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Eduardo J. Pedrero-Pérez
Madrid Salud
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Eduardo J. Pedrero Pérez. c/ Alcalá 527. 28027 Madrid. Tfno: 609587233. ejpedrero@yahoo.es
RESUMEN ABSTRACT
Objetivo: Estudiar los resultados de aplicación de la versión Objective: The results of the administration of the Spanish
española del TCI-R en una muestra de sujetos que inician tra- version of the TCI-R were examined in a sample of subjects
tamiento por consumo problemático de sustancias. Explorar las undergoing treatment for substance addiction. The relationships
relaciones entre las puntuaciones del TCI-R y las escalas de tras- between the TCI-R scores and the MCMl-II personality disorders
tornos de la personalidad del MCMI-II. scales were explored.
Material y método: Se administran el TCI-R y el MCMI-II a Material and method: The TCI-R and MCMI-II were
una muestra de 316 sujetos que inician tratamiento por abuso/ administered to a sample of 316 subjects who had begun
dependencia de heroína, cocaína, alcohol o cannabis, en un treatment for heroin, cocaine, alcohol or cannabis abuse/
centro público de tratamiento ambulatorio del Ayuntamiento de dependency in a public outpatient treatment centre in Madrid
Madrid. in Spain.
Resultados: La versión española del TCI-R ofrece adecua- Results: The Spanish version of the TCI-R provides suitable
das propiedades psicométricas. Existe una amplia concordancia psychometric properties. There is a broad concordance between
entre los instrumentos de Cloninger y Millon en la caracteriza- the Cloninger and Millon instruments on the characterisation
ción de los trastornos de personalidad. Bajas puntuaciones en of personality disorders. Low scores in self-directedness and
Autodirección y Cooperatividad, junto con elevada Autotrascen- cooperativeness, together with high self-transcendence,
dencia, sugieren existencia de un trastorno de personalidad. Las suggest the existence of a personality disorder. The different
diversas combinaciones de los cuatro rasgos temperamentales combinations of the four temperamental traits provide
informan del tipo de trastorno presente. information on the specific disorder.
Conclusiones: La versión española del TCI-R es un instru- Conclusions: The Spanish version of the TCI-R appears to
mento fiable y válido para el estudio de los trastornos de per- be a reliable and valid instrument for the study of personality
sonalidad en sujetos adictos. Ambos instrumentos, TCI-R y disorders in addicts. Both instruments, the TCI-R and the MCMI-
MCMI-II, presentan indudable utilidad para una caracterización II, offer undoubted utility in the dimensional characterisation of
dimensional de los trastornos del Eje II. Axis II disorders.
Palabras clave: TCI-R, MCMI-II, trastornos de la personalidad, Key words: TCI-R, MCMI-II, personality disorders, assessment,
evaluación, adicción, personalidad, temperamento, carácter addiction, personality, temperament, character.
136 Temperamento, carácter y trastornos de la personalidad. Aplicación del TCI-R a una muestra de consumidores de drogas en tratamiento y su relación …
Por su parte Millon elaboró el Inventario Clínico los adictos (Fassino, Daga, Delsedime, Rogna y Bog-
Multiaxial (MCMI) cuya primera versión apareció en gio, 2004). Los estudios coinciden por lo general en
1977. La revisión del DSM-III y de la propia teoría bio- constatar elevadas puntuaciones en las dimensiones
social llevó al autor a rediseñar el cuestionario hasta la de Búsqueda de Novedad (considerada un factor de
versión MCMI-II publicada en 1987 y de la que dispo- inicio y de recaída en el consumo), Evitación del Daño
nemos de una versión validada en población española (considerada un factor de mantenimiento del consu-
(Millon, 1999). No sucede lo mismo con la tercera ver- mo) y Autotrascendencia; y bajas en Cooperatividad,
sión, el MCMI-III, publicado en 1994 y aún no validada Persistencia y Autodirección (Gómez-Perreta, Pérez,
en español, y que, por otra parte, ha sido criticada en Portolés y Salom, 2001).
la medida en que la reescritura de la mayor parte de
El MCMI ha sido también ampliamente utilizado
sus items se ha orientado más al ajuste a los crite-
en el estudio de pacientes tratados por conductas
rios diagnósticos del DSM-IV que a la teoría del propio
adictivas, tanto en su primera versión (Nadeau, Lan-
Millon; es por ello que el MCMI-II sigue considerándo-
dry y Racine, 1999) como en la segunda (Pedrero
se el instrumento más adecuado para la evaluación del
Pérez, Puerta García, Lagares Roibas y Sáez Maldo-
modelo teórico en el que se sustenta y el más amplia-
nado, 2003) e incluso la tercera (Teplin, O’Connell,
mente utilizado (Widiger, 1999).
Daiter y Varenbut, 2004). También se han utilizado
Los trastornos por consumo de sustancias pueden conjuntamente el TCI y el MCMI-II para el estudio
ser entendidos como entidades independientes de los de poblaciones de adictos en tratamiento (Cohen,
factores de personalidad, y entonces cabría hablar de Gertmenian-King, Kunik, Weaver, London y Galynker,
comorbilidad. Pero, desde la perspectiva de Millon, el 2005) o en población psiquiátrica (Bayon, Hill, Svrakic,
consumo problemático de sustancias supondría una Przybeck y Cloninger, 1996).
manifestación de los déficits estructurales del indivi-
El objetivo del presente trabajo es conocer las pro-
duo, pues así entiende este autor los trastornos del
piedades psicométricas y estudiar los resultados de
Eje I, y entonces cabría hablar, con más propiedad,
aplicación del TCI-R en una muestra de sujetos con
de concurrencia de criterios diagnósticos pero no de
consumo problemático de sustancias que inician tra-
comorbilidad. En esta línea, las formulaciones actua-
tamiento, explorando su utilidad como instrumento de
les de la adicción se describen mejor como modelos
evaluación de la personalidad de cara a la formulación
de vulnerabilidad-estrés bioconductual (Fernández individualizada de objetivos. Para ello se procurará,
Miranda, 2002) y las conductas de autoadministración también, examinar las relaciones observadas entre las
de sustancias como intentos de autorregulación emo- puntuaciones del TCI-R y las escalas de trastornos de
cional (Khantzian, 1990). En tal medida, y frente a los la personalidad del MCMI-II, intentando la replicación
modelos de tratamiento de las adicciones fundamen- del trabajo de Bayon et al. (1996) con la nueva versión
tados en el modelo médico de enfermedad y centra- del instrumento.
dos en la propia conducta adictiva, se proponen otros
enfoques que focalicen la atención en la estructura de
la personalidad del adicto y en los rasgos o variables
de personalidad que sustentan la conducta de autoad-
ministración de sustancias en relación al patrón gene- MATERIAL Y MÉTODO
ral de comportamiento del individuo tomado como un
Participantes
todo global (Millon, 1999; Pedrero, Pérez, de Ena y
Garrido, 2005).
Se obtiene una muestra de 316 sujetos que solici-
Las versiones precedentes del TCI-R (TCI y TPQ) tan tratamiento por consumo problemático de sustan-
han sido ampliamente utilizadas en el campo de las cias en un centro público ambulatorio del Instituto de
conductas adictivas, en el estudio de la preferen- Adicciones de la Ciudad de Madrid (CAD 4 San Blas),
cia por sustancias (Gerdner, Nordlander y Pedersen, de los que se excluye a 12 por no cumplir los criterios
2002; Le Bon, Basiaux, Streel, Tecco, Hanak, Hansen- exigidos por los autores de los cuestionarios (número
ne et al., 2004), en el consumo de sustancias parti- de preguntas sin responder, escala de validez del TCI-
culares (Hosak, Preiss, Halir, Cermakova y Csemy, R, escalas de validez, sinceridad, alteración del MCMI-
2004), comparativas entre consumidores de diversas II). La muestra queda reducida a 304 sujetos, 231
sustancias (Gutierrez, Sangorrin, Martin-Santos, Torres varones y 73 mujeres, que cumplen criterios de abuso
y Torrens, 2002) o con constructos relacionados como o dependencia de heroína (N=78), cocaína (N=113),
el craving (Zilberman, Tavares y El-Guebaly, 2003), los alcohol (N=84) o cannabis (N=29). La media de edad
trastornos de la personalidad (Ball, Tennen, Poling, es de 34.8 ± 9.2 años (37.3; 31.0; 40.8 y 25.9 respecti-
Kranzler y Rounsaville, 1997) o la calidad de vida de vamente según la droga consumida).
138 Temperamento, carácter y trastornos de la personalidad. Aplicación del TCI-R a una muestra de consumidores de drogas en tratamiento y su relación …
TABLA 1. Coeficiente α, medias y desviaciones estándar obtenidas por la muestra, según la droga que
motiva el tratamiento, en las dimensiones y subescalas del TCI-R. (N=304)
BÚSQUEDA DE NOVEDAD .77 109.0 (13.5) 114.4 (16.2) 107.5 (16.3) 105.5 (15.8) 110.2 (15.8)
Excitabilidad Exploratoria .52 31.1 (5.5) 32.5 (5.5) 30.9 (6.0) 32.9 (4.4) 31.7 (5.6)
Impulsividad .68 25.0 (6.2) 26.8 (6.3) 24.6 (6.1) 22.7 (6.0) 25.4 (6.3)
Extravagancia .69 32.8 (6.0) 34.3 (6.4) 32.4 (6.4) 28.9 (7.6) 32.9 (6.6)
Desorden .52 20.1 (4.3) 20.8 (5.1) 19.5 (5.3) 21.0 (5.1) 20.3 (5.0)
EVITACIÓN DEL DAÑO .86 105.0 (17.0) 101.7 (2.6) 108.6 (19.4) 95.1 (17.7) 103.8 (19.4)
Preocupación .71 32.5 (6.9) 32.6 (7.8) 34.6 (7.8) 32.1 (7.3) 33.1 (7.6)
Miedo a lo incierto .63 23.8 (4.9) 23.1 (5.7) 25.4 (5.5) 21.7 (4.5) 23.8 (5.5)
Timidez .75 22.6 (5.6) 21.4 (6.0) 22.2 (6.2) 20.5 (6.3) 21.8 (6.0)
Fatigabilidad .70 26.1 (5.6) 24.6 (6.7) 26.4 (5.9) 20.9 (5.0) 25.1 (6.2)
DEPENDENCIA DE RECOMPENSA .80 101.1 (17.1) 105.9 (14.0) 101.9 (16.2) 105.7 (12.5) 103.5 (15.4)
Sentimentalismo .58 28.6 (5.6) 29.3 (4.7) 30.0 (5.0) 27.5 (4.5) 29.1 (5.0)
Calidez .77 33.3 (8.1) 36.3 (6.6) 33.0 (8.4) 35.8 (6.8) 34.5 (7.7)
Apego Comunicatividad .76 19.2 (5.8) 20.2 (5.7) 18.9 (5.8) 22.3 (4.8) 19.8 (5.7)
Dependencia .51 20.0 (4.4) 20.1 (4.3) 20.0 (4.3) 20.1 (3.1) 20.1 (4.2)
PERSISTENCIA .88 107.7 (17.1) 109.4 (21.0) 107.8 (2.7) 112.4 (19.4) 108.8 (19.8)
Esfuerzo .71 28.7 (6.3) 28.9 (6.7) 28.5 (6.4) 27.3 (7.1) 28.6 (6.5)
Trabajo .73 26.7 (5.0) 26.3 (6.2) 25.8 (6.4) 27.8 (5.8) 26.2 (5.9)
Ambición .72 29.1 (5.8) 30.9 (7.0) 29.5 (7.0) 31.8 (7.6) 30.1 (6.8)
Perfeccionismo .65 24.2 (5.5) 23.3 (5.7) 23.9 (5.7) 25.5 (4.8) 23.9 (5.6)
AUTODIRECCIÓN .89 126.0 (2.7) 127.3 (23.4) 123.9 (23.0) 139.6 (28.3) 127.2 (23.4)
Responsabilidad .77 26.3 (6.4) 26.7 (7.0) 24.3 (7.4) 30.6 (6.7) 26.3 (7.1)
Orientación .74 19.7 (5.1) 20.1 (5.6) 19.5 (5.7) 22.4 (5.8) 20.0 (5.5)
Recursos .67 16.4 (4.3) 17.2 (4.4) 16.1 (4.3) 18.1 (4.4) 16.8 (4.4)
Autoaceptación .78 31.8 (8.1) 31.5 (8.5) 31.8 (7.8) 31.0 (1.3) 31.6 (8.4)
Congruencia .69 31.8 (5.7) 31.9 (7.1) 32.2 (6.0) 37.4 (8.1) 32.5 (6.8)
COOPERATIVO .86 130.6 (17.7) 132.7 (18.2) 131.2 (18.5) 134.4 (19.3) 131.9 (18.2)
Tolerancia social .72 30.6 (5.4) 30.8 (5.3) 29.9 (5.6) 31.2 (4.5) 30.6 (5.3)
Empatía .54 17.0 (3.7) 17.8 (3.5) 17.1 (4.0) 17.5 (3.4) 17.4 (3.7)
Altruismo .53 28.9 (3.9) 29.3 (4.4) 29.2 (4.7) 31.5 (4.6) 29.4 (4.4)
Compasión .86 25.9 (6.3) 26.3 (6.9) 26.2 (6.4) 25.4 (7.5) 26.1 (6.6)
Integridad .41 28.2 (4.9) 28.5 (5.0) 28.8 (4.5) 28.8 (5.5) 28.5 (4.9)
AUTOTRASCENDENCIA .85 72.5 (16.6) 66.3 (14.8) 72.9 (16.8) 64.3 (13.5) 69.5 (16.0)
Ensimismamiento .72 31.1 (6.6) 30.2 (7.2) 31.7 (7.9) 28.4 (7.7) 30.7 (7.3)
Transpersonalidad .74 20.5 (6.5) 18.2 (5.7) 21.8 (6.5) 19.3 (5.6) 19.9 (6.3)
Espiritualidad .73 20.8 (6.0) 18.0 (5.6) 19.3 (6.8) 16.7 (5.3) 19.0 (6.2)
NS HA DR PE AD CO
HA -.17 (**)
DR .02 -.26 (**)
PE -.06 -.42 (**) .22 (**)
AD -.33 (**) -.48 (**) .24 (**) .29 (**)
CO -.25 (**) -.21 (**) .54 (**) .17 (**) .54 (**)
AT .08 -.13 (*) .16 (**) .33 (**) -.12 (*) .07
* p<.05; **p<.01
Al realizar un ANOVA se aprecian diferencias sig- Existen diferencias significativas (gl=303; p<.001)
nificativas, entre los subgrupos por droga principal, entre la muestra y los datos normativos de población
en varias dimensiones: NS, HA (p<.01) y RD, ST y general española obtenidos por Gutiérrez-Zotes et al.
SD (p<.05). Aplicando la corrección de Bonferroni, el (2004), en todas las dimensiones del TCI-R, salvo en
grupo de cocaína puntúa más alto y el grupo de can- RD (p=.64). Nuestra muestra puntúa por encima en
nabis más bajo en NS que el resto de grupos. Los de NS, HA y ST, y por debajo en PE, CO y SD.
cannabis, además, puntúan más alto que los otros en
SD y más bajo en HA que el resto de grupos. No hay En la Tabla 3 se ofrecen las puntuaciones medias
diferencias con significación estadística en el resto de de los subgrupos en las puntuaciones TB de las esca-
comparaciones (p>.05). las del MCMI-II y el porcentaje de sujetos que alcanza
o supera el punto de corte de 85. Mediante la prue-
Existen diferencias significativas entre varones y
ba de Kruskal-Wallis estimamos la significación de
mujeres, puntuando éstas más en las dimensiones
las diferencias, que se presentan en muchas escalas,
de HA (F1,302=11.9; p<.01), RD (F1,302=4.7; p<.05) y CO
pero debidas, en su mayor parte, a una menor puntua-
(F1,302=7.2; p<.01). Cuando estudiamos la muestra en
su conjunto se aprecia que la edad correlaciona nega- ción de los consumidores de cannabis en todas las de
tivamente con NS (r=-.20; p<.01) y positivamente con trastornos (salvo el Obsesivo/Compulsivo) y de síndro-
HA (r=.19; p<.01) y ST (r=.15; p<.05). Pero esta corre- mes. Cuando las diferencias se comparan sólo en los
lación sólo afecta a los varones; tomados por sepa- otros tres grupos, únicamente aparece significación
rado ambos sexos no existe correlación significativa en los consumidores de cocaína, que puntúan más
en las mujeres, y sí en los varones: negativa con BN bajo en la escala de T. Esquizoide (p<.001) y más alto
(r=-.22; p<.01) y positiva con HA (r=.24; p<.01) y ST en T. Histriónico (p<.05), además de las esperables en
(r=.14; p<.05). las escalas de Abuso de Alcohol y Abuso de Drogas.
Tabla 3. Media de las puntuaciones TB de las escalas del MCMI-II, porcentaje de sujetos que superan
la puntuación de corte TB=84 y significación de las diferencias ( Prueba de Kurskal-Wallis) según los
subgrupos por droga
140 Temperamento, carácter y trastornos de la personalidad. Aplicación del TCI-R a una muestra de consumidores de drogas en tratamiento y su relación …
LÍMITE 56.9 16.7 57.5 18.6 52.8 13.1 30.8 3.4 0,001
PARANOIDE 61.3 6.4 60.2 5.3 63.0 8.3 59.8 3.4 0,827
ANSIEDAD 52.1 15.4 46.8 12.4 52.3 20.2 19.8 0.0 0,000
SOMATOFORME 43.3 0.0 44.7 0.0 47.4 0.0 27.7 0.0 0,006
HIPOMANIA 50.6 3.8 52.9 5.3 52.3 4.8 44.9 0.0 0,322
DISTIMIA 38.9 5.1 33.5 6.2 40.5 4.8 15.7 0.0 0,002
ABUSO ALCOHOL 66.3 12.8 62.8 13.3 72.8 29.8 35.6 3.4 0,000
ABUSO DROGAS 71.3 19.2 67.6 23.9 60.0 8.3 43.7 3.4 0,000
PENSAMIENTO
52.7 3.8 48.3 3.5 55.1 6.0 40.5 3.4 0,105
PSICÓTICO
DEPRESIÓN
45.9 2.6 42.7 0.9 49.1 7.1 19.1 0.0 0,000
MAYOR
TRASTORNO
61.2 5.1 63.8 8.8 69.0 4.8 63.3 10.3 0,528
DELIRANTE
En la Tabla 4 se presentan las correlaciones obser- escalas de trastornos del Eje II y síndromes clínicos
vadas entre las dimensiones principales del TCI-R y las del Eje I estimados mediante el MCMI-II.
TABLA 4. Correlaciones r de Spearman entre las dimensiones del TCI-R y las escalas de
trastornos de la personalidad y síndromes clínicos del MCMI-II (N=304)
NS HA DR PE AD CO AT
ESQUIZOIDE -.21 (**) .45 (**) -.50 (**) -.20 (**) -.33 (**) -.26 (**) .01
EVITATIVO .09 .53 (**) -.34 (**) -.17 (**) -.60 (**) -.34 (**) .15 (**)
DEPENDIENTE -.20 (**) .10 .26 (**) .10 .01 .27 (**) .10
HISTRIÓNICO .47 (**) -.38 (**) .29 (**) .22 (**) -.12 (*) -.12 (*) .23 (**)
NARCISISTA .36 (**) -.27 (**) .05 .20 (**) -.18 (**) -.26 (**) .28 (**)
ANTISOCIAL .45 (**) .03 -.23 (**) -.03 -.47 (**) -.51 (**) .23 (**)
AGRESIVO .31 (**) .02 -.19 (**) .15 (*) -.38 (**) -.50 (**) .18 (**)
OBSESIVO -.57 (**) -.11 .07 .30 (**) .44 (**) .30 (**) .00
NEGATIVISTA .38 (**) .30 (**) -.21 (**) -.05 -.65 (**) -.52 (**) .23 (**)
AUTODESTRUCTIVO .22 (**) .44 (**) -.11 -.05 -.66 (**) -.31 (**) .26 (**)
ESQUIZOTÍPICO .15 (**) .37 (**) -.27 (**) -.10 -.58 (**) -.42 (**) .27 (**)
LÍMITE .36 (**) .33 (**) -.13 (*) -.07 -.66 (**) -.40 (**) .27 (**)
PARANOIDE .05 -.03 -.13 (*) .29 (**) -.24 (**) -.36 (**) .26 (**)
ANSIEDAD .10 .39 (**) -.08 -.12 (*) -.49 (**) -.23 (**) .24 (**)
SOMATOFORME .09 .27 (**) .00 -.05 -.40 (**) -.15 (**) .27 (**)
HIPOMANIA .41 (**) -.15 (**) .18 (**) .17 (**) -.27 (**) -.18 (**) .35 (**)
DISTIMIA .06 .48 (**) -.03 -.17 (**) -.51 (**) -.22 (**) .21 (**)
ABUSO ALCOHOL .27 (**) .27 (**) -.10 -.06 -.47 (**) -.33 (**) .33 (**)
ABUSO DROGAS .49 (**) .07 -.13 (*) .03 -.46 (**) -.43 (**) .31 (**)
PENSAMIENTO PSICÓTICO .15 (**) .37 (**) -.24 (**) -.02 -.54 (**) -.44 (**) .28 (**)
DEPRESIÓN MAYOR .17 (**) .44 (**) -.18 (**) -.14 (*) -.65 (**) -.31 (**) .22 (**)
TRASTORNO DELIRANTE .02 .02 .06 .11 -.07 -.07 .18 (**)
(*) p<.05; (**) p<.01
Tabla 5. Análisis de regresión de las escalas del TCI-R sobre las del MCMI-II. (H = predicción positiva; L=predicción
negativa) y varianza explicada por el modelo (R2 corregida). Entre paréntesis, resultados obtenidos por
Svrakic et al., 2002. (N=304)
NS HA DR PE AD CO AT R2 corregida
AGRESIVO H - - H L L - .35
OBSESIVO L - - H H - - .43
AUTODESTRUCTIVO H H - H L - H .51
ESQUIZOTÍPICO - H L - L L H .43
PARANOIDE - - - H - L H .28
142 Temperamento, carácter y trastornos de la personalidad. Aplicación del TCI-R a una muestra de consumidores de drogas en tratamiento y su relación …
TABLA 6. Capacidad predictiva de las escalas y subescalas del TCI-R sobre las del MCMI-II (se hace constar sólo si es
positiva o negativa) y varianza explicada por el modelo resultante
AUTODESTRUCTIVO
ESQUIZOTÍPICO
DEPENDIENTE
HISTRIÓNICO
NEGATIVISTA
ESQUIZOIDE
ANTISOCIAL
PARANOIDE
NARCISISTA
OBSESIVO
AGRESIVO
EVITATIVO
LÍMITE
Excitabilidad Exploratoria - - -
Impulsividad + - +
NS
Extravagancia + + + - + +
Desorden - + - -
Preocupación +
Miedo a lo incierto
HA
Timidez + - - + +
Fatigabilidad + + + +
Sentimentalismo + +
Calidez - - +
DR
Apego Comunicatividad - + +
Dependencia + - - - - - - -
Esfuerzo + +
Trabajo
PE
Ambición + + +
Perfeccionismo
Responsabilidad - - - - - - -
Orientación + -
AD
Recursos - +
Autoaceptación - -
Congruencia - - - -
Tolerancia social + + + -
Empatía - - - - -
CO
Altruismo - -
Compasión + - - - - -
Integridad - - -
Ensimismamiento + + + + + + + + + +
Transpersonalidad
AT
Espiritualidad + +
% de varianza explicada 49% 58% 29% 49% 35% 47% 40% 44% 58% 57% 53% 54% 35%
Ítem 42 0.9
Ítem 56
Ítem 68 1.8
Ítem 112
144 Temperamento, carácter y trastornos de la personalidad. Aplicación del TCI-R a una muestra de consumidores de drogas en tratamiento y su relación …
Souery, Mendlewicz et al., 2001; Cohen et al., 2005). MCMI-II que, por una parte, confirman en gran medi-
La ST también es frecuente hallarla elevada en pobla- da la caracterización propuesta por el equipo de Svra-
ciones psiquiátricas y con abuso de sustancias, y se kic y, por otra, confirman, como proponían Bayon et
ha encontrado que correlaciona estrechamente con al. (1996) –replicando casi en su totalidad un estudio
trastornos del Eje I (Bayon et al., 1996), aunque cuan- previo de Svrakic, Whitehead, Przybeck y Cloninger
do coincide con elevadas AD y CO se relaciona con (1993)- que una baja SD y una baja CO son los ele-
madurez, espiritualidad y creatividad (Svrakic et al., mentos comunes y esenciales de la mayor parte de
2002). los trastornos de la personalidad. La incapacidad para
Nuestros datos confirman lo propuesto por la teo- dirigir la propia vida según objetivos y mecanismos
ría de Cloninger, según la cual el interés por los estí- adecuados, unida a una dificultad en la relación con
mulos ambientales decrece con la edad mientras se los demás, serían criterios para estimar la presencia
incrementan las conductas de evitación: la edad, en de algún trastorno; la diferente combinación de los
nuestra muestra, correlaciona negativamente con la rasgos temperamentales podría informarnos de cuál
NS y positivamente con la HA, en ambos casos con trastorno está presente. La proporción de la varianza
significación estadística. Pero este efecto de la edad que se explica a partir de los 7 rasgos estimados con
sólo aparece en el caso de los varones, sin que afecte el TCI-R es suficientemente elevada como para tener
de manera significativa a las mujeres. También se con- en consideración la coincidencia diagnóstica entre
firman las ya conocidas diferencias de género según ambos modelos e instrumentos.
las cuales las mujeres tendrían una mayor predisposi- Cabe añadir, aunque estos autores no le otorgan
ción a la sociabilidad (más puntuación en RD y CO) y a la misma importancia, que puntuaciones elevadas en
las conductas de evitación (mayor puntuación que los ST también entrarían a formar parte de la caracteriza-
varones en HA). La significativamente mayor puntua- ción de la mayor parte de los trastornos. Svrakic et
ción de las mujeres en ST podría estar relacionada con al. (2002) consideran que la ST daría cuenta de las
la más frecuente presentación de trastornos del esta- tendencias disociativas de los trastornos límite, nar-
do del ánimo, aunque diversos estudios relacionan cisista e histriónico, y del pensamiento mágico y la
este hecho con las dimensiones de HA y SD (Richter, rica vida imaginaria de los trastornos esquizotípico y
Polak y Eisemann, 2003) o con subdimensiones como paranoide, mientras que cuando una elevada ST coin-
la Impulsividad, Timidez, Fatigabilidad, Sentimentalis- cide con altas SD y CO aquella tendría más relación
mo y la dimensión de PE (Elovainio, Kivimäki, Putto- con madurez, espiritualidad y creatividad y no con
nen, Heponiemi, Pulkki y Keltikangas-Järvinen, 2004). psicopatología. Especial interés ofrece la subdimen-
Las correlaciones observadas entre las dimensio- sión de Ensimismamiento, con capacidad predicti-
nes del TCI-R y el MCMI-II replican casi en su totalidad va en la mayor parte de los trastornos. Los ítems de
las ofrecidas por Bayon et al. (1996) que utilizaron la esta escala hacen referencia a circunstancias que,
versión precedente, el TCI. Las pequeñas diferencias en condiciones normales, no debieran ser indicativas
afectan simplemente al signo de varias correlaciones de problemas mentales, tales como la concentración
no significativas especialmente en la escala de PE, en las tareas, viva imaginación, creatividad e intui-
probablemente debidas a las modificaciones que se ción; otros, en cambio, se refieren a situaciones de
han realizado en la última versión de cara a incremen- desconexión con la realidad y experiencias disociati-
tar su consistencia. Sólo es destacable que la BN pre- vas. Notable atención requiere el ítem 95, “A menu-
senta en nuestro estudio una correlación significativa do la gente piensa que estoy en la luna porque soy
(p>.01) con el patrón Autodestructivo y la Depresión poco consciente de lo que ocurre a mi alrededor”, que
Mayor, y la Cooperatividad con el patrón Obsesivo/ predice hasta la cuarta parte de la varianza de varios
Compulsivo con igual grado de significación. También trastornos de la personalidad. Es posible que, en com-
es destacable que el Trastorno Delirante, que en el tra- binación con otros rasgos, este ítem informe bien de
bajo de referencia presentaba correlaciones significati- un carácter distraído, bien de tendencias disociativas
vas con SD, CO y ST, sólo las presenta con ésta última que provoquen ausencias advertidas por los demás.
en nuestro estudio. Algo similar puede suponerse del ítem 25, “Con fre-
cuencia, cuando estoy relajado, tengo inesperados
También son mínimas las diferencias apreciadas
destellos de intuición o comprensión” y del 212, “A
con los resultados obtenidos por Svrakic et al. (2002),
menudo me involucro tanto en lo que estoy haciendo
que utilizó el TCI en su versión preliminar y el PDQ-R
que llego a olvidar donde estoy durante un instante”,
como instrumento de evaluación de los trastornos del
ambos también con importante capacidad predictiva,
Eje II. En este trabajo los autores proponían una carac-
y que sugieren ausencias que soportarían diversas
terización de los trastornos de personalidad según
hipótesis neurológicas.
diversas combinaciones de las tres primeras dimen-
siones temperamentales, BN, HA y RD. En el presen- IMPLICACIONES: La versión española del TCI-R
te estudio hemos realizado un análisis de regresión de presenta adecuadas propiedades psicométricas y se
las 7 dimensiones sobre cada una de las escalas del revela de utilidad para el estudio de la personalidad en
146 Temperamento, carácter y trastornos de la personalidad. Aplicación del TCI-R a una muestra de consumidores de drogas en tratamiento y su relación …
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