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VICERRECTORADO ACADÉMICO
ESCUELA DE PSICOLOGÍA
La Fobia social
Profesora: Participante:
Por otra parte, constituye una prevalencia global, según los estudios epidemiológicos,
oscila entre un 3 y 13%, dependiendo de la rigurosidad de los criterios que se utilicen; dentro de
los pacientes con trastorno de ansiedad en régimen ambulatorio, entre un 10 y un 20% presentan
algún tipo de fobia social (DSM-IV, 1995).
En cuanto a sus elementos son recogidos plenamente por el modelo cognitivo que aborda
este trastorno, valorando como núcleo central el contenido de los pensamientos que las personas
que padecen este trastorno tienen, es decir, el miedo a tener una exposición inadecuada ante los
otros, a hacer el ridículo, lo que les lleva a mantener también un estado de alerta y vigilancia ante
este tipo de peligros. En cuanto al contenido de los pensamientos el elemento que más interés ha
suscitado, y los estudios sobre ese contenido muestran consistentemente la orientación cognitiva
de los pensamientos y la distorsión de sus autopercepciones (Chambless, y Hope, 1996). Stopa, y
Clark (1993) pidieron a doce fóbicos sociales que llevaron a cabo una interacción con un
interlocutor y después imaginar la interacción severamente, y lo compararon con doce pacientes
con otro trastorno de ansiedad y con doce no clínicos; los pensamientos de los fóbicos sociales se
distinguían por su énfasis en la autoevaluación negativa, más incluso que en la evaluación negativa
del interlocutor, aunque como dice Chambless (1996) también es posible que en general, la gente
sea más crítica con su propia realización que los observadores.
No obstante, la terapia cognitiva con los fóbicos sociales, debe enfrentarse de forma
primordial precisamente a este sesgo interpretativo que caracteriza a este trastorno. Un estudio de
Hope, Heimberg, y Bruch (1995) encontró que la terapia cognitiva era más efectiva eliminando
ese sesgo que la exposición a situaciones sociales, en este mismo contexto van los resultados
encontrados en los estudios que sí utilizan medidas del cambio cognitivo en la valoración de la
terapia. Chambless, y Gillis (1993) observan con evidencia que la terapia cognitivo conductual
resulta más satisfactoria que otros tratamientos en la reducción de las distorsiones cognitivas, y en
la reducción al miedo a la evaluación negativa, pero cuando lo que se mide no es sólo el cambio
cognitivo, sino la efectividad del tratamiento sobre toda la amplitud y complejidad del trastorno,
estos mismos autores, en la revisión que llevan a cabo con varios estudios en los que se utilizan
diferente técnicas como la relajación, exposición y terapia cognitiva las cuales se encuentran que
todas las técnicas tienen resultados equivalentes.
Datos de identificación
Edad: 18
Sexo: Masculino
Escolaridad: Universitaria
Ocupación: Estudiante
Motivo de consulta:
A.L Realiza una petición en la que explica que lleva un continuo estado de ansiedad e
irritabilidad, manifestando ser una persona nerviosa, especialmente ante los demás, como por
ejemplo cuando debe hacer algo en público o conocer gente nueva.
A.P está estudiando primer semestre de informática, y que en el año anterior había estado
estudiando contaduría, estudios que abandonó porque “no se sentía a gusto con la gente” que se
encontró en la universidad, si bien es cierto que hizo algunos amigos; pero reconoce también que
las materias a estudiar le resultaban un poco complicadas y no demasiado atractivas, después de
los exámenes de Junio sólo había conseguido aprobar tres asignaturas, ni siquiera la mitad de las
que cursaba. En verano decidió cambiar de carrera y empezar con informática, decisión que tomó
a espaldas de su padre y por la que se enfrentó a él, quién no creía que Informática fuese una
carrera adecuada, especialmente para su hijo, para la que desearía algo más relaciona con la
economía, las ingenierías o materias consideradas clásicamente científicas. También realizaba
estudios de contrabajo, tenía hecho hasta el 6to de contrabajo en la sinfónica, pero al empezar la
Universidad su padre no lo dejó continuar con esos estudios por lo que A.P se vio obligado a
practicar por su cuenta, y pensaba en acudir a algunas clases particulares con o sin el
consentimiento de su padre, aunque por otro lado reconocía estar perdiendo un cierto interés por
la música y mantenía dudas sobre el tema. En Informática se encontraba a gusto con el cambio, le
gustaba proporcionadamente las asignaturas que tenía y su interés aumentaba; respecto a sus
compañeros había encontrado un grupo agradable. Los fines de semana salía con sus amigos de su
edificio, aunque también mantenía relaciones con algunos ex-compañeros de Contaduría, y con
otras de Informática. En ese momento no salía con ninguna chica. No se puede decir que A.P fuese
una persona solitaria mantenía un buen número de relaciones. Vive con su padre, su madre y su
única hermana. En casa no tenía una buena relación, aunque al principio lo negó, lo reconoció más
tarde, relatando la mala relación con su padre al finalizar la sesión.
Historia clínica
Entrevista semiestructurada
Examen mental
Diagnostico Presuntivo
Luego de la evaluación, el diagnóstico se realiza a partir del Eje I (Trastornos clínicos) del
DSM-IV, comprobando que la información obtenida se ajusta a los criterios para el diagnóstico de
F40.1 Fobia Social [300.23]:
1. Temor acusado y persistente por una o más situaciones sociales o actuaciones en público
en las que el sujeto se ve expuesto a personas que no pertenecen al ámbito familiar o a la
posible evaluación por parte de los demás. El individuo teme actuar de un modo (o mostrar
síntomas de ansiedad) que sea de índole humillante o embarazoso.
2. La exposición a situaciones sociales temidas provoca casi invariablemente una respuesta
inmediata de ansiedad, que puede tomar la forma de una crisis de angustia situacional o
más o menos relacionada con una situación.
3. El individuo reconoce que ese temor es excesivo o irracional.
4. Las situaciones o actuaciones en público temidas se evitan o bien se experimentan con
ansiedad o malestar intensos.
5. Los comportamientos de evitación, la anticipación ansiosa, o malestar que aparece en las
situaciones sociales o actuaciones en públicos temidas interfieren acusadamente con la
rutina normal del individuo, con sus relaciones laborales, académicas o sociales, o bien
produce un malestar clínicamente significativo.
6. El miedo o el comportamiento de evitación no se deben a los efectos fisiológicos directos
de una sustancia, por ejemplo, las drogas o fármacos o de una enfermedad médica y no
pueden explicarse mejor por la presencia de otro trastorno mental.
Con respecto al examen mental en la sesión fue de gran utilidad para seleccionar la situación
concreta y los pensamientos deformados; por ejemplo, ver una situación en la que comprando unas
entradas en el cine se le cae el dinero y los tickets, y A.P dramatiza con pensamientos como “toda
la cola y taquillera piensan que soy inútil ridículo” estando con sus amigos en la cola del cine. En
la búsqueda y modificación de estos pensamientos deformados se emplearon técnicas que
consisten en cuestionar sus evidencias, o encontrar momentos donde la propia realidad cuestionó
sus creencias, por ejemplo, el día que estuvo pensando toda la mañana que su compañero no había
ido a clases para evitar ir después a un torneo de fútbol que ya habían quedado; al final, su
compañero llegó justo antes de la hora de ir al concierto.
Exposiciones: Para emplear esta técnica se hizo uso de las situaciones que iban a ocurrir, estos
eventos se escogían de mutuo acuerdo en la sesión, sólo aceptándolas cuando él se encontraba
competente para realizarlas, posteriormente se elaboró la forma de afrontamiento y posibles
consecuencias. Como las conductas al presentar algo en clase, proponer un viaje a un grupo de
amigos que acaban de conocer o, simplemente entrar en la heladería y comerse algo allí. Después
las ejecuciones de estas tareas eran evaluadas conjuntamente en la siguiente sesión.
Conclusiones y recomendaciones:
Si bien es cierto, la fobia social y las fobias en general son procesos inconscientes de
defensa mediante los cuales un sujeto localiza su ansiedad en una situación u objeto. Debemos
tomar en cuenta que existe una gran diferencia entre un trastorno de ansiedad social y la timidez,
debido a que las personas tímidas si son capaces de participar en situaciones sociales, en cambio
la fobia social son sentimientos exagerados de timidez e inhibición que se transforman en un
poderoso miedo, como resultado de ello puede ser muy impeditiva para la vida de un individuo,
afectando su vida diaria, dificultando sus posibilidades de estudio o laborales, limitando o
anulando su vida social o el disfrute de su tiempo libre y produciendo mucho malestar.
Por otra parte, recordemos que el miedo es persistente e irracional ante situaciones que
puedan involucrar el escrutinio y juzgamiento por parte de los demás, como en fiestas u otros
eventos sociales, que se manifiestan clínicamente a través de signos y síntomas psicológicos y
fisiológicos alterados ante ciertas situaciones o frente a objetos, animales o personas, denominado
miedo o temor exagerados hasta llegar a la fobia.
Debe señalarse que, tanto el miedo como a la ansiedad son útiles para evitar ciertas
situaciones peligrosas situándonos en alerta frente a las mismas y nos suministran motivación para
afrontar los problemas. Sin embargo, si estos sentimientos generan intensidad o son duraderos
pueden interferir en nuestra capacidad para hacer las cosas que queremos y hacernos sentir
infelices.
Para finalizar, podemos decir que la absoluta mayoría de las fobias sociales tienen cura, y
si no se puede sanar puede ser por varios motivos, como por ejemplo un mal diagnóstico, por un
fallo en el tratamiento o porque simplemente el paciente fóbico tomo la decisión de no tratarse,
sobrellevando inevitablemente en su vida las consecuencias.
Anexos