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Noticias En El Contexto Nacional

Sobre La Infancia Temprana

Arbey Trujillo Castro

Id. 000688676

Marzo 2019

Corporación Universitaria Minuto De Dios


Uniminuto Virtual Y A Distancia

Juan Carlos Trujillo Cerquera

Cognición Y Procesos De Desarrollo


Nrc: 23460

Neiva, Huila
Las deudas de Colombia con su infancia
Sabe Te Chillaren, ha publicado el Índice de riesgos de la niñez, análisis sobre nueve indicadores que dan
cuenta de la situación y oportunidades para la infancia.
Comparada con los países de la Alianza del Pacífico, Colombia tiene mucho por qué preocuparse por su
retraso en el cuidado de su niñez. Su calificación de 756 puntos la deja en el puesto 118, rango de los
países en los que “muchos niños y niñas se están perdiendo su niñez”. Lejos se encuentran Chile, país
en el que “pocos niños y niñas se están perdiendo su niñez”, así México y Perú, donde “algunos niños y
niñas se están perdiendo su niñez”. Entre los miembros de la Alianza, Sabe Te Chillaren ha destacado a
Perú, cuya puntuación subió de 788 a 818, gracias a sus acciones contra el trabajo infantil. Colombia, en
contraste, apenas aumentó cuatro puntos entre los informes de 2017 y 2018.
La publicación coincide con la campaña presidencial y con el esfuerzo Niñez Ya, adelantado por ONG
que trabajan por la infancia y los adolescentes. Aunque no coinciden en todos sus indicadores, las
iniciativas ofrecen un juicioso diagnóstico de la situación de la infancia y son guía necesaria para
acciones necesarias para proteger el presente y futuro de esta sociedad.
Los documentos demuestran la inmensa responsabilidad del Gobierno con la protección de la vida
y las garantías de seguridad para los niños. Las dos instituciones han destacado la gravedad de la
violencia, doméstica y general, contra la niñez. De acuerdo con el estudio, Colombia tiene uno de los
peores indicadores de América, apenas superada por Venezuela y Guatemala, en homicidios de niños, que
es de 22,1 por cada cien mil niños, mientras que, en México, país caracterizado por su alta violencia, ese
indicador es de 5,6 por cada cien mil niños. Esa organización también ha denunciado la escandalosa
prevalencia del desplazamiento forzado de menores como indicador de su afectación por el conflicto,
mientras que Niñez Ya ha destacado la desatención de niños, niñas y adolescentes antes reclutados y hoy
desvinculados, como síntoma de la prevalencia del conflicto. Los datos no consiguen revelar cómo la
suscripción de acuerdos con las Farc ha reducido los impactos de la violencia sobre los menores de 18
años.
Otros indicadores señalan los altísimos riesgos de permanencia en la pobreza que afrontan los niños, y
especialmente las niñas, y sus hijos. Los más severos en esta perspectiva son la todavía alta tasa de
niñas (13,3%) que se encuentran en matrimonio precoz y la todavía inquietante prevalencia del
embarazo adolescente, que es de 48,7 por 1.000 niñas entre 15 y 19 años, en este, que es uno de los
indicadores más graves para las madres jóvenes y sus hijos con escasas posibilidades de ser amparados
por sus familias, los cuatro países de la Alianza del Pacífico se encuentran en condiciones semejantes. El
tercer indicador de límites en las oportunidades de los niños es el que se refiere al trabajo infantil, que en
Colombia aún afecta a 7,8% de personas entre 5 y 17 años, a pesar de las prohibiciones y limitaciones
legales a esta práctica que aleja a los menores de edad de las aulas, el juego y sus contemporáneos. El
informe ha destacado, además, cómo en desescolarización, que alcanza un preocupante 7,7% para las
etapas básica y media, los niños están más afectados que las niñas colombianas.
En lo que se refiere al cuidado de la vida, junto a la violencia aparecen como indicadores de la eficacia o
ineficiencia del Estado los que se relacionan con la mortalidad de menores de 5 años, que en Colombia es
de 15,3 niños menores de 59 meses por 1.000 nacidos vivos, y la malnutrición grave, que se refleja en
bajo crecimiento y que en Colombia afecta a 12,7% de los menores de 5 años. El combate a la
desnutrición, principal causa de muerte temprana en Colombia, y a las condiciones insalubres para
los menores de 5 años es fundamental para garantizar el crecimiento y desarrollo de los colombianos
que dentro de 10 y 20 años estarán construyendo el país que sus descendientes tienen derecho a
habitar y la sociedad toda la responsabilidad de construir y vigilar que sea posible.

¿Qué afecta el desarrollo mental de los niños?

Los primeros años de vida determinan cómo funcionará el cerebro, según sostienen expertos. Sin embargo,
muchos padres desconocen qué acciones son positivas y qué otras son negativas.

Las políticas educativas de los gobiernos han cambiado con los años. Hace unas décadas se concentraban
en la alfabetización; después, en la formación secundaria y la educación superior, tanto técnica como
universitaria. En general, el objetivo de los estados había sido ampliar la cobertura. Los ministerios de
educación pensaban que, con una inversión pública en primaria, bachillerato y en la universidad,
contribuirían a disminuir la brecha educativa, que diferenciaba a los niños por su situación
socioeconómica.

Sin embargo, desde hace unos años, numerosos estudios han demostrado que es necesario invertir más
durante los primeros años, porque es cuando más empiezan a marcarse las diferencias sociales. En los
primeros años de vida, el cerebro humano gana el 75 % de su peso final. Durante ese tiempo, se producen
cientos de conexiones neuronales que afectan positiva o negativamente, dependiendo de las condiciones
de crianza, el desarrollo socio cognitivo y la salud futura de los niños.

Una investigación de la Universidad de los Andes, por ejemplo, demostró las enormes diferencias que se
abren en los niveles socio cognitivos desde los 3 años, por ubicación geográfica e ingresos.

Desde luego, no se trata de una cuestión congénita. Los niños ricos y pobres, costeños y paisas nacen con
las mismas capacidades y el mismo potencial. Por ejemplo, muestran la diferencia que denota un mejor
nivel educativo de los cuidadores, la asistencia a guarderías, el cuidado del embarazo, los partos sin
complicaciones, y los momentos de juego con participación de sus cuidadores significativos.

¿Qué favorece a los niños?


La alimentación no es suficiente para sacar a los niños adelante. Es importante las relaciones
significativas, en las que los cuidadores desarrollen prácticas que llevan a los niños a alcanzar los hitos
de desarrollo socio cognitivo.
El estrés tóxico
Los ambientes adversos pueden tener efectos irreversibles en el desarrollo biológico de los niños. Por
ejemplo, uno de los aspectos más negativos para el desarrollo de los niños es el estrés que no se
amortigua. El estrés es una reacción natural para responder a las afrentas del entorno: “Cuando el cuerpo
va a ser atacado, secreta neurotransmisores que dirigen oxígeno a los músculos para atacar, huir o
quedarse congelado para parecer inofensivo”. Es una inyección de energía con el objetivo de que el
cuerpo resuelva la situación peligrosa lo antes posible. Sin embargo, si el estrés es permanente y no se
controla, se vuelve tóxico, y puede alterar los procesos de desarrollo neuronal y la arquitectura de los
cerebros en formación.

Muchas situaciones pueden producir el estrés tóxico. Una enfermedad que se complica y termina en el
hospital produce estrés y tensión en los niños; las madres deprimidas, desmotivadas y tristes; los bajos
ingresos y el estrés económico permanente de los padres que genera angustia; la violencia
intrafamiliar o la negligencia en el cuidado, todo ello produce estrés, que puede llegar a ser tóxico para el
desarrollo cerebral. No obstante, “el objetivo no es crear burbujas que aíslen del estrés, sino enseñarles a
manejar las situaciones difíciles con el ejemplo. Los padres deben ser mediadores, para convertir los
ambientes hostiles en entornos cálidos y seguros. Muchas veces, los padres se quejan sobre el sistema
educativo y encuentran culpables entre los políticos, los profesores, los colegios y las universidades. Pero
pocas veces notan que gran parte de la responsabilidad depende de ellos. En sus manos está incentivar a
los niños a que empiecen la escolaridad en las mejores condiciones. También es su responsabilidad crear
ambientes cálidos y seguros, porque las situaciones adversas limitarán irreversiblemente el éxito
académico y profesional de sus hijos.

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