Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Ensayo El Maltrato Animal
Ensayo El Maltrato Animal
Ensayo
Por
Esto decía una cuña publicitaria que desde la radio promovía una campaña “por la
dignidad de los que no tienen voz”: los animales. El programa La Hora del Regreso, del
sistema W Radio Colombia, llamó a la reflexión de sus escuchas difundiendo que
“ningún ser vivo merece estar en una situación laboral de abuso”, para dar un NO
contundente al uso de vehículos de tracción animal. Ésta fue una entre muchas otras
iniciativas que procuran concienciar a las personas sobre lo perverso que es el maltrato
animal, que tampoco se resume en la explotación de su fuerza para el trabajo, como es
el caso los caballos utilizados para el transporte de personas y bienes, sino que por el
contrario, y tristemente, parecen innumerables la formas de maltrato animal que existen.
Biológicamente está comprobado pues que los animales están dotados de sistema
nervioso, y depende de la complejidad de éste la experimentación en mayor o menor
grado que se tenga del dolor; así se establece una jerarquía del dolor, en la que los
vertebrados mamíferos están arriba, les duele más, y en ese sentido habría que
condolerse más con quienes comparten esta línea con nosotros: perros, vacas, caballos,
gatos…y el sinnúmero de semejantes que sufren como nosotros. Ahora, que no sea esta
una oportunidad para que los contradictores de esta tesis, o los listos, quieran extremar
el asunto al punto de que no se puede ni matar un zancudo por consideración a su dolor,
pues bien, es por eso que se mencionó una jerarquía del dolor, y los zancudos,
cucarachas, moscos y similares están debajo de este orden, porque sus sistemas
nerviosos no están tan desarrollado y distan por mucho de los que se señaló con mayor
vulnerabilidad y sensibilidad.
Como se dijo antes, los hombres hemos instituido grandes y poderosas corrientes que
avalan y resaltan las diferencias guardadas con los animales, a la vez que favorecen su
discriminación al considerarlos especie inferior. Pensamientos de toda clase han
concurrido en lo mismo, desde lo religioso hasta lo cultural. El catolicismo, el judaísmo
y el islamismo por ejemplo, las más grandes religiones, han resaltado la falta de alma de
los animales y en consecuencia su inferioridad, su no importancia, nunca han sentado
una posición en contra de su maltrato, más bien lo han acolitado en tanto se relatan
sacrificios de estos a los dioses, culpabilidades relacionadas con la existencia del pecado
o condiciones impuras en sus seres, que en los creyentes aflora cierto desprecio y una
actitud permisiva para irrespetar a los animales, pues no están llamados desde los
mandatos divinos a darles un buen trato.
Al respecto Nelly Glatt F. agrega que “Debe hacerse énfasis en que la detección,
prevención y tratamiento de la violencia hacia los animales es un acto de humanidad en
sí mismo. Los animales son criaturas que se encuentran, en relación al ser humano, en
un nivel de inferioridad dentro de la escala evolutiva; esto nos hace responsables de su
bienestar, ya que tener supremacía lleva consigo una obligación, una responsabilidad,
que es la de cumplir como guardián de las especies inferiores en términos intelectuales.
Si realmente queremos combatir la violencia, una parte de nuestra lucha consiste
también en erradicar el maltrato a otros seres vivos.”
Hay que señalar con agrado que actualmente ha venido tomando fuerza una defensa por
el respeto a los animales que está encajando muy bien en las nuevas generaciones,
enteradas por ejemplo de la existencia de una Declaración Universal de los Derechos
del Animal desde 1977, y dispuestas no sólo a reconocerla y respetarla, sino a
promoverla. Este activismo sólo puede desembocar en algo positivo, no sólo para los
animales sino también para los humanos, porque con la erradicación de la violencia
hacia los otros mejoramos nuestra misma experiencia de vida.
La conclusión no puede ser otra que la imperiosa necesidad de tener una buena
educación, para lo que nos atañe es responsabilidad integrar el esfuerzo de padres,
profesores, trabajadores, profesionales, medios de comunicación y humanos en general,
para rechazar y sancionar el maltrato animal, hoy en día no debería existir.
Referencias bibliográficas