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Ejemplo 8 El gato y el ratón

Escenografía: Una calle común y corriente. El ratón está de espaldas


cuando de repente el gato comienza a correr hacia él.

Ratón: ¡Espera!, ¡Espera!

Gato: ¿Qué quieres?

Ratón: ¿Por qué haces esto?

Gato: ¿Qué cosa?

Ratón: Cazarme.

Gato: Pues, porque tengo hambre.

Ratón: Bueno, ¿Te gusta mi sabor y la textura de mi piel?

Gato: Humm, de hecho, no, odio cuando la cola pasa por mi garganta y
todavía

después de unas semanas sigo escupiendo bolas de pelo blancas.

Ratón: Entonces ¿Por qué cazas ratones? No tiene sentido.

Gato: Tal vez, pero en la iglesia de Doraemon el gato que vino del futuro,
nos

enseñaron que para estar cerca de él debemos comer ratones pues ustedes
no lo
aceptan a él como el único viajero del tiempo y salvador de la comunidad
gatuna.

Ratón: No puedo creer que esa sea la razón.

Gato: Hagamos un trato, te dejare libre si aceptas a Doraemon como único


viajero

del tiempo y salvador de la comunidad gatuna.

Ratón: Claro que no lo aceptaré, para empezar por que no existe y


segundo, si lo

hiciera, entonces no me convendría creer en él ya que solo quiere salvar a


los

felinos.

Gato: No te atrevas a decir que no existe, rata blasfema, porque está en


todos

lados y puede desatar su furia, además en mi iglesia tenemos una


comunidad de

ratones creyentes a los cuales dejamos en paz.

Ratón: Doraemon sólo era la caricatura de un gato azul, ¿Cuántos gatos


azules

conoces?

Gato: Yo creo que para demostrar su divinidad Doraemon eligió el color


azul para
que ninguna raza sea discriminada y la televisión fue la manera de
extender su

mensaje en nosotros.

Ratón: Bueno, explícame esto, Doraemon era un robot, ¿Por qué tendría
que

comer ratones si ni estomago tiene? Yo creo que tu iglesia ha inventado


todo sólo

para poder controlarlos.

Gato: Pues, pues… (El Gato se come al ratón) Tanta plática me abrió el
apetito.

Fin
Descripción: Popocatépetl, un valiente guerrero de la tribu de los tlaxcaltecas, se ha
enamorado de la hija del caique. ¿Podrá su amor vencer al odio?

Personajes: Popocatépetl, Iztaccíhuatl, Cacique, Pretendiente

En el interior de un palacio tlaxcalteca, se hayan Popocatépetl, un valiente guerrero y el


cacique de la tribu, quien le habla al muchacho muy seriamente.

Cacique: La guerra contra nuestros enemigos es inminente. Popocatépetl, tú eres el


soldado más valiente que tengo en mis filas. Sé que bajo tu mando, mis hombres se harán
con la victoria.

Descripción: Popocatépetl, un valiente guerrero de la tribu de los tlaxcaltecas, se


ha enamorado de la hija del caique. ¿Podrá su amor vencer al odio?

Personajes: Popocatépetl, Iztaccíhuatl, Cacique, Pretendiente

PRIMER ACTO

En el interior de un palacio tlaxcalteca, se hayan Popocatépetl, un valiente


guerrero y el cacique de la tribu, quien le habla al muchacho muy seriamente.

Cacique: La guerra contra nuestros enemigos es inminente. Popocatépetl, tú eres


el soldado más valiente que tengo en mis filas. Sé que bajo tu mando, mis
hombres se harán con la victoria.

Popocatépetl: Por los dioses, le doy mi palabra de que así será.

Cacique: Cuando regreses, celebraremos tu victoria con los nuestros y la paz


volverá a nosotros.
Popocatépetl: Mi señor, con gusto marcho a pelear en nombre de nuestro pueblo
si esos son sus designios. Pero antes quisiera atreverme a pedirle una única cosa.

Cacique: Tú dirás.

Popocatépetl: Usted sabe que yo y su hija, la princesa Iztaccíhuatl, estamos


enamorados. Y nada me haría más dichoso que poder desposarla con su
bendición.

Cacique: La tendrás al volver, te doy mi palabra. Ve y vence a nuestros enemigos,


y celebraremos la boda más grande que se haya visto entre los tlaxcaltecas.

Popocatépetl se inclina ante él, toma su lanza y sale de escena.

SEGUNDO ACTO

En su habitación, la princesa Iztaccíhuatl piensa en su amado, acariciando una


flor.

Iztaccíhuatl: Ansío que la guerra termine pronto para volver a estar entre tus
brazos, Popocatépetl.

Entra en escena un tlaxcalteca, vestido con plumas finas y mirando con envidia a
la joven enamorada.

Pretendiente: Su Alteza. (Se inclina ante ella).


Iztaccíhuatl: Vaya, no lo escuché entrar. ¿Puedo ayudarle con algo?

Pretendiente: Como sabe princesa, llevo días visitando a su padre, tratando de


ganarme su favor. Desde que la vi a usted me ha robado el corazón y quisiera que
correspondiera mis sentimientos. Después de todo, es la hija de un cacique y le
aseguro que yo puedo llenarla de comodidades.

Iztaccíhuatl: Yo no busco comodidades, amo a Popocatépetl. Le ruego que se


vaya.

Pretendiente: ¿Pero aun no lo sabe, princesa? Popocatépetl murió en la batalla.

Iztaccíhuatl (asustada): No… eso no puede ser cierto…

La muchacha se derrumba a llorar. El pretendiente sale y la joven toma una daga


afilada.

Iztaccíhuatl: Sin él, no vale la pena vivir.

TERCER ACTO

Popocatépetl vuelve a entrar triunfante al palacio y se sorprende al ver al cacique,


velando el cuerpo inmóvil de su hija.

Cacique (triste): Mi pobre Iztaccíhuatl se quitó la vida. Debió pensar que habías
muerto al ver pasar el tiempo… ay, mi pobre niña.
Popocatépetl la mira consternado y se arrodilla llorando, a sus pies.

Popocatépetl: ¡Maldita sea mi suerte!

El cacique se retira con pena, dejándolo solo. Entonces Popocatépetl toma en sus
brazos a Iztaccíhuatl.

Popocatépetl: Ven conmigo, amada mía. Nos marcharemos a donde los dioses
puedan volver inmortal nuestro amor, que es más fuerte que el tiempo.

Sale de escena cargando a la joven y en el escenario, aparece una proyección en


la que se miran dos volcanes.

Popocatépetl (voz fuera de escena): Nos transformaremos en volcanes y la


desventura nunca más podrá separarnos. Cada vez que veas arder mi cima,
estaré volviendo a declarar mi amor por ti.

FIN

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