CARRERA DE CIENCIAS POLÍTICAS HISTORIA UNIVERSAL GRUPO #: 3 INTREGANTES: Juan Pérez y Patricio Zapata RUSIA Y CHINA DEL SIGLO XXI Introducción Una vez terminada y dada fin la Guerra Fría y con ella el definitivamente la Segunda Guerra, época marcada por el desaparecimiento de la URSS y el triunfo del Capitalismo mundial, coronándose como Potencia Hegemónica Estados Unidos, Rusia empieza un proceso de resurgimiento económico. Pero es un resurgir desde la geopolítica, término acuñado por los nazis, como veremos brevemente, para explicar y justificar el dominio y exterminio y la idea de III Reich. Por su parte el mercado de Rusia tendrá una perspectiva geopolítica que permite darle a este concepto un cambio paradigmático nuevo muy diferente al conocido en el nazismo. Por otro lado, la lucha hegemónica del resurgir de China, después de la Segunda Fría y del establecimiento consolidado del Socialismo se trabajó con el XIII Plan Quinquenal que consolida precisamente esa geopolítica mundial del mercado. China empieza un boom petrolero que lo está despuntando, y probablemente supere a Estados Unidos en cuando hegemonía global. Sin embargo, internamente se da el cambio administrativo en la industria, como veremos el Plan Quinquenal señala la necesidad de determinar el salario básico unificado y el seguro a los empleados y desempleados. Son nuevos cambios que se están dando en la sociedad de hoy, por lo que partiremos de dos puntos, la geopolítica rusa y la reforma de la China Socialista prevista del 2016 al 2020. Una geopolítica rusa pensada para el Asia Pacífico El término geopolítica surge en el siglo XX como un modo de explicar los acontecimientos mundiales después de la Guerra Fría, o que giran en torno a la misma, incluso entorno a la Segunda Guerra. Podríamos, además, afirmar que el término se acuña en la Primera Guerra Mundial como un modo de influencia que permitía determinar los estilos de vida político de los pueblos y Estados. Los primeros años de la década de los años veinte del siglo XX fueron cruciales para el desarrollo de este campo de estudio en Alemania pues, por un lado, desde la Universidad de Münich, Haushofer formó un grupo de colaboradores con los que estableció los primeros cimientos de la Geopolítica y fundó, en diciembre de 1923, junto con su colega Ernst Obst, Zeitschrift für Geopolitik (Revista de Geopolítica); por otra parte, desde la cárcel de Landsberg, en Baviera, Adolf Hitler escribió Mein Kampf (1925), obra que se convirtió en el dogma del pensamiento nazi. (Cuéllar, 2012, p. 63) Sin embargo, siguiendo el pensamiento de Cuéllar (2012) observamos a la geopolítica como un arte de la ciencia política “…en la lucha a vida o muerte de los organismos estatales por el espacio vital” (p. 63). Pero este concepto sufre un cambio paradigmático con la llega de Hitler al poder. La geopolítica perfilaría las bases del III Reich. “En 1936 el partido nazi definió así la Gepolitik…: Es la ciencia de los fundamentos territoriales y raciales que determinan el desarrollo de los pueblos y de los Estados”. (Cuéllar, 2012, p. 66) Por lo explica, vemos que la Geopolítica domina en el pensamiento nazi y durante toda su época, es más era la base de la justificación del poderío de Hitler y su persecución racial contra los judíos, es más era una especie de doctrina de dominación mundial y sometimiento de los pueblos, reflejada en los Campos de Concentración. Por esto es entendible que este concepto, una vez terminada la Segunda Guerra, sea muy atacado y visto de cierto modo como un concepto peligroso. Sin embargo, para los años posteriores se dan grandes transformaciones de aspecto geopolítico, ayudado, claro está, de otras disciplinas científicas y al mismo tiempo convirtiéndose en base de las mismas. Alcanzando su mayor aceptación, como ya mencionamos arriba, al finalizar la Guerra Fría. En la actualidad se reconfiguran nuevos prismas de estudio de la geopolítica que han propiciado nuevas propuestas de enfoque como Critical Geopolitics, Modern Geopolitics, Posmodern Geopolitics, Contemporary Geopolitics, Nueva Geopolítica, Geopolítica del caos o Geopolítica de la complejidad. También se encuentran muchos esfuerzos de análisis que intentan explicar la dinámica mundial con un enfoque geopolítico. No obstante, no olvidemos que, en virtud de su origen y evolución como campo de estudio disciplinario, la Geopolítica encuentra sus raíces y bases epistemológicas en los autores clásicos de fines del siglo XIX y principios del XX y, sobre todo, en la Geopolitik. (Cuéllar, 2012, p. 73) Después de la desintegración de la URSS, su política exterior se concentró en su posición europea y occidental más que en la oriental de Asia Pacífico. Política y económicamente, Europa Occidental y EEUU eran sus nuevos aliados clave. En términos de pensamiento táctico, la nueva orientación funcionó: primero la elite rusa adoptó un modelo económico de tipo occidental y, en segundo lugar, asumió una orientación hacia Occidente antes que a otra región del mundo. El Lejano Oriente Ruso, por su ubicación geográfica cuenta con un gran potencial de desarrollo y de integración en la Cuenca del Pacífico, la estrategia de Rusia en Oriente consiste en buscar y concretar puntos de coincidencia e interés mutuo con países como China, las Coreas, Japón y Mongolia. La asociación de Rusia con los países de Asia Pacífico, incluye aspectos geopolíticos y regionales para lograr que estas relaciones se conviertan en un motor que permita que Siberia y el Lejano Oriente Ruso superen el atraso económico y accedan a una integración ventajosa y al desarrollo con los territorios vecinos. Rusia, bajo la presidencia de Vladimir Putin (2000-2008), desplegó una nueva concepción geopolítica: que el país es una potencia euroasiática, perteneciente no sólo a Europa y a Occidente, como pretendían los euroatlantistas, reformadores prooccidentales encabezados por Boris Yeltsin durante sus dos periodos presidenciales. Bajo esta idea se adoptó el modelo económico de construcción del mercado prevaleciente en Asia, representado por los casos chino, japonés e indio, paradigma que Rusia adoptó después del evidente fracaso económico, político y social que representó la denominada “terapia de choque”, estrategia de libre mercado dictada por Occidente. (Gutiérrez, 2010, p. 51 3) La política exterior de Rusia no está basada en un sistema de planeación estratégica que garantice las metas de política exterior a corto, mediano y largo plazo mediante el análisis de la situación internacional, pero sí existe más planeación y organización desde que el presidente Vladimir Putin llegó al poder en el año 2000. Mostró una nueva concepción geopolítica: que el país es una potencia euroasiática, adoptó el modelo económico de construcción del mercado prevaleciente en Asia: chino, japonés e indio, paradigma que Rusia adoptó después del evidente fracaso económico, político y social que representó la terapia de choque, estrategia de libre mercado dictada por Occidente. Prioridades en su estrategia en Asia Pacífico: a) desarrollo del potencial científico en los sectores de biotecnología, materiales estratégicos, industria aerocósmica, atómica, energética y de tecnología de informática; b) desarrollo de los recursos petroleros y de gas de Siberia y el Lejano Oriente Ruso, además de la construcción de una red abastecedora de dichos energéticos y de electricidad, lo cual constituiría la base económica de integración de Rusia en la Cuenca del Pacífico; c) aprovechamiento del espacio geográfico del Lejano Oriente Ruso como puente natural entre Europa y Asia Oriental; y d) creación de un sector turístico en esta región. Después de 2004, Rusia tuvo recursos para considerarse heredera de la URSS en el contexto internacional. Está claro que el nuevo proyecto ya no es el de la Unión Soviética. Tiene una postura propia en cuestiones cruciales en Medio Oriente, Asia Central y Oriental. Es una especie de centro integrador que vincula Asia, Europa y América a través del G8. Los principales socios de Rusia en esta región son China, Japón y EEUU. En el intercambio comercial con estos países, desde los años 90, hay una marcada tendencia hacia la exportación de energéticos. A partir de la recuperación económica de Rusia en 2006, estrategas y políticos rusos intentaron formular una concepción más amplia del término “frontera”. Así, los límites desde las Kuriles hasta el Cáucaso representan para este nuevo entendimiento no sólo una línea de demarcación, sino una potencial zona de influencia rusa, capaz de traspasar las divisiones oficiales. Rusia aspira a tener un papel preponderante en los procesos políticos, económicos y de seguridad en la región de Asia Pacífico. Es un miembro del APEC y tiene una cercana relación con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ANSEA). En su nueva estrategia, ha desarrollado contactos cercanos con China y Corea del Sur y también ha intentado normalizar sus vínculos con Japón. Por otro lado, esta zona representa un perímetro de retos y amenazas que proceden del exterior. Por ejemplo, la frontera más grande, la ruso-kazaja (7.5 mil km), constituye, al mismo tiempo, un canal para el narcotráfico, ya que está prácticamente abierta, pero también es una línea de mutuas y extraordinarias perspectivas económicas. (Gutiérrez, 2010, p. 55) A partir del año 2014, Rusia ha variado su estrategia geopolítica global y ha reorientado su política exterior hacia la región de Asia, en primer lugar, hacia China, como consecuencia de las sanciones económicas, comerciales, militares y diplomáticas aplicadas por Europa y EEUU. contra Moscú para lograr su aislamiento geopolítico. Como lo explica Pablo Sánchez (2016) el “…conflicto en Ucrania y el aislamiento que sufre Rusia como resultado de este escenario, se convierte en un antes y un después importante para este país, adopta una estrategia exterior más enfocada hacia el Este y el Sur de sus fronteras”. Países como Vietnam, Pakistán, Irán, India, Tailandia, Singapur, entre otros, se mantienen más cerca de la esfera de influencia de Moscú. La relación con Japón es una de las más importantes para Rusia tanto en la zona como a nivel global, ubicándose al mismo nivel de los vínculos con Estados Unidos, China y la Unión Europea. Pero a diferencia de estas últimas, a la ruso-japonesa se le añade la carga del conflicto por las Islas Kuriles –o Islas Septentrionales, como las denomina Japón–. Este diferendo ha impedido la completa regularización de los contactos bilaterales entre Moscú y Tokio. Japón, por su parte, aspira a que le sean devueltos estos territorios, y sostiene que debe observarse la Declaración soviético-japonesa de octubre de 1956, por la cual Moscú se obligaba a retornar dos de las islas que se localizan en el Sur, Shikotan y Habomai, al concluir el Tratado de paz; sin embargo, este tratado no se ha firmado aún, situación prevaleciente desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Los objetivos principales de Rusia en su relación con Japón son los siguientes: a) resolver la disputa territorial y firmar el Tratado de paz; b) construir una relación de cooperación con Japón tanto a nivel bilateral como multilateral en organismos como la Organización de Naciones Unidas (ONU), el G8, APEC y ANSEA; c) promover cercanía con dicho país en materia económica, sobre todo en el Lejano Oriente Ruso, donde Moscú desea lograr grandes inversiones japonesas. Los recursos energéticos de Siberia y del Lejano Oriente, así como la dependencia energética que tiene la nación nipona, constituyen una sólida base para la relación bilateral; d) evitar que la relación Estados Unidos-Japón se desenvuelva en direcciones tales que amenace los intereses rusos, sobre todo por lo que toca a la instalación del sistema de defensa antimisil; y e) desarrollar una asociación cercana como un contrapeso al poderío chino en el Lejano Oriente ruso. Probablemente por esta razón Rusia no hace evidente su rechazo al Tratado de seguridad de Estados Unidos con Japón. (Gutiérrez, 2010, p. 60) Plan de reforma socialista chino para los últimos años de la década presente De lo dicho anteriormente, debemos rescatar el afán de China por el asunto de su seguridad energética y económica. China se ha destacado por un crecimiento económico fuerte en los últimos años, con un considerable expansionismo de sus mercados, a tal punto que es común ver en las ciudades latinoamericanas, como en el caso de Ecuador, muy presentes varias tiendas chinas. Como nuestra experiencia en Perú-Lima, donde al salir a caminar en el centro de la ciudad es común e inevitable que no se visite el Barrio Chino, con una gran oferta no sólo material de objetos de venta, sino de la cultura propia de Asia. Por otro lado, está el boom petrolero chino que representa más de la mitad del consumo mundial. Las previsiones para los próximos decenios coinciden todas en estimar un fuerte crecimiento de la demanda y, sobre todo, de las importaciones de petróleo. El consumo podría alcanzar 12 mbd en 2020 y 16 mbd en 2030, mientras que las importaciones podrían aumentar incluso más rápido, hasta llegar a 7 mbd en 2020 y a 11 mbd en 2030. En suma, con arreglo a la inmensa mayoría de los análisis prospectivos, China podría duplicar con creces su consumo de crudo y triplicar sus importaciones de petróleo en el próximo cuarto de siglo. El crecimiento anual medio del consumo de petróleo en China podría rondar el 4,5% en los próximos dos decenios, duplicando con creces la tasa del conjunto del mundo y cuadruplicando sobradamente la de los países occidentales desarrollados. (Bustelo, 2005, p. 4) Como vemos, entonces, China se ha convertido en el mayor controlador del mercado del petróleo en el mundo, generando un gran impacto en la geopolítica de energía asiático y mundial. Por este motivo, Pablo Bustelo (2005) nos explica que el “…comercio energético que tendrá con los países productores conllevará una mayor influencia económica, política y militar en esos países”. (p. 5) Esta primacía geopolítica mundial del mercado petrolero dio pie a que se preparase el XIII Plan Quinquenal de China para atender a los desafíos gubernamentales en la hegemonía mundial. Reformas que se llevaron a cabo desde 1991, pero que se consolidan en 1997 con la regulación de los Salarios Básicos Unificados para los empleados de Empresas. La transición de un modelo económico dependiente de la exportación de manufacturas poco sofisticadas hacia un nuevo modelo basado en el consumo interno y en la fabricación de productos con una mayor intensidad tecnológica exige importantes cambios en muchos ámbitos de la sociedad china y, en particular, reformas en el mercado de trabajo. Para que el consumo de las familias se convierta en el nuevo motor del crecimiento económico, resulta necesario mantener los niveles de ocupación y mejorar el nivel salarial. Al mismo tiempo, es fundamental que las reformas laborales sean implantadas manteniendo un nivel de calma social elemental. (Maiza y Bustillo, 2016, p. 18) Así también se dio una evolución en cuanto a la seguridad de salud de los empleados en medio de un cuadro de inseguridad de las familias, poniendo un especial énfasis a las masas de desempleados. El modelo usado de seguro de desempleo es similar a otros países. Sin embargo, el mayor problema evidenciado es en cuanto a la cuantía de las prestaciones que en el caso de los trabajadores significa un decadente modus vivendi. Según esta tesis, la segmentación del mercado de trabajo es la causa del incremento de salarios; la relativa escasez de mano de obra cualificada provoca un aumento del salario en estas profesiones, mientras que la evolución del salario de los trabajadores menos cualificados responde en buena medida a tensiones y fluctuaciones de la demanda mundial de bienes y servicios intensivos en mano de obra, así como a la gestión del excedente a través del hukou. Algunos autores creen poco probable una temprana relajación del hukou, lo que significaría el mantenimiento de un mercado de trabajo fragmentado, y pocas posibilidades de que cientos de millones de familias mejoren sus condiciones de vida y se animen a consumir. (Maiza y Bustillo, 2016, p. 23) Conclusiones Como hemos visto, una vez que la Guerra Fría terminó era necesario que se restablezca la economía de Rusia, por lo que se tenía que repensar en términos de una geopolítica basada en el expansionismo del mercado. Los puntos clave de su vista es el Asia con el fin de evitar un probable aislamiento económico por su gran rival Estados Unidos. Sin embargo, Rusia ha demostrado, aún terminada la Guerra Fría, estar al nivel competitivo industrial y económico con el Imperio Norteamericano. China, una vez miembro del G20, ha emprendido una serie de Reformas internas con el fin de volverse más activa. Mucho más su ingreso al G8, que garantiza su desarrollo hegemónico se ve en la necesidad de fortificar la industria. Por eso la necesidad del XIII Plan Quinquenal en el cual se resalta la necesidad de un salario básico y seguro para el empleado y un seguro de desempleo, con el fin que los individuos en la República Popular China alcancen un mejor estilo de vida. Esto le ha hecho a China ser uno de los países más activos en estos dos grupos y, sobre todo, empezar a despuntar con mayor auge en la economía mundial y en el mercado petrolero. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Bustelo, P. (septiembre, 2005). China y la geopolítica del petróleo en Asia-Pacífico. Revista de Estudios Internacionales y Estratégicos. (Número 38), pp. 1-31. Recuperado de: file:///C:/Users/QPC/Downloads/China_y_la_geopolitica_del_petroleo_en_Asia-Pacifi.pdf Cuéllar, R. (mayo-agosto, 2012). Geopolítica. Origen del concepto y su evolución. Revista de Relaciones Internacionales de la UNAM. (Número 113), pp. 59-80. 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