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“Es imposible imaginar el fin de la violencia en Colombia sin la eliminación del narcotráfico, y no es
imaginable el fin del narcotráfico sin la legalización de la droga, más próspera a cada instante cuanto más
prohibida” Gabriel García Márquez
Luego aparece en las décadas de los 80 y 90 el tan recordado periodo de violencia del
“Cartel de Medellín”, que como todos sabemos, funcionaba por y para el narcotráfico.
Luego de la muerte de Pablo Escobar, en este municipio las actividades informales
fueron controladas por los narcos alias “don berna” Douglas’, ‘Valenciano’, ‘Yiyo’ y
“Jerónimo” en la llamada “Oficina de Envigado”. [ CITATION Red08 \l 3082 ]. En 2003 el
proceso de justicia y paz, trajo el traslado de alias don Berna a la cárcel de Cómbita,
Boyacá, el 24 de agosto del año anterior, y su extradición a Estados Unidos el pasado
13 de mayo (2008) marcaron sendas rupturas con sus hombres en las calles,
aumentaron los índices de homicidios y comenzó a imperar la lógica mafiosa: cada vez
que un capo pierde su poder, sus rutas de exportación, propiedades y ejércitos entran
en disputa, y las lealtades se revisan para construir alianzas con aquellos que ostenten
mayor poder económico y militar. [ CITATION Jua10 \l 3082 ]. Cosa que terminar de
desmentir la lógica gubernamental, de desestructuración de las mafias para acabar con
la violencia.
Las bandas, milicias, carteles, oficinas y demás organizaciones, han estado siempre al
servicio del narcotráfico, siendo la droga, la razón de ser de estas organizaciones.
El conflicto que ha vivido Medellín tiene múltiples factores que influyen en empeorar
esta problemática, como la falta de tejido social, el desempleo la miseria, la falta de
educación, carecía de políticas públicas, la ausencia de seguridad social etc. Sin
embargo estos factores son productos del orden económico mundial; Las drogas
ilícitas, cumple la función de hacerlo crecer y perpetuarlo. Por eso para dar una solución
hace falta primero atacar el factor que le da vida, (el tráfico de drogas), y segundo la
causa que lo hace nacer (Liberalismo económico). Se debe hacer en este orden,
porque lo segundo es algo que se logra a largo plazo.
La droga ya ha sido y está siendo combatida por medio de las fumigaciones a cultivos,
la persecución de organizaciones que la cultivan y trafican y políticas de concientización
al no consumo. Pero estas acciones se han mostrado ineficientes, y es por el hecho de
que lo que hace rentable el negocio es la alta demanda, demanda que por los altos
niveles de comercio y de aceptación social juvenil –sobretodo- es imposible eliminar
con meras persecuciones y políticas de concientización. Es hora de pensar en
alternativas a la guerra contra las drogas. La única forma de disminuir la producción a
un nivel manejable es por medio de la legalización del consumo, más el monopolio de la
compra y venta de cocaína y heroína por parte del gobierno de Estados Unidos.
Holanda al igual que España son ejemplo. La legalización de la droga allí ha traído
resultados fructíferos, bajo un estricto control, de venta y consumo. [ CITATION Sar09 \l
3082 ]
Pero no podemos caer en el error, que caen nuestros gobernantes, de proponer y
realizar acciones que tiendan a solucionar la problemática, orientadas a una sola
medida, ignorando que este es un problema con diversos factores, y que las medidas
deben ser integrales, y que ataquen cada parte que incida. Con la legalización, deben
venir políticas fuertes encaminadas a la reconstrucción de un tejido social, que pretenda
quitar el gen de violencia que casi que se ha insertado en la sociedad medellinense.
También, unas fuertes políticas educativas, que busquen la sensibilización de la
población en cuanto al perjuicio que hace las drogas en la salud. Y por último y más
importante, se deben generar políticas de empleo que puedan dar oportunidades a las
personas de una vida digna, para que no se busque la alternativa en la ilegalidad; se
debe quitar la macro-problemática neoliberal que como dijimos anteriormente, es la
causa fundamental del conflicto.
La guerra de pandillas desborda a Medellín, con más de 1.250 muertos desde enero. (29 de agosto de
2010). El Mundo .
Mario Velásquez. (2006). Medellín y sus violencias. En A. E. Hincapié, Conflicto Armado Medellín-
Colombia (pág. 348). Medellín: UPB.
Márquez, G. G. (2003). La patria, amada aunque distante. Hacia un nuevo contrato social en ciencia y
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Uribe, S. S. (2009). Consumo de drogas ilícitas, ¿prohibición o regulación?. Análisis del caso colombiano.
Revista Facultad de Derecho y Ciencias Políticas UPB Vol. 39, Núm. 111 , 253-282.