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ANEXO HISTORIA DE CHILE: DERECHO POLITICO PROF.

FERNANDO SAENGER
Descubrimiento y conquista de Chile: Nociones generales y básicas
Contexto previo a la llegada de Almagro, guerra civil en Perú (1525) por parte de los
sucesores al trono de Huayna, sus hijos Huáscar y Atahualpa. La guerra, que partió en 1525
duró hasta la llegada de los españoles 1532, significó el repliegue de todas las tropas incas
estacionadas en la periferia del imperio. En 1532 mientras la guerra civil se decidía a favor
de Atahualpa llega un grupo de ambiciosos europeos al Perú. Los comandaba un veterano
de casi setenta años llamado Francisco Pizarro, que, había participado en diversas
campañas europeas y americanas, entre ellas el descubrimiento del océano Pacífico.
Avecindado en Panamá junto a su socio Diego de Almagro, de buena familia, poseía
vínculos con Hernán Cortés; quien, en una campaña sangrienta se habría hecho amo del
imperio méxica entre 1519 y 1521.
Alentado por la búsqueda de riquezas, llega en 1532 al Perú. Diego de Almagro llega a
Perú cuando Atahualpa estaba preso y justo cuando supo que el rey había concedido las
capitulaciones a los socios de Pizarro. El último obtenía más o menos la totalidad del Perú
actual hasta Cusco, y Almagro la gobernación de Nueva Toledo más o menos hasta la altura
del Taltal. Almagro descontento con Pizarro debido a que según él no se le había
remunerado debidamente con los tesoros obtenidos por año y medio de saqueo.
Momentáneamente las diferencias financieras se zanjaron entre los socios con la
expedición de Almagro a Chile, el principal interés de éste era rentabilizar la ventura con
oro. Los quechuas del Cusco montaron una operación de desinformación y le plantearon
un panorama desproporcionado de lo que podía encontrar en Chile Al contrario de lo que
fue la anexión inca, la expedición fue una empresa privada, una licencia, un permiso, una
franquicia concedida por el rey.
La empresa fue masiva, se estiman 500 españoles y 20000 indígenas (los famosos
yanaconas) Almagro siguió de largo hasta el Itata, donde se enfrentó a los mapuches, y,
fracasado, decidió volver al Cusco, donde cobraría la palabra de Pizarro; si es que salía
mal la expedición a Chile repartirían las utilidades de la conquista del Perú. Ambos se
declararon la guerra, lo que determinó en buena parte, que Chile durante 5 años se salvaría
de avances españoles. Posteriormente en la guerra en el Perú, el segundo al mando del
bando de Pizarro era un capitán de unos cuarenta años cuya familia provenía de los
escuadrones bajos de la nobleza de la región de Extremadura, llamado Pedro de Valdivia.
Era un tipo extremadamente experimentado, que además de habérselas batido en guerras
en Italia y Flandes, había llegado al Caribe Venezolano en una de las tantas expediciones
que buscaban dar con la mítica ciudad del Dorado.
Tras la derrota de Almagro en Las Salinas, Pizarro compensó generosamente a Valdivia
con una mina de plata y otras propiedades, pero Valdivia con ansías de poderío, aspiraba
lo mismo que Almagro. Su propio país.
La expedición de Valdivia fue con apenas 11 soldados españoles, endeudado y además
viajaba en una posición frágil. Tras una casi suicida travesía por el desierto de Atacama,
que incluyó un intento de asesinato en manos de sus hombres y tras en Copiapó,
enfrentarse a los diaguitas, luego de un año de viaje Valdivia llegó a Aconcagua en 1540.
Así pasó de largo del valle de Quillota y se instaló directamente en el valle del Mapocho. La
conquista del valle tiene que haber sido una empresa tranquila, los españoles se instalaron
en las faldas del actual cerro San Cristóbal y el cacique Huelén Huala, les cedió un pedazo
de tierra para que se establecieran (actual plaza de armas) Valdivia aprovechó el regalo,
trazó algunas calles más y en febrero de 1541 completó la figura del damero del centro
actual de Santiago.
Mientras tanto el panorama en el Cusco no era nada alentador, Pizarro había muerto en
manos de los almagristas. Michimalonco le juega una trampa a Valdivia y logra matar a los
pocos españoles que quedaban en el lugar. El 11 de septiembre de 1541 después del
ataque de Michimalonco a una escasamente defendida Santiago logró varias bajas para los
europeos, que con suerte pudieron resistir.
En 1544 llegada de refuerzos españoles desde el Cusco, 1550 Guerra de Arauco. 1553
muerte de Valdivia a manos de Lautaro, termina torturado, cercenado en la batalla de
Tucapel. Lautaro fue capturado en la batalla de Andalién por los españoles, previo Tucapel.
1557 se produce la muerte por tortura de Lautaro después de destruir Angol y Concepción
antes de ser derrotado en Mataquito, en una fallida incursión hacia Santiago.
Caupolicán, prosiguió la guerra contra Hurtado de Mendoza, sería capturado en 1558 tras
atacar Cañete, murió por empalamiento.
En 1560 nuevos jóvenes líderes destruirían nuevamente Concepción y el fuerte de Purén
en 1570. Huilliches y mapuches alían en 1580.
En 1598 los mapuches liderados por pelantaro lograron derrotar completamente al
gobernador Óñez de Loyola en Curalaba. El triunfo fue casi absoluto, de 50 españoles
sobrevivieron apenas dos clérigos y la casi totalidad de yanaconas. De ahí en adelante, los
mapuches de dejarían caer sobre la serie de ciudades y fuertes que instalaron los europeos
al sur del Bío-Bío. El saldo: Siete de ocho ciudades destruidas. Tales eran: Santa Cruz de
Coya (nunca reconstruida, cerca del actual Laja), Valdivia, Angol (Entonces llamada San
Andrés de los Infantes), La Imperial (actual Imperial), Villarica, Osorno y Arauco. Solo se
salvó Concepción.
Sólo después del desastre de Curalaba, la corona se metió las manos a los bolsillos. El
jesuita Luis de Valdivia había propuesto una “guerra defensiva” contra los mapuches, en
lugar de excursiones, se intentaría llevar la fe hasta ellos. Duró apenas 20 años, hasta la
muerte de tres jesuitas a manos de un cacique mapuche. Sin embargo, en la guerra
defensiva aparece el Real Situado, una inyección de recursos en efectivo, para financiar,
por primera vez, un ejército profesional, instalado en la zona fronteriza. A partir del siglo
XVII en Chile, se comienza a hablar de Colonia.

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