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DEL YRIGOYENISMO A LA DECADA INFAME

La lucha entre lo nuevo y lo viejo

Con la derogación de la reforma Saavedra Lamas quedo reestablecida la


enseñanza tradicional y volvió a reinar el curriculum enciclopédico.

Entre 1916 y 1030 se crearon 22 colegios nacionales, frente a 14 fundados entre


1900 y 1915; entre 1916 y 1925, 14 escuelas normales, 1 industrial, 3 comerciales
y 3 profesionales de mujeres, lo que contrasta con los 46, 3, 6 y 16
respectivamente fundados en el periodo anterior. Se organizo el sistema de
educación de adultos con enseñanza de oficios, con la modalidad escuelas
complementarias.

La relación entre el gobierno y la docencia se fue deteriorando durante la década


de 1920. A la demanda de mejores condiciones laborales se sumo la irritación en
la docencia por las medidas radicalistas de colocar funcionarios políticos en
cargos directivos en las escuelas, lo que dio como resultado malas
administraciones, presupuestos bajos y mal estado de los edificios. La obra,
fundada en 1921, fue la voz de los reclamos docentes.

José Rezzano, representante de la Escuela Nueva, trato de institucionalizar


innovaciones. En 1920 surge la reforma “Sistema de Labor y Programa del
Consejo Escolar 1”, que consistía en un sistema integral de educación y trabajo.
Daba prioridad a las necesidades biológicas y psicológicas del niño y se basaba
en la ley 1420. Combatía la dispersión provocada en los alumnos por la curricula
positivista. La clase era un grupo social, donde reinaba el amor.

En cuanto al rol del docente, eran patriotas y enseñaban con convicción la historia,
la geografía y los símbolos de la Nación, y además diseñaban ceremonias
escolares y homenajes cívicos. Tanto los maestros y alumnos vivían la
nacionalidad como algo propio y no querían la intromisión del gobierno. Eran
profesores creativos.

A fines de 1920 el positivismo estaba en retroceso, y el modelo pedagógico


normalizador ordenaba la vida escolar. Muchos educadores no pertenecían al
mismo partido político pero coincidían con este modelo pedagógico.

El divorcio entre educación y trabajo

La pedagogía argentina no supo crear identidades personales y creatividad en el


individuo que vinculen la educación con el trabajo y que constituyan los valores
colectivos. No se encontraban propuestas modernizadoras, y se carecía de
educación laboral que era importante para la formación del sujeto y el desarrollo
económico de la sociedad.

El golpe de gracia al liberalismo pedagógico

El segundo gobierno de Hipólito Yrigoyen heredo del alvearismo la burocracia, la


mala administración y la enemistad con los docentes. El programa llamado
Escuela de nuevo tipo, se dirigía a niños de 6 a 8 años para formarlos en oficios
artesanales, rurales y urbanos. La obra rechazo la educación laboral temprana.

Entre1916 y 1930 la situación escolar básica había mejorado durante el


radicalismo. Estaban inscriptos en la escuela primaria el 58% sobre la población
escolar y en 1932, entre 6 y 14 años, el porcentaje de inscripción en primaria se
mantenía en el 69%. Pero ningún sector reconocía el progreso, los diarios de la
época eran tan desfavorables como los maestros quienes no ofrecieron resistencia
al gobierno surgido del golpe del 6 de septiembre de 1930 que derroco a Hipólito
Yrigoyen.

Durante el gobierno de Uriburu, Juan Terán presidente del consejo Nacional de


Educación, respondió de inmediato a las demandas insatisfechas de los docentes,
quienes apoyaron su gestión. Terán tenía una posición espiritualista, y consagro la
identidad del maestro en la figura del apóstol, cuya misión era curar el hedonismo
de la sociedad. Propuso centrar la educación en la moral, había que espiritualizar
la escuela e impulsar la gestión educativa privada. En el cuarto congreso de
educación asistieron librepensadores, anarquistas, socialistas y se acordó
promover la lucha contra el analfabetismo, el cooperativismo escolar, la educación
de adultos que traían inmigrantes y la capacitación laboral. Aquel congreso fue
una muestra de cooperación social en plena crisis de 1930 y florecía un fuerte
individualismo que solo buscaba el ascenso social. Aunque el ritmo de crecimiento
de la industria no bastaba para que todos los argentinos tuvieran empleo, la gente
trataba de capacitarse más que en las décadas anteriores, y surgieron
formaciones laborales especializadas.

Llega la represión

El gobierno de Agustín P. Justo persiguió a los docentes que tenían posturas


radicalizadas, laicistas y escalonovistas. Se expulso a muchos, se traslado a
lugares inhóspitos a otros y se privaba de la jubilación a otros. Se ordeno la
enseñanza privada.

La lucha ideológica en la educación

El colegio libre de estudios superiores de 1930 y su famosa cátedra Sarmiento


influía en la determinación de las curricula.. Desde una posición liberal el colegio
defendió la ley 1420, el laicismo y la reforma universitaria.

En 1935 el profesor Juan Mantovani propuso su proyecto que se ocupaba de los


problemas del adolescente y atendía a las conexiones entre niveles y modalidades
y darle un sentido integral al nivel medio. Hubo un avance del nacionalismo
católico. Se identificaba cada vez más al nacionalismo con el fascismo y al
liberalismo con el desprecio por lo propio y la europeización de las ideas. El
espiritualismo laico se tornaba espiritualismo católico. La obligatoriedad de la
enseñanza religiosa fue decretada en 1937 en la provincia de Buenos Aires.

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