuperarse totalmente después del tratamiento hospitalario.

Figura N° 5: Soldados británicos durante la expedición a Chitral

Dado el talento del soldado británico promedio para la improvisación, no pasó mucho
tiempo antes de que uno de ellos descubriera que tomando una bala .303 totalmente
encamisada y frotando su nariz contra una piedra, era posible desgastar esa parte
superior de la chaqueta, de modo tal de poder ver, otra vez, el viejo y confiable núcleo de
plomo en su interior. Cuando esta punta así "trabajada" se disparaba contra los atacantes,
se obtenía el resultado deseado por los soldados de la corona.
La necesidad de los británicos de tener una fábrica de munición en la India había sido
reconocida tempranamente hacia 1846, y la primera en ser construida fue en Dum-Dum,
un pequeño pueblo situado al noroeste de Calcuta (rebautizada como Kolkata en 2001).

En el momento de la expedición a Chitral el superintendente de la fábrica era un capitán


de la artillería real llamado Neville Bertie-Clay (a veces deletreado sin el guion). Bertie-
Clay había pasado, hasta ahora, gran parte de su carrera en el Departamento de Artillería
de la India y no era un oficial que aprobara que los soldados perdieran el tiempo "jugando"
con sus municiones. Era, sin embargo, un tipo simpático y apreciado por sus hombres y
comenzó, por propia iniciativa, con unas series de ensayos con la bala militar estándar del
fusil Mark II. Encontró que los beneficios de la chaqueta de cupro-níquel, que fuera creada
con el solo fin de evitar la incrustación de plomo en el interior del cañón, era afectada por
la eliminación de aproximadamente un milímetro de la parte superior de la misma, o sea
en la nariz o punta, lo que le permitía exponer el núcleo de plomo con lo cual aumentaba
la performance o rendimiento del proyectil en su capacidad de ceder energía en los tejidos
del individuo impactado, aumentando significativamente el rendimiento de la bala en
cuanto a su poder de detención (stopping power). Su fábrica, en vista de esta evidencia,
comenzó a fabricar la original bala Dum-Dum, las que actualmente se conocen
genéricamente como balas semi-encamisadas de punta blanda o Semi Jacket Soft Point
(SJSP) en inglés.

Figura N° 6: Tipos de balas Dum-Dum

El desarrollo de la nueva bala fue justo a tiempo, porque en 1897 se produjo un estallido
de protesta que terminó en una rebelión general contra los británicos. Las mayores
revueltas se produjeron en la frontera noroeste hacia 1898, y la información sobre los
acontecimientos era obtenida de los informes muy bien detallados de los corresponsales
de guerra especiales y también de los informes militares oficiales, muchos de los cuales
citaban los hechos de forma fidedigna.

El territorio que ocupaban los insurrectos abarcaba, según los informes mencionados:
"desde Waziristán (Nota del Traductor: una región montañosa del noroeste de Pakistán
que limita con Afganistán a la izquierda) hasta Bimer a la derecha, en un tramo de más de
400 millas de nuestra zona fronteriza, en la cual se encontraban unos 200.000 hombres
que eran muy buenos combatientes. Las tribus enemigas se disponían formando una
semicircunferencia y las que enfrentaron a los británicos con más prontitud en esta línea
fronteriza fueron los Dirbund, que se encontraban en la parte superior de la misma, en el
Indo, ubicándose las tribus en el siguiente orden: los Bunerwals, los Swats, los Utman
Khels y los Mohmunds; luego estaban los Khyber y por último los Afridis. En el flanco
norte de la carretera de Kohat a Thull estaban los Orakzai".

COMIENZA EL MITO
En las primeras etapas de la revuelta se decide conformar una expedición punitiva bajo el
mando del major general Sir Bindon Blood, que ganaría fama internacional como
resultado de la narración de los hechos realizada por un joven teniente que acompañaba
a la mencionada excursión militar. El nombre del joven escritor era Winston Churchill (4) y
su libro fue titulado "The Story of the Malakand Field Force", que se puede traducir
como La historia de las fuerzas militares en los campos de Malakand. En su libro W.
Churchill describe cómo durante un ataque enemigo, éstos llevan a cabo una "decidida y
vigorosa carga con espada por todos los costados del campo. El enemigo, que contaba
alrededor de 4.000 hombres, demostró el mayor valor pero el fuego de las armas de los
británicos, sin embargo, los masacró. La disciplina de los soldados británicos era
admirable y la terrible arma con la que estaban armados y que utilizaba la aún más
terrible bala Dum-Dum, detuvieron cada ataque".

Figura N° 7: W. Churchill con su uniforme militar en 1919

Churchill llegó a escribir que: "el poder del nuevo rifle Lee-Metford con la nueva bala Dum-
Dum, ahora llamada no oficialmente como bala "ek-dum" (del Indostaní: "a la primera
vez") es tremendo. Los soldados que la han usado tienen absoluta confianza en su arma.
A más de 500 yardas no hay ninguna dificultad acerca de juzgar la distancia al blanco ya
que dispara bastante recto o, técnicamente hablando, tiene una trayectoria plana. Esto es
de gran valor. De la bala puede decirse que su poder de detención es todo lo que podría
desearse. La bala Dum-Dum, aunque no es explosiva, es expansiva. La bala original del
Lee-Metford tenía un núcleo de plomo recubierto por una capa de níquel con una zona
descubierta en la base. En la bala mejorada Dum-Dum la cubierta exterior o camisa ha
sido retirada hacia atrás dejando expuesto el núcleo de plomo en la punta, y el agujero en
la base se hizo un poco más pequeño. El resultado de todo ello es maravilloso y desde el
punto de vista técnico se puede ver a una hermosa máquina. En impactos sobre huesos
la bala puede expandirse o fragmentarse y entonces producir astillas que ocasionan
roturas y desgarros en los tejidos causando heridas en el cuerpo que generalmente son
mortales, y un impacto en cualquier miembro requiere de amputación".

Y continúa Churchill, "los críticos continentales se han preguntado si la bala Dum-Dum no


es una violación a los Convenios de Ginebra o de San Petersburgo, pero ninguna cláusula
de estos acuerdos internacionales prohíben el uso de balas expansivas y la única
disposición sobre el tema es que no se pueden emplear proyectiles menores a un cierto
tamaño. Yo querría hacer la observación de que las balas están pensadas principalmente
para matar, pero estas nuevas balas hacen su trabajo con gran efectividad, sin causar
más dolor a aquellos que son impactados que las construidas con otra variedad de plomo
común. Como durante el desarrollo de los combates el enemigo obtuvo algunos rifles Lee-
Metford y municiones Dum-Dum, la información sobre este último punto es interpretada
como indicador de un próximo o inminente ataque. La sensación del impacto es descripta
como similar a la producida por cualquier bala, un golpe violento y adormecimiento,
seguido por una sensación de lesión y debilidad, pero poco dolor en el momento. De
hecho, hoy en día muy pocas personas son tan desafortunadas como para sufrir mucho
dolor proveniente de las heridas, excepto durante el período de recuperación. Si un
hombre es impactado, en un cuarto de hora, es decir antes de que el shock haya pasado
y comience el dolor, está generalmente en la estación de atención médica. Aquí se le
inyecta morfina, que reduce todas las sensaciones a un alivio uniforme. Permanece en
este estado hasta que se lo coloca bajo el efecto del cloroformo y es operado".

Figura N° 8: Comparación entre un cartucho calibre .450/577 y un Mark II .303 British

A modo de contraste y mientras las insurrecciones crecían en la frontera noroeste,


Churchill se limitó a decir sólo una vez en las 250 páginas de su libro (que contaba con
nueve apéndices más largos) que: "la bala Dum-Dum era muy eficaz".

Pero no fue el único que disfrutaba narrando con hipérboles cuando describía al fusil Lee-
Metford como "terrible" y de "peor" a su bala, la que causaba "heridas en el cuerpo que
son generalmente mortales, y que impactos en cualquier extremidad requieren
amputación". Para los lectores victorianos esto alimentaba de manera directa y clara su
creencia en la superioridad natural de los británicos para todas las cosas y se encargó,
solapadamente, de señalar un poco de esa superioridad con un disimulado agrado.

Desafortunadamente para los ingleses, también empezó a rodar una pelota que resultaría
imposible de detener.

La Convención de Ginebra referida por Churchill tuvo lugar en 1864, "se relacionaba
exclusivamente con la atención médica de los heridos y eso no nos preocupaba a
nosotros". La declaración de San Petersburgo en noviembre de 1868, por el contrario,
había fijado los límites técnicos en que las necesidades de guerra deberían ceder a las
exigencias de la humanidad y decretó que: "el único objeto legítimo a los cuales los
Estados deberían esforzarse durante la guerra es lograr debilitar a las fuerzas militares
del enemigo. Que para ello es suficiente incapacitar al mayor número posible de hombres,
pero que este objetivo podía ser excedido por el empleo de armas que agravaran
inútilmente los sufrimientos de los hombres con discapacidad o bien hacer su muerte
inevitable. Que el empleo de tales armas, por lo tanto, podría ser contrario a las leyes
humanitarias. Las partes contratantes se comprometen mutuamente a renunciar en caso
de guerra entre ellos al empleo, por sus tropas militares o navales, de cualquier proyectil
con un peso por debajo de 400 gramos, que sean explosivos o cargados con sustancias
inflamables o fulminantes" (NdelT: entiéndase aquí como "fulminantes" a una mezcla
detonante).

La verdadera "bala explosiva" era una novedad victoriana y fue utilizada por un corto
tiempo por los cazadores de animales. Consistía en una bala con una cavidad interna la
cual se llenaba con una mezcla de clorato de potasio y sulfuro de antimonio en partes
iguales y estaba cerrado, en su extremo libre, con cera de abejas. Ésta debía detonar
dentro del animal aumentando las lesiones internas, como en efecto lo hizo cuando
funcionaba. Versiones modernas siguen estando disponibles y una de ellas fue utilizada
por John Hinckley en su intento de asesinar al Presidente Reagan, en 1981.

En cuanto a la punta Dum-Dum Churchill estaba preocupado, pues si bien las Dum-Dum
no eran explosivas ni estaban cargadas con sustancias inflamables o fulminantes,
Churchill había reconocido el error que dejaba ese vacío legal y por ello consideró a tales
balas como aplicables para el uso militar. Esta disquisición estaba abierta a una amplia
interpretación y los británicos sostenían que sin modificación, la bala Mark II estándar
traspasaba las extremidades o el cuerpo sin causar el colapso inmediato, a menos que
alguna parte vital o un hueso importante fuera herido. En caso de una guerra europea
este aspecto fue considerado como de relativamente poca importancia, ya que un hombre
civilizado es mucho más susceptible a una lesión que los animales salvajes, como el tigre,
por ejemplo. Y agrega Churchill "por regla general, cuando un hombre blanco está herido
él considera que ya ha tenido suficiente daño y está predispuesto a abandonar el frente
de combate e ir a la retaguardia. Pero un animal salvaje como el tigre no es tan
impresionable y va a seguir luchando".

En febrero de 1898 Sir Howard Vincent, quien había sido el director de investigación
criminal de la policía antes de entrar en política en 1888, preguntó al Secretario de la India
Lord George Hamilton, si era cierto que "los enemigos de la reina, en los combates en la
frontera noroeste, han obtenido posesión de las últimas armas de precisión y
particularmente de fusiles a repetición Lee-Metford y balas Dum-Dum". Hamilton
respondió que "las llamadas balas Dum-Dum, que no son explosivas, han sido utilizadas
contra nuestras tropas en las recientes campañas en la frontera, y probablemente son
parte de una gran cantidad de munición capturadas de un convoy por la tribu de los
Afridis".

Pero algo acerca del nombre Dum-Dum había capturado la imaginación del público y su
fama empezó a crecer, como lo hicieron todo tipo de rumores sobre sus efectos.
En febrero de 1898 Lord Stanley de Alderley, quien tiene la distinción de ser el primer
musulmán miembro de la Cámara de los Lores, preguntó al gobierno de Su Majestad "si
se pondrá sobre la mesa algún informe médico-quirúrgico referido a las heridas del
soldado Piper Findlater y, también, de otras heridas causadas por balas Dum-Dum, para
que el país pueda juzgar si son contrarias o no al espíritu de la Convención contra las
balas explosivas, y si el gobierno de Su Majestad podía ser sancionado por el uso de ellas
para propósitos militares".

La historia de Piper Findlater fue divulgada ampliamente en su momento. El 20 de octubre


de 1897, durante la que fuera conocida como la expedición de Tirah, los Gordon
Highlanders (5) tomaron por asalto una posición Afridi en las alturas de Dargai. George
Findlater era un gaitero (Piper, en inglés) muy joven, que a pesar de ser herido en los
tobillos y por ello incapaz de caminar, continuó tocando su instrumento para estimular el
avance de su batallón. Por este mérito fue enviado de regreso a su casa, descubriendo
que se había convertido en un héroe nacional, siendo condecorado con la Cruz de la
Victoria.

Stanley continúa: "los Afridis dicen que nosotros hemos utilizado balas envenenadas.
Ellos consideran que las balas están envenenadas debido a que han observado que hay
muy pocos heridos que se recuperan de las lesiones ocasionadas por los proyectiles
Dum-Dum. Y agrega, además que "junto con el daño hecho por los jirones de níquel, al
aplastarse el proyectil, creen que el plomo se convierte en una sustancia ponzoñosa que
entra en el organismo del herido. Si algunos de aquellos individuos cuyo deber era hacer
avanzar a la ciencia médica y quirúrgica tenían como objeto ocupar un puesto que
garantizara una mayor y mejor atención de los heridos, sus deseos se han visto
satisfechos en dos casos que fueron muy significativos.

"Estos "leading case" (o casos guías), se refieren a dos de los hombres más populares
que fueron heridos en la antes mencionada guerra de la frontera. Me refiero a los dos
gaiteros del batallón de los Gordon Highlanders. Uno de estos gaiteros, de apellido Milne,
fue herido por una "honesta" bala de un fusil Lee-Metford o por una bala esférica (lo que
implica que cualquier otra bala debería ser "deshonesta") y ha escrito a la prensa para
decir que recibió un disparo en el pecho que le atravesó los pulmones, pero que
prontamente estaría recuperado. El otro gaitero, Findlater (como ya vimos), fue herido por
una bala Dum-Dum en ambos tobillos y se decía que sus huesos habían sido convertidos
en una especie de pulpa o papilla. No estoy seguro de si este soldado había sufrido una
amputación o si aún podría no estar expuesto a tal calamidad".

De hecho, las heridas de Findlater no eran tan graves como se alegaba. Plenamente
recuperado dejó el ejército, y usó su fama para conseguir trabajo en el escenario de un
teatro de variedades donde ganó suficiente dinero como para comprar una granja. Sobre
el comienzo de la primera guerra mundial se reincorporó como sargento gaitero al 9no
batallón de los Gordon Highlanders, el cual se creó en septiembre de 1914. Fue herido en
el combate de Loos y nuevamente, por ser considerado inválido y no apto para el servicio
de armas, es enviado a su casa. Murió en 1942 a los setenta años de edad.

De todas formas, el Subsecretario de Estado para la India, el Conde de Onslow,


inmutable, respondió que: "nosotros no hemos tenido ningún reporte sobre las heridas del
gaitero Findlater y de otras causadas por balas Dum-Dum. Estas balas no son explosivas
en absoluto, y su uso no es contrario al espíritu de algún convenio o costumbre de guerra.
Ninguna sanción especial ha sido dada por el gobierno de Su Majestad por el uso de
estas balas, como tampoco ninguno fue solicitado o requerido".

No obstante, el nivel de desinformación que circulaba sobre el supuesto efecto devastador


de la bala Dum-Dum fue ilustrado nuevamente cuando surgió como tema de discusión en
la Cámara de los Comunes el 01 de marzo de 1898.

El Secretario de la India preguntó "si la cualidad específica de las balas Dum-Dum


suministradas a las tropas británicas para ser usadas contra los Afridis consistía en
fracturar, triturar y moler el hueso con el fin de desafiar toda habilidad quirúrgica empleada
en repararlo. En qué aspectos se calculó a las balas Dum-Dum capaces de infligir menos
heridas incurables que las producidas por las balas explosivas, y ¿cuál es la autoridad
que estableció que las balas Dum-Dum están en consonancia con el derecho
internacional o de ser usadas en una guerra civilizada?"

Hamilton respondió que: "según la información suministrada a mí, no son más graves los
efectos de la bala (de hecho, creo que son menos graves) que aquellas producidas por la
vieja bala Snider o que los de la bala del fusil Martini-Henry. Pero, por otro lado, como fue
claramente demostrado durante la expedición de Chitral, la bala del Lee-Metford con
frecuencia no logró alcanzar el objetivo que se espera encontrar en todos los proyectiles
que se disparan en una guerra, es decir, de desactivar al enemigo con el mínimo
sufrimiento posible. La bala Dum-Dum cumple con este propósito tal como lo hicieron las
balas utilizadas anteriormente por el Ejército Británico, y lo cumple del misma modo".
Cuando es presionado sobre el efecto de esta bala en las heridas dijo que: "no cabe duda
de que la llamada bala Dum-Dum ocasiona heridas más graves que una bala Mark II
disparada desde un rifle Lee- Metford, pero no más que las balas previamente en uso. Yo
creo que nadie puede convertir la bala Lee-Metford en una bala Dum-Dum aplastando
simplemente su cabeza".

Mientras tanto, acontecimientos trascendentales habían tenido lugar en otro continente. El


major general Charles Gordon había sido asesinado en Jartum en 1885 (NdelT: actual
capital de Sudán. También se puede escribir como Khartum o Khartun) y el Sudán fue
perdido por los británicos ante las fuerzas de Al Mahdi. (6)
En 1895 el gobierno británico acordó que Horatio Kitchiner, un mayor general en el
servicio egipcio en ese momento, podría montar una campaña para retomar el Sudán y
formó la fuerza expedicionaria Anglo-Egipcia del Nilo de 25.000 hombres, 8.600 de los
cuales eran británicos. La campaña comenzó en 1896 y en septiembre de 1898 la batalla
decisiva final tuvo lugar en Omdurman, fuera de Jartum. Con ametralladoras Maxim,
artillería, rifles Lee-Metford (para los británicos) y fusiles Martini-Henry y Remington
rolling-block (para los egipcios y sudaneses), los hombres de Kitchener cortaron el ataque
del ejército Derviche. (7) Fue una victoria sorprendente, aunque el enemigo no estaba
bien armado.

Sin embargo, en febrero de 1898 el Subsecretario de Guerra preguntó a la Cámara de los


Comunes "si ha llamado su atención un informe en el sentido de que durante el avance de
las tropas británicas en Egipto se había considerado necesario alterar la bala del Lee-
Metford y, si este informe era correcto, por qué se determinó que las balas suministradas
a las tropas no eran aptas; hasta qué punto se había llegado en esta cuestión y en qué
consistía la naturaleza de tal alteración". Fue el Secretario de Finanzas de la Oficina de
Guerra, Joseph Powell-Williams, quien respondió diciendo que: "ha pasado cierto tiempo
para reconocer que la bala .303 tiene una deficiente energía que menoscaba su poder de
detención (el tan mentado stopping power), y que por ello se le realizó una ligera
modificación a las balas entregadas a las tropas desplegadas en Egipto, con lo que se
cree, se eliminará ese defecto".

Figura N° 9: Cartel de reclutamiento de la I Guerra Mundial con la imagen de Kitchener


Acto seguido, las modificaciones sugieren que las balas Mark II fueron convertidas para
ocasionar el aplastamiento de su nariz o punta, pero ya se había identificado un problema
con la bala Dum-Dum. El problema consistía en que la cubierta de cupro-níquel no era lo
suficientemente larga como para cubrir totalmente el núcleo de plomo de la bala, y ésta
tenía la posibilidad de salirse o desprenderse mientras pasaba por el cañón del fusil, lo
que podía ocurrir incluso durante los controles, al disparar en la fábrica los cartuchos con
las puntas antes mencionadas.

Por lo antes expuesto, la fábrica de material de guerra de Woolwich, sita en Inglaterra,


había diseñado dos balas expansivas de calibre .303, una de los cuales tenía un agujero
profundo de 3/8 de pulgada en su nariz. Esto creó una bala de nariz o punta redondeada y
hueca conocida como 'Hollow-Point' o punta hueca. Después de muchos ensayos fue
adoptada dándosele el nombre de "Cartridge S.A. Ball .303 inch Cordite Mark III" (que
traducido puede aceptarse como: bala Mark III para el cartucho calibre .303 pulgadas
cargado con cordita). Un par de meses más tarde, y luego de realizarle algunas
modificaciones, fue denominada como bala Mark IV, y tiempo después como Mark V.
Para distinguirlas de las modificaciones realizadas en la India, eran conocidas como
"Woolwich bullets" o balas Woolwich.

El órgano encargado de supervisar los gastos del gobierno británico y de proponer


cambios en los impuestos para satisfacer la demanda del momento, era el Comité de
Medios. Durante una reunión celebrada el 14 de marzo de 1898 John Dillon, un
formidable político irlandés con un especial talento para inquietar a los ministros, dijo:
"estoy muy ansioso de llamar la atención de la Subsecretaria de Guerra con referencia a
las balas Dum-Dum. Se nos informa que han sido servidas en grandes cantidades para la
nueva fuerza que se ha formado para prestar servicio en el África Occidental, una fuerza
que desafortunadamente llevó a un conflicto con las tropas de una potencia civilizada", y
también, llama la atención sobre la suma de 158.000 libras (equivalente aproximadamente
a 15 millones de libras de hoy) asignados para la munición.

El presidente del Comité James Lowther, dijo que "ello no es para las llamadas balas
Dum-Dum, sino para municiones hechas en Inglaterra y no para la munición fabricada en
la India".

Powell-Williams agregó que "éstas son balas comunes". Cuando se le preguntó si nada
de este dinero sería gastado en balas Dum-Dum, Powell-Williams respondió "sí". Pero
Dillon empecinado le preguntó: "está el Honorable Miembro en una posición de asegurar
al Comité que nada de este dinero se gastará, ya sea en el abastecimiento de las tropas
de la India con balas Dum-Dum o de remitirlas a las tropas que han ido al África
Occidental ?". Powell-Williams respondió: "esa es precisamente la garantía que quiero
darle al Comité. Las balas a las que se refiere el Honorable Miembro son fabricadas en la
India". Dillon no se rindió y dijo: "pero no es éste el hecho, lo importante es que debería
indicarse si estas balas Dum-Dum han sido enviadas a las tropas británicas destinadas al
África Occidental. Esto se ha constatado positivamente en la prensa, y es muy importante
que nosotros deberíamos tener una confirmación autorizada por la Oficina de Guerra en
cuanto a si éste es o no el caso, porque va a ser una cuestión de discusión por políticos
en el parlamento francés en los próximos días". Finalmente Powell-Williams replica: "creo
que terminé con ese punto cuando afirmé que las balas incluidas en las previsiones
suplementarias son para balas normales".

Pero Dillon realizó la pregunta equivocada, porque las balas "normales" estaban
destinadas a los soldados del ejército establecido fuera de la India, incluyendo la provisión
del tipo de munición "no normal" a la fuerza expedicionaria Anglo-Egipcias en el Nilo, a las
que se proveyó de las balas de punta hueca Woolwich (Woolwich bullet), pero hubo una
evidente reticencia a decirlo.

Pudo haber ocurrido que el áspero estilo de Dillon indujera a una natural resistencia a dar
una respuesta sin reservas. A pesar de todo, el gobierno británico estaba consciente de
que en la India, las afirmaciones sobre los daños causados por la bala Dum-Dum estaban
violentamente exagerados.

Pero estos informes fueron despertando una cierta excitación internacional dando origen a
una ansiedad que no fue igualmente compartida por todos, lo que permitió a los británicos
que no se develaran en todas partes los reales efectos causados por el sucesor del Mark
II. Si éste fuera el caso, entonces tuvo éxito durante mucho tiempo.

Diez días después, el 24 de marzo, en la Cámara de los Comunes, Dillon volvió atrás en
el camino y le preguntó a J. Lowther "¿quién es responsable de la cuestión del envío de
las balas Dum-Dum a las tropas de la India; y si la oficina de la India tiene alguna
información sobre el efecto de estas balas en hombres o animales?". Esta vez fue
Hamilton quien respondió diciendo qué: "estas balas fueron remitidas por orden del
gobierno de la India. Ninguna sanción adicional era necesaria para su expedición, ni
tampoco ninguna pregunta sobre tal sanción fue realizada o dada. Pero el gobierno de Su
Majestad estaba plenamente informado en cuanto a las actuaciones del gobierno de la
India y no vio ninguna razón para cuestionar su decoro". Dillon entonces preguntó "si han
sido enviadas balas Dum-Dum a tropas directamente bajo el control de la Oficina de
Guerra, ¿y quién es responsable por el suministro de estas balas a las tropas que sirven
en el África Occidental?", y le dijeron que: "las balas Dum-Dum no han sido enviadas a las
tropas que se hallan bajo el control directo de la Oficina de Guerra".

El 07 de julio de 1898 Dillon se acerca un poco más al problema cuando preguntó "si una
bala especial ha sido fabricada para ser utilizada por las tropas británicas en la expedición
de Khartoun (NdelT: también se puede escribir como Khartum o Jartum), y si es así, por
qué motivos se ha encontrado necesaria abastecer a las tropas con una bala especial".
Fue Powell-Williams quien respondió diciendo que: "ninguna bala especial ha sido
fabricada para su uso en Egipto. La bala enviada es la que ha sido adoptada para uso
general en el Ejército después de los experimentos realizados y de los informes médicos
recibidos". Cuando se le preguntó: "es esa la bala Dum-Dum", él respondió: "No señor, no
lo es". Por supuesto, Powell-Williams y G. Hamilton no sólo estaban siendo muy
cuidadosos en sus respuestas sino que estaban siendo "económicos con la actualidad".

Curiosamente en el libro de Churchill titulado "The River War" (El río de la guerra)
publicado en 1899 sobre la expedición de Khartoum, no hace mención al tipo de munición
utilizada por los británicos, y es tentador especular que ello era porque tenía
remordimientos sobre la controversia que él y algunos otros escritores, involuntariamente,
ayudaron a iniciar y promover.
Figura N° 10: Mapa de África colonial en 1898. Las posesiones británicas en color amarillo
y las francesas en rosa claro

SE AGREGA MÁS COMBUSTIBLE


Pero los ejércitos europeos comenzaron a quejarse sobre la bala Dum-Dum casi tan
prontamente como fue introducida temiendo, sin duda, que los rumores acerca de ella
podrían ser verdaderos y que algún día podría ser utilizada en su contra. En abril de 1898
los críticos de esta munición recibieron algún apoyo médico cuando Paul von Bruns, un
profesor de cirugía de la Universidad de Tübingen en el sudoeste de Alemania y cirujano
general en el Servicio Médico del Ejército, en Württemberg, pronunció un discurso en una
reunión de la Sociedad de Cirugía Alemana durante el cual sugirió que, como resultado de
los experimentos que él había dirigido, el uso de balas Dum-Dum en la guerra fue
"brutalmente inhumano".

El coronel cirujano William Flack Stevenson, profesor de cirugía militar en la Escuela


Médica del Ejército, en Netley, respondió por escrito en el British Medical Journal el 21 de
mayo del año antes mencionado, diciendo de que por la forma con que el tema se
reportaba en la prensa y de las preguntas realizadas en la Cámara de los Comunes
"seguro que se aparecerán ante personas de mente histéricas que no tienen la posibilidad
de conocer el significado de los hechos de este caso ni la noción de por qué el gobierno
inglés ha elegido para usar en el Ejército a un proyectil pequeño, que si bien en el espíritu,
si no en la letra, contraviene el acuerdo del Congreso de San Petersburgo de 1868, de no
utilizar proyectiles explosivos de menos de 400 gramos de peso. De hecho, es indudable
que los efectos de las balas Dum-Dum bala han sido exagerados. La bala Snider fue
probablemente el proyectil pequeño más destructivo usado en un ejército, pero nunca fue
sugerida la inhumanidad de su empleo en la guerra. Cuando está viajando a la misma
velocidad (como la bala del Martini-Henry) ésta produjo fracturas de huesos más extensas
que cualquier bala de pequeño calibre, que la Dum-Dum u otras. [ ...]. Yo he realizado
experimentos con balas Dum-Dum y he visto a nuestros hombres que habían sido
impactados por ellas en la frontera con la India, y también he recibido numerosas cartas
de oficiales médicos que vieron y trataron estas lesiones en la campaña de Tirah y estoy
convencido de que existe una idea exagerada de sus efectos". En ese momento
Stevenson era considerado el más importante experto británico sobre el tema y ya había
escrito sobre ellas en su libro titulado "Wounds in War. The Mechanism of their Production
and their Treatment" (Heridas de guerra. Los mecanismos de producción y su
tratamiento), el cual fuera publicado en 1897.

Alexander Ogson (posteriormente, Sir), el Regius Profesor (8) de cirugía en la Universidad


de Aberdeen y cirujano consultor de la reina Victoria, había estado presente cuando von
Bruns dio su dirección. Tenía un gran interés en la cirugía militar y había asistido como
médico durante varias campañas, siéndole otorgada la Medalla de la Campaña Egipcia y
la Estrella de Bronce del Virrey de Egipto. Ogson se las arregló para conseguir una copia
del documento final de von Bruns titulado "On the Effects of Lead-pointed Projectiles
(Dum-Dum Bullets" (que se puede traducir como: Sobre los efectos de proyectiles con
puntas de plomo (balas Dum-Dum), por el cual convocaba a las autoridades militares
alemanas "para obtener por un acuerdo internacional, una modificación de la Convención
St. Petersburgo (la que sólo permitía, para ser empleadas en guerras, a balas de plomo
de pequeño calibre), acuerdo mediante el cual fuesen permitidas puntas de pequeño
calibre tal como son las totalmente recubiertas por un manto de acero, o por lo menos
recubiertas en su punta".

Esto fue demasiado para Ogson y en septiembre de 1898, decidió entrar en la refriega
señalando que: "los experimentos de von Bruns se hicieron con balas de fusiles Mauser
alemanes, algunas de las cuales fueron alteradas mediante la eliminación de parte del
manto en el ápice para imitar, como fuere casi posible, lo que él suponía eran las balas
Dum-Dum.

Pero es importante observar que von Bruns, evidentemente, nunca había visto o
experimentado con la genuina bala Dum-Dum. Sus experimentos no fueron hechos con
balas Dum-Dum en absoluto, pero si con balas Mauser de punta blanda (soft nosed
Mauser bullets), tal como se fabricaban para los cazadores deportivos alemanes para ser
usados en el fusil Mauser para la caza de grandes animales. Por lo tanto, es evidente que
los experimentos de von Bruns se hicieron con proyectiles demasiados diferentes a los
Dum-Dum originales, a fin de que nosotros nos justificáramos y que aceptáramos, de una
vez por todas, a sus conclusiones como verdaderas".

La estrategia del gobierno británico de mantener silencio sobre la bala de Woolwich, si


efectivamente eso es lo que se quería, llegó a un abrupto final en marzo de 1899 cuando
von Bruns publicó "Sobre los efectos de las balas en uso más reciente en el Ejército
Inglés. Balas de punta hueca" (en inglés, On the Effects of the Most Recent Bullets in Use
in the English Army (Hollow-Fronted Bullets). En esencia, la conclusión fue que:
"comparadas con las balas de plomo producen decididamente lesiones menos graves de
las partes blandas (músculos) pero para igualarlas en poder destructivo deben impactar
en un hueso". En respuesta a esto se señaló que, una vez más, las comparaciones se
realizaron con "balas con puntas de plomo" de la casa Mauser y no con las verdaderas
balas Dum-Dum.

COMENTARIOS:

(1) El Reino Unido (United Kingdom o UK, en inglés) está compuesto por los países de
Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte. Su nombre completo es "Reino Unido
de Gran Bretaña e Irlanda del Norte". Gran Bretaña, por otra parte, comprende
únicamente Inglaterra, Escocia y Gales. A los habitantes de Inglaterra se les
denomina ingleses, a los de Gales galeses, a los de Escocia escoceses y a los de
Irlanda del Norte norirlandeses, pero a los habitantes del Reino Unido, se les
denomina como británicos (british). Todos son británicos, pero ingleses solo son los
de Inglaterra.

(2) El término Raj británico (del hindi raj /ra??/ 'gobierno, dominio'), según Wikipedia, se
refiere al gobernante y administrador colonial británico de la región del Indostán
anterior a 1947, es decir lo que hoy en día son las naciones de India, Pakistán,
Bangladés y Birmania y Maldivas, así como algunas islas menores del océano Índico.

(3) Actualmente este calibre es conocido como .303 British (británico) o 7,7 x 56 R
(la R de Rand, en alemán: reborde o pestaña). Es un cartucho de fusil, con pestaña,
desarrollado en el Reino Unido durante la década de 1880 como un cartucho de
pólvora negra siendo posteriormente adaptado para emplear cordita como mezcla
propulsora. Fue el cartucho militar estándar británico desde 1889 hasta la década de
1950, cuando fue reemplazado por el 7,62 x 51 OTAN. Sobrevivió a dos guerras
mundiales a pesar de tener reborde, lo que dificulta su uso en armas automáticas.
Actualmente sigue fabricándose con fines cinegéticos.

(4) Sir Winston Leonard Spencer Churchill: Nació el 30 de noviembre de 1874 en el


palacio de Blenheim. Fue un militar y político británico especialmente recordado por
su mandato como Primer Ministro (1940-45) durante la Segunda Guerra Mundial.

Ingresó en la Real Academia Militar de Sandhurst en septiembre de 1893 y en


diciembre de 1894 se graduó. Se alistó en el ejército cuando tenía 21 años como
segundo teniente en el 4º Regimiento de Húsares, estacionado en Bangalore, India.
Poco después se incorporó al Cuarto de Húsares, regimiento de caballería reputado
como uno de los mejores del Ejército. Estuvo, en 1895, en la guerra de Cuba y
combatió en la India (1898) y el Sudán (1899). En los campos de batalla aprendió
sobre el arte de la guerra todo cuanto no había encontrado en los libros,
especialmente cuestiones prácticas de estrategia que más tarde le servirían para
hacer frente a los enemigos de Inglaterra. Sirvió un breve tiempo como comandante
del 6 º Batallón de los Fusileros Reales Escoceses en la frontera noroeste de la India.
Cuando Horatio Kitchiner organizó la campaña para reconquistar el Sudán, Churchill
trató de unirse a su ejército pero Kitchiner se opuso. Churchill comenzó a mover todos
sus contactos, incluyendo al entonces Primer Ministro lord Salisbury. Finalmente
Churchill logró su objetivo y se unió al 21º Regimiento de Lanceros (decisión que era
competencia del Ministerio de Guerra, no de Kitchiner). (Fuente: Wikipedia, the free
encyclopedia)

Renunció a la vida militar para dedicarse a la política y se afilió al partido conservador


en 1898, trasladándose posteriormente a África del Sur el 12 de octubre de 1899
como corresponsal del Morning Post en la Segunda Guerra Anglo-Bóer. Allí fue hecho
prisionero y trasladado a Pretoria, pero consiguió escapar y regresó a Londres
convertido en un héroe popular. Luego de regresar a su país se dirigió a Durban y se
unió al ejército del General Redvers Buller en su marcha para liberar las ciudades de
Ladysmith y Pretoria. Esta vez, si bien seguía siendo corresponsal de guerra,
Churchill obtuvo una comisión en la caballería ligera de Sudáfrica. Luchó en la batalla
de Spion Kop y fue uno de los primeros en entrar en Ladysmith y Pretoria. Churchill y
su primo, el Duque de Marlborough, lograron ser los primeros en entrar en Pretoria,
obteniendo la rendición de los guardias bóeres que vigilaban el campo de prisioneros
británicos en esa ciudad.

En desacuerdo con el partido respecto a la cuestión sudafricana, Churchill se pasó a


los liberales en 1904 y en 1906, a los 31 años, alcanzó su primer cargo
gubernamental en el gabinete de Henry Campbell-Bannerman, que lo nombró
Subsecretario de Colonias. Desde ese puesto defendió la concesión de autonomía a
los bóers. Luego fue Ministro de Comercio (1908-1910) y del Interior (1910-1911) en
el gobierno de Herbert H. Asquith, de quien sería Primer Ministro entre 1908 y 1916.

En 1911, tres años antes de estallar la I GM, el Primer Ministro Asquith lo nombró lord
del Almirantazgo, tras lo cual Churchill se embarcó inmediatamente en una profunda
reorganización del Ejército de su país. El 1 de septiembre de 1939 el ejército nazi
entró en Polonia. Dos días después, Francia e Inglaterra declararon la guerra a
Alemania y, por la noche, Churchill fue llamado a desempeñar su antiguo cargo en el
Almirantazgo por el Primer Ministro Neville Chamberlain.

Cuando fue nombrado Primer Ministro el 10 de mayo de 1940, Churchill pronunció


una conmovedora arenga en la que afirmó no poder ofrecer más que "sangre, sudor y
lágrimas" a sus conciudadanos. Como Primer Ministro, le correspondió participar en
las cruciales conferencias de Casablanca (1943), El Cairo (1943), Teherán (1943),
Yalta (1945) y Potsdam (1945), en las que se diseñó la estrategia de la guerra, y una
vez acabado el conflicto a delinear el mapa político mundial que se mantendría
vigente hasta 1989. A pesar de la enorme popularidad alcanzada durante la guerra,
dos meses después el voto de los ingleses lo depuso de su cargo.

Tras el triunfo de los conservadores en 1951 volvió a ser Primer Ministro y dos años
después fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura por sus Memorias sobre
la Segunda Guerra Mundial. Alegando razones de edad presentó la dimisión en abril
de 1955, después de ser nombrado Caballero de la Jarretera por la reina Isabel II y de
rechazar un título nobiliario a fin de permanecer como diputado en la Cámara de los
Comunes.

Fue aclamarlo como un héroe hasta su muerte, el 24 de enero de 1965. (Fuente:


Wikipedia, the free encyclopedia)

(5) Highlander: (voz inglesa). Se refiere a los habitantes de las denominadas "Tierras
Altas de Escocia". Los highlanders son de origen céltico y conservan su antigua
lengua e indumentaria.

El Regimiento "Gordon Highlanders" se formó oficialmente en 1881 cuando dos


regimientos escoceses, el 75º y el 92º se fusionaron durante las reformas de Childers,
sin embargo éste puede rastrear su historia a casi 100 años antes de ello. El 75°
regimiento se formó en 1787 para el servicio en el lejano oriente por el coronel Robert
Abecromby, y como era la tradición en ese momento, llevaba el nombre de su
coronel. El 92° regimiento se creó por primera vez en 1794 por Alexander Gordon, 4°
duque de Gordon, como el 92° Regimiento de Infantería de Gordon. En 1881 estos
dos regimientos se fusionaron como parte de las Reformas de Childers y se convirtió
en el "Gordon Highlanders Regiments".

(6) Al Mahdi, es un término árabe que significa "el divinamente guiado" y que fuera
reclamado por varios líderes islámicos. El individuo al que nos referimos aquí
es Muhammad Ahmad Ibn al-Sayyid Abd Allah que en junio de 1881 asume el título
de Al Mahdi, siendo el más famoso de todos ellos. Fue el creador de un vasto estado
islámico que se extendió desde el Mar Rojo hasta el África central y también fue
creador de un movimiento que permaneció influyente en Sudán un siglo después.
Asumiendo una interpretación mística del Islam, en 1881 proclamó su misión divina
para purificarlo, al igual que a los gobiernos que lo contaminaron. Alrededor de cuatro
años después de asumir como Al Mahdi conquista Sudán y establece un gobierno
teocrático con su capital en Omdurman. Su extensa campaña culminó con una
importante derrota de las fuerzas Anglo-Egipcias en Jartum, ciudad a la que conquista
el 26 de enero 1885, muriendo seis meses después, el 26 de junio de 1885 en
Ondurman.

(7) Derviche (del persa: darvish, "mendigo", de etimología incierta) es, en el sentido más
habitual de la palabra, un miembro de una tariqa, es decir, una cofradía religiosa
musulmana de carácter ascético o místico (sufí). También designa, en Irán y Turquía
particularmente, a un religioso mendicante que en árabe se llama faqir. En Marruecos
y Argelia se usa más comúnmente la palabra ijwan (hermanos) para designar a los
miembros de una cofradía. Varios escritores occidentales a veces usaban el término
derviche para unirlo a, entre otros, con el levantamiento de Muhammad Ahmad en
Sudán, con Mohammed Abdullah Hassan y el conflicto de 1920 con las fuerzas
británicas en Somalia o con otras rebeliones contra los poderes del colonialismo.

(8) Regius Profesor: nombramiento que necesita del visto bueno real para desempeñarse
en una cátedra, y dada la relativa rareza de éstas significa que una cátedra Regius es
un cargo prestigioso y codiciado.
GLOSARIO DE TÉRMINOS SOBRE BALÍSTICA
ABOCARDADO: Atrabucado, dícese del cañón que tiene la boca ancha o atrompetada.

ABOTELLADO, AGOLLETADO, CON HOMBRO: Relativo a la vaina de un cartucho.


Vaina que presenta una reducción en el diámetro de su cuerpo, cerca de la boca, para
que se adapte al calibre del proyectil. La parte troncocónica que une el gollete o cuello se
denomina gola u hombro.

ABRAZADERA: Pieza que sirve para unir a su caja el cañón de un arma de fuego.

ACCIÓN DELANTERA: Se dice de la llave cuyo resorte real está situado frente al gatillo o
percutor.

ACCIÓN ZAGUERA: Se dice de la llave cuyo muelle real está sutuado detrás del gatillo o
percutor.

ACP: Abreviatura de “Automatic Colt Pistol”. Término utilizado por el fabricante Colt para
identificar ciertos cartuchos utilizados en sus pistolas semiautomáticas. Por ejemplo: .25
ACP, .32 ACP, .308 ACP, .45 ACP

Adma: Pistoda de dispadar

AFUSTE: Parte de la caja que soporta el cañón.

ÁNIMA: Es la parte interior o alma del cañón. Puede ser lisa o rayada.

APAREJO: O guarnición. Conjunto de las piezas del arma de fuego, excepto el cañón,
caja, llave y bayoneta.

ARCABUZ: Este término designa las armas largas que hoy, incorrectamente, llamamos
fusiles.

ARCABUZ o ARQUEBUS: Del italiano “archibuso” o “arquibugio” que, a su vez, deriva del
holandés “haakbus” o del alemán “hakenbüsche” por el apéndice perpendicular a suerte
de gancho que presentaba en la parte inferior del cañón para ser apoyado en almenas y
muros. Arma portátil que en un principio se iniciaba a mano y posteriormente con llaves
de mecha o serpentín. La cavidad del cañón estaba ejecutada en forja, la recámara y la
cazoleta estaban unidas a calda (soldada en forja), las piezas del mecanismo estaban
sujetas por clavos remachados y el cañón unido al afuste por una argolla de hierro a
modo de abrazadera.

ARCANE: Cartucho perforante que se fabrica en diversos calibres de arma corta,


concebidos fundamentalmente para la acció policial. El elemento que lo caracteriza es su
proyectil de punta cónica, de cobre macizo. La pólvora también es específica, la Arcane
GS7.

ARMA COMBINADA: Técnicamente es un arma mixta de cañones basculantes en la que


se alternan en diferente disposición y número, cañones de ánima lisa y rayados. Se
pueden encontrar en tres tipos básicos: BILLING: escopeta-rifle de cañones
superpuestos, DRILLING: tres cañones, dos de escopeta yuxtapuestos y otro inferior, de
rifle, VIERLING: cuatro cañones, dos de escopeta y dos de rifle.

ARMAZÓN: Pieza o conjunto de piezas sobre la que se arma alguna cosa.


ARTILLERÍA: Término que en la actualidad se emplea para denominar las armas de fuego
pesadas, distinguiéndolas de las demás. Este término se empezó a utilizar a mediados del
siglo XIV.

AUTO: Abreviatura de “automático”.

AUTOINFLAMACIÓN: Fenómeno que se caracteriza por la deflagración espontánea de la


pólvora de un cartucho por el calentamiento excesivo de la recámara como consecuencia
de los sucesivos disparos anteriores inmediatos. La temperatura crítica en estos casos se
sitúa aproximadamente en 270 ºC. La prueba que ha de superar cualquier arma es un
mínimo de 100 disparos en rápida secuencia de tiro semi-automático, sin que se produzca
dicho fenómeno.

AUTOMÁTICO / A: Término que describe la acción del arma que aprovecha la energía
producida por el primer disparo para alimentar la recámara, y volver a disparar de nuevo
sucesivamente mientras no se libere el disparador o la munición se acabe.

BAC: Abreviatura de “Browning Arms Company”.

BALÍSTICA: Es la ciencia que estudia el movimiento y comportamiento de los proyectiles.


Como proyectiles consideramos: balas, bombas, cohetes y misiles.

BALÍSTICA EXTERIOR: Estudia el movimiento del proyectil desde que abandona el


dispositivo de disparo hasta que alcanza el objetivo.

BALÍSTICA FORENSE: Estudio criminológico aplicado a la identificación del arma a partir


del análisis científico del proyectil que ha disparado.

BALÍSTICA INTERIOR: Estudia la propulsión y movimiento del proyectil en el interior del


dispositivo de lanzamiento.

BALÍSTICA TERMINAL: Estudia los efectos del impacto del proyectil sobre el objetivo.

BAQUETA: Accesorio indispensable en las ermas de avancarga, servía para empujar la


vala hasta el fondo del cañón y asentar bien la carga de pólvora. Delgada pero fuerte
varilla de madera (a partir del siglo XVIII, más frecuentemente de hierro).

BASTIDOR (o chasis): En el revólver, armazón que soporta el cañón y barrilete. Contiene


el mecanismo de disparo y forma posteriormente la empuñadura.

BATERÍA: Elemento de las llaves de pedernal que comprende rastrillo y cubrecazoleta en


la misma pieza. Denominación anglosajona para el conjunto de seis piezas de artillería.

BAYONETA: Arma blanca susceptible de ser acoplada al extremo del cañón de un arma
de fuego, como recurso de defensa. Las primeras bayonetas se introducían en el agujero
del cañón de los mosquetes para utilizar el conjunto como picas en el combate cuerpo a
cuerpo. Posteriormente se ideó el anclaje exterior para que el arma pudiera ser disparada
con la bayoneta calada. Las bayonetas se han diseñado específicamente para
determinadas armas: mosquetes, fusiles, escopetas e incluso, armas cortas. La mayoría
de las bayonetas se desacoplan del arma fácilmente, aunque existen las que permanecen
montadas en el arma y símplemente se repliegan.

BERDAN: Coronel Hiram Berdan de la US Army, en el siglo XIX, inventor del fulminante
de su nombre. Es el tipo de iniciador para munición de fuego central (pistón) más popular
fuera de los Estados Unidos de Norteamérica.

BERQUEADO: Decíase del cañón rayado interiormente a espiral.

BERSAGLIERE: Soldado de infantería italiana de cazadores de montaña.

BOMBETA: Refuerzo de la parte del cañón donde se aloja la chimenea, principalmente en


las armas transformadas del sistema de chispa al de percusión.

BOQUILLA: Abrazadera del fusil. Casquillo que guarnece el remate anterior del afuste.

BOXER: Fulminante Boxer, inventado por el Coronel Boxer del ejército británico en el
siglo XIX. Es el iniciador más utilizado en los Estados Unidos de Norteamérica.

BROCAL (brocalete): Moldura que refuerza la boca de los cañones.

CACHA: Placa que remata los costados de las empuñaduras de ciertas armas cortas.

CAJA: Soporte del arma de fuego, construido de manera que facilite su uso y manejo,
reuniendo todas sus partes componentes.

CALEPÍN: Trozo de tela, pergamino, etcétera, engrasado, que se empleó para envolver
los proyectiles en las armas de ánima estriada.

CALIBRE: En un arma rayada es el diámetro del ánima medido entre las estrías. En las
lisas, simplemente el diámetro del ánima. En las armas antiguas se empleaba
generalmente el calibre nominal (que indicaba cuántas balas adaptadas a un determinado
cañón cabían en una libra de plomo) y el ponderal, o sea el peso de la bala en libras o
fracciones.

CAÑÓN: Parte fundamental del arma de fuego destinada a guiar el proyectil en la parte
inicial de su trayectoria hacia el objetivo. Los cañones pueden tener ánima lisa o estriada
(rayada). Por extensión, o simpleza popular, este término también se utiliza para
denominar ciertas piezas de artillería.

CANTONERA: Accesorio que se coloca para reforzar la cureña de las armas largas.

CANUTILLO: Cada uno de los tubos en los que se aloja la baqueta.

CÁPSULA: Copita de metal tierno (cobre o latón) que contiene el cebo de fulminante.
CARABINA: Arma de fuego relativamente corta y ligera, concebida para la caballería.

CARTUCHO: Envoltorio cilíndrico de papel que contiene una medida de pólvora y la bala.
Para su empleo se desgarraba la base, depositaba algo de su pólvora en la cazoleta, y el
resto en el cañón, seguido de la bala aún envuelta en el papel.

CASQUILLO: Pieza del aparejo que se sitúa en el remate de la empuñadura en las armas
cortas.

CAZOLETA: Depósito de pólvora de cebo aplicado al cañón de un arma de fuego.

CERROJO: Tipo de acción manual de las armas de fuego cuya manera de realizar el
cierre y bloqueo de la recámara recuerda a los cerrojos o aldabas de las puertas. El
bloqueo de este sistema de cierre se realiza mediante unos tetones situados en general
en la parte del cerrojo más cercana al cartucho (aunque hay cerrojos con los tetones de
cierre posteriores, por ejemplo, Lee Enfield nº4-Mk1), los cuales al girar dicho cerrojo se
encastran en unos cajeteados del cajón de mecanismos, realizados para tal fin. La de
cerrojo es una de las acciones más resistentes y potentes en cuanto a la introducción de
cartuchos y extracción de vainas, permitiendo además la repetición.

CHIMENEA: Tubo atornillado sobre el oído que soporta la cápsula y dirige su llamarada a
la carga de impulso en las armas de percusión.

CHISQUE: Eslabón, fusil, rastrillo.

COBIJA: Cubrecazoleta

COEFICIENTE BALÍSTICO: Determina la eficiencia aerodinámica de un proyectil. A


menor coeficiente, mejores cualidades aerodinámicas.

COLA DEL DISPARADOR: Último eslabón de la cadena de disparo, exterior, y sobre el


que actúa el deso para producir la deflagración.

COZ: Parte posterior de la cureña.

CUBRECAZOLETA AUTOMÁTICO: En la llave de rueda, excluyendo las más antiguas, el


cigüeñal, manubrio o excéntrica del árbol, empuja una palanca que destapa el
cubrecazoleta, sea por deslizamiento, sea por rotación, inmediatamente antes del disparo.

DAMASCO: Nombre genérico de una técnica de forjado y adorno de los cañones,


intercalando tiras de hierro y acero.

DOBLE ACCIÓN: Mecanismo automático en los revólveres y avisperos que, por la presión
sobre la cola del disparador, produce la rotación del barrileta, el armado del percutor y,
finalmente, su caída con el consiguiente disparo.

FOGÓN: Orificio practicado en la culata de las armas de avancarga y avellanado para


contener el cebo.

FOGUEO: Cartuchería cargada con pólvora negra o pólvora sin humo especial, sin
proyectil. Se usa principalmente para dar salidas en eventos deportivos, representaciones
teatrales, ejercicios militares y adiestramiento de perros.

FUSIL: Arma larga militar. Sinónimo de rastrillo.

GATILLO: Elemento de la llave de pedernal, destinado a sostener fuertemente la piedra


de sílex. Su función es dinámica, puesto que bajo el efecto del muelle real va al encuentro
del rastrillo. Esta voz puede causar confusión por la costumbre moderna de llamar gatillo
la cola del disparador.

GUARDAMONTE: Pieza de guarnición destinada a proteger la cola del disparador contra


cualquier golpe accidental y dar apoyo a la mano del tirador.

INERCIA DE MASAS, CIERRE: Mecanismo de las armas semi y automáticas que basan
su funcionamiento en la oposición de la masa de la corredera, ayudada por la acción de
un resorte o muelle recuperador y el resorte real del martillo, cuyo plano de cierre se
mantiene contra el culote del cartucho alojado en la recámara. Hay una oposición de
masas y fuerzas de los resortes mencionados para soportar la energía que se va a liberar
cuando se produzca el disparo e impedir la apertura de la recámara antes de que el
proyectil abandone el cañón. En este sistema no existe cerrojo entre cañón y corredera
como, por ejemplo, en el sistema Browning, por lo que su aplicación se ve limitada a
cartuchería de potencia media-baja, digamos que el máximo es 9mm, aunque la Astra
M400 que dispara el 9mm largo, tiene este sistema (por lo que es muy dura la maniobra
de mover su corredera por lo potente de su muelle recuperador).

LISTA: Pletina que cubre la unión entre los dos cañones paralelos de una escopeta.

LLAVE BÁLTICA: Mecanismo de pedernal fabricado hacia mediados del siglo XVI en las
naciones ribereñas del mar Báltico.

LLAVERO: Fabricante de llaves para armas de fuego.

MOSQUETE: Arma de fuego larga, parecida al arcabuz, pero de mayor peso y potencia.
Se dispara apoyada sobre una horquilla.

OCHAVA: Cada una de las caras o planos de los cañones llamados ochavados.

OCHAVADO: Cañón de ocho caras o chaflanes por la parte exterior.

OÍDO: Orificio practicado en la culata de las armas de avancarga para comunicar la


recámara con la cazoleta.

PERCUTOR (perro, perrillo): Pieza del arma de fuego que golpea el fulminante. Su
cabeza se llama martillo.

PERDIGONES: Polluelo de la Perdíz. Pequeñas esferas de plomo con las que se


recargan los cartuchos de escopeta destinados a la caza de aves, pichones y otras piezas
pequeñas. Este conjunto de proyectiles se esparce una vez sale del cañón y facilita el
impacto contra un objetivo en movimiento.
PIE DE GATO: Elemento de la llave de rueda destinado a sostener sólidamente la pirita.
Tiene una función semiestática, puesto que va presionado de manera que la pirita
contacte con la rueda.

PÓLVORA NEGRA: Denominación de la pólvora antigua para distinguirla de las pólvoras


sin humo actuales. Producto de la mezcla mecánica consitente en: 75 % de Nitrato
Potásico, 15 % de Azúfre y 10 % de Carbón Vegetal. Es mucho menos potente que las
progresivas, deja mucho resíduo, y produce una gran cantidad de humo cuando se
quema. Tiene la consideración de “Explosivo” aún de baja potencia, a diferencia de las
pólvoras progresivas que se les considera “sustancia inflamable”. La pólvora negra es
susceptible de quemarse con una simple chispa, electricidad estática o percusión. Su uso
militar está obsoleto y su destino actual es el tiro deportivo y la pirotécnia.

RECÁMARA: Porción interna de la culata destinada a contener la carga de impulsión. Si


es amovible, también se llama mascle.

REENVÍO DEL CUBRECAZOLETA: Mando que en las llaves de rueda (principalmente en


las alemanas de la segunda mitad del siglo XVI) permite liberar y mover la cobija que
cubre el cebo.

RIFLE: Fusil rayado.


SENSIBILIZADOR: A veces llamado doble disparador, es un artificio mecánico que
permite graduar la presión del resorte de la cola de disparador, endureciéndolo o
suavizándolo.

SIMPLE ACCIÓN: Mecanismo semiautomático en los revólveres y avisperos que, por el


armado del percutor produce la rotación del barrilete, haciendo fuego al presionar la cola
del disparador.

TAMBOR (o barrilete): Cilindro giratorio donde van las recámaras o las cápsulas de un
revólver.

TORNILLO PEDRERO: El que sirve para sujetar el pedernal en el gatillo.


TRANSICIÓN: En los cañones a varios órdenes, la zona de forma y tamaño variable que
se interpone entr ellos.

TURQUESA: Molde para fabricar balas de plomo.

VERGA: Arco de acero de la ballesta

VIVO DE LA CULATA: Superficie que limita la parte posterior del cañón. De ella sale la
cola de la culata.

VUELO: Parte anterior del cañón.

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