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BIOGRAFIA DE ANDRES AVELINO CACERES

Andrés Avelino Cáceres (10 de noviembre de 1833 – 10 de octubre de 1923) presidente de la


Republica de Perú (1886-1890 y 1894-1895). Nació en Ayacucho, Perú. Su padre Domingo
Cáceres Oré, un hacendado, y su madre Justa Dorregaray Cueva, hija del coronel español don
Demetrio Dorregaray. Desde muy joven estuvo atraído por la milicia y el arte de la guerra, siendo
así, decidió suspender sus estudios para incorporarse al ejército.

Su desarrollo militar fue tan bueno que el general Fermín del Castillo y Ramón Castilla, militar,
político y presidente del Perú, en su papel de caudillo, le dio un cargo importante en la
insurrección popular contra el gobierno de José Rufino Echenique, en la batalla de Palma se le
nombró subteniente del Batallón Ayacucho. Esta insurrección culminó de manera exitosa, el 5
de enero de 1855, en la hacienda La Palma, los hombres de Castilla derrotan a los del presidente,
saquean el Palacio de Gobierno, la casa del Presidente y la quinta de su esposa, Echenique parte
al exilio.

Andrés Avelino Cáceres tenía gran lealtad hacia los caudillos de la revolución, por ello, en su
papel de teniente graduado y efectivo defendió al régimen de Castilla de la revolución de
Manuel Ignacio de Vivanco y estuvo en varios enfrentamientos: Yumina (1857), Bellavista (enero
de 1858) y asalto de Arequipa (marzo de 1858). Fue ascendido a capitán, gracias a sus servicios
y tuvo una fuerte participación en la campaña contra el Ecuador. En dicha campaña sale mal
herido, siendo enviado estratégicamente a Francia como miembro de una delegación peruana,
para ser tratado médicamente.

A su regreso, hizo pública su oposición al presidente Juan Antonio Pezet, por permitir la
ocupación española de las islas de Chincha, concedida merced al Tratado Vivanco- Pareja. La
independencia del Perú estaba tambaleando. Debido a sus críticas, fue arrestado y tras la
liberación tuvo que exiliarse en Chile junto a otros oficiales, luego de un plan regresaron
desembarcando en el puerto de Moliendo. Entonces, todos ellos, se aliaron con el proceso
revolucionario restaurador, encabezado por Mariano Ignacio Prado. Durante la campaña,
ascendió a sargento mayor efectivo y a teniente coronel graduado en 1865. Finalmente, Prado
consigue ocupar la presidencia luego de derrotar al presidente Pezet.

Andrés Avelino Cáceres apoyó el combate naval del Dos de Mayo contra España en el Callao,
siendo Prado el presidente, lideró aproximadamente 46 hombres y 30 voluntarios en el fuerte
Ayacucho, desde donde venció dos fragatas españolas: Villa de Madrid y Berenguela. A pesar,
de su gran actuación, las defensas peruanas, sufrieron un gran golpe en la torre de la Merced,
la pérdida del Ministro de Guerra y Marina, don José Gálvez, por un explosivo.

Acaeció la guerra civil peruana, en Chiclayo, recibió el nombre de la revolución de José Balta.
Este agricultor convencido de luchar por el honor de su país, organizó entonces la defensa de la
ciudad y estableció su cuartel en el local del Colegio San José. Durante 26 días, los chiclayanos,
apoyados por Cáceres, enfrentaron con éxito a las tropas del gobierno. Aunque, se encontraba
ya cansado de la vida militar, decidió unirse como jefe del batallón Zepita para derrotar la
revolución de los hermanos Gutiérrez, que no reconocían la victoria de Manuel Pardo para
asumir la presidencia de la República. Al mando del mismo batallón, siguió defendiendo el
régimen, ahora desde el estallido de la revolución iniciada en Moquegua por Nicolás de Piérola
en la batalla del Alto de los Ángeles, que pudo ser fustigada.

Su genio militar logró que saliera victorioso de un par de guerras entre 1875 y 1883, tales como:
asonadas durante la guerra con Chile; las batallas de San Francisco y las batallas de Tarapacá. En
todas ellas su acertada y arriesgada intervención permitió la victoria peruana. Asimismo,
participó en la batalla del Alto de la Alianza, lamentablemente el territorio defendido quedó en
manos enemigas. Al llegar a Lima fue nombrado comandante general. Luchó en las batallas de
San Juan y de Miradores, sin éxito, de lo que resultó la ocupación de la capital por tropas
chilenas. Como reacción estableció su cuartel militar en Matucana el 26 de abril de 1881. Desde
allí generó una incesante campaña de hostigamiento a las tropas chilenas. Retomando fuerzas,
protagoniza con sus tropas la batalla de Pucará, logró su primera gran victoria; los chilenos,
entonces, huyen hacia la cordillera. Lamentablemente, esta serie de batallas comandadas por
Cáceres no fueron suficientes. El 10 de julio de 1883 Prado fue fusilado por los enemigos, pero
él no dejo de pensar que podrían ganar la guerra, aunque Miguel Iglesias decidió firmar el
tratado de Ancón, que formalmente finiquito la guerra del Pacífico.

Como consecuencia, decide oponerse al gobierno de Iglesias, explotó una cruenta guerra civil,
desde el interior y organizó sus fuerzas, Andrés Avelino Cáceres relució sus dotes de estratega
y mediante una maniobra militar conocida bautizada la “huaripampeada”, engañó a las fuerzas
de Iglesias atrayéndolas hacia la sierra central, mientras él y sus fuerzas marchaban a Lima.
Iglesias fue cercado en el Palacio de Gobierno; el apoyo a esta asonada fue general, por ende,
Iglesias tuvo que abandonar el poder el 3 de diciembre de 1885. Su Consejo de Ministros se
encargó de convocar a elecciones generales.

Con las elecciones Andrés Avelino Cáceres llega por primera vez a la presidencia de la República,
puso en marcha el proyecto de Reconstrucción Nacional. Durante su gobierno resolvió: La
deuda de 51 millones de libras esterlinas con los acreedores ingleses, con el agravante que el
Perú se encontraba en bancarrota. Como solución se firmó el contrato Grace. Dicho acuerdo
generó graves denuncias y protestas por parte de la sociedad peruana. De otro, se centró en la
instrucción pública hubo, decretando una ley en 1888 y, en el ámbito naval y militar, se adquirió
la cañonera “Lima”, primera unidad de la nueva escuadra del Perú.

Al término de su mandato, Cáceres fue Ministro plenipotenciario en Inglaterra y Francia. luego,


ocupa nuevamente la presidencia (1894-1895); sin mucho apoyo, por una fuerte presión militar
de los civilistas y los demócratas, renunció. Siguió influyendo en la política, durante la República
Aristocrática, como jefe del Partido Demócrata. La Asamblea Nacional, reconoció su brillante
conducción de la campaña de la Breña, confiriéndole el grado de mariscal del Perú, asignándole
una renta anual.

Cuando murió, por causas naturales, el 10 de octubre de 1923, Perú estuvo de luto y se decretó
una jornada de duelo nacional. Fue despedido por una multitud, también se encontraban sus
hijas: Zoila y Aurora. A quienes fue heredado los valiosos testimonios de la guerra.

HOBER 5º

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