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Cuidado con tu lenguaje no verbal.

Puede
jugarte malas pasadas.

20 Julio 2018

Si quieres causar una buena impresión preocúpate de utilizar gestos y


movimientos adecuados y evita aquellos que pueden destrozar una entrevista
profesional o una primera cita. En este artículo repasamos contigo los errores
que no debes cometer en ningún caso.

Cuando hablas con alguien debes ser consciente de que no solo estás transmitiendo
con tus palabras, sino también con tu cuerpo. Aunque todos sabemos lo importante que
es nuestra forma de expresarnos e incluso la forma de vestir a la hora de dar una buena
impresión, en la mayoría de los casos olvidamos cuidar nuestros gestos y posturas.

El lenguaje no verbal tiene una parte innata que realizamos instintivamente desde que
nacemos sin importar el entorno social y cultural en el que vivimos. Todos hemos visto
alguna vez cómo los niños pequeños se tapan los ojos cuando no quieren ver algo o
cubren sus orejas cuando no les gusta lo que están oyendo. Otra parte de la
comunicación no verbal es la imitativa, formada por todos aquellos gestos que
copiamos inconscientemente de personas con las que pasamos más tiempo, y la última,
la comunicación aprendida, que cambia de una persona a otra dependiendo de su
cultura y origen social. Por ejemplo, mientras en occidente el saludo más extendido
entre dos personas que se acaban de conocer es el apretón de manos, los orientales,
en cambio, saludan inclinando el cuerpo hacia adelante.
Si quieres transmitir una buena imagen o evitar malas interpretaciones, ten en cuenta
que la comunicación no verbal es inevitable y con un uso inadecuado puedes
trasladar mensajes contradictorios e incluso provocar malentendidos que supongan el
fracaso de una reunión de trabajo o una negociación. ¿Te imaginas una reunión de
trabajo en la que tu interlocutor se siente al otro extremo de la mesa con las gafas de
sol puestas y no pare de hacer gestos repetitivos como morderse las uñas o tocarse el
pelo compulsivamente?
En este artículo repasamos contigo los errores que no debes cometer en ningún
caso. Así que toma buena nota:

"Sólo cuando dos personas se miran directamente a los ojos existe una base real de
comunicación" (Allan Pease).

Recuerda que la mirada es una parte fundamental de la comunicación no verbal que


relacionamos con la amabilidad y sirve para hacer ver a la otra persona que deseamos
comunicarnos. Así que no rechaces el contacto visual, mira siempre a los ojos de la
persona con la que hablas o saludas, intenta ponerte a su altura y mirarle de frente. Y
muy importante, evita las gafas de sol. Cruzar la mirada con la de tu interlocutor le hará
saber que estás en modo escucha, receptivo y dispuesto a procesar su mensaje. Por
el contrario, desviar la mirada puede expresar desinterés, vergüenza o inseguridad.
En una conversación deja siempre las manos a la vista. Lo recomendable es mantener
estas partes del cuerpo donde las personas que comparten espacio contigo puedan
verlas. Meter las manos en los bolsillos es un hábito frecuente pero percibido de forma
negativa, especialmente al pararte a hablar con alguien o en una conversación
sentado.

Mantener las manos abiertas enseñando las palmas mientras hablamos demuestra
que no tenemos nada que esconder y que estamos abiertos e interesados en lo que la
otra persona nos está diciendo. Por el contrario, cerrar los puños denota nerviosismo,
falta de transparencia e incluso agresividad.
"La sonrisa es la más positiva de todas las expresiones emocionales" (Daniel Goleman).

Sonrisa sí, pero en su justa medida y en el momento adecuado. Una persona con una
sonrisa permanente transmite a los demás mensajes erróneos que causan
incomodidad. Es tan desconcertante para el interlocutor como estar siempre con el ceño
fruncido. Lo adecuado, una sonrisa natural y relajada.

Elige la distancia adecuada y evita acercarte demasiado a la persona con la que estás
hablando. Si te inclinas demasiado hacia la otra persona, estarás invadiendo su
espacio personal. Esto no se debe hacer cuando aún no hay mucha confianza y
parecerás demasiado agresivo.
Aunque son gestos que varían en función de la cultura, evita cruzar las piernas y brazos
mientras estás hablando con alguien. Por lo general, transmiten resistencia o barrera.
Si quieres que las personas con las que hablas perciban tu interés en lo que te están
contando, tus brazos y piernas deben estar en una postura natural, sin crear
barreras.

No te inclines hacia atrás mientras estás hablando con alguien. Una postura
encorvada, con los hombros encorvados o una posición caída te harán parecer
inseguro y con falta de interés. Procura mantener la columna recta, sentarte derecho e
inclinarte ligeramente hacia delante, especialmente en las reuniones de trabajo. Esta
postura es percibida como un gesto muy positivo, sinónimo de atención.
Mantén una postura segura y evita bostezar, morderte los labios, jugar con bolígrafos o
mirar demasiado el reloj. Aunque creas que estás siendo sutil y que los demás no están
dándose cuenta, todos estos movimientos denotan nerviosismo e incluso pueden ser
percibidos como señal de mala educación. Evítalos.

Muchas personas gesticulan de forma grandilocuente y excesiva a través de las manos,


fundamentalmente. Reforzar nuestro mensaje con nuestros gestos es algo bueno pero
éstos deben ser controlados y suaves para no amedrentar a nuestro interlocutor o
parecer incluso prepotentes.
Un simple apretón de manos puede decir mucho de nosotros, así que debes tener
especial cuidado si quieres causar una buena impresión cuando acabas de conocer a
alguien o dejar una buena imagen en una despedida. Seguro que alguna vez te has
hecho preguntas como ¿apretaré demasiado? ¿habré hecho un saludo demasiado
largo? ¿tendré las manos sudorosas?

Aunque no existe el apretón de manos perfecto y éste varían dependiendo de la cultura,


el momento en que se realice y la confianza entre las personas que se saludan, hay
una serie de recomendaciones que te ayudarán a la hora de dar la mano de manera
correcta:

 Durante el apretón de manos lo correcto es mantener el contacto visual y


saludar verbalmente con frases de cortesía como “encantado de conocerle”
 Evita todas las barreras entre la persona a la que saludas y tu. Si el saludo se
produce en el exterior y llevas guantes o gafas de sol, quitatelos para dar la
mano, o si lo haces en un espacio cerrado, evita barreras como mesas o
mostradores, siempre que sea posible.
 El saludo no debe ser demasiado largo pero tampoco demasiado corto. Esto
último podría transmitir una impresión de nerviosismo e incluso falta de
personalidad. Con dos o tres segundos es suficiente.
 En cuanto a la firmeza, cuidado con los apretones de manos incontrolados.
Todos conocemos a quien nos deja los nudillos rojos o las marcas del anillo en
el dedo por querer transmitirnos seguridad. Sin embargo, mas que vitalidad, lo
que logran transmitir es una imagen de personas con carácter agresivo que
intentan controlarnos.

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