desenmascaradores que considero vitales en los procesos de ésta manifestación, porque hay cuestiones, y una psicología totalmente diferente, a lo que conocemos hasta ahora, si nos preparamos, para estar dispuestos a captarlo y a reconocerlo; lo más pristinamente posible.
Sin duda, hay Energías Maravillosas y
desconocidas, que, encontrándose por doquier, son correctas, inteligentes y liberadoras. El hecho de que no las “veamos” con nuestros ojos u órganos físicos, no quiere decir que no existan. El “Hombre Celeste”, es una realidad viviente, potencial y verdaderamente realizada en la Mente Divina. Comprendamos que se trata de lo que mantiene al Universo en Manifestación, con todas sus eventuales criaturas, pues: como es arriba, es abajo: las leyes universales son vitalizadas en el espíritu verídico. Intentemos compartir los datos fundamentales que necesitamos aplicar. En consecuencia, la masa humana ha llegado a un punto en que emerge de la oscuridad; ha evocado la reacción de los poderes del mal, de allí el intento de detener el progreso del espíritu humano y la marcha progresiva de lo bueno, lo verdadero y lo bello. Los aspirantes y discípulos en probación, están ocupados con el proceso definido de centralizar sus conciencias en el alma. Este proceso está compuesto de dos partes: a) La intensificación de la vida de la personalidad, para ser desarrollados al máximo, sus poderes individualistas. b) El avance hacia la luz y el contacto consciente con el alma: la voluntad integral del Divino. Involucra la primer etapa del proceso de alineamiento, el esfuerzo concentrado y enfocado, de acuerdo al rayo y propósito de la vida del alma. Ello puede adoptar la forma de intensa dedicación a un esfuerzo científico, o de profunda concentración en el trabajo espiritual del mundo, o de consagración total al esfuerzo humanitario, no importa cual sea. Llamo la atención sobre lo que acabo de decir. En cada caso el poder motivador debe ser el mejoramiento, llevado a cabo por medio de un máximo esfuerzo, pero -dados el recto móvil y el esfuerzo para desarrollar simultáneamente un buen carácter y un propósito estable el aspirante a discípulo en probación hallará oportunamente que ha podido establecer una definida relación con el alma; habrá descubierto que el sendero de contacto entre alma y cerebro, vía la mente, se ha abierto y que él ha dominado la primer etapa en el necesario proceso de alineamiento. Logrado esto, el hombre pasa al sendero del aprendizaje práctico, y puede emprender, si lo desa, el trabajo que estoy delineando en este tratado. (Se refiere a los escritos del Tratado sobre los Siete Rayos) Como podrán ver, toda la familia humana ha alcanzado un punto central y muy importante en el sendero evolutivo. El paso inmediato para todos -cada cual en su propio lugar- es permanecer correctamente orientados, sin amedrentarse por las circunstancias, y luego avanzar intrépidamente hacia adelante. Comprendamos, que ésto es posiblemente, la culminación de un ciclo de perfeccionamiento mental, preparatorio para otro en que la mente será aplicada correctamente como instrumento de alineamiento y después como faro del alma y controladora de la personalidad.