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¿Cómo escribir sobre literatura mexicana?

Para ser un país con un índice de lectura tan bajo, México posee una increíble
cantidad de escritores, redactores, columnistas, articulistas y demás trabajadores del
lenguaje (sin contar publicistas, copys y contents). Definamos escritor en una forma
amplísima: todo aquel cuyo trabajo central sea con el lenguaje de forma creativa.

Es fácil imaginar que todos aquellos jóvenes, en pleno desarrollo de su carrera,


encontrarán el renombre que merecen si su trabajo es de una calidad destacada. Y
que grabarán, los más destacados, su nombre en oro para alguna de las historias de
su ramo. Salvo para los involucrados (en algunos de los casos), estos nombre
quedaran en el olvido. Esperando a que ninguna voz los recupere.

Y es que, por raro que pueda parecer, las letras mexicanas no se divulgan. Ya sé
que no es raro. Hay esfuerzos todo el tiempo -bienvenido a uno nuevo en esta
página. Pero, ¿cómo recomendar lo desconocido? Si bien leemos todo el tiempo en
Facebook, Twitter, algunos blogs y sobre todo en mensajeros instantaneos, la
mayoría de las voces tienen una intención de vendernos o convencernos algo. Una
marca queriendo humanizarse (para vender más) es casi un exempla de nuestro
siglo.

Son voces anónimas o famosas. Mexicanos que no cuentan porque hablan


dentro de una campaña de marketing (y esto me lleva a otra cosa, ¿qué tengo que
decirle a un youghut o a unos condones? O mejor, ¿en serio alguien ha tenido una de
sus plática significativa con una marca?), o mexicanos que no cuentan porque son
famosos vendiendo su imagen y voz. La gran mayoría de la lectura del día pertenece
a esta maniquea tan específica. ¡Ah! Las personas también son marcas, dicen.

De ahí queda un porcentaje pequeño, pero no tanto, de voces que se esfuerzan


en tener otra intención, ya sea informar, ayudar, expresar y otros verbos terminados
en ar, ar, ar; hacen un esfuerzo enorme por llegar a plataformas que los den a
conocer al mundo o bien, su propio esfuerzo independiente con el mismo fin: tengo
algo que decirte y necesito que escuches. Escritorxs jóvenes y escritorxs con vida
pueden trabajar sus contactos, volcando su vida -o lo que resta de ella después de la
escritura- a su propia difusión.

¿Qué hacen los escritorxs que ya no pueden difundir su obra por su propio pie?
Vamos, hay una docena o dos -a lo mucho- que son conocidos por el gran público.
Paso atras.

¿Existe el gran público? Mariano José de Larra preguntaba hace algunos años ya,
a quién nos referimos con público y sobre todo, dónde lo podemos encontrar.
Considerando al internet... no creo que podamos llegar más lejos en definirlo, salvo
que nos apegaramos a mercados o targets como en marketing. Entonces deberíamos
tomar la solución que han encontrado como un falso punto medio para la
comunicación y pasar a recomendar algo: lo que sea. Ante una sobreoferta,
respondemos con un juicio curado, capaz de encontrar agujas en pajares infinitos.

Aunque nuestra intención sea honesta sigue teniendo el problema que advertía
Larra al no saber quién nos leerá. Recomendamos textos, hablamos de ellos como si
el gusto nos avalara, al menos, en medios masivos. Tenemos dos opciones de frente:
o escribimos pensando en el target, o recomendamos confiando en nuestro gusto. Y
tenemos que regresar a considerar nuestro problema de más arriba, aunque
tenemos muy pocos lectores en México los públicos son tan variados como podemos
imaginar; partiendo de los lectores (de) clásicos hasta el lector de fake news en
whatsapp.

Es difícil entonces pensar donde está la conversación fuera de los escritores


mexicanos que siempre escuchamos. Por experiencia propia, sé que no está en las
aulas generales. Regresando al principio, parece que las letras mexicanas no se
divulgan, pero sólo en apariencia: en la vida publica de los escritores, tienen
apariciones constantes e invitaciones de promoción (por ello, Vila-Matas se
decepcionaba al recordar que uno empieza a escribir por disfrutar su soledad pero se
le obliga a convivir en presentaciones de libros).

Queda entonces la obligación de escribir sobre la literarura mexicana que no


pertenecer a todo esto.
Danielle Vaan

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