Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En verano, tras acabar las faenas diarias, solían cenar junto a una
gran ventana que abrían de par en par para poder contemplar
cómo la brillante luna iba subiendo lentamente a lo más alto del
cielo y escuchar los pequeños sonidos que solo se aprecian
cuando todo está en silencio. Para ellos, disfrutar de ese momento
mágico no tenía precio.
– ¡¿Pero qué dices?! ¡Esta casa y esta tierra son nuestras! ¡Mi
esposa y yo somos los legítimos dueños!
– ¡¿Qué reto?!
– ¡Uno muy fácil! Tú me harás una pregunta a mí y yo te haré
una pregunta a ti. Quien la acierte será el dueño de todo esto ¿Te
atreves a aceptar mi propuesta o eres un gallina?
– Está bien, acepto. Acabemos con esto de una vez por todas.
– ¡Grrr! ¡Está bien, está bien, has acertado! Veo que eres más
listillo de lo que aparentas ¡Ahora pregúntame tú a mí!