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La influencia del fordismo y el Estado de bienestar en el auge y desarrollo de la

reforma agraria en Chile


H. Comparada de la modernidad Ensayo final
Segundo semestre - 2018 Stefano Brezzo, Sebastián Harismendy
Profesor: Carlos Duran Francisco Loguercio, Daniela Rodríguez.
Ayudante: Daniela Ortiz Santiago, diciembre de 2018.

“​Contar sus años no sabe y ya sabe


que el sudor es una corona grave de
sal para el labrador”
-Victor Jara, “el niño yuntero”

En el presente ensayo, tendremos por objetivo evidenciar cómo se manifiestan los principios
del fordismo industrial, el reformismo del Estado de bienestar y los esfuerzos modernizadores
del Estado chileno con respecto al desarrollo de la reforma agraria en la década de 1960. En
este sentido, buscaremos definir la relación entre el fordismo y el Estado de bienestar a través
de Bauman y Harvey, y cómo dichos conceptos dialogan con la reforma agraria en Chile en
​ on ello, esperamos
base al trabajo de Heidi Tinsman en ​La tierra para quien la trabaja. C
argumentar nuestra hipótesis referente a que los procesos de industrialización fordista en
Chile, y el surgimiento de gobiernos reformistas en torno a la influencia del Estado de
bienestar, son elementos claves para el desarrollo de la reforma agraria y su horizonte
modernizador.
Nuestro trabajo busca realizar un análisis del proceso de reforma agraria en Chile en
torno a cuatro elementos centrales. En primer lugar, el Estado de Bienestar se define como
una promoción del desarrollo del aparato Estatal con base nacional. Asimismo, el modelo
Keynesiano supone una mayor intervención del Estado en el ámbito social como económico.
Junto con esto, se establece una relación directa entre la ciudadanía y los derechos políticos y
sociales, articulando la concepción de ciudadanía desde otra arista con respecto al Estado
Liberal. El cual relaciona la práctica de la ciudadanía en torno a los derechos económicos. El
bienestar social se encuentra durante este modelo, en las manos del Estado. Así, se entiende
que bajo la lógica Keynesiana todos tienen las mismas oportunidades. Por otro lado, en
cuanto al ámbito económico se busca aumentar el consumo, para esto es necesario el aumento
de sueldo y en consecuencia el aumento de la producción para una mayor comercialización y
por tanto más sujetos productivos. En segundo lugar, el Fordismo se construye en base a la

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adopción de un sistema industrial en base a la línea de montaje o producción en serie,lo que
tiene por consecuencia la especialización del trabajo en tanto la innovación tecnológica se
encarga de revolucionar las lógicas productivas. El resultado se manifiesta a través del
crecimiento del consumo de masas, que a su vez se encuentra relacionado al aumento de
salarios. En este sentido, es posible establecer conexiones entre el Estado de Bienestar o
Keynesiano y el Fordismo, pues en ambos la intervención estatal en cuanto a la innovación
tecnológica permite el aumento de la producción y redefine las relaciones entre oferentes y
demandantes. Además la importancia no radica únicamente en la búsqueda del aumento de la
producción, sino que se tiene por objetivo la progresiva inclusión de los trabajadores y la
mejora de sus condiciones laborales. Del mismo modo, Bauman señala que el Estado
Benefactor se encarga de garantizar el bienestar, pues es de vital importancia garantizar la
dignidad humana que varía según cada sociedad y contexto, se transforma el derecho a una
vida digna en relación a la ciudadanía política.
En tercer lugar, a partir de lo expuesto por Thomas Marshall en ​Ciudadanía y clase
social,​ se puede entender que la evolución del concepto de ciudadanía en la modernidad
obedece a tiempos históricos donde dicho concepto ha sido modificado al calor de
transformaciones sociales. De esta forma, podemos apreciar que el concepto ciudadanía es
reconfigurado a través del periodo formativo de los derechos civiles, donde se manifiesta el
tránsito del paradigma premoderno-moderno, un tiempo de construcción de los derechos
políticos, y por último, un proceso de obtención de derechos sociales. Marshall establece
como elemento central el ejercicio de la política y el Estado como matriz para dichos
progresos sociales. ​De este modo, la ciudadanía supone las forma de despliegue de la política.
En cuarto lugar, la modernización entendida al mismo tiempo como paradigma y
proceso, la que transforma una serie de elementos de los cuales emerge un proceso de
secularización, también se adopta la idea de un ethos científico, tiempo lineal -en tanto se
refiere al progreso-, incertidumbre, producción de la política y por último economía
excedentaria. Para Berman en ​La modernidad, ayer hoy y mañana​, la modernidad es una
experiencia vital compartida que viene a romper con la tradición, es decir, un proceso que se
encuentra en constante tensión o conflicto donde lo material se relaciona con el ethos, lo que
se traduce en experiencia.​, asimismo para Bauman en ​Modernidad y Ambivalencia ​la idea que
prevalece es la búsqueda del "orden”. Así​, Bauman hace referencia a la modernidad como

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una forma de conocimiento​. ​A partir de los conceptos previamente analizados, abordaremos
el proceso histórico en el cual la economía fordista y el Estado de bienestar se desarrollaron
en Chile y terminan influyendo en el desarrollo de la reforma agraria en los años sesenta.
El contexto rural de 1950 en el área del valle de Aconcagua reflejaba la continuidad
de estructuras económicas y paradigmas sociales provenientes de tiempos coloniales. Sobre la
base de datos cuantitativos recopilados por Heidi Tinsman, la idea anterior es sustentada en
un análisis del paisaje demográfico de la región1, donde la población trabajadora no alcanzaba
ni los 45 años de esperanza de vida, sufría las tasas más alta de desnutrición, analfabetismo y
mortalidad infantil del país. Dedicando su vida solo a sostener niveles de subsistencia2. Los
paisajes de miseria e injusticia social que son evidenciados por Tinsman, constituían sólo un
ejemplo entre los numerosos países de la región que presentaban características similares.
En este contexto, el impulso político y económico recibido desde EEUU y la Alianza
para el Progreso, propició la puesta en marcha de reformas en el mundo agro dirigidas a
prevenir el auge de los “socialismos rurales”3 en un contexto de guerra fría. Implícitas en
estos procesos, se trajo consigo la certeza de que el Estado cumplia con un rol modernizante
para con el mundo rural al ejecutar estas reformas, lo cual significó la desvalorización del
campo con respecto a la ciudad en el imaginario del progreso moderno4. Es decir, la
modernidad estaba destinada a transformar el mundo agrario, sus formas culturales y
estructuras económicas, e imponer una nuevo paradigma social en su población. ¿En qué
consistieron estas transformaciones, y qué relaciones guardan éstas con la experiencia del
estado de bienestar y el fordismo en Chile?
En primer lugar, la adopción por parte del Estado chileno del concepto bienestar entre
sus roles, no es un fenómeno que deba entenderse en un corto plazo como tampoco dentro de
la intersección de fenómenos políticos internacionales, sino dentro de un marco de larga
duración donde diversos agentes jugaron un rol en la interpelación histórica al Estado chileno

1
TINSMAN, Heidi. ​La tierra para el que la trabaja. Género, sexualidad y movimientos campesinos en la
Reforma Agraria chilena​. Santiago: LOM Ediciones, 2009. pp. 29, 30. Estos datos se resumen en la siguiente
cita: “En 1955, menos de un 9 por ciento de los propietarios controlaban el 82 por ciento de la tierra irrigada, en
tanto que el 3 por ciento de las haciendas contaba con el 95 por ciento de toda la tierra agrícola cultivable”.
2
​Ibidem.
3
​Con ello nos referimos a los metodos de prevencion tomados por EEUU para la prevención del surgimiento de
guerrillas revolucionarias de izquierda Como ocurrió en numerosos países de la región en el marco de la guerra
fría.
4
BAERISWYL, Fernando. Et, Al. ​Reforma agraria y desarrollo rural en Chile: mejoramiento de la economía
social de los predios. ​Santiago: IPDRS, 2006. P. 1- 2.

3
frente a las miserias de la “cuestión social5”. Como mencionamos anteriormente, el Estado de
bienestar no solo implica garantizar la supervivencia de la población sino que instala el
concepto de dignidad por encima de esta, y adopta una radicalidad con respecto a una ética
del trabajo sujeta a derechos sociales garantizados y no así a las dinámicas de la economía y
el mercado6. Teniendo en cuenta lo anterior, podemos evidenciar un elemento clave implícito
en las bases del Estado de bienestar: el reconocimiento y la inclusión de las/los
trabajadores/as en la obtención de derechos sociales y un nuevo estatus de ciudadanía.
En este sentido, fue la clase obrera, organizada y combativa en el plano político y
social la que se hizo cargo de denunciar y difundir la cuestión social a todo el público a nivel
nacional en base a la resistencia en las manifestaciones y enfrentamientos durante los oscuros
años del parlamentarismo. En relación a esto, Soledad Reyes indica en ​Chile en 1910. Una
mirada cultural en su Centenario, ​que fueron estos esfuerzos y sacrificios los que pusieron en
crisis los antiguos modelos sociales-laborales a través de “una sensación de pesimismo que
empezó a cundir en la sociedad por la cuestión social. Donde la urbanización acelerada y la
modernización, trajo consigo la crisis de la sociedad que empezó a dudar de sí misma,
perdiendo la antigua confianza, fenómeno que iba de la mano con la denuncia de la calidad de
vida de los/as pobres”7. Esta lucha e interpelación al Estado será una constante a través de la
primera mitad del siglo XX, y surtirá efectos con la llegada a un cenit del Estado reformista
de los años sesentas junto con la politización y participación popular.
Así pues, no debemos confundir el desarrollo del Estado de bienestar en Chile con el
surgimiento del Estado desarrollista, ya que responden a contenidos políticos que si bien se
relacionan, no tienen porqué estar en sintonía8. La “ideología del desarrollo”, tomara fuerza
durante el periodo de los gobiernos radicales, tras la instalación de un consenso general sobre
la necesidad de impulsar la industrial nacional. Sentando las bases sobre las cuales se
llevarán a cabo políticas que orientarán la economía chilena hacia la adopción de elementos

5
En el presente ensayo, consideramos la cuestión social no sólo en relación a los años de miseria social del
parlamentarismo, sino también a las condiciones miserables que sufrieron los campesinos hasta la puesta en
marcha de la reforma agraria.
6
BAUMAN, Zygmunt. ​Trabajo, consumismo y nuevos pobres.​ Barcelona, Gedisa, 1999.​ ​pp. 73-74.
7
REYES, Soledad. ​Chile en 1910. Una mirada cultural en su Centenario.​ Santiago, Sudamericana, 2004. p. 107.
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Aquí hacemos una distinción entre el desarrollo del Estado de bienestar y el Estado desarrollista en Chile. Este
último, se orientaba hacia un ajuste en torno a políticas económicas que si bien involucra transformaciones en
las relaciones sociales (tanto laborales como civiles), no tenía como fin reconocer derechos sociales ni ir en pos
de establecer justicia social. Como si lo manifestaría más tarde los gobiernos de Eduardo Frei y Salvador
Allende.

4
del fordismo industrial. En este sentido, se adoptaron medidas relacionadas a potenciar la
eficiencia de las industrias y los mercados, atribuyendo al Estado la facultad de modernizar
diversos sectores de la economía910. No obstante, la implementación de las políticas
keynesianas y la economía fordista no deben entenderse sin reconocer y ahondar en la
especificidad histórica del caso chileno.
Así también lo indica Harvey, en tanto “el fordismo se difundió de manera desigual en
la medida en que cada Estado imprimía su propia modalidad en el manejo de las relaciones
laborales, la política monetaria y fiscal, las estrategias de inversión pública y de bienestar,
limitado en el plano interior por el estado de las relaciones de clase y en el plano exterior por
su posición jerárquica en la economía mundial11”. En corolario, la implementación del
fordismo en los años cuarenta se realizó sobre una base que garantizó la autonomía de las
empresas privadas, el orden planificado de la política económica a nivel estatal, y la
ambigüedad dialógica entre el gobierno y las clases trabajadoras12.
A pesar de los esfuerzos del Estado desarrollista por modernizar y marcar pautas en el
impulso de la economía nacional, el sector rural quedó de cierta manera marginado por este
proceso. La intervención del Estado tardó 20 años en actuar en torno a transformaciones
sociales y económicas que arrastraban una urgencia por cambio. Al mismo tiempo que la
suburbanización generó un nicho elemental para configurar un espacio de demanda,
principalmente por la notoria diferencia moderna que el centralismo en Chile había
desarrollado, en desmedro de los sectores rurales. Por lo tanto, las ansias por
transformaciones ahogaba al mundo campesino, el cual otorgaría legitimidad a las propuestas
políticas que significaron un poco de justicia social.
En síntesis, el campesinado no tenía una presencia individual en el mercado
capitalista, lo que dificulta el desarrollo de la economía y al mismo tiempo, aumentaba la
brecha entre la élite y el campesinado al este ultimo estar sumiso a su patron. La reforma
agraria, de esta forma, introduce un proceso de desarrollo humano sustentable y prod. Se
introduce para cambiar las lógicas del trabajo y de tal forma, incentivar la producción. Los
campesinos reciben pequeñas porciones de tierras expropiadas a sus antiguos patrones. Con

9
DEL POZO, José. ​Los gobiernos radicales en Chile frente al desarrollo (1938-1952)​. ​Toulouse: Caravelle
(1989-), No. 53​, (​ 1989), pp. 37-64.
10
​ uenos Aires: Amorrortu, 1998. p. 159.
HARVEY, David. ​La condición de la posmodernidad. B
11
Ibid. p. 160.
12
DEL POZO, José. Op, Cit. pp. 45-53.

5
la entrega de tierras, cada sujeto desarrolla un sustento propio y al mismo tiempo se introduce
en el mercado como un nuevo agente. De igual forma, se conforman nuevos agentes políticos
entre las comunidades campesinas, sindicalismo, militancias, y cooperativas campesinas. La
Reforma le da agencia al sector campesino, convierte al hombre campesino en su propio
patrón13.

Asimismo, la necesidad de incurrir a una reforma en el agro fue concebida como un


consenso para ambos polos políticos, principalmente en términos de la urgencia por
transformaciones en las formas de producción. Al mismo tiempo que lo anterior significó el
fomento de la organización campesina en función de racionalizar y distribuir el trabajo14. Por
otro lado, la reforma agraria responde al paroxismo democrático logrado por la organización
de los sectores populares, que logró la adopción de las concepciones de derecho y dignidad
propias de la forma más completa de un Estado de bienestar. Esto último a partir del gobierno
de Frei y la puesta en marcha de fuertes reformas en los marcos del Estado-burgués15.

En resumidas cuentas, el campesinado no tenía una presencia individual en el


mercado capitalista, lo que dificulta el desarrollo de la economía y al mismo tiempo,
aumentaba la brecha entre la élite y el campesinado al este ultimo estar sumiso a su patron.
La reforma agraria, de esta forma, introduce un proceso de desarrollo humano sustentable. Se
introduce para cambiar las lógicas del trabajo y de tal forma, incentivar la producción. Los
campesinos reciben pequeñas porciones de tierras expropiadas a sus antiguos patrones. Con
la entrega de tierras, cada sujeto desarrolla un sustento propio y al mismo tiempo se introduce
en el mercado como un nuevo agente. De igual forma, se conforman nuevos agentes políticos
entre las comunidades campesinas, sindicalismo, militancias, y cooperativas campesinas. La
Reforma le da agencia al sector campesino, convierte al hombre campesino en su propio
patrón16.
Por otro lado, el proceso de reforma logró modificar o definir aún más los roles de
género asignados.“La reforma agraria fue, en parte, un proyecto para construir una nueva
masculinidad campesina. Una masculinidad más independiente, menos humillada, más

13
​Ibid., p. 11.
14
TINSMAN, Heidi. Op, Cit. pp. 12.
15
​Ibid. p. 13.
16
​Ibid., p. 11.

6
moderna, hasta militante17, implicando que la designación de un “jefe de hogar” resaltará, las
diferencias sexuales, determinando el actuar a partir de la imposición de roles de género
derivada de la idea moderna de familia y la dicotomía del espacio público-privado, en tanto
la tierra fue designada en su mayoría para hombres.18 De esta forma, con el acceso a la
propiedad el hombre eleva, aún más, su situación privilegiada y de poder en la sociedad.
Junto con esto el rol que adquiere el hombre como el principal proveedor del hogar, tiene por
consecuencia que la mujer sea relegada al espacio privado, donde tiene que ejercer su función
de madre, condicionada por su capacidad reproductora, y por otra parte el papel de esposa
que sustentada económica por el marido debe aceptar la opresión por no tener escapatoria.

Finalmente, podemos advertir la gran influencia que tuvo el desarrollo de la economía


fordista en Chile junto con lenta instalación del concepto de bienestar en el Estado. Ambos
conceptos fueron tomando forma en paralelo, en la medida que los impulsos de la
modernidad capitalista, en su versión fordista, empezaba hacerse cargo de los asuntos de la
economía agraria. En este sentido, las reformas trajeron consigo no solo nuevas relaciones
laborales en torno al modelo industrial, sino que significó la entrada del campesinado al
mundo moderno del capitalismo a un nivel local. Esto, producto al acceso a la tierra y la
organización de sindicatos y cooperativas, que pusieron al campesinado como un agente
económico activo y relativamente autónomo. Esto a su vez, tuvo consecuencias en tanto se
reconocía el acceso del campesinado a la comunidad ciudadana: las oportunidades
educativas, el desarrollo económico y el bienestar social. En tiempos donde el calor del deseo
por una sociedad más justa19, en un contexto donde la democracia en Chile llegaba a su
máxima expresión, hervía en su máxima temperatura.

17
Ibíd., p. 57.
18
Ibíd., p. 56.
19
​BAUMAN, Zygmunt. Op. Cit. p. 87.Con esto hacemos referencia a la conclusión que llegaba Bauman en
torno a que una sociedad democrática apela por resolver las injusticias sociales, y en tal contexto, nos referimos
al periodo más democrático en la historia chilena

7
Bibliografía

-BAERISWYL, Fernando. Et, Al. ​Reforma agraria y desarrollo rural en Chile:


​ antiago: IPDRS, 2006.
mejoramiento de la economía social de los predios. S
​ arcelona: Anthropos, 2005.
-BAUMAN, Zygmunt. ​Modernidad y Ambivalencia. B
-BAUMAN, Zygmunt. ​Trabajo, consumismo y nuevos pobres.​ Barcelona: Gedisa, 1999.
-BERMAN, Marshall. “Modernidad. ayer, hoy y mañana​.”​ E
​ n: “Todo lo sólido se desvanece
en el aire: la experiencia de la modernidad”. Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores, 1989.
-DEL POZO, José. ​Los gobiernos radicales en Chile frente al desarrollo (1938-1952).
Toulouse, Caravelle (1989-), No. 53​, ​(1989).
-HARVEY, David. ​La condición de la postmodernidad​. Buenos Aires: Amorrortu, 2004.
​ rgentina: Losada, 2005.
-MARSHALL, Thomas. ​Ciudadanía y Clase Social. A
-REYES, Soledad. ​Chile en 1910. Una mirada cultural en su Centenario​. Santiago:
Sudamericana, 2004.
-TINSMAN, Heidi. ​La tierra para el que la trabaja. Género, sexualidad y movimientos
campesinos en la Reforma Agraria chilena​. Santiago: LOM Ediciones, 2009.

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