Resumen de precauciones generales y profilaxis antibióticas de las bacterias
generadas en la cavidad bucal
Precauciones Generales de las bacterias originadas en la cavidad bucal:
Es esencial un alto grado de higiene y buen estado general de salud, ya que es
más probable la infección si hay problemas cutáneos. Comer alimentos higiénicamente preparados, siguiendo una dieta balanceada para que el sistema inmunológico se mantenga fuerte. Acudir al dentista para recibir orientación sobre cepillado correcto. Consumo moderado de alimentos a base de harinas y azúcares refinados, dulces pegajosos o caramelos, así como de bebidas azucaradas, y después de ingerirlos, realizar un cepillado de dientes. Reforzar el cepillado diario 3 veces al día, por dos minutos. Utilizar pasta dental con fluoruro, hilo dental y enjuagues bucales. Promover el uso de hilo dental. Visitar al dentista por lo menos cada 6 meses. No compartir el cepillo dental. Ante cualquier molestia, acudir al dentista. Lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño.
La profilaxis antibiótica es la administración de un antibiótico antes o después de
la intervención dental o quirúrgica con el fin de prevenir una complicación infecciosa ya sea local o sistémica y poder evitar su diseminación y demás consecuencias clínicas. El antibiótico más recomendado para la profilaxis antibiótica es la penicilina (amoxicilina), junto con las cefalosporinas (cefalexina) y las lincosamidas (clindamicina).
Los procedimientos dentales que deben ir precedidos de profilaxis
antibiótica son los siguientes:
Maniobras en áreas infectadas y contaminadas.
Extracción y cirugía oral. Procedimientos periodontales. Quirúrgicos, raspado y alisado, mantenimientos periodontales, sondeo, irrigación subgingival. Tratamiento de conductos y cirugía periapical. Colocación de implantes dentales. Reimplantes de dientes avulsionados. Colocación de hilo retractor. Colocación de bandas de ortodoncia (No aplica para colocación de brackets). Activación ortodóncica. Aplicación intraligamentosa de anestésicos locales o en sitios infectados. Profilaxis dental o de implantes en la que se prevé sangrado. Toma de impresiones dentales: Presión y vacío. Perforación de la mucosa. Sesiones prolongadas y muy próximas (menos de 15 días).