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El Matrimonio Cristiano
El Matrimonio Cristiano
El matrimonio cristiano
Objetivo: Que los chicos descubran la importancia que tiene la familia en el plan de Dios y el valor del
matrimonio cristiano como signo y lugar donde el amor de Cristo se manifiesta.
Oración:
Señor, en nuestra vida diaria te pedimos: amor, equilibrio, fortaleza y sabiduría para mi familia.
Para que amándonos construyamos tu Reino y sigamos tus caminos.
Para que con equilibrio transformemos creando y creciendo, acompañemos a crecer.
Para que con espíritu de fortaleza veamos nuestras limitaciones y aceptemos nuestras pequeñeces.
Para que con sabiduría elijamos, no lo mejor, sino lo que es bueno y posible,
tengamos en cuenta que el otro no es yo y aceptemos que alguien, distinto de mi, está conmigo.
Y así logremos una unión responsable, una unión comprometida, una unión madura de tu amor en el mundo y
para el mundo.
Dinámica:
Para realizar esta dinámica vamos a separar al grupo en dos. Unos van a leer el relato de Juan y Lucia y el otro
grupo el relato de la pareja que hacia menos de un año se habían casado.(que los chicos tengan los relatos en
una hojita para que lo puedan leer).Al terminar el relato el coordinados invita a debatir lo leído por medio de las preguntas.
Juan y Lucía eran una pareja que, desde hace años, vivían juntos, tenían sus hijos y también, ¿cómo no?,
sus problemas y dificultades, como todo el mundo, pero nunca se habían casado. Este era el diálogo o la
discusión que un día tenían entre ellos.
¡Y no me caso por que no quiero! Le dijo Juan, de malos modos, a Lucía, dando por terminada la conversación
que, desde hacía rato, sostenían. La mujer calló pero al poco rato, volvió a insistir.
Pero tú me prometiste casarnos pronto... Y ya va para cuatro años que vivimos juntados.
Ya nos vamos a casar -le respondió Juan dando un suspiro- En el momento en que mejore la situación económica
y tengamos plata, haremos una boda como Dios manda.
Mira, no me vengas con ese verso –le replicó ella- eso sabes que nunca va a ocurrir... Nos haremos viejos y
nuestros hijos se casarán antes que nosotros...
¿Pero por qué, ahora, te ha dado por casarte? Cuando tuvimos el primer hijo yo te propuse casarnos y vos dijiste
que no...
Si, dije que no porque no me fiaba de vos, respondió Lucía.
¡Así que no te fiabas de mí...! Menos mal que ahora ya re fías, replicó Juan con cierto enojo.
Ahora tampoco me fío, pero es distinto, manifestó Lucía. Entonces eras casi un niño... Salías con cualquiera...
Tomabas... Te creías un machito duro...
Bueno, bueno, no saquemos defectos... que vos tampoco eres una santa ni entonces, ni hora, le respondió con
dureza él.
¡Para, para, Juan... No empecemos de nuevo! De mí nunca has tenido nada que decir... te he sido fiel, te he
cuidado, estoy cuidando a tus hijos... Y sobre todo, te quiero...
Todo eso es verdad, reconoció Juan; pero siempre has sido regañona... Ves, como ahora mismo, y a mí esa forma
tuya de ser no me gusta ... Y si vamos a lo de querernos, yo también te quiero y más de lo que piensas...
Ya lo sé, hombre, ya lo sé... No te enojes, le apaciguó Lucía. Por eso, si tú me quieres y yo te quiero ¿por qué no
nos casamos y hacemos las cosas bien? Me dijeron, que cuando te casas por Iglesia Dios nos Bendice, Está con
nosotros y con nuestros hijos para siempre... hasta que la muerte nos separe. Y tú sabes que ahora, más que
nunca, necesitamos esa bendición de Dios para seguir adelante.
Esta historia me la contaron como real. Era una pareja que hacia menos de un año se habían casado,
recibiendo así la bendición de Dios mediante el sacramento del matrimonio. Este sacramento les dio fuerza para
amarse más y eso a pesar de las dificultades económicas que padecían.
El matrimonio era pobre. Ella hilaba a la puerta de su casa pensando en su marido. Y todo el que pasaba
por delante, se quedaba prendado de la belleza de su cabello negro, largo sedoso, como hebras brillantes salidas
de su rueca, el iba cada mañana al mercado a vender algunos productos de la huertita que tenían. Luego, por la
tarde, a él le gustaba sentarse a la sombra de un árbol y sujetar entre sus dientes una pipa vacía. No había dinero
para comprar un poco de tabaco.
Se acercaba el día del aniversario de su boda y ella no cesaba de preguntarse qué podía regalar a su
marido. Y, además, ¿con qué dinero?
Estaba pensando en esto cuando una idea cruzó por su mente. Sintió un escalofrío solo de pensarlo, pero
cuando se decidió a hacerlo, todo su cuerpo se estremeció de gozo: Se cortaría su hermoso cabello y con lo que le
dieran por él, compraría un poco de tabaco a su marido.
Ya se imaginaba a su hombre en el mercado sentado ante sus verduras, dando largas bocanadas a su pipa:
aromas de incienso y jazmín darían al dueño del humilde puesto la solemnidad y prestigio de un gran
comerciante.
La esposa sólo obtuvo por su hermoso pelo unas pocas monedas; pero eligió con cuidado el más fino
estuche de tabaco. El perfume de las trituradas hojas de tabaco compensaba largamente el sacrificio de su pelo.
Al llegar la tarde, regresó su marido del mercado. Venía cantando por el camino. Traía en su mano un
pequeño regalo para su mujer, eran unos peines que acababa de comprar, tras vender su pipa.
Marido y mujer se intercambiaron sus regalos sin saber lo que cada uno contenía. Y cuando finalmente lo
abrieron, lo primero que hicieron fue llorar, luego reírse juntos y finalmente darse un apasionado abrazo. Y en
ese abrazo, volvieron a celebrar de nuevo el sacramento del matrimonio.
Desarrollo:
Puesta en común:
Se comparte lo que trabajo cada grupo. Un miembro del primer grupo cuenta el relato al otro grupo y luego
cuenta lo que debatieron. Una vez finalizado este chico, un integrante del otro grupo cuenta su relato y lo que
debatieron.
El coordinador debe estar atento a sacarle jugo a este intercambio, para rescatar lo importante del sacramento del
matrimonio.
Oración Final:
Leer Efesios 5, 25.28-33
Una vez meditado, el animador vuelve a leer el pasaje e invita a los chicos a compartir la frase que más les gusto
o con la que se sienten identificados.
Para terminar cantamos la canción “Zamba para quedarnos juntos”
Propósito: A lo largo de esta semana se les pedirá a los chicos que charlen sobre la importancia que tiene Dios
en matrimonio de sus padres.