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Guillem Feixas Viaplana
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Índice
Objetivos....................................................................................................... 5
4. Ilustración técnica............................................................................. 37
4.1. Análisis de una entrevista ........................................................... 37
Bibliografía................................................................................................. 39
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Objetivos
1.1. Introducción
Psicoterapia individual. Desde principios de los años ochenta, se planteó que el modelo sis-
témico podría aplicarse a un solo individuo, aunque no asistiera toda la familia. Plantea que
se debe trabajar sólo con los verdaderos "clientes", aquellos que están realmente interesados
en la terapia, aunque a menudo sea sólo uno y a veces ni siquiera sea el portador del síntoma.
Redes sociales. Si concebimos la familia como un sistema, tenemos que pensar que ese siste-
ma, a su vez, forma parte de sistemas más amplios y complejos, hasta llegar al sistema social y
cultural. El nivel más próximo al familiar es la red social: familia extensa, amigos, vecinos, el
barrio o pueblo y las organizaciones que más formal (asociaciones, servicios sociales, institu-
ciones religiosas, etc.) o informalmente (grupos de cualquier índole, bandas, etc.) la integran.
Institución escolar. La escuela es uno de los sistemas más próximos e interdependientes con
la familia. Desde la óptica sistémica, el trabajo del psicólogo o psicopedagogo se encabalga
entre dos sistemas, y su interacción deviene el foco central para entender el problema que
se manifiesta en el niño.
En 1954 se les unió el prestigioso psiquiatra Don Jackson y siguieron juntos hasta 1962,
con la financiación intermitente de diversas fundaciones. Por todo ello, podemos desta-
car las siguientes características de este grupo:
Uno de los hitos más conocidos de este equipo, punto de referencia para el
surgimiento del modelo sistémico, fue la publicación de su trabajo Hacia una
teoría de la esquizofrenia (Bateson, Jackson, Haley y Weakland, 1956). En éste se
presenta la sintomatología esquizofrénica como una forma de comunicación
natural o congruente con el sistema familiar en el que se desarrolla. Implícita-
mente, lo que se sugiere es que el "enfermo" es el sistema, por su carácter dis-
funcional, y el paciente lo es sólo en la medida en que forma parte del mismo.
Así, la comunicación esquizofrénica, a menudo extraña o bizarra, se ve como
un intento desesperado por adaptarse y sobrevivir emocionalmente a un sis-
tema poco funcional. En este trabajo se presenta la noción de doble vínculo
para describir esta forma disfuncional de comunicación.
Desde entonces, la evolución del modelo sistémico dejó de estar tan vinculada
a la investigación y se orientó a la intervención clínica, a la creación de una
nueva modalidad de terapia. Las técnicas y estrategias terapéuticas más fun-
damentales se desarrollaron en las dos décadas siguientes, un periodo carac-
terizado por la formación y desarrollo de varias escuelas de terapia sistémica
cuya descripción abordaremos más adelante.
Ejemplo
Desde esta perspectiva resulta demasiado simplista decir que una madre sobreprotectora
crea ansiedad en su hijo; más bien podemos decir que ambos forman parte de un patrón
en el que –podemos comenzar con uno o con otro– los miedos del niño despiertan la
atención preocupada de la madre, que exacerba los miedos del niño, y esto preocupa
todavía más a la madre, y así sucesivamente. Con todo, esta descripción resulta dema-
siado simple. Podríamos incorporar en el esquema lo que dice o hace el padre cuando
está presente, cuando los observa, o bien simplemente cuando se lo cuenta la madre. Y
así, ir asumiendo niveles crecientes de complejidad. Este patrón (irreducible a una de sus
partes) es la unidad de análisis y de intervención, aunque el punto de entrada pueda ser
actuar en tan sólo uno de los comportamientos o actitudes.
Bibliografía
Los patrones de interacción son pautas en las que participan con sus comuni-
caciones varias personas de forma recurrente, y forman parte de la vida fami-
liar. Estos patrones suelen favorecer el desarrollo de los miembros de la familia,
pero el modelo sistémico ha identificado algunos que considera disfunciona-
les. Entre ellos, trataremos de la comunicación paradójica, y los patrones de
interacción triádicos y diádicos.
Ciertamente, si no se dan estas dos condiciones sus efectos suelen ser menos
desfavorables. De hecho, la ironía y el humor utilizan mucho el mensaje pa-
radójico, pero los contextos relacionales son muy distintos. Incluso entre pa-
dres e hijos pueden darse estos mensajes sin que nadie se perturbe mucho, el
peligro radica cuando la comunicación paradójica se instala de forma predo-
minante afectando al desarrollo de un sentido de identidad.
En el propio artículo de 1956, Bateson, Jackson, Haley y Weakland explican una situación
que observaron directamente:
"Un joven que se había recuperado bastante bien de un episodio agudo recibió la visita
de su madre en el hospital. Se alegró de verla e impulsivamente la abrazó, ante lo cual su
madre se puso tensa. El joven retiró los brazos y ella le preguntó: '¿Ya no me quieres?'. El
paciente se sonrojó y la madre le dijo: 'Querido, no debes avergonzarte con tanta facilidad
ni temer tus propios sentimientos'. El paciente sólo pudo permanecer con ella unos pocos
minutos más y, después de su partida, atacó a un enfermero y hubo que recurrir a la
contención física."
Ejemplo
Si las consideramos tal cual, las escaladas simétricas constituyen un patrón in-
teraccional que lleva en sí mismo a la disolución de la díada o a su destrucción.
En efecto, se dan algunos casos en los que este tipo de interacción lleva a que
un cónyuge mate al otro. En la escena internacional, es común ver cómo el
intercambio de amenazas termina con la guerra. Pero también existen muchas
díadas que conviven con la escalada simétrica, y el conflicto que eso conlleva
durante años.
Cuando la coalición implica reclutar a uno de los hijos en contra del otro pro-
genitor, eso se conoce como triangulación, y suele tener efectos perjudicia-
les para el hijo en cuestión, puesto que gran parte de su energía se dedica al
conflicto parental en lugar de dedicarla a afrontar los retos evolutivos de su
propia vida.
En esta película de 1968 (Warner Bros.), protagonizada por Elizabeth Taylor (Marta) y
Richard Burton (George), que se basa en la obra de Edward Albee (1962) del mismo títu-
lo, aparecen muchos de los conceptos sistémicos de una manera muy visible. Nosotros
hemos escogido este fragmento, en el que la pareja constituida por Marta y George se
enzarza en una escalada simétrica en la que aparentemente gana ella, hasta que en un
movimiento muy bien calculado George abre la puerta dando entrada a la pareja que
los visita, quienes de este modo pueden observar el improperio final de Marta. La nueva
pareja, fuera del contexto de la discusión que mantenía con George, lo ve como una
grosería de Marta, lo cual la descalifica ante sus ojos y deja a George mejor situado para
buscar alianzas con ellos. Se puede escuchar de fondo la risa de satisfacción de George
porque le ha salido bien "la jugada". Como tal, se puede ver como respuesta a la anterior
"jugada" de Marta, la de invitar a esta pareja a su casa a altas horas de la noche sin el con-
sentimiento de su marido. Se trata de un fragmento de juego interminable y enfermizo
que se desarrolla a lo largo de la película (que, por su puesto, recomendamos que veáis
entera), pero que refleja también las interacciones patológicas de algunas familias.
Lo que nos ilustra esta película es la búsqueda de aliados que se produce cuando la pareja
entra en conflicto, a menudo del tipo que llamábamos más arriba: simetría inestable. En
estos casos se producen movimientos para reclutar a terceros en las filas del propio bando.
Ejemplo
Una madre le confía a su hija de 10 años sus quejas sobre cómo la trata su marido sin
que él lo sepa. Eso supone una invitación a la hija para que entre en la coalición que, de
ser aceptada, puede que genere discusiones entre la niña y el padre por asuntos triviales.
En dichas discusiones la madre saldría en defensa de la hija, lo cual puede aumentar, a
su vez, las dificultades y diferencias entre la pareja, con el consiguiente establecimiento
de un patrón interaccional de consecuencias negativas. Para una niña, militar en una
coalición, a la vez que tiene el atractivo del protagonismo de participar en el juego de los
mayores, le resta recursos para resolver sus propias dificultades evolutivas.
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Estas observaciones clínicas conectaban muy bien con la teoría general de sis-
temas y la cibernética. Ya en sus formulaciones iniciales la cibernética se cen-
tra primordialmente en el concepto de retroalimentación (feedback) negativa
como mecanismo fundamental para el mantenimiento del sistema en sus pa-
rámetros básicos de organización.
Ejemplo
Si nos situamos a cierto nivel de detalle, las escuelas sistémicas superan la do-
cena, pero en nuestro caso nos hemos decantado por una opción simplifica-
dora consistente en tres grandes escuelas: la del MRI, la estructural-estratégica
y la de Milán. Con ello excluimos muchas otras aportaciones y autores, pero
aportamos una visión manejable de la situación atendiendo a las líneas más
significativas.
En 1958 Don Jackson fundó el Mental Research Institute (MRI) en Palo Alto, en
el mismo edificio y como parte de la misma organización de salud mental que
el equipo de Palo Alto. El MRI funcionó paralelamente a dicho equipo hasta
la disolución del segundo en 1961. Nació como necesidad de vehicular los
intereses más clínicos, de formación y de asistencia, y orientado al desarrollo
de nuevas técnicas terapéuticas basadas en el nuevo modelo que empezaba a
dar sus primeros pasos.
De hecho, consideran los problemas, o mejor dicho las dificultades, como par-
te esencial e inevitable del desarrollo humano. El ciclo vital supone afrontar
innumerables dificultades, algunas más normativas o generales (por ejemplo,
el control de esfínteres, conseguir independizarse de los padres, el nido vacío)
y otras que sólo son propias de algunas evoluciones familiares (duelo, divorcio,
enfermedad, etc.), pero, al fin y al cabo, naturales y propias de la vida. Estas
dificultades se van resolviendo (o aceptando) de una manera también natural,
© FUOC • PID_00153051 21 Intervenciones sistémicas
con los propios recursos de la persona que las afronta o con la ayuda de la
familia o de otras personas de su medio o red social. No tienen por qué con-
vertirse en problemas, aunque en ocasiones puedan generar malestar y dolor.
Sin embargo, en los casos que llegan a consulta suelen aparecer verdaderos
problemas que se repiten una y otra vez generando un malestar desmesurado.
En estos casos, se considera que las soluciones aplicadas por el propio sujeto
o la familia a una de estas dificultades no la resuelve, sino que más bien hace
que el problema se exacerbe. Por ello, normalmente se aplica "más dosis" de
la misma solución o bien de otras soluciones del mismo tipo (u orden lógico)
que vienen a ser "más de lo mismo". En lugar de que la dificultad se supere, se
hace más grande, con lo cual se creará un circulo vicioso de gran envergadura
que constituye un problema de gravedad creciente.
Ejemplo
Una de las implicaciones prácticas de esta visión del problema es que los te-
rapeutas sistémicos suelen preguntar por las soluciones intentadas por la fa-
milia, por el propio sujeto, por alguna institución o bien por otro terapeuta.
Esto permite estudiar el papel que juega dicha solución en el mantenimiento
del problema. En efecto, tal como es característico de la causalidad circular,
les importa mucho menos la causa original, quién empezó, que la secuencia
interaccional en que inscribe el problema en la actualidad, especialmente la
solución que se le aplica.
cree que sin una solución que la alimente, la dificultad se puede superar con
mayor facilidad con los propios recursos del sistema, al igual que se han ido
superando las otras dificultades evolutivas.
Feixas y Miró (1993), siguiendo a varios autores, tratan estas dos escuelas con
una misma rúbrica, ya que tienen como eje el análisis de las relaciones triádi-
cas. Sus líderes más destacados son Jay Haley, por parte de la escuela estraté-
gica, y Salvador Minuchin, de la estructural. De hecho, ambos autores traba-
jaron juntos por un tiempo en la Philadelphia Child Guidance Clinic (centro
base del segundo) compartiendo sus ideas.
Los conceptos sistémicos básicos para entender las tríadas (por ejemplo, las
alianzas, las coaliciones y la triangulación) ya habían sido formulados por el
equipo de Palo Alto. No obstante, los terapeutas estructurales y los estratégicos
las han elaborado y aplicado en su práctica clínica de manera que han resul-
tado verdaderamente útiles.
Una de las primeras cuestiones que hay que considerar es la jerarquía: ¿quién
decide qué?, ¿quién manda?, ¿cómo se deciden las cosas en esta familia? Para
Minuchin los niños se desarrollan mucho mejor cuando los padres, u otros
cuidadores, pueden colaborar adecuadamente en su cuidado. Si la jerarquía no
está clara (como en una simetría inestable), los conflictos y confusiones difi-
cultan el desarrollo de los miembros de la familia y de los hijos, en particular.
Otra cuestión que hay que considerar es la de las fronteras o límites entre
subsistemas. Éstas sirven para definir quién participa en qué y cómo. Son co-
mo barreras invisibles que envuelven a los miembros de la familia y sus subsis-
temas. También sirven para regular su comunicación con el exterior. Ejemplos
de subsistemas son el parental, el filial (entre los hermanos) o el de los abuelos.
En familias con muchos hijos el sistema filial se puede dividir todavía más.
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En el caso contrario, cuando las fronteras son difusas o borrosas, poco de-
finidas, no existen límites claros entre los miembros de la familia. Es como
si todos pudieran hacer todo, pero no se pudiera hacer algo sin contar con
el resto de los miembros. En cierto modo, todos creen saber lo que los otros
piensan, sienten, harían... Así, es muy difícil tener intimidad personal o en un
subsistema en particular (por ejemplo, entre los padres o entre los hermanos).
Minuchin y su equipo, al estudiar las familias de niños con problemas psicosomáticos, en-
contraron una tipología de familias para las que definieron los siguientes rasgos:
• Rigidez. Característica de los sistemas patológicos. Supone dificultades para generar los
cambios estructurales y de dinámica familiar que se precisan para la evolución de la
familia. Cuando un miembro realiza una tentativa de cambio, estimula en los otros los
esfuerzos por mantener el equilibrio. La familia se presenta como unida y armoniosa,
con el único problema del trastorno (psico)somático.
Su éxito clínico se vio potenciado por su primer libro conjunto (Selvini, Prata,
Boscoso y Cecchin, 1975), titulado Paradoja y contraparadoja, que se tradujo al
inglés y fue un éxito internacional. Diez años más tarde se disolvieron como
grupo y los dos hombres, Boscoso y Cecchin, siguen trabajando juntos hasta la
actualidad y se han constituido como unos de los propulsores de la renovación
constructivista en terapia familiar.
Selvini formó al poco tiempo su equipo, con el cual elaboró la teoría de los
juegos psicóticos (Selvini et al., 1988), así como un modelo clínico de la evo-
lución de los trastornos alimentarios. Las valiosas contribuciones teóricas y
clínicas de estos cuatro terapeutas han impactado e influido notablemente en
lo que hoy es el enfoque sistémico.
De esta forma, las sesiones de terapia comienzan con una hipótesis previa del
equipo acerca de los motivos por los cuales la familia busca ayuda y lo que
espera de la terapia en función de su estructura actual. Esta hipótesis inicial se
revisa en el transcurso de la sesión, de modo que gran parte de las preguntas
del terapeuta van dirigidas a confirmar o refutar la hipótesis inicial.
El hecho de que una parte del equipo se mantenga detrás del espejo unidirec-
cional permite asegurar en gran medida el logro de la condición de neutrali-
dad del terapeuta respecto de la familia, considerada como indispensable, así
como el mantenimiento de una "metaposición" con respecto a la familia.
Estas preguntas también son circulares porque implican poner a prueba una
hipótesis terapéutica que puede ser verificada al observar las reacciones de la
conversación sobre alguien (o sobre una relación) en su presencia y la espiral
de reacciones que esto provoca, haciendo que la información circule de un
miembro a otro y también entre la familia y el terapeuta. Esta estrategia pro-
porciona una ventaja adicional, dada su utilidad para investigar el significado
de los miembros que no hablan o están ausentes, preguntando a los otros có-
mo responderían a una pregunta determinada. Después de dar la respuesta,
a veces el miembro que no habla (o ausente) se ve incitado a participar para
aclarar algún aspecto o refutar la visión de algún otro miembro. Este hecho
ha proporcionado el acceso a la psicoterapia de pacientes clasificados como
catatónicos por la insitutción psiquiátrica (Procter, 1987).
Diferencias "Cuando el padre está en casa, ¿come el niño tan poco o come
más?"
(Des)acuerdos "¿Estás de acuerdo con la visión del problema que tiene tu hijo?"
(Des)acuerdos "¿Quién coincide con el padre cuando afirma que eso ya era un te-
ma de preocupación mucho antes?"
Explicación "Entonces, ¿por qué crees que eso era tan relevante?"
C. Futuro/Hipotéticas "¿Qué crees que pasará con este problema de aquí a cinco
años?"
(Des)acuerdos "Si tomases una decisión, ¿estaría de acuerdo con ella tu madre?"
Diferencias "¿En qué cambiaría la relación entre tus padres si tu madre volvie-
se a estudiar en la universidad?"
Explicación "Papá, ¿por qué crees que tu hija y tu mujer están de acuerdo en
el hecho de que os separaseis si mamá volviese a la universidad?"
III. Comparación/clasificación
A. Presente " ¿Quién está más convencido de que algo va mal en su con-
ducta? Y después de él, ¿quién más lo cree?
(Des)acuerdos "¿Quién suele estar más en desacuerdo con papá? ¿Y quién más?"
Explicación "¿Quién crees que tiene la mejor explicación para este problema?"
B. Pasado "Antes de que María se fuese, ¿quién era la persona más cerca-
na a papá? Y después de él, ¿quién más lo estaba?"
Diferencias "¿Era Pedro también el más cercano a mamá antes de que empe-
zase este problema?"
C. Futuro/Hipotéticas "¿Quién será el más cercano a mamá cuando los chicos crezcan
y se vayan de casa?"
(Des)acuerdos "Si tu abuela estuviese aquí, ¿con quién estaría más de acuerdo?"
Explicación "Mamá, ¿por qué papá piensa que Marta será la más cercana a ti
cuando los chicos crezcan?"
P. Penn (1985). Feedforward: Future questions, future maps. Family Process, 24, 299.
"Las familias con problemas a veces están tan preocupadas con sus dificultades actuales
o con las injusticias del pasado que viven como si no tuvieran futuro. [...] Al hacerles
deliberadamente una larga serie de preguntas de futuro, el terapeuta puede propiciar que
los miembros de la familia forjen cierto futuro para ellos mismos."
Para los estructurales, resulta conveniente trabajar con las familias pa-
ra que tengan unos límites claros entre sus subsistemas, ni demasiado
rígidos o definidos ni demasiado difusos o borrosos. Esto facilita una
adecuada individuación a la vez que el apoyo y protección necesarios
para el crecimiento de los pequeños y bienestar y ulterior desarrollo de
los mayores.
Ejemplo
Una madre que se queja de que su hijo (de cinco años) no se puede controlar y de que
ella es incapaz de hacerlo. En un momento en el que el chico no para de ir de un lado
para otro, el terapeuta le puede pedir a la madre que se siente encima de él. De esta forma
queda claro analógicamente que la madre ostenta más poder (y fuerza física) que su hijo
pequeño, de modo que si no lo controla es, en última instancia, porque no quiere. Se
rompe, así, la regla de la incontrolabilidad del niño, aunque sólo sea una vez.
En ciertas ocasiones las tareas pueden tratar de formar alianzas entre miembros
en conflicto o alterar su patrón comunicacional.
Ejemplo
En una familia en la que la hija y el padre siempre discuten y la madre siempre intermedia
entre ambos, el terapeuta puede pedir que padre e hija hablen sin que la madre pueda
intervenir. Para ello, se pueden girar las sillas de forma que tengan que mirarse a los ojos.
Eso les permite una oportunidad para interactuar "fuera" del patrón habitual. Por un lado
están siendo observados por el terapeuta y su equipo; por otro lado, la madre no puede
intervenir.
Ejemplo
"Nuestra respuesta es que no sabemos lo que causa su depresión... Podéis leer algunos
libros y artículos que dicen que la depresión es causada por trastornos bioquímicos en
el cerebro. Otros libros os dirán que la causan sentimientos de pérdida, baja autoestima
o relaciones sociales problemáticas... Y aunque existiera un estudio definitivo, nunca sa-
bríais si se aplica a vuestro caso. Por lo tanto, pensamos que lo que sería más útil es expe-
rimentar un poco... Lo que nos gustaría sugeriros es que alternéis los días que penséis que
se trata de un problema biológico con los que creáis que es un problema predominante-
mente psicológico y que registréis la valoración global de vuestra experiencia cada día".
Tras haber introducido la prescripción detalladamente, hasta llegar a aspectos más ritua-
lizados sobre cómo realizar tareas específicas de acuerdo con cada una de las interpreta-
ciones alternativas, Glenn parecía contento con la idea, mientras que Liz dijo que le pa-
recía un juego de niños. El terapeuta se despidió y los convocó para una próxima sesión.
Los días que siguieron a esta sesión fueron muy problemáticos. Glenn entró en la mayor
depresión de su vida y fue Liz (la que inicialmente presentaba síntomas depresivos) quien
tuvo que encargarse de él. En síntesis, la terapia continuó con unas cuantas sesiones en
las que también se discutieron con bastante profundidad los problemas de Glenn y otros
proyectos de la pareja. Ambos participaron activamente en la construcción de alternati-
vas para su futuro. En el transcurso de seis meses la recuperación de ambos era casi total.
3.2. La reformulación
Esta técnica, muy empleada por los terapeutas estructurales, intenta propor-
cionar una lectura relacional distinta de los hechos que ponga en duda las
estructuras del sistema. Se trata de desafiar las definiciones dadas en la fami-
lia, entre las cuales se incluye el rol del paciente identificado, con lo que se
cuestionará su visión de la realidad.
Ejemplo
Pensemos en un niño de unos tres años que empieza a llorar en el transcurso de la sesión.
La familia puede interpretarlo como un fastidio y, en último término, como una falta de
competencia de la madre que no consigue que el niño se calle. Sin embargo, el terapeuta
puede utilizar exactamente los mismos hechos (el llanto del niño) otorgándoles un valor
positivo: "Bueno, también él tiene algo que decir aquí". Al intervenir de este modo, el
terapeuta está proponiendo una reformulación positiva del llanto del niño y, a la vez, le
está otorgando el papel que merece, en el sentido de que un niño de tres años requiere
mucha atención por parte de los padres.
Otro ejemplo sería el hecho de redefinir las negativas a comer de una adolescente como
una "huelga de hambre". Esto resitúa el problema en el ámbito de las reivindicaciones y,
entonces, la sesión puede girar en torno a cuáles son sus motivos de protesta.
La connotación positiva sienta las bases para una posible intervención para-
dójica de no cambio. En efecto, si lo que está sucediendo actualmente posee
un valor positivo, mejor no cambiar y persistir con los síntomas. Esta inter-
vención suele contar con un fuerte componente provocativo que cortocircuita
los patrones interaccionales del sistema e impide la funcionalidad que tenía
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Resumen
Las intervenciones paradójicas han formado parte del arsenal sistémico en casi
todas las escuelas, especialmente en la interaccional del MRI, la estratégica
y en el equipo inicial de Milán. En un sentido general, estas intervenciones
pueden tomar las formas siguientes:
4. Ilustración técnica
Este núcleo implica ver la entrevista incluida en el vídeo Significados persona- Vídeo solo accesible en la web.
Actividad
1) ¿Por qué creéis que el terapeuta presta más atención al marido al principio de la en-
trevista?
4) En la creación de la tarea para casa, ¿en qué grado participa el terapeuta en dicha
prescripción?
Solución
1) La mujer es quien ha llamado, de manera que es con ella con quien hemos
establecido el primer contacto. No sabemos la posición del marido con respecto
a la terapia, y podría ser que no fuera positiva. En ese caso, le agradeceríamos su
colaboración y continuaríamos el trabajo sólo con ella.
Reflexión
Bibliografía
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