Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Esta Eurocopa no está siendo una excepción. Su público despliega un variadísimo repertorio
de símbolos deportivos, también culturales, históricos, identitarios o directamente cómicos,
cuya observación motiva esta nota. Quizás quepa clasificarlos en tres capítulos: los de origen
guerrero -"fútbol es guerra", sentenció el entrenador holandés Rinus Michels-, los folklóricos
y los atribuibles al capricho. Se cuentan entre los primeros los relacionados con banderas,
escudos y gestas bélicas. Las banderas son omnipresentes en los campos de Polonia y
Ucrania donde se disputa el torneo. Se pintan en mofletes y mejillas, en la frente, cubren todo
el rostro, también la calva o el cuerpo entero. Tiñen pelucas, crestas punkies y sombreros.
Dignifican orejas de conejita de Playboy. Se usan como blusas, faldas o bufandas, en gafas y
abalorios. Se convierten en capas o se transforman en bodies elásticos que hacen del cuerpo
del aficionado una enseña andante.
También pueden considerarse símbolos guerreros los que apelan a hazañas legendarias: los
que han exhibido seguidores griegos tocados con el casco de Aquiles (versión Brad Pitt en la
película Troya); o daneses coronados con cuernos a la vikinga; o ingleses vistiendo las galas
del caballero sajón Ivanhoe a su regreso de las cruzadas (y también semidesnudos,
mostrando la palabra England tatuada en letras góticas sobre su columna vertebral o su
barriga flácida); o alemanes con el casco del canciller Bismarck (u ocultos tras una careta de
Angela Merkel, que también es de armas tomar); o un español uniformado de legionario, sin
cabra; o rusos con gorra de general...