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¿Qué solución tiene el conflicto en Medellín?

“Es imposible imaginar el fin de la violencia en Colombia sin la eliminación del narcotráfico, y no es
imaginable el fin del narcotráfico sin la legalización de la droga, más próspera a cada instante cuanto más
prohibida” Gabriel García Márquez

Medellín se ha debatido entre la vida y la muerte en los últimos 20 años. La ciudad de


la “eterna primavera” ya no lo es más, y casi podría estar titulada como “la ciudad de la
eterna guerra”. Si las personas de hace tres o cuatro generaciones, no han tenido ni un
día de paz en el país, los que somos de las generaciones 80, 90 y 00, apenas si,
hemos podido sobrevivir en Medellín. Y no temo a sonar exagerado, pues hago alusión
sobre todo a las personas que vivimos en los denominados “barrios populares” de las
comunas nororiental, centrooriental y centrooccidental que finalmente, somos los que
gestamos y sufrimos las consecuencias. Las épocas de paz, son ya bellas historias casi
míticas contadas por abuelos. Las épocas de tranquilidad son no mayores a un año, y
eso que por momentos, durante esta supuesta época, resulta uno que otro asesinato.
La exposición de las diferentes situaciones del conflicto están casi que sobrevaluadas,
lo que resultan difícil, es poder ofrecer una efectiva solución.

Desde el 2003, con la supuesta reinserción de los “Bloque Cacique Nutibara”, y el


“Bloque Metro” (estructuras narco-paramilitares que operaban en la ciudad), se vivió un
periodo de “tranquilidad” y desconcierto sobre las violencias de la ciudad, pero todo
comenzó de nuevo en el 2009, cuando la ola de asesinatos despertó. Estas políticas de
reinserción, son fruto de la creencia gubernamental que dice que desestructurando
(Matando y encarcelando a los altos mandos) las bandas delincuenciales y
narcotraficantes, se pone fin a las violencias que ha resistido la ciudad, pero hoy, luego
de 1432 asesinados en 2009 [CITATION RUB10 \l 3082 ] y 1250 de enero a septiembre de
2010[ CITATION Elm10 \l 3082 ], esta hipótesis ha sido desmentida.
Frente a la crisis (que muchos ignoran) de la solución que pretende dar el gobierno al
conflicto, vale entonces buscar otras alternativas. Pero primero es preciso primero dejar
claridad de las causas del conflicto, para no caer en el error de mirar la situación
superficialmente y correr el riesgo nuevamente, de que la violencia se prolifere. Hay
que aclarar que la violencia que afrontada Colombia, ha sido producto de dinámicas
propias de pobreza, miseria e inequidad, que desembocaron en la creación de guerrillas
y paramilitares. Y Si bien Medellín obviamente ha sido testigo y actor de este conflicto,
la violencia que se ha generado en este sector del país, ha tenido sus propias
dinámicas, sus propios autores y sus propias causas.

Dichas causas las podríamos diagnosticar en varios factores;

1) Las políticas de la economía neoliberal, que como es evidente (así muchos se


quieran hacerse los ciegos) ha traído miseria e inequidad no solo en Colombia, si no
en el mundo. Esta pobreza ha repercutido en el conflicto de tres maneras: primero
las políticas de libre mercado, tienden a monopolios de capital que generan un
estatus de buena vida para quienes lo poseen, pero de mala vida para quienes no, y
en estos últimos se crean un gran deseo de vivir tan cómodamente, como lo hacen
los primeros (a veces a cualquier costo). Segundo, en los años 50 y 60 fue la
causante de que campesinos formaran las insurgencias y contrainsurgencias
colombianas, y con ellas el periodo de La Violencia que causaron desplazamiento
de miles de campesinos, a zonas aledañas y marginadas de la ciudad, que por falta
de empleo, de educación, de endoculturización y en general de una vida digna, se
convertirían en los lugares propicios para que se encubara la violencia. Y por último,
estas políticas económicas de pobreza, son las que obligan a muchas personas
marginadas a optar por medidas desesperadas de supervivencia, que son
encontradas fácilmente en la ilegalidad de las bandas delincuenciales y la droga
2) La droga, que además de ser la causante, es la que ha permitido que se perpetúe la
violencia. Y esto lo podemos ver mejor en un breve resumen de la historia del conflicto
en Medellín; Hasta mediados de los años setenta no se oía hablar en Medellín de la
presencia de bandas delincuenciales. Existían sí algunos que por tradición movía los
incipientes negocios de la droga… Con los primeros negocios del mercado de la
marihuana, la que pasó de ser un simple programa de los jóvenes que la combinaban
con la música de la época, se inició una red de tráfico que poco a poco dejó ver sus
utilidades [ CITATION Mar06 \l 3082 ].

Luego aparece en las décadas de los 80 y 90 el tan recordado periodo de violencia del
“Cartel de Medellín”, que como todos sabemos, funcionaba por y para el narcotráfico.
Luego de la muerte de Pablo Escobar, en este municipio las actividades informales
fueron controladas por los narcos alias “don berna” Douglas’, ‘Valenciano’, ‘Yiyo’ y
“Jerónimo” en la llamada “Oficina de Envigado”. [ CITATION Red08 \l 3082 ]. En 2003 el
proceso de justicia y paz, trajo el traslado de alias don Berna a la cárcel de Cómbita,
Boyacá, el 24 de agosto del año anterior, y su extradición a Estados Unidos el pasado
13 de mayo (2008) marcaron sendas rupturas con sus hombres en las calles,
aumentaron los índices de homicidios y comenzó a imperar la lógica mafiosa: cada vez
que un capo pierde su poder, sus rutas de exportación, propiedades y ejércitos entran
en disputa, y las lealtades se revisan para construir alianzas con aquellos que ostenten
mayor poder económico y militar. [ CITATION Jua10 \l 3082 ]. Cosa que terminar de
desmentir la lógica gubernamental, de desestructuración de las mafias para acabar con
la violencia.

Las bandas, milicias, carteles, oficinas y demás organizaciones, han estado siempre al
servicio del narcotráfico, siendo la droga, la razón de ser de estas organizaciones.

El conflicto que ha vivido Medellín tiene múltiples factores que influyen en empeorar
esta problemática, como la falta de tejido social, el desempleo la miseria, la falta de
educación, carecía de políticas públicas, la ausencia de seguridad social etc. Sin
embargo estos factores son productos del orden económico mundial; Las drogas
ilícitas, cumple la función de hacerlo crecer y perpetuarlo. Por eso para dar una solución
hace falta primero atacar el factor que le da vida, (el tráfico de drogas), y segundo la
causa que lo hace nacer (Liberalismo económico). Se debe hacer en este orden,
porque lo segundo es algo que se logra a largo plazo.

La droga ya ha sido y está siendo combatida por medio de las fumigaciones a cultivos,
la persecución de organizaciones que la cultivan y trafican y políticas de concientización
al no consumo. Pero estas acciones se han mostrado ineficientes, y es por el hecho de
que lo que hace rentable el negocio es la alta demanda, demanda que por los altos
niveles de comercio y de aceptación social juvenil –sobretodo- es imposible eliminar
con meras persecuciones y políticas de concientización. Es hora de pensar en
alternativas a la guerra contra las drogas. La única forma de disminuir la producción a
un nivel manejable es por medio de la legalización del consumo, más el monopolio de la
compra y venta de cocaína y heroína por parte del gobierno de Estados Unidos.

El consumidor podría adquirir la droga con receta médica y, si es adicto, someterse a


un tratamiento. Jugando con los precios, se puede eliminar la renta maldita. [ CITATION
Sal07 \l 3082 ]. La legalización de la droga, si bien no acabara con la violencia, es un paso
definitivo para hacerlo. Si se legaliza las drogas, se puede tener un mayor control, casi
total, del consumo y tráfico; el gobierno podría tener control fiscal de su cultivo,
fabricación y comercio, el dinero recaudado podría servir para entidades de
regeneración de adictos y aún más para políticas fuertes de educación en el consumo.
Pero sobretodo, el multimillonario negocio sería arrebatado de las mafias que son las
que mediante sus guerras, desangran la ciudad. Los narcotraficantes son empresarios,
emprendedores. La gente que lleva el tráfico de drogas no son distintos del resto,
excepto en que tienen más iniciativa empresarial y menos preocupación por dañar a
otros. En ese sentido, son más irresponsables. Pero tienen un negocio y tratan de
obtener tanto como pueden. [ CITATION Fri91 \l 3082 ].

Si a estos “empresarios” se les quita el arma de la ilegalidad, no tendrán que luchar a


plomo por la competencia del negocio, si no que la lucha por el monopolio del poder se
trasladaría a los medios que provee el sistema económico, que si bien no son los más
idóneos, por lo menos no matan millones de personas inocentes al año.

Es imposible imaginar el fin de la violencia en Colombia sin la eliminación del


narcotráfico, y no es imaginable el fin del narcotráfico sin la legalización de la droga,
más próspera a cada instante cuanto más prohibida. [ CITATION Gab03 \l 3082 ]

Holanda al igual que España son ejemplo. La legalización de la droga allí ha traído
resultados fructíferos, bajo un estricto control, de venta y consumo. [ CITATION Sar09 \l
3082 ]
Pero no podemos caer en el error, que caen nuestros gobernantes, de proponer y
realizar acciones que tiendan a solucionar la problemática, orientadas a una sola
medida, ignorando que este es un problema con diversos factores, y que las medidas
deben ser integrales, y que ataquen cada parte que incida. Con la legalización, deben
venir políticas fuertes encaminadas a la reconstrucción de un tejido social, que pretenda
quitar el gen de violencia que casi que se ha insertado en la sociedad medellinense.
También, unas fuertes políticas educativas, que busquen la sensibilización de la
población en cuanto al perjuicio que hace las drogas en la salud. Y por último y más
importante, se deben generar políticas de empleo que puedan dar oportunidades a las
personas de una vida digna, para que no se busque la alternativa en la ilegalidad; se
debe quitar la macro-problemática neoliberal que como dijimos anteriormente, es la
causa fundamental del conflicto.

La solución está en la legalización de la droga, como motor de toda violencia en


Medellín, y a la erradicación de la miseria, para con ella, erradicar los espacios
potenciales de violencia.
Bibliografía

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La guerra de pandillas desborda a Medellín, con más de 1.250 muertos desde enero. (29 de agosto de
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