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Armando Tello Arias

El país de las sombras largas.

El libro narrado por Hans Ruesch trata principalmente sobre la vida de un


esquimal, que vive en el polo norte, llamado Ernenek. La historia comienza desde
que él desea hacerse de una mujer para vivir juntos y por fin convertirse en un
verdadero hombre, ya que siempre se sentía humillado por su compañero Anarvik,
el cual poseía esposa y era un excelente cazador.
Cuando por fin, después de un extenuante viaje en busca de la persona que él
consideraba indicada para ser su mujer, decide que prefiere quedarse con Asiak,
la hija menor de Ululik, les da a sus padres una lámpara de esteatita a cambio de
la mujer y así cierra triunfante el trato.
Sus vidas se basaban en la división del trabajo, ya que mientras Ernenek cazaba
durante varias semanas, Asiak se dedicaba a las labores domésticas, a la
recolección de algunas plantas que utilizaba como tés y a la confección de pieles
de animales que les servía para mantenerse calientes en las constantes heladas.
Esta historia nos muestra cómo las vidas de las personas del norte tenían una
fuerte influencia por creencias y supersticiones que marcaban la conducta y los
modales de sus habitantes; parte de sus costumbres incluía prestarse a sus
esposas si un hombre se lo solicitaba al marido; y en caso de reusarse este último
se veía ante los demás como un tacaño o huraño; y si por el contrario cedía este
podía sentirse poderoso y más valioso que los demás hombres. Además
distribuían la comida según la función que habían desempeñado en la caza del
animal; correspondiéndole las vísceras a quién hubiera localizado a la presa, y el
hígado a quien lo hubiera matado. Los cazadores comían hasta no poder más y
aun cuando ya no podían sus esposas les daban la comida masticadas por ellas
en la boca para que ellos no tuvieran que hacer algún esfuerzo, hasta quedar
profundamente dormidos para su siguiente caza.
Observamos durante la historia el primer índice de desarrollo humano, que es la
salud o esperanza de vida al nacer. Cuando Asiak queda embarazada o según el
término utilizado por el autor, encinta, su madre le explica que de tener un bebé
hembra tendrá que estrangularlo inmediatamente, debido a que ellos creían que
durante la lactancia muchas mujeres no conciben otros hijos; y era de suma
importancia criar varones que, una vez llegada la vejez les proporcionara alimento;
y sólo hasta conseguir un varón era como se podían permitir criar a una niña.
Guiada por los consejos de su madre, da a luz a un pequeño varón y se dispone a
criarlo hasta que Ernenek descubre que su hijo no tiene dientes, y es así como
deciden matarlo ya piensan que fueron víctimas de algún tabú y además es objeto
de burla para el hombre; sin embargo, la madre de Asiak les convence muy
supersticiosamente de hablar con las potencias de los vientos para que le
crecieran los dientes a su hijo; y por fin deciden permitirle vivir.

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Como podemos darnos cuenta, los personajes del norte, o esquimales que se
describen en esta historia contaban únicamente con las enseñanzas que les
proporcionaba la gente mayor y experimentada, como lo era la madre de Asiak y
muchas otras veces aprendían de la naturaleza y la experiencia propia. El
segundo indicador, que corresponde a la educación, lo encontramos entonces
sumergido en estos aspectos. La mujer sabía cómo criar a sus hijos porque
observaba a los cachorros ser cuidados, lamidos y alimentados por su madre; y
ella sabía que los animales difícilmente se equivocaban, a su vez, Ernenek sabía
que al cazar debía alimentar a sus perros pero no hasta el punto de satisfacerlos
totalmente; de tal forma que estos corrían más rápido incitados por el hambre, y su
trineo por lo tanto resultaba más veloz; además, estaba consiente que al seguir a
su presa debía andar con paso firme para no alejarse de ella, pero sin hacer
demasiado esfuerzo para no sudar y que no muriera dentro de una camisa de
hielo, conocía muy bien la naturaleza y las trampas que debía poner para cada
uno de los animales que habitaban en ella. Y como parte de su educación
ancestral sabían qué amuletos llevar en sus viajes para protegerse de espíritus y
desastres naturales que ellos consideraban fruto de los dioses, entre ellos estaban
manojos de pelos de conejo, uña de oso, ojo de foca, cabeza de zorro, una
mosca, etc.
Su conocimiento y su educación se ve influenciada tiempo después por la llegada
del hombre blanco, los cuales tenían costumbres diferentes y forma de ver el
mundo desde otra perspectiva, involucra entonces una transición entre dos
culturas muy diferentes y el intercambio de conocimiento entre ellas. Por un lado,
los del norte tenían vastos conocimientos acerca de la naturaleza y cómo
sobrevivir; pero por otro lado seguían atados a viejas supersticiones y conductas
que el hombre blanco había dejado atrás y había optado por adaptarse a leyes
que regían por encima de cualquier habitante. Es aquí donde existe una clara
diferencia de ética y moral entre las dos culturas, diferentes de acuerdo a la
necesidad de sus habitantes.
Más adelante el autor nos cuenta cómo estas diferencias conducen a Ernenek a
matar a un blanco que llega de visita a su iglú con la intención de estudiar más
sobre su vivienda, sus costumbres así como saber más de Ernenek, Asiak, su hijo
mayor Papik y su pequeña hija Ivalú. Sin embargo no logran entablar una
conversación por la diferencia de idiomas; y los anfitriones, ofendidos por aquel
hombre blanco que rechazó su comida más vieja y enlamada así como el rechazo
hacia la esposa, que se había arreglado y mojado en orina el cabello para atraerle
al hombre blanco deciden que solo ha ido a ofenderles y herir su orgullo, lo que
lleva a Ernenek a arremeter contra el hombre hasta finalmente matarlo.
Otro de los indicadores que podemos analizar en esta historia es sobre el PIB, que
en este caso es únicamente comercialización, trueque y negocios que introducen
los hombres blancos a la región. La primera interacción de los personajes
principales se da precisamente debido a una visita que reciben la pareja de
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esquimales por un hombre Ittimangnerk y su esposa, los cuales les muestran un


arma de fuego que pueden intercambiar a cambio de 100 pieles de zorro; que
requiere un hombre blanco en una aldea a unos cuantos días de ahí. Le explican
que con esa arma será más fácil proveerse de sus alimentos y pueden hacer
negocios si ellos están dispuestos a cumplir su parte del trato. La forma de medir
la cantidad para el trueque era según pies y manos, y la cantidad de pieles de
zorro correspondían a cinco veces un hombre contado hasta el final. Lo que le
tomó a Ernenek tiempo para poder cazar tantos animales y cuando por fin llegaron
a la aldea para concretar el negocio las diferencias de costumbres y culturas
impidieron que se llevara a cabo ningún negocio entre sus habitantes.
Los hombres blancos, en su invasión por las tierras blancas comenzaron a
restringirle a los esquimales la caza de más de tres focas por año, mientras que
ellos se quedaban con los animales para matarlos y comercializar sus pieles.
Por otro lado, también el autor destaca como fue la transición y el
“envenenamiento” de la nueva religión liderada por los hombres blancos hacia los
pueblos de gente indígena. Al principio cuando se abre paso esta nueva idea de
un nuevo dios que lleva consigo nuevas doctrinas, Ivalú se había quedado sin
madre después de que esta se suicidara dando como consecuencia que se tuviera
que quedar con el misionero Kohartok, un hombre que creía en la palabra de dios
y en la bondad que representaba para toda la comunidad, el fue el encargado de
enseñarle la doctrina a Ivalú, respetando los principios del sagrado libro.
Una noche Ivalú se encontraba orando y hablando con dios, pidiéndole que la
escuchara y la visitara en algún momento. Pronto después se encontró con el
milagro de estar embarazada, sin siquiera haber hecho reir a ningún hombre, por
lo que intuyó que ese hijo nacido varón era el verdadero hijo de dios.
Meses después Kohartok tuvo que marcharse y con ello llego de una expedición
un nuevo misionero, el cual tenia cumbres de autoritarismo y el alma llena de
incredulidad y lo primero que hizo fue dudar y atacar el hecho de que el hijo de
Ivalú fuera el legitimo hijo de dios, poniendo el pueblo en contra a ella, obligándola
a irse a vivir sola con su hijo y su perrita.
Ella aprendió a vivir sola, maduró y fue capaz de aplicar las enseñanzas de
cacería que su padre desarrollaba. Logro alimentarse y defenderse de cualquier
animal.
Finalmente su hermano mayor Papik y su pretendiente Milak regresaron de su
expedición y notaron que el nuevo misionero había corrompido la paz del pueblo,
decidieron hacerle frente y atacarlo con el fin de que Papik pudiera vivir feliz con
Viví en las tierras del norte, escaparon los 4, Papik, Viví, Milak e Ivalú.

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